Hermes 17: Euskal autonomiaren bidarriak eta giltzarriak - Hitos y claves de la autonomía vasca

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herm s pentsamendu eta historia aldizkaria. revista de pensamiento e historia

uztaila 2005 julio. nº: 17 zbk

© Fundación Sabino Arana Kultur Elkargoa

revista trimestral

Aurkibidea/Índice

Joseba Agirreazkuenaga José Manuel Castells Francisco Letamendia Vicenç Villatoro

Elkarrizketa: Toti Martínez de Lezea “No lucharía por conseguir la libertad porque ya la tengo y como soy libre, soy feliz”

Informe: ¿Hay caladeros en el gran sol? Andrés Uriarte, Lorenzo Motos y Martín Aranda Samuel Labadie

JOSÉ BERGAMÍN: ÚLTIMO EXILIO EN EUSKADI. RAZONES Y VERDADES DE UN RECALCITRANTE HETERODOXO


editorial

pentsamendu eta historia aldizkaria. revista de pensamiento e historia

uztaila 2005 julio. nº: 17 zbk

"Big-bang"

Joseba Agirreazkuenaga José Manuel Castells Francisco Letamendia Vicenç Villatoro

Elkarrizketa: Toti Martínez de Lecea “No lucharía por conseguir la libertad porque ya la tengo y como soy libre, soy feliz”

Informe: Hay caladeros en el gran sol? Andrés Uriarte, Lorenzo Motos y Martín Aranda JOSÉ BERGAMÍN: ÚLTIMO EXILIO EN EUSKADI. RAZONES Y VERDADES DE UN RECALCITRANTE HETERODOXO

Edita: Fundación Sabino Arana. Directores: T xema Montero, Koldo Mediavilla. Coordinadora de Edición: Olga Sáez Ocáriz. Consejo de Redacción: Irune Zuluaga, Iñaki Aldekoa, Josune Ariztondo, Javier Balza, Iñigo Camino, Filgi Claverie, Garbiñe Egibar, Sebastián García Trujillo, Eli Garmendia, Mª Karmen Garmendia, Iñaki Goikoet xeta, Iñaki Goirizelaia, José Ignacio Lacasta- Zabalza, Manu Legarreta, Emilio Majuelo, José Luis Mendoza, Teresa Martínez de Arano, Iñaki Martínez de Luna, Andoni Ortuzar, José Antonio Rodríguez Ranz y Aitor Bikandi. Colaboran en este número: Joseba Agirreazkuenaga, José Manuel Castells, Francisco Letamendia, Vicenç Villatoro Lamolla, Andrés Uriarte, Lorenzo Motos, Martín Aranda, Yago Torre-Enciso, Xabier Sánchez Erauskin, Igor Ahedo Diseño y portada: Logoritmo. Obra plástica y contraportada: Samuel Labadie Imprime: Flash Impresión. Fundación Sabino Arana. Ibáñez de Bilbao 16. 48001 Bilbao. Tfno. 94 423 05 28. Fax 94 423 42 80. aldizkari@sabinoarana.org. Depósito Legal: BI-986-01 ISBN: 1578-0058

gure gaiak

Joseba Agirreazkuenaga José Manuel Castells Francisco Letamendia Vicenç Villatoro Lamolla

© Fundación Sabino Arana Kultur Elkargoa

revista trimestral

í n d i ce

Desde que hace quince años el telescopio espacial Hubble comenzara a fotografiar y extraer maravillosas instantáneas del espacio exterior parece haberse dado valor empírico a la teoría del “Big-bang”, según la cual el universo surgió de una violenta explosión de materia impulsada con inusitada fuerza en todas direcciones. De ahí que 15.000 millones de años después se pueda afirmar que el Universo continúe expandiéndose y creciendo en unas magnitudes tales que la mente humana difícilmente puede llegar a imaginar. En un ámbito mucho más próximo, la denominada “globalización” gana terreno en los comportamientos sociales del planeta, hasta el punto de que nadie concibe ya situaciones de conflicto armado puntuales que no interfieran de una manera u otra en el devenir del planeta. Los frentes de batalla han pasado de la trinchera a un extendido mapamundi en el que la socialización del terror y la amenaza se contempla como una efectiva munición, capaz de mover montañas legales sustentadas en siglos de convivencia. La ecuación libertad + democracia = bienestar, está dejando paso a un segundo principio que parece imponerse a marchas forzadas; seguridad + cooperación = paz. Y en esa alternancia de factores, el primer mundo desarrollado en el que nos incluimos está perdiendo los valores identitarios que durante siglos le han dado progreso y prosperidad. Quizá sea la falta de equilibrio global entre norte y sur la que haya desencadenado esta situación o la pugna de las potencias mundiales por asegurarse las reservas geoestratégicas de recursos naturales. Sea como fuere, tras el neoyorkino 11-S, le sucedió el madrileño 11-M, y ahora le ha tocado a la “city” londinense incorporarse a este nuevo club de ciudades en las que el terrorismo internacional ha dejado su huella de muerte, desolación y miedo. Aunque cueste reconocerlo, a un espectador de nuestro entorno le horrorizan mucho más las bombas y las decenas de víctimas londinenses que cada los centenares de muertos que cada semana se producen en Bagdad, Mosul o Kirkuk, por poner un ejemplo. Y es que en esa degradación ética –podía ser en nuestro Metro, o en nuestros trenes, o en nuestros autobuses...– comenzamos a sentirnos víctimas potenciales de una dinámica en expansión, en pleno “big-bang” mundial que augura profundos cambios en nuestras vidas y en las de las generaciones venideras. Y mientras esto ocurre, algunos en este país siguen obstinados en observar la realidad desde el microscopio, pensando que la violencia aún tiene sentido en la intervención política, negando no ya a Einstein sino a Kepler o al propio Galileo.

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debate

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informe

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elkarrizketa

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zientzia

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historia

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liburuak

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gure gauzak

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Texto del estatuto de 1919

Andrés Uriarte Lorenzo Motos Martín Aranda

Toti Martínez de Lezea

Yago Torre-Enciso

Xabier Sánchez Erauskin

Igor Ahedo


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“El Estado Vascongado triple y uno”: De la “Constitución foral”(1808) al Estatuto de autonomía de Alava, Bizkaia y Gipuzkoa (1919)

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l 7 de marzo de 1793 la República francesa declaró la guerra a la Monarquía española. Los habitantes de Euskal Herria se encontraron, de pronto, en uno de los escenarios bélicos internacionales más significativos de la contienda, de manera que las pugnas por el usufructo de los montes y valles vecinales entre vascos, alcanzaron una dimensión internacional. El 30 de octubre de 1793 se inició en Bilbao la Conferencia entre los representantes de las Juntas Generales de Álava, Bizkaia y Gipuzkoa. Prudencio María Verástegui, Diputado General de Alava confirmó el 24 de octubre de 1793 que los temas de la prevista Conferencia eran “tratar del veedor de fierro en Cádiz, de establecer para lo sucesivo iguales Juntas anuales, de los medios legítimos de recobrar nuestros fueros y derechos, de aclarar algunos artículos que pueden interrumpir nuestra armoniosa correspondencia; y en fin de todo aquello que se considere ser JOSEBA AGIRREAZKUENAGA ZIGORRAGA. de interés común de las tres. El Catedrático de Historia Contemporánea. Universidad del recargo de derechos sobre nuesPaís Vasco-Euskal Herriko tros frutos y manufacturas y los Unibertsitatea. IP (investigador principal) desde 1989, en medios de afianzar más nuestra la UPV-EHU: Ha dirigido 10 proyectos de investigación, recíproca amistad son los artíresueltos en convocatorias culos que interesan a nuestras públicas y 3 de las institupoblaciones” Se trataba ni más ciones públicas vascas. Dirige en la actualidad un proyecni menos que de articular la to, en convenio con Eusko institucionalización de una JunLegebilt zarra-Parlamento Vasco, para la elaboración ta común representativa. Unos del Diccionario biográfico de parlamentarios de Vasconia. años antes, en 1787, se había (1876-1939). Director de Bicreado en Madrid la Junta Sudebarrieta. Revista de historia prema de Estado, un organismo y estudios de Bilbao (1996).

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del Rey y sus ministros. Las Conferencias institucionales se prolongaron en Bilbao del 30 de octubre al 2 de noviembre de 1793. El acta contiene una precisa enumeración de los problemas y preocupaciones que embargaban a los gobernantes de Bizkaia, Gipuzkoa y Álava a fines del siglo XVIII: Destaca su “deseo de conservar sus Fueros, Franquezas y Libertades” ante los cambios que se habían introducido. Además analizaron la cuestión del veedor o vigilante del hierro que se exportaba en Cádiz con destino a América, la exportación de mineral de hierro, la prohibición que impedía la libre circulación del dinero, los géneros extranjeros y los impuestos con los que eran cargados los productos de la protoindustria vasca en las aduanas interiores. En suma, con sus acuerdos aspiraban a “mejorar la Constitución del País y consolidar la Hermandad que desean perpetuar”. Para el propósito de este artículo es preciso destacar uno de los acuerdos: La organización de una Junta compuesta por los comisionados de los tres territorios, de periodicidad anual, concretamente en el mes de mayo, antes de la celebración de las respectivas Juntas Generales ordinarias. Incluso acordaron establecer una acción colectiva conjunta en Madrid entre los tres agentes que operaban en nombre de cada una de las “comunidades”. El término comunidad apelaba al “cuerpo de comunidad” representada en las Juntas Generales, incluidas las ciudades, a cuyas burguesías comerciales les atribuían sentido de partido y por ello se hallaban incapacitadas para representar a la comunidad en su totalidad. La aristocracia titulada entendía que


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sólo a ellos les correspondía el papel de intermediación y el oficio de gobierno de la comunidad, en el juego de poderes de la Monarquía, posición que chocaba con las burguesías comerciales de las ciudades, si bien es cierto que con frecuencia las familias de ascendencia aristocrática y burguesa procuraron su fusión, para consolidar la hegemonía de su poder. Los acuerdos de 1793 significaron una suerte de carta fundacional del sistema de Conferencias que en 1800, por intervención de Mariano Luis Urquijo, obtuvieron la sanción del Rey. De este modo, las reuniones o Conferencias y los acuerdos que pudieran tomar obtuvieron el estatus de legalidad. Su funcionamiento trascendió las guerras civiles del siglo XIX y perduraron hasta la guerra civil de 1936. Las reuniones comunes de los representantes institucionales de Álava, Bizkaia y Gipuzkoa en Conferencias se convirtieron en la expresión institucional de la comunidad política vasca. Las tres manos uncidas, representaban desde 1816, el sello común de sus actas. Dos políticos e intelectuales alaveses fueron los que con mayor tino y precisión describieron e interpretaron el sentido de las reuniones o Conferencias. R. Ortiz de Zarate en el Compendio Foral de la Provincia de Álava (1857), analizó en capítulo específico el sentido de las Conferencias y las consideró una institución propia del sistema foral. En el editorial del número 1 (26. VI.1856) del Irurac bat, editada por Juan E. Delmas, que llegó a ser diario en el decenio de 1860 así como el principal periódico de Bilbao y del País Vasco, se proclamaba de la mano de R. Ortiz de Zárate: “Adoptamos por divisa de nuestro periódico el lema más popular y significativo que se conoce en la tierra solariega: IRURAC-BAT:-Tres estados en uno, como lo son las nobilísimas provincias que constituyen la antiquísima Confederación vasca”(…) “su habla, sus costumbres el tipo de su hermosa y pura raza, conservada sin mezcolanza de advenediza extranjería, ¿no son los mismos

del gallardo y esbelto mancebo cántabro? Sí; nuestros hermanos son, y unas la raza y las costumbres, y las leyes y la religión y el amor santo e imperecedero que conservan a todo lo que emana de sus gloriosos e ilustres ascendientes”(...)“Jamás el pueblo vascongado ha mantenido su espiritu mas homojéneo y compacto que hoy, ni jamas tampoco su madre adoptiva ha experimentado sacudimientos más fuertes y repetidos en las capas inferiores de su revolucionarismo.”… el periódico que hoy nace no militará sistemáticamente bajo ninguna bandera política que tremole en la Península. El Irurac Bat pertenece a su partido, al partido que vive encarnado en la tierra que abarca su nombre al partido vascongado, más claro, al Partido Fuerista”. Ahora bien, el mismo autor manifestó una significativa evolución, y 14 años más tarde, escribió en la revista El País Vasco-Navarro (11 de abril de 1870): “La cuestión religiosa es para la grey euskara la cuestión capital, la más grave de todas las cuestiones, como que la base y fundamento del alcazar foral, es el espíritu religioso, atacar a este espíritu, es atacar al fuero en su parte más esencial (...) todos los diputados vasco-navarros, en las Constituyentes votamos contra la libertad de cultos (...) ni uno solo firmamos la Constitución que ha venido a quebrantar la unidad religiosa en España”. Por lo tanto, la cuestión vasca se reducía, en 1870, a la cuestión religiosa; el catolicismo y su defensa era el signo identitario por antonomasia de los vascos. Esta idea se prolongó durante el primer tercio del siglo XX. Sin embargo, los fueristas liberales del Irurac bat discreparon de la reducción teocráticacatólica del fuerismo político que lo operacionalizaban en términos de autogobierno político. R. Becerro de Bengoa, liberal republicano, en El libro de Alava (2-IV-1876) al final de la guerra civil y comienzo de una nueva iniciativa legislativa contra el régimen foral escribió que “Cada una de estas provincias constituye dentro de la federa-

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ción o fraternidad euskara una especie de estado independiente y autonómico y las tres están unidas en la identidad de la sangre y de la ley formando el Irurac bat de nuestro original y primitivo pueblo. Las tres provincias hermanas tienen, pues, fuertes y estrechos lazos de unión y se reúnen en Conferencias, cuando la gravedad e importancia de los asuntos comunes a todas lo exigen”. A continuación explica el sistema de convocatorias y la extensión de las actas por triplicado con el sello del Irurac bat. El historiador G. Desdevises du Dezert inspirándose en la obra de R. Becerro de Bengoa concluyó en 1898 que las actas de las Conferencias son el reflejo del Estado Vascongado: “L’acte était scellé du grand sceau de l’Irurac-Bat, l’État vascongade, triple et un”. En el primer debate sobre la Constitución general de la Monarquía de España (Bayona, 1808) el marqués de Montehermoso, (Ortuño Aguirre del Corral) y demás representantes de las Juntas Generales defendieron la pervivencia de los ordenamientos jurídico-forales interpretados en términos de Constitución política. Transcribo a continuación un extracto de sus respectivos discursos: “Se conserve a Navarra su Constitución particular” (Luis Gainza y Miguel Escudero. 24-6-1808). El 22 de junio de 1808 el marqués de Montehermoso declaró “Que la provincia de Alava no sea comprendida en la Constitución que se va a dar a España y que se la conserve la que actualmente goza por fuero” porque “sería inevitable su ruina, con la falta de la Constitución foral que goza”. El representante de Gipuzkoa, José María Lardizabal, señaló los artículos del “proyecto de Constitución General de España” que se oponen a la constitución peculiar de Gipuzkoa. Juan José María Yandiola, representante de las Juntas Generales de Bizkaia expuso que Había necesidad en España de una Constitución, y V.M.I. y R. ha tenido a bien dársela: pero Vizcaya tiene una que ha hecho felices a sus naturales por espacio de varios siglos y sin la cual no

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podrán existir” (…) “ha existido Vizcaya separada del Gobierno general de España, con Constitución y leyes propias”.(...) “Descansa, en fin, el señorio en la legitimidad de su Constitución, en su utilidad general y particular”, (…) “nada tiene de común este país con los demás si se exceptuan las provincias limítrofes de Guipúzcoa y Alava y el Reino de Navarra, que se hallan en circunstancias muy semejantes (…) “Suplico a V.M.I. y R. se digne declarar que la Constitución de Vizcaya no queda derogada por la general que se da a España y que en caso de hacerse alguna modificación, se la oiga para la mas acertada combinación de sus intereses con los del resto de la Nación”. La Constitución aprobada en Bayona incorporó un artículo, el 144, por el que se pospuso a una reunión ordinaria de las Cortes españolas el debate y acuerdo sobre la fórmula jurídica que pudiera adoptarse para garantizar la coexistencia entre las constituciones forales y la nueva Constitución general de la Monarquía. El 6 de Julio de 1808, el nuevo rey José I y el “Ministro Secretario de Estado” Mariano Luis Urquijo firmaban el texto de la nueva Constitución política. Constitución de Cádiz: 1812 En Cádiz fueron “los emigrados naturales o vecinos de las provincias ocupadas, que residen en Cádiz o en la isla de León” los que eligen a los diputados que redactaron y aprobaron la Constitución de Cádiz. En los debates prevaleció la idea del Conde de Toreno. “Este es el remedio que la Constitución, pienso, intenta establecer, para apartar el federalismo, puesto que no hemos tratado de formar sino una Nación sola y única”1. En adelante se fundó la idea de la Nación única en la que también se incluían los extensos territorios americanos. El general Mendizabal, expulsados los franceses y sus colaboradores, convocó en Bilbao las Juntas Generales para la jura de la nueva Constitución política de 1812. Durante el mes de octubre los representantes en Juntas Generales presentaron dos mociones: La primera, defendida por Ildefonso


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Sancho, que ostentaba por sustitución, las representaciones de Gordejuela y Fika, quien junto a otros cinco que representaban a 6 localidades, se manifestaba a favor de la jura incondicional en los siguientes términos2: “El Señorío de Vizcaya congregado habiendo oído la lectura de la Constitución política de la Monarquía Española recibe gustosa y espontáneamente sin reserva ni restricción ninguna y quiere que se cumplimente”, sin embargo, esta postura resultó minoritaria. Los dirigentes políticos de la administración foral en ciernes, con el apoyo del resto de representantes de las localidades que llegaban hasta 92, aprobaron que se buscara una compatibilidad de ambas constituciones, según la proposición formulada por Miguel Antonio Antuñano, párroco de Gordejuela y miembro de la Junta-Diputación opositora a la monarquía Josefina: “Penetradas las Juntas Generales de los sentimientos mas grandes de respeto y aprecio hacia la Constitución española, decretaron tributarla el homenage más sincero de su obediencia y reconocimiento; y poseyendo este Señorío desde un tiempo inmemorial la Constitución privatiba de este suelo (...) no sabiendo la Junta si recibida la dicha Constitución Española es necesario renunciar absolutamente la Vizcayna, o si son conciliables en todo o en parte las ventajas de las dos resolvieron nombrar y comisionar” una comisión que transmitiera a la Regencia o gobierno provisional, la duda que les embargaba. Mariano Renovales, Comandante general para las Provincias Vascongadas y presente en la sesión, contrariado por el acuerdo de la mayoría, emitió a la Regencia su opinión el 10 de noviembre de 1812 criticando a su superior G. Mendizabal, general en jefe del séptimo ejército, que presidía las Juntas Generales: “Lejos de eso continuaban haciendo Decretos que mas parecían de una republica independiente que de una Provincia de la Monarquía Española. Allí se señalaban sueldos a los Diputados (…) allí se davan los empleos de todo genero. Allí se señalaba la paga de la oficialidad y de los soldados…”3. La Regencia ordenó que no admitía reservas y envió al general Castaños para reprimir lo que calificaban

como desórdenes, para que se procediera a un nuevo Juramento incondicional de la Constitución. Las Juntas Generales de Álava juraron la nueva Constitución, las de Gipuzkoa acordaron ciertas reservas y en Navarra la juraron a fines de 1813. En el mismo decenio se escribieron y publicaron en Bilbao y su entorno, poemarios de inspiración épica. Entre estos destaca “Antxinako euskaldunen alabantzak” (Alabanzas de los antiguos vascos). En el marco del relato bíblico y de la antigüedad clásica, destacaba los rasgos de la identidad de los vascos en tiempos de cambio según las premisas del patrón antiliberal y contrarrevolucionario. La escritora Vicenta Moguel que vivía en Abando, fue una de las personalidades que contribuyó a la redacción y difusión de este tipo de literatura política. De la Constitución de Cádiz a la de 1837 y 1845 En 1834, en plena guerra civil, los dirigentes políticos de Álava, (F. Otazu, Ortes de Velasco, B. Lopez) junto al consultor o jurista de la Diputación general de Bizkaia C. Loizaga, defendieron la coexistencia y compatibilidad del Régimen foral y el constitucional. Sin embargo, en 1837, según la nueva Constitución, el gobierno ordenó la disolución de las Diputaciones forales y su sustitución por las provinciales. Se llegó al Abrazo de Bergara (31-8-1839) y el Gobierno español al de 10 días envió un proyecto de Ley a las Cortes, con mayoría de liberales exaltados o progresistas: “Artículo 1.º Se confirman los fueros de las provincias Vascongadas y de Navarra. Art. 2º. El Gobierno tan pronto como la oportunidad lo permita presentará a las Cortes, oyendo antes a las provincias, aquella modificación de los fueros que crea indispensable, y en la que quede conciliado el interés de las mismas con el general de la nación y con la Constitución política de la Monarquía. Palacio 11 de setiembre de 1839. Lorenzo Arrázola”4. Es decir, un proyecto que por un lado confirmaba y por otro proponía que era necesario buscar la conciliación entre la constitución foral y la constitución general

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de 1837. En el debate se enfrentaron dos visiones contrapuestas sobre la Constitución foral: Los exaltados circunscribían la continuidad foral al ámbito fiscal y municipal lo cual representaba lo bueno de los fueros. Mientras que entre los moderados había quienes defendían el estatus político de autogobierno contenido y derivado de la jurisdicción foral. Se manifestó la contradicción que pudiera surgir entre legalidad foral y constitucional. Finalmente, resultó la Ley del 25 de octubre de 1839. En la tradición política del nacionalismo vasco de Sabino Arana, esta Ley se ha interpretado como la Ley abolitoria de los fueros y la independencia originaria. Sus diputados en las Cortes españolas no perdían ocasión para solicitar su derogación, hasta que en 1978 lo consiguieron, circunscrita solamente para Álava, Bizkaia y Gipuzkoa. Ahora bien, desde un punto de vista jurídico, político e histórico, la Ley, 25-X-1839 no hizo más que introducir en el debate constitucional español y su ordenamiento legal, los elementos y fundamentos forales que derivaron hacia la pervivencia y desarrollo moderno de las facultades de autogobierno político, administrativo y tributario. Sin la existencia de la Ley, la mera aplicación de la Constitución de 1837 no permitía ni contemplaba la continuidad legal de la administración pública foral. Era la Constitución de 1837 la que ciertamente abolía el poder foral y en consecuencia el gobierno central cesó a las Diputaciones forales (Ley de 16-IX-1837). La Ley 25-X-1839 permitió objetivamente, al menos, el restablecimiento de las instituciones públicas forales, la incorporación del discurso y la legalidad foral al bloque de la constitucionalidad liberal española, aunque su desarrollo, con frecuencia, no fuera acorde con las decisiones adoptadas en Juntas Generales. Es cierto que, en adelante, el Parlamento nacional español se constituía en último intérprete de la foralidad, un Parlamento al que quedaban supeditadas las decisiones de las Juntas Generales de Álava, Bizkaia y Gipuzkoa. Pero las Juntas Generales fueron restablecidas como consecuencia de la citada Ley y el decreto que lo desarrollaba.

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Entre 1840 y 1877 se debatieron diferentes proyectos de “arreglos forales”, es decir, de articulación política-jurídica de la llamada “España Foral” y la “España constitucional”. Los representantes de Navarra negociaron un “arreglo” mediante la Ley de modificación de los Fueros que resultó aprobada por el Parlamento español el 16 de agosto de 1841, por la que Navarra se convertía de Reino en provincia. Dos testimonios de los comisionados de Bizkaia y Álava en el proceso de negociación sirven para evaluar los términos de la negociación y la divergencia de opiniones: “los navarros se conforman en admitir la jefatura de la Diputación provincial y todas las leyes políticas del Reino. Consienten en que queden suprimidas sus Cortes, Consejo y Virrey: quieren conservar su administración económica y municipal: se oponen a que se introduzcan los estancos, derechos de puertas, papel sellado y quintas: y ¡admírese Vd! pretenden el establecimiento de las aduanas en la frontera (...) la diferencia que en este punto nos separa es como Vd conoce inmensa y nos ha de ocasionar disgustos sumamente amargo.” (F. Hormaeche, Madrid, 28-V-1840). “Los tres Comisionados que hay aquí de Navarra son lo mismo, en mi concepto, que la carabina de Ambrosio colgada de un clavo para el objeto con que aquí los han enviado (...) “He visto las bases bajo las cuales han convenido con la Comisión del Gobierno que puede presentarse a las Cortes el proyecto de ley sobre modificación // de sus fueros: son escandalosas y no tendrán valor, ni honor, sus Paisanos si no las rechazan y declaran a su Comisionados enemigos del país”. (F. Otazu, Madrid 15-8-1840). En adelante, la Diputación provincial de Navarra podría encabezar el pago de su “única contribución directa” además del pago de otros tributos a la Hacienda central. La ley introducía la organización y atribuciones de los Ayuntamientos y Diputación, la administración general de justicia, y el gobierno político y militar propio de las provincias con el establecimiento de quintas y aduanas, papel sellado, estancos de tabacos y sal, pólvora y azufre y la do-


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tación de culto y clero según la Ley general. Álava, Bizkaia y Gipuzkoa, rechazaron un proyecto de modificación foral en los términos navarros. Sin embargo, B. Espartero, el 29 de octubre de 1841 por decreto impuso una modificación unilateral de los fueros: Traslado de aduanas, nueva organización judicial, abolición de Juntas Generales, jefes políticos con sus facultades y Diputaciones provinciales por Ley en 1842. Después en 1844 se restablecieron las Juntas Generales y Diputaciones forales para llegar a un “arreglo foral”, según la previsión de la Ley del 25 de octubre. El proyecto auspiciado por Blas Lopez y Pedro Egaña en 1850, acordado por las Juntas Generales de Álava y Gipuzkoa, fue uno de los proyectos de arreglo foral de iniciativa vasca pero no concitó la aprobación de la mayoría en las Juntas Generales de Bizkaia que exigían, con carácter previo, la reintegración foral según el estatus de 1840. Por otra parte, los proyectos de arreglo impulsados por el Gobierno central también fueron rechazados. Entretanto las Diputaciones forales desarrollaron su actividad político-administrativa ordinaria. El 7 de julio de 1859 el ministro de gobernación J. Posada Herrera prohibió las reuniones de las Diputaciones vascas en Conferencias: “Suponer que las Diputaciones forales de las Provincias Vascongadas pueden reunirse cuando, como y donde les parezca para tratar de los asuntos que les acomode, sin la intervención de los Gobernadores, sería sostener el principio absurdo y, más que absurdo, peligroso e imposible en toda buena administración, de que puede haber un Estado dentro de otro Estado y negar al Gobierno, por consiguiente, el derecho que la constitución y las leyes le dan de suprema vigilancia en todos los ramos de la administración”. El 15 de febrero de 1861 la Reina Isabel II desestimó el recurso de las Diputaciones porque la reunión en Conferencia “ha de ser con conocimiento del Gobernador de la Provincia”, dado que las reuniones en Conferencia tienen un “verdadero carácter político”. Por las mismas fechas, las Dipu-

taciones forales acordaron la formación de cuerpos expedicionarios militares, los “Tercios Vascongados” para participar en las guerras de Africa (1860) y Cuba (1869) junto al ejército español, en defensa del trono, la religión, la libertad y el “decoro español” para “contribuir al mantenimiento del nombre español”. Constitución de 1876: La ley del 21 de julio de 1876 A. Cánovas exigió a las Diputaciones forales que nombraran comisionados para proceder al proceso de modificación foral. En las instituciones españolas y la prensa se extendió un clamor general contra los fueros. En lugar de una negociación, Cánovas cumplía el trámite legal de oír a los comisionados vascos en las reuniones de mayo de 1876. Tenía trazado un plan. En el discurso de debate de la ley el 12 de julio manifestó que de haber depuesto las armas los carlistas la reforma foral sería similar a la modificación foral de Navarra. Implícitamente otorgaba a los carlistas la representación de los habitantes de los territorios forales ignorando a los liberales y su administración foral que se habían distinguido en defensa de la legalidad junto al Gobierno central. La nueva ley establecía un nuevo principio de preeminencia legal sobre eventuales principios forales, articulaba el pago de una contribución a la hacienda central y al ejército, si bien transfería al Gobierno español un amplio margen de iniciativa política sobre su aplicación. Aprobada por el Parlamento español, fue rechazada por las Juntas Generales de Álava, Bizkaia y Gipuzkoa y las Diputaciones forales se negaron a la ejecución de la ley. El decreto de 31-XII-1875 limitaba la libertad de prensa y en 1876 el Comandante general de Bizkaia prohibió a la prensa la defensa de los fueros. El 7 de mayo de 1876 comenzó en Madrid, con ayuda de las Diputaciones forales, la edición del periódico La Paz para contrarrestar la campaña antifuerista. A. Canovas prohibió las reuniones en Conferencias y finalmente suprimió por decreto las Juntas Generales

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y Diputaciones forales. Nombró por Real Orden diputados provinciales. Y estos, con las garantías constitucionales suspendidas en los territorios forales hasta 1879 y con el ejército a sus pies, negociaron con el gobierno central, quien no podía ignorar la oposición que suscitó la ley, la aplicación de un régimen tributario transitorio, peculiar en relación al régimen común español, pues las diputaciones recaudarían impuestos y pagarían por encabezamiento un cupo: Nacieron los Conciertos Económicos. La legitimidad y legalidad del derecho foral público quedó suspendida y truncada. Ahora bien, pudo más el oficio de gobierno que tan bien lo conocían y ejercían y pese a las adversas circunstancias, comenzó el desarrollo de un tipo de autonomía fiscal y administrativa. Las Diputaciones provinciales emprendieron el camino de la legitimación jurídica y política del nuevo régimen construido sobre débiles mimbres jurídicos, en tanto que excepciones legales establecidas por el gobierno central. En 1890, el presidente de la Diputación de Bizkaia, Pablo Alzola, liberal dinástico, en su memoria de gestión defendía que había logrado consolidar el Concierto, ahora bien se lamentaba que “no ha sido posible recabar hasta ahora todo aquello que, aun prescindiendo por el momento de la reivindicación de los derechos históricos, puede y debe alcanzar el País Vascongado” Por su lado el Consistorio de los juegos florales celebrados en San Sebastián en diciembre de 1894 invitó a la “Sociedad Euskalerria” de Bilbao que propuso el siguiente tema de concurso: Forma de organizarse los bascos-nabarros para alcanzar la reintegración de sus derechos, constituyendo una agrupación común. Resultó ganador el proyecto de Pedro Maria de Merladet, titulado “Euskaria para los euskaros” que se editó en 1895. El 24 de enero de 1898, según el acta de Conferencia las Diputaciones reclamaron “la independencia económica y administrativa de las tres provincias”. (“reunidas las tres Diputaciones de Vizcaya, Guipúzcoa y Alava en conferencia

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en la I. villa de Bilbao, a consecuencia de la alarma que cunde en el País, por los actos que ha realizado el Gobernador civil de Vizcaya, con evidente menoscabo de las facultades reconocidas á las Diputaciones Vascongadas en el orden económico y administrativo, han acordado unánimemente elevar á V.E. una exposición colectiva en reclamación de los agravios que se infieren al País Vascongado, invadiendo la esfera de acción de sus Diputaciones, creando con ello una situación preñada de dificultades y peligros.”) Por su lado, el diputado provincial en Bizkaia, Sabino Arana, el 24 de noviembre de 1898 presentó una moción para que se constituyera un “Consejo Regional”, es decir, “una Junta superior de representantes de Alava, Guipúzcoa, Navarra y Vizcaya cuyos fines serán a) guiar, con voz de consejo a las Diputaciones de las dichas cuatro Provincias en las relaciones de las mismas con el Poder central (…) proponer a las citadas Diputaciones para su ejecución por las mismas, todo lo que sea de notable interés para el bien común, moral o material, de las cuatro provincias”. El 14 de diciembre de 1899 la comisión de gobernación emitió informe negativo y el 9 de mayo de 1900 la “Diputación provincial de Vizcaya” lo sancionó. Apelaban que el objetivo se lograba mediante la práctica común efectiva de las Conferencias. El mismo año, el secretario de la Diputación de Bizkaia J.M. Estecha inventó una nueva categoría para fundamentar jurídicamente el nuevo estatus que se había desarrollado desde 1877: “Régimen político-administrativo”. Asamblea de Vitoria: 16 de julio de 1917. Estatuto de autonomía (9-1-1919) La asamblea estuvo constituida por los presidentes y Diputados provinciales de Álava, Bizkaia y Gipuzkoa y el vicepresidente (presidente efectivo) de Navarra y diputados provinciales de Navarra en calidad de observadores. Se acordó y formuló un mensaje con una distinción clara:


