Cristianos en Marcha

Page 6

¿Por qué no creer? Manuel O. de los Santos

Cada día, y de muchas maneras, recibimos una gran variedad de demandas para tomar posiciones, adherir a ideas o aceptar hechos sin haber sido testigos de ello. En los momentos en que escribo estas notas, doscientos mil creyentes del “Gauchito Gil” se congregan ante el santuario de este (es decir: un santo popular no reconocido por la Iglesia Oficial) celebrando el aniversario de su muerte y los milagros que le son otorgados por la imaginería popular. Miro la televisión y sigo atentamente un programa que habla de alienígenas que desde tiempos prehistóricos visitan nuestro planeta interviniendo periódicamente para comunicar sus conocimientos y guiar así el desarrollo de nuestra civilización. El programa es seguido por un número indefinido de creyentes de la ufología. Todavía no sé si es una neociencia o una elaborada superstición creída por miles, tal vez por millones de personas en el mundo. En épocas de elecciones escucho a decenas de políticos emitir consignas y promesas repetidas vez tras vez, y las masas de “creyentes” que las repiten como eco, sin pensar que son las mismas de años anteriores y que pocas o ningunas se cumplieron. ¿Y qué decir de gente que cree en los horóscopos, la quiromancia, el ta6 CRISTIANOS EN MARCHA

rot?, ¿qué más? Faltaría espacio para seguir añadiendo. Pero también encuentro a muchas personas que aceptan fácilmente muchas de las creencias mencionadas, pero que rechazan de plano, o con ciertas vacilaciones, el hecho de un Cristo resucitado. Con todo, me parece maravilloso que, a dos mil años de sucedido, el hecho de la Resurrección continúa en la mesa de las discusiones. Pero, ¿por qué es tan difícil creer en la Resurrección de Jesucristo? Alguien respondió rápidamente: “Porque es imposible. Los muertos no resucitan”. ¡Es verdad; de otra manera no sería noticia! Aun para Tomás, el mellizo discípulo de Jesús, le resultaba imposible de creer, a menos que lo tuviera frente a frente y pudiera palpar su cuerpo y sus heridas. Su duda no tardó en ser resuelta de una manera dramática con la presencia misma del Señor aparecido delante de Tomás y en medio de los demás asombrados discípulos. A Tomás le correspondió apenas un cariñoso reproche del Señor: “No seas incrédulo, sino hombre de fe”.


Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.