Expresiones

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OTRO MUNDO, OTRO MODO DE HABITARLO

Sara C. de la Fuente Guerrero

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scribir un poema –diría Borges– es practicar un acto de magia. Crear una obra, también. Decimos nosotros. No importa qué tipo de obra: significa atrapar una voz que va surgiendo cuando menos lo esperes. Una voz que se deja oír desde un lugar imprevisto, más allá del papel o el lienzo. Cuando una de las o los adolescentes toma el lápiz, empieza a crear eso que su mundo todavía no había formulado porque no tenía manera de decirlo. Las palabras y el arte dan forma a su propia experiencia. La creación le da forma a una verdad ignorada, profunda, escondida. A partir de ellas podemos construir otro mundo, otro modo de habitarlo; porque son al fin (y al principio y antes y siempre), como dijera Rainer María Rilke: Las obras de arte nacen siempre de quien ha afrontado el peligro, de quien ha ido hasta el extremo de la experiencia. Cuanto más se ve, cuanto más se crea; más propia, más personal, más única se hace una vida.

Aquí presentamos algunos materiales1 de su vida cotidiana... Historias de vida que han escrito, que han creado, las y los jóvenes de las Comunidades para Adolescentes en Conflicto con la Ley Penal. Su esfuerzo es invaluable, pero éste no sería posible sin el apoyo de todas nuestras redes, del personal operativo de las Comunidades y en especial de los talleristas. Porque de una acción a la otra, de una institución a la otra, de una persona a la otra… en comunidad, construimos una nueva mirada que les permitirá –a las y los adolescentes– comprender mejor su presente, incorporando nuevas herramientas para imaginar y estructurar su futuro; con la convicción de que a pesar de los errores cometidos, siempre tendrán la posibilidad de construir una vida mejor.

Licenciada en Historia por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM); estudió Letras y tiene una especialidad en Gestión Cultural. Trabajó en Museos del INAH. Ha publicado varios Folletos de divulgación de la historia titulados “Conoce tu Historia” del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH). Actualmente es Jefa de Investigación y Capacitación de la Dirección General de Tratamiento para Adolescentes. Contacto: saracdelafuente@gmail.com. 1

Las imágenes que se presentan fueron tomadas por Juan Rosas.

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Semblanzas

Juan Rosas § Dormitorio 2.

¿Qué es más real?, ¿aquello que vemos o las imágenes que la memoria despierta para saber quiénes somos?

Me sangra una experiencia más. Sufro. Kevin Eduardo P. E.

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El dolor del día: encerrado en la maldad me siento perdido en el mundo. Rodrigo O. C.

Hemos dejado de soñar. Quedamos atrapados en un mundo de violencia y tristeza. Es tiempo de mezclar la oscuridad y la luz, para nivelar este mundo y encontrar ese punto brillante en nuestra persona. Julio César L. G.


Confusión interna: odio y rencor en el corazón. Isai P. B.

Te conozco, no somos iguales. Construir por el placer de destruir. Jesús Miguel R.

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Me duele… porque me siento solo y no estoy con mi madre. Cristian V. B.

El payaso del arco iris, el payaso de la noche. Jesús Adrián M. J.

El sudor de mi corazón, corazón roto: tristeza, alegría y agonía. Casimiro L. S.

La distancia castiga lo bonito del día, lo malo de la noche. Jonathan C. E.


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Amor. Odio. Deseo. Alejandro A. G.

Digo tu nombre: maldad, alegría. Carlos Yael C. A.

Ojos que queman como el sol. Reflejos de demencia. José Eduardo G. G.

Busco la felicidad. Me siento triste, Necesito amor. Julio Pascual J. H.

Mi terquedad. Inseguridad. Felicidad. Tristeza. Dolor. José Nicolás Z. G.

El olor de la noche: la oscuridad de la calle. El dolor del mundo. Giovani M. F.


