Chasqui Perú EDICIÓN ESPECIAL 2015
Año 44 – 372 Mayo
“Mujer de Dios, mujer eterna… himno de amor a la vida” Cuando el cerebro piensa en redactar, el corazón se dispone a dictar y la mano a escribir… pero esta vez me pasó que la mano estaba lenta, el cerebro atolondrado y el corazón sólo me repetía, es tiempo de agradecer. Y agradecer por la vida, nuestra vida, nuestro ser mujer que se va desplegando y haciendo cuerpo en la Sociedad del Sagrado Corazón, agradecer a aquella santa mujer, cuya vida supo de lucha, compromiso y amor… “Seamos mujeres que aman”... decía el editorial de abril. Pero, vayamos a lo nuestro. Si hablamos hoy de mujer, amor y gratitud, debemos remontarnos a 150 años atrás, cuando un 25 de mayo de 1965, siendo las 11 de la noche, se da inicio al nuevo peregrinar de aquella santa mujer, Magdalena Sofía Barat, “Mujer de Dios, mujer eterna…” que supo abrir caminos en un terreno bastante complicado y que nos pide a cada una esa misma valentía y audacia para responder a los tiempos de hoy. Peregrina de corazón, cuya vida sembró su amor ardiente y exclusivo a Jesús Sacramentado presente en el evangelio viviente de su época: los niños, los pobres y los jóvenes, con quienes se permitía hablar de una vida sumida en el desconcierto y el dolor, pero caminante en la esperanza y el renacer. Peregrina más allá de la vida, quien caminando ya de la mano del Señor, nos permitió acompañarla en sus diversas estancias, paradas, descansos, que nos clama ser a su ejemplo “mujeres caminantes incansables, desplegando sus vidas por amor”. En este tiempo en que nos encontramos “peregrinando” como Magdalena Sofía, hacia nuestro Capítulo 2016, que sepamos agradecer y “celebrar lo que Dios ha ido realizando entre nosotras”, con el llamado a ser mujeres seguidoras y sembradoras de ese camino andado, recordando que tenemos la responsabilidad de sabernos mirar y tocar desde nuestras entrañas, para engendrar nuevas vidas y agradecer por ese don que nos ha sido concedido… “Ser mujeres que aman...” y que comparten ese amor, como bien refleja la imagen de esta niña, que deja sentir y fluir esa pasión por el otro, su capacidad de amar y sentirse amada.