En la búsqueda de acercarse a esta máxima perfección no se admite la tibieza: medio se hace, se cumple “lo que se puede”, es imposible ofrecer más con lo que se tiene… Recursos apelativos, pero nunca justificativos en torno a lo que, en la mayoría de los casos, no se está dispuesto a hacer. De ahí la importancia de reiterar en algo que no es otra cosa que la actitud.
Siempre habrá capacidad para lograr la diferencia, pero no es únicamente cuestión de decirlo y saberlo, es asunto de actuar y llevarlo a cabo en cada oportunidad, todos los días.