Liderazgo Emprendedor

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Liderazgo Emprendedurismo Motivaci贸n


INDICE

¡SALUDOS! ..................................................................................................... 1 1. Lucha por tus sueños, sino otro los conquistará ............................. 2 2. Los obstáculos solo existen para demostrarte que no tienes límites .............................................................................................................. 5 3. ¿Ves todo lo que a veces has logrado sin proponértelo?, ¡ahora imagínate si te lo propusieras! ........................................................... 8 4. En la lucha nos es permitido tomar un descanso, ¡pero nunca claudicar de conseguir nuestras metas! ........................................... 11 5. ¡Gracias a Dios no existía el ISO! ....................................................... 15 6. Todo en nuestro cuerpo, alma y mente está hecho para ir adelante 20 7. Establece bien tus metas para que no sigas metas ajenas ............. 23 8. Recuerda: no hay oscuridad tan grande que no ceda ante una simple vela. Tus sueños por pequeños que sean pueden llevarte a grandes cosas .................................................................................................... 26 9. ¿Que quieres arreglar el mundo? Excelente... ¿pero qué tal si comienzas por mejorar el pequeño mundo que eres tú mismo? .... 29 10. Un líder nunca exige de sus seguidores más de lo que él mismo da, pero si les exige más de lo que ellos pueden dar............................. 31 11. Como dice en algunos espejos retrovisores de autos: "las cosas están más cerca de lo que parecen" ............................................................ 33 12. Hay algo que nadie nunca te podrán quitar y es la capacidad y responsabilidad de tomar tus propias decisiones ........................... 36 13. comprometen, son nuestras acciones las que nos definen ............ 38 14. Solo un trabajo honesto es productivo, solo un servicio solidario es fructífero, y solo una calidad que exceda lo esperado es justa ...... 40 15. No hay pretexto: Si puedes hacerlo, hazlo, y si no !al menos inténtalo! .............................................................................................................. 42 16. No somos eternos, ¿por qué desperdiciar el tiempo como si lo fuéramos? ............................................................................................ 45


17. El éxito es la combinación de constancia, disciplina y mucha, ¡pero mucha pasión! ..................................................................................... 47 18. Si ves a un triunfador, verás una persona que se ha levantado tantas veces como se ha caído, y sigue de pie ............................................ 49 19. Nadie ha cruzado la meta sin haber tenido que dar el último paso 52 20. Así como el auto necesita gasolina para avanzar, así tus metas necesitan de tus acciones cotidianas para ser alcanzadas............. 54 21. Tus metas son alcanzables; veras: extiende tu mano a ellas, ¿ves como es que ya están más cerca? ..................................................... 57 22. No hay mejor recompensa que la satisfacción por un trabajo bien hecho .................................................................................................... 59 23. Mientras más factores externos sean los que inciden en tus decisiones, menos dueño de las mismas eres ................................. 61 24. La vida no es algo que se nos da cuando se nace, sino algo que debemos de ganarnos día a día con el fragor de la batalla cotidiana 64 25. El quedarte sentado solo hará que más pasos te separen de tu meta 66 26. Comienza intentándolo… terminarás lográndolo ............................. 68 27. Tus sueños se alimentan de esperanza, tus logros de acciones .... 70 28. Qué curioso: cien errores te pueden conducir a un gran acierto, ¡nunca dejes de intentarlo! ................................................................. 72 29. Sin objetivos ni estrategias llegaras a cualquier lugar, menos a donde querías .................................................................................................. 74 30. Establecer un propósito le da sentido a nuestras acciones y permite focalizar nuestros esfuerzos y recursos ........................................... 76 31. Cuando se disfruta el camino no hay propiamente un esfuerzo sino un disfrute en cada paso .......................................................................... 78 32. La trascendencia tiene que ver con lo que ahorita estás haciendo, ¿cómo quieres que se te recuerde? .................................................. 81 33. Cada paso que das te acerca o te aleja de tu objetivo, piénsalo muy bien y !actúa! ....................................................................................... 84


34. Servicio es entender y aceptar que en muchas ocasiones tú serás quien haga el camino, pero otro quien lo recorrerá ......................... 87 35. Cuando uno tiene bien claras sus metas y sus valores, es mucho más difícil perder el rumbo ......................................................................... 89 36. Mejor contar aquellos pequeños logros que en el andar se han obtenido en vez de contemplar lo que aún no se obtiene ............... 91 37. Éxito no solo es lograr una meta, sino también saberte mejor que cuando comenzaste tu andar ............................................................. 93 38. Desdeñar la educación es como subirse a un bote y rechazar los remos .................................................................................................... 95 39. De cada caída solo hay una pregunta que tiene sentido: ¿qué puedo aprender de esto?................................................................................ 98 40. Comprobado: Tus pensamientos pueden hacerse realidad… !siempre y cuando pongas acción en ello! ....................................................... 101 41. Si las metas valiosas pudieran obtenerse con un esfuerzo mínimo, no sucedería el milagro de forjar nuestro carácter ................................ 104 PALABRAS FINALES ..................................................................................... 106 PRÓXIMA PUBLICACIÓN ............................................................................... 107 ACERCA DEL AUTOR .................................................................................... 109


¡SALUDOS!

"Los mismos ángeles nos envidian". Cuando escuché esta frase -hace tiempo ya diría en mi defensa- me metí en una discusión de si los ángeles, dada su perfección, podían sentir envidia, peor aún de nosotros cuando ellos no tenían problemas, no enfrentaban dudas y su perfección era plena. Lo que no vi en su momento es que no se trataba de una aseveración teológica sino de una reflexión filosófica, más exactamente una reflexión existencial, del increíble potencial que tenemos los humanos. Las personas somos capaces de las acciones más ruines y abyectas pero también de los actos más heroicos e inspiradores. Podemos experimentar las mieles del éxito, pero también la amargura de la derrota. Nos podemos caer no cien, ni mil sino millones de veces y volver a ponernos de pie. Podemos amar, odiar, reír, llorar, ganar, perder, vivir y morir. Como personas tenemos un potencial increíble, un potencial que se desarrolla de manera única y particular en la vida de cada uno de nosotros. Ciertamente no tenemos una guía de cómo vivirla, pero si vemos un plan detrás de toda nuestra existencia, un plan trascendente que comienza con nuestros pasos en la tierra pero tiene su destino en el fulgor de las estrellas. De eso trata este libro, de ese andar que todos experimentamos en nuestra existencia. Con un enfoque de liderazgo, emprendedurismo y motivación, este libro contiene reflexiones, vivencias, ejercicios, análisis que nos permiten ese alto en el camino para valorar lo que hemos conseguido y para motivar la esperanza de lo que podemos conseguir. Cada artículo va acompañado de un video que replica lo escrito pero de una manera más gráfica e interactiva. ¿Acaso la idea de este libro es enseñar, es instruir, es educar? Para nada. Todos somos alumnos en este largo andar por la vida así que la intención de este libro es más que nada compartir y si en ese compartir puedes encontrar algo de valor recuerda que no has hecho nada más que encontrar algo valioso que cuya simiente ya traías en tu interior. Sigamos caminando viviendo cada día como el milagro maravilloso que es, transformándonos en los seres de luz que estamos llamados a ser, sabiendo que nuestros pasos retumban en la eternidad y entendiendo que por todo ello "los mismos ángeles nos envidian". 1