Buscando dónde encontrar (Cancionero de la CDIA) LA LIBERTAD NO TIENE PRECIO (Rock urbano) Dormitorio 2 Am La libertad no tiene precio Dm porque nadie la puede comprar Am E7 quisiera ser aire para estar en cualquier lugar. Am Quisiera tener un momento Dm para expresar mis sentimientos Am E7 Am como el viento se desliza por el mundo, oooo. Am Me gustaría ser un ave Dm para llegar a todas partes Am E7 sé que algún día yo saldré y podré besarte. Am Los días son eternos Dm y no llega mi libertad 7 Am E7 Am quisiera ser libre para poderte abrazar, oooo. C El tiempo pasa y yo sigo aquí E7 detrás de estas rejas no soy feliz Am E7 me asomo por la ventana cada mañana. El tiempo ... cada mañana. Am La libertad es como el sol Dm porque llega cada día

Am E7 cortas son las noches y largos son los días. Am Siempre soy libre en cualquier lugar Dm soy libre porque tengo a mi familia Am E7 a pesar de los errores de mi vida, oooo. El tiempo ... cada mañana X2. EN ESTA VIDA (Balada) Dormitorio 1 Am Dm Estar en la calle es la muerte para mí E Am mi familia es la felicidad Am Dm la libertad es alegría para mí E Am por amor a mi madre voy a cambiar. C G Mi novia es fundamental en mi vida Dm E la banda te olvida día con día. Am Dm En esta vida no hay amigos G la calle es un desierto E difícil de cruzar. Am Dm En esta vida no hay amigos G la vida es injusta E E7 no encuentro Am la felicidad.

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Am Dm La vida es muy difícil de vivir E Am pero con mi familia soy feliz Am Dm un tesoro que me ha regalado Dios E Am por el cual agradezco con amor.

A D Quiero estar con ustedes E A y sonreír como antes A D y aunque el amor es muy duro E A es mejor olvidar.

C G La calle es un río sin caminos Dm que no tiene destino E y se pierde el sentido.

Allá en la calle ... ser feliz.

En esta vida ... la felicidad. QUIERO SALIR DE AQUÍ (Rock) Dormitorio 4

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A D Quiero salir de aquí E A y estar con mi familia A D quiero sentirme contento E A como siempre lo he querido. Bm D Allá en la calle como antes E valorando mi libertad. Bm D Estoy aquí con la banda E echándole ganas y pensando. A E En mi morra tengo amor Bm D E y cariño para poder ser feliz. A E En mi madre tengo amor Bm D E y cariño para poder ser feliz.

LIBRE (Trova) Dormitorio 8 C G Am Quiero ser libre como una paloma C G Am me gustaría ser una gota de lluvia F C y caer fuera de este lugar G C el encierro me pone a pensar F C pero al final del día G C no fui tan libre como quería. C G Am Quiero ser aire para estar en cualquier lugar C G Am pido respeto por mi libertad F C porque me siento encerrado G C por las reglas de la sociedad F C la injusticia me tiene alejado G C de mi familia y mi realidad. C Bm Am Quisiera escaparme por siempre F G y estar lejos de este lugar C Bm Am tomar el camino correcto F G quiero mi vida cambiar


C Am Em quiero salir adelante F G se que lo puedo lograr C Am Em se que yo soy un guerrero F G mis metas puedo alcanzar. C Bm Am Y no recordar el pasado F G porque me hace sufrir C Bm Am no quiero estar encadenado F G no quiero morir aquí C Am Em la tristeza acompaña el camino F G hay veces que quiero llorar C Bm Am pero tengo la esperanza F G de a casa poder regresar. SOÑAR (Balada) Dormitorio 6 D El niño está libre para empezar una nueva vida él sólo pensaba que el tiempo no se acababa C G y pasaban los días D Em jugando con la vida C G D para ese niño era fácil soñar. D Pasaron los años y el niño creció sin el amor de sus padres su corazón se endureció C G por dentro gritaba D Em el dolor que había pasado

C G D el sólo quería soñar. C G Soñaba despierto D Em con la ilusión de encontrar un amor C G D pero su corazón se lo impedía C G D por lo dura que había sido la vida con él. C G Soñaba despierto D Em con la ilusión de encontrar un amor C G D pero su corazón gritaba de dolor C G D por lo dura que había sido la vida con él. D En la agonía sostuvo su último aliento y el sólo quería empezar una nueva vida C G como el niño inocente D Em que algún día fue C G D cuando era fácil soñar. Soñaba despierto… la vida con él. CONTIGO A LAS ESTRELLAS Dormitorio 8 Caminando en este mundo mirando a mi alrededor buscando donde encontrar tu corazón. Lleno de felicidad y de tanta ilusión quisiera estar a tu lado y compartir nuestro amor. En los días de verano caminar por la ciudad

