Solar de Cultura Lunes 07 de mayo de 2012

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Solar de Cultura Lunes 7 de mayo de 2012

Ayer se recordó a Julieta Campos, a 80 años de su natalicio

Noticias Nacionales

Su escritura, “cuerda floja donde el derecho a sobrevivir está en juego” Esto lo dice la autora, en Reunión de familia, por su “ficcionar fronterizo”, de transición entre géneros

Con

CIUDAD DE MÉXICO

una sesión literaria titulada Recordando a Julieta Campos, a 80 años de su nacimiento, el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) realizó una remembranza, en la voz de amigos y colegas, de la vida y obra la narradora y ensayista cubana-mexicana ganadora del Premio Xavier Villaurrutia 1974. El acto tuvo lugar el domingo 6 de mayo a las 12:00 horas en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes y participaron Aline Pettersson, Luzelena Gutiérrez de Velasco, Basia Batorska, Nedda G. de Anhalt, Denise Dresser y María Luisa Martínez Medrano. Aline Pettersson, una de las participantes de la sesión, en una entrevista reciente con motivo de esta actividad, comentó que tiene una gran impresión acerca de los libros de Julieta Campos: “En sus primeros títulos –Muerte por agua, Tiene los cabellos rojizos y se llama Sabina, y El miedo de perder a Eurídice– está de alguna manera apoyada en las letras francesas, alrededor de lo que se llamó la nouveau roman o nueva novela francesa, que ponía mucho énfasis en la textura del lenguaje”. “Los libros de Julieta Campos –señaló la escritora– son una exploración tanto de la forma de narrar para colocar de la mejor y más bella manera las palabras, cuanto un recorrido por la historia cultural de la humanidad en muchos sentidos, por lo menos del mundo occidental. Sus conocimientos van desde los griegos clásicos a la historia y a la cultura contemporánea, en música, en pintura, en literatura. En realidad leer sus libros es echarse un clavado dentro de una gama muy, muy grande de temas tratados de la mejor manera”. La entrevistada añadió que “en un momento dado, como ella viene de una generación en la que las

La orquesta fue

Un

utopías están muy presentes, se le hizo importante ocuparse del asunto y escribe un libro llamado ¿Qué hacemos con los pobres?, donde trata la problemática.” Por último, Aline Pettersson sostuvo que “Julieta Campos fue un mujer extraordinariamente refinada en sus gustos, en los objetos que la rodeaban y en todo su mundo, pero tuvo la capacidad de asomarse a otros mundos menos privilegiados para tratar de hacer algo en ese sentido, y no es muy frecuente que las personas dedicadas a explorar de la manera tan refinada como ella exploró la

la estrella de la ópera

Alida Piñón | El Universal ana.pinon@eluniversal.com.mx

hombre de traje negro corre de prisa por las escalinatas que llevan a la entrada de la Sala Principal, el tráfico de la ciudad -le dice a su amigo que ya lo esperale impidió llegar a tiempo para ver el primer acto, pero asegura estar listo para el segundo: carga dos grandes ramos de claveles rojos, porque aunque se trata de un estreno, está seguro de que la ejecución será histórica y, quizá, brillante. Es jueves por la tarde, el Palacio de Bellas Artes que está por incluirse en la lista de los teatros del mundo que estrena La mujer sin sombra, luce con grandes huecos en las butacas. No todos los asistentes aplauden el final del primer acto. Un crítico, desde el palco presidencial, permanece inmóvil. Al fondo del recinto, alguien grita “bravo”. Orquestación, la fortaleza La ópera dirigida escénicamente por Sergio Vela cuenta, en términos generales, la historia de cómo el Halcón rojo del Emperador cazó una gacela, que resultó ser la hija de Keikobad, Señor de los Espíritus, a la que desposó. Y de cómo una maldición afirma que si

literatura y la cultura en general, tengan el tiempo o el interés de voltear la mirada en otras direcciones y ella lo hizo, lo cual a mí me parece admirable.” Julieta Campos (La Habana, Cuba, 8 de mayo de 1932-Ciudad de México, 5 de septiembre de 2007) fue narradora, ensayista y dramaturga. Vivió en México desde 1955. Por matrimonio, adquirió la nacionalidad mexicana. Obtuvo el doctorado en Filosofía y Letras en la Universidad de La Habana y estudió Literatura Francesa contemporánea en La Sorbona. Fue maestra en la UNAM; directora de la Revista Universidad de México; miembro del consejo de redacción de Vuelta; presidenta del Pen Club de México (1978–1982) y colaboradora de numerosas revistas y suplementos culturales. Premio Xavier Villaurrutia 1974 por Tiene los cabellos rojizos y se llama Sabina. Parte de su obra ha sido traducida al inglés. Su obra publicada comprende diversos géneros, cuyos títulos se presentan a continuación. Crónica: Cuadernos de viajes (2008). Ensayos: La imagen en el espejo (1965), Oficio de leer (1971), Función de la novela (1973), La herencia obstinada (1982), Un heroísmo secreto (1988), Bajo el signo de Ix Bolon (1988), El lujo del sol (1988), ¿Qué hacemos con los pobres? La reiterada querella por la nación (1995), Tabasco: un jaguar despertado. Alternativas para la pobreza (1996). Novelas: Muerte por agua (1965), Celina o los gatos (1968), Tiene los cabellos rojizos y se llama Sabina (1974), El miedo de perder a Eurídice (1979), La Forza del Destino (2004), Reunión de familia (Muerte por agua, Celina o los gatos, Tiene los cabellos rojizos y se llama Sabina, El miedo de perder a Eurídice y Jardín de invierno), (1997). Teatro: Jardín de invierno (1988). Literatura para niños: Historia de un niñito que era dueño de una islita que era dueña de un niñito (1988). SC

en un año ella no consigue engendrar hijos, y así proyectar la sombra que como ser espiritual le es ajena, será devuelta al mundo intangible de su padre y el Emperador, será convertido en piedra. Al transcurrir la historia se sumarán personajes y habrá una serie de planos que estarán marcados no sólo por los pocos elementos escenográficos, sino también por la iluminación (ambas a cargo de Philippe Amand), y por la posición de los artistas, unos estarán en el proscenio, otros en el escenario. Sergio Vela, ha dicho, nunca ha pretendido reproducir la realidad en los títulos que lleva a escena. La mujer sin sombra no es la excepción. Aquí, ofrece un espacio neutro con pocos elementos marcados por la carga simbólica. El tenor Carlo Scibelli (Emperador), la soprano Rebeca Nash (Emperatriz), la mezzosoprano Molgorzata Walewska (Nodriza), el bajo Noé Colín (Barak) y la soprano Olga Sergeyeva (su mujer) salen airosos del desafío de cantar sobre una orquesta de más de 100 elementos, dirigida por Guido Maria Guida, que ejecuta una partitura que por momentos resulta más dramática que el libreto de Hugo von Hofmannsthal, como el final del segundo acto. Al iniciar el tercer y último acto, más asientos lucen vacíos, algunos representantes de la prensa se han marchado. El hombre de los claveles se recorre hacia la primera fila. De la zona de palcos emergen las voces de los tres coros, y algunos de los metales de la Orquesta del Teatro de Bellas Artes. El final no está en crescendo, pero es conmovedor. Son las 23 horas. Los cantantes, la orquesta, los directores, todos son ovacionados. Los claveles vuelan sobre el escenario. Las funciones continúan el 6, 8 y 13 de mayo. SC


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