Lucha por tus sueños, sino otro los conquistará El término de liderazgo hace referencia a la capacidad que se tiene para influir en los demás de tal forma que los esfuerzos se encaucen hacia la consecución de un fin común, pero existe otra definición de liderazgo que al menos yo utilizo en mis cursos y conferencias y que es la del liderazgo personal, y esa es la capacidad que tiene cada quien de decidir por sí mismo respecto de su propia vida. En un mundo donde se han ido conquistando cada vez más libertades, hablar de liderazgo personal suene redundante, después de todo, ¿quién más va a decidir por uno respecto de nuestra propia vida?, pero la cuestión no es tan sencilla. El liderazgo está relacionado íntimamente con la voluntad, y la voluntad con el carácter. Aunque uno tiene una pre-personalidad con la que se nace, ésta se va forjando a lo largo de la vida, y con nuestras acciones y decisiones va madurando, creando nuestro carácter y nuestra voluntad, siendo que estos dos nos facultan a tomar las decisiones de nuestra vida. Quien decide es siempre el líder, así que, ¿quién es el líder en tu vida? Piensa esto, mientras más factores externos sean los que inciden en tus decisiones, menos dueño de las mismas eres y por lo tanto menos líder de tu propia existencia. En una ocasión le pedí a un grupo de ejecutivos que hiciera una lista con las tres principales motivaciones para realizar su trabajo, ¡todas resultaron ser factores externos a ellos! Las metas de la empresa, el dinero y los bonos, el temor al despido, etc., ¡todos son factores externos!, ¿y qué significa esto?, que si en tu 2


vida los principales factores que inciden en las decisiones son externos entonces son otros los que tienen las riendas de tu vida, son otros los que deciden por ti, y son otros los que están viviendo tu vida. Seamos prácticos, tenemos necesidades, tenemos obligaciones, siempre habrá factores externos que nos empujen en tal o cual dirección, eso es innegable, pero en medio de eso debemos luchar porque nuestras motivaciones personales de logro y superación, nuestros sueños pues, ocupen sitios prioritarios para compensar en cierta forma esa presión externa y luchar por liderar nuestra vida. Una frase que repito en mis conferencias es que la vida no es algo que se nos da cuando se nace, sino algo que debemos de ganarnos día a día con el fragor de la batalla cotidiana. ¿Qué tienes que trabajar en tal o cual cosa pero te gusta pintar, bailar, escribir o lo que sea y a veces no se compagina esto? Pues tienes dos opciones: o te haces profesional en aquello que te gusta para compaginar tus sueños con tu profesión, o buscas las formas y los espacios día con día para cuidar y abonar tus sueños. ¡Ah!, hay una tercera opción, buscar en las mismas obligaciones diarias que tienes las motivaciones personales para cumplirlas. Por ejemplo, en el ejemplo de los ejecutivos dado al inicio, después de una serie de ejercicios y reflexiones, pudieron encontrar motivaciones personales que compaginaran con su trabajo, como el de superarse constantemente o explotar su creatividad como parte del mismo. ¿Por dónde empezar? Primero, para las tres áreas principales de tu vida (escuela, trabajo, familia, amigos, novia, etc.) pon debajo de cada una los tres principales factores que te hacen actuar en cada una de esas áreas; segundo, revisa esos factores y si el enfoque es externo y reactivo (por ejemplo: "necesidad de aceptación"), trata de re-redactarlo de manera personal y activa (mismo ejemplo: 3


"deseo de compartir con los demás mi vida y mi experiencia"); por último en tercer lugar, haz una lista de tus tres principales sueños que son solo tuyos y que no caben en ningún área común de tu vida y comprométete a dedicarles cada día al menos cinco minuto en buscarlos y realizarlos. El liderazgo personal es verte y hacerte dueño de tu propia vida: piensa por ti, siente por ti, vive por ti, y cuando estés un paso adelante de alguien más, voltea y tiéndele la mano para que, como líder de tu propia vida, puedas darle a otra persona el liderazgo de la suya, pues no hay mejor regalo que puedas darle a alguien que el de la libertad, y solo quien es dueño de sí mismo a través del liderazgo personal puede pensarse, sentirse y vivirse libre.

Este artículo puede verse en video en http://bit.ly/okoqno

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Los obstáculos solo existen para demostrarte que no tienes límites ¿Cuántas veces en nuestra vida nos hemos enfrentado

a

obstáculos

que

parecen

prácticamente inalcanzables solo para vernos después

conquistándolos?,

peor

aún,

¿qué

hubiera pasado si a la primera de cambio hubiéramos dejado de intentarlo? Si los obstáculos fueran razón para desistir de algo, ¿qué sería de la vida?, ¿qué hubiera sido de la historia? El maestro de Beethoven lo declaró en su momento un caso perdido como compositor; el maestro de Enrico Caruso, uno de los más grandes cantantes de ópera, decía que no tenía voz y que no sabía cantar; los maestros de Charles Darwin lo consideraban un chico ordinario por debajo del promedio intelectual; el editor de un periódico despidió a Walt Disney, cuando apenas empezaba su carrera, por falta de ideas. Los maestros de Thomas Edison decían que era demasiado estúpido para aprender cualquier cosa; el maestro de Albert Einstein lo describió en su momento como mentalmente lento, insociable y con sueños absurdos, de hecho en 1905 la Universidad de Berno le rechazó una disertación doctoral por considerarla irrelevante e irreal; del gran escultor Rodín se decía que era el peor alumno de la escuela, de hecho los “expertos” rechazaron tres veces su solicitud de admisión a la escuela de arte; a León Tolstoí, autor de “La Guerra y la Paz”, lo obligaron a abandonar la escuela ya que los “eruditos” lo consideraban completamente incapaz de aprender. Los obstáculos existen, son reales, lo único que no es real es la percepción que de ellos tenemos, esa es subjetiva y está en función de nosotros mismos. Pensemos en esto: un obstáculo se define como tal solo y cuando creemos que requeriremos de una gran reserva de fuerzas para conquistarlo. Para ninguno de nosotros, ya jóvenes y adultos, una escalera se vuelve un obstáculo, ¿pero qué tal para un niño 5


de uno o dos años?, es algo prácticamente insalvable. ¿Qué quiere decir eso?, que la definición de nuestra personalidad va a estar en la vida en función de lo que consideremos realmente un obstáculo. Es un hecho que conforme crecemos lo que considerábamos obstáculos dejan de serlo y los retos que nos planteamos se convierten cada vez en más ambiciosos, así es la vida, y la manera en que enfrentemos esto es la que definirá el carácter en nuestra personalidad. Cuando hablamos de obstáculos hablamos de una relación fuerzas-retos, pero más interesante aún, la percepción que de ello tenemos. El obstáculo podrá seguir existiendo, eso no lo podemos cambiar, lo que sí podemos cambiar es la percepción que de él tenemos, lo cual nos pondrá en un uso eficiente de nuestros recursos. ¿Qué quiere decir esto?, simplemente que nuestra mente puede trabajar a nuestro favor o en contra nuestra. Yo creo que todos tenemos en mente actitudes propias o de conocidos ante problemas: cuando pesimistamente se dan por vencidos es mucho más difícil conquistar los retos que cuando se muestra una actitud de lucha y optimismo. Hay un ejercicio que me gusta efectuar: se le pide a un grupo de gente que trabaje dos columnas, en una columna escriben los tres más grandes obstáculos que creían insalvables en su vida, y en la otra escriben el por qué los consideraban insalvables (se les pide que sean muy explícitos en este punto), y una vez que han hecho esto se les pide que lo lean en silencio y luego se les hace la pregunta "¿qué pasó?, por lo visto tenias el problema muy bien analizado y creías no lo conquistarías, entonces ¿qué paso?". La conclusión es sencilla: la percepción de cada uno era la que hacía ver esos obstáculos tan enormes que parecían que serían ellos los que triunfarían. Cuando uno conquista un obstáculo, en realidad se conquista a sí mismo, a sus miedos, a sus mediocridades, a su corta visión; cada obstáculo conquistado por la 6


tenacidad, el valor y el coraje nos permite crecen como personas interior y exteriormente, nos da más recursos y herramientas para nuestra vida y nos permite una visión de nosotros mismos, de los demás y del mundo que nos rodea más amplia, profunda y trascendente. Es así como los obstáculos solo existen para demostrarte que no tienes límites

