El caminar por la vida nos va permitiendo lograr alcanzar algunas de las metas, sueños y objetivos que nos hemos planteado, pero así como algunos son alcanzados otros sólo quedan como meras intenciones, esto a pesar del esfuerzo impreso en alcanzar lo que se quería.
Independientemente de alcanzar o no lo propuesto, el sólo hecho de intentarlo genera en nosotros cambios, a veces imperceptibles pero que con el tiempo se vuelven claros, visibles, palpables. Esos cambios tienen que ver con el conocimiento, las habilidades, las actitudes y los valores que vamos adquiriendo, reforzando.
Visto de esta forma luchar por conseguir lo que nos hemos propuesto, aunque no alcance lo que nos hemos establecido, permite conseguir otra meta, incluso más permanente: la de nuestra mejora como persona.