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agarrados de la mano y decir cuánto te amo. Viajaré contigo a las estrellas te llevaré a un lugar sensacional viajaré contigo a las estrellas te llevaré donde me puedas amar. Mirándote a los ojos te quisiera enamorar tomarte de la mano y besarte sin parar. Tal vez te suene cursi pero es la realidad que te extraño y que te amo es la pura verdad.

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Y solamente quiero dedicarte esta canción para demostrarte cuánto te amo yo. Viajaré …. me puedes amar. LA LIBERTAD (Rock Steady) Dormitorio 5 Am Siempre está presente Dm siempre está ahí G la libertad C que no sabemos apreciar. Am La libertad Dm puede estar en cualquier parte G sólo tienes que buscar C en la incógnita de tu mente.

Am Atrapado en estas cuatro paredes Dm ni me impide imaginar G somos libres de escoger C somos libres de expresar. Am Atrapado en estas cuatro redes Dm ni me impide escapar G con mi sombra C me siento acompañado en este lugar. G La vida se apaga en un instante C como la flama de una vela G disfruta del tiempo que te queda B7 E7 Am porque la vida es corta y no regresa, Dm la libertad. Am Tu puedes ser mejor Dm mejor el día de hoy G C y mejorar tu situación. Am Ahora que estás mejor Dm podrás salir de esta prisión G C que no te deja ser libre en tu interior Am En la tristeza Dm me pongo a reflexionar G C las cosas buenas de la libertad


Am Yo soy de los que piensan Dm que la libertad G no se puede quitar C sólo la puedes dar. La vida se apaga ... la libertad Uoooo

Poemas GOTEANDO

Libertad que buscamos en los cielos. En la calle: prisionero de tus ojos. Pasear con tus sueños en mis manos. Llorar con la luna a mi lado. José Eduardo G.G. Se revuelve y estalla nuestro barco, oigo solo el silencio, hoja tras hoja de oro, partir, volver, así se despiertan entre árboles y sólo hay un mundo y una vida. Gabriel R. E. La vida en todos lados. La muerte o la destrucción. El canto del mundo. Amaury Alberto R. Y.

Se desliza la cresta de la noche, largo es el camino, el tiempo fatigoso, por el camino del mar llegan los hombres, signos de luz, el tiempo absorbe y la vida sigue: cuentas claras. José Eduardo G.G. Libertad en las nubes. Respirar el aire, sentirse libre. Estar encerrado. Fernando Pérez Andrade. Quiero alas para volar hacia ustedes y estoy como un limón agrio, luego estoy como azúcar: mi corazón los extraña. José Alberto R. G

Gritos que no se escuchan. Árboles se rompen. Aves que pasean, pasos impulsivos. El aire que se escapa. José Eduardo G.G.

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¡¿DISCRIMINAR, YO?! ¡PARA NADA!

Laura Guadalupe – ¿Discriminación? Es cuando haces a un lado a una persona. . . cuando la evitas. – La discriminación se da en todas partes, no sólo aquí en la Comunidad. – Mira, aquí en la Comunidad, el primer gesto de discriminación se da con una mirada. . . cuando ven a alguien y voltean los ojos hacia otro lado para evitarla. – Discriminación. . . una palabra llena de odio. Todos alguna vez la hemos sufrido. – A mí me evitaban porque antes me vestía como hombre. . . – Cuando yo estaba en segundo de Primaria y llevaba mis zapatos rotos, todos me hacían a un lado y sentía súper feo.