Este artículo puede verse en video en http://bit.ly/qtfPRk

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¿Ves todo lo que a veces has logrado sin proponértelo?, ¡ahora imagínate si te lo propusieras! Establecer un propósito, a parte que le da sentido a nuestras acciones, permite focalizar nuestros esfuerzos y nuestros recursos, es así que mientras más claro sea ese propósito más eficiente se volverán nuestras acciones en función de la consecución de la meta trazada. La vida constantemente nos da sorpresas, ¿cuántos casos conocemos de gente que realmente nunca pensó lograr las cosas que ahora han logrado?, por ejemplo cuando Davis creó a Garfield nunca pensó llegaría a tener tanto éxito, o el caso de J. K. Rowling, creadora de Harry Potter y quien comenzó escribiendo cuentos para que sus hijos durmieran por las noches. Pero, ¿que no esos ejemplos nos dicen al contrario del tema de este artículo, que se pueden lograr cosas aún sin proponérnoslo? Al contrario, el tema de este artículo es ese: que puedes lograr cosas sin proponértelo, pero que cuando te lo propones serán mayores los logros. Los mismos ejemplos de David y Rowling nos dicen eso: su éxito inicial era no pensando, pero una vez que se tuvo el primer éxito vinieron una seria de acciones intencionadas que permitieron que "actualmente Garfield sea la tira con mayor difusión en Estados Unidos y en todo el mundo con más de 220 millones de lectores y publicada en más de 2,500 periódicos por todo el mundo" o que "desde el lanzamiento de la primera novela, Harry Potter y la piedra filosofal en 1997, la serie [de Rowling] logró una inmensa popularidad, críticas favorables y éxito comercial alrededor del mundo. Para diciembre de 2007, se habían vendido más de 400 millones de copias de los siete libros, los cuales han sido traducidos a más de 65 idiomas"

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De ambos ejemplos, más otros que pudiéramos traer a colación podemos ver un hilo conductor: un enorme gusto por lo que se hace, un gusto que podemos bien llamar amor o pasión, acompañado de estrategia con dirección. Sin ir tan lejos, en nuestra propia vida, ¿no podemos mencionar diez cosas que logramos sin proponérnoslas y que ahora en retrospectiva nos parece casi asombroso eso?, yo creo que este ejercicio no nos arrojaría diez sino veinte, o treinta, ¡o cuarenta! Lo anterior es como si la vida a cada rato nos gritará en nuestra propia cara que podemos lograr cosas aún más grandes, solo es cuestión de proponérnoslo. Ahora bien, es imposible ni tampoco sería sano, pretender controlar todos los aspectos de nuestra vida para poder así darles un propósito, pero caray, no hablamos de todos los aspectos sino al menos de aquellas metas que consideremos relevantes y trascendentes para nosotros: estudio, trabajo, familia, son algunos de los temas sobre los que podemos concentrar nuestra intensión de propósito, no con un afán controlador, porque eso solo traería frustración, sino con un afán de ser nosotros quienes pongamos nuestra voluntad (espíritu, mente y cuerpo) en el carril del logro de nuestras metas. Es en este punto donde debemos dejar clara la idea: las acciones que uno emprenda son para disfrutarse, cuando se disfruta el camino no hay propiamente un esfuerzo sino un disfrute en cada paso, por el contrario pretender lograr algo que ni nos gusta, ni nos llena, ni nos satisface solo traerá frustración. Ve lo que quieres lograr, aquello que despierta esa pasión, esa emoción, esa imaginación y ve por ello con propósito de acción, con rumbo de intención, y con alegría en el corazón. Técnicas para esto hay muchas: poner papeles con frases de ánimo o motivación, fotos o imágenes con lo que uno quiere lograr, o un calendario límite ("a más tardar en tal o cual fecha lograré esto") de acciones; lo importante es avanzar, 9


sentir que cada día la meta se acerca aunque sea un poco, en caso contrario revisar las acciones y ¿por qué no? ajustarlas. ¿Sabes que es lo mejor de trabajar con intención de propósito? que te darás cuenta que la magia de tu esfuerzo creador se suma a la increíble magia universal de la vida donde tus logros deseados se suman a los regalos que sin proponértelos seguirás recibiendo pues solo avanza quien camina, y solo camina quien busca, y solo busca quien dentro de sí mismo trae la fuerza para ello. Así que ¿qué esperas?, ve por tu vida, después de toso, ¿ves todo lo que a veces has logrado sin proponértelo?, ¡ahora imagínate si te lo propusieras!

Este artículo puede verse en video en http://bit.ly/rr8LxC

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En la lucha nos es permitido tomar un descanso, ¡pero nunca claudicar de conseguir nuestras metas! Se dice que por lo general el problema no es plantearse la meta, sino conseguirla. Esto se debe a que la meta puede deberse a cuestiones personales y profesionales y responder sea a necesidades o deseos de cada quien, pero en el caso de la consecución de las mismas, esto solo se logrará a través de estrategias, acciones y operaciones y en el largo camino es posible que llegue el momento en que uno se sienta cansado, ante esto tomarse un respiro es lo mejor. Dos situaciones son las que dificultan ese avanzar en la consecución de las metas: la primera es que aunque se tengan contempladas acciones para la consecución de las metas, es posible que esas acciones no sean las correctas, lo cual implicará reorientarlas una vez que se determine que no nos ayudan para lograr la meta planteada, pero para entonces ya se le habrán destinado recursos. La segunda situación se refiere a que la consecución de una meta, sobre todo cuando son metas importantes y trascendentes, generalmente lleva tiempo, tiempo en el cual se desarrollan las acciones y se van obteniendo resultados parciales. De lo anterior es normal, lógico e incluso deseable (más delante explicaremos por qué de esto último) que uno se sienta cansado, abrumado o desilusionado al grado de querer claudicar en la búsqueda del logro de esa meta. Pero veamos las cosas desde otra perspectiva: Si las metas que realmente valen la pena pudieran ser obtenidas rápidamente y con un esfuerzo mínimo, no sucedería un milagro en 11


nosotros mismos que es el de forjar nuestro carácter. Así como el trabajo rudo hace a la gente fuerte físicamente hablando, las vicisitudes que experimentemos en el camino hacia nuestras metas nos darán una fortaleza interna a toda prueba. Anteriormente mencionamos que un estado anímico de desmotivación es una consecuencia normal y lógica y así hay que verlo. Nuestro cuerpo es muy sabio, si incluso una máquina necesita dejarse reposar so pena de que se descomponga, con más razón nuestro organismo. La consecución de una meta implica aplicación de recursos y la concentración de fuerzas de nuestra parte, esto genera un desgaste físico, pero más mental y emocional. De ahí que lo más normal para subsanar este desgaste sea que nuestro ser detenga el flujo de recursos para recuperase, y es ahí cuando, como se dice vulgarmente, nos venimos abajo. También se mencionó (y ahora es el momento de aclararlo), que este estado anímico negativo es de alguna forma incluso deseable, ¿por qué decimos esto?, porque una situación como la planteada nos trae de vuelta a la realidad, nos muestra como las personas finitas y limitadas que somos y nos genera esa capacidad llamada empatía de llegar a comprender a quienes caen en la batalla diaria. En otras palabras, nos genera humildad personal. Dicen que se aprende más de una caída que de una victoria, y así es, pero también se aprende más de un bajón anímico en el fragor de la lucha diaria que de avanzar constantemente a la meta sin detenernos. Estos bajones nos generan otras capacidades: como la de reflexión, introspección, incluso de valorización de quienes están a nuestro lado en esos momentos. Nos hace uno con los demás y nos permite compartir y compartirnos. Por otra parte, el mundo actual, exigente y competitivo, nos ha vendido la idea de que no podemos detenernos por un momento en nuestra lucha diaria, y no es así, el querer responder a esa idea genera estados físicos y mentales negativos pues llevan a nuestro ser más allá de sus límites. Es como cuando se estudia toda la 12