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Por un lado se solicitaba la “Reintegración Foral” pero, como no esperaban su reconocimiento, demandaban una amplia autonomía, delimitando exactamente las competencias correspondientes al Estado: Relaciones exteriores, Guerra y Marina, Aduanas, correos y Telégrafos, Pesas y medidas, Moneda y Deuda pública. Las Diputaciones se ocuparían de “la facultad de resolver por sí los asuntos que se refieren al fomento de la instrucción en todos sus grados, a la práctica de beneficencia, a las obras y servicios hidráulicos, a la agricultura, industria y comercio, y otros que no hay por qué detallar, en nada va contra la soberanía del estado”. Se aplicaría la plena exclusividad en los respectivos ámbitos de su competencia. Este mensaje fue ratificado por los Ayuntamientos reunidos en asamblea, pero no surtió efecto en el Gobierno central. El 25 de octubre de 1918, el grupo de parlamentarios y senadores nacionalistas vascos envió un mensaje al presidente de EE.UU Thomas Woodrow Wilson. El 8 de enero de 1918 había defendido en el Congreso un programa de 14 puntos para la reconstrucción de la nueva Europa y apelaba a la doctrina de la libre determinación de los pueblos. El texto del mensaje explicita, por un lado, la interpretación que sobre la comentada ley del 25-X-1839 realizaban los citados parlamentarios y, por otro, manifestaban su adhesión a la doctrina de la libre determinación de los pueblos como uno de los principios para la instalación de la paz perpetua en Europa: “Al cumplirse el 79 aniversario de la anulación, por el Gobierno español, de la independencia del pueblo vasco, los que suscriben, Diputados y Senadores en las Cortes españolas, en nombre de todos los vascos que, conscientes de su nacionalidad, desean y laboran por verla desenvolverse libremente, saludan al Presidente de los Estados Unidos de América, que al establecerse las bases de la futura paz mundial, las ha fundamentado en el derecho de toda nacionalidad, grande o pequeña, a vivir como ella misma disponga, bases que aceptadas por todos los Estados beligerantes, esperamos verlas aplicadas prontamente

para el mejor cumplimiento de lo que la justicia y la libertad individual y colectiva exigen.” José Horn y Areilza, Arturo Campión, Pedro Chalbaud (Senadores por Bizcaya) Ramón de la Sota, Domingo Epalza, Antonio Arroyo, Anacleto Ortueta, Ignacio Rotaetxe (Diputados por Bizcaya) José Eizagirre (Diputado por Gipuzkoa), Manuel Aranzadi (Diputado por Navarra). La revista Hermes también se hizo eco de los principios defendidos por el presidente Wilson, así como del proyecto de Sociedad de Naciones y su director Jesús de Sarria y R. Belausteguigoitia defendieron la constitución de un Gobierno propio, un Gobierno vasco. Según J.Sarria “En el Fuero, interpretado según los sentimientos y las necesidades de 1918, está todo el contenido de la Constitución que el pueblo vasco necesita (...) el pueblo vasco pide la autonomía nacional íntegra, la libertad para regirse internamente a sí mismo según su amplio espíritu social y jurídico. Eso significa la nacionalidad vasca y la democracia, en realidad consustanciales…”. (Hermes, nº28, 1918). Los socialistas de la Casa del Pueblo de Bilbao ratificaron las declaraciones de Indalecio Prieto en el curso del debate de agosto de 1917 favorable al programa autonómico de las Diputaciones. El 25 de noviembre de 1918, el dirigente socialista eibarrés Toribio Echevarria, fruto de los debates en el seno de la casa del Pueblo de Eibar, publicó un folleto titulado La Liga de Naciones y el problema vasco en el que se manifestaban en defensa de la soberanía política vasca: “La reintegración foral no puede significar necesariamente la vigencia literal de aquella legislación, sino el restablecimiento o restitución a favor de este país de aquellas facultades legislativa, ejecutiva, judicial y administrativa que gozó hasta la abolición de los Fueros. Lo cual significa su plena soberanía política. Y que soberanamente después haría su legislación conforme pluguiera a su albedrío.” Exigían que el Estado garantizara los derechos individuales, el laicismo en la enseñanza y concluía que “Si llega la ocasión, y debemos desear que llegue, debemos dar nuestro voto por que se resuelva el problema vasco a ba-

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se de una amplia autonomía, y aún a base de Estado, siempre que precedan aquellas garantías que nos interesan y hemos dejado señaladas.” En este contexto de optimismo internacional, por la paz firmada en Europa, durante el mes de noviembre de 1918 se debatieron y redactaron proyectos de “Estatutos de autonomía” en el seno de las Diputaciones provinciales como fórmula jurídica para la aplicación del mensaje autonómico. En la Diputación de Bizkaia se imprimió el “Proyecto de Estatuto orgánico de la autonomía vasca” (cuya autoría se atribuía a José Horn, Ramón de la Sota y particularmente Luis Urrengoetxea, presidente de la comisión de gobernación).Los diputados provinciales carlistas y republicanos presentaron por su lado otros proyectos. Los carlistas criticaron el citado Estatuto en tanto que introducía conceptos tales como Parlamento y demás instituciones comunes. En la Diputación de Gipuzkoa también se elaboró un proyecto de Estatuto de autonomía. Por otro lado el 9 de enero de 1919, la subcomisión extra-parlamentaria nombrada por el presidente español Conde de Romanones (P. Chalbaud, J. Orueta, M. Senante) redactaron un proyecto de Estatuto de autonomía de inspiración foralista que fue aprobado por las diputaciones de Bizkaia y Gipuzkoa. La de Álava presentó sus reservas. El artículo 3.3 establecía un mecanismo de blindaje competencial en los siguientes términos: “La administración central no tendrá intervención de ninguna clase en el ejercicio de las funciones autonómicas que se mencionan en este artículo.” Pero en el trámite parlamentario, fue rechazado en comisión, debido a que el proyecto de ley sobre el “Estatuto Regional” preveía que la legislación fuera centralizada y solamente se descentralizara su administración. Sin embargo, la dimisión de Romanones y la disolución del Parlamento impidieron el debate en pleno tanto del Estatuto Regional como del Estatuto vasco. (1919). La transición de la “Constitución Foral” a los Estatutos de autonomía iniciaba su andadura. Ahora bien, el 7 de enero de 1919 liberales, mauristas y conservadores fun-

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daban en Artxanda (Bilbao) la Liga de Acción Monárquica para “hacer frente al movimiento separatista” y su estrategia autonomista. El primer acto de la Liga fue telegrafiar al Presidente del Consejo de ministros “protestando contra el hecho de que en la Comisión extraparlamentaria no estén representadas las aspiraciones eminentemente españolas de la mayoría del país. G. Balparda y demás líderes apelaban al foralismo para oponerse al autonomismo, pues lo consideraban la antesala del independentismo. Por último ofrecemos a continuación una reproducción facsimil del “Proyecto de Estatuto orgánico de la autonomía vasca” (1918) un proyecto de actualización de la doctrina de reintegración foral en términos autonómicos, desde una perspectiva nacionalitaria vasca, en el contexto del Estado español. Véase páginas 38-42 FUENTES Y BIBLIOGRAFÍA Las referencias de archivo y bibliográficas que se citan en el presente artículo pueden consultarse en los capítulos del volumen cuarto, escritos por el autor: AGIRREAZKUENAGA J. (dir.) Historia de Euskal Herria. Historia general de los vascos. Donostia, Ed. Lur, 2004. 6 Volúmenes. Asimismo la consulta de las actas de Conferencias puede verse en: AGIRREAZKUENAGA J. (ed.) La articulación político-institucional de Vasconia. Actas de las Conferencias firmadas por los representantes de Alava, Bizkaia, Gipuzkoa y eventualmente de Navarra (1775-1936) Bilbao, Diputaciones Forales de Bizkaia, Alava y Gipuzkoa, 1995, T. I y II. NOTAS 1Diario de Sesiones de las Cortes generales y extraordinarias, T.IV, pp 2590-2591. Madrid, 1870 2 Archivo del Congreso de los Diputados. Madrid. Sec. General Leg.18, nº27. Manuel Santelices representaba a Zalla y Ubidea. Valle de Carranza Lorenzo Gomez de Haedo, Sopuerta Raimundo Humaran, Arcentales, José Rodriguez de las Conchas, Galdames Angel Ramón Garay. El texto de la moción no fue incorporado a las actas impresas de las Juntas Generales de Vizcaya. 3Archivo del Congreso de los Diputados. Madrid. Leg. 18, nº27. Juntas Generales del M.N.y M.L. Señorio de Vizcaya, 1812, pag. 15 4Apéndice al num. 25. Diario de las Sesiones de Cortes. Congreso de diputados. Proyecto de ley del Gobierno y dictámen de la Comisión sobre los fueros de las provincias Vascongadas y de Navarra.


SAMUEL LABADIE Bac économique et social: juin 1996, Lycée André Malraux, Biarritz. École municipale de dessin de Bayonne: 19961997. École Nationale des Beaux-Arts de Lyon: 1997-2002. Universitat de Bellas Artes de Barcelona: 2000-2001. Diplôme national d’art plastique: juin 2000, Lyon. Diplôme national supérieur d’enseignement plastique, mai 2002, Lyon. Prix de Paris de l’École Nationale des Beaux-Arts de Lyon, septembre 2002, Lyon. Résidence Arteleku, San Sebastián, octobre 2002 – janvier 2003. Résidence cité des Arts, janvier 2003 - décembre 2003. École Nationale des Beaux Arts de Paris, 2003-2004. Résidence Château Baroja, 2004-2005, Anglet.


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La reivindicación del autogobierno vasco en la época de la II República

I. Deducciones derivadas de la historia Aunque el aspecto conclusivo suele ser el corolario final deductivo de la propia exposición, se me permitirá que afirme ya similitudes entre el período examinado y la palpitante actualidad, siempre con la vista puesta en el titulado de esta conferencia. Puesto que si algo se puede señalar de este tiempo, es que existieron fuerzas políticas que apoyaron incondicionalmente la autonomía vasca, por más que se les pueda reprochar errores tácticos y posicionales; del mismo modo, que otros exponentes partidistas se opusieron frontal y decididamente (“antes una España roja que rota”) a cualquier fórmula autonomista. Existiendo una tercera vía, que optó por un ciego tacticismo que les llevó a un no compromiso con el autogobierno, configurándose en un antecedente preclaro de esa ya vieja regla: el ciudadano tiene otras preocupaciones más consistentes que las de JOSE MANUEL CASTELLS afianzar un gobierno propio. Estudió Derecho en la Universidad de Navarra y se Nada nuevo bajo el sol, doctoró en la Universidad dado que con anterioridad las Complutense de Madrid. Ha escrito muchos libros sobre tres posiciones se habían preDerecho. Fue decano de la Facultad de Derecho de la sentado con clara notoriedad; UPV durante nueve años y, ni qué decir que con posteriodurante tres, Secretario General de la UPV. También ha ridad también lo harán. Resta desempeñado cargos polítiintroducir en este contexto el cos: Vicedirector de Administración Pública del Gobierno reino de la matización, pero Vasco y diputado de la prieso ya se explicitará a lo largo mera Diputación Foral de Gipuzkoa. También es miembro de la siguiente exposición. de Eusko Ikaskuntza.

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II. Presupuestos políticos del Regionalismo republicano No interesa entrar en las fuentes ideológicas de los mentores de la República, sino en tanto en cuanto pudieran tener una directa incidencia en el muy concreto y específico proceso estatutario vasco. a) El Pacto de San Sebastián: El célebre pacto celebrado en la calle Garibay donostiarra en verano de 1930, con gran asistencia de políticos republicanos, de forma singular catalanes, con Indalecio Prieto inaugurando su constante presencia en diferentes eventos a título particular y sin presencia nacionalista vasca, supuso que sin acuerdo formalizado alguno se manifestara “el hecho vivo catalán”, el principio de autodeterminación de los pueblos y el reconocimiento de la soberanía de las Cortes republicanas para aprobar las consiguientes Estatutos de Autonomía; al menos esta es la versión que posteriormente dio Carrasco Forniguera, aunque hubiese una coincidencia más general en lo esencial con estos tres aspectos. De tal modo, cuando se instauró la República el 14 de abril de 1931, la reforma regional se puso a la par de las iguales reformas agraria, militar y religiosa; constituyendo uno de los motores propulsores del nuevo régimen democrático. Con la particularidad que en la autonomía regional, las aspiraciones catalanas se situaban en vanguardia y las vascas en retaguardia. Las razones de esta precedencia eran variadas, una de ellas –y Irujo bien que


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lo lamentó– la no presencia nacionalista vasca en el Pacto de San Sebastián. b) La Constitución de 9 de diciembre de 1931. De forma paradójica los constituyentes presentaron un abanico de posturas enfrentadas de inicio al hecho catalán y lo hicieron con argumentos variados. Desde Unamuno quien proclamó la prevalencia de la reforma agraria, pasando por Ortega y Gasset, quien afirmaría el papel esencial de “la provincia” y concluyendo por el Partido Socialista Obrero Español (PSOE), que proclamó su oposición a la autonomía catalana por la paladina razón que beneficiaría a los obreros “apolíticos” de la CNT, fuertes en ese territorio. La síntesis se decantaría por la rotunda oposición al federalismo como organización del Estado y por un curioso artículo 1º con claras secuelas posteriores: “la República como un Estado integral compatible con la autonomía de los municipios y provincias”. Se pensaba en el horizonte de los prohombres republicanos en un Estado unitario que fuera compatible con la autonomía de unas pocas regiones –si era sólo Cataluña mejor–. Se utilizó el modelo de la Constitución de Weimar y su contenido estatutario, siguiéndose, incluso con cierto mimetismo, sus postulados concretos en el espacio territorial. III. Las sucesivas oleadas autonómicas vascas Siguiendo la trayectoria del siglo, la reivindicación vasca se situará a los talones de la catalana. Estos formulaban un proyecto estatutario de tipo federal, el Estatuto de Nuria, que se anticipa al proyecto vasco. Sin embargo, unas diferencias substanciales distinguen uno y otro territorio: Cataluña posee en esta época una gran homogeneidad electoral –basada en la LLiga y en Ezquerra Republicana– y una casi exclusiva central sindical –la CNT–; situación que le permitirá presentar una

posición de fuerzas unitarias ante el bloque central. Vasconia, a partir de las elecciones de abril, alumbrará un escenario a tres bastante igualado, compuesto por el nacionalismo, las derechas monárquicas y tradicionalistas y la izquierda republicana más el PSOE; imbuidas las dos primeras de un fuerte sentido de defensa del statu quo religioso y en subsiguiente contradicción con los presumibles postulados republicanos. Luego en el supuesto vasco, la reivindicación estatutaria exigía una coalición al menos de dos de los bloques entre sí, para ser mínimamente efectiva a nivel doméstico, sin que desde el prisma central fuera por ello suficiente, como se comprobará de inmediato. Es conocido que en las elecciones a Cortes constituyentes se creó entre el PNV y las derechas un frente, denominado minoría vasconavarra proestatuto, que poseía una faceta positiva cara a la territorialidad (Álava y Navarra parecían afirmadas en el interior vasco), pero que se presentaban como un bloque claramente antigubernamental y presuntamente antirrepublicano. Faceta ésta que connotará el pronto fracaso de la iniciativa, boicoteada por el poder político dominante. Es también conocido que existe un primer proyecto estatutario creado por la benemérita Sociedad de Estudios Vascos, que contó con potentes apoyos, desde la mencionada minoría, pero también de las fuerzas republicanas, así como de un amplio espectro municipal. Proyecto que partía de una concepción federal del Estado, de una estructuración foralista a nivel interior y de un amplio bagaje competencial. El posible consenso se rompió cuando el PNV y los Tradicionalistas le adicionaron una enmienda consistente en que las relaciones Iglesia-Estado fueran competencia de las instituciones vascas. La intromisión de la cuestión religiosa en el marco autonó-

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mico significaba –y así sucedió– que los partidos republicanos dieran la espalda a este proyecto, que si bien prontamente refrendado por los municipios de las cuatro provincias y aprobado en la “magna” asamblea de Estella, pasará al rincón de las iniciativas frustradas. Efectivamente, la Constitución republicana no será federalista, ni admitirá un proyecto del tono y cariz del de Estella. Luego este proyecto entraba en una vía muerta, sin avizorarse salida alguna. La disyuntiva era la ruptura con el régimen republicano o la adopción de una fórmula de carácter posibilista y, sin embargo, una luz se enciende cuando el Decreto de 8 de diciembre de 1931, encomendaba a las progubernamentales Comisiones Gestoras provinciales –que habían sustituido a las Diputaciones Forales– la formalización de un proyecto de Estatuto para el País Vasco. En esta hora sombría, la brillante generación nacionalista (J.A. Aguirre, M. de Irujo, Landáburu, Leizaola,…) adopta la solución posibilista y acepta la fórmula de las gestoras como redactoras de un nuevo proyecto. Paso que supondrá un avance en la reclamación del autogobierno pero que llevaría a la ruptura con sus aliados de la derecha, y al cuestionamiento consiguiente de la integridad territorial en un proyecto común. Las gestoras efectivamente cumplieron aceptablemente su encargo redactando un proyecto absolutamente constitucional, sin que este dato le proporcionara fe de vida, puesto que encallará en las aguas republicanas, ante el juego cruzado de las derechas monárquicas y el evidente recelo de los republicanos. Lo de menos fue la retirada navarra –al menos de un importante número de municipios–; lo peor fue que nunca el proyecto fue tomado en serio por quienes detentaban el poder político. Ni siquiera cuando este proyecto –sin Navarra– fue refrendado el 5 de noviembre de 1933 por un 84% del electorado votando

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a favor, pese a la fuerte abstención alavesa. Cuando el proyecto llega a las Cortes será tumbado por la “cuestión alavesa” agitada por el cacique Oriol Uriguen y la aquiescencia del partido radical de Lerroux; siendo el PSOE un activo espectador, más bien contrario que indiferente. Se pudo hablar más alto pero difícilmente más claro. Como lo diría en el hemiciclo parlamentario el jefe monárquico Goicoechea, “la eliminación de Álava siguiendo a la de Navarra representa el fracaso definitivo del Estatuto vasco. Eso es lo que queremos”. El escollo del parlamento no consiguió ser superado por el proyecto tan clamorosamente refrendado a lo largo de toda esta legislatura. El bienio negro supuso, por lo tanto, el arrinconamiento de las pretensiones vascas, miradas negativamente por una derecha feroz. Sin embargo, la denominada “guerra del vino” que propició un fuerte movimiento de los ayuntamientos vascos de muy diferente tamiz ideológico –también las dominadas por republicanos como Bilbao–, servirá, no obstante de aglutinante, con la participación de Prieto, para un nuevo escenario que permitiera la salida del “impasse”. Es así que en ocasiones del programa del frente popular en las elecciones de febrero de 1936, ocupa un lugar primigenio el restablecimiento del Estatuto catalán, suspendido desde octubre de 1934, así como la aprobación del recurrente Estatuto vasco, paralizado todavía en el escalón parlamentario. El triunfo del Frente Popular y el mantenimiento del PNV, pondrá sobre el tapete la necesidad de ese Estatuto, para el que existían los mejores augurios: la Comisión parlamentaria correspondiente, encargada del nuevo texto, tenía como presidente ni más ni menos que a Indalecio Prieto, auténtico convencido de la validez estatutaria, y su secretario, José Antonio Aguirre, notario impulsor y promotor de toda iniciativa encaminada al autogobierno.


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Todo lo que habían sido con anterioridad piedras en el camino, se solventará en la Comisión con pasmosa tranquilidad. La peliaguda cuestión de la voluntad alavesa se salva con la proclamación que era clara su decantación mayoritaria. El resto de cuestiones problemáticas son igualmente resueltas con facilidad, con la excepción del concierto económico, que dio pie a Calvo Sotelo para su última iniciativa parlamentaria en contra de la financiación vasca. El Estatuto estaba prácticamente finalizado cuando el 18 de julio se levanta una parte del ejército español y comienza una larga y tenebrosa Guerra Civil. IV. El Estatuto Vasco de 4 de octubre de 1936 Es notorio que Largo Caballero pidió la entrada del PNV en su Gobierno y que este partido, aceptando que Irujo asumiera responsabilidades en dicho órgano, requirió como contrapartida la fulminante aprobación del Estatuto vasco. El 1 de octubre, las Cortes por aclamación y después de un sentido discurso de José Antonio Aguirre, aprobaban el Estatuto tan deseado a lo largo y ancho del quinquenio republicano, siendo promulgado el 4 de octubre. En consecuencia, también el 7 de octubre se constituía el primer Gobierno Vasco de la historia, de concentración de todas las fuerzas republicanas salvo los anarquistas, bajo la presidencia de José Antonio Aguirre. El Estatuto vasco de 1936, muy escueto y conciso. Siguiendo la directriz previa fijada por Prieto, poseía un gran mimetismo del Estatuto catalán de 1932, teniendo pocas características comunes con el Estatuto Vasco plebiscitado mediante referéndum. Se mantenía la técnica de los conciertos económicos, y curiosamente por primera vez desde 1932, no existía ninguna referencia a Navarra, cuestión que para el propio Prieto no suponía ningún obstáculo

para la interconexión común en un futuro plebiscito. Una cláusula aparentemente inocua, alcanzará de inmediato una gran trascendencia: era la que hacía al presidente del ejecutivo vasco representante del Estado republicano en la región vasca. Cláusula que proporcionará el basamento jurídico para un porvenir del Gobierno Vasco que le equiparará a un Estado soberano. Si el Estatuto en su contenido puede calificarse como modesto en cuanto al autogobierno, dicha cláusula representativa y el aislamiento del centro político-geográfico por mor de la guerra, supusieron que se pudiera crear un ejército de operaciones de Euskadi; se emitiera moneda propia (las pesetas de Euskadi); se estableciera una marina de guerra propia; o se emitieran pasaportes de un notable reconocimiento internacional. La gestión gubernamental fue ciertamente resaltable, cuando no admirable. Cuando los cañonazos insurrectos se oían en Bilbao a menos de 50 Kilómetros del frente de operaciones, se llevó a cabo una ingente tarea de regeneración y construcción institucional que no deja de producir asombro en la actualidad. En el estricto ámbito militar, pese a la opinión de un célebre prohombre de las letras vascas, consciente de que al Gobierno Vasco le pasaba lo mismo que al cinturón de hierro –excelente obra de ingeniería civil pero no válido como instrumento militar– el hecho incuestionable es que en los tres meses largos de ofensiva del ejército franquista –de marzo a junio de 1937– no se consiguió avanzar más que esos 50 Kilómetros. Lo que habla, como lo ha hecho un oficial de la academia de Zaragoza de la alta incompetencia de Franco, pese a un total dominio aéreo, artillero y de cuadros profesionales, su rapidez en el avance fue menor que el de una tortuga; pero también dice mucho de la tenacidad y coraje del Gobierno Vasco y su ejército

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operacional, que pese a su abrumadora inferioridad en todas las órdenes, resistió meses y meses la acometida fascista. Insistiré en el logro esencial del Gobierno autonómico: por primera vez en la historia emerge un poder político vasco, que aunque limitado territorialmente prácticamente a Bizkaia, se expandió en todas direcciones tratando de construir una auténtica nación. Cuando la derrota militar impuso su “ley”, el Gobierno Vasco siguió siendo una referencia de legitimidad democrática y republicana, sobreviviendo con tal valor hasta la transición a la nueva democracia. V. Razones de una frustración o conclusiones del período republicano Razones y conclusiones desde la perspectiva del autogobierno vasco, que parten del inicial dato que en una situación de normalidad no fue posible un Estatuto para el País Vasco. Éste accedería a configurarse como norma, tal como se viene de enunciar, en plena contienda civil. Las instituciones de este hecho dilatorio tienen un origen externo y otra eminentemente interior. A) A nivel externo a) Son manifiestas en el quinquenio republicano las oposiciones frontales al Estatuto por parte de las diversas formaciones políticas y sindicales republicanas. Tachado en un principio el poder político vasco de configurarse peligrosamente en un “Gibraltar Vaticanista”, emergerían después los viejos demonios de la unidad de la patria ultranza. Es bien evidente que la autonomía del País Vasco fue objeto de un tacticismo o instrumentalización, que llevaron a las derechas a apoyarlo como arma antirrepublicana, para dejarla caer en cuanto ese arma no fue utilizable, tal como se reveló en el trienio constituyente. No sólo la derecha: los partidos republicanos hicieron de la cuestión religiosa un elemento dis-

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crepante para la autonomía vasca y el PSOE no fue más diferente; pujaba en este partido las suspicacias que tenía la UGT –que se irían digiriendo a medida que avanzaba la República– contra el sindicato nacionalista ELA o contra los lideres nacionalistas tachados de estar al servicio de la Iglesia católica. Aunque deba hacerse la distinción de posturas, al menos a partir de 1932, de su líder Indalecio Prieto; en su inicio a título individual, pero en 1936 ya arrastrando al propio partido, quien fue firme partidario de una alianza con los partidos nacionalistas. El prohombre de más prestigio de toda la República, Manuel Azaña, se pronunció a favor, en momentos claves y decisorios, del Estatuto Catalán. Lamentablemente, su indudable peso y prestigio, no fue puesto en ningún momento en la dirección de la autonomía vasca. b) Los medios de comunicación estatales fueron manifiestamente hostiles al autogobierno vasco, tanto los de izquierda como los de la derecha. Basta leer someramente las páginas del periódico “El Sol” o “El Debate”, para cerciorarse de esa enemiga pluridireccional. Del mismo modo y manera que la gama de intelectuales coaligados en la agrupación “al servicio de la República”, avalaron un castellanismo hostil a las periferias tanto catalana como vasca. c) La aguda crisis económica que asoló a la República en mayor medida según avanzaba la década, relegó a un segundo plano en las mentes políticas y sindicales republicanas los temas “regionales”. Cuando el paro se extendió hasta cifras millonarias, la revolución era una posible realidad en el horizonte, sólo algunas mentes privilegiadas de la izquierda (por ejemplo, el troskista Arenillas), percibían la perentoriedad del autogobierno al lado de la cuestión social. Del mismo modo que las vicisitudes de la separación de la Iglesia del Estado y las medidas restrictivas para las órdenes


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y congregaciones religiosas, ocuparon un lugar prioritario en la escala de valores de determinadas fuerzas políticas, incluidos los nacionalistas vascos. d) No puede menos de recalcarse que, frente a reminiscencias y antipatías, la conducta de la derecha monárquica y tradicionalista fue, a partir de 1932, particularmente cerril con la autonomía vasca. El nivel de improperio general y de negación a cualquier partícula de autogobierno no era más que el corolario, –fuera quien fuera su autor [Primo de Rivera, Maeztu, Goicoechea, Pradera o Gil Robles]–, de una política de futuro que se instauraría a partir del 1 de abril de 1939, con su negativa frontal a cualquier resquicio autonómico y menos aún, en el supuesto vasco. B) A nivel interno también existen coordenadas propias incidentales en iguales consecuencias a) En primer lugar debe citarse el reflejo doméstico de los partidos republicanos, tributarios de las posiciones que emitieron sus órganos centrales. No obstante, reseñada la postura independiente de Prieto en la izquierda, similares posiciones se podían encontrar en los representantes vascos de las fuerzas republicanas o de derechas estatales, que les llevaban a mantener una doctrina de apoyo estatutario sin ambages, incluso en contradicción con lo que se estaba predicando al respecto en las sedes centrales de estos partidos. Ello era compatible con la alusión al republicano Madariaga, adalid anticlerical, del Estatuto de la Sociedad de Estudios Vascos, y en mayor número en miembros de la derecha, como Oreja, Beunza, Elorza y otros. Los partidos podían decir lo que fuera, ellos fueron incontestablemente estatutistas, creando una corriente de opinión independiente que explicaría el apoyo refrendario a la norma estatutaria. b) Se ha hecho notar la equivocación del PNV al dar prevalencia al tema religioso y errar así su política de alianzas. El propio Aguirre lo reconocería en vida

de la Republica, en explicación tardía pero sincera. c) Es innegable la instrumentalización que de la territorialidad de Vasconia se hizo en esta época. Navarra, y después Álava, fueron monedas de cambio para alcanzar cotas de enfrentamiento contra la República. Cuando se consiguió el desgajamiento de Navarra –y se estuvo a punto de conseguir el alavés–, los primeros en lamentarlo fueron los integrantes del frente popular ante la visión de una derecha que se echaba literalmente al monte y frente a la cual no había instrumentos de gobierno territorial que sirvieran de contraposición. d) Faltó, con todo, un bloque suficiente para alcanzar el autogobierno, tal como lo habían conseguido en temprana fecha los autonomistas catalanes. Cuando esta coalición se consigue en octubre de 1936, se trataba esencialmente de combatir, aunque el Estatuto, llamado sintomáticamente de Elgueta, fue un instrumento de una validez reconocida. Es fácil elucubrar a posteriori o entrar en el proceloso ámbito de la ficción histórica. Y sin embargo, cabe el interrogante de lo que hubiera sucedido de haberse aprobado el estatuto vasco al par que el catalán, o sea en el otoño de 1932. O lo que viene a ser una consecuencia de ese Estatuto integrador: ¿qué hubiera ocurrido con Álava y Navarra plenamente insertas en el autogobierno conjunto, ante un levantamiento militar limitado y prevalido de la lejanía del poder? Desde luego la respuesta es fácil: las covadongas de la extrema derecha lo hubieran tenido mucho más difícil en sus maquinaciones y en sus “levantamientos” posteriores. El ejemplo del contubernio de Cabanellas y Mola en Estella y de la actitud del alcalde de la localidad Fortunato de Aguirre, puede configurarse en un ejemplo de lo que podía haber acaecido con un poder real detrás de las instituciones representativas. Apareció finalmente el Estatuto y la historia está ahí para destacar sus méritos y efectividades, pero también sus limitaciones.

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Autonomía, conflicto, poder de decisión*

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utonomía, conflicto, derecho a decidir: fue la falta de adecuación del Estado de las Autonomías y del marco constitucional en el que se encuadró el Estatuto de Gernika a las reivindicaciones nacionales vascas la que dio lugar al conflicto; éste se manifestó en la oposición al Estatuto desde sus inicios por el sector radical del nacionalismo vasco y en el proceso posterior de erosión de la legitimidad del mismo en el seno del nacionalismo vasco mayoritario; una mayoría de la sociedad vasca hace radicar hoy la solución al conflicto en el derecho a decidir. El problema político central a resolver es el de buscar puentes entre este planteamiento y la voluntad explícita del actual gobierno socialista FRANCISCO LETAMENDIA español de llevar a término BELZUNCE Nacido el 5 de febrero de un fin dialogado –y no mera1944. Doctor en Historia Social por la Université Paris 8, mente policial– de la violencia profesor titular de Ciencia Pode ETA. lítica en la UPV-EHU. Diputado de izquierda vasca en las CorComo es sabido, la intes españolas en las legislaturas serción del País Vasco en el 1977-1979 y 1980-1982. En los últimos 10 años ha escrito, Estado de las Autonomías fue entre otros, los libros siguienproblemática en unos casos y tes: "Historia del nacionalismo vasco y de ETA", –3 volúmeen otros contestada a través de nes– (1994), "Juego de espejos. un repertorio de medios que Conflictos nacionales centroperiferia" (1997), "Nacionalidaincluían el uso de la violencia. des y Regiones en la Unión Europea" (1999), "Cocinas del La ausencia de unas bases mundo. La política en la mesa" mínimas de convivencia acep(2000), "Redes políticas en la CAPV y en Iparralde" (2002), tadas por todos los sectores y "Ciencia política alternativa" (2002), “ELA (1976-2003). la situación traumática consiSindicalismo de contra-poder" guiente dio lugar desde fines (2004), "Redes transfronterizas de los años 80 a la sucesiva intervascas" (2004).

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formación de una serie de redes políticas que perseguían el doble objetivo de la normalización política y la pacificación (término no idéntico al de proceso de paz). Paso a describir las tres redes formadas hasta el año 2000. a–Los Pactos de Ajuria-Enea y de Navarra (1988-1998) El desafío de largo plazo planteado por E.T.A. al estatus-quo político provocó la formación en los años 1987-88 de diversos centros anti-violencia de naturaleza institucional, cuyas expresiones fueron el Pacto de Madrid, el Pacto de Ajuria-Enea y el Pacto de Navarra. Fue el de Ajuria-Enea, la red central, un pacto suscrito por todos los partidos con representación parlamentaria en la C.A.P.V., a excepción de Herri Batasuna, y liderado por el Lehendakari. Dos políticas públicas de amplísimo radio sectorial ocupaban un lugar preferente en el texto: el desarrollo estatutario y la política antiterrorista; el Acuerdo tenía por objeto la obtención del consenso de los partidos sobre la gestión de tales políticas por las autoridades gubernamentales implicadas y la impulsión de la operación social que recibió el nombre de “cerco de los violentos”. Los artículos 8 y 10 del Pacto planteaban el procedimiento y dibujaban el horizonte que habría de darse para la consecución de la paz. • El artículo 8 hacía un llamamiento a los representantes parlamentarios del M.L.N.V. a que asumieran sus responsa-


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bilidades institucionales. El marco parlamentario, se decía, ofrecía legitimidad a la defensa de todas las vías políticas, y permitía en su caso su incorporación al ordenamiento jurídico. • El artículo 10, redactado pensando en ETA, afirmaba que si se produjeran las condiciones adecuadas para un final dialogado de la violencia, fundamentadas en actitudes inequívocas, los firmantes del acuerdo apoyarían el diálogo entre los representantes del Estado y quienes se hubieran decidido a abandonar la violencia. Pero se reiteraba que las cuestiones políticas debían resolverse únicamente a través de los representantes legítimos de la voluntad popular. Sin embargo, salvo en momentos puntuales de gran intensidad violenta, el Pacto vivió en crisis perpetua, accediendo ésta a la conciencia de sus miembros en el período 1993-1995. Estos fueron algunos de los elementos que determinaron su crisis: • La ausencia como interlocutor de una de las partes del conflicto, el nacionalismo radical, necesario para abrir una vía compartida de pacificación. • Los objetivos de la lucha antiterrorista y de la impulsión del “cerco de los violentos” predominaron abrumadoramente sobre los del desarrollo estatutario; ni tan siquiera las competencias previstas fueron transferidas, especialmente las de contenido social. • Ello impidió que los partidos firmantes del pacto actuaran de forma consensuada. El discurso del Pacto presuponía, en efecto, que debía existir una convergencia partidaria sobre los siguientes puntos claves para la normalidad del país: – Solución del contencioso político (si bien el PP, y posteriormente el PSE-EE, acabaron negando que tal contencioso existiera). – Desarrollo del Estatuto.

