tierra sin heroes

Page 14

Podría parecer que el mío era un trabajo rutinario, y así era. Precisamente eso me gustaba de ser cartero, una vez automatizada la tarea, podía disfrutar con los pequeños placeres y las rutinas agradables. Muchos momentos del día se ceñían a un horario y se repetían hasta la saciedad. Por ejemplo, el desayuno junto a mi amigo Pedro era bastante agradable; uno de esos momentos que se repetían y que me agradaba, que me tranquilizaba y hacía sentir que todo estaba en su sitio. Nos conocimos en el instituto y, desde entonces, creo que es el único amigo que siempre he conservado. Ha pasado ya más de una década desde que le vi por primera vez, no puedo evitar sonreír al recordar su aspecto de niñato recién salido del colegio, en plena pubertad, la cara llena de granos, despeinado y sin haber pegado el estirón todavía. Gracias a nuestros desayunos, aunque los dos habíamos cambiado, mantuvimos viva nuestra amistad. La mañana en que me leyó el titular del periódico de que un indigente había muerto aplastado, tuve que hacer un gran esfuerzo para contener mi consternación. Pedro sabe interpretar mis reacciones y eso me puso más nervioso, pero creo que lo hice bien. 14


Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.