noche para un examen, el resultado no es igual que si ese estudio se hubiera espaciado en varios días o semanas permitiéndonos asimilar de una manera integral la información. Pretender llegar a la meta sin detenernos en ningún momento no es sano, normal ni lógico. Pretender que cuando venga ese bajón emocional se tirará todo por la borda, tampoco es sano, normal ni lógico. Ahora bien, el tomarse ese descanso es riesgoso pues pasar del frenesí de la actividad al sosiego de la calma puede hacernos desistir de nuestra lucha. Lo que yo recomiendo es, sí, tomarse ese descanso, pero dedicarlo a dos grandes reflexiones: ver hacia atrás y ver hacia adelante. Por ver hacia atrás, y para que el estado negativo anímico no termine por abatirnos, me refiero a hacer un recuento de los logros que hasta ese momento se han tenido. Es obvio que si se ha llegado a un estado de cansancio es porque se ha avanzado, poco o mucho pero se ha avanzado, ¿por qué no contar aquellos pequeños logros que en el andar se han obtenido en vez de contemplar lo que aún no se obtiene? Por su parte ver hacia adelante se refiere a pensar y repensar las estrategias, acciones y operaciones que contemplamos deban realizarse para continuar luchando por nuestra meta. Esto es muy útil pues se tiene la información de lo logrado hasta ese momento, tanto de lo que ha resultado como de aquello que no ha tenido éxito. Con esto podemos ver lo que nos falta por hacer y evaluar las acciones futuras. Cuando las fuerzas disminuyan, cuando la motivación decaiga, cuando el cansancio apriete, podemos detenernos un momento, ver lo que hasta ese entonces hemos logrado y repensar las acciones que en breve emprenderemos,

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después de todo en la lucha nos es permitido tomar un descanso, ¡pero nunca claudicar de conseguir nuestras metas!

Este artículo puede verse en video en http://bit.ly/o7K4G1

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¡Gracias a Dios no existía el ISO! La

innovación,

el

cambio

y

la

creatividad han estado con el hombre desde los albores de la humanidad, gracias a ello todos los adelantos, los avances y las comodidades de la actualidad han sido posible. En la actualidad, la innovación, el cambio y la creatividad se han vuelto bandera y punta de lanza en un mundo cada vez más cambiante y competitivo. Los grandes gurús de la administración reconocen esto. Tan solo hay que ver los títulos de los más grandes Best Sellers de la Administración: “Danza del cambio” de Peter Senge, “Innovación y creatividad” de John Kao, o “La Empresa Flexible” de Alvin Toffler. Según Michael Porter, en su obra La Ventaja Competitiva de las Naciones, “la competitividad de una nación depende de la capacidad de su industria de mejorar e innovar”. Para Alvin Toffler, en su libro La Empresa Flexible, “El cambio no es necesario para la vida…es la vida misma”. Y en su libro Drucker, su Visión sobre la Administración, la Organización basada en la Información, la Economía, la Sociedad, Peter Drucker señala que

“los negocios tienen sólo dos funciones:

mercadotecnia e innovación”. Pero si uno analiza las tendencias de control de calidad, en el fondo existe un temor, mejor dicho un terror a innovar, a crear, a proponer. El miedo a equivocarse, a fracasar está patente. Los ISO, las certificaciones, acreditaciones y auditorias de calidad buscan generar una forma donde las cosas se hagan bien, la primera vez y siempre, y asegurar la misma calidad una y otra vez. Pero un 15


axioma de Programación Neuro-Lingüística dice que si las cosas se hacen igual siempre se obtendrá el mismo resultado. ¿Quién no ha ido a una empresa o institución certificada donde los empleados no pueden salirse de los procesos por que “así es como están normados”? Todo mundo habla de crear, de cambiar, de innovar pero no quieren arriesgarse. Pero peor aún, se considera que si los procesos están acreditados y la calidad asegurada se ha dado un gran logro en la empresa sin darse cuenta que muchos de los avances y logros de la humanidad se dieron precisamente por esa flexibilidad en los procesos, por esa falta de garantía de calidad en los resultados, por esa incertidumbre en el quehacer humano. Para muestra unos botones: •

El descubrimiento de la penicilina tuvo lugar accidentalmente en 1928. En el curso de sus investigaciones sobre la gripe. Fleming notó que sobre el plato estaba creciendo moho y que alrededor de este se había formado un halo o área libre de estafilococos, hecho que atrapó de inmediato su atención. Supuso, acertadamente, que esa capa de moho contenía alguna sustancia que inhibía el crecimiento de la bacteria: La Penicilina. Si los procesos hubieran estado acreditados nunca se hubiera dado este resultado “por error”.

El teflón fue descubierto de forma accidental. La compañía Du Pont fue la encargada de su desarrollo hacia 1930, cuando ya se conocían los clorofluocarbonos (CFCs), unas sustancias que pretendían reemplazar a los refrigerantes ya existentes, que eran menos eficientes y más peligrosos. Junto con General Motors, la citada compañía se dedicó al desarrollo de tales sustancias. Un investigador llamado Plunkett, descubría un nuevo refrigerante sintetizado por la reacción del tetrafluoroetileno (TFE) con ácido clorhídrico (HCl). Para impulsar la investigación de este producto preparó una cierta cantidad de TFE y lo almacenó en cilindros de presión. Para 16


prevenir la ruptura del cilindro los colocó en hielo seco. Durante la mañana del 6 de abril de 1938 conectaron el recipiente de TFE al reactor para proceder a la mezcla con HCl , pero no salía nada del cilindro y la válvula no fallaba. Al abrir los recipientes de TFE observaron que las paredes estaban cubiertas por una capa sólida blanca, lisa y cérea que se había formado gracias a las condiciones de presión y temperatura a que habían sido sometidos los recipientes y que había provocado la polimerización de las moléculas de TFE: Se había descubierto el teflón. Si los procesos hubieran estado acreditados nunca se hubiera dado este resultado “por error”. •

El descubrimiento del microondas, en el año 1947, se produjo de una manera totalmente accidental. El científico norteamericano Percy Spencer, que estaba trabajando con un generador de altas frecuencias, descubrió casualmente que la tableta de chocolate que llevaba en su bolsillo se había derretido después de haber estado trabajando cerca de este generador. Posteriores investigaciones confirmaron sus sospechas. A partir de 1970 el microondas se convirtió en un electrodoméstico de uso masivo. Si los procesos hubieran estado acreditados nunca se hubiera dado este resultado “por error”.

Hacia el año 1835, Daguerre estaba tratando de fijar una imagen mediante productos químicos. Desalentado porque los productos que probaba no servían, un día guardó todo en el armario. Días después volvió a sacar las placas...y la imagen apareció clara y nítida: el mercurio de un termómetro derramado accidentalmente sobre ellas había obrado el milagro. Su descubrimiento accidental de las propiedades de dicho elemento lo condujo a la invención del daguerrotipo, que fue el primer tipo de fotografía. Si los procesos hubieran estado acreditados nunca se hubiera dado este resultado “por error”.

El joven Charles Goodyear estaba decidido a fabricar caucho sintético resistente a los cambios de temperatura, esperando que tuviese multitud de aplicaciones. Este empeño devoró su salud y sus escasos recursos 17


económicos, al extremo de ir a la cárcel en varias oportunidades. Llegó a depender de sus familiares para comer y vestir, pero no abandonó su propósito. Después de muchos intentos sin el resultado esperado, ocurrió un hecho fortuito. Se encontraba combinando azufre y caucho, cuando accidentalmente una porción de la mezcla cayó en una cocina caliente. Para su sorpresa el caucho no se fundió, sino que se carbonizó lentamente. Goodyear inmediatamente comprendió el significado de este accidente. Mediante pruebas adicionales determinó la temperatura óptima y el tiempo preciso para estabilizar el caucho. En 1844 obtuvo la patente por un proceso que denominó vulcanización en homenaje a Vulcano, el herrero de los dioses. Hoy día todo el caucho que se utiliza está vulcanizado. Si los procesos hubieran estado acreditados nunca se hubiera dado este resultado “por error”. •

La síntesis inicial del trans-poliacetileno en el laboratorio del Dr. Shirakawa partió de un error accidental. En su preparación se empleó una concentración de catalizador mil veces superior a la planeada. Sin embargo, esa circunstancia no resta mérito a los tres investigadores que supieron detectar las propiedades conductoras de dicho material una vez dopado. Representó el punto de partida de la revolución de los polímeros conductores. Dichos investigadores fueron Premio Nobel de Química de 2000. Si los procesos hubieran estado acreditados nunca se hubiera dado este resultado “por error”.

