Trilogía
“Cuando hablamos del número tres, hablamos de un número que tiene por tradición un carácter místico y simbólico. En la filosofía platónica se le consideró como la imagen del ser supremo en sus tres personalidades: la material, la espiritual y la intelectual. Las trilogías que Patricia Murillo nos muestra, contienen en sí tres elementos distintos pero de una misma sustancia que a través de este relato pictórico, casi literario, nos revela una ciudad imaginaria, con su ADN y su códice. Estas ciudades son una especie de metáfora de la creación del hombre, con sus sistemas sociales, arquitectónicos e ideológicos que se cruzan entre sí y que ella imagina después de haber conocido con precisión sus reglas principales, de modo que puede imaginar algunas ciudades que existen y otras que están por existir, logrando, a través de una especie de magia, que el tiempo pierda su valor y se desvanezca totalmente en el misterioso espacio de la conciencia del espectador. Cada una de las ciudades parece un poema compuesto por imágenes y colores que armonizan unas con otros, como si fueran versos que de manera sutil tocan los temas de mayor trascendencia, de tal modo que a través del magistral despliegue de esta gran red convergen conexiones enigmáticas, dibujadas con texturas, entramados, llenos y vacíos, de donde derivan seres y discursos bordando enlaces y desenlaces, en el marco
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de un lenguaje críptico dispuesto a ser interpretado más por el espíritu que por el intelecto. Patricia nos obliga a poner también la mirada sobre el ADN, ese pequeñísimo lugar en el que reside la información genética de un ser vivo en el cual se refleja su estructura y su forma. Nos lleva a encontrar que desde lo pequeño se inventa lo grande, que desde el pasado se inventa el presente y nos muestra entonces las explicaciones de lo vivo en los millones de genes registrados y manipulados. Pero también mediante este acercamiento a las acciones de la biología nos hace descubrir otra naturaleza: la del género, la especie y el organismo, cada uno con sus arquetipos insertados, que inevitablemente terminan por surgir y casi siempre de manera inconsciente. Las ciudades imaginarias de Patricia Murillo son el reflejo de un sueño que nace en su corazón y que tiende a buscar los vínculos asfixiados entre el cúmulo de deseos, recuerdos, palabras y lenguajes insertados entre las construcciones laberínticas de las distintas ciudades y épocas, con los personajes que las habitan, tratando de redescubrir en un tiempo eterno, cómo se habita de manera ideal una ciudad.” Ma. Angélica González Dávila Mayo, 2012.