HISTORIA DEL COLEGIO SAN CALIXTO – LA PAZ, BOLIVIA
PRESENTACION. La historia de San Calixto nos cuenta de la llegada a Bolivia y el éxito de los jesuitas misioneros de la Compañía de Jesús. San Calixto y la Compañía de Jesús son parte de la Historia de Bolivia. Han hecho y hacen historia. Y han pasado más de 4 siglos desde que los jesuitas empezaron a hacer historia y a servir a Bolivia, en su primera llegada, el año 1582. San Calixto ha formado grandes profesionales: ingenieros, abogados, jueces, diputados, ministros, presidentes e inclusive gente de trayectoria internacional como el triunfador Jaime Escalante. San Calixto se honra de haber fundado un observatorio sísmico de primera clase en América y Europa.
FUNDACION. A mediados de septiembre de 1881, tres Padres de la Compañía de Jesús: Antonio Pérez Barba, Superior, Gabino Astraín y Francisco Urdaneta, llegaron a la ciudad de La Paz, llamados por los Reverendos Padres: Comas, Guardián de la Recoleta, y Martínez, Guardián de San Francisco, para dar una misión en ella en vista del mucho fruto que habían tenido meses antes en la ciudad de Arequipa, Perú. Por el mucho provecho que se sacó de la misión dada en la iglesia de San Francisco, la mayor de la ciudad de La Paz, comenzaron los buenos a aficionarse de los Padres de la Compañía. El Padre Guardián de San Francisco, Padre Martínez, les dio por residencia accidentalmente la casa de la Tercera Orden mientras compraban casa propia; y como estaba por comenzar la Cuaresma, les encomendó la tanda de ejercicios a los curas que de costumbre antigua los hacían en la semana de Sexagésima para terminar en el día de Ceniza. En esa tanda que la dio el Padre Gabino Astraín, entró a hacerlos el Sr. Obispo Dimisionario de la Límira, Don Calixto Clavijo. Tan cambiado salió de esa tanda de ejercicios, que tomó la resolución de retenerlos en ésta ciudad. Testigo de todo esto fue Don Serapio Reyes Ortiz, abogado y consejero del Sr. Obispo Clavijo y quien insinuó a dicho Sr. la conveniencia de que se favoreciese a los Padres comprándoles una casa grande para colegio. Dios pagó a Don Serapio Reyes Ortiz, 18 años más tarde, dándole una muerte edificante luego de haber recibido todos los sacramentos contra los estorbos que opusieron los masones para que no los recibiera. Firme el Sr. Obispo Clavijo en su determinación, dio la orden al Padre Antonio Salazar S.J., que meses antes había viajado de Lima a La Paz, de buscar una casa grande. El sobredicho Padre puso los ojos en el palacio llamado de Santa Cruz que años antes había servido dos veces de colegio. Hechas las diligencias de la compra, pasó a poder de los jesuitas dicho palacio por la suma de veinticuatro mil bolivianos que pagó al contado el Sr. Obispo Clavijo. A cargo del Hermano Eulalio Morales, maestro de obras, se hicieron las reparaciones de albañilería, las más indispensables para iniciar clases de primaria y secundaria; y el 7 de julio de 1882, pasaron a ésta casa convento los Padres y Hermanos que desde principio de año vivían en una casita comprada con dos mil pesos recogidos de limosna, situada junto a las Recogidas, para poder en su iglesia dar misa y ejercitar sus ministerios.
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