Por falta de espacio no puede hablarse de otros descubrimientos como las vacunas, la insulina, la píldora anti-conceptiva, el cristal de seguridad, el LSD, el nylón, el jabón de Ivory, algunos descubrimientos arqueológicos, etc., etc., etc., que se hicieron por error o accidente, ¡gracias a Dios no existía el ISO! Es en el límite de lo conocido y lo aceptado donde se dan los grandes avances y descubrimientos, y dado que no puede normalizarse ni certificarse lo que no existe, siempre existirá riesgo. Para acceder al riesgo se requiere una mente 18


abierta, flexible, creativa, no cautiva de procesos certificados, no temerosa de equivocarse. Que no tema hacer las cosas de forma diferente ya que en ello radica la genialidad, el descubrimiento, el avance y, por lo tanto, el liderazgo. La pregunta no es si realmente podremos generar un mundo de calidad total, sino más bien si nosotros mismos, con nuestros deseo de “hacer las cosas bien la primera vez y para siempre” no estaremos matando esa genialidad, no estaremos ahogando el espíritu creativo del ser humano. Finalmente, considero, que la certificación, acreditación, normalización y como se les quiera llamar, son muy útiles para los espíritus tímidos: les da seguridad. Y de la misma forma creo que siempre habrá espíritus que romperán reglas, crearan paradigmas y finalmente llevarán a la humanidad por nuevos caminos.

Este artículo puede verse en video en http://bit.ly/n3qGwf

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Todo en nuestro cuerpo está hecho para ir hacia adelante... lo mismo y con mayor razón en nuestra mente y en nuestra alma Cuando uno reflexiona sobre la vida le vienen a la mente imágenes como camino, recorrido, senda; lo anterior ya que las similitudes entre un largo viaje y la vida misma son recurrentes: avanzar, tropezar, detenerse, aprender, conocer, y conocerse. Da la misma forma reflexionar en el camino y el caminante nos hace ver que si bien son diferentes en el fondo son la misma cosa. La manera en que físicamente estamos hechos es una reflexión que podemos extrapolar a todos nuestros niveles, no nomás el físico. Si prestamos atención veremos como es que los ojos, los brazos, los oídos, las piernas, e incluso nuestra nariz, está todo diseñado físicamente para permitirnos ir hacia adelante El americano Anthony Thornton estableció un record al caminar hacia atrás 153.5 kilómetros, tal vez no sea mucho pero las condiciones de hacerlo en sentido contrario es lo que le da la relevancia, y ¿sabes por qué? por lo difícil de hacer esto. Intenta en una ocasión caminar hacia atrás y lo comprobarás, ¿sabes por qué de esto?, pues porque estamos hechos para ir hacia adelante: nuestros ojos ambos están viendo hacia adelante, nuestros oídos se enfocan hacia adelante, nuestras piernas y brazos nos empujan hacia adelante, ¡incluso nuestra nariz con su forma de punta rompe el aire para facilitar nuestro avance! De la misma forma podemos extrapolar esas observaciones a nuestra mente y nuestra alma: la necesidad imperiosa de tener, de ser, de hacer, de crecer, todo nos impulsa hacia adelante, a avanzar, a hacer y buscar que nuestros esfuerzos sean fructíferos. La necesidad de ser siempre más de lo que somos radica 20


profundamente en nosotros mismos. El logro de metas, de objetivos, de resultados está presente en nuestra mente; el sentirnos mejor, autorrealizados, completos está grabado en nuestra alma. Solo que hay una cosa que hay que tener en cuenta: si uno solo cuida la parte tangible del aquí y el ahora sentirá que le hace falta algo, es por ello que en nuestro avanzar, la realización material de los objetivos de nuestra mente debe ir de la mano de la realización trascendental de las necesidades de nuestra alma. El darnos tiempo para nosotros mismos, el pensar, reflexionar, desarrollar la conciencia, ayudar a los demás y sobre todo tratar de cambiar este mundo para bien nos dará ese sentido de trascendencia y complementariedad que nuestro espíritu necesita. De la misma forma, en ese caminar, las metas y objetivos prácticos y tangibles que nos planteemos nos irán conduciendo cada día por el camino del logro y la conquista que anida en nuestra mente. Claro que cuando estemos cansados podemos descansar, eso podemos verlo reflejado en el andar físico, pero una vez que se han recuperado las fuerzas viene de nuevo el andar. De la misma forma, mientras se descansa, uno puede recapitular en todo lo que el andar le ha traído, todo lo que le ha permitido conocer, todo lo que le ha permitido llegar a ser; esto para valorar en su justa dimensión no solo el esfuerzo de nuestro andar sino también los resultados, tangibles e intangibles de ello. Con este tipo de reflexiones podemos entonces abordar esos momentos en que querremos desistir, abandonar y retroceder y entender porque nuestra mente y nuestra alma se resisten a ello: porque no estamos hechos para la derrota sino para el triunfo, no estamos hechos para la mediocridad sino para la excelencia, no estamos hechos para ser un remedo de persona sino una persona en su totalidad, 21


con luces y sombras pero con un andar constante hacia la autorrealización, después de todo: todo en nuestro cuerpo está hecho para ir hacia adelante... lo mismo y con mayor razón en nuestra mente y en nuestra alma

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Establece bien tus metas... no sea que al final veas que estuviste siguiendo metas ajenas Constantemente escuchamos enunciados motivacionales que nos impelen a conseguir las metas que nos propongamos, esa motivación es igual que la leña que requiere el fuego para arder, lo interesante de esto es que tal motivación nos lleve a lograr nuestras metas, ya que de lo contrario habremos logrado metas ajenas. ¿Alguna vez te has preguntado cómo le hacían los antiguos navegantes para orientarse y llegar a buen puerto? La observación, la memoria y el registro así como el uso de instrumentos fueron el soporte para ello en un mundo dónde no había GPS, radares ni las formas actuales de orientación. Almanaques (tablas astronómicas con posiciones planetarias), brújulas, astrolabios y azafeas (instrumento para determinar las posiciones de las estrellas), nocturbios (instrumento para determinar la hora durante la noche), sextantes astronómicos (usado para medir las posiciones de las estrellas), y los mapas fueron algunos de los instrumentos que ayudaban a orientarse en las largas travesías marítimas. Ahora imagínate contar con todo ese instrumental e incluso aplicar su uso correctamente, pero al llegar darte cuenta que no era el sitio al que querías, sería realmente frustrante, ¿verdad? Es por ello que en lo posible debemos estar seguros que lo que estamos tratando de lograr son nuestras propias metas, e incluso aunque a veces no lo estemos seguir caminando con los ojos bien abiertos a las señales que, a manera de las estrellas en la antigüedad, puedan orientarnos hacia nuestras metas.

