Entrevista
14
D
Durante la prueba de Maratón de los juegos Olímpicos de Atenas en 2004, un fondista brasileño iba a ganarla con una relativa ventaja hasta que, de improviso, un reverendo anglicano de origen irlandés, se le cruzó, le detuvo su marcha y lo hizo perder la carrera. No recibió su medalla de oro, pero el Comité Olímpico Internacional lo premió con una distinción mayor: "Al Espíritu Deportivo". Ésa ha sido y debe ser siempre el estímulo natural para quienes se incorporan a un deporte no sólo con el propósito de ganar. Eso hacía el Círculo de Periodistas Deportivos de Chile hasta que a alguien se le ocurrió que los premios a "los mejores deportistas" eran para los exitosos en las competencias. Felizmente, la Federación del Rodeo Chileno sus Asociaciones y Clubes han mantenido incólume el concepto de lo que es y debe ser un buen deportista y, anualmente, premian a aquellos corraleros o personas, tal vez no muy vinculadas directamente al deporte, que contribuyen con desinterés pero con entusiasmo a que las actividades del rodeo se constituyan en un éxito. Por razones obvias, los distinguidos como "Mejores Deportistas" no son protagonistas de éxitos en las medialunas sino simplemente quienes aprecian al rodeo sin poner condición alguna.
Un típico ejemplo de ello es el premio "Al Mejor Deportista" entregado por la Asociación Osorno en la temporada 20112012. Sin pasado huaso, sin apetito competitivo, pero tremendamente servicial y sin el afán de hacerse un nombre y, menos, de ser reconocido, FERNANDO SCHUCK RUHE, así en mayúsculas, interpreta y representa a todos quienes en el mismo período recibieron una distinción similar. En estas breves líneas no sólo rendimos un homenaje a él, sino -en su nombre- a todos los "Mejores Dep ortistas". Fernando -Feña, como es conocido por todos- es el estereotipo de los servidores anónimos del Rodeo Chileno. ¿QUIÉN ES REALMENTE USTED? Fernando Schuck Ruhe es un osornino de profesión técnico agrícola, empresario ganadero lechero y criador de caballos chilenos, casado, y con cuatro hijos, dos de ellos universitarios y dos escolares, de los cuales los varones Mathias y Felipe salieron corraleros y han participado en rodeos. -Ud. no nació en una "cuna corralera". ¿Cómo surgió su afición por el rodeo? S i e m p r e m e g u s ta r o n l o s caballos. No tuve relación con el mundo corralero hasta que conocí a mi amigo Alejandro Epple, quien tenía algún vínculo con el rodeo. Conseguimos una yegua inscrita más un caballo que era de él y comenzamos a "trabajar" nuestra collera.
Construimos un redondel donde metíamos todos los caballos del campo a "clases express" y nos divertíamos con nuestro propio rodeo, hasta que salimos al primer rodeo oficial llenándonos de puntos… pero malos. Después de eso, me compré mi primera yegua inscrita sin tener idea de su sangre. Era suficiente que fuera corralera. Mas adelante conocí a Pepa, mi esposa y a mi inolvidable suegro Tavín Rey, al cual le compre una yegua que todavía me esta dando crías, mas una que otra monta de sus potros y con la ayuda y consejos de él fui armando un criadero del cual me siento orgulloso. -Muchos empresarios como Ud. entran al rodeo para correr, pero éste no es su caso. ¿Qué lo animó a ser un dirigente tan activo? Más que corredor soy criador y me gusta salir a probar mis caballos nuevos y compartir con los amigos. Siempre cuando asumo algo me gusta que las cosas salgan lo mejor posible. -Ud. como Presidente del Club San Pablo "las hace todas". ¿Es posible eso en la actualidad cuando toda la gente se queja de falta de tiempo? Cuando asumí como Presidente del Club San Pablo lo hice con el afán de rearmarlo. Había un pequeño quiebre generacional y lo hemos superado repartiendo las labores y reuniéndonos más como amigos. Todo ello quedó demostrado con el excelente rodeo que organizamos en la temporada pasada.