Chasqui Perú Año 40 – 342 Noviembre 2011
“Como mujeres enraizadas en el Corazón de Cristo, reafirmamos que nuestra herencia contemplativa, brota de una exigencia de amor que el Espíritu ha grabado en nuestros corazones.” (Const. 24)
Noviembre, es un mes doblemente especial para las Religiosas del Sagrado Corazón, hacemos memoria del nacimiento de la Sociedad, y celebramos junto con Filipina Duchesne, las obras grandes que Dios ha hecho en nuestra vida e historia. Reactualizamos la alianza pactada entre Dios y Sofía, agradecemos a la Virgen de la Sociedad, por ser testigo de este momento cumbre del amor gratuito del Corazón de Jesús, que se derrama en abundancia. La pequeña sociedad, el camino iniciado por Sofía, ha continuado con las huellas de pequeñas y grandes mujeres que encontraron en el corazón de Jesús, la fuerza y la esperanza, para dar respuestas responsables y creativas a la realidad. Sofía, dejó una gran herencia, nos vuelve hacia la mirada tierna y cercana de Jesús por la persona como única, reconociéndola valiosa, auténtica, fuerte, capaz de ser elemento de transformación de la realidad, testimonio vivo del evangelio en un mundo traspasado por el dolor y la esperanza. En el mundo y en el Perú de hoy, necesitamos formar personas, y especialmente a los jóvenes, para que hagan presente con todas sus fuerzas la cultura del amor, jóvenes interiores que encarnen los valores evangélicos, y den respuesta a la urgencia de vivir en una sociedad justa, abierta al diálogo, inclusiva, fraterna, solidaria, jóvenes que transformen la realidad, desde su propia experiencia de ser transformados por el amor, y vivan con convicción el ser portadores de vida en la vida de los demás. A lo largo de la historia de la Sociedad, desde las llamadas y prioridades que orientan la misión, seguimos buscando reavivar el don que hemos recibido, de descubrir y manifestar el amor de Dios, con nuestra vida totalmente contemplativa y totalmente apostólica. Pidámosle a Sofía, que la pequeña Sociedad, se renueve y permanezca fiel al Espíritu, y que sus hijas nos mantengamos atentas a las necesidades de nuestro tiempo y abiertas a los desafíos del futuro.