Yucatán Magazine: at Home / No. 3 / The Color Issue

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En Casa “Compramos la mayoría de nuestra colección directamente con los artistas”, dice John Venator, un ejecutivo jubilado de Chicago, quien junto con su esposa ha coleccionado piezas por más de 35 años. Los Venator encontraron su hogar en Yucatán hace más de 20 años, después de una prolongada búsqueda en Mérida y Valladolid. Fue la ausencia de ruidosos autobuses lo que los llevó a elegir finalmente a Valladolid, una ciudad mucho más pequeña y tranquila. Aún recuerda la primera vez que vio la propiedad. En el camino a un almuerzo pasó junto a la casa la cual portaba un gran letrero de “se vende” y un número de teléfono con lada de Mérida. Llamó y les contestó “un abogado de avanzada edad de una cliente de aún más avanzada edad que había heredado la casa”, recuerda John. Después de recorrer el gran terreno de 1,700 metros cuadrados el cual se encontraba en ruinas, llamó para decirle a su esposa: “Es grande, maravillosa y muy espaciosa. Tiene un patio central enorme, los tres cuartos tienen cinco metros de ancho y los techos tienen ocho de alto. Ella dijo: “Por lo que me dices, me parece que a los dos nos encanta, haz una oferta”. Los Venator contrataron a William Ramirez Pizarro como arquitecto, después de saber que él había estado involucrado en la restauración de la Hacienda Xcanatún, un hermoso resort al norte de Mérida. “Me temía que sería un carísimo arquitecto de la Ciudad de México. Pero resultó ser una joven pareja conformada por William Ramirez y su esposa”, recuerda John. Bajo instrucciones de John, Ramirez estuvo de acuerdo con la idea de que la casa pareciera “como si fuera una remodelación de una casa de Luis Barragán”. El proyecto tardó ocho años — en parte porque la realizaron a pagos por destajo, y en

Casa de los Venados tiene mucho espacio para entretener multitudes.

parte también porque los Venator aún estaban muy ocupados en Chicago, solo viajando de vez en cuando a su casa vacacional en Cancún. “Fue un proyecto verdaderamente enorme, tomó mucho más tiempo de lo que pensamos”, comenta John. Pero la casa pasó lentamente a ser una válvula de escape para su atareada carrera como presidente y CEO de una asociación de comercio internacional. “Pasé gran parte de mi vida, casi 20 años en aviones. Me perdí de aniversarios, navidades, pascuas, días de acción de gracias y cumpleaños de mi esposa…” dice John. Los Venator han dejado atrás completa-

mente Estados Unidos y Cancún. Pero sus vidas no han dejado de estar ocupadas. “Nunca fue nuestra intención que este lugar se volviera un escenario para conciertos o recinto para recaudar fondos para caridades,” dice John “La casa lo hizo por sí misma”. La Casa de los Venados solicita a sus visitantes realizar una donación de al menos 100 pesos, los cuales se destinan a caridades locales. También está equipada con una cocina profesional y está disponible para eventos privados. Los tours son en inglés y español. Calle 40, 204. Teléfono: 985-856 2289, correo electrónico: javenator1@ gmail.com.


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