– Respeto de los derechos humanos por las instituciones y fuerzas policiales. – Política penitenciaria. – Final dialogado (negociación, conversaciones) con ETA y los violentos. – Diseño de un proceso de pacificación. – Movilización ciudadana a favor de tal proceso. Pero los partidos firmantes diversificaron su discurso sobre estos puntos a fin de convertirlos en el capital que les permitiera definir su territorio de caza electoral. El colapso de las políticas públicas contempladas en el Pacto provocó que éste dejara de ser una institución integrativa de los partidos anti-ETA; en los años 1997-98, su continuidad no tenía ya ningún sentido. b– El Pacto de Lizarra-Garazi (1998-2000) El ejemplo irlandés ejerció en los años 90 una poderosa influencia sobre la vida política vasca, aunque no se supiera interpretar correctamente su sentido. En 1998 impulsó la formación de un Foro de Irlanda que dio sus frutos en otoño de este año. El Pacto de Lizarra de septiembre de 1998 (posteriormente Lizarra-Garazi) consistió en un acuerdo entre partidos políticos (partidos firmantes del Pacto de AjuriaEnea, como PNV, EA y Ezker Batua, junto a HB), sindicatos de ámbito vasco, y movimientos sociales, entre los que figuraban movimientos anti-represivos de la izquierda vasca radical, y dos movimientos pacifistas, Elkarri y Bakea Orain. El Pacto se estructuró como un método de solución de conflictos. Se identificó el contencioso vasco como un conflicto en el que estaban implicados los Estados español y francés, siendo las cuestiones a resolver la territorialidad, el sujeto de decisión y la soberanía; se previó un método de solución del conflicto

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consistente en un proceso de diálogo y negociación abierto y sin exclusión de agentes; se dibujaron dos fases del proceso, una preliminar y otra resolutoria, relacionándose la ausencia de todas las expresiones de violencia con esta última fase; se afirmó que el carácter de la negociación debía ser global. La resolución del conflicto se hizo depender de que la negociación respetara la pluralidad de la sociedad vasca, y de que los Estados implicados respetaran la palabra y voz de los ciudadanos de Euskalherria. Se afirmó, por fin, que los escenarios debían ser abiertos y responder a las aspiraciones de soberanía de aquellos. Su efecto inmediato fue la declaración de ETA del 18 de septiembre del 98 por la que declaró un alto-el-fuego indefinido, la cual produjo satisfacción y alivio no solo entre las fuerzas firmantes del Pacto, sino en el conjunto de la sociedad civil vasca. Pero aunque el Acuerdo decía inspirarse en el modelo irlandés, esta inspiración fue epidérmica. Si bien se proponía en el mismo la no exclusión de agentes, las dos fuerzas protagonistas de Lizarra, la izquierda abertzale y los partidos nacionalistas firmantes del extinto pacto de Ajuria-Enea, no dieron pasos efectivos, sino solamente retóricos, para acercarse a los no nacionalistas, excluidos, no de derecho, pero sí de hecho, del Acuerdo; por lo que a diferencia de Stormont, acuerdo concluido entre republicanos y unionistas, el de LizarraGarazi tuvo una coloración nacionalista vasca. Otra diferencia fundamental fue el rol de ETA. En el proceso irlandés, el IRA estuvo presente en temas que le concernían como organización (decomiso de las armas, liberación de presos), pero ausente de las negociaciones políticas que desembocaron en Stormont. En Lizarra, por el contrario, ETA jugó entre bambalinas un papel político esencial en las negociaciones previas (y desconoci-

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das por la opinión pública) al Acuerdo de Lizarra. De hecho, cuando el 28 de noviembre ETA anunció la ruptura del alto el fuego, dando por terminada la tregua unilateral e indefinida, el grueso de los reproches no se dirigió hacia la falta de voluntad negociadora del Gobierno central, ni hacia su continuista política penitenciaria; sino hacia el PNV y EA, partidos que según ETA habrían incumplido el compromiso adquirido en agosto de 1998 –por tanto, antes de la firma del Acuerdo– de crear una institución nacional y soberana para todo el País Vasco, punto que no aparecía por cierto en el texto del mismo. c–El “Acuerdo por las Libertades y contra el Terrorismo” de PP-PSOE (2000-2005) El retorno de los atentados mortales contra los miembros de las fuerzas no nacionalistas vascas, sus sedes y sus bienes, provocó el que el PP y el PSOE consensuaran el “Acuerdo por las Libertades y contra el Terrorismo” del 9 de diciembre de 2000. El Preámbulo definió sus dos objetivos: hacer efectiva la libertad, y acabar con el terrorismo. El Pacto de Lizarra, se decía en él, era incompatible con la democracia. PNV y EA, de acuerdo con ETA, habían puesto un precio político al abandono de las armas, el cual consistía en la imposición de la autodeterminación para llegar a la independencia del País Vasco; cuando el fin del terrorismo no podía tener precio político. Los objetivos del Acuerdo exigían la colaboración permanente del PP y PSOE mediante el intercambio de información; la actuación concertada en materia de reformas legislativas, política penitenciaria y cooperación internacional; la movilización ciudadana y de las instituciones; y la búsqueda de posiciones conjuntas en la lucha antiterrorista. Los partidos firmantes afirmaron que su principal preocupación eran las víctimas del terrorismo (pero sólo las del terrorismo de ETA): ellas eran las


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que más habían sufrido el fanatismo y la intolerancia, y debían sentir el reconocimiento de la sociedad española. Una Ley de Solidaridad con las Víctimas del Terrorismo debía expresar el reconocimiento moral y material hacia ellas. El Acuerdo PP-PSOE, como dijeron sus firmantes, era un “texto de combate”, no solo contra el terrorismo, sino contra las fuerzas nacionalistas vascas firmantes del Pacto de Lizarra; éste se interpretaba además desde unos planteamientos dictados más por una ideología de confrontación que por su texto, pues en ningún lugar del mismo se hablaba de la autodeterminación para llegar a la independencia del País Vasco. El contenido de las tres políticas públicas que constituyen la política antiterrorista, política penitenciaria, policial y punitiva, difería también en ambos textos. Allá donde en Ajuria-Enea se hablaba del necesario respeto del Estado de Derecho por las instituciones en su lucha contra el terrorismo, el punto 4 del Acuerdo hablaba sólo de la confianza y apoyo a las fuerzas policiales. El punto 5 se refería al compromiso de los firmantes para impulsar reformas en materia punitiva; y en materia penitenciaria se hablaba de asegurar “el más completo y severo castigo a los condenados por actos terroristas”. Sus resultados fueron entre otros, la tramitación desde febrero de 2002 en el seno del Pacto Anti-terrorista de la Ley de partidos. Si bien su objetivo declarado era el de impedir la complicidad de un partido con el terrorismo mediante su ilegalización, la vaguedad y profusión de su articulado estaba pensada para que se encontrara siempre, si así se deseaba, tal relación. En base a esta ley, la Sala Especial del Tribunal Supremo declaró en marzo de 2003 ilegal por unanimidad de sus 16 miembros a Batasuna. Otra ley aprobada en mayo de 2003 en el Congreso con los votos de PP-PSOE restableció, si no formalmente, sí en la práctica, la condena perpetua para los delitos terroristas.

Paralelamente, y en torno al macro-sumario central 18/98, la Audiencia Nacional incoó una serie de sumarios basados en la premisa de que “todo era ETA”contra los miembros de una serie de organizaciones nacionalistas radicales o simplemente vasquistas: AEK, Ekin, Fundación Joxemi Zumalabe, Gestoras pro Amnistía, Batasuna, Egunkaria, Udalbiltza, cuyas actividades habían sido perfectamente legales en el momento de su realización. Las tres redes políticas que he venido analizando, Pacto de Ajuria-Enea, Acuerdo de Lizarra-Garazi y Pacto PPPSOE Anti-terrorista, no han tenido, por las razones expuestas, la virtualidad de generar los dos procesos cuya necesidad admite actualmente la práctica totalidad de la sociedad vasca y una mayoría de la sociedad española: el proceso de normalización democrática y el proceso de paz. Hoy, en mayo de 2005, las ciudadanías de los ámbitos citados comparten el sentimiento, no exento de cautelas y escepticismo, de que ambos procesos, aún no iniciados, contarían, si se iniciaran, con una posibilidad razonable de alcanzar sus objetivos; y la convicción de que su viabilidad se basa en actitudes y movimientos convergentes de los tres vértices del triángulo: el gobierno socialista español en conjunción con el socialismo vasco, la coalición PNV-EA sobre la que ha pivotado el gobierno vasco hoy en funciones, en alianza con Izquierda Unida-Ezker Batua; y las organizaciones de la izquierda abertzale. Es útil en tal sentido hacer un seguimiento de las vías seguidas por los tres vértices en el período 2001-2005, vías que han desembocado en planteamientos algunos de los cuales sintetizan elementos de los procesos anteriores. Titularé respectivamente a estas vías Plan Ibarretxe-Propuesta de Nuevo Estatuto; Foro de Debate

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Nacional-Propuesta de Anoeta; y proyecto socialista de la España plural-Propuesta de fin dialogado de la violencia. 1–El “Plan Ibarretxe, o la Propuesta de un Nuevo Estatuto La propuesta de Reforma del Estatuto Político de la Comunidad Autónoma de Euskadi, conocida vulgarmente como “Plan Ibarretxe”, constituye el desarrollo del discurso pronunciado por el Lehendakari Juan José Ibarretxe en el Palacio Kursaal de Donostia en febrero de 2001, el cual articuló el programa electoral de PNV-EA que resultó ganador en las elecciones autonómicas de mayo de 2001. Los contenidos de la propuesta se inspiraron en los tres principios que sustentaban el contenido de la Declaración de Lizarra-Garazi, esto es, el diálogo, la distensión y la aceptación del ámbito vasco de decisión. Pero aunque para el Gobierno del PP se trataba de un nuevo Pacto de Estella sin ETA, difería diametralmente de la citada Declaración en el proceso previsto para su implementación. No había en ella referencias a la red mixta de agentes políticos y sociales que había creado Lizarra-Garazi; por otra parte, la propuesta había sido hecha por el Presidente del Gobierno Autónomo para ser tramitada en los cauces del Parlamento autonómico y según sus normas. La propuesta era, finalmente, fruto a partes iguales del capital acumulado por la experiencia de Lizarra-Garazi, y de las reflexiones nacidas de su fracaso. La indefinición programática lizarriana había impulsado a PNV y EA, y después a Ezker Batua, a optar por una fórmula concreta de autogobierno, presentándola en vía parlamentaria, que no votaba abstracciones, sino textos articulados. Pero sus proponentes rechazaban sobre todo que la iniciativa dependiera de los cambios de humor de ETA; la vía parlamentaria quería blindarla de episodios de violencia que de ese modo siempre serían

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ajenos al proceso en sí. Esta vía permitía asimismo, al menos teóricamente, un ámbito de acuerdo más amplio que el de Lizarra-Garazi, esto es, el de la Cámara vasca (más amplio políticamente, pero no territorialmente, al limitarse a la CAPV). Sin embargo, sus apoyos quedaron circunscritos de hecho a los partidos del Gobierno tripartito. El Lehendakari Ibarretxe presentó el 26 de septiembre de 2002 su propuesta de autogobierno vasco al Parlamento de Gasteiz. La Propuesta describió los pilares del proyecto de un Estatus de Libre Asociación con el Estado español, el cual se proponía profundizar en el autogobierno vasco en los términos siguientes: 1. Reconocimiento jurídico de la identidad del pueblo vasco y de su derecho a decidir su futuro. La CAPV se dispondría a realizar consultas al respecto vía referéndum. 2. Libertad de relaciones entre la CAPV y la Comunidad Foral Navarra. 3. Capacidad de relaciones con Iparralde. 4. Existencia de un poder judicial vasco autónomo. 5. Capacidad de institucionalizar autónomamente a Euskadi. 6. Preservación de su identidad cultural. 7. Creación de un ámbito propio socio-laboral, económico y de protección social. 8. Gestión de los recursos naturales e infraestructuras vascas. 9. Establecimiento de un sistema bilateral de garantías con el Estado que impidiera la modificación unilateral del Pacto. 10. Contar con voz propia en Europa y en el mundo. Al final del proceso se preveía la ratificación en referéndum, o bien del pacto alcanzado con el Estado, o bien del proyecto aprobado por el Parlamento Vasco. El referéndum debería realizarse, se afirmaba, en un


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escenario “sin violencias y sin exclusiones”. El 25 de octubre de 2003, el Gobierno Vasco aprobó como proyecto de texto articulado “la Propuesta de Estatuto Político de la Comunidad de Euskadi”. El Preámbulo del texto proclamaba que el Pueblo Vasco tenía identidad propia en el conjunto de los pueblos de Europa y derecho a decidir su futuro de conformidad con el derecho de autodeterminación. Éste se materializaba en la posibilidad de consultar a la ciudadanía de los siete territorios: las tres provincias de la Comunidad Autónoma, Navarra, y los tres territorios vascos del Estado francés. El “nuevo pacto político por la convivencia” se materializaba en un nuevo modelo de relación con el Estado basado en la libre asociación. El territorio de “la Comunidad de Euskadi libremente asociada a España” se circunscribía en todo caso a Bizkaia, Gipuzkoa y Araba. El resto del articulado concretó de modo amplio y minucioso las bases enunciadas por el Lehendakari en septiembre de 2002. El texto enmendado fue presentado al Pleno del 21 de diciembre de 2004, siendo aprobado por la Cámara por mayoría absoluta gracias a la sorpresiva cesión de tres de los votos de Sozialista Abertzaleak. 2– El Foro de Debate Nacional y la Propuesta de Anoeta La izquierda abertzale ha adoptado una doble estrategia en los últimos 5 años: promover un modelo de construcción nacional que pivote sobre la defensa de la integridad territorial de Euskal Herria; y dibujar un nuevo método de solución del conflicto, el cual ha imprimido a partir de 2003 un giro de 180º a sus posturas anteriores, al tender puentes hacia las fuerzas no nacionalistas vascas. El elemento motor de la construcción nacional basada en la territorialidad

ha sido de la Udalbiltza afín a sus posturas (Udalbiltza “Kursaal); el método de resolución del conflicto ha sido impulsado por un Foro de Debate Nacional nacido a su vez de una iniciativa de Udalbiltza. Udalbiltza fue el fruto más directo de Lizarra-Garazi. En febrero de 1999, una Asamblea de Electos Municipales de Euskal Herria, formada en realidad por los ediles de los partidos nacionalistas de Lizarrra-Garazi (PNVEA, EH), decidió crear una institución municipal que aspiraba a integrar a los electos de todo el país, y por tanto a los de Nafarroa e Iparralde. En septiembre de este año una nueva Asamblea formada por 1778 ediles se dio el nombre de Udalbiltza, y anunció el objetivo de hacer visible la nación vasca ante el mundo y coadyuvar a su estructuración política dando testimonio de su territorialidad. La ruptura del alto el fuego de ETA a fines de este año abrió un cisma en Udalbiltza, paralizando sus actividades durante el año 2000. Los cargos de PNV-EA declararon incompatibles construcción nacional y violencia, y acabaron expulsando a los ediles de EH por no condenar ésta última. En febrero de 2001, 750 electos de la izquierda abertzale celebraron una Asamblea General en el palacio Kursaal de Donostia, reivindicaron las siglas, y decidieron elaborar un diagnóstico de Euskal Herria. Udalbiltza Kursaal decidió impulsar en su 3º Asamblea de diciembre de 2001 una iniciativa a favor de la solución política y dialogada del conflicto, la cual puede considerarse el inicio de la nueva estrategia. En la segunda mitad de 2002, coincidiendo con el proceso de ilegalización y criminalización de Batasuna, aquella se concretó en la elaboración, mediante contactos con variados agentes políticos, sociales y sindicales vascos, de una Carta de Derechos de Euskal Herria que incluía entre ellos el derecho a la vi-

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da. La Carta fue aprobada en la 4º Asamblea de noviembre de 2002, la cual se propuso canalizar el proceso a través de un Foro de Debate que garantizara todos los derechos. En vísperas de las elecciones municipales de mayo de 2003 el juez Garzón detuvo a 8 miembros de Udalbiltza Kursaal, precintando las sedes de la organización; posteriormente procesó a 21 de sus miembros por pertenencia a banda armada. Respondiendo a la nueva situación, el Foro de Debate Nacional, Nazio Eztabaida Gunea, quedó formado por electos y no electos y autonomizó su funcionamiento. Entre las 36 personas de su grupo promotor presentado en octubre de este año figuraban militantes de partidos como EA. El grupo promotor elaboró un diagnóstico de la situación nacional, el cual, aprobado en el plenario del Foro de diciembre de 2003, mencionó, entre los factores negativos de la estructura política, la ausencia de consenso sobre la lucha armada. Influida por este proceso, y a modo de respuesta a la presentación en septiembre de 2003 en la Cámara vasca del llamado Plan Ibarretxe, Batasuna planteó en noviembre en su declaración política del Frontón Anaitasuna un diálogo sin exclusiones y sin condiciones a todos los agentes políticos, sociales y sindicales que quisieran dar solución al conflicto. La declaración admitió que los conceptos utilizados por la propuesta parlamentaria, tales como Euskal Herria, seis territorios, derecho de autodeterminación, Convenio Internacional de Derechos Civiles y Políticos, y consulta popular en un escenario sin violencia, contenían la llave de la solución del conflicto. Su grupo parlamentario Socialista Abertzaleak matizó en todo caso dos meses más tarde estos argumentos al presentar una enmienda a la totalidad a la citada propuesta. La metodología

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de su elaboración, alegó SA, había sido excluyente, pues se limitaba a los tres partidos ya convencidos y a tres de los territorios de Euskal Herria, los de la CAPV; además, el objetivo de concluir un nuevo Pacto Estatutario con el Estado no aportaba la solución del conflicto. El diálogo sin exclusiones exigía el consenso entre todos, así como dar una solución nacional a un problema nacional. En la primera mitad de 2004 el grupo promotor del Foro de Debate presentó dos documentos, uno sobre construcción nacional y otro sobre resolución del conflicto. La primera sería dinamizada por un Consejo Nacional; una Comisión promovería la resolución del conflicto mediante la formación de una mesa de diálogo entre todos los agentes. Se lanzó a tal fin la idea de crear un Punto de Encuentro, Elkargunea, en el que éstos pudieran converger. La Comisión de resolución del Conflicto se reunió a continuación con la gran mayoría de los partidos, sindicatos y colectivos sociales del país; sólo se autoexcluyeron los partidos PP, UPN y UA, y los movimientos sociales Basta Ya y Foro de Ermua. Esta dinámica de apertura política y social, favorecida por el relevo en marzo de este año del Gobierno Aznar por el de Zapatero, tuvo su reflejo en unos planteamientos novedosos de Batasuna sobre la resolución del conflicto que, anunciados por su Asamblea Nacional de octubre de este año, contaron con el respaldo público de ETA. Si es difícil conocer las motivaciones que guían los giros estratégicos de los actores colectivos civiles, aún lo es más en el caso de los grupos armados, herméticos por necesidad ante el exterior. Sólo puede ser conocida por indicios; la carta de presos históricos de ETA dirigida a la dirección y filtrada sin su consentimiento por estas fechas a los medios podría ser uno de éstos. De ser cierto su contenido, los presos firmantes le habrían dado a conocer su opinión de que la estrategia político-militar sus-


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tentada en la lucha armada fallaba y no servía ya como motor del proyecto, y se habrían manifestado contrarios a la continuación de una estrategia vanguardista y a favor de que la izquierda abertzale en su conjunto, a través de la lucha institucional y de masas, decidiera la táctica y la estrategia del proceso. En noviembre de 2004 Batasuna presentó en el velódromo de Anoeta el documento “Orain herria, orain bakea”, el cual fijaba su nueva posición. Dividido en 6 partes, las novedades se concentraban en las dos últimas. La 5º parte, “Compromisos”, enumeraba los siguientes: • ir a la raíz del conflicto • derecho de todos los ciudadanos/ as vascos a ser consultados • consulta realizada en condiciones pacíficas y democráticas • respeto a las distintas sensibilidades del pueblo vasco (Arnaldo Otegi se refirió explícitamente a las nacionalistas vascas y no nacionalistas vascas) • dirimir las diferencias de modo pacífico y democrático • permitir la materialización de todos los proyectos • basar el acuerdo en la Declaración Universal de los Derechos Humanos y en los Derechos Civiles y Políticos proclamados por la ONU. La 6º parte proponía “Dos espacios para el diálogo y el acuerdo”: 1– una mesa de acuerdo entre los agentes políticos, sociales y sindicales sobre la creación de un nuevo escenario en el que se pudiera decidir cualquier status político, el cual debería ser refrendado por la ciudadanía de Euskal Herria. Los firmantes del acuerdo serían la interlocución del pueblo vasco ante los Estados. 2– otra mesa de acuerdo entre ETA y los Estados español y francés sobre: – desmilitarización del conflicto – presos, deportados y refugiados – víctimas La propuesta, que reflejaba casi literalmente la dinámica real del proceso de paz de Irlanda del Norte, deslindaba los

campos del acu erdo político, competencia exclusiva de los actores civiles, y el de las consecuencias de la práctica armada de ETA, único tema a discutir entre esta organización y los Estados. Desactivaba con ello las críticas de falta de democracia dirigidas a todos los modelos de negociación presentados hasta la fecha por la izquierda abertzale, así como el argumento de que “la paz no podía tener un precio político”. ETA respaldó lo declarado en Anoeta al manifestar en enero de 2005 que se trataba de la propuesta más sólida de cara a la superación del conflicto, mostrándose dispuesta a contribuir a la buena marcha del proceso. El acuerdo impulsado por la Comisión de Resolución de Conflictos, refrendado por 6 partidos (todos los abertzales, menos el PNV), 7 sindicatos, y 34 movimientos sociales de Euskal Herria, fue presentado en marzo de este año en presencia, entre otros, de los secretarios generales de ELA y LAB. El prólogo del Acuerdo afirmó la existencia de un pueblo vasco plural e inmerso en un conflicto político, cuya solución exigía diálogo y negociación sin exclusiones. La Base del Acuerdo se resumió en una única frase: “Toda la ciudadanía de Euskal Herria ha de ser consultada sobre su futuro mediante el proceso consensuado entre todos sus agentes”. Los presentadores expusieron las diferencias de este acuerdo con el de Lizarra; aquél se había considerado “el paso”, mientras que éste era un “primer paso” que no iba contra nadie y que aspiraba a reunir a todos. 3– Proyecto socialista de reforma autonómica y de fin dialogado de la violencia El origen de la actitud actual del PSOE deben buscarse en la elección de

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Rodríguez Zapatero como Secretario General en el 35 Congreso de julio de 2000. El pacto PP-PSOE por las libertades y contra el terrorismo había nacido de una iniciativa de Zapatero. Pero la voluntad de éste de abrir una vía distinta a la del PP se manifestó en la elaboración de un proyecto de reforma del Estado de las Autonomías, el cual dio lugar al documento sobre “la España una y plural” aprobado en la reunión de Santillana de agosto de 2003. Este perseguía adaptar el Estado de las Autonomías a la realidad actual, caracterizada por la ampliación de Europa y la elaboración próxima de la Constitución Europea; la globalización y sus consecuencias, entre ellas el aumento de la inmigración; y el mayor nivel de exigencia de los ciudadanos a las instituciones. Estos eran los elementos de la reforma proyectada: • la reforma del Senado, a fin de permitir la contribución de las CCAA a la formación de la voluntad del Estado • la integración de la España autonómica en Europa, mediantes mecanismos de participación de las CCAA en las decisiones comunitarias • el establecimiento de una Conferencia de Presidentes autonómicos en el Senado con reuniones periódicas anuales • la Reforma de los Estatutos de Autonomía, que tendría que respetar ciertas premisas: – su adecuación a la Constitución – la obtención de un amplio consenso mediante mayorías cualificadas – la congruencia con unas CCAA orientadas hacia la prestación de servicios sociales – llevarse a cabo sólo allá donde se consideraran oportunas Aunque estos planteamientos no coincidían con los de los partidos nacionalistas vascos, contradiciéndolos explícitamente en varios

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puntos, el plan de reformas suponía una ruptura con el inmovilismo del Gobierno Aznar, reforzaba el protagonismo de las Cámaras autonómicas en las reformas estatutarias previstas, y exigía en cada ámbito autonómico la formación de mesas de partidos a fin de consensuar mayorías calificadas. Esta vía socialista propia tuvo su reflejo en el PSE-EE tras las elecciones autonómicas de mayo de 2001, en las que la línea de su secretario general Redondo Terreros tendente a la formación de una mayoría con el PP había quedado derrotada. Su dimisión a fines de 2001 dio paso a la elección para el cargo de Patxi López, más en sintonía con las orientaciones de Zapatero. El PSE-EE elaboró en diciembre de 2004 las Bases para la actualización y reforma del Estatuto de autonomía, las cuales fueron dadas a conocer en febrero de 2005. • se hablaba en ellas de una “comunidad nacional vasca dentro de la España multinacional”. • su contenido desarrollaba el Documento de Santillana en los temas de la participación en los asuntos europeos y los Tratados Internacionales, inmigración e infraestructuras; y presentaba peculiaridades en materias de Seguridad Social, políticas activas de empleo, competencias en justicia, seguridad y educación, y oficialidad de las lenguas propias. • el procedimiento de reforma estatutaria contemplaba la formación de una mesa de partidos abierta a todas las formaciones democráticas, la cual garantizaría la participación de los agentes sociales y económicos, asociaciones, e instituciones educativas y culturales. El proyecto de Reforma del Estatuto debería gozar del mayor nivel de consenso posible. Su tramitación se efectuaría en todo caso según lo previsto en el Estatuto y la Constitución, siendo remitido el


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texto a las Cortas para su aprobación en ley orgánica, y aprobado finalmente por la ciudadanía vasca en referéndum. El socialismo ha definido su postura respecto al proceso de paz tras los comicios autonómicos del 17 de abril. La definición fue precedida por pronunciamientos de los Secretarios Generales español y vasco a finales de abril. Zapatero afirmó que Euskadi había entrado en la senda de la victoria definitiva de la paz y la política democrática, y que se había abierto una nueva etapa de diálogo y acuerdos sin exclusiones; su voluntad era compartir con Ibarretxe y Rajoy un diagnóstico de la situación vasca y acordar con ellos la hoja de ruta del fin de la violencia. Patxi López se mostró dispuesto a participar en dos mesas en el ámbito vasco: una sobre el proceso de paz, y otra sobre la definición del marco político del país. El mes de mayo Zapatero concretó su postura con motivo del Debate del Estado de la Nación en el Congreso. La paz no tenía precio político, pero la política podía trabajar para conseguirla. Su intención, dijo, era explicar en la Cámara los pasos a dar, y pedir el respaldo de los grupos políticos para poner fin al terrorismo en España. Con la excepción del PP, el cual, por boca de Rajoy, calificó sus planteamientos de traición al Pacto PP-PSOE y de ofensa a los muertos, todos los demás grupos comprometieron su respaldo, incluídos los vascos. La moción presentada en el Congreso el 17 de mayo fue aprobada por 192 votos a favor y 147 en contra (los del PP). Su texto defendió el fin dialogado de la violencia, reproduciendo en ocasiones literalmente párrafos del Acuerdo de Ajuria-Enea y del Pacto por las Libertades y contra el Terrorismo. Los avances en el combate contra el terrorismo, decía, se debían a tres factores: la labor de las FSE, la cooperación internacional, y los acuerdos de las fuerzas

democráticas, basados en unos principios que debían ahora ser ratificados, y que se definían así: 1– rechazo de la violencia terrorista como medio para imponer cualquier idea 2– el único destino de ETA era el de disolverse y deponer las armas. Pero la política podía contribuir al fin de la violencia bajo estas circunstancias (se reproducían aquí los puntos 8 y 10 del Acuerdo de Ajuria-Enea): – se abrirían procesos de diálogo entre el Estado y quienes abandonaran las armas si se mostraba una clara voluntad y actitudes inequívocas de dar fin a ella – dado que la violencia no tiene precio político, las cuestiones políticas se resolverían únicamente por los representantes de la voluntad general 3– había que eliminar la confrontación partidaria de la lucha contra el terrorismo 4– era esencial la solidaridad con las víctimas del terrorismo (pero sólo se citaba a las de ETA). Se debía preservar su memoria, pues eran los máximos exponentes de los valores de la convivencia y el respeto mutuo (este punto y los siguientes resumían el contenido del Pacto PP-PSOE) 5– apoyo a todas las fuerzas y cuerpos de seguridad (incluyendo a la Ertzaintza) 6– la colaboración internacional era indispensable 7– la sociedad debía colaborar en la desaparición de las actitudes intolerantes y violentas Los resultados de las elecciones autonómicas del 17 de abril han dibujado un tablero diabólicamente complejo para imponer posturas unilaterales, pero propicio para poner en marcha procesos de negociación multilaterales. Ninguno de los tres vértices del triángulo tiene

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la fuerza suficiente para sacar adelante su programa en solitario; lo que vale también para la propuesta de Reforma del Estatuto de PNV-EA, cuyo contenido deberá ser renegociado por la Cámara entrante. Ello ha desbloqueado, al menos en el discurso, los planteamientos de todas la fuerzas ante la doble, o triple, negociación que se avecina: mesa de la paz, y mesa –o mesas– de la normalización democrática, a ser consensuada a dos niveles: entre las fuerzas vascas, y entre éstas y el Estado. Asi lo están mostrando (con algunas excepciones) las declaraciones de los representantes de los tres vértices, presididas por la voluntad de encontrar puntos de encuentro. Ibarretxe ha dado prioridad al acuerdo sobre normalización a concertar ente los partidos vascos por una parte, y entre éstos y Madrid por otra. Batasuna ha considerado positivo el paso dado por el Congreso español, al tiempo que ha insistido en que, junto a la mesa ETA-Gobierno sobre el fin de la violencia, debe formarse una mesa de diálogo entre partidos sin exclusiones ni ideológicas ni territoriales (los improperios que estas apaciguadoras declaraciones han desatado entre algunos ministros del ejecutivo español son un anticipo en todo caso de las dificultades que deberá arrostrar el proceso cuando comience de verdad). Lo que parecía más complicado es aquello cuyo inicio pudiera tener más fácil arreglo, si se confirma la voluntad de las partes de conseguirlo: el fin del uso de la violencia con fines políticos. El problema reside aquí en consensuar el criterio sobre el momento a partir del cual se considerará efectivo el “abandono de la violencia”. De hecho, este tema, solapado con la solución de la triple problemática de la liberación de los presos, entrega de las armas y reparación de las víctimas, (no sólo las de ETA, sino las de todas las partes), no se ha resuelto aún en Irlanda del norte pese a haber transcurrido diez años desde el comienzo del proceso de paz.

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Respecto a la mesa de partidos sobre la normalización democrática, los tres vértices parten de posturas muy distintas: • El planteamiento de PNV-EA, que es el que presenta mayor nivel de concreción, difiere grandemente en su contenido y modelo de tramitación de las Bases del PSE-EE sobre Reforma del Estatuto. • La posición de la izquierda abertzale, que coincide con la de PNV-EA en su defensa del derecho a decidir, tiene por ahora más carácter de método de solución del conflicto que de propuesta de autogobierno. Incorpora además la reivindicación de la territorialidad, la cual que no puede ser resuelta por la propuesta de PNV-EA, circunscrita institucionalmente a la CAPV, y ante la que el socialismo –vasco y español– guardan de momento silencio. • Tanto el PSE-EE como la izquierda abertzale contemplan la necesidad de incorporar los organismos de la sociedad civil a las bases del acuerdo; en lo que difieren de la práctica seguida hasta el momento en la tramitación de la propuesta de PNV-EA, de naturaleza predominantemente parlamentaria. Como puede verse, pues, queda un largo camino por recorrer, el cual requerirá de todas las partes implicadas inteligencia, disposición a las concesiones y voluntad de buscar puntos comunes más que divergencias.

NOTA *Omito las referencias bibliográficas, al ser esta comunicación una puesta al día, basada en documentos de las organizaciones y en hemeroteca, de mi obra "Redes políticas en la CAPV y en Iparralde", Espacio Universitario Erein, 2002.