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Pero, ¿es que acaso puede uno estar siguiendo metas ajenas en su vida? Tú mismo puedes contestar esta pregunta, pero antes déjame decirte dos secretos: el primero es que para saber si lo que buscas es lo que te hace sentirte autorrealizado tendrías que probar todos los caminos que tienes ante ti, lo cual de inicio es casi imposible, pero peor aún, y este es el segundo secreto, aunque llegaras a probar todas las opciones que tienes ante ti y eligieras una, con el tiempo lo más probable es que cambiara tu meta por la simple y sencilla razón que constantemente estás cambiando tu, lo cual implica que tus pensamientos y tus sentimientos están cambiando. ¿Quiere decir esto que nunca sabemos si lo que seguimos es nuestro camino? ¡Claro que podemos saberlo! Si ese andar te da satisfacción, alegrías, logros, si a pesar de todo los frutos compensan el esfuerzo, si incluso aunque no obtengas los frutos deseados el solo andar el camino te hace sentir que no cabes en ti, ese es el camino correcto. Pero, y repito: pero, debes estar muy atento a las señales del camino para ver si tu meta no ha cambiado de lugar. Franz Schubert (1797-1828), ahora es un clásico de la música. Se le denominó cuando niño como el prodigio de Viena. Tocaba el violín cuando no era más alto que él, lo mismo que el piano y el órgano. Con leer una vez una canción, tenía bastante para ponerla en música exquisita, que parece de sueño y de capricho, y como si fuera un aire de colores. Escribió más de quinientas melodías, a más de óperas, misas, sonatas, sinfonías y cuartetos. Murió pobre a los treinta y un años. ¿Leíste lo último? Murió pobre. El éxito no le vino en vida, al igual que muchos músicos y pintores de la antigüedad, la fama les vino años después de muertos. Pero lo importante de esto es que ¡ellos no dejaban de pintar o de componer!, eso era su vida, en ello encontraban tal realización personal que parecía que todo lo demás, incluyendo las riquezas, salían sobrando. Ese es el nivel de pasión que te dirá si vas por el camino correcto. Pero no creas que el esfuerzo y la dedicación no tienen su recompensa, también hay casos de éxito donde la pasión por el 24


camino genera frutos, como Alfred Nobel quien pudo dejar tal cantidad de dinero en su testamento como para crear un fideicomiso que instituyera a finales del siglo XVII los famosos Premios Nobel. Se calcula que su fortuna en el momento de su muerte era de 33.000.000 coronas, de las que legó a su familia apenas 100.000 coronas. El resto fue destinado a los premios Nobel. ¿Te das cuenta? La pasión por el camino es el mejor indicativo de si sigues tus metas, si lo que persigues de inicio es fama o fortuna ya estamos mal, ¿por qué?, pues simple y sencillamente porque algo ajeno (fama y fortuna) actúa como una zanahoria que estarías siguiendo. En el otro caso, cuando dentro de ti sientes ese volcán ardiente cada que avanzas en tu camino te das cuenta que eres tú mismo quien guía tus pasos. Pero no te preocupes, puede que ya estés siguiendo tus metas, puede que aún no sientas esa pasión de la que hemos hablado, lo importante es seguirlo intentando, es no detenerse, es continuar ya que no eres tú quien encuentra el camino sino el camino quien te encuentra a ti, lo importante en ese momento es que seas capaz de reconocerlo y que tengas la capacidad, coraje y fortaleza de seguirlo, siendo en ese momento cuando te harás dueño y señor de tu destino. Un último consejo.: establece bien tus metas... no sea que al final veas que estuviste siguiendo metas ajenas.

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Recuerda: no hay oscuridad tan grande que no ceda ante una simple vela. Tus sueños por pequeños que sean pueden llevarte a grandes cosas La vida bien puede parecer a veces fácil o difícil dependiendo de los retos que en ese momento se estén enfrentando, lo que sí, nunca dejará de ser sorprendente. Sorprendente por los giros inesperados que toma, sorprendente por las sorpresas que a cada momento da, sorprendente por los resultados que se obtienen, sorprendente por las lecciones que uno aprende, pero siempre sorprendente. A mediados del siglo XVII, la gente creía que poseíamos dos sistemas sanguíneos impulsados por espíritus, hasta que William Harvey demostró que el corazón era quien realizaba esa función; en el siglo XVIII la gente creía que la luz era blanca, hasta que Newton la descompuso con un prisma demostrando que está compuesta de diferentes colores; en el siglo XIX se creía que el calor era una sustancia invisible que recorría los metales, hasta que James Joule demostró que el calor es un estado producido por el movimiento. Estas ideas que hoy nos parecen algo normal y de sentido común en ese entonces significaron un parteaguas en la historia de la humanidad al hacernos ver el universo, la naturaleza y nosotros mismos con otros ojos. De la misma forma, nuestra vida es un reflejo de la historia humana: ideas erradas o preconcebidas con las que crecemos, a veces limitadoras otras que solo nos confunden, pero que con nuestra misma historia y la vida con la que llenamos cada día, van cambiando hasta llevarnos a puntos de inflexión donde podemos ver un antes y un después. Todos podemos numerar cosas que no creíamos nunca poder hacer y que ahora las vemos como parte de nuestra vida. Tal vez el nombre de María Amelia no te 26


diga nada, se trata de una señora que nació en 1911 en Muxía (Galicia, España) y murió en 2009, ¿te imaginas el mundo a inicios del siglo XX?, pues bien esta señora en 2006 inició, a sus 95 años, un blog que todavía es conservado activo en su recuerdo. Imagínate a los 95 años comenzar un blog, y sin embargo lo hizo. ¿Qué limitación podría enarbolar uno que justificara una incapacidad para lograr algo? En un taller que me tocó dar de motivación les planteé el siguiente ejercicio a los asistentes: primero les pedí escribieran cosas que no habían hecho sea por miedo, vergüenza, etc; luego les dije que escribieran claramente las razones por las que no las habían hecho; por ultimo pedí voluntarios que leyeran sus "acciones no realizadas" y sus argumentos para no hacerlas. Cuando terminaban de leer sus argumentos mi pregunta era sencilla: ¿cómo estas tan seguro de lo que acabas de argumentarnos si NUNCA has intentado eso? La conclusión del ejercicio era muy obvia: nosotros mismos nos vamos convenciendo de las paredes mentales que construimos sin darnos cuenta que son solo eso: ilusiones que nos permiten comodidad sin darnos cuenta que por ese confort pagamos con nuestra propia vida. Te sugiero hagas el mismo ejercicio, pero con un paso adicional: una vez que pongas las razones por las que no has hecho algo, escribas a un lado una razón, una sola, por lo que crees valdría la pena siquiera intentarlo. Te asombraras de la reacción de tu mente al ver una ventana que se abre a las limitaciones autoimpuestas. La vida es temporal, es fugaz, es efímera. Date la oportunidad, inténtalo. Recuerda: no hay oscuridad tan grande que no ceda ante una simple vela. Tus sueños por pequeños que sean pueden llevarte a grandes cosas

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¿Que quieres arreglar el mundo? Excelente... ¿pero qué tal si comienzas por mejorar el pequeño mundo que eres tú mismo? El ser humano tiene en su misma naturaleza una insatisfacción permanente que lo impele a querer siempre más, y en ese querer más va también aspirar lo mismo a ser que a tener más. La historia humana así como la historia personal de cada quien es una muestra de esto. El movimiento hippie fue un movimiento contracultural de la década de los 60's iniciado en Estados Unidos, se caracterizaba por rebelarse por el statu quo de la sociedad en la que estaba y a la que denunciaba como falsa e hipócrita, sus intenciones iban destinadas a cambiar el sistema consumista de su época. No lo logró pero sí nos dejó algunas cosas buenas como el respeto por la naturaleza que ha evolucionado a un espíritu ambientalista en la actualidad. Lo interesante de este movimiento es la coherencia de sus miembros: es cierto que buscaban cambiar al mundo pero primero eran ellos los que cambiaban. Su forma de vestir, de comer, de vivir era cambiada radicalmente y entonces buscaban un cambio en el mundo. En una ocasión me invitaron a escuchar a un trovador muy famoso cuyas canciones en cierta forma denostaban el capitalismo y el consumismo actual. Terminada la velada les pregunté a mis acompañantes si creían si esa persona usaba aviones, autos, estéreos, vivía en casa con hornos de microondas, televisión y aire acondicionado (a sabiendas que por figura pública todos conocíamos su vida), cuando me contestaron que si les dije "pues ha de andar de incógnito pues lo anticapitalista no se le ve por ningún lado... salvo sus canciones"

