Hipertrofia ventricular izquierda en deportistas: “la zona gris”
guínea, una prueba ergométrica graduada, y el eco-Doppler cardíaco a fin de decidir si se recomienda realizar ejercicios sin restricciones, siempre que los valores de presión arterial se encuentren controlados con las medidas generales y/o el tratamiento instituido. A continuación describimos de manera sintética dos casos vinculados al tema desarrollado en este artículo.
miocardiopatía no compactada, la amiloidosis cardíaca y otras variedades de miocardiopatía; es también de gran importancia descartar la hipertensión arterial y el uso de sustancias nocivas. En el grupo etario de mayores de 30 años, la incidencia de hipertrofia patológica como causa de MS es baja, pero es obligatorio identificar y valorar el riesgo cardiovascular CASO 1. Paciente masculino de 36 años, deportista, practica fisicoculturismo. Antecedentes de consumo de sustancias anabolizantes (nandrolona) y clembuterol oral. HTA estadio I diagnosticada en el año 2006 y medicado con 80 mg de valsartán. Adecuado control de la presión arterial, con valores de 120/80 mm Hg, PAM 93,33 mm Hg IMC 29,75 Kg/m2 ECO: HVI excéntrica. Crecimiento auricular izquierdo (AI: 42 mm). SIVD: 13 mm. FEVI 69%. Patrón diastólico de VI y VD normales. Masa VI 163. Índice masa VI (2.7) 74 g/m 2,7 (-51) ER 0.41. Volumen latido 106 cc. Volumen minuto 6,37 L/ min. Índice Cardiaco 3,32 l/min*m2 Resistencia periférica total: 1171 dinas*seg*cm-5 (normal menor de 1400). Indicé de complacencia arterial 1,33 Ergometría: suficiente. Normal comportamiento de la TA intraesfuerzo. Sin cambios en el ECG. Mets 13. ITT 26.500. VO2: 26
Conclusión: Hipertrofia ventricular izquierda fisiológica. Se indican controles periódicos, control de la presión arterial y prohibición de sustancias anabolizantes.
Conclusión La ecocardiografía permite valorar la presencia de hipertrofia ventricular izquierda en deportistas como expresión de la adaptación fisiológica al ejercicio. El hallazgo de espesores parietales del ventrículo izquierdo entre 13 y 15 mm es infrecuente en deportistas de 12 a 35 años. Representa un 2% aproximadamente de los deportistas asintomáticos evaluados mediante ecocardiografía y menos del 1% de ellos padecen de miocardiopatía hipertrófica; esta población no tiene aumento del riesgo de MS. Es aconsejable considerar otras causas de hipertrofia patológica para la toma de decisiones, como la enfermedad de Anderson-Fabry, la
Electrofisiología y Arritmias, Vol 5, N° 3 / Septiembre - Diciembre 2012
para la decisión de habilitar la práctica deportiva, aun con fines recreativos y la derivación al especialista en los casos en los que se identifiquen factores de riesgo cardiovasculares, o antecedentes familiares de enfermedad cardiovascular prematura. En la población de deportistas asintomáticos situados en la denominada “zona gris” no se ha demostrado un incremento del riesgo de MS en el seguimiento y/o en análisis retrospectivos, y tienen el riesgo habitual de los deportistas de elite. No presentan progresión hacia formas más severas de hipertrofia ventricular izquierda en el seguimiento, ni un riesgo mayor de eventos arrítmicos que el habitual en deportistas con hipertrofias denominadas fisiológicas.
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