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Medio problema sin resolver

A

ún hoy, la política española es en buena parte hija del 98. Algunas de las respuestas que todavía nos estamos planteando responden a preguntas del 98. Algunas de las soluciones que todavía ensayamos remiten a problemas planteados en el 98 y que han atravesado todo el siglo XX. La crisis de identidad y de proyecto que afecta al Estado tras la pérdida de Cuba y las Filipinas, pero sobre todo tras descubrir los contornos menos agradables de una realidad fraguada en los dos siglos anteriores, marcarán una agenda política que no podemos considerar superada del todo. Particularmente desde una perspectiva catalana, el 98 es una fecha crucial: una bifurcación de la que aparecerán las grandes corrientes de pensamiento y de acción que estarán presentes en todo el siglo XX, en los momentos de las grandes crisis, pero también en el de las grandes esperanzas. La sociedad cataVICENÇ VILLATORO lana, en su inmensa mayoría, LAMOLLA (Terrassa, 1957) afronta la guerra del 98 con Escritor y periodista. Presidente de la Fundació Trias Fargas. el mismo tono de optimisHa sido director general de la mo patriótico español que Corporació Catalana de Ràdio i Televisió y del diario Avui. puede observarse en el resto Diputado en el Parlament de de España. Tanto los sectoCatalunya por CiU en la anterior legislatura. Presenta el res conservadores como los programa “De llibres” en TV3. progresistas participan en el Ha publicado una decena de novelas, la última de ellas “La clima de euforia con el que derrota de l’àngel” (Premi Carlemany 2004). el conjunto de la opinión

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pública afronta la guerra con los Estados Unidos. El catalanismo incipiente, minoritario y excéntrico, mantiene una voz crítica solitaria y minoritaria, junto con otros sectores de la sociedad. Pero cuando la guerra acaba y acaba en desastre, la opinión pública catalana da un vuelco y promueve una reacción regeneracionista y cargada de proyectos políticos al pesimismo –de tanta altura literaria– que marcará la generación del 98 en la España castellana. Es a partir de la crisis del 98 cuando, en términos de Francesc Cambó, el problema catalán y por extensión el problema de la redefinición de la identidad española y del estado español pasará a ser la nota más destacada de la política del siglo XX. Ciertamente, la eclosión del problema de la configuración del Estado, de la identidad política y nacional de España, de los nacionalismos catalán y vasco como factores de regeneración política, no nace con el 98. Sus raíces vienen de lejos. Están, naturalmente, en una personalidad histórica y cultural diferenciada. En una lengua y unas instituciones, una memoria y un sentimiento de comunidad. Pero están también en un proceso de transformación económica que, en el caso de Cataluña, entre los siglos XVIII y XIX ha generado una de las pocas revoluciones industriales del sur de Europa y ha construido una sociedad con valores mercantiles, centrada en el trabajo y la industria. Si alguien quiere observar la confrontación literaria entre estos valo-


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res de la Catalunya industrial y los que todavía son vigentes en la España del 98, herencia de un formidable pasado barroco, que acuda a una representación de “L’héroe”, de Santiago Rusiñol, estrenada en Barcelona el año 1903 y que duró sólo un día, hasta que los militares tomaron el teatro Romea y Rusiñol tuvo que huir a París. Y está también la herencia doble de un siglo XIX en el que el romanticismo ha llevado a valorar el pasado remoto –mitificado– de los pueblos, de todos los pueblos. Mientras, las guerras carlistas confrontaban lo viejo y lo nuevo, con las ventajas y los inconvenientes de las dos partes. Si un texto recoge con claridad el doble proyecto regeneracionista que los nacionalismos después llamados periféricos propone a España en la crisis del 98, éste es la “Oda a Espanya” de Joan Maragall. Un poema que apareció en la revista “Pèl i ploma” en el contexto del impacto del 98, ilustrado por un dibujo de Ramon Casas sobre los repatriados de la guerra de Cuba. Un poema del abuelo del actual presidente de la Generalitat, uno de los fundadores intelectuales de este catalanismo de masas que hizo su eclosión política en el año 1901, que tiene por paisaje intelectual no sólo las exaltaciones patrióticas que acompañaban a los soldados que iban a la guerra, sino también una moral que se resume en la famosa frase del almirante Cervera: más vale honra sin barcos que barcos sin honra. Frente a estas exaltaciones y a esta moral, Maragall escribe su Oda en 1898 para proponer a España dos cambios profundos. El poema comienza con una declaración explícita de españolismo: “Escucha España la voz de un hijo que te habla en lengua no castellana. (...) En esta lengua te han hablado poco;

en la otra, demasiado”. Desde la españolidad, Maragall propone en lenguaje poético dos cosas. La primera, que España se transforme y adopte los valores de la modernidad, del progreso, de la industria, del trabajo. “Te han hablado demasiado del honor y muy poco de la vida (...) Te han hablado demasiado de los saguntinos y de los que mueren por la patria. (...) Yo quiero hablarte de una forma muy distinta: ¿por qué derramar inútilmente la sangre?”. Contra la frase de Cervera, la vida por encima de la honra. La modernidad. De ahí nacerá el gran movimiento popular que fue el modernismo. Pero Maragall tiene una segunda reivindicación, a menudo olvidada: quiere ser entendido en su propia lengua. Modernizar España, pero también pluralizar España. Resolver su atraso, pero también combatir su uniformidad. Dos regeneracionismos, no sólo uno. Y si España no quiere escuchar esta voz, si no entiende a sus hijos que le hablan en una lengua distinta, si se empecina en la moral funeraria de la honra, el poema acaba con un verso muy explícito: “Adiós, España”. Durante cien años, los nacionalismos democráticos han repetido a España, de una forma u otra, la doble petición de Maragall. Y sólo de vez en cuando su amenaza final. Lo han hecho con palabras distintas. Salvador Espriu, retomando la fórmula del “Escucha España” repite de otra forma en los años sesenta: “Escucha, Sefarad: los hombres no pueden ser si no son libres; que sepa Sefarad que nunca podremos ser si no somos libres”. Pero no sólo los poetas. También los políticos han repetido durante cien años la fórmula, con sus propias palabras. Y se ha hablado de modernización del estado y de apuesta por la economía productiva, por una parte, pero también de diversidad cul-

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tural y de pluralidad nacional por otra. Durante cien años, los nacionalismos han planteado a España dos problemas. Que no eran problemas de Catalunya o de Euskadi, sino de España. No era la cuestión catalana, era la cuestión española. Se debe hacer de España un estado moderno, eficiente, europeo, avanzado. Pero también se debe reconocer y dar satisfacción a la pluralidad nacional, a la existencia de naciones con identidad propia pero también –o sobre todo– con conciencia y con proyecto propios. Durante las dictaduras, España ha intentado negar estos dos problemas. Durante los períodos democráticos, ha generado diversas respuestas a las cuestiones planteadas. Pero, a menudo, las respuestas no se correspondían exactamente a las preguntas. En mi opinión, esto es lo que ha ocurrido en la historia más reciente. Se nos inquiría desde la Fundación Sabino Arana, como base de una discusión sobre el estado autonómico, si las autonomías habían sido en los últimos veinte años una solución o un problema. Mi respuesta, al hilo de lo afirmado hasta ahora, al hilo de la “Oda a Espanya” de Maragall, es que han sido sin duda una solución. Pero una solución sólo a la mitad del problemas. Y a la mitad equivocada. O, por decirlo de otra forma: las autonomías se presentan como la solución al problema de la diversidad nacional. Pero no lo solucionan. Lo que solucionan, en todo caso, y tangencialmente, es la modernización del Estado. De los dos proyectos regeneracionistas de Joan Maragall uno se ha llevado a cabo de una forma extraordinaria: la creación de un Estado moderno. En el otro, no hemos avanzado suficiente, y por tanto continua formando parte de nuestra panoplia de

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problemas: la pluralidad nacional y cultural. La República se planteó los Estatutos de autonomía como una excepción para dar respuesta a las reivindicaciones nacionales catalanas, vascas y finalmente gallegas. A la manera de la Italia de posguerra, la autonomía fue para la España republicana una fórmula que buscaba la solución de un problema nacional, no de un problema de eficiencia del estado. El objetivo de las autonomías era complacer la demanda de diferencia que tenían planteadas las nacionalidades que luego se denominaron históricas. Por tanto, no se dibujó un modelo generalizado de autonomías. No eran un instrumento –como las provincias o las diputaciones– para el buen gobierno de un territorio amplio, sino un régimen especial para territorios con una realidad específica. La transición democrática retoma el problema del doble regeneracionsimo prácticamente en el lugar donde lo dejó la República. La España que sale del franquismo tiene dos problemas, convergentes, pero distintos. Por un lado, la necesidad de modernizar la estructura administrativa. Por el otro, dar respuesta a la reivindicación nacional, concentrada en Catalunya, Euskadi y en menor medida Galicia. En los últimos años del franquismo, en aras del posibilismo en el lenguaje, se vino a decir que el problema del estado español era el centralismo, la concentración de decisiones en Madrid. En la opinión pública catalana se llegó a presentar el problema catalán como una dialéctica entre catalanismo y centralismo. Un catalanista era,


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por encima de todo, un contrario al centralismo. Este juego dialéctico desenfocó el problema. Se acabaron confundiendo dos defectos de naturaleza distinta: el centralismo y el uniformismo. El centralismo puede ser –y es efectivamente– un problema de eficiencia administrativa, incluso en los Estados nacionalmente uniformes, sin un problema interno de diversidad nacional. Por el contrario, el uniformismo nacional, cultural o lingüístico es un problema específico de los Estados donde se da precisamente la diversidad cultural, lingüística y nacional. La España del año 1975 tenía a la vez un problema de centralismo y un problema de uniformismo. Mientras se redactaba la Constitución, los conductores de la transición política española tuvieron plena conciencia de la existencia de dos tipos de problemas. Los dos tipos de problemas –con sus respectivas soluciones– que ya diagnosticaba Joan Maragall en el 98. Las dos grandes asignaturas pendientes del estado español moderno. En la Constitución, se diseñaron soluciones –más o menos ambiciosas, más o menos posibilistas– para los dos tipos de problemas, aún teniendo conciencia que la España salida del franquismo vivía como más problemática la aceptación de su realidad plurinacional que la conciencia de la necesidad de modernizarse. Sin duda la primera idea de autonomía política para Catalunya, Euskadi y Galicia nació –como en tiempos de la República– de la necesidad de confrontarse con un problema nacional. Por decirlo así, ante la reivindicación histórica de reconocimiento de la realidad nacional de Catalunya, Euskadi

y Galicia, los constituyentes propusieron como solución un sistema autonómico y una distinción entre nacionalidades y regiones en la Constitución. Pero a la hora de llevar a término el mapa autonómico, la opción práctica consensuada por las grandes fuerzas políticas de ámbito estatal fue la generalización del sistema autonómico, con un techo competencial parecido en todos los casos y con una excepción en el régimen de financiación para Euskadi y Navarra fundada en derechos históricos. La autonomía dejaba de ser, conceptualmente, la solución para el problema nacional catalán y vasco y pasaba a ser una solución para el problema de la descentralización política y administrativa de todos los territorios. Autonomía ya no era –como en los años treinta, y en las reivindicaciones que precedieron a aquellos Estatutos– lo contrario de uniformidad, sino la contrario de centralismo. Se autonomizaba España no para reconocer su diversidad, sino para combatir el centralismo y convertir el estado en más eficiente. La autonomía formaba parte de la receta para combatir el problema de articulación nacional de España. Pero, a través de su generalización, la misma receta se utilizó para combatir un mal distinto. Se administró autonomía a España para curarla del centralismo, no para reconocer la diversidad. Del doble regeneracionismo que había impulsado el nacionalismo catalán a finales del XIX, la autonomía –diseñada como fórmula para la diversidad– se aplicaba como fórmula para la modernización del Estado. Pero con esa traslación, con la aplicación a otra patología –importante también, pero distinta– de la terapia diseñada para dar respuesta a las

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reivindicaciones nacionales catalanas y vascas, estas reivindicaciones quedan sin una respuesta propia. La autonomía se presentaba en el discurso como el cauce para recoger la reivindicación nacional, pero en la práctica su generalización respondía a una necesidad –muy desigualmente consciente– de descentralización administrativa. Para muchos territorios españoles, las autonomías eran una solución sin problema. Para Catalunya y Euskadi, la reivindicación nacional pasaba a ser un problema sin solución específica. Tal vez por eso, el balance del Estado autonómico es enormemente positivo, cuando se valora como solución descentralizadora y fórmula de modernización y eficiencia del estado. Gracias al Estado de las autonomías, el conjunto de los ciudadanos del estado viven hoy mejor, sin duda. En aquello para lo que la autonomía era una solución –el centralismo–, se ha avanzado considerablemente. Con una cierta exageración se ha dicho que el nivel de descentralización de España es de los mayores del mundo, que estamos ya prácticamente en un Estado federal, que las autonomías tienen una alta participación en el gasto del estado, en la distribución de sus servicios e incluso en la toma de decisiones políticas. Formidable. Pero éste no era el problema. O no era el único problema. Tal vez ni el principal: como mínimo no el que hizo nacer un régimen autonómico. Este nivel de descentralización o incluso –exagerando– de federalización del estado sería perfectamente posible también en Estados lingüística, cultural y nacionalmente homogéneos. Pero todo

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esto no da salida al otro problema: la diversidad cultural y lingüística, la existencia de conciencias y lealtades nacionales diversas, la reivindicación nacional. Por tanto, si juzgamos las autonomías no por lo que han hecho para que se viva mejor en Extremadura –con todos los respetos– sino para pacificar el malestar nacional que existe en Catalunya y Euskadi, entre otros lugares, el balance ya no es tan satisfactorio. Porque la autonomía generalizada, por profunda que sea, no está diseñada para enfrentarse a este problema. En este sentido, veinticinco años después de los Estatutos de autonomía, la mitad del problema que ya en el año 98 ponía sobre la mesa Joan Maragall sigue sin solucionarse. No es solamente un problema sentimental. Es un problema político, en todos los casos. En algunos, además, un problema económico. El encaje de Catalunya en España –pongamos por caso– no está considerado resuelto por la mayoría de los catalanes, como se demuestra con su voto en las elecciones al Parlament de Catalunya, con la conservación de un mapa político específico y con la aparición constante de tensiones puntuales. Tensiones en el terreno de las competencias políticas y el reconocimiento simbólico. Pero tensiones también en el terreno económico: algunas de las fuentes del malestar catalán con el actual encaje en España se deben a un déficit fiscal que se percibe como injusto, discriminatorio y que ahoga las posibilidades de crecimiento económico de Catalunya. Este malestar no se expresa en términos tradicionalmente nacionalistas ni en un lenguaje fundamentalmente cultural y sentimental. Se expresa también, muchas veces, en castellano y sin ir necesariamente asociado a una


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adscripción sentimental. No se trata simplemente de un problema de financiación de la Generalitat, sino de flujos económicos entre Catalunya y el estado, que tiene que ver también con las inversiones del estado en los diversos territorios y con las fórmulas prácticas de aplicación obligatoria de la solidaridad. Veinticinco años después de aplicarse el modelo autonómico generalizado, un problema con cien años de tradición sigue sin tener una respuesta directa. Las autonomías han sido positivas para el conjunto de los territorios del estado, en aquello que tienen de común. No han sido positivas en aquello que tienen de diverso. Tampoco negativas. Simplemente insuficientes. El modelo del café para todos sirve para descentralizar, no para combatir la uniformización. Y no depende, en este caso, de la cuantía del café, ni de su calidad. Veinticinco años más tarde, vuelve a abrirse un proceso de discusión del modelo. Pero, ¿discutimos el modelo o discutimos simplemente el techo competencial? ¿Cambiamos el sistema o servimos simplemente una nueva ronda de café? La sensación, ya en un terreno estrictamente político de coyuntura, es que el Partido Popular quiere recuperar una parte del café repartido. Que el Partido Socialista está dispuesto a servir una ronda más generosa. Pero que el conjunto de los partidos nacionalistas catalanes, vascos y gallegos lo que piden es una revisión del modelo práctico. No necesariamente del modelo constitucional: en la Constitución existían puertas para la asimetría. El modelo no se concibió necesariamente para ser generalizado. Hay aspectos de reparto del poder político, de representación exterior, de papel en Europa, de reconocimiento simbólico y

de definición de los flujos fiscales y de inversión del estado en los que los nacionalistas querrían recuperar principios de asimetría y de bilateralidad que estaban en la Constitución y en los primeros Estatutos, pero que fueron barridos por el ansia uniformizadora. Algunos mantienen que esto será imposible. Que la generalización en la simetría es irreversible. Tal vez. Pero entonces la cuestión catalana y la cuestión vasca continuarán enquistadas. Si no hay cambios en la solución, difícilmente el problema se disolverá solo. Ciertamente, la defensa de la asimetría y de la bilateralidad, la crítica al café para todos, es fácil de caricaturizar y puede resultar antipática. Se presenta muchas veces como la defensa de un privilegio. No lo es en absoluto. Considerarlo es confundir nuevamente los dos planos de la vieja reivindicación maragalliana: la modernización del estado y su pluralidad. No hay más servicios para unos ciudadanos que para otros. Lo que hay es un reconocimiento de la diversidad, que sólo tiene sentido realizar cuando la diversidad existe. No hay nada más injusto que tratar como igual lo que es distinto. Un ejemplo que he vivido personalmente: TV3 fue creada en Catalunya para que existiese televisión en catalán. Tiene un sentido especial en la medida en la que da respuesta a una necesidad de la diversidad lingüística: una lengua que no tenía expresión televisiva, la obtiene. ¿Tienen el mismo sentido las televisiones autonómicas de los territorios de lengua castellana? El mismo, no. Pueden tener sentido, pero no el mismo. Y yo creo que algo menos. Un proceso de descentralización sirve

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para España como sirve para Alemania, donde los länder comparten lengua y adscripción nacional. Pero no sirve igual para Canadá. Tampoco para España. La descentralización administrativa puede tener en España perfectamente diecisiete actores. El reconocimiento de la pluralidad nacional tiene bastantes menos. Se ha dicho también, en la línea del privilegio, que las nacionalidades históricas tienen derecho a pedir lo que quieran, pero no a negar a los demás que lo puedan obtener. Se nos viene a decir: ustedes pongan el techo competencial donde lo necesiten, sin límites pero no reclamen bilateralidad ni asimetría, porque esto es negar a los demás lo que piden para ustedes. El argumento nace otra vez de la confusión entre los dos niveles. Pero tiene una perversidad práctica añadida: en la práctica, la generalización acaba actuando como un freno para las propias reivindicaciones. La frase real no es “pidan ustedes lo que quieran, y no se preocupen por lo que obtengan los demás” sino “pidan ustedes solamente aquello que puede multiplicarse por diecisiete, aquello que puedan tener también los demás”. Cuando una petición catalana o vasca se ha querido reducir al absurdo –por ejemplo, las selecciones deporti-

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vas nacionales– se ha presentado la caricatura de su generalización: no es imaginable que cada autonomía mande su selección al Mundial de fútbol. En los cien años largos que han pasado desde el 98 se han mantenido en buena parte vigentes las preguntas que aquella crisis nos dejó sobre la mesa y las propuestas con las que se quiso hacerle frente. Desde Catalunya, Joan Maragall presentó una propuesta, una doble regeneración. En lenguaje poético, pero es que el problema no es de naturaleza jurídica ni técnica, sino político, conceptual, y por tanto el lenguaje poético está perfectamente dotado para expresarlo. Cien años después, España ha cambiado mucho. En algunos cosas, muchísimo. En todas, algo. En algunas, no suficientemente como para dar por resueltos los problemas que entonces se plantearon. Para buena parte de la opinión pública catalana y vasca, en cien años España no ha dado la respuesta adecuada al problema –realidad y problema al mismo tiempo– de su diversidad. Por eso los periódicos hablan de lo que hablan cada día. Por eso los mapas políticos continúan siendo diferenciados. La transición tampoco ha resuelto el viejo problema. Pacíficamente, civilizadamente, negociando y hablando, respetando la voluntad democrática de los pueblos, continúa siendo hoy nuestro trabajo encontrar la solución.



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La crisis de la pesquería de la anchoa del Golfo de Bizkaia (Engraulis encrasicolus): Una perspectiva científica Por Andrés Uriarte, Lorenzo Motos y Martín Aranda (Azti-Tecnalia unidad de investigación marina)

Introducción

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Francia

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País Vasco

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10000 Capturas (t)

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Flota Cantábrica 1966-2004 700 600 500 400 300 200 100 0

CAPV

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Cantábrico

La historia de esta pesquería refleja una disminución continua de las capturas y de la flota española desde los años

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1945

Figura 1: Evolución histórica de las capturas de anchoa del golfo de Bizkaia.

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La “Costera” de la anchoa, junto con la del bonito del Norte, constituye el principal sustento económico de la flota al cerco Cantábrica, con un total de unas 210 embarcaciones del País Vasco, Cantabria, Asturias y Galicia dedicadas a su pesca directa. La pesquería pudo desarrollarse desde comienzos del siglo XX con el asentamiento de conserveros italianos en el País Vasco y Cantabria y alcanzó su apogeo a comienzos de los años sesenta cuando una flota de unos 570 cerqueros descargaba capturas superiores a las 50.000 toneladas (t) anuales, con un máximo de 80.000 t en 1965 (Figura 1). Estas capturas no fueron sostenibles y durante los años siguientes se sucedieron descensos progresivos de capturas y por consiguiente del número de barcos que podían vivir a su costa (Figura 2).

España

Figura 2: Evolución de la flota al cerco Cantábrica faenando a la anchoa desde 1966

60 hasta los 80, seguida de un repunte de capturas en la década de los noventa. El


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aumento de las capturas en los noventa se debe a la incorporación entre 1986 y 1994 de la flota francesa de pelágicos a esta pesquería y a una probable recuperación del nivel de la población de anchoa en el mar. Desde los años noventa las capturas internacionales han fluctuado entre 10.000 y 40.000 t. Pero en los años más recientes la pesquería ha entrado en una persistente crisis. En particular, las costeras de primavera de anchoa de la flota Cantábrica de los tres últimos años fueron particularmente malas (Tabla 1), y ya en este año 2005

Tabla1:

Año

las capturas han resultado prácticamente nulas (200 toneladas hasta el 12 de mayo), lo que ha conllevado una crisis sin precedentes en la economía pesquera del País Vasco y del resto del Cantábrico. Según el Consejo Internacional de Exploración de la Mar (CIEM o ICES en inglés), a la crisis actual se ha llegado tras varios años de fallos sucesivos de las nuevas generaciones de anchoa que deben de sostener la población (llamados reclutamientos). Según este organismo los reclutamientos vienen resultando débiles desde el año 2001.

Resumen de Capturas y de las Recomendaciones de Gestión dadas por el Consejo Internacional de Exploración de la Mar (ICES/CIEM) desde 1988.

Consejo del ICES/CIEM

Captura aconsejada

TAC fijado

Captura ACFM

Captura Francia

Captura España

Captura País Vasco

-

32

15,6

6,8

8,3

6,4

1989 Aumentar Stock Reproductor; TAC

10,01

32

10,6

2,3

8,2

5,2

1990 TAC de precaución

12,3

30

34,3

10,6

23,3

13,7

1991 TAC de precaución

14,0

30

19,6

9,7

9,6

6,6

1992 No hubo consejo

-

30

37,9

15,2

22,5

16,0

1993 Reducción de F en juveniles; Cierre de áreas

-

30

40,4

20,9

19,2

16,1

1994 Reducción de F en juveniles; Cierre de áreas

-

30

34,6

16,9

17,5

14,1

1995 Reducción de F en juveniles; Cierre de áreas

-

33

30,1

10,9

19,0

15,1

1996 Reducción de F en juveniles; Cierre de áreas

-

33

34,4

15,2

18,9

15,4

1997 Reducción de F en juveniles; Cierre de áreas

-

33

22,3

12,0

9,9

8,5

1998 Reducción de F en juveniles; Cierre de áreas

-

33

31,7

23,0

8,5

5,9

1999 Reducción de F en juveniles; Cierre de áreas

-

33

27,3

13,6

13,6

11,9

-

33

36,9

17,8

19,2

17

18

33

40.1

17.1

23

19

2002 TAC preliminar correspondiente a la explotación más reciente

33

33

17.5

10.9

6.5

5.5

2003 TAC preliminar correspondiente a la explotación más reciente

12,5

33

10,6

7,6

3

2,8

2004 TAC preliminar correspondiente a la explotación más reciente

11

33

16*

8,5*

7,5*

6.5*

5

30

1988 No evaluado

Reducción de F en juveniles; 2000 Cierre de la pesquería. 2001 TAC preliminar correspondiente a la explotación más reciente

2005 Recuperar la Biomasa de Reproductores

0,2*

1 Promedio de capturas de 1985–1987. Datos en miles de toneladas. * Datos de 2004 y 2005 son provisionales. Fuente: ICES (ACFM 2004) y AZTI

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Características biológicas de este recurso y su gestión. Las características biológicas de la anchoa pueden ayudar a comprender la naturaleza de la crisis que sufre la pesquería en la actualidad. La anchoa del Golfo de Bizkaia se considera una población independiente de las poblaciones de anchoa que habitan más al norte o al sur en las aguas atlánticas europeas (ICES, 2005). A efectos de gestión pesquera, esta población es tratada como una unidad, aunque la posibilidad de que algunas subpoblaciones habiten en su seno no puede ser descartada. La poblaciones de anchoa presentan fluctuaciones altas de su abundancia. Es una especie de vida muy corta que raramente supera los 3 años de edad. Pero es capaz de reproducirse ya al cumplir su primer año de vida. Forma parte de la base de la cadena trófica, sirviendo de alimento a multitud de depredadores marinos (merluza, túnidos, cetáceos etc). Esta alta depredación genera una mortalidad muy alta, que sumada a la generada por la pesca, conduce a que una buena parte de cada generación se vea diezmada cada año. En estas condiciones, el mantenimiento de la abundancia de la población depende principalmente de la abundancia de cada nueva generación que se incorpora anualmente a la población adulta. Si la abundancia de estas generaciones falla, la población se reduce rápidamente. Por ello, cuatro fallos consecutivos del reclutamiento (desde 2001) han debido reducir a mínimos la población de anchoa en el mar. Por otra parte, el medio ambiente y las condiciones hidrográficas afectan al crecimiento y a la supervivencia de los alevines de la anchoa en sus primeros

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meses de vida. Factores como la productividad biológica de las aguas marinas y la abundancia de las algas y animales microscópicos del plancton del que se alimentan los alevines, afectan directamente a la abundancia de la nueva generación nacida en la primavera de cada año. Sabemos, por ejemplo, que la predominancia de vientos del Norte y Nordeste en primavera y comienzos del verano favorece el éxito reproductor de la anchoa, así como la ausencia de tormentas fuertes al permitir el asentamiento de una creciente estabilidad en las aguas de primavera (Borja et al. 1988 y Allain et al. 2001). Desde 1998, las condiciones ambientales no parecen estar siendo particularmente favorables para el reclutamiento de las anchoas, aunque hayan ocurrido algunos buenos reclutamientos aislados. Estas condiciones ambientales no favorables durante los últimos años, junto al el efecto de la pesca, han llevado a la situación actual de la población de anchoa. En períodos de bajos niveles de abundancia, las poblaciones de peces pelágicos como la anchoa muestran unas características biológicas que las hacen especialmente vulnerables a la pesca y a la par generan riesgo de hundimiento de su capacidad de regeneración. Ambas características conllevan la adopción de políticas de protección de la población cuando su abundancia caiga por debajo de unas biomasas mínimas en el mar. El aumento de la vulnerabilidad a la explotación se debe a que conforme disminuye la abundancia de la población disminuye también su área de distribución en el mar, a la vez que siguen agregándose en estas áreas en concentraciones pescables, comercialmente atractivas. Así resulta que aunque los pescadores pueden tardar un poco más en encontrar anchoas, una vez localizadas las pescan con bastante éxito. De esta manera, las capturas no disminuyen en paralelo a la caída de abundancia sino


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en menor proporción. Las flotas retiran, con cada captura, una proporción mayor de individuos de la población (Mackinson, Sumaila y Pitcher, 1997). El deterioro de la capacidad de recuperación de estos recursos a niveles bajos (por fallos de reproducción) se debe a que el nivel de la población reproductora es también un elemento importante para la generación de buenos reclutamientos capaces de mantener la población. En particular, niveles muy bajos pueden mermar la capacidad de regeneración de la población. De hecho, la explotación de pequeños peces pelágicos como la anchoa en otras partes del mundo ha exacerbado los efectos del medio ambiente, llevando a situaciones de hundimiento o colapso de estas poblaciones de peces, que llevaron bastantes años en recuperarse. Tal es el caso, entre otros, de la anchoveta peruana (Laws, 1997; Hilborn y Walters, 1992), la anchoa sudafricana (De Oliveira and Buttherworth, 2004) y la anchoa del Mar de Alboran (Lleonart, 2005). Todas estas características han llevado a la adopción, para la mayor parte de poblaciones de peces pelágicos en el mundo, de políticas de gestión que aseguren explotaciones moderadas y el sostenimiento de la población por encima de unos niveles mínimos (o biomasa límite). Por debajo de estos niveles, los riesgos de mayor hundimiento de la población, por fallos sucesivos del reclutamiento o por sobreexplotación, pueden aumentar fuertemente. El Consejo Internacional de Exploración del Mar (ICES/CIEM) ya ha propuesto niveles de explotación sostenibles y una biomasa mínima de salvaguardia (o Blim de 21.000 toneladas) basados en criterios biológicos propios de esta población, por debajo de la cual la dinámica del recurso es altamente incierta y por lo tanto se estaría ante riesgo de hundimiento del stock. Además, ha fijado una biomasa de precaución por

encima de la cual es deseable que la población se mantenga para asegurar lo más posible que no llegue a caer por debajo de Blim. Esta Biomasa de precaución o Bpa se fijó en 33.000 t. Sin embargo, no hay todavía definidos, por parte de los políticos, objetivos claros para la gestión de la pesquería de la anchoa. La gestión de esta pesquería ha estado históricamente basada en la adopción de un TAC/CTP (Total Allowable Catch/Captura Total Permitida) fijado en su día en 33.000 t. Pero la comprensión de la naturaleza fluctuante del recurso ha llevado a proponer mejorar el consejo de gestión de esta pesquería mediante TACs analíticos, esto es, cambiantes año a año en función de la abundancia del recurso, de manera que si la población disminuyera a niveles próximos a la Biomasa límite sería aconsejable reducir la explotación de manera paralela. Desde 1999, el ICES/CIEM, en situaciones en las que las campañas directas evidencian que la población en el año en curso se halla a bajos niveles de abundancia, recomienda establecer un TAC preliminar moderado para el siguiente año. Este TAC es revisable conforme a las subsecuentes estimas de biomasa que se obtengan por campañas en dicho año. Sin embargo, para poder establecer un buen TAC analítico se requiere poder predecir el reclutamiento entrante al año siguiente de la evaluación (como anchoa de un año de edad), o sea, durante el año que se desea gestionar, lo cual hasta ahora no ha sido posible. De ahí la necesidad que habría de revisar a mitad de año el TAC analítico inicial propuesto.

Seguimiento científico del recurso El conocimiento acumulado sobre la biología de este recurso se debe al seguimiento realizado sobre esta población

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por distintas instituciones científicas desde 1970 con el fin de generar el conocimiento básico necesario para su gestión. Por un lado, se estudia la evolución de la pesquería directamente (barcos implicados, capturas y composición por tamaños y edades de las mismas). Este seguimiento viene siendo realizado de forma regular desde los años 70 por el Instituto Español de Oceanografía (IEO) y desde 1985 en el País Vasco por la Fundación AZTI (Instituto Tecnológico Pesquero y Alimentario), aunque además se cuenten con series históricas de capturas desde mucho antes. Por otro lado, se estudia directamente el nivel de la población de anchoa en el mar, mediante campañas directas de evaluación, utilizando diferentes metodologías. Desde finales de los años ochenta (1987), AZTI estableció el seguimiento directo de la población a través de campañas de aplicación del Método de Producción de Huevos (MPDH) que sirvieron para estimar por primera vez el nivel absoluto de biomasa (toneladas) de anchoa en el Golfo de Vizcaya. El método se basa en inferir la abundancia de anchoas reproductoras a partir de las concentraciones de huevos en el mar (fruto de su puesta) estimados mediante la campaña directa (Figura 3). Para ello se estudia al mismo tiempo la fecundidad de las anchoas. Dichas campañas se han venido aplicando desde entonces ininterrumpidamente en mayo-junio de cada año y suponen en la actualidad la serie más larga y consistente de estimas de esta población. Sus resultados, junto a los de la campaña acústica francesa realizada por el Instituto Francés de Investigación Marina (IFREMER), que se utiliza como índice relativo de abundancia, son suministrados al Consejo Internacional de Exploración de la Mar (ICES/CIEM) y concretamente al Grupo de Trabajo de Caballa, Jurel, Sardina y Anchoa. Este grupo, con la información facilitada por AZTI y el IEO e IFREMER, realiza la evaluación integral y diagnóstico de este recurso. Gracias a estas contribuciones y análisis se ha llegado a comprender la dinámica del recurso (su

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crecimiento, su mortalidad y los pulsos del reclutamiento), resaltando el hecho de que sea el reclutamiento, o abundancia de las nuevas generaciones que se suman a la población adulta de cada año, el principal factor determinante del devenir de esta población. Desde 2003, AZTI realiza en septiembre-octubre de cada año una campaña acústica dirigida a la estimación del reclutamiento entrante en la pesquería, lo que deberá permitir mejorar la predicción de la población y el consejo de TAC inicial dado a los políticos. Los resultados de esta campaña, sin embargo, no se integrarán en la evaluación mientras no se obtenga un número de observaciones suficiente como para validar su uso.

Figura 3: Concentraciones de huevos de anchoa en mayo de 2005, muestradas por la campaña BIOMAN 2005 de aplicación del Método de Producción diaria de huevos.

Situación reciente del stock y Recomendaciones científicas para su gestión: En noviembre de 2004 el consejo asesor sobre pesquerías del Consejo Internacional de Exploración de la Mar (ICES/CIEM) informaba a la Comisión Europea sobre la anchoa que, aunque desde el año 1997 la mortalidad por pesca


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había permanecido bastante por debajo del nivel cautelar fijado por el CIEM, en los años 2003 y 2004 la Biomasa de reproductores descendió por debajo de límites biológicos seguros, quedando por debajo del nivel de precaución (ICES Advice 2004, ACFM/ACE) (Figura 4). En el año 2003, la biomasa de reproductores se situó en torno al nivel de la Biomasa límite y en el año 2004, aunque aumentó ligeramente, se hallaba todavía por debajo de la biomasa de precaución. Estos bajos niveles de biomasa se han debido a fallos sucesivos de los reclutamientos desde el año 2001. El stock, por lo tanto, se ha situado en estos últimos años bastante por debajo de los niveles observados en los años noventa. Por lo tanto, el ICES/CIEM calificó al stock en riesgo creciente de reducción de su capacidad reproductiva. En otras palabras, a los niveles de biomasa actuales, la producción de generaciones abundantes podría verse disminuida. Stock

MPDH

Acústica

Blim

Bpa

140.000 120.000

Biomass (1000 t)

100.000 80.000 60.000 40.000 20.000 0 1987

1989

1991

1993

1995

1997

1999

2001

2003

2005

Figura 4: Evolución de la población reproductora de anchoa (biomasa en toneladas) desde 1987, conforme a la evaluación del Consejo Internacional de Exploración del Mar (ICES/CIEM) en el contexto de las estimas de la población facilitadas por las campañas de evaluación directas del Método de Producción de huevos (AZTI) y acústica francesa (IFREMER) (Fuente ICES 2005). Datos de 2005 provisionales y basados únicamente en la estima de AZTI.