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¿A qué va todo esto? Es mucho más fácil pretender arreglar el mundo antes siquiera que iniciar con arreglarnos nosotros mismos, ¿y sabes por qué?, porque en realidad no pretendemos arreglar el mundo sino más bien ajustarlo a nuestra forma de pensar. Hay una frase muy sabia que haciendo referencia de esto dice que "es preferible calzarse unos zapatos antes que pretender alfombrar todo el mundo". Es decir, es más fácil que uno cambie a que todo el mundo sea como uno quiere, ¿es lógico verdad? Pero no todo está mal en ese sentimiento por cambiar el mundo porque nos dice mucho acerca de nosotros mismos: nuestros miedos, nuestras ilusiones, nuestros deseos, nuestras necesidades, y eso mismo puede ser encauzado para bien. Por ejemplo, yo creo que todos quisiéramos un mundo sin delitos ¿verdad?, y eso está bien, pero antes de querer que el mundo esté sin delito comencemos a vivir honesta y legalmente. Cuando rechazamos la corrupción, respetamos las leyes, cuando vivimos de acuerdo a esa legalidad, es cuando entonces tenemos "la voz completa" para entonces y solo entonces pretender luchar por lo otro a un nivel mayor. Cada que algo del mundo te moleste, cada que quieras cambiar la sociedad, cada que quieras que todos sean de otra forma, primero vete a ti mismo para ver si cumples esos estándares que en los demás esperas. ¿Qué quieres arreglar el mundo? Excelente... ¿pero qué tal si comienzas por mejorar el pequeño mundo que eres tú mismo?

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Un líder nunca exige de sus seguidores más de lo que él mismo da, pero si les exige más de lo que ellos pueden dar La palabra liderazgo es una palabra fascinante, seductora, atrayente. Todos quisieran ser líder pues ello conlleva un reconocimiento social o comunitario, pero, así como el liderazgo implica un reconocimiento, también lleva aparejadas grandes responsabilidades. Cuando uno habla de liderazgo no debe confundir ese término con la autoridad formal y jerárquica que le da a una persona un puesto organizacional o institucional, el líder goza de un reconocimiento en muchas ocasiones informal otorgado por las personas que lo conocen y que le reconocen su quehacer, pero sobre todo su congruencia. Una vez leí una reflexión entre las diferencias entre un jefe y un líder, entre las muchas que se señalaban venía una que señalaba a que "el jefe empuja al grupo, mientras que el líder va al frente" Ser líder más que un privilegio es una gran responsabilidad pues implica que el líder tiene influencia sobre las decisiones y acciones de las personas, y por ende, sobre sus vidas. En ese sentido podemos pensar también en la gran oportunidad que tiene el líder de influir positivamente en la vida de las personas, una de estas reflexiones es el papel que como tal juegan ambos actores. Una de las principales características valorativas del líder es precisamente su congruencia, una congruencia entre lo que piensa, siente, dice y hace. Es así como el líder siempre da ejemplo de lo que debe hacerse, no está por debajo de las expectativas que él mismo genera sino que demuestra la forma en que pueden conseguirse, es por ello que un líder nunca busca que sus seguidores den lo que 31


el mismo no da. Al contrario, una máxima dice que el líder siempre da más que lo que espera de sus seguidores, ¿y eso por qué? por la simple y sencilla razón de que, como líder, va al frente del grupo en el camino hacia los logros de las metas y objetivos y solo por eso, por ir al frente, siempre debe ir marcando la pauta de las acciones, por lo que va unos pasos delante. Pero de la misma forma, y para que el grupo avance, el líder debe, como su misma definición lo señala, motivar a sus seguidores a avanzar no solo en la consecución de las metas sino en sus mismos proyectos de vida, es por ello que el líder lo que sí espera y motiva de sus seguidores es que siempre den más de lo que son en un momento dado, de otra forma no habría avance sino estancamiento. Ahora bien, y esta es la parte interesante, uno puede ser líder, de hecho todos podemos ser líderes, al menos de nuestra propia vida. Y es así que cuando se da ese liderazgo personal, a veces ganado con esfuerzo pero luego reconocido naturalmente, que los demás podrán ver en cada uno de nosotros actitudes y valores que les permitan avanzar en sus proyectos de vida. Como conclusión de ello podemos decir que el liderazgo no se acota ni se termina en las cuestiones sociales, políticas o empresariales, sino que permea toda nuestra vida haciéndonos ejemplos vivientes del mundo en que deseamos vivir y que con nuestras acciones día a día construimos, en ese sentido recuerda: un líder nunca exige de sus seguidores más de lo que él mismo da, pero si les exige más de lo que ellos pueden dar

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Como dice en algunos espejos retrovisores de autos: "las cosas están más cerca de lo que parecen"

Lograr lo que uno se propone necesariamente podrá llevar mayor o menor esfuerzo, dependiendo de muchas cosas, lo que si siempre requerirá será ingenio y creatividad. La historia de Dick Fosbury es un ejemplo de cómo cambiando el enfoque se cambian los resultados. En 1968 Dick Fosbury participó en las olimpiadas de México 68 logrando la medalla de oro en salto de altura así como imponer un nuevo récord olímpico: 2.24 metros. Lo curioso de todo esto es la forma en cómo lo logró. Hasta ese entonces, todos los que hacían el salto de altura lo hacían dando el vientre al listón (listón es la barra horizontal que se coloca a una altura determinada entre dos soportes verticales separados a unos 4 metros), en el caso de Dick Fosbury éste saltaba de espaldas al mismo y con el brazo más próximo extendido. Esto le permitía dejar menos espacio entre el centro de gravedad del saltador y el listón a superar, con lo que se ganaba altura. El resultado es el comentado con anterioridad y a partir de ahí fue la pauta de salto en este tipo de competencia hasta la fecha. ¿Por qué nunca antes nadie había intentado saltar así? Por que implicaba ver las cosas de diferente manera. Un axioma de la programación neurolingüistica señala que si sigues haciendo las cosas igual no debes esperar resultados diferentes. Es así como el gran problema cuando nos enfrentamos a retos no es la manera de resolverlos, sino la manera en que los abordamos. Esto por una sencilla razón:

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todos los problemas tienen alguna solución, pero no todas las visiones pueden dar con ello. Por eso es muy útil el consejo de corto plazo de dejar las cosas para resolver mañana cuando éstas son complicadas. El solo darle a nuestra mente la oportunidad de "reiniciarse" permite en muchas ocasiones ver las cosas desde otra perspectiva. Hay un ejercicio que aplico en mis talleres para demostrar como la solución a los retos a veces está justo delante de nosotros y aún así no los vemos: se pone un tapete de 2 x 2 metros y en el centro un dulce. Se le pide a los participantes que sin nada más que su cuerpo y sin pisar el tapete sean capaces de agarrar el dulce. Unos se estiran, otros piden ayuda y los agarran, pero no pueden. Al final (si es que nadie ha dado con la manera de resolver el problema), simplemente me pongo en cuclillas y voy enrollando el tapete hasta llegar al dulce tomándolo sin nunca haber pisado el tapete. Nuestra mente es muy potente pero también necesita ayuda para resolver de forma diferente los problemas que enfrenta. ¿Cómo podemos ayudarla? Aquí van cuatro sugerencias: (1) escribe tan detalladamente como puedas el problema y léelo de nuevo, te dará otra perspectiva, (2) cambiando actores y circunstancias platícalo con alguien y escucha sus comentarios, te dará otra perspectiva, (3) esfuérzate por escribir una canción o un poema que hable del problema, te dará otra perspectiva, y/o (4) vete a dormir y retoma el problema al día siguiente. Todas las opciones anteriores hacen que la mente salga de su círculo habitual desde donde está enfocando el problema, hace que trabajen otras partes del cerebro o simplemente le dan una pausa en su razonamiento. Como dice un dicho: si las cosas tienen solución ¿para qué te preocupas? y si no la tienen ¿para qué te preocupas? Más que preocuparse la cuestión es ocuparse 34


solo recuerda que como dice en algunos espejos retrovisores de autos: "las cosas están más cerca de lo que parecen"

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Hay algo que nadie nunca te podrán quitar y es la capacidad y responsabilidad de tomar tus propias decisiones La vida está llena de opciones y decisiones y a todos nos gusta pensar que podemos en mayor o menor medida ser libres y poder decidir por nosotros mismos y aunque no lo creas así es. La vida está llena de condicionantes, yo no puedo decidir un día simplemente dejar de comer, es una necesidad imperiosa de mi misma existencia. De la misma forma no puedo dejar de trabajar pues tengo necesidades que satisfacer. En otras palabras y si vemos nuestra vida, son muchas las decisiones que casi forzosamente tenemos que elegir día a día. De la misma forma hay otro tipo de decisiones que están completamente al libre albedrío de cada uno de nosotros como el seguir o no tal consejo, el continuar o no con tal o cual relación, o el elegir una forma u otra de vida. Pero en ambos casos, tanto en el de las decisiones forzosas como en el de las de libre albedrío, hay una opción nuestra que nadie nunca nos podrá quitar a menos que nosotros libremente se lo permitamos y que es la forma en que reaccionamos. Dice una historia que dos judíos que habían estado presos en campos de concentración se encontraron después de no verse durante 20 años. Hablando del tema el primero le dijo que al menos de su parte ya había perdonado a sus agresores y había continuado con su vida. El segundo por el contrario le dijo con gran amargura que nunca perdonaría a sus agresores, que cada día desde que amanecía los maldecía y que solo vivía para odiarlos por todo lo que le habían hecho. Entonces el amigo primero se le queda mirando a los ojos y le dice con mucha pena: "sabes, amigo, veo que tú sigues encerrado en esa celda y que ellos aún te tienen preso". 36


Así como hay cosas que podemos cambiar hay cosas que no podemos y así como podemos elegir en ocasiones no hay mucho margen para hacerlo libremente, lo que sí podemos hacer en todos los casos es decidir si nos hundimos o si salimos a flote. Muchos van a sus trabajos, a sus estudios, a sus obligaciones, con amargura y resentimiento. Eso no va a cambiar para nada el hecho, pero sí les arruinará día a día la vida. Tal vez en muchas ocasiones no puedas simplemente cambiar algo, pero si puedes optar por cambiarte tu. Una máxima dice "cambias tu, cambia el mundo". Ahora bien no podemos disfrazar nuestros sentimientos, ¿o si? Veamos, ¿alguna vez te has sentido tan pero tan mal que has dicho que no sirves para nada y que todo se sale mal? yo creo que sí, pero ¿te das cuenta que eso es mentira?, es decir, no puede ser que no sirvas para NADA o que TODO te salga más. Es una mentira, pero te engancha ¿verdad? Pues bien, intentemos la próxima vez algo y es mentir positivamente, así es, decir el extremo como "yo puedo con todo, nada me detiene" o la frase que quieras. Total, no tienes nada que perder pero lo mejor es que si te logras enganchar de esa mentira positiva te darás cuenta de todos los recursos inutilizados que tienes en tu interior. La vida va y viene, las decisiones nos llevan y nos traen, los aciertos al igual que los errores son parte de nuestra propia existencia lo que sí, hay algo que nadie nunca te podrán quitar y es la capacidad y responsabilidad de tomar tus propias decisiones.

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Si bien nuestros pensamientos nos guían y nuestros dichos nos comprometen, son nuestras acciones las que nos definen El ser humano es una confluencia de acuerdos y contradicciones, nuestra misma naturaleza nos permite pensar, hablar y actuar, y cuando estas tres acciones confluyen de manera congruente, puede decirse que se posee carácter. Tal vez el nombre de Eliot Spitzer no te diga mucho. Él era Gobernador del Estado de Nueva York en Estados Unidos. En 2008 tuvo que renunciar a su puesto a causa del escándalo sexual en el que se ha visto implicado después de que un artículo publicado en 'The New York Times' develara que estaba siendo investigado por el FBI por el uso de un servicio de prostitución. El escándalo fue una gran sorpresa porque Spitzer, que antes de entrar en política se había ganado la fama de ser un Fiscal General del Estado implacable, y había construido toda su carrera política en base a su inquebrantable ética. Las personas tenemos en nuestro interior luces y sombras, hay cuestiones tan íntimas y personales que tal vez nunca las saquemos a la luz, el problema surge cuando ideas, pensamientos y argumentos son hechos públicos estando luego en contradicción con las acciones que uno hace. El problema de Spitzer no fue tanto el delito que se le imputaba, sino la postura rígida, ética y legal que él públicamente había adoptado contra el delito. Esta parte es muy importante. Uno no puede juzgar a los demás por las propias convicciones que se tienen, hacerlo sería pretender imponer a otros nuestros

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propios criterios, pero si puede evaluar las acciones ajenas a la luz de la manera de pensar que las mismas personas tienen. "Lo que eres habla tan fuerte que no puedo escuchar lo que dices", dice un dicho, esto mismo se expresa de otra forma con la sentencia "las palabras mueven, pero los hechos arrasan". A nadie le sorprendería que una persona que argumenta a favor de cualquier postura, estemos o no de acuerdo, viviera de esa forma, lo que sí causa una contradicción es cuando se defienden causas o posturas para luego ejecutar acciones contrarias. Políticos, religiosos, educadores, líderes... todos como figuras públicas, como personajes que mueven y crean conciencia, son constantemente evaluados por la opinión pública en función de sus dichos pero más allá en función de sus acciones. La acción define a las personas pues es la manera tangible, concreta y última de expresión de cada individuo. Incluso puede decirse que la acción tiene mayor peso pues para hablar solo se requiere expresar una idea, pero para actuar se requiere la idea aunada a la actividad. Y cuando no hay congruencia en esto se pierde por parte de los demás la confianza en uno pues nada garantiza mantener, respetar y defender las posturas publicas con acciones concretas. En todos los ámbitos de la interacción humana hay que buscar la congruencia, defender lo que uno piensa, vivir de acuerdo a las ideas y buscar transmitir ese carácter a los demás, recuerda que si bien nuestros pensamientos nos guían y nuestros dichos nos comprometen, son nuestras acciones las que nos definen

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Solo un trabajo honesto es productivo, solo un servicio solidario es fructífero, y solo una calidad que exceda lo esperado es justa El mundo actual ha entrado en una dinámica donde a todos los actores participantes se les exige cada día más: más calidad, más servicio, más rapidez, eso es lo que el mundo exige, pero ¿qué hay con lo que nos exigimos nosotros mismos? Facebook, creado por Mark Zuckerberg, originalmente era un sitio para que los estudiantes de la Universidad de Harvard pudieran compartir y evaluar fotos; hoy alcanza los 800 millones de usuarios y planea para 2012 entrar a la bolsa y recaudar 10,000 millones de dólares. Facebook, al igual que muchos otros productos y servicios en la actualidad, sustenta su éxito en que dan al cliente o usuario mucho más de lo que espera o de lo que paga por el mismo. Facebook no solo es tecnología, es interacción, dinamismo, y practicidad social e incluso comercial en tiempo real. Cuando la gente recibe más de lo que espera se genera una reacción de reconocimiento y de lealtad. La satisfacción con creces de las necesidades y expectativas de quienes procuran bienes y servicios permite la réplica del éxito a través de la misma promoción de quienes, satisfechos por lo recibido, harán con sus allegados. Curiosa y paradójicamente también hay un fenómeno donde las personas buscan dar el mínimo en su esfuerzo. El pensamiento cortoplacista indica que el mínimo esfuerzo con la máxima ganancia dará el mayor rendimiento, pero ese 40


pensamiento no contempla la relación en el largo plazo tanto a nivel grupal como individual ni el desarrollo de los proyectos individuales y profesionales que se tengan. Si de manera personal, el servicio, desempeño e interrelación personal, social y empresarial que uno tenga será la mejor carta de presentación que se tenga, con