EJERCITO DE SALVACION Territorio Oeste de Sudamérica Avda. España 46 – Teléfono 26957005 – Santiago de Chile (Circulo de la Amistad – www.ejercitodesalvacion.cl)
Diciembre 2017 Queridas amigas, Una vez más nos encontramos en ese tiempo del año cuando la gente piensa en Dios y en la buena voluntad, más que en cualquier otra época. Parece que mientras más nos acercamos a la Navidad, más notamos que la gente tiene una disposición a expresar interés en las cosas religiosas. Tanto la asistencia a la iglesia como las actividades de la misma aumentan. Ojalá que en estos días de ajetreo frenético, en medio de la búsqueda de los regalos, de la cena, y compartir con amigos, encontremos la forma de darle honra a Dios y el lugar que le corresponde en esta celebración.
Sugerencias de regalos de Navidad A tu enemigo: perdón A un opositor: tolerancia A un amigo: tu corazón A un cliente: servicio A todos: caridad A cada niño: un buen ejemplo A ti mismo: respeto
La lección del posadero El posadero en la historia navideña es un hombre que podríamos llamar un bruto. Ciertamente es la imagen de lo poco amigable y comedido, cuando abre la puerta de la posada a los dos pasajeros cansados y les dice que se vayan y busquen en otro lado. Ahí simplemente no hay lugar. El personaje es ficción, por supuesto. No esta mencionado en las escrituras. Sin embargo, en cada drama de navidad se le representa como el villano de la obra, agitando su mano y diciendo “Váyanse… aquí no hay lugar”. Más allá de la representación, el hecho real esta insinuado en la historia y la imaginación debe llenar los vacíos. En ese tiempo Belén estaba lleno de viajeros retornando a la tierra de sus ancestros, como había sido ordenado, para pagar sus impuestos. La demanda por alojamiento era alta. ¿Cuántos lugares fueron visitados por María y José buscando donde alojar antes de que finalmente llegarán al establo? ¿Cómo dio a luz María en condiciones tan poco sanitarias y sin ayuda? Cuando la noticia del nacimiento de este bebe especial se hizo conocido, ¿Habrá habido posaderos que habrán recordado haber echado a la pareja que golpeó en sus puertas? ¿Cómo se sintieron? ¿Se lamentaron no haberles dado la mejor habitación disponible? Si solamente hubieran sabido quien era, ¿no habrían movido cielo y tierra para recibirle? Mientras el año finaliza rápidamente, nos podemos lamentar: “Si no hubiera desperdiciado el año”… “Si hubiera sabido que sería nuestra última navidad juntos”… “si solo…” Tales lamentos están lejos de ser ficticios. Son reales y son una pesada incomodidad para llevar con nosotros hacia el nuevo año. Solo hay una manera de enfrentarlos, un solo lugar donde llevarlos y es a la cruz de Cristo. El niño que vino y durmió sus primeros sueños en un pesebre siendo el Salvador que abrió para nosotros el camino a Dios haciendo posibles un nuevo comienzo.