El ICES/CIEM aconsejó al UE establecer un TAC preliminar para el año 2005 de 5.000 t. Esta captura permitiría, incluso ante un nuevo fallo del reclutamiento, ir aumentando la biomasa de reproductores durante el año 2005. Se

aconsejaba igualmente revisar tal TAC a mitad del año 2005 basado en el desarrollo de la pesquería y en los resultados de las campañas acústicas y de producción de huevos de mayo-junio 2005. Esta proyección se basó en la asunción de que el reclutamiento edad 0 en el año 2004 y siguientes sería de 7,1 billones (correspondiente a la media de los reclutamientos por debajo de la mediana de la serie histórica desde 1987) y en una mortalidad por pesca promedio similar a la de los últimos años desde 1997 (F=0,48). Aunque la Comisión recomendó seguir el Consejo de Gestión del ICES/CIEM, finalmente el Consejo de Ministros adoptó un TAC anual de 30.000 t. en la zona VIII para la anchoa, sin previsión de una revisión a mitad del año. Desde el otoño de 2004 hasta la primavera del año 2005 se acumularon una serie de indicios primero y posteriormente evidencias relativas a un nuevo fallo del reclutamiento de anchoa, lo cual conducía a un nuevo descenso de la biomasa de reproductores durante el año 2005. Concretamente, la campaña JUVENA 2004 efectuada por AZTI entre septiembre y octubre pasados detectó muy escasas concentraciones de juveniles de anchoa en comparación con cualquier otra campaña anterior efectuada sobre juveniles de esta población. Los resultados revelan una caída de la abundancia de juveniles en el Golfo de Vizcaya de aproximadamente un 80% entre 2003 y 2004. Por otra parte, impresiones de muchos de los patrones que pescan túnidos al cebo vivo, indicaron que en el año 2004 apenas detectaron juveniles de anchoa para su provisión de cebo vivo. Las evidencias sobre el fallo del reclutamiento vinieron de la campaña del Método de Producción de Huevos realizada por AZTI en mayo de 2005. La campaña encontró una baja abundancia de huevos de anchoa, siendo casi la menor de toda la serie histórica y del orden de la mitad de la encontrada en 2004. Los máximos de abundancia de huevos son

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del orden de 1/3 de los observados en años recientes. Estimas provisionales indican que la biomasa de anchoa en mayo 2005 es de unas 10.400 t con un amplio intervalo de confianza entre 0 y 24.000 t. La distribución espacial de los huevos y la estima provisional de la composición por edades de la población muestran que esta baja biomasa se debe a un nuevo fallo del reclutamiento. Esta caída de la biomasa daba una explicación a la crisis de la pesquería de la anchoa durante la primavera 2005. El consejo asesor sobre las pesquerías del ICES/CIEM, hallándose al corriente de la crisis de la pesquería de la anchoa y de los indicios científicos acumulados relativos al nuevo fallo del reclutamiento (incluso peor que el asumido en su consejo último), recomendó a principios de junio a la Comisión Europea la adopción de medidas drásticas y urgentes para proteger la población remanente en el mar, o sea, el cierre de la pesquería hasta que se constate mediante campañas la entrada de un buen reclutamiento a la población. La Comisión Europea ha decidido el cierre de la pesquería a partir del 1 de julio, con revisiones periódicas por consejo científico cada tres meses.

Consideraciones finales La percepción de que la biomasa de anchoa está aproximadamente a la mitad del nivel mínimo aceptable (definido por la biomasa límite de 21.000 t) ha sido considerado por el ICES/CIEM como una circunstancia de extrema gravedad. Más aun, el consejo del ICES/CIEM responde al temor de una no sostenibilidad y riesgo de sobreexplotación del recurso de anchoa. Dentro del enfoque de precaución adoptado por la Unión Europea para la gestión de pesquerías, caer por debajo de la biomasa límite implica establecer medidas urgentes e importantes de protección de la población, de ahí el consejo de cierre de la pesquería.

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A esta situación se ha llegado seguramente por un cúmulo de circunstancias adversas fundamentalmente medioambientales, siendo la pesca un elemento adicional que habrá acelerado el declive de la población. El cierre de la pesquería no garantiza la recuperación de la población pero ayudará a paliar su declive a la espera de que circunstancias ambientales favorables puedan recuperar los reclutamientos y la población a niveles saludables, como los encontrados en la década pasada. Las presentes circunstancias se deben encuadrar en una discusión más general sobre el procedimiento de gestión y las medidas de regulación de la pesquería de la anchoa, dada la naturaleza fluctuante de este recurso. Debido a la corta vida de la anchoa, la pesquería y la población de anchoa dependen fuertemente del reclutamiento entrante cada año y ya hemos señalado antes que para mejorar el consejo de gestión se van a necesitar utilizar las campañas de evaluación de juveniles para predecir el reclutamiento entrante a la pesquería en el año siguiente, objeto de la gestión. De esta manera se podrá regular la explotación respecto al nivel esperado de abundancia de anchoa en el mar. Y por supuesto la campaña JUVENA de septiembre del presente año será fundamental a la hora de determinar (aunque sea cualitativamente) si la abundancia de juveniles entrantes a la población de anchoa es alta o no, de manera que pueda servir para indicar la conveniencia o no de mantener el cierre de la pesquería. En todo caso y ante los fallos de reclutamiento que previsiblemente tendrán lugar con relativa frecuencia, el sistema de gestión debería ir orientado a garantizar la producción de una biomasa mínima superviviente de reproductores para el año siguiente, incluso en tales escenarios de bajo reclutamiento. Esto se puede intentar asegurando que la pesca permitirá una biomasa mínima de supervivientes a finales de cada año, y por otra parte protegiendo a los jóvenes reclutas hasta


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su primera reproducción. Estas medidas podrían incluir cierre de áreas claves para el reclutamiento e incentivos económicos para reducir la captura de peces pequeños. En 1999, así como en 2004, el ICES/CIEM aconsejó la prohibición de la pesca de anchoa entre enero y junio (ambos inclusive) dentro de una extensa área costera francesa, por ser una zona de concentración de la anchoa de 1 año de edad anterior a la puesta de primavera. Aunque la comisión incluyó dicha zona de veda en su recomendación al Consejo, este no la aceptó. Con todo, estas u otras medidas deben ser rigurosamente evaluadas en un contexto de evaluación integral del sistema de gestión de la anchoa, contrastando las distintas opciones de gestión frente a la sostenibilidad del recurso y de la propia pesquería implicada en su explotación (rendimientos económicos, fluctuaciones de capturas, etc). Dichos trabajos están actualmente en fase de realización. Por el momento, un seguimiento continuado mediante campañas del nivel de la población de anchoa permitirá conocer el nivel de recuperación del recurso y aconsejar a los gestores sobre el momento de apertura de la pesquería y sobre las condiciones de la misma. Si repasamos la serie histórica acumulada en nuestros estudios, únicamente el año 1989 tiene cierta analogía con este año (Figura 4). En aquel año la biomasa de la población de anchoa también era muy baja, estando la biomasa probablemente por debajo del nivel mínimo (Blim). Al igual que ahora, en aquel entonces cabía temer por la capacidad de recuperación de la población. Sin embargo, las condiciones ambientales que se dieron aquel año favorecieron la regeneración natural de la población dando lugar a una muy abundante generación que entró a la población el año siguiente. En la situación actual, no obstante, desconocemos cuáles serán las condiciones ambientales predominantes en primavera y comienzos de verano y cómo pueden afectar al éxito del reclutamiento que se genere durante este

año 2005, del cual dependerá la recuperación de la población. El estudio de esta especie nos ha mostrado cuan fluctuante es esta población y lo capaz que es de recuperarse en situaciones transitorias de crisis anteriores. Por ello no queremos dejar de ser optimistas y señalar que la anchoa podría recuperarse prontamente, sin embargo debe comprenderse que nuestra obligación como expertos y asesores científicos para la gestión de esta pesquería es y ha sido durante esta crisis prevenir de los riesgos de la explotación de la anchoa en situaciones de especial escasez como la actual.

BIBLIOGRAFÍA Allain, G; Petitgas, P; Lazure, P (2001). The influence of mesoscale ocean processes on anchovy (Engraulis encrasicolus) recruitment in the Bay of Biscay estimated with a three-dimensional hydrodynamic model. Fisheries Oceanography. 10, pp. 151-163. Borja, A., A. Uriarte, L. Motos and V. Valencia. 1996. Relationship between anchovy (Engraulis encrasicholus L.) recruitment and the environment in the Bay of Biscay. Sci., Mar., 60 (Supl. 2): 179-192. Borja, A., A. Uriarte, J. Egaña, L. Motos and V. Valencia. 1998. Relationship between anchovy (Engraulis encrasicholus L.) recruitment and environment in the Bay of Biscay. Fish. Oceanogr. vol.7: pp. 375-380. De Oliveira, J.A.A and Butterworth, D.S. 2004. Developing and refining a joint management procedure for the multiespecies South African pelagic fishery. ICES Journal of Marine Science, 61: 1432-1442. ICES 2005 : Report of the Working Group on the assessment of mackerel, horse mackerel, sardine and anchovy. 7–16 September 2004 ICES, Copenhagen. ICES CM 2005/ACFM:08. Hilborn, R. and C. Walters 1992. Quantitative Fisheries Stock Assessment. Chapman and Hall Inc. London. Laws, E. 1997. El Niño and the Peruvian Anchovy. University Science Books. California. Lleonart, J. 2005. Mediterranean and Black Sea. In Review of the state of world marine resources. FAO Fisheries technical paper 457. Rome 2005. Mackinson, S., Sumaila, U. R. and T. J. Pitcher. 1997. Bioeconomics and catchability: fish and fishers behaviour during stock collapse. Fisheries Research 31: 11-17.

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Toti Martínez de Lezea Ama de casa que escribe

“No lucharía por conseguir la libertad porque ya la tengo y como soy libre, soy feliz” Entrevista: José Antonio Díaz Aldai. Fotografía: Txetxu Berruezo

Mujer de pensamiento libre, comprometido y disidente con la realidad social, pero extremadamente coherente con el principio básico de la libertad del ser humano, aunque tan olvidado en el momento actual que su disidencia suena a ingenuidad porque, pese a todo y frente a todo, sigue creyendo en la Humanidad. Aunque…, bienvenida esa ingenuidad porque es su fuerza vital y la razón de su felicidad: “Soy libre en mi cabeza y porque soy libre soy feliz, pero no lucharía ni cogería un arma por defender esa libertad porque no me hace falta conseguirla, ya la tengo, la tengo en mi mente”. Sin esa libertad y sin creer como cree en la familia, el amor, la libertad, la solidaridad, la igualdad y, sobre todo, en ella misma, Toti Martínez de Lezea no sería lo que es, ni afrontaría la vida con humor y optimismo. Todo lo que dice, lo siente, como cuando asegura tener suerte. Y, a decir verdad, cuando dice ser feliz no necesita poner un énfasis especial en demostrar su felicidad, porque ésta se desborda por sus poros, “he tenido la suerte de nacer en una familia con ideas muy avanzadas”.

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En su mirada, en su voz, en su risa hay un espíritu burlón que empieza por ella misma, cuando recuerda como nació como contalari de novelas históricas, “por casualidad. Salió por casualidad”, o al comentar que “pagamos unos impuestos desaforados, porque muchos de ellos no sabemos dónde van”.

FAMILIA Educada bajo conceptos avanzados y con gran apego familiar inició una vida singular porque su padre la animó a estudiar idiomas en el extranjero cuando tenía 16 años, “en plena dictadura del franquismo, algunas estudiaban pero la mayoría de mujeres se preparaba para casarse. Yo, con 16 años salí al extranjero, algo que era inviable, no por cuestión de dinero, sino por el temor que imponía lo desconocido. Pero mis padres me alentaron, especialmente mi padre, que me dijo ‘ya se ve que no vales para estudiar, pero para hablar sí, por tanto, vete a aprender idiomas’. Así fue”. Eras, en consecuencia, una mala estudiante...,


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“No sé. Las monjas decían que estaba limitada. Y mi padre dijo, pues no parece que sea tonta…, pero como habla mucho y parece que tiene buen oído”. En este punto Toti comienza una andadura que la llevará por varios países europeos. En uno de ellos conoce a un bilbaíno llamado Alberto. Desde entonces comparten una vida en común, dos hijos y decisiones trascendentales como el día en que resolvieron regresar a Euskal Herria. “Vivíamos en Francia, después de casados. Alberto tenía trabajo en el norte de Francia, en un pueblo bastante desangelado en el marco de relaciones sociales. Y echaba mucho en falta esto…, mucho…, mucho…, después de haber vivido en muchas partes, a la hora de afincarme y asentarme echaba en falta mi tierra. Así que nos vinimos. Alberto iba a trabajar en Basauri y buscamos un pueblo que fuera rural y euskaldun. Lo miramos en el mapa y aparecimos en Larrabetzu”. En la localidad vizcaína encontraron una casa antigua con varios siglos de vida en sus paredes que estaban a tres meses de caer bajo la piqueta y que han recuperado su linaje merced al trabajo, hombro con hombro, compartido por Toti y Alberto. Hoy es una vivienda que respira

personalidad, “hemos hecho cada rincón como queríamos, con la intención de que fuera acogedora para nosotros y para todo el que venga. Queríamos y queremos un hogar para nosotros y nuestros amigos”. Eran, no obstante, años difíciles. Faltaba lo esencial para financiar una restauración de aquella magnitud. Escaseaba el dinero, “sí, no teníamos dinero. Lo tuvimos que hacer nosotros. Bueno, la verdad es que nos gusta hacer esas cosas, aunque nos pasamos, fueron unos años de mucho trabajo y durmiendo en el sofá porque no teníamos habitación. Pero, visto el resultado, mereció la pena”. MUJER, MADRE Y MATRIARCA Es, en efecto, un mosaico de rincones acogedores y en ellos, salvo uno específicamente de Alberto, ejerce de etxekoandre, como matriarca protectora “un poco mandona. Eso lo sé. En mi familia las mujeres no han sido tan imperativas como yo”, al tiempo que generosa sin límite y dispuesta a sacrificar todo por su familia, “si algo, dentro de mi familia, estuviera en peligro, como consecuencia de la escritura, dejaría de escribir. A veces oigo a escritores decir que su vida es la escritura. Pues mi vida no es la escritura.

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Es parte de mi vida, como otras muchas cosas. Mi vida es mi familia, es el entorno en el que me reflejo”. Pese a tantas desigualdades e injusticias, lo cierto es que muchas familias, muchos hogares se nuclean en torno a la figura femenina..., “Porque las mujeres estamos más preocupadas o tenemos en mente mil cosas más que los hombres. Como mujer, no sólo nos ocupamos de la casa, sino que estamos pendientes de todos los miembros de la familia. Sabemos cuándo uno está triste o tiene un disgusto en el trabajo. Eso falla en el hombre, piensa que todo está muy bien y si hay momentos malos ya se pasarán. La madre, sin embargo, está siempre pendiente por cualquier detalle. Esas cosas las tengo muy presentes y sé exactamente lo que les pasa a mi marido, a mis hijos, mi yerno, mi nieta, mi madre…, en todo momento y si puedo resolvérselo lo hago, si no, a dar ánimos y punto”. CITA CON LA NOVELA HISTÓRICA En su actividad literaria no conoce descanso. Trabaja siempre que puede coincidiendo con la idea de que cuando llegue la inspiración que te coja trabajando. Quizás por ello se siente molesta cuando sus colegas cuestionan su productividad literaria, “me achacan que publico demasiado. Quieren que escriba, me dicen…, pero que no publique. ¿Qué quieren? ¿Que publique después de muerta? Pues no me da la gana. Me gusta ver las cosas terminadas y con tapas”. “Dicen que escribir mucho no es bueno para la literatura. No será bueno para ellos, pero es bueno para mí”. Sin

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embargo, ser una novelista tan prolífica conlleva una gran dedicación e insisto, el día no tiene más que 24 horas…, “acabo una novela y empiezo otra. Dedico a escribir siete u ocho horas al día. ¿Qué hago? Pues no salgo por ahí de poteo, apenas veo la televisión, salvo cuatro cosas. Me dedico a leer y escribir cuando termino las tareas de casa y me da de sí, qué le vamos a hacer, lo que no podría es estar cinco años escribiendo una novela”. Junto a la oposición de otros novelistas, también está la crítica de los historiadores. Considerados como eruditos en la materia, cuestionan la credibilidad de sus novelas…, “Yo también podría cuestionar la credibilidad de algunos historiadores que han escrito la historia como les ha dado la gana. Así de claro. Si ellos han escrito la historia como les ha dado la gana, yo también puedo hacerlo, después de todo, lo he dicho muchas veces, yo también soy historia. Todos somos parte de la historia y estamos aquí porque antes hubo historias. Así que la Historia no es un coto cerrado, que pertenece a unos eruditos. Nos pertenece a todos. ¿Nos podemos confundir…?, pues claro, todos nos podemos confundir. Me puedo confundir yo, como se puede confundir un historiador”. EL MUNDO NO HA CAMBIADO Salvo por su último libro, “Los grafitis de mamá”, todo un ensayo filosófico, irónico, sí, pero ensayo sobre el quehacer doméstico, que Toti lo califica como “chufla”, se ha especializado como novelista histórica. Por ello y como estudiosa de la Historia, cabe preguntarla por las diferencias que observa entre aquellas sociedades pretéritas que referencia en sus obras y el momento actual. “No hay tanta diferencia entre en el siglo XIV y hoy. Algunos historiadores afirman que no hemos salido de la Edad Media. Han cambiado los hábitos de vida y la sociedad. Ahora tenemos la oportunidad, aquí, que no en el resto del mundo, de comer todos los días, una casa confortable con agua caliente y nuestros hijos


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estudian. Eso sí ha cambiado. Pero en cuento a la sociedad de fondo, seguimos teniendo unos señores que nos gobiernan. Dicen que los elegimos, bueno…, hasta cierto punto. Antes eran nobles, condes, duques y reyes, ahora son ministros y presidentes los que deciden por nosotros qué ha de hacerse. Seguimos pagando impuestos, igual que el campesino de la Edad Media, unos impuestos desaforados, porque realmente es desaforado lo que se paga. Tampoco es tan diferente”. Aunque sus palabras suenan fuerte, no ha perdido el horizonte risueño que la caracteriza y aprovecha la inercia dialéctica para matizar algunos puntos…, “No discuto lo que se paga para prestaciones sociales como educación, sanidad, transporte, carreteras. A los que me refiero como impuestos desaforados es al dinero que pagamos y no sabemos dónde va. Quisiera saber dónde va mi dinero. No hay más que ver el tren de vida que proporcionamos a la clase política, que no es productiva sino administradora de los bienes del común. El dinero es nuestro y los políticos nuestros servidores. Tendríamos que tener la posibilidad de quitarlos cuando lo hacen mal. Un administrador, cuando no funciona, se le quita. Pero aquí no se quita a nadie. Todo el mundo se mantiene. Llega un momento en que es muy pesado”. Ahora deja sobre la mesa un panorama negro que no encaja muy bien en ese mencionado optimismo con el que hace frente a la vida, pero solventa el obstáculo semántico con un ejercicio en el que separa los planteamientos políticos, al uso, en materia de territorialidad o pertenencia territorial y su propio concepto de la tierra como la gran casa de la Humanidad. “Iremos mejorando. Cuando se habla de nacionalismo, regionalismos y países…, lo borro. No soy nacionalista, ni regionalista, ni patriota, ni soy nada. Soy un habitante de este planeta que se preocupa de su entorno más cercano. Sé que no puedo hacer nada para que termine el hambre en el mundo o para intervenir en

Irak y eso me revienta mucho. Pero lo que amo es lo que tengo cerca. Entonces me preocupa el entorno que tengo cerca y amo: mi familia, mis amigos, mis vecinos y mis conciudadanos. Si cada uno se preocupara, no limitado a su casa, de que ese entorno fuera bonito, feliz…, fuera… armonioso…, las cosas nos irían mucho mejor”.

Toti Martínez de Lezea

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VIVIR CON AMOR A LAS RAÍCES En este sentido, la pertenencia a un territorialidad concreta es tan relativa que no duda en autodefinirse como mujer del mundo que puede ser de cualquier lugar, pero con un prisma que la permita observar y apreciar las cosas buenas que tiene cada espacio. “Podía ser afgana si hubiera nacido en Afganistán. Pero no solamente eso, es que sería andaluza si hubiera decidido vivir en Andalucía. Allá donde decidas plantar tus raíces ama el lugar donde estás. Lo mismo si vienes de fuera o has nacido allí. Me da igual donde ha nacido, pero sí le pido, al que está aquí o al que viene, que ame lo que tiene alrededor. Busque las cosas buenas que tiene alrededor, porque tenemos cosas malas, pero también cosas buenas, pero si siempre estamos mirando lo malo, entonces no levantamos cabeza. Hay que mirar lo bueno”. “He nacido en Euskadi, viví muchos años fuera, pero cuando mi marido y yo decidimos instalarnos definitivamente, elegimos estar aquí, podíamos haber ido a vivir a otro sitio. Hombre, teníamos familia y teníamos raíces y era un sitio que nos gustaba…, aparte que, entre paréntesis, Euskal Herria es precioso (risas)”. INTOLERANTE ANTE LA INTRASIGENCIA El pensamiento libre y tolerante de Toti se transforma cuando le preguntamos por la situación de la mujer ac-

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tual en diversas vicisitudes: Unas (demasiadas aunque sólo fuera una) sometidas a la crueldad de la llamada violencia de género, “es horrible. Siempre ha habido violencia y el mundo no ha cambiado. Sólo que ahora nos enteramos antes y tenemos más posibilidades de hacer daño”. Otras mujeres han llegado como emigrantes y nos traen nuevas culturas y costumbres que entran en conflicto con las nuestras y en algunos países las mujeres se ven obligadas a tapar su rostro con el burka. En este punto muestra una actitud clara ante la intransigencia. “Primero le preguntaría a la mujer afgana cómo se siente con el burka. Ahí está, como ejemplo, esa discusión virulenta que hubo en Francia en relación al velo musulmán y que llegará aquí porque cada día hay más personas musulmanas. La gente olvida que hace poco estábamos obligadas a ir con velo a la Iglesia y tapar los brazos. Cuando nos pusimos los primeros pantalones fuimos motivo de escándalo y no digo nada de los bikinis. Eso no pasó en la Edad Media, fue hace poco tiempo. Por tanto, tengamos paciencia. El mundo musulmán lleva, respecto a nosotros, 500 años de retraso. Necesitan tiempo, pero conozco mujeres musulmanas luchadoras, trabajadores e inteligentes que llevan velo por voluntad propia…, pues déjalas. ¿Acaso nos molesta ver una mujer del África central por

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las calles de Bilbao o de Vitoria con un vestido de flores…? No. No nos llama la atención que vaya con túnica y turbante de color morado. Dejemos a la gente que viva como quiere”. “Las chicas musulmanas que están en Europa, que han nacido en Europa o que van a nacer en Europa, no serán como sus madres, eso está clarísimo. El entorno también hace su trabajo. Démosles tiempo. No queramos cambiarlas de la noche a la mañana, como a nosotros tampoco se nos cambió de la noche a la mañana”. “Queremos que pueblos con otras costumbres y tradiciones sean como nosotros. Es cierto, vienen aquí y se tienen que amoldar, pero necesitan tiempo. Se habla del integrismo musulmán, pero olvidamos el integrismo cristiano, el integrismo europeo o el integrismo blanco-sajón. Me molesta que se juzgue y se prejuzgue. Estamos obligados a entendernos. El problema, y lo digo como lo siento, son las religiones que nos imponen unos cánones de conducta antinaturales. En nuestro caso, cristiano, ha sido antinatural cómo se nos ha tratado a las mujeres dentro de la doctrina, donde se dice que no vales para nada, sólo estás en la vida para parir o morir en el intento y luego estamos juzgando a otras sociedades”. LA LIBERTAD Después del viaje dialéctico a los confines de la

intransigencia social regresamos a un escenario más cercano para Toti, en su doble condición de ama de casa y escritora. Insiste en que no hay contradicción alguna entre ambas actividades, “libre es cada cual de pensar y sentir como quiera, pero siempre he tenido claro que lo primero es la familia”. Sin embargo, como escritora, tiene (esa es mi percepción) cierta inclinación a los personajes femeninos y dotarles de una personalidad fuerte. “No busco que sean mujeres u hombres los personajes con más fuerza. Lo que pasa que en tres de mis novelas que han tenido bastante repercusión, los personajes principales han sido mujeres y sí es verdad que tienen bastante fuerza. Pero no voy buscando eso, simplemente aparecen”. Sea premeditado o no, en el marco de la novela histórica, hay un hecho cierto: la solidaridad que


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muestra hacia el género femenino y su lucha por la igualdad. Ahora bien, sus reivindicaciones se centran más en la mujer que se ocupa, como decía aquel franquista carné de identidad, de sus labores. “La gran olvidada en la lucha por la igualdad es la ama de casa. Algunas amigas que trabajan fuera dicen que su jornada es doble. Pero se las reconoce el trabajo fuera de casa porque las pagan y esa es la forma como nuestra sociedad reconoce los trabajos. Es decir: trabajo no remunerado no existe. El ama de casa no cobra nada, sueldo, pensión, ni jubilación. Sólo a través de su marido, y claro que es muy duro, porque son muchas horas de trabajo y muchos trabajos, aparentemente sin importancia. Pero si no estuviesen las amas de casas, las madres, ¿quién se iba a ocupar de los ancianos de las familias o de la eco-

nomía doméstica o de los nietos, que suelen tener vacaciones más largas que los padres?” Y deja la pregunta en el aire, sin esperar una respuesta que, por otro lado, todos la sabemos. Quizás por ello, resulta evidente que, impregnada por el movimiento hippie que conoció y vivió en primera persona, mantenga inalterable su principal lema: Amor y Paz y defiende con ardor la libertad, aunque admite que “tiene que haber un límite. Mi libertad acaba donde empieza la tuya”. No obstante, le planteo un temor que cobra cuerpo día a día, ante el planteamiento de algunos políticos que, argumentando la necesidad de una mayor seguridad, coartan la libertad. “La libertad es peligrosa para el poder establecido. El que gobierna, el que dirige el que manda, no quiere esa libertad porque en cuanto haya libertad habrá pensamiento. Yo soy libre porque pienso, así de claro. En el momento en que deje de pensar dejaré de ser libre conmigo misma. Pero ese discurso político de la seguridad y la libertad funciona muy bien dentro de una sociedad borreguil”. Llegados a este tema de la libertad, Toti no admite medias tintas. Se deja llevar por unas ideas en las que cree y bajo las que ha educado a sus hijos. Reivindica, simplemente pero nada menos, que el estadio de libertad para todo ser humano.

“Libertad de creer, pensar y actuar. Tampoco puedes ir por la vida robando, matando o haciendo lo que te da la gana, porque entonces estás quitando la libertad al prójimo. Pero, hoy en día, si dices algo que no es políticamente correcto te señalan y te apartan. Así que llega un momento que una, o sea yo, decide no opinar en público sobre ciertas cosas. No me importa que otra persona pueda tener una opinión distinta a la mía, es más, la respeto enormemente. No sé si llegaría, como decía aquel, a morir para que otro pueda defender sus ideas. No lo sé, porque no soy de tipo sacrificable. Hay a veces cierta represión a la hora de opinar y no me refiero sólo a temas políticos, también pueden ser sociales. Bueno, pues a mí me parece muy bien que se casen los homosexuales y entonces tienes a medio país en contra”. Acotada por esas limitaciones a las que alude, su objetivo se circunscribe a su ámbito privado, “al final, si eres adulto, puedes estar de acuerdo con mi forma de pensar y si no lo estás, haz lo que creas conveniente y deja en paz a los demás. El problema es si hago daño a otros. Ahí es donde empieza el problema. No soy religiosa, pero sí estudiosa de las religiones y todas coinciden en una cosa: Amar a tu prójimo como a ti mismo. Mientras eso no se lleve a cabo, todo lo demás me sobra”.

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Firme en sus convicciones. Sin embargo, transmite sosiego aunque sus palabras sean contundentes y sus opiniones rigurosas. Tal es así que no comparte la idea de la venganza, “no creo en la venganza, pero sí tengo a personas borradas del censo. Las ignoro, como si no existieran. Puedo ser muy generosa, pero si alguien me traiciona por lo que sea o me decepciona…, se acabó. En eso reconozco que soy muy extremista. Como decía mi padre, hay que perdonar pero no olvidar. Yo no olvido fácilmente, tengo muy buena memoria”. EL FUTURO ES MUJER Y después de una larga conversación afrontamos el tramo final con la vista puesta en el futuro que, para Toti, es femenino, “porque es la mujer la que tiene los hijos (mientras no salgamos de probetas) y además somos tan trabajadoras que podemos hacer varias cosas a la vez, como trabajar fuera de casa, hacerse responsable del hogar, vigilar la familiar y luchar por ella”. Y hablando de futuro, esta escritora de novelas históricas, ha conseguido casi todo lo que se ha propuesto y el decir casi se debe a que también le hubiera gustado ser directora de orquesta o cantante de ópera, “ahora ya es tarde”, porque la música es otra de sus pasiones, “especial-

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mente la clásica. Siempre escribo acompañada por la música, pero no pongo clásica porque me gusta tanto que me distrae. No sería capaz de escribir escuchando ópera, porque me pondría a cantar. De cualquier forma, los párrafos más bonitos que he escrito, los que a mí me gustan más, están inspirados en la música”. En este ambiente ha vivido y vive Toti Martínez de Lezea. Le preguntamos si no se considera rara avis en medio de una sociedad consumista y marcada por estereotipos superficiales, “no me considero nada especial. Conozco personas que son como yo. Curiosamente son gente feliz y positiva. Rechazo, por lo general, a los pesimistas y a la gente que sólo ve el valor de las personas en el dinero y en la apariencia exterior”. Antes de marchar volvemos a recorrer con la mirada ese caserío en Larrabetzu. Sí, Toti y Alberto han realizado entre estas paredes un gran trabajo, incluso en el jardín, donde Alberto plantó un Ginkgo Biloba, un árbol al que Darwin llamó “fósil viviente”, porque sus orígenes documentados se remontan hace 270 millones de años. Y, cómo no, ahí están sus hijos, “educados de forma natural. Ellos han crecido en este ambiente y lo consideran lo más natural”. Vuelve a pensar en su familia porque “los jóvenes no lo tienen fácil. Nosotros lo tuvimos mejor y es de rigor reconocerlo. Los jóvenes, hoy en día, lo tienen más difícil. Están los estudios, las especialidades, el trabajo precario que concede pocas posibilidades para establecerse y, por último, los pisos al precio que están”. “Los valores de nuestra juventud eran distintos. No los valores fundamentales y humanos, pero sí las necesidades y las cosas que hay. El joven tiene que ser revolucionario, tiene que ser contestatario”.