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stas son algunas opiniones que conseguí para realizar una investigación sobre la discriminación. Me interesó este tema cuando una mañana al entrar al dormitorio me percaté de que todo el grupo estaba muy callado y era algo sospechoso. Mi primera reacción fue ponerme a la defensiva, pues pensé que planeaban algo contra mí, pero más tarde supe que pasarían a una chava de Observación al área de Diagnóstico, donde actualmente me encuentro. Cuando la chava llegó, mis compañeras la miraban con asco. . . la evitaban. Entonces recordé que recién que llegó a la comunidad, le cortaron el pelo y le pusieron una cofia, ¡padecía de pediculosis! O para que me entiendan, tenía piojos. Nadie le hablaba, se alejaban de donde ella se encontraba. . . era tal el desprecio que mostraban, que sentí pena ajena. Si la habían trasladado con nosotras era porque las doctoras del centro la habían dado de alta y ya no tenía piojos. ¡Estaba limpia! La discriminación hacia ella me afectaba mucho, principalmente porque no se defendía, no les ponía un alto, y yo me enojaba más y más. Por más que intentaba, no podía explicarme su actitud. Simplemente, no la comprendía. Lo que menos quería era meterme en problemas, pero también quería ayudarla y, al mismo tiempo, ayudar a las chavas para que, antes de hacer cualquier comentario cruel, reflexionen sobre ellas mismas. Así fue como inicié mi investigación, más que nada me interesaba saber cómo ayudar a disminuir la discriminación en la Comunidad. 17 años.


–La discriminación desaparecería sólo si las chavas fueran unidas y, en lugar de criticar,apoyaran a sus compañeras. –Sí,pero también es importante buscar el origen del problema; que hablemos con las chavas y evitar que se aíslen de las demás. –Si quieres apoyar a la gente que es discriminada,debes empezar por no hacer lo que hacen las demás. . . acércate a esa persona,ayúdala a disminuir su baja autoestima. –¿Acercarme a el la? ¿Cómo? –Platica con el la,hazla sentir bien. Demuéstrale que alguien la apoya, que no está sola. Escuchando a la trabajadora social y a las guías técnicas todo parece muy fácil, sí, platicar con la compañera discriminada y hacerla sentir apoyada; pero, cuando estás encerrada en un lugar como éste, todo es distinto. –Mira,la baja autoestima depende de uno,y la persona que se deja discriminar es tonta. –No hay manera en que puedas evitar la discriminación. Cuando yo fui discriminada,simplemente no les hice caso. –Sí,aquí en la Comunidad hay casos así. . . Sé en quien estás pensando. A mí me molesta que alguna compañeras sean tan abusivas,pero el problema es que si no dices que te están discriminando nunca se va acabar. . . hay que denunciar. Algunas de las compañeras ni siquiera escucharon mis preguntas, por increíble que parezca, no les interesó el tema. ¿Tal vez porque ellas discriminan?, o ¿han sido discriminadas?, o ¿podría ser que ya han perdido la esperanza? No lo sé, todas las personas con las que hablé me dieron distintas opiniones o se negaron a participar; pero, lo que sí es cierto, es que al preguntar sobre la pediculosis, todas sabían que se trataba de “tener piojos” y todas coincidieron en que era un problema de higiene y, aunque sea asqueroso, para evitar el contagio, hay que tener cuidado y taparse la cabeza. Todas las chavas ahí saben que teniendo cuidado los piojos no se contagian, pero nadie cree que la discriminación pueda evitarse. ¿Increíble, verdad? La discriminación empezó por los piojos. Yo jamás he tenido piojos, pero, al igual que mi compañera, he sido víctima de discriminación: cuando ingresé a la Comunidad me hacían a un lado por el simple hecho de que tomaba medicamentos psiquiátricos, eso bastó para que me juzgaran como “la loca”. Nadie se acercó a mí para preguntarme por qué lo hacía. Si cualquiera de ellas lo hubiera hecho, yo le habrían confesado que sufrían una gran depresión. Por eso sé cómo se sienten las personas que son discriminadas. Haber pasado por lo mismo no me da derecho para juzgar a otros; al contrario, si está en mis manos poder ayudarla, pues, ¡qué mejor!, ¿no creen? En una sociedad tan abierta como en la que vivimos, no es lógico que se maneje la discriminación. Debe caber la prudencia en nosotros, los mexicanos. Tal vez no podemos evitar la discriminación, pero sí podemos controlarla. No todos nos van a caer bien; pero tenemos que aprender que no por el simple hecho de que alguien me caiga mal, puedo ofenderla con cosas que le lastimen. Estando aquí he aprendido que las palabras lastiman más que un golpe y que la discriminación afecta a la persona, a la sociedad. No sé si mi compañía alivie la tristeza de mi compañera discriminada, pero tal vez juntas logremos transmitir en otras una nueva forma de convivencia: una en la que, aunque tengamos nuestras diferencias, seamos capaces de darle mayor valor a lo que tenemos en común: la humanidad.