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Energía solar: una energía, muchas aplicaciones

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e entre todas las fuentes energéticas renovables existentes, probablemente la solar sea una de las más ampliamente conocidas por el público, sobre todo la tecnología solar fotovoltaica para la generación de energía eléctrica. Sin embargo, la energía que ofrece el astro rey es muy polivalente y permite, además del abastecimiento eléctrico, obtener calor para calentar agua, la denominada energía solar térmica, e incluso, en la actualidad existen sistemas de climatización solar que cada vez tienen más auge en toda Europa. En Euskadi, frente a la creencia generalizada de que vemos muy poco el sol, disponemos de una radiación solar notable; desde luego, más que suficiente para que todas estas tecnologías sean plenamente utilizables en nuestros hogares de forma eficiente y rentable. Así lo entienden cada vez más ciudadanos que colocan placas solares en los tejados de sus viviendas YAGO TORRE-ENCISO para abastecer sus necesidades Es técnico del Departamento de energía. de Energías Renovables del Ente Vasco de la Energía. IngeSegún los últimos datos niero Industrial por la Univerdisponibles del Ente Vasco de sidad del País Vasco en 1996 en la especialidad de Técnicas la Energía, en el año 2004 Energéticas. Desarrolla proyectos en energía solar desde en el conjunto de la CAE se hace 7 años. En la actualidad, realizaron en Euskadi 155 insentre otros proyectos, está impulsando el conocimiento talaciones –44 térmicas y 111 y el desarrollo de proyectos fotovoltaicas– que, junto con para el aprovechamiento de la energía del mar en Euskadi. las ya existentes anteriormente,

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suman un total de 1.026 instalaciones. De ellas 773 corresponden a solar fotovoltaica (electricidad) y 253 a solar térmica (agua caliente). Número de instalaciones por tipo y provincia

Bizkaia Gipuzkoa Araba

Solar Fotovoltaica 272 266 235

Solar Térmica 96 101 56

EUSKADI

773

253

Por provincias, el Territorio Histórico de Bizkaia es el que mayor número de equipamientos dispone, concretamente 368. Le sigue de cerca Gipuzkoa con 367 y finalmente Araba cuenta con 291 instalaciones. El aumento de instalaciones que se está produciendo paulatinamente es significativo, y la energía producida de forma limpia y amable con el entorno equivale a las necesidades energéticas de aproximadamente 600 familias. Esta producción energética evita tener que producir esa misma energía mediante fuentes de energía fósiles, por lo que se reduce la emisión a la atmósfera de más de 2.000 toneladas de CO2 por año. De esta forma, la energía solar va pasando de lo anecdótico a ser una realidad cada vez más visible en nuestro entorno, y concretamente en nuestros te-


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jados. Países que reciben menor radiación que la nuestra, como por ejemplo Alemania y Austria, disponen de un parque solar mucho mayor que el nuestro y prácticamente se puede afirmar que desde cualquier punto se puede ver algún tejado con placas solares. La mayoría de las instalaciones realizadas en Euskadi en el año 2004 corresponden a la tecnología solar fotovoltaica para la generación de energía eléctrica, sobre todo la conectada a red. Menor es el número de fotovoltaicas aisladas de la red general debido, principalmente, a que éstas se instalan allí donde la red eléctrica no llega, como por ejemplo en algunos caseríos, refugios de montaña, bordas de pastores etc. En estos casos, la energía producida por las placas se almacena en baterías, de forma que permiten hacer uso de la energía eléctrica en las horas en las que no hay radiación solar. La razón por la cual la mayoría de las instalaciones se conectan a la red eléctrica general responde al hecho de que la energía eléctrica producida por las placas solares se vende a la compañía eléctrica, facilitando la amortización de la inversión que supone su adquisición. La energía que se consume en una vivienda cuesta entorno a los 0’1 euros por kWh y, actualmente, el sistema eléctrico español, por medio de la compañía distribuidora de electricidad, nos compra la electricidad de origen fotovoltaico por 0’42 euros por kWh. Con este precio se reconoce la bondad de esta forma de generar energía y se pretende impulsar su desarrollo y favorecer su abaratamiento, facilitando que su precio sea cada vez más competitivo. En cuanto a la energía solar térmica, cada vez son más las instalaciones disponibles. Estas instalaciones consisten en unos colectores solares ubicados en lugares orientados al Sur, en los que el sol incida durante gran parte del día, y se hace circular agua por los mismos de modo

que se obtiene gratuitamente agua caliente que puede ser utilizada en los grifos de agua caliente de la casa, así como para calentar piscinas. Permite “ganar” ese calor gratuitamente al sol y, aunque requieren de una instalación convencional de apoyo como, por ejemplo, una caldera de gas natural para las épocas invernales de menor radiación, reducen considerablemente el uso y la factura de los combustibles fósiles para el calentamiento del agua. Una curiosidad resultan los sistemas de climatización solar que, precisamente, utilizan la radiación solar para obtener frío y climatizar las estancias, por ejemplo mediante sistemas de frío por absorción. Es un sistema que poco a poco se va desarrollando en Europa en lugares como hoteles, hospitales y, en general, allí donde la climatización resulta necesaria y con un alto coste energético. El Ente Vasco de la Energía recientemente ha participado en el proyecto europeo Climatización con Energía Solar para la promoción de está tecnología, y ha realizado una publicación técnica –disponible gratuitamente en www. eve.es, sección Proyectos Europeos– para todos aquellos interesados en este tipo de sistemas para sus empresas, edificios de viviendas etc. Apoyo Institucional Al igual que en Europa, esta fuerte concienciación sobre las energías renovables es algo que en Euskadi también se está afianzando, y la tendencia a futuro es seguir aumentando el parque solar; de forma que, aunque no llegue a ser la principal fuente de abastecimiento energético, la energía solar formará parte de nuestro entorno habitual tanto como cualquier otro elemento urbano. A ésto también contribuirán las Administraciones Públicas, tanto Europeas como Estatales y Autonómicas, mediante la promulgación de normativas tendentes a la obligatoriedad de considerar las tecnologías reno-

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Paneles solares térmicos.

vables solares en los edificios de nueva construcción. Estas y otras normativas ayudarán, sin duda, al correcto cumplimiento de la recientemente presentada Estrategia Energética Vasca al 2010. Esta estrategia plantea diferentes actuaciones en el campo energético para la seguridad del abastecimiento, la mejora de la eficiencia y el ahorro energético y, a su vez, establece unos ambiciosos objetivos energéticos en cuanto al desarrollo de las energías renovables en Euskadi. La Estrategia prevé alcanzar de cara al año 2010, acorde con el Libro Blanco de la Energía Europeo, y en cumplimiento de los compromisos alcanzados en el Protocolo de Kyoto, que un 12% del total de la demanda energética vasca esté cubierta mediante fuentes energéticas de origen renovable y que, a su vez, la demanda de energía eléctrica esté cubierta en un 15% por las mismas.

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Siguiendo esta línea de actuación, la labor de concienciación social sobre el uso de las energías renovables llevada a cabo por el EVE se completa con un programa anual de ayudas para pequeñas instalaciones de aprovechamiento de recursos energéticos renovables por parte de entidades y particulares, en el campo de la energía eólica, minihidráulica, biomasa, y energía solar. Este programa, que comenzó en el año 1998 con 400.000 euros de presupuesto y que para el año 2005 destina 1.800.000 euros, es compatible con otras líneas de financiación, y supone una ayuda que permite amortizar más rápidamente las instalaciones. A modo de ejemplo, una instalación fotovoltaica conectada a red de 5 kW viene a costar unos 33.000 euros más IVA. Considerando las ayudas recibidas por parte del Ente Vasco de la Energía –una media del 20%–, la línea de financiación ICO-IDAE y la prima que se obtiene por la venta de la electricidad generada, la amortización de estas instalaciones se sitúa en 8-9 años aproximadamente. Teniendo en cuenta que las instalaciones tienen una vida útil de más de 25 años, en el caso de los módulos fotovoltaicos garantizada incluso por los propios proveedores, los usuarios de esta tecnología disponen de más de 15 años en los que la venta de la energía les reporta beneficios, mientras que mejoran la calidad energética del entorno mediante la producción de energía limpia. Además, estas instalaciones requieren de un mantenimiento mínimo, que muchas veces se reduce a limpiar el polvo de las placas. Por tanto, las energías renovables en general, y la energía solar en particular, son fuentes energéticas útiles, eficientes y rentables a su vez. Contribuyen a mantener nuestra cota de bienestar sin aumentar por ello el impacto que el uso de la energía pueda generar en el entorno. Esto es algo que cada vez más personas asumen como una responsabilidad propia, e instalan fuentes renovables como la solar en sus tejados para cubrir sus necesidades energéticas de forma limpia.



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José Bergamín: último exilio en Euskadi. Razones y verdades de un recalcitrante heterodoxo

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osé Bergamín, extraño y extrañado, eterno peregrino, heterodoxo, inconformista y rebelde, más cercano a la paradoja y a la crítica que a las opciones partidistas o a los parabienes de los oportunistas de turno, se vio cercado en vida por el silencio de los instalados y, en su último exilio y muerte en Euskadi, por la desmemoria de resentidos ilustres o sectarios olvidadizos. Sin embargo, su singladura intelectual, literaria y humana lo consagra como uno de los más emblemático testigos y representantes del pasado siglo. Aranguren se atreve a afirmar que “en tanto que vivo, activo, comprometido, movilizado y movilizador, ha sido el intelectual más grande de España”, lamentando que “de haberse consolidado la República podría haber sido el heredero de Ortega como guía de la vida cultural española”. Max Aub asegura que “es el único de su generación XABIER SÁNCHEZ que gracias a su ingenio y su ERAUSKIN tesón hizo papel de dirigenActual Profesor Titular en la UPV-EHU en la facultad de te” y Rafael Alberti lo califica Ciencias Sociales y de la Cocomo “el más solitario y vamunicación (Periodismo). Imparte la asignatura “Fundaliente peón de brega de toda mentos de la Comunicación. la literatura española”. Licenciado y doctor en periodismo por la UPV-EHU. LicenPieza clave de la “geciado en Filosofia y Letras por la Complutense. Licenciado neración del 27” o, como en Filosofia y Teologia por la el prefería decir, de la “geUniversidad de Comillas. Fue director de la revista “Punto neración de la República” y Hora” y subdirector del diario “Egin”. Periodista y escritor. (García Lorca, Gerardo DieEspecialista en historia del prigo, Alberti, Jorge Guillén...), mer franquismo. Ha publicado interlocutor cercano de Juan entre otros “Por Dios hacia el imperio”, “El nudo corredizo” Ramón Jiménez, Unamuno, y además “El delito de opinar”, Gómez de la Serna, César “La cuenta de los pasos” y una edición crítica de artículos Vallejo o Machado, de Pide Bergamin “José Bergamin. casso, Buñuel, Octavio Paz, Escritos en Euskadi”.

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Neruda, de Bernanos, Malraux, Maritain o Mounier..., sería protagonista del movimiento de intelectuales que alzándose contra la dictadura de Primo Rivera lleva a la proclamación de la República en la que se confirma como referente político intelectual desde su revista “Cruz y Raya”. En la sublevación militar franquista del 36 lucha en la resistencia como cabeza de la “Alianza de Intelectuales Antifascistas” (Bertold Bretch, Ehremburg, Malraux, Bloch, Thomas Mann, Hemingway o Bernard Shaw). Inicia en París un largo exilio que le lleva a presidir la “Junta de Cultura Española” en México junto a Larrea, León Felipe, Max Aub y Cernuda. Prosigue su peregrinaje en Venezuela y Uruguay. Vuelve a Francia en 1954 y, diez años después, se arriesga en pleno franquismo a retornar a Madrid. Al encabezar una protesta solidaria con los mineros de Asturias en huelga, junto a Laín, Aleixandre, Aranguren, Celaya, Sastre... tiene que refugiarse en la embajada uruguaya para exilarse de nuevo en la república americana. Acogido posteriormente en Paris por su amigo Malraux, ministro entonces de De Gaulle, levanta acta activa en las barricadas de la rebeldía del 68... Rebasa de nuevo la frontera de Irún en 1970. Temido y vigilado, la muerte de Franco apenas altera su marginación. Su republicanismo le convierte en solitario abogado del diablo frente a la “transición democrática”. Silencian y ahogan su voz en Madrid y en España. A los 86 años protagoniza un postrer e inesperado exilio a Euskal Herria. Un año después, agosto de 1983, cierra con rúbrica definitiva su periplo inconformista y heterodoxo (“para no darle a mis huesos tierra española”) bajo la húmeda hierba del cementerio marino de Hondarribia.


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A pesar del silencio al que fuera sometido en vida e incluso después de su muerte, la figura de Bergamín ha sido sin embargo bien estudiada por un reducido grupo de autores, Dennis Nigel, Santonja, Florenze Delay, Gonzalez Casanova, Peñalva que han aportado luces sobre su controvertida silueta tanto literaria como humana y política. Quedan en desvaída penumbra sus últimos años, exilio y muerte en Euskadi, que el diario ABC demonizaba editorialmente como la singladura del “peor Bergamín” (en su biografía, sólo Gonzalo Peñalva se ha acercado a esta fase final con respeto y acierto, aunque de manera tangencial e insuficiente). Al margen de inéditos, por no publicados, gestos conversaciones y acciones últimas del escritor, que espero poder desarrollar en un trabajo más extenso, me centro ahora en un primer análisis sobre su pensamiento y escritos de estos años relacionados con Euskal Herria y sus gentes. Una cierta idea de Euskadi Afirmado en su beligerante republicanismo, Bergamín enmarca al País Vasco en su propia idea de España, muy diferente a la de Ortega y Gasset. En setiembre de 1974, un año antes de la muerte de Franco, en la revista “Sábado gráfico” y con el expresivo titular de “La península de los avestruces”, denuncia la “mentirosa unidad de España impuesta desde fuera como una máscara”, abogando por que “las diversas comarcas españolas, tan contrastadas y contradictorias entre si, tan expresa como expresivamente separadas unas de otras se juntaran libremente para recuperar su auténtica fisonomía”. Esta idea madre, expresada antes de la muerte del dictador, la desarrolla durante la “transición tramposa de la monarquía franquista”. La lucha del pueblo vasco es una referencia idealizada que encaja en su personal visión de resistencia republicana a la “monarquizante” unidad de España. Entrevistado en julio de 1980 en la revista “Punto y Hora”, lo expresa así: “La monar-

quía defiende el monoteísmo político, al cual se adhiere una fanática superstición impuesta a través de los siglos de la unidad de España. Esa idea de la unidad de España, antes del imperio, en el imperio y después del imperio, es la historia de España apresada por una monarquía que no solamente ha destruido a la otra España – a la que los filomonárquicos llaman la anti-España que es la España de las naciones, de los pueblos – sino que ha destruido por consiguiente a España misma. De ahí parte mi posición apasionada al lado de la lucha del Pueblo vasco porque –lejos de creer en el mito monárquico de los separatismos– creo exactamente en todo lo contrario; que la España única, la que culmina en la voluntad imperial de Franco, es una unidad impuesta de arriba a abajo y no ha existido nunca. Los pueblos españoles han sido víctimas desde siglos de este sistema que se imponía por la fuerza y que ahora se impone diciendo no sé qué de democracia y enmascarado en falsificaciones históricas”. Bergamín se aleja del pensamiento español políticamente correcto de la transición que admite a duras penas una confusa España de las autonomías a la que las secuencias del golpe de Tejero terminan de descalificar. Su evocación de la fantasmal España Una, Grande y Libre franquista desenmascara los tópicos del presente; “Unirse y ser uno es totalmente diferente. No es lo mismo una unidad de Estado que la unión de pueblos independientes, necesitados de esa independencia y esa libertad precisamente para unirse ya que de otra forma no son ellos los que se unen sino que son unidos mediante camisas de fuerza. La unión de los pueblos independientes de España es lo que realmente se llama España. Así como existe la Unión de Repúblicas socialistas soviéticas, aquí sería la Unión de los pueblos de la naciones españolas”. Bergamín denuncia la “impostura estatal de la unidad española monárquica” y brinda la alternativa de una “unión independiente y libre de los pueblos españoles” que na-

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turalmente busca en una Tercera República moderna y abierta a la pluralidad. El 29 de setiembre de 1979 en un extraordinario del diario “Egin” en el segundo aniversario de su salida a la calle, Bergamín denuncia el “tinglado de la farsa constitucional” y el “indecoroso consenso” a la vez que saluda a los que “siguen peleando por su independencia y libertad como el pueblo vasco”. Ese mes de setiembre, en protesta por la situación de los exilados vascos en el país vecino, acababa de renunciar al título de Comendador de las Artes y Letras de Francia, condecoración que únicamente ostentaban dos españoles ilustres, amigos del escritor, Picasso y Buñuel. Esta es la declaración que envía a la “Asociación de amigos de José Bergamín” de París: “Como viejo amigo de Francia, largos años refugiado en ella os ruego hagáis pública mi indignada protesta por la criminal persecución que se les hace a los refugiados vascos. Evoco el nombre de Malraux quien me dio el título al que renuncio ahora para honrar su recuerdo y el de la libre Francia de la resistencia”. El 25 de febrero de 1979, Bergamín había encolerizado al “tout Madrid” cuando, en el castizo cine “Europa” de Cuatro Caminos, en un mitin en el que se presentaba como candidato al senado por Coalición Republicana, lanzaba un desconcertante !Viva Euskadi! Lo argumentaba: “Esta República que es España está defendiéndose por la resistencia de un pueblo heroico y admirable. Y por eso el ministro de la propaganda y el terrorismo llama a los resistentes de la república, terroristas. Y hago la afirmación de que nuestra República, que es nuestra España, que es para nosotros España misma, ahora está empezando a revelarse con claridad evidente en Euskadi, por lo que quisiera añadir un grito (grito que doy con mi silencio más que con mi voz) ¡Viva Euskadi! y !Viva la república!”. Su apasionada apuesta por la lucha del pueblo vasco revela a esas alturas una de las claves de su polémico autoexilio a Euskal Herria. Será una voz solitaria que denuncie la manipulación y distorsión del problema vasco con la complicidad de los medios

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de comunicación: “Ciego y sordo hay que estar, voluntariamente o no, para no ver ni oír lo que de verdad está pasando en Euskadi y en España. Aunque se quiera escamotear con el terrorismo represivo del Gobierno y la complicidad cobarde de una prensa servil” (“Dicha y desdicha del nombre” P y H. 13-11-80) La voz acallada de la transición El insobornable posicionamiento republicano de Bergamín y sus acerbas críticas antimonárquicas le cierran las puertas de la opinión en Madrid. En 1978 es vetado definitivamente en “Sábado Gráfico”, donde escribía regularmente desde 1974. Su director, Eugenio Suarez, no resiste las presiones que se empeñan en cercenar la voz disonante del pensador. En marzo del 76 había sido secuestrada la revista por el artículo, “El franquismo sin Franco”, y se abre un proceso al escritor que sería sobreseído. En enero del 78, Bergamín declara ante un Juzgado de Instrucción por “La confusión reinante”, calificado de injurioso a la forma de gobierno. El 29 de abril del 78 aparece su último escrito, “Reinar y gobernar”. Después, el silencio. El diario “El País”, en diciembre de 1978, le veta un artículo “por inoportunismo político y por criticar la constitución del consenso” que se publica dos años más tarde –noviembre 1980– con el título de “He aquí el tinglado” en la revista “Punto y Hora”. En 1980, en un homenaje a la obra teatral bergaminiana en el “María Guerrero”, uno de los contados en España desde su vuelta del exilio, su amigo Rafael Alberti lo presenta como “el más vilipendiado, temido, alabado, deliberadamente, a veces, olvidado de ese llamado Grupo del 27” y en su habitual poético lenguaje saluda “al extraño creyente, más picador que pecador, buena brasa para lo hoguera de algún reciente inquisidor... al más lírico ensoñador” Acosado por esos inquisidores, Bergamín precisa recobrar su voz libre y gritar sus “verdades del barquero”. Lo hará en Euskadi y desde Euskadi meses después. Su contundencia, en la estela de sus admirados León Bloy o Sorel, va a llegar en


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ocasiones hasta un panfletismo que asume conscientemente como parte de su compromiso republicano y, desde luego, literario. Su pluma se ensaña con la transición política y con los líderes políticos en los que se ceba su genio satírico cuando, por ejemplo, habla de “los cuatro jinetes apocalípticos de este terrorismo estatal ultratúmbico y monarquizado que destruye España: Fraga, Suarez, González y Carrillo, sociedad nominal de irresponsabilidad limitada y de inseguridad pública” o anatematiza a la “monarquía tenebrosa que diría el poeta Góngora”, señalando que “para un país de ciegos, lo peor es un rey tuerto”. Es un periodismo comprometido y comprometedor que, si le ha llevado al boicot más absoluto en Madrid, ahora podrá expresarse libremente en el diario “Egin” y la revista “Punto y Hora”. Aquí no habrá cortapisas para el creciente radicalismo de su expresión: “Nos aterroriza ver crecer el cadáver del franquismo cada vez más. Un cadáver que acaba de cumplir cinco años, prolongando indefinidamente, al parecer, aquella su aterrorizante agonía. Prolongándola en la democratiquísima gusanera que lo monarquiza para sustentarlo y sustentarse de su pudridero real. Tanto que aún suena en nuestros oídos lo que entonces decíamos: “que aquí el que manda es un muerto– devorado por gusanos– que le obedecen comiéndoselo”. El crítico Peñalva reconoce que el escritor “con un lenguaje directo, cáustico y mordaz en ocasiones se convierte en singular testigo de la transición política española” y sostiene que “jamás hubiese salido de Madrid si no se le hubieran cerrado las puertas como escritor” (“Tras las huellas de un fantasma” Ed. Turner. 1985). A poco de llegar a Euskadi, en una conversación con su amigo Alfonso Sastre, recogida en “Punto y Hora” (octubre 1982), le asegura;“Madrid es un lugar para huir de él como de la peste porque realmente es un lugar que apesta”. Bergamín quería hacer oír su voz discrepante, sentirse libre. En Euskadi, a pesar del desgarramiento doloroso de un adiós a un entorno que creía recobrado, va a encontrar un último puerto

de refugio que aliente su alma libre. “Es libre el pájaro en su vuelo porque obedece al viento” me ha dejado escrito en una de las dedicatorias de sus libros. Escribir libre en Euskadi El primer escrito de Bergamín publicado en Euskal Herria es un artículo, “El interregno”, que aparece en un número extra de Egin (29 de setiembre de 1979) en el que, entre otros, escriben Lluis Xirinachs, Telesforo Monzón, Huertas Clavería, Alfonso Sastre y Marc Legasse. En él denuncia la transición política: “el tinglado de esta farsa constitucional se ha montado expresamente para estabilizarlo... no había otro medio mejor para continuar el franquismo”, concluyendo que “el fascismo reina en España, desgobernándola por la confusión, desde la muerte del caudillo, el año 1975”. Meses mas tarde, verano de 1980, la revista “Punto y Hora” que entonces yo dirigía, establece contacto con el escritor para una entrevista que realiza Julen Sordo corresponsal del semanario vasco en Madrid (se publica en julio). Semanas después visito al escritor en su piso de alquiler abuhardillado de la Plaza de Oriente para abrirle incondicionalmente las páginas de la revista. Debo señalar que jamás quiso percibir ni un sólo duro por sus colaboraciones a pesar de la difícil situación económica en la que se encontraba en esos últimos años. A partir de septiembre del 80 escribe con cierta regularidad hasta el mes de marzo del 81 (doce artículos), mes en el que abandono la dirección de la publicación. Mas tarde, en abril de 1983, vuelve a colaborar con cuatro artículos. Colabora igualmente en el diario Egin desde mayo de 1982 hasta julio de 1983 (veinte artículos). Desde “El interregno”, su primer artículo en Egin (29 de setiembre del 79), hasta “La España tenebrosa”, también en Egin (29 de julio de 1983), un mes antes de morir, se publicarán casi medio centenar de escritos suyos en los dos medios abertzales. Los titulares-cabecera de sus escritos son muy característicos de la ironía, el

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gusto por la paradoja y la erudición de los clásicos del escritor: “Cosas que a cosas llegan”, “Derrotero paradójico”, “He aquí el tinglado”, “Dicha y desdicha del nombre”, “Del rey abajo cualquiera”, “En Madrid incuba la guerra”, “Las ínfulas del terror”, “Cuidado con el Guernica”, “Relampagueo de tormenta”, “Los peros de Perogrullo”, “Máscaras vascas”, “Las verdades sospechosas”, “La alegre fusilería”, “Siluetas caricaturescas”, “He aquí el tinglado.. zarzuelero”, “Hora y ahora de Picasso”, “Papirotazos”, “Avisos y cautelas para clerizontes y leguleyos”, “Hablillas paraboleras”, “Saetas y siluetas”, “Palabras en juego”, “Adelante con los faroles”, “Extremos intocables”, “Reflexiones gatunas”, “La España tenebrosa”... La riqueza, la compleja densidad de sus juegos de palabra y pensamiento, su originalidad, el impresionante acerbo cultural que rezuman sus escritos, sorprenden sin duda a la habitual clientela de las publicaciones abertzales. No estoy seguro de que fuera absolutamente entendido por sus leales y entusiastas lectores. Tampoco es fácil adentrarse en la profundidad del universo bergaminiano, en sus contradictorios aforismos o en el complejo contexto cultural en el que se mueve con naturalidad el escritor madrileño. Muchos quedan prendados por la fuerza expresiva de sus paradojas y otros por la formal violencia de alguno de sus dicterios pero pocos, tal vez, asimilan la enorme densidad de su escritura y pensamiento. Su primera colaboración regular en “Punto y Hora” –septiembre de 1980– es anunciada en portada como “Las verdades de Bergamín”. Son dos entregas fundidas en una, que titula “Cosas que a cosas llegan”, donde expone buena parte de los temas que desarrollará posteriormente. El escritor, a despecho de sus demoledoras estocadas –puro periodismo político– es, además y sobre todo, el lúcido pensador que conserva hasta el final de su vida una prodigiosa memoria con un impresionante referente cultural y literario. En este primer artículo, sin dejar a un lado la crítica

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política hay lugar para Cervantes, Lope de Vega, Nietzsche, Unamuno, Quevedo, San Agustín, Chesterton, Góngora, Pascal o Shakespeare, emblemáticos faros intelectuales del escritor a los que más tarde se unirán Larra, Ganivet, Bergson, Calderón, Rubén Darío, Bernanos, o Victor Hugo. Ni siquiera falta en este artículo la referencia a una de sus más profundas obsesiones, la religiosa y cristiana, el silencio de Dios. “Dios calla siempre. El que nunca calla y no para nunca de hablar es el Diablo”. El brillante abanico de este primer escrito nos introduce en la riqueza temática del quehacer periodístico de su “etapa vasca”, que tiene mucho que ver con la anterior de sus colaboraciones en “Sábado Gráfico”. Bergamín no ejerce un periodismo al uso, de comentario puntual, pero tampoco hurta descender a la arena de situaciones concretas, véanse elecciones portuguesas (“Los muertos no mandan en Portugal”), conferencia de la Paz de Madrid, llegada del “Guernica” de Picasso, campañas antiabortistas de la derecha o el “tejerazo” del 23 F, “escandaloso espectáculo de cobardía”. Su humor cáustico le lleva a utilizar letrillas populares que distorsiona en divertidas versiones sobre Carrillo, el Rey Juan Carlos, Felipe González o El Papa Wojtyla (“El papagayo de Cracovia”). Pero sería injusto desvirtuar la figura de un escritor que, al tiempo que fustiga con nombre y apellido a los poderosos, escribe sus más hondos poemas de “la hora última, esperando la mano de nieve”. Bergamín es un pensador al que su compromiso con la vida no le permite, como a tantos otros, evadirse por los cerros de Úbeda para hurtar el cuerpo a cuerpo de la denuncia puntual. En ese combate político se encuentra muy a gusto. Lo confiesa a sus mas íntimos y amigos y lo reconoce su biógrafo, Peñalva: “El año que vivió en Euskadi fue realmente una época feliz. Se sintió rodeado de amigos, sus palabras eran no solo escuchadas y comprendidas sino esperadas y aplaudidas, escribía en plena libertad… mantiene plenamente su actividad literaria”.


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En Euskal Herria, con la izquierda abertzale El 23 de mayo de 1982, en una entrevista en “Diario 16”, Bergamín comentaba “me voy de España porque está dividida falseada y herida”. Es evidente que el escritor que, para entonces, colaboraba ya con Egin y Punto y Hora, estaba pensando en trasladarse al País Vasco. Esa primavera del 82, firmado en Fuente Heridos, sierra de Huelva, escribe un estremecedor poema que hondeará como patético lábaro sobre su tumba en Hondarribia: “Fui peregrino en mi patria desde que nací Y fui en todos los tiempos que en ella viví Y por esos sigo siéndolo ahora y aquí peregrino de una España que ya no está en mi Y no quisiera morirme aquí y ahora para no darle a mis huesos tierra española”. Su opción era definitiva y la había expresado con rotundidad poética meses antes en su segunda versión del Cristo Crucificado sobre la mar, mediterránea y catalana en el año 37, ahora, cantábrica y vasca: “Aquí he encontrado mi mar – ¡la mar poderosa y fuerte! – Aquí encontraré mi muerte – ¡sin tenerla que esperar!”. Durante la primavera y verano del 82 la hija de Bergamín, Teresa, que había estado junto a él en Fuente Heridos, cuidándole tras una caída –fractura de la cabeza del fémur– que le deja muy maltrecho, ultima con el abogado Miguel Castells los detalles del traslado a San Sebastián. El 9 de setiembre del 82 llega el escritor con su hija a la capital guipuzcoana. Se hospeda provisionalmente en el hotel Londres hasta el día 27, en que se instalan de alquiler en un piso de la calle Pedro Egaña, junto al río Urumea. Llega de puntillas aunque el mismo Castells desvela su arribada en el diario Egin: “Acaba de llegar José Bergamín, para vivir entre nosotros para siempre. Aunque, desde fuera, estaba aquí hace tiempo”. “No soy un progre... soy un hombre y los hu-

manos están hechos para andar hacia adelante. De modo que, si andas hacia atrás, te caes...” –chispean sus ojillos. Bergamín emprende el viaje a su último exilio seguro de si mismo, superando su cojera con el aplomo de un elegante bastón (él, siempre tan dandy). Llega a Euskadi optimista, lleno de planes. Lo comprobamos, entre otros, un grupo de amigos que nos reunimos con él en larga sobremesa de bienvenida. Sobre Euskal Herria, su tierra de acogida, Bergamín tiene ahora ideas muy precisas y más radicales que antaño. Las expresa en la mentada charla-conversación con el dramaturgo y escritor Alfonso Sastre en Hondarribia: “Yo creo que Euskal Herria es una Marca entre Francia y España. Diferente de las dos, totalmente diferente, distinta y separada de las dos. Y su independencia y su libertad son inseparables de esa separación misma. Es una marca euskaldun. Eso está muchísimo más lejos y muchísimo más cerca, a mi juicio, del porvenir inmediato del mundo. Esa es mi manera de enfocar el tema. Euskal Herria es, pues, un solo pueblo, un pueblo sólo, como una marca nacional fronteriza entre Francia y España y enteramente distinta de las dos, pero no de sí misma. Su independencia y libertad no son habladurías jurídico-politiqueras, estatales o militares; entiéndase, literales de letra muerta, sino expresión veraz de su lenguaje vivo”. Su visión de Euskal Herria es ahora mucho más contundente, enmarcada abiertamente en la óptica de la izquierda abertzale: “Yo sé que no hablo en vasco porque no sé. Pero también sé que sí hablo vasco sin saberlo… cuando pienso que las separaciones son inseparables de la independencia y la libertad (las independencias y las libertades). En los hombres como en los pueblos. Y que hay que empezar por ellas… ¡Separatismo! ¡Pues es claro que sí! Y tal vez lo primero de todo. Y despegarse de los pegajosos mejor que tenerse que pegar con ellos. Aunque hay veces en las que no queda otro medio para poderse despegar del todo” (“Cosas turbias,” Egin 29-9-82). En las elecciones generales de marzo del 79, Bergamín se había presentado en Madrid como candidato a Senador por

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la coalición Izquierda Republicana que integraba dos pequeñas agrupaciones republicanas independientes y el PC (M-L). Su presencia en la candidatura fue prácticamente testimonial, aparte de su sonada intervención en el cine Europa de Cuatro Caminos. Logró 26.000 votos. En Euskadi, en las elecciones generales de octubre de 1982, apoya a la coalición Herri Batasuna. Lo hace públicamente en Oiartzun el 13 de octubre en una presentación de abogados, escritores y políticos de HB. Acude a la cita acompañado por amigos de Madrid, el escritor e historiador Gonzalo Santonja, Alfonso Sastre, Eva Forest y la hija del dirigente comunista Julián Grimau, asesinado por el franquismo. Asiste, igualmente, a un mitin en Anoeta. Su pluma asume abiertamente las inquietudes y denuncias de la izquierda abertzale: “No hay ocupación militar en Euskadi, se nos dice, sino policíaca. Pero no hay ocupación policíaca que no proceda de una pre-ocupación militar que la justifique y la sustente: que no tenga en ella su raíz. Y, como diría Lope, es fruto que sabe a su raíz. Fruto y semilla de terror... Estamos viendo cómo ocupan las calles de las ciudades vascas, como sus mayores en la guerra: como si fuesen sus hijas agoreras. Y viendo estas tanquetas, importadas naturalmente de Alemania, nos parecen ver abrirse ante nuestros ojos el abismo de un aterrador vacío en el que tiembla todavía el vuelo de las alas negras del Cóndor que destruyó Guernica”. Decir Euskadi en ese tiempo es hablar inevitablemente de ETA y terrorismo. Bergamín no rehuye el tema y lo aborda desde una perspectiva cerradamente “batasuna”. Sus reflexiones sobre el terrorismo arrancan ya en la frase inicial de su primer artículo “El interregno”: “El Gobierno llama apología del terrorismo a la resistencia al terror”... “Confundir con el nombre único de terrorismo cosas diferentes y opuestas (como un terrorista y un resistente) no es más que una maniobra policíaca aterrorizadora para enmascarar una aterrada impotencia política”. Su punto de vista sobre el terror, la violencia y

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el terrorismo de Estado se recoge profusamente en sus escritos: “Una cosa es el terror y otra el terrorismo. Como otra cosa es la violencia. Puede haber terror sin violencia o violencia sin terror. Y terror sin terrorismo; y también éste sin aquel. Cabría definir el terrorismo de Estado, los terrorismos de Estado que hoy padecemos, como inflación violenta de terrores expresamente promovidos y utilizados para serlo; podría decirse que prefabricados para eso, con ese propósito estatal y estabilizador, para instituirlo, diríamos, por una paradójica legalidad delictiva. En suma, para racionalizarlo deshumanizándolo como “razón de estado”. En uno de los últimos artículos publicados antes de su muerte denuncia: “Lo que llamamos terrorismo “por razón de Estado” es un aparato estatal de fuerza; un artificio y artefacto de poder aterrorizador, individual y colectivo que enmascara y desenmascara a la vez, paradójicamente, como la tragedia en el teatro, su espantoso, horroroso, angustioso vacío aterrador. Pero sin piedad trágica que lo humanice” (“Las ínfulas del terrorismo” E. 24-683). No duda en situar el terrorismo de estado del “estado-gendarme o estado policial” en los aledaños de sus caras evocaciones demoníacas: “Para creer que este triángulo jurídico-militar-policíaco es la fuerza que sostiene al Estado hay que creer en el diablo, sobre todo, porque esta triple policía diabólica es internacional y cosmopolítica”. Los extremos posicionamientos de Bergamín en Euskadi apenas tienen eco en Madrid. Se cierra la conspiración de silencio sobre su persona pero el escritor ahora se siente cercanamente respaldado. El 9 de abril, la coalición abertzale de izquierdas HB convoca su Aberri Eguna en Iruña-Pamplona. Allí acude acompañado por Castells, Zabaleta y Aldekoa, entre otros. Esa mañana, antes de la manifestación, le acompañamos en un paseo hasta la calle que lleva por título y placa, “Calle de Francisco Bergamín”, su padre que tan honda huella le dejara. El escritor es feliz. Camina lentamente apoyado en su bastón-muleta y en un momento es reconocido por un grupo de jóvenes que le aplaude y vitorea. Nunca


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le vimos tan alegre. Días después escribe en Egin sobre “el estupendo espectáculo al que asistí en Pamplona, el domingo, festejando el día de la patria vasca (madre patria) a voces vivas y no a votos muertos de desalmados cadáveres vivientes o almas muertas, de dentro o de fuera de sus tumbas. Y entre aquellas miles y miles de voces vivas (que no me entretuve en contarlas, dada la resonancia de sus ecos innumerables, incontables) creí escuchar la de mi amigo Telesforo Monzón –voz cada vez más viva– diciendo, cantando, rezando (en sus versos animadores) ¡hemos ganado!… que no es lo mismo realísima gana que santísima voluntad. La realísima gana del gobierno español que la santísima voluntad del pueblo vasco”. Pero el tema de Monzón, tan inseparable del de Unamuno, según Bergamín, merece tratamiento aparte. Las alargadas sombras de Unamuno y Monzón Bergamín es un apasionado discípulo de Unamuno. “Es cosa sabida que yo fui como él diría “su muy lector y amigo”: que fue un maestro para mí (todo lo contrario de un profesor)” confiesa a Alfonso Sastre en Hondarribia. Allí, desde la villa costera guipuzcoana, el joven veraneante Bergamín de los años veinte atravesaba la frontera para encontrarse en Hendaia con su maestro Unamuno, desterrado por la Dictadura de Primo Rivera. “Mantuve una correspondencia con él durante los años de su destierro y cuando en verano venía yo dos o tres meses a Fuenterrabía nos encontrábamos en Hendaia con mucha frecuencia”. Acompañándole en sus paseos y meditaciones de Hendaia, tal vez fuera también allí donde toma cuerpo y se refuerza en el escritor madrileño toda una filosofía de la vida, de la literatura, del pensamiento y del compromiso que parece tener tan en común con el pensador vasco. Hay muchos puntos de encuentro entre ambos, según Bergamín, desde el agónico cristianismo, el “contra esto y contra aquello”, la obsesión por su dolorida y torturante España, hasta el afán por la paradoja y los comunes gustos literarios, con la obsesión cervantina

y quijotesca por emblema. El pensador vasco es, sin duda, el autor más glosado en la amplia nómina de citas del escritor madrileño. En Euskadi siente cercana la presencia de su maestro, la vive profundamente. Además encuentra en Unamuno su dimensión de vasco, un vasco obsesionado con una peculiar concepción de España “la España de la revolución y su guerra civil, de la que nació y murió, de la que agonizó el vasco Unamuno, identificando su agonía con la del cristiansmo; la España que el quiso y soñó, de ese modo, viviéndola, agonizándola de verdad y por su verdad, creo que es la de los pueblos y los hombres que agonizan de ella y por ella; la de su valerosa Euskadi natal”. Quiere reivindicar ante sus paisanos a ese Unamuno vasco, “que habla vasco hasta disfrazándolo de castellano”. Enfatiza en sus recuerdos “al que tantas veces acompañé en Hendaya en los días de su destierro que él decía solo espiritual porque no había salido de Euskadi: de su tierra, de su país, de su paisaje y paisanaje vascos ¡Cuantas veces me dijo al pasar ante el pequeño cementerio de Urruña que rodea su vieja iglesia que querría que allí reposaran sus huesos! En su país, en su paisaje…”. En esa cruzada por reivindicar el vasquismo unamuniano, Bergamín va a ligar en sorprendente lazo, las figuras del genial bilbaíno con la del jelkide guipuzcoano Monzón. En setiembre del 82, al llegar Bergamín a San Sebastián se cumplía un año largo de la desaparición de Telesforo Monzón. Saludando su llegada yo escribía en Egin: “cuando en la noche del viernes nos reuníamos alrededor de una mesa un grupo de amigos para darle la bienvenida, sólo una pena ensombrecía la velada. El ongi etorri fraternal y camarada hubieran debido dárselo ante todo dos personas cuya ausencia sobrevolaba sobre el encuentro. Miguel Amilibia, el veterano diputado socialista guipuzcoano del frente de guerra del 36, en muy delicado momento de salud en una clínica donostiarra, y el desaparecido Telesforo Monzón, cristiano profundo como Bergamín

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y, como él, coherente luchador de sus ideas. El abrazo de estos tres personajes hubiera refrendado el lazo que en la resistencia unía a los viejos batallones comunistas, a los gudaris jelkides y a los milicianos de la UGT del 36 con el aliento de los hombres que todavía hoy luchan por una utopía llamada Libertad”. La figura de Monzón y sus actuaciones fueron, efectivamente, aquella noche un tema recurrente en el que el escritor estaba francamente interesado. Pocas semanas después conversaba con Alfonso Sastre en Hondarribia: “hablemos, sin secreto, de nuestro admiradísimo y queridísimo Telesforo Monzón. Quien fue, como Unamuno, vasco de raíz; maestro y amigo y ejemplo vivo inolvidable; creciente en su recuerdo más cada día. Porque los dos fueron hasta la muerte peleadores de la misma pelea (lo repetiré una vez más y siempre) “la de que cada cual, hombre o pueblo, sea él y no otro”… pelea separadora de todo lo que haya que separarse para ser y hacerse libre de verdad por la verdad (Separatismos nacionales creadores de nacionalidad; separatismos “centrífugos” y no “centrípetos”; separando lo vivo de lo muerto y dando generosamente la vida por ello). Los frutos de esa lucha (de esa agonía) de esa pelea, de la obra y la vida personales de estos dos vascos admirables, los recoge su pueblo vivo si lucha (si agoniza) de veras por lo que es y quiere ser y sin dejar de parecerlo “que es más” como escribía Cervantes y simbolizó en su Quijote”. Bergamín fuerza el paralelismo de sus dos apadrinados incrustándolos en el icono central cervantino, preguntándose en una interrogante lanzada como dardo envenenado a los críticos de toda laya: “Unamuno, Monzón ¿fueron quijotescos, fueron contradictorios? Quienes se lo reprochen a sabiendas o no y queriéndolo o sin quererlo, los equivocan ¡a ellos, los inequívocos, los enteros y verdaderos, los indomables!” Bergamín había conocido a Monzón en la Barcelona que resistía en la guerra del 36 y lo reencuentra en el exilio de México; “En ese tiempo yo era director de la editorial “Séneca” y Telesforo en la Casa

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de Euskadi, en la representación vasca en México. Nos veíamos con frecuencia. Organizábamos charlas y coloquios. Recuerdo una en la Casa Vasca. Yo era algo así como el ponente y había hablado de patriotismo y matriotismo. Intervino Telesforo para precisar que, si el tuviera que elegir su propia definición, era un matriota. Yo estimé y quise mucho a Telesforo”. El pesar de no llegar a tiempo a Euskadi para encontrarse con el jelkide se ve amortiguado con el alborozado descubrimiento de su voz. Alguien le proporciona un casette en el que se recogen sus charlas y discursos de los últimos tiempos. Bergamín queda prendado de su palabra: “Como le he dicho hace muy poco a María Josefa, su mujer, yo sigo oyendo su voz. Su voz me ofrece una presencia que, en cierto modo, es más profunda y viva que su recuerdo mismo. Tenía una sensibilidad y una inteligencia evidentemente superiores capaz de poesía; es decir, de conocimiento poético de las cosas. Era una personalidad excepcional. Si hay pueblo vivo en este mundo, pueblo vivo (y no superviviente o supermuerto) porque pelea por serlo, es este vasco, que se empeña en oír, en seguir escuchando la voz poética y profética de su Telesforo Monzón. Yo he venido a estas tierras y a estos mares y a estos cielos de Euskal-Herria, para escuchar mejor, para oír mejor esa voz. Y así ha sido o está siendo”. En marzo del 83, cinco meses antes de su muerte, Bergamín, acompañado por la mujer de Telesforo y del director de Egin, José Félix Azurmendi, rinde una visita en Bergara a la tumba del jelkide. Lo cuenta él mismo: “Al visitar la sombra luminosa de Monzón creí sentir que acompañaba la de Unamuno. Andando por las calles de Bergara creo que la sombra de mi Don Miguel nos seguía y había estado a nuestro lado, en el alegre cementerio donde duermen sus restos mortales (como suele decirse) pero no su fantasma inmortal, vivo más que nunca en su voz… Un arbolito casi niño (naturalmente un roble) se asoma al maíz y retuerce sus ramitas leves, caprichosamente, para no robarle su luz...” (“Monzón” E. 9-3-83). Como una


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premonición funeraria y festiva –“alegre cementerio”– las sombras alargadas de Unamuno y Monzón se proyectaban, tal vez, sobre el encorbado esqueleto de un fantasma que pronto dejaría de serlo para reposar en otro cementerio que no miraría a los montes sino a la inmensidad de la mar cantábrica. El “Guernica”, en la jaula de don Quijote En “L´espoir”, su novela sobre la guerra de España, Malraux, dibuja un personaje con los rasgos de su amigo Bergamín. Es un camillero generoso y comprometido que se mueve en el servicio de ambulancias del frente de guerra, el único católico practicante en el ejército republicano. Malraux le bautiza con el nombre de Guerniko, todo un guiño al escritor madrileño y al famoso cuadro de Picasso con el que tanto tendría que ver Bergamín. En enero del 37 es él quien le encarga en la capital francesa un mural, sin tema determinado, para la Exposición de París. Picasso inicia una serie de esbozos pero cuando, el 26 de abril del 37, se produce la masacre del bombardeo de la villa vizcaína, su cuadro toma nombre y significación trágica. Será el famoso “Guernica”. Bergamín es de los pocos españoles, junto al poeta bilbaíno Juan Larrea, que lo ve crecer y conformarse en el estudio del artista malagueño. El, junto a otros amigos del pintor, Malraux, Ivonne Zervos y Dora Maar, influirán en la decisión final de Picasso de no colorear sus figuras. Bergamin en “Hora y ahora de Picasso” (E.10-4-83) recoge la curiosa historia de la lágrima picassiana que cambiaba de color a las mañanas para convencerle de que mantuviera el gris-blanco-negro de la composición. Cuando en el otoño del 80 se comienza a hablar de la posible entrega a España del “Guernica”, Bergamín pone en guardia a los lectores “No sabemos si el “Guernica” de Picasso va a venir o no a esta España sedicente, democratizante, donde tendrá que ser recibido y protegido por los mismos contra los cuales se pintó”. Proclama que la obra de Picasso pertenece

a los luchadores por la libertad y la república, no a los herederos de Franco: “Todo el mundo sabe que el “Guernica” fue entregado por Picasso al pueblo español: no a ningún gobierno y estado. A un pueblo que estaba peleando (agonizando) perseguido a muerte, a exterminación por una cruzada sangrienta: y no solamente española. Y ese pueblo vivo, si agonizante era, es el pueblo español, o sea, los pueblos españoles. Todos. Y se llamaban entonces como se siguen llamando ahora, la República”. Un año más tarde califica el inminente traslado del lienzo como una traición a Picasso: “Si el Guernica de Picaso viniese a España ahora, la voluntad de su autor no solamente no sería respetada, sería traicionada, lo que es un agravio a su memoria. Y todavía peor, y más grave: es que ese agravio provocativo alcanza al pueblo español, a todos los pueblos de España, cuya cólera, cuya ira y “fuerza lastimosa” explotó en ese lienzo. Nos alcanza este agravio a todos los españoles que vamos a verle llegar irrisoriamente enjaulado, como don Quijote volvió a su aldea, por barberos, curas y bachilleres petulantes”. Bergamín utilizará esa vigorosa imagen cervantina del don Quijote enjaulado hasta consumarse el traslado del lienzo: “Otras veces dijimos que si el “Guernica” venía a España ahora (un ahora cuya trampeante tramitación ha sido dificultosa y larga) entraría en ella como don Quijote en su aldea, al volver de sus primeras aventuras: en una jaula. Simbólicamente prisionero. Y que lo traerían encarcelado o para encarcelarlo de ese modo, charlatanes barberos y bachilleres y curas antiquijotescos. Y así ha sido. Una mascarada espectacular, farandulera: de tan escandalosa teatralería trágico-grotesca, caricaturesca –por su exagerada, desatinada, descomunal estulticia– que ha desenmascarado paradójicamente su aterrorizante intención de convertirlo en una inofensiva momia artística desprovista de riesgo alguno. Porque no se trata de protegerlo de los españoles (que no habría porqué) sino de proteger a los españoles de su peligrosísisma carga explosiva”.

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Para Bergamín, el Guernica es, ante todo y sobre todo, “Gernika”, la villa bombardeada, símbolo de un pueblo arrasado por el fascismo. “A este lienzo trágico, todavía vivo del “Guernica” de Picasso, se le quiere arrancar, separar, de su raíz histórica, de su episodio aterrador, para apagar su llama, para enmudecerlo, para que no se vea ni se oiga como es: ante todo y sobre todo un terrible testimonio acusador. Se quiere eludir su violenta cólera, su explosiva furia generadora, separándolo de sí mismo ilusoriamente por una asepsia estética que lo reduzca a una mentirosa intemporalidad, como pura “obra de arte” inofensiva, sepultándolo en cualquier museo español que lo encarcele”. Insiste en esa relación directa con la historia, los aviones alemanes masacrando el mercado de Gernika, que se pretende minimizar y hacer olvidar “el lienzo memorable que pintó Picasso lo es memorable porque memoraliza o conmemora para siempre un hecho histórico: el bombardeo de Guernica, la pequeña ciudad vasca donde la tradición y la leyenda conservan su símbolo en un árbol vivo, como testimonio permanente de la pelea (agonía le llamaba en su mejor griego Unamuno) de la lucha constante, diríamos que perdurable, de los pueblos vascos por su independencia y libertad: mejor diría, tal vez, de sus independencias y libertades. (““Guernica” es Gernika” P. y H. 23-octubre-1980). La traída del “Guernica” es una traición a Picasso y al pueblo español y vasco. En un apóstrofe cargado de ira acusa a los que mandan en una España en la que no se reconoce: “Señores tartufos politiqueros (filisteos, fariseos, bachilleres, curas barberos, charlatanes antiquijotescos). No: el “Guernica” no es todavía “una obra de arte” intemporal (tal vez no llegue a serlo nunca) sino una vivísima pintada sobre el “muro blanco de España” que diría Federico García Lorca: un cartel popular, una “piedra de escándalo”. El “Guernica” no puede ser más que Gernika. Y no sólo porque nació de la sangre del heroico y sacrificado (hoy como ayer) pueblo vas-

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co, sino porque su grito trágico, que nos transmite el genio pictórico de Picasso, resuena todavía en todos los pueblos agónicos de España” (“Escándalo del Gernika” E. 811-81). El “Gernika” le supondrá a Bergamín una herida sangrante más que le unirá con más fuerza a un pueblo que protesta, a una tierra que le acoge. Mistificaciones y apariciones del fantasmal Abiraneta Tras el golpe de Tejero del 23 de Febrero de 1981, se desata una auténtica caza de brujas en la prensa, (casos de Xabier Vinader, Jose Luis Morales, Jose Félix Azurmendi, etc) que me afecta directamente como director de “Punto y Hora”. En 1982, con la espada de Damocles de una condena en firme como director de la revista por un doble delito, presuntas injurias al rey y apología de terrorismo, escribía habitualmente en el diario Egin bajo el seudónimo de J. Abiraneta. (personal referencia al conspirador barojiano) en la columna “Puntaren puntan”. La denuncia de asesinato a la guardia civil que mataba en un control en Bergara, “por confusión”, a un matrimonio abría un proceso contra el autor de la columna. La idea parte del propio Bergamín, preocupado por mi futuro. En una de las visitas a su piso de la calle Egaña me plantea de pronto: “¿Qué ocurriría si yo me presentara ante el Juzgado como Abiraneta?”. La sugerencia parece descabellada pero a Bergamín le encanta. A mí también. El último día del año (1982), en cumplimiento de una orden dictada por el Juzgado Central número cuatro de Madrid, el escritor, que acaba de cumplir la víspera 87 años, se presenta a declarar en el Palacio de Justicia donostiarra como autor del escrito denunciado. Le acompaña su hija Teresa, el abogado Esnaola y yo mismo. Bergamín asegura que es autor del escrito como miembro de un presunto “colectivo” llamado J. Abiraneta. El proceso no prospera y queda estancado. Meses más tarde, el 24 de mayo de 1983, encontrándome en la cárcel de Nanclares, condenado por los anteriormente citados delitos de opinión, Bergamín, muy debilitado con la enfermedad que le llevará


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a la muerte cuatro meses después, se presenta en la Audiencia donostiarra reafirmándose como el Abiraneta autor de otra columna escrita por mí en el mes de marzo, donde denunciaba a la Policía Nacional por torturas y apropiación indebida de dineros de delincuentes. El nuevo proceso será igualmente sobreseído. Bergamín alude con divertida ironía a esta nueva presentación-representación suya en el Juzgado evocando los distintos rostros de nuestro común conspirador Abiraneta: “Como el profesor Fusi Aizpurua cree que no hay un sólo nacionalismo vasco sino muchos, también lo cree Pero Grullo, nosotros creemos que hay muchos Aviranetas o Avinaretas (ya lo advertía Baroja). Y cada vez más”. Para ese mismo artículo (“Reflexiones gatunas” 24-6-82) escribe un texto que, aunque no publicado por ser incluido en una de las correcciones del autor, dice así en el original que conservo: “Ahora la Dirección de Seguridad del Estado de los Estados o de los Estados del estado español ha presentado contra mí ante un Juzgado de San Sebastián y, por particularísima delegación funcionaria-administrativa, una querella criminal amenazadora y aterrorizante por injurias y calumnias de Aviraneta o Avinareta a la Policía de ese estado de Estados del estado español mismo. Y por lo abiranetadísimo delincuente que me supone y que seguramente lo soy, lo agradezco mucho. Lo agradecería más si no me doliesen tanto mis huesos rotos muriéndose de risa”. Todavía Bergamín añade un detalle rocambolesco a esta historia de mistificaciones abiranetescas. El 5 de junio del 83, en el “Puntaren puntan” de Egin aparece firmado por J. Abiraneta, esta vez sí, escrito por él, un comentario con titular muy bergaminesco “Adelante con los faroles”. Es su estilo, es su lenguaje inimitable, es él. Y, como rúbrica de este compartido aviranetismo, (subrayado en varias de sus dedicatorias personales que guardo como oro en paño) Bergamín tiene la impagable delicadeza de venir a visitarme el 28 de Abril –una de sus últimas salidas antes de su muerte– en mi encierro de la cárcel de Nanclares de la Oca. Pero ese es otro cantar sobre el que, en otro momento, espero poder extenderme.

Un cementerio marino para el ángel rebelde El Bergamín alegre y confiado del Aberri Eguna de Pamplona de abril va a encontrarse de pronto con la sombra amenazante del dolor y de la terrible y esperada “mano de nieve”. Sus poemas de “Hora última” y “Esperando la mano de nieve” nos hablan de la profunda hondura con la que aborda este paso. Esos tres últimos meses de su vida, con un proceso de debilitamiento general que le lleva a una paralización neuromuscular progresiva, son tremendamente duros para alguien que conserva la lucidez hasta el último momento. “Señor yo quiero morir-como se muere cualquiera”, había escrito en uno de sus poemas. Los últimos días de agosto se desata un tremendo diluvio sobre Euskadi. Escribe Peñalva: “fue uno más de aquellos hijos de la tierra vasca que el terrible temporal, destrozándolo todo a su paso, se llevó consigo para siempre. La noticia de su muerte pasó casi desapercibida –como siempre deseó– en medio de la amplia información sobre la catástrofe producida por las inundaciones”. En la soledad de una celda en la prisión de Nanclares, a donde me llegó la noticia de su muerte, utilizando sus caras metáforas de la fiesta-drama torera, proclamaba entonces mi desolación y el tributo público de mi reconocimiento: “Me has enseñado a vivir– y morir dentro del ruedo– de una trágica corrida– en la que toro y torero– frente al desprecio o la burla– del que sólo oculta el miedo– ofrecen la dignidad– de su atroz enfrentamiento– cuando encarando el destino– brindan sus astas, su acero– antes de morir matando– antes de matar muriendo–. Me has enseñado a morir– tal vez a vivir ¡Maestro!” El 29 de agosto, a las seis de la tarde, tras el responso en euskera y castellano, era enterrado en el cementerio de Hondarribia, acompañado por el canto del Eusko Gudariak de un centenar de presentes. El ataud iba cubierto por una ikurriña cuya autorización habían concedido los familiares allí presentes: “no cabe duda de que la bandera republicana cubriendo el féretro

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bergaminiano hubiera tenido un sentido más profundo y acorde con lo que siempre defendió. Pero, por otra parte, la ikurriña simbolizaba perfectamente el último combate de este luchador infatigable: fue la prueba inequívoca de que la muerte había encontrado al escritor en la brecha, con la pluma y el corazón puestos al servicio de la causa que creyó justa”, escribe Peñalva. “El cisne al morir, como el ángel al caer, canta dando un espantable graznido” es la última frase del escritor, todavía vivo, publicada el 29 de julio en Egin. Se equivocaba. No habría espantable graznido, ni, menos aun, ángel caído. Por el contrario, su canto de libertad se elevaría sobre la mar, dejando sobre la húmeda hierba de Hondarribia, cementerio marino que soñaran Paul Valery o Machado en Coillure, la huella de su genio indomable, de su rebelde y arduo peregrinaje. Escritos de Bergamín en Euskadi y sobre Euskadi 1– “El interrregno”. 29-setiembre-79. (Egin extra). 2– A la asociación de amigos de Bergamín de Francia. (setiembre-79). 3– “Cosas que a cosas llegan”. 4-setiembre80. (Punto y Hora). 4– “Cosas que a cosas llegan”. (P. y H.) 5– “Derrotero paradójico”. 16-octubre-80. (P. y H.). 6– “Guernica es Gernika”. 23-octubre-80. (P. y H.). 7– “He aquí el tinglado”. 6-noviembre-80. (P. y H.) 8– “Dicha y desdicha del nombre”. 13noviembre-80. (P. y H.). 9– “Del rey abajo cualquiera”. 4-diciembre-80. (P. y H.). 10– “En Madrid incuba la guerra”. 11diciembre-80. (P. y H.). 11 – “Los muertos no mandan en Portugal”. 18-diciembre-80. (P. y H.). 12– “Las ínfulas del terror”. 22-enero-81. (P. y H.). 13– “Cuidado con el Guernica”. 12-febrero81. (P. y H.). 14– “Relampagueo de tormenta”. 10-marzo81. (P y H.). 15– “Escándalo del Guernica”. 8-noviembre81. (E.). 16– “Respuesta a mi amiga Tonia”. 10febrero-82. (E.). 17– “Fui peregrino en mi patria”. Primavera del 82, 15-X-82 (P. y H.). 18– “Los peros de Perogrullo”. 16-mayo-82. (E.).

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19– “Perorata perogrullesca”. 6-junio-82. (E.). 20– “Máscaras vacías”. 27 junio-82. (E.). 21– “Cosas turbias”. Quinquenario Egin. 29set-82. 22.– “Con paz de espera”. Quinquenario Egin. 29-set -82. 23.– “Paciencia y barajar”. Quinquenario Egin. 29-set-82. 24.– “Puntaren puntan”. 19-noviembre-82. 25– “La alegre fusilería”. 1-enero-83. (P. y H.). 26– “Siluetas caricaturescas”. 2 de enero 83 (E.) 27– “He aquí el tinglado… zarzuelero”. 22enero-83. (E.). 28– “Telesforo Monzón”. 9-marzo-83. (E.). 29– “Millones de votos y una sola voz”. 2marzo-83 (E.). 30– “Relampagueos”. 9-abril-83. (E.). 31– “Hora y ahora de Picasso”. 10-abril-83. (E.). 32– “Papirotazos” 15-abril-83. (P. y H.). 33– “Avisos y cautelas para clerizontes y leguleyos”. 22-abr-83. (E.) 34– “En Nanclares de la Oca”. 28-abril-83. (Epílogo libro S. Erauskin). 35– “Hablillas paraboleras”. 8-mayo-83. (E.). 36– “Nacionalismo Vasco”. 11-mayo-83. (E.). 37– “Saetas y siluetas”. 20-mayo-83. (P. y H.). 38– “Palabras en juego”. 22-mayo-83 (E.) 39– “Adelante con los faroles”. 5-junio-83. (E.). 40– “Extremos intocables”. 5-junio-83 (E). 41– “Reflexiones gatunas”. 17-junio-83. (P. y H.). 42– “Las ínfulas del terrorismo”. 24-junio1983. (E.). 43– “Malraux y los vascos”. 24-junio-83. (E.). 44– “Las verdades sospechosas”. 1-julio-83. (P. y H.). 45– “La España tenebrosa”. 29-julio-83. (E.) Entrevistas y diálogos con Bergamín en “Egin” y “Punto y Hora” – José Bergamín, luchador de la libertad (P.H. 17-julio-1980). – José Bergamín-Alfonso Sastre. El testimonio de la resistencia (P. H. 17-octubre-1982). – José Bergamín, un republicano que no se jubila (E. 22-octubre-1982). Pequeña bibliografía Sus escritos “Poesías completas”; Siete libros. Ed. Turner “Poesías casi completas”; Ed. Alianza “Escritos en Euskadi”; Ed. Txalaparta “Cristal del tiempo”; (1933-1983); Ed. Iru Sobre Bergamín “Tras las huellas de un fantasma” G. Peñalva. Ed Turner “Bergamín a vista de pájaro” González Casanova Ed. Turner “Al otro lado del mar” G. Santonja. Ed. Circulo de lectores “El sueño de Bergamín” Martínez Torrón. Ed. Alfar



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pastoreo de ovejas. Sus diferencias culturales, religiosas y lingüísticas les aislaban de sus vecinos no vascos, su tendencia fue la de entablar relaciones exclusivamente con otros vascos. En la segunda generación, los vascos de Idaho se integraron en la vida pública al tiempo que preservaban su tradición vasca a través de las danzas, romerías y eventos deportivos. La tercera generación de vascos, la mayoría de ellos completamente integrados, ha igualado la pauta nacionalista a la hora de cultivar la identidad étnica de sus abuelos, sabiendo encontrar tanto un sentido de la comunidad como una identidad personal única. Los vascos de Idaho, como demuestra esta bien documentada historia, se han convertido en una de las minorías étnicas occidentales más prosperas y exitosas. También se encuentran entre las más activas a la hora de cultivar y preservar las tradiciones y cultura de sus abuelos inmigrantes, lo que les ha permitido mantener sus vínculos, tanto con las tradiciones Un legado imperecedero: del pasado como con la moderna La historia de los vascos en Idaho patria vasca europea. Han creado una subcultura que no es puraJohn Bieter y Mark Bieter mente vasca ni puramente americana. Su experiencia ofrece una n la obra “An Enduring Lerica comprensión sobre el comgacy”, los hermanos John y plejo proceso por el que los inmigrantes Mark Bieter describen a tres se convirtieron en americanos, al tiempo generaciones de vascos en Idaho, desde que preservaban su identidad y sus raíces 1890 hasta el presente. Se trata de una culturales distintivas. interesante historia que se remonta a la Los hermanos Mark y John Bieter vida de unos pocos pastores solitarios y nacieron y se criaron en Boise, Idaho. sigue su evolución hasta la destacada coMark trabaja como abogado en Washingmunidad étnica de hoy en día. ton D.C. y contribuye con Euskal Irratia Los primeros vascos que llegaron y Euskal Telebista. John es profesor en la a Idaho eran mayoritariamente jóvenes, Boise State University y es Director Ejesolteros, pobres y analfabetos; la mayoría cutivo del Centro Cenarrusa de Estudios de ellos estaban estrechamente ligados al Vascos.

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Participación, identidad y contra-poder en Iparralde

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na simple mirada a la evolución de Iparralde durante las dos pasadas décadas permite constatar el profundo cambio político que se está gestando en estos territorios. Un cambio que se asienta sobre varios elementos: 1) el redescubrimiento de la diferencialidad local; 2) el desarrollo de la identidad vasca; 3) el despertar de la demanda institucional, derivada de la integración de Iparralde en el Departamento de los Pirineos Atlánticos tras la Revolución; 4) una Centralidad nacionalista cuya influencia cualitativa va mucho más allá del 10-15% de los votos cosechado en los diferentes comicios. En este sentido, las tres primeras variables –diferencialidad, identidad e institucionalización– solo pueden entenderse gracias al papel jugado por estos sectores hasta los noventa. Y, en paralelo, la estabilización de estas tres nuevas variables retroalimenta las posiciones y discursos del nacionalismo.

IGOR AHEDO GURRUTXAGA es sociólogo y Doctor en Ciencias Políticas. Desde hace 6 años analiza la evolución política de Iparralde. Es autor de los libros "Entre la frustración y la esperanza. Políticas de desarrollo e institucionalización en Iparralde" (IVAP, 2003), "Los demo y la nueva cocina vasca desobediente" (a publicar en Alberdania), o "Presente y pasado del nacionalismo en Iparralde" (Manu Robles Arangiz). Es miembro del Equipo de Investigación sobre democracia participativa "Partehartuz" de la UPV-EHU.

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Un proceso auto(su)gestivo Sin embargo, todos estos cambios solo se entienden si tenemos en cuenta el sui generis modelo de participación y movilización local que, paradójicamente, ponen en marcha las autoridades del Estado para hacer frente a la profunda desvertebración local. En este sentido, la dinámica Euskal Herria 2010 que se inicia en

1992 posibilita un proceso auto(su)gestivo (VILLASANTE, 2001) que abre las puertas a una dinámica que desde 2003 trata de superar la falta de reconocimiento local a partir de una estrategia de contra-poder cuya primera piedra se ha concretado recientemente con la creación de la Euskal Herriko Laborantza Ganbara: – Auto: porque todos los actores locales (desde la Administración a los electos, pasando por los representantes de la sociedad civil) consensuan un diagnóstico de la realidad local desde el que se delimitan una serie de propuestas concretas que deberían garantizar el desarrollo local: el informe Euskal Herria 2010. – Gestiva: porque las propuestas locales son elaboradas desde un amplio y complejo sistema participativo; y su puesta en marcha es negociada con las autoridades del Estado, Región y Departamento por una red que representa los intereses de todos los actores a través de una estructura bicéfala en la que la sociedad civil (Garapen Kontseilua) propone y el cuerpo electivo (Hautetsien Kontseilua) decide: dos organismos sin poder para implementar las propuestas, pero que expresan la unidad territorial y diferencialidad de Iparralde. – Sugestiva porque todos los actores integran el marco desde el que trabajan: el territorio vasco. Así, una realidad institucional etérea como es Iparralde, carente de reconocimiento, toma cuerpo ante la ciudadanía. Se logra primero el auto-reconocimiento interno de todos los actores. Más adelante, el Estado asume la especificidad local concediendo impor-


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tantes recursos financieros para la puesta en marcha de las propuestas elaboradas por los actores (Hitzarmen Berezia). Pero este reconocimiento no se explicita en desde el punto de vista político-institucional. En definitiva, los propios actores observan los límites de una dinámica de participación incapaz de concretarse hasta las últimas consecuencias, de forma que se asume la necesidad de edificar –por su cuenta– el aparato institucional que garantizaría la implementación de las propuestas diseñadas participadamente (AHEDO, 2004a). De esta forma, la hipótesis central es que 1) la puesta en marcha de un proceso participativo para diseñar un proyecto de desarrollo posibilita un auto-reconocimiento de los actores en el territorio; 2) este auto-reconocimiento permite la consolidación de una identidad local hasta ese momento en crisis; 3) la adhesión al territorio germina un compromiso por el futuro que lleva a los actores a explorar nuevas vías cuando la administración no facilite o impida/retrase la puesta en marcha de las propuestas consensuadas participadamente; 4) finalmente, los límites de la participación –centrados en la incapacidad de los actores locales para ejecutar sus propuestas– posibilita la asunción de una estrategia que pasa por la auto-edificación de las instituciones que la administración se niega a reconocer. En última instancia, la falta de voluntad de las autoridades para otorgar poder (una institución) al territorio explica que en 1992 apuesten por la participación (gobernación por medio del Garapen Kontseilua y el Hautetsien Kontseilua) como forma de consensuar las estrategias de desarrollo. Pero, paradójicamente, los límites de la participación, centrados en la inexistencia de estructuras capaces de concretar políticamente sus propuestas, genera un amplio consenso sobre la necesidad de edificar un contra-poder propio.

El punto de partida Iparralde se sitúa en el extremo sur-oriental de Francia y cuenta con una población cercana a los 262.000 habitantes (en 1999), distribuidos en las tres provincias históricas de Lapurdi (Labourd), Baja Navarra (Basse Navarre) y Zuberoa (Soule). Carece de reconocimiento institucional al formar parte del Departamento de los Pirineos-Atlánticos, junto a los territorios del Béarn (de cultura occitana). Además de su falta de reconocimiento, otros elementos explican la profunda crisis local que se hace evidente en los años 80: 1) la grave desvertebración territorial entre una costa terciaria que acumula la riqueza y un interior agrícola que languidece; 2) una profunda crisis económica provocada por la falta de perspectivas de desarrollo endógeno; 3) un grave problema social vinculado a unas pautas demográficas basadas en altas tasas de inmigración, y una importante emigración de población autóctona joven; 4) una creciente debilidad cultural y de la lengua vasca, cuyo uso había retrocedido a pasos acelerados, sobre todo las décadas anteriores; 5) finalmente, una fuerte polarización poblacional, de forma que sólo 10 de los 158 municipios vascos cuentan con más de 3.500 habitantes, y 6 de ellos se ubican en la costa. Sin embargo, en ese periodo, Iparralde también presenta una fuerte personalidad que se refleja en la bicefalia del departamento en el que se inserta. Los elementos más característicos de este territorio, y diferenciadores respecto de la parte bearnesa serían 1) una autonomía local concretada en la existencia de tres asambleas provinciales en Lapurdi, BajaNavarra y Zuberoa hasta 1789, fecha en la que son abolidas tras la Revolución; 2) una lengua propia, el euskera, frente a la presencia histórica del gascón en el Béarn; 3) un sistema político sea dominado por el centro-derecha, frente al poder

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socialista en el Béarn; 4) una histórica demanda de reconocimiento institucional, presente desde 1792, y reafirmada cíclicamente en 1836, 1945, 1963, 1981, 1999 y 2003 (AHEDO, 2003). Los actores del territorio Diferenciaremos, a continuación, los actores institucionales, políticos y sociales que intervienen en este territorio, tratando de presentar las relaciones que entre ellos se establecen hasta el inicio de la dinámica participativa que se abre en 1992. Actores institucionales El modelo institucional en Francia se caracteriza por un sistema de círculos concéntricos que fluyen desde el centro a la periferia a través de un modelo jerárquico y centralizado en cuyo núcleo se encuentra París como representación del poder Estatal. Sin embargo, el centralismo francés no impide que se edifiquen una serie de estructuras descentralizadas: la región como marco privilegiado para el desarrollo de las políticas económicas; el departamento como escenario para la implementación de las estrategias sociales; el municipio como eje de la política local. Sin embargo, estas estructuras descentralizadas también se configuran como el marco para la territorialización del poder del Estado. Así, las Regiones y los Departamentos también son estructuras desconcentradas, dirigidas por un prefecto y sus respectivos subprefectos (cada departamento se divide en varias circunscripciones en las que éste sería el máximo representante estatal), siendo éstos los garantes del poder del Estado en la periferia. Así, Iparralde no solo no existe institucionalmente, sino que está dividida internamente: la sub-prefectura de Baiona aglutina a los cantones de Lapurdi y Bajanavarra; la sub-prefectura de Olorón Saint

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Marie aúna los municipios de Zuberoa junto a otros del Béarn. Actores políticos Varios son los elementos que caracterizan las relaciones entre actores en el sistema político de Iparralde. Por una parte, el pequeño peso de la mayor parte de los municipios determina la posición de sus representantes, subordinados en la mayor parte de los casos a los grandes electos. Así, el sistema político francés posibilita que determinados políticos acumulen varios cargos de responsabilidad política. Este elemento, unido al carácter periférico de Iparralde y a la existencia de una cultura diferenciada a la del resto del Estado posibilita una caracterización de los notables como mediadores entre el centro y la periferia: mediadores culturales, ya que traducen el discurso del Estado a la realidad local; mediadores económicos, ya que gracias a su acceso a los círculos de poder garantizan el desarrollo de su comunidad. Por otra parte, el hecho de que no exista ningún marco de poder local que aglutine al conjunto del territorio explica que los representantes políticos lo sean de su municipio, cantón o a lo sumo circunscripción, dificultando la puesta en marcha de estrategias coherentes para el conjunto de Iparralde. A pesar de que estos electos van a abrazar el discurso jacobino desde la década de los cincuenta, también es cierto que determinados políticos van a vincularse con la cultura vasca: la necesidad de lograr el apoyo en su feudo les obliga a ser empáticos con sus electores, muchos de ellos euskaldunes (pero también realistas en el centro) (FOURQUET, 1988). De la misma forma, la tradicional relación de los sectores democristianos con la cultura vasca permite que cuando la dinámica participativa se ponga en


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marcha, estos sectores asuman parte de los postulados de los nacionalistas. Finalmente, el nacionalismo manifiesta en este periodo una profunda debilidad derivada de la crisis identitaria vasca, de su fraccionalismo y de la extensión de discursos y pautas de actuación del sur al norte. Desde la década de los sesenta y siguiendo las fórmulas institucionales pre-revolucionarias, en Iparralde existen dos Biltzar (que se unifican en 1994) en los que participan todos los alcaldes. Sin embargo, hasta fechas recientes, ambos organismos han reproducido las relaciones clientelares de los electos hacia los notables, y de ambos con respecto a la administración; razón por la cual se convertían en “cortafuegos” de las demandas de institucionalización. Actores sociales El tejido asociativo del norte de Euskal Herria destaca por su riqueza y variedad. Desde el punto de vista económico, el actor principal es la Cámara de Comercio e Industria de Baiona, nacida en torno al puerto de la localidad labortana. Este organismo se posiciona desde 1836 por la creación de un departamento específico que incorporase también los territorios del norte de Baiona (históricamente Landeses). Su estructura interna asume desde los noventa la territorialidad vasca, de forma que la CCI de Pau integra a los actores económicos bearneses (el Departamento de Pirineos Atlánticos es, pues, el único caso en Francia en el que coexisten dos Cámaras consulares) (CHAUSSIER, 1996). Por otra parte, y teniendo en cuenta la situación marginal de Iparralde, se entiende que de la mano de sectores vasquistas y democristianos nazca en los setenta los colectivos Hemen y Herrikoia, con el objetivo de dinamizar la economía vasca y el empleo, especialmente en el interior. En el ámbito económico también destaca la presencia de sindicatos franceses como la CGT o la CFDT. En el espacio agrícola, sin embargo, al FDSEA se enfrenta un colectivo vasco, ELB, que desde la década de los 80 conoce un crecimiento

exponencial que le permite alcanzar la mayoría absoluta en Iparralde en 2001. En cualquiera de los casos, la representación de este sindicato se ve limitada ya que la Cámara de Agricultura de Pau se elige en el conjunto del Departamento (ELB, 1999). Los colectivos que trabajan en defensa de la lengua y culturas vascas se han articulado tradicionalmente a través de diversas plataformas como Ikas, Dehiadar o Euskal Konfederazioa (ORONOS, 2001). Aunque varias de sus demandas se han visto satisfechas, lo cierto es que en las cuestiones capitales (oficialización del euskera, enseñanza bilingüe) los avances han sido limitados por la férrea postura de la administración (AHEDO, 2005). Desde los noventa, existen dos colectivos oficiales que tratan de promocionar la cultura vasca. Por una parte, la mayoría de los actores culturales trabajan de forma concertada con la administración y el cuerpo electivo en el Euskal Kultur Erakundea (EKE); de la misma forma, los electos se integran en el Sindicato Intercomunal de Defensa de la Cultura vasca. PARTICIPACIÓN Y TERRITORIO Como decimos, el punto de partida del proceso de participación local se encuentra en la profunda desvertebración cultural, social, económica y administrativa de Iparralde. Así, en 1992 confluyen una serie de factores que posibilitan la puesta en marcha de una estrategia de concertación en la que participan 500 representantes locales que consensuan un diagnóstico desde el que se erigen unas políticas públicas que afectan al conjunto del País Vasco con el objetivo de garantizar su desarrollo. La reflexión “Euskal Herria 2010” es financiada por las autoridades estatales con un millón de francos, siendo supervisada por una red que presenta un complejo esquema organizativo, interrelacionando a) los representantes estatales como iniciadores, b) los cargos electos como dinamizadores, y c) las “fuerzas vivas” con función de asesoramiento. Concretamente, estos tres tipos de actores

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se organizan en dos sub-redes jerárquicamente ordenadas: a) un grupo de pilotaje, formado por los consejeros generales, consejeros regionales, senadores, presidentes de los dos Biltzar del País Vasco, los presidentes de las cámaras consulares, y el presidente de la Agencia de Desarrollo ADEPAB; y b) un grupo transversal que aglutina a los representantes del grupo de pilotaje, a los del Estado, y a personalidades cualificadas y miembros de los diferentes grupos de trabajo sectoriales. Su papel es validar el conjunto de trabajos realizados a lo largo de la dinámica. Tras más de un año de trabajo, el Informe Euskal Herria 2010 es presentado en un foro en la Cámara de Comercio e Industria de Baiona ante la presencia de los tres ministros del Departamento de los Pirineos Atlánticos. Las más de 300 páginas redactadas se dividen en tres documentos consensuados en base a las aportaciones realizadas por una decena de grupos de trabajo constituidos por 500 representantes locales: • Un diagnóstico en el que se define el contexto económico, cultural, social y administrativo de estos territorios; • Un estudio sobre los rasgos estructurales más importantes del sistema vasco, tanto coyunturales como aquellos que se prevé pueden llegar a cobrar especial relevancia medio plazo; • Y un análisis prospectivo en el que se plantean diferentes escenarios de futuro para Iparralde atendiendo, bien a la realidad y tendencias observadas en los precedentes estudios, bien a las posibilidades que podrían abrirse de mediar una política de ordenación global y participativa. A este respecto, cabe destacar que se definen 6 escenarios de futuro. El primero sigue las tendencias de 1992 hasta el 2000, los tres siguientes las extienden hasta el 2010, presentando un futuro desolador. Finalmente, los dos últimos son escenarios voluntaristas y presentan un futuro más estable si se logra poner en marcha una estrategia de desarrollo e insertar a Iparralde en el proceso de construcción europea.

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Estos tres documentos, sin embargo, siguen una misma lógica discursiva fundamentada en el análisis de la realidad primero, en la identificación de las variables más destacadas respecto al desarrollo local después, y finalmente en la presentación de los posibles escenarios de futuro que se derivan del cruce de las conclusiones preliminares. En última instancia, y ante la dramática situación económica y cultural que diagnostican en el Informe Euskal Herria 2010, estas personalidades asumen una serie de cuestiones que habían defendido, hasta ese momento en solitario, los sectores nacionalistas: a) se admite la unidad territorial y la especificidad de Iparralde, aunque se encuentre dividido administrativamente en dos sub-prefecturas (sub-delegaciones de Gobierno) e integrado en el seno del Departamento de los Pirineos-Atlánticos junto al Béarn; b) se apuesta por la profundización de la cooperación transfronteriza junto a la CAPV y Navarra; c) se acepta el papel de la identidad local como factor de cohesión, generador de solidaridades y garantía del desarrollo, apostándose por la promoción de la cultura y el euskera; y d) se exige la puesta en marcha de mecanismos de representación institucional para el País Vasco (CP, 1993). Sobre esta base, entre 1994 y 1995 se constituyen el Consejo de Desarrollo (CDPB) y el Consejo de Electos (CEPB): el primero aglutina a la práctica totalidad de los actores sociales, culturales, económicos y políticos del País Vasco, y asume una función centrada en la elaboración de propuestas de desarrollo (CDPB, 1995); el segundo se constituye por la totalidad de cargos electos de este territorio, arrogándose la capacidad de decisión, pero no de implementación de las políticas públicas (que queda en manos de las instituciones municipales, departamentales, regionales y estatales) (CEPB, 1995). Un ejercicio de ingeniería política, ya que surgen del consenso entre los dos sectores que habían mostrado mayores reticencias a dinámicas de este


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tipo. Los nacionalistas rechazaban esta estructura para-institucional al considerar que pretendía enterrar la promesa de Mitterrand (realizada en 1981) de crear un departamento vasco, y al entender que carecían de rango institucional. Pero finalmente la aceptan al incorporarse la dimensión identitaria, olvidada hasta esa fecha por la mayoría de los cargos políticos, y porque, por su peso en los organismos sociales y culturales, logran la dirección del CDPB. Por su parte, los grandes electos se habían posicionado históricamente en contra de este modelo, porque veían en ésta una estructura sustitutiva de la voluntad popular expresada en las urnas. Pero la asumen en los 90, ya que estas redes surgen de un consenso para aparcar la reivindicación departamentalista, y por que el CDPB se supedita jerárquicamente a un CEPB que controlan. La primera función de esta policy network bicéfala es la reelaboración del diagnóstico de la situación de los territorios vascos. Y como resultado de este trabajo se concreta el Esquema de Ordenación Territorial (1997), en el que, tras la participación de dos centenares de representantes políticos, sociales, culturales y económicos, se definen 96 medidas concretas que garantizarían el desarrollo coherente de Iparralde. Sin embargo, la falta de mecanismos y competencias propias de implementación obliga a ambas redes a negociar con las autoridades la concesión de recursos que garantizasen la puesta en marcha de las propuestas diseñadas. Y a pesar de que el Proyecto de Desarrollo es asumido en las tres instancias territoriales (Departamento, Región y Estado), ninguna de ellas va a conceder las partidas suficientes para financiar los programas –hasta la firma del Hitzarmen Berezia a finales de 2000–.

De esta forma, la reacción lógica de los sectores más comprometidos con las políticas públicas pasa por retomar la –hasta ese momento– latente reivindicación institucionalizadora. Así, se rompe el inicial consenso que permitió el visto bueno de los grandes notables al inicio de la dinámica de desarrollo. En consecuencia, desde mediados de 1997 hasta 2001 se asiste a una profunda crisis de la política de desarrollo, debido a la ruptura de los lazos de confianza y a la imposibilidad práctica para poner en marcha las propuestas del Esquema de Ordenación. Paulatinamente, el centro del debate político va basculando del cómo garantizar el desarrollo (política pública), al quién debe dirigirlo (reivindicación institucional). En este sentido, la dinámica que se pone en marcha debe ser abordada desde dos puntos de vista: a partir de sus implicaciones para el nacionalismo y desde la perspectiva de su contenido. Por una parte, la estructura bicéfala que conforman el CDPB y el CEPB permite la participación de todos los actores junto a los electos y la administración. Gracias a esta fórmula de gobernación, los nacionalistas ven como se abren las posibilidades para su intervención directa en los debates políticos de este territorio, y pueden establecer una cierta alianza con los sectores no nacionalistas que apuestan por la institucionalización vasca. Por otra parte, desde la perspectiva de análisis del contenido, encontramos dos coaliciones dominantes en estas redes: una, que liga el desarrollo de estos territorios con su institucionalización, y que es instrumentalizada por los nacionalistas; y otra, que trata de diferenciar las políticas públicas del debate institucional. Estas dos coaliciones, finalmente, interactúan desde varios modelos entre 1994 y 2002: (1) así, la política de desarrollo se

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caracteriza entre 1992 y 1997, básicamente, por la lógica de la negociación entre todos los actores; (2) entre 1997 y 2000, y ante la falta de respuesta de las autoridades para que sean implementadas las propuestas de desarrollo, se pasa a una lógica de la movilización que se expresa en el ciclo movilizador institucionalista del Llamamiento de los 100 (Ehunen Deia); (3) tras la firma de la Hitzarmen Berezia por la que se aportan gran cantidad de recursos para la puesta en marcha de las propuestas del Esquema, se da paso a un periodo de autogobierno en el que se trata de poner en marcha las políticas diseñadas; (4) en 2002, ante el inicio de los debates sobre descentralización que abre el Gobierno Raffarin, ambas redes, tratan de superar los problemas derivados de la falta de institucionalización, con unas propuestas que como veremos, se acercan a las de los sectores pro-departamentalistas. Sin embargo, y ante la falta de respuesta del Estado, en 2003 se activa la estrategia de la confrontación por parte de los institucionalistas, lo que se concreta en una huelga de 14 miembros del Consejo de Dirección del Garapen Kontseilua, y en la propuesta de Batera (nueva plataforma que aglutina a un centenar de colectivos) para la puesta en marcha de estas institucionales al margen de la voluntad de la administración. En conclusión, la estrategia de participación orientada al desarrollo de Iparralde, y auspiciada por las autoridades desde 1992, abre las policy windows que permiten la incorporación del debate sobre el futuro de estos territorios a las lógicas discursivas de los diferentes actores. Y teniendo en cuenta que son los sectores nacionalistas unos de los más implicados en el proceso, se entiende (1) que asuman la dirección del Garapen Kontseilua entre 1994 y 1997: el órgano de representación de la sociedad civil; y (2) que logren in-

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troducir muchos vectores de su discurso al debate local. En consecuencia, tras romper con el aislamiento que los había sumido en la marginalidad desde la década de los sesenta, a finales de los 90, y ante la falta de voluntad de las autoridades para conceder recursos para la puesta en marcha de los proyectos, (3) se sienten legitimados para radicalizar sus estrategias. Así, indirectamente, los nacionalistas asisten a la apertura de una estructura de oportunidad que (4) los sitúa en el centro de una demanda histórica como la de creación de un departamento para este territorio, convirtiéndose (5) en los vertebradores de una amplia coalición de actores, pertenecientes a los más variados ámbitos políticos, culturales y económicos de Iparralde. TERRITORIO, RECONOCIMIENTO Y CONTRA-PODER Como hemos comentado, las estrategias participativas posibilitan la eclosión del territorio como referente de acción de la mayor parte de los actores de Iparralde. Este hecho, unido a los límites de las redes de gobernación (incapacidad para poner en marcha las propuestas consensuadas) precipita una unidad de acción entre los sectores institucionalistas bajo la centralidad de Abertzaleen Batasuna. Así, el Ehunen Deia concita los esfuerzos de electos socialistas y democristianos, del ámbito económico vertebrado por la CCI, y del movimiento cultural vasco; lo que explica la máxima difusión de la demanda, que es abalada por el Biltzar de Alcaldes, el Garapen Kontseilua y hasta un 66% de la ciudadanía en 1999. Se mantiene, así, un ciclo de movilización que decae entre 2000 y 2002: periodo de recomposición de fuerzas caracterizado por la apuesta desobediente de los Demo, la superación de la lógica partidista con la creación de una candidatura departamentalista unitaria


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en las senatoriales de 2000, y la creación de un movimiento social de masas, ADPB, que supera la lógica de plataforma de personalidades del Appel des 100. Pero el cambio definitivo surge cuando se abren nuevas oportunidades para todos los sectores con el inicio del proceso descentralizador anunciado por Raffarin a finales de 2002. Instantáneamente, los departamentalistas se reorganizan en torno a la plataforma Batera, un aparato movimental mucho más eficaz y vertebrado internamente. Sus reivindicaciones son cuatro: Departamento, Universidad del pleno ejercicio, Oficialización del euskera y Cámara Agrícola para Iparralde. Por su parte, el Consejo de Electos reacciona inmediatamente ante esta situación, alineándose tímidamente con los institucionalistas. Muestra de ello es la aceptación unánime de la propuesta de Lamassoure, que en un documento destinado al Ministro del Interior, propone la oficialización del euskera, y solicita que Iparralde sea “conocida y reconocida” por el Estado durante el proceso de descentralización (CEPB, 2002); lo que les lleva a asumir por primera vez la posibilidad de creación de un Euskal Herri Departamendua. Finalmente, en este texto, los electos apoyan otra de las demandas de Batera: la creación de la Laborantza Ganbara. En cualquiera de los casos, los acontecimientos se precipitan a comienzos de 2003. Tras presentar el CEPB su propuesta en Burdeos, y a pesar de las expectativas generadas, el Estado no responde a la demanda de institucionalización, creación de una Cámara Agrícola o desarrollo universitario. El movimiento consecuente de los sectores departamentalistas es contundente, y en dos frentes. Por una parte, Batera inicia una nueva campaña de sensibilización que se concreta en la celebración de una manifestación en la que participan 6000 personas en febrero de 2003. A su vez, amplia la estrategia convencional llamando a una nueva manifestación para octubre de ese año. Sin embargo, la ruptura de todos los puentes ya es efectiva, de forma que Batera, tras observar expectante

la actividad desobediente de los Demo, decide iniciar una estrategia no convencional de oposición frontal. En este sentido, 14 de los miembros del consejo de dirección del Consejo de Desarrollo se declaran en huelga de trabajo. Por ser éstos los más dinámicos de los miembros del órgano de concertación, saltan las señales de alarma, ya que de continuar en su actitud podría entrar en crisis la estrategia de desarrollo y participación. Finalmente, Batera anuncia su intención de abandonar a partir de 2004 la dimensión convencional en su estrategia, para adentrase por las vías, entre ellas las de la desobediencia civil. A esta alternativa, Batera añade otras posibilidades como la convocatoria de un referéndum (cuestión que se está valorando actualmente), o la puesta en marcha de un Consejo General paralelo al de los Pirineos Atlánticos, que se prevé iniciar en 2007. En consecuencia, como se observa, los actores de Iparralde abandonan la lógica defensiva y reactiva (“¡no a la Cámara Agrícola de Pau!”, “¡no al Departamento Pirineos-Atlánticos!”), transcienden la lógica del demandante (“más recursos para la puesta en marcha del Esquema”), y se embarcan en una estrategia ofensiva y proactiva cuya primera expresión es la creación de la Euskal Herriko Laborantza Ganbara el 15 de enero de 2005 en la localidad Bajo-navarra de Monjolose. Este organismo, que necesita un millón de euros para su funcionamiento1, asume un modelo organizativo que posibilita la participación de diferentes sectores en el diseño de su estrategia. Así, cuenta con un colegio de agricultores (21 miembros); colegio de ex-agricultores (2 miembros); colegio de las estructuras profesionales (4 miembros); colegio de asociaciones defensoras de consumidores (2 miembros); colegio de asociaciones medio-ambientales (2 miembros); colegio de asociaciones de desarrollo rural (2 miembros). También son convidados a aportar sus opiniones representantes del Estado, Región de Aquitania, Consejo General, Consejo de Electos y de Desarrollo, y miembros de las instituciones de Hegoalde.

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La puesta en marcha de este organismo, finalmente, ha sido saludada, además de por varios consejeros generales y regionales socialistas, verdes y democristianos... por el Presidente del Biltzar de Alcaldes de Iparralde. De esta forma, se explicita un profundo cambio socio-político en Iparralde, ya que la institución que en los 80 explicitaba las relaciones clientelares entre los pequeños y grandes electos y la administración (posicionándose por ello en contra de las propuestas institucionalistas), a mediados de 2000 se alinea con los colectivos que apuestan por una estrategia constituyente en clave de contra-poder. De esta forma, la estabilidad local se ve complejizada por las contradicciones internas en los diferentes actores locales, divididos en su rechazo o apoyo a las demandas institucionalistas2: se configura, de esta forma un nuevo –y amplio espacio–, vertebrado por una identidad vasquista, que goza del apoyo del abertzalismo, pero que se opone a los baluartes del nacionalismo francés, recluidos en los grandes notables y la administración. Así, aunque la dinámica participativa pretendía un consenso sobre las fórmulas de desarrollo local, pero sin cuestionar el statu quo administrativo, la realidad ha sido otra: (1) las estrategias de participación han posibilitado que se rompan las lógicas aislacionistas de los actores; (2) de la concertación y “la asunción del otro” se ha pasado a un consenso sobre las prioridades de Iparralde; (3) y la clarificación de las expectativas ha topado con la realidad: la falta de recursos otorgados por las autoridades para la concreción de las propuestas; (4) no extraña, en consecuencia, que los actores pasan de pensar en el cómo al quién debe pilotar el futuro de Iparralde; (5) de esta forma, confluyen las fuerzas de todos los actores en una dinámica asentada en la centralidad abertzale y en el reverdecimiento de la identidad vasca, considerada por todos los actores como un factor de desarrollo local; (6) pero el rechazo absoluto de la administración coincide con un

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descenso en el ciclo movilizador, lo que explica que Batera radicalice sus posiciones; (7) de esta forma, se deja de mirar a París, y se comienza a pensar en la correlación de fuerzas a nivel local para concretar las propuestas; (8) siguiendo el destello de las acciones de los Demo, que tratan de concretar sus demandas simbólicamente, ELB junto a Batera da un salto: de la concreción simbólica a la concreción práctica. Y la mejor muestra de que el contra-poder comienza a estabilizarse es la reacción airada del Prefecto, así como la respuesta de la Administración, que ha reforzado económica y materialmente a la Cámara Agrícola de Pau para que actúe más eficientemente en Iparralde. Por último, (9) puede destacarse el sustancial cambio que se ha dado, no solo desde el punto de vista identitario y territorial –incremento del deseo de aprender euskera, aumento de las relaciones con el sur, vertebración interna de Iparralde–, sino también en el mismo sistema social. Así, los actores de Iparralde se han dividido en dos amplios espacios, vertebrado el primero por las autoridades; y el segundo por los abertzales. En definitiva, en Iparralde ha sido una estrategia participativa la que ha posibilitado que el territorio se haga real para los actores; que este territorio se recubra de la identidad y cultura local; que los actores apuesten por su diferencialidad; y que, cuando la administración no responda a sus demandas, éstos se decidan a concretar sus propuestas desde una lógica de contra-poder local. Participación y poder van de la mano en Iparralde.

NOTAS 1 Actualmente los baserritarras de Iparralde destinan vía impuestos una cantidad similar a la Cámara de Pau. 2 Significativo es el caso de los socialistas, ya que mientras sectores capitaneados por Espilondo rechazan visceralmente la puesta en marcha de este organismo, otros militantes como el Consejero General y Regional, Maitia, trabajan codo con codo en Batera.



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Gernikako arbolaren kimu bat Padroneko lorategi botanikorako Joan den maiatzaren 18az geroztik Padroneko (A Coruña) Lorategi Botaniko eta Artistikoak Gernikako Arbolaren aldaxka bat dauka; kimua azken 146 urtean Gernikako Batzar Etxearen buru izan den haritzaren ezkurretik sortua da. Bizkaiko Batzar Nagusiek emandako kimu horri Carballo de Castelao izena ipini diote, haritzak oso maite zituen galegista haren heriotzaren 55. urteurrenaren gorazarre gisa. Sabino Arana eta Castelao fundazioek sustaturiko ekitaldi instituzional hartan Padroneko alkate Jesus Villamor-ek, Bizkaiko Batzar Nagusietako lehendakari Ana Madariagak, Castelao Fundazioko lehendakari Avelino Pousak, Sabino Arana Kultur Elkargoko lehendakari Andoni Olabarrik eta Lorategi Botanikoko artatzaile Carlos Rodriguez Dacal-ek parte hartu zuten. “Arbola hau —adierazi zuen Castelao Fundazioko lehendakariak— herrien arteko

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batasunaren ikurra da” edo, Bizkaiko Batzar Nagusietako lehendakari andreak esan bezala, “bake eta askatasun gogo biziarena”. Padroneko alkate jaunak, Jesus Villamor-ek, ere euskal eta galiziar herrien arteko batasuna nabarmendu zuen, eta aurreratu zuen datorren udaberrian Padroneko herriak Rosalia de Castroren pikondoaren kimu bat eramango duela Gernikara. Sabino Arana Kultur Elkargoko lehendakari Andoni Olabarrik esan zuen “Gernikako Arbolak Padronera arbola Santua dakar, guk lehen genuen eta orain letra larriz galdatzen dugun Konstituzioaren isla”. Instituto de Ensino Secundario Macías o Namoradoko eta Camilo Jose Cela IESko ikasleek Castelaoren Sempre en Galizako O Arbre testua irakurri zuten, haiek ere ekitaldi honetan izan baitziren. Carlos Rodriguez Dacal Lorategi Botanikoko artatzaileak azaldu zituen kimu hau Padronera eramateko egindako gestioak.


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Los ganadores del "Bertso Paperen Lehiaketa", en Port Aventura

Esta actividad de la Fundación Sabino Arana se enmarca dentro del programa que organiza anualmente para potenciar y promocionar el uso del euskera entre los más jóvenes.

Los tres primeros clasificados en cada una de las cuatro categorías del segundo Bertso Paperen Lehiaketa para escolares de toda Euskal Herria, que organiza la Fundación Sabino Arana, han disfrutado de su premio en el Parque temático de la Universal de Port Aventura (Tarragona) entre el 23 y el 26 de junio.

Por lo que respecta a esta segunda edición, los doce vencedores han sido Mikel Iturrioz, de Urretxu-Zumarraga Ikastola; Unai Aldasoro, de Joxemiel Barandiaran Ikastetxea. (Ataun); Ione Bastida, de Xabier Munibe Ikastola (Azkoitia); Ainhoa Begiristain, de Joxemiel Barandiaran Ikastetxea (Ataun); Elene Lejarzegi, de Resurrección Mª de Azkue Ikastola (Lekeitio); Amaia Iturrioz, de UrretxuZumarraga Ikastola; Mikel Olaizola, de Elgoibar Ikastola; Unai Arriola, de IES Gernika; Izaro Zinkunegi, de Ikasberri Azpeitiko Ikastola; Silvia Etxaniz, de Xabier Munibe Ikastola (Azkoitia); Nekane Zinkunegi, de Ikasberri Azpeitiko Ikastola; y Maialen Berekoetxea, de Betiko Ikastola (Leioa).

Un total de 12 nuevas promesas del bertsolarismo, acompañados de sus padres y algunos familiares, han tenido ocasión de disfrutar, durante cuatro días, de una gran variedad de atracciones, a la vez de poner en práctica una de sus grandes aficiones: la bertsolaritza.

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Unibertsitate katedradun adituak "Euskal Autonomiaren Bidarriak eta Mugarriak" aztertzen Euskaldunek eta Estatu espainolak historian zehar izan duten autonomi harremana izan da “Euskal autonomiaren bidarriak eta mugarriak” izeneko hitzaldisortaren gai nagusia. Sabino Arana Kultur Elkargoak antolatuta, hiru hitzaldi eta mahaiinguru batek osatu duten ziklo hau Bizkaiko Batzar Nagusien egoitzan, Bilbon, egin da, maiatzaren 5, 12 eta 19an eta ekainaren 2an, hurrenez hurren. Hitzaldi-multzoa historikoki egituratuta egon da eta arloko hiru unibertsitate-katedradun adituk eman dute. Horrenbestez, maiatzaren 5ean Joseba Agirreazkuenaga EHUko Historia Garaikideko katedradunak ireki zuen hitzaldi-sorta; bere hitzaldian 1808 eta 1919 bitarteko aldiaren, zehazkiago, 1808an Euskal Herriko erakundeen ordezkariek egindako Baionako foru-errebindikaziotik 1919an Espainiako Parlamentuan euskal estatutuaz egin zen debatera arte doan tartearen balorazioa egin zuen. Bigarren hitzaldia, maiatzaren 12an, Jose Manuel Castells EHUko Administrazio

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Zuzenbideko katedradunak eman zuen. Espainiako II. Errepublikarekiko Euskal autonomia eta lehenengo euskal autonomiaestatutuaren onespena (1936an) aztertu zituen; esperientzia hori berehala moztuko zuen Gerra Zibilaren osteko garaipen frankistaren errepresio gogorrak. Maiatzaren 19an, oraingo Estatutuaren gaineko zenbait alderdiz jardun zuena Francisco Letamendia EHUko Politika eta Administrazio Zientzia Saileko irakasle titularra izan zen. Hitzaldi-sorta burutzeko, maiatzaren 26an mahai-inguru bat antolatu zen politika eta unibertsitate munduko zenbait pertsonak parte hartuta, hots: Anton Losada politologo eta Santiagoko Unibertsitateko Zientzia Politikoko irakasle titularra; Vicenç Villatoro idazle, kazetari eta Kataluniako Irrati eta Telebista Korporazioko zuzendari nagusi ohia; eta Javier Pérez Royo Sevillako Unibertsitateko Konstituzio Zuzenbideko katedraduna. Konstituzio Zuzenbideko hiru adituek euren iritziak eta usteak azaldu zituzten, bateko, Estatu espainolean dauden autonomia-estatutuek garatzeko dituzten erronkei buruz eta, besteko, Konstituzioan XXI. mendeko gizarteak eskatzen dituen eskubide eta betebehar berriak jasoko dituen erreforma eta berrikuspena egin beharraz.



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A verlas venir

C

uriosa situación, nos comentaba el cestapuntista Katxin Uriarte durante la entrega de premios de la Fundación Sabino Arana, que tuvo lugar tras la tregua de Lizarra: “quienes se mueven deberían estar parados, y quienes están parados deberían moverse”. La escena se repite, ETA insiste en insistir y, bomba aquí, bomba allá, llama nuestra atención ante la desatención. El Gobierno español contesta que así nada de nada y, mientras tanto, de esa extraña manera, el “dialogo” se mantiene. Estamos asistiendo al nacimiento de un lenguaje de nuevo cuño, en el que los interlocutores se tientan, miden y comunican a través de la autocontención; y mientras no haya muertos, no se rompe la baraja. Asistir, observar, es lo único plausible para quienes no estamos en el ajo. Cualquier declaración extramuros de los actuales protagonistas resultará chirriante, por no codificada conforme al nuevo lenguaje. Aunque sea la muy humilde de informar a la ciudadanía, con certeza, de que el diálogo ha comenzado. Quienes están hablando refutarán, ya lo están haciendo, que de eso, por ahora, nada; dejando aún más descolocados a los advenedizos. Repetir extramuros que “se habla”, “oficial u oficiosamente”, es interpretar en el escenario político el papel de “quien quiere y no puede”. O lo que es lo mismo, revestirse de coraza y yelmo para distraer la atención de quien se siente necesario pero inicialmente prescindible. Por eso más vale callar y observar para situarse y actuar a posteriori que aparecer

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en el guión como el relator de un cuento que todos parecen conocer. Y ¿a cuenta de qué?, tanto sobreentendido, tanta mesura. Parafraseando a Bill Clinton: “Es el tiempo, estúpidos”. Este enésimo proceso de paz “nasciturus” necesita tiempo para su desarrollo. El tiempo que precisa el PSOE para estabilizarse en el Gobierno y reducir a la mínima expresión política la oposición del PP. El tiempo que precisan los grandes medios de comunicación afines al Gobierno español para realinear sus mensajes en clave de solución final dialogada del conflicto vasco. El tiempo que precisa la opinión pública española para somatizar el nuevo mensaje. Y el tiempo que precisa ETA para acreditar la facticidad de todo lo anterior. La demora conviene a los interlocutores y en la demora se aplican, hasta el punto de que la primera singularidad de esta nueva tentativa consiste, precisamente, en que nadie parece tener prisa; ni nadie trata de imponerse en algo que recuerde vagamente un calendario. Algunos dioses griegos conseguían el raro don de la ataraxia o imperturbabilidad. El gobierno de Zapatero emula a los dioses, o quizás, como al primer Aznar o al mismísimo Forrest Gump le salía todo bien mientras los acontecimientos, simplemente, se sucedían a su alrededor. Incómoda situación en todo caso para aquellos a quienes solo queda estar a verlas venir. Aunque también nos recordaría en este punto Katxin que en el frontón acaba ganando quien más veces resta la pelota y, para eso es absolutamente necesario verla venir. T xema Montero Koldo Mediavilla


herm s pentsamendu eta historia aldizkaria. revista de pensamiento e historia

uztaila 2005 julio. nº: 17 zbk

© Fundación Sabino Arana Kultur Elkargoa

revista trimestral

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Joseba Agirreazkuenaga José Manuel Castells Francisco Letamendia Vicenç Villatoro

Elkarrizketa: Toti Martínez de Lezea “No lucharía por conseguir la libertad porque ya la tengo y como soy libre, soy feliz”

Informe: ¿Hay caladeros en el gran sol? Andrés Uriarte, Lorenzo Motos y Martín Aranda Samuel Labadie

JOSÉ BERGAMÍN: ÚLTIMO EXILIO EN EUSKADI. RAZONES Y VERDADES DE UN RECALCITRANTE HETERODOXO


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