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MI ENCUENTRO CONMIGO MISMA

Rosa María Dicen por ahí que en el hospital y en la cárcel se conoce a los amigos, yo soy la muestra de que es cierto. En un año ocho meses mi familia sólo ha venido tres veces a visitarme. La verdad me duele su ausencia. No sé que piensen ellos de mí, pero presiento que les importa más lo que la gente opina.

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e niña, la relación con mis papás no era tan buena, pero conforme fui creciendo se convirtieron en mis mejores amigos; más mi mamá ¡la quiero mucho! Es una mujer fuerte, humilde, cariñosa y respetuosa. Cuando ella estaba triste, me angustiaba y hacía lo imposible por verla sonreír. Mamá no era feliz con mi papá, yo lo sabía, pero nunca lo comenté con ninguno de mis siete hermanos. Mi hermana Victoria es madre soltera de dos hijos a quienes yo cuidaba y por eso me salí de estudiar. Me hacía feliz estar con ellos, me sentía como su madre, incluso cuando me decían mamá yo sentía un orgullo enorme. Cuando la niña empezó a caminar y el niño a hablar, Vicky me invitó a trabajar a la Ciudad de México. Al principio no acepté. . . tenía miedo de no saber trabajar y comencé a tener problemas con ella. Un día me decidí y vine a la ciudad a trabajar de niñera con unos judíos, el tiempo que cuidé a mis sobrinos me había dado la experiencia suficiente para hacer bien mi trabajo. Ellos eran muy estrictos, yo no entendía sus costumbres ¡y sus alimentos eran horribles! Tampoco podía salir a comprar comida que a mí me gustara y, aunque hubiera podido, no conocía la ciudad. Bajé mucho de peso porque no me alimentaba. Si alguna vez, más por hambre que por antojo, decidía comer con ellos, terminaba con náuseas y muy enferma. Ahí conocí a una chica llamada Brenda, quien tampoco se sentía a gusto, por lo que decidimos buscar un nuevo empleo. Brenda y yo teníamos experiencia y ganas de mejorar, pero no elegimos el lugar correcto. Después de tres días en nuestro nuevo trabajo, nos dimos cuenta de lo que y por querer salir de ahí es que hoy estoy aquí. 17 años.


Fui detenida el 11 de junio de 2011, en Michoacán. Me encontraba en la casa de Mauricio, mi novio, ¡él me apoyó mucho! Fui trasladada a la Ciudad de México. A lo largo del camino trataba de mantener la calma, pero dentro de mí se desató una tormenta de sensaciones: frío, miedo a lo desconocido, angustia. Repetía una y otra vez las palabras que no dije. . . las emociones vividas. “Última parada: la Comunidad para Mujeres”, fue como entrar a un terreno extraño, ¡sufrí como nunca! Jamás me imaginé estar en un lugar como éste. Mientras caminaba, siguiendo las órdenes que me indicaban, pensé que una vez adentro sufriría golpes y abusos. . . ¡Pero no fue así! Mientras escuchaba mi sentencia sólo deseaba desaparecer, no creía soportar todo ese tiempo, los días y las horas se me hacían eternas; pasaban un día tras otro y sentía que nadie estaba tan sola como yo. . . quería suicidarme. Entonces pasó lo inevitable, al estar tan sola comencé a voltear a verme: observé mis manos, pequeñas y débiles que apenas tuvieron fuerza para tomar una pluma y escribir; me miré por primera vez, descubrí que era diferente a las demás. . . observé con detenimiento cada detalle: mi color de piel, mi pelo largo pero muy opaco (creo que por el sufrimiento). Sentía muerto mi cuerpo por haber perdido mi libertad. Creo que soy muy pequeña para conocer este tipo de lugares de encierro, tristeza, soledad, egoísmo y odio. Pronto me di cuenta de que no lograba ser una persona como las demás compañeras. Me miraban con desconfianza, pero a hurtadillas me estudiaban con cuidado como si no quisieran perder detalle de mí. Recuerdo cómo hacían comentarios hirientes acerca de que era diferente por ser de otro estado, no se detenían ni por el hecho de que yo las miraba. . . ¡No! Para ellas yo no encajaba en su círculo, sólo me vieron como una “extraña”, ni siquiera me dieron la oportunidad de acercarme. Ellas marcaron una barrera infranqueable entre nosotras. A la soledad que me ahogaba desde el día de mi sentencia, se sumaba ahora el sentirme discriminada, abandonada. . . ¡Adelgacé aún más! Me mostraba tímida y temerosa, sentí tantos dolores en el alma y el corazón. A veces lograba identificar mis emociones, principalmente la tristeza profunda en la que vivía; otras no eran tan claras y, sin embargo, carcomían mi alma. Me preguntaba: ¿qué criticaban de mí?, ¿qué tenía que hacer para que me aceptarán?, ¿tendría que cumplir mi sentencia no sólo sin libertad sino completamente sola, relegada? Las horas pasaban con la lentitud que da el encierro y la tristeza marcaba el paso de mis días, hasta que mi soledad fue derrotada con la llegada de mi gran amiga, Leslie. Con ella descubrí que aun en este aislamiento es posible encontrar la verdadera amistad. Puedo reconstruir exactamente las palabras con que Leslie me abrió los ojos para ubicar mi posición en este lugar: Mira tu entorno con cuidado. . . mira a quienes tienes enfrente. . . mira todas esas personas que te critican. . . ¿puedes verlo? ¡No son tan diferentes!, ¡verdad Primero piensan en ti, en quién eres!

¿Quién soy?. . . Esa frase me hizo suspirar como nunca lo había hecho. Leslie debió notar algo porque continuó diciendo: Ten cuidado, no quieras descubrirte en una

solo momento. . . ten paciencia, no importa el tiempo que te lleves, será tu experiencia y no olvides que en todo momento debes respetarte, ¡nunca lo olvides! Para ganarte el respecto de lo demás, tienes que respetarte primero tú misma.

Confieso que algunos de sus consejos me parecieron un discurso trillado, pero, tal vez porque me lo decía una gran amiga o simplemente porque sentía que tenía razón, lo cierto es que ese discurso me dio la pauta para aceptarme como soy: distinta porque no pienso ni actúo como las otras, pero hoy sé que eso no tiene nada de malo. Poco a poco me he ido adaptado a los alimentos que antes rechazaba, pero sé que antes rechazaba, pero sé que necesito ingerirlos si deseo conservar mi salud.

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Ha sido un periodo de reflexión, de encuentro conmigo misma, de aceptación. Al principio no tuve problemas para familiarizarme con las demás personas. A veces me molestaban, pero ya no me afectaba, pues había tomado la decisión de hacer mío este lugar y retarlo día a día en el área en la que me encontrara. Aún siento mucho miedo, no sé lo que ocurrirá de hoy en adelante. Me doy cuenta de que puedo superarme, desarrollarme y eso me hace sonreírle a la vida; entonces me emociono pensando que ¡tengo posibilidades para vivir! Hoy sé que debo armarme de valor, luchar por lo que quiero y, sobre todo, seguir conviviendo con las otras: pero con la certeza de que ser diferente no me hace invisible porque hoy sé quién soy y me acepto con todas mis contradicciones. Hoy sé que tengo virtudes y defectos, aciertos y desaciertos. Hoy me doy cuenta de que no me han respetado y que había sido humillada de muchas maneras. Comencé a reflexionar sobre mi soledad y abandono, me di cuenta que tengo aún muchas cosas pendientes y resolví que no me quiero conformo con lo que hice ni con lo que falta por hacer. Hoy sé que tomaré todas las oportunidades que este lugar me da y resolveré algunas carencias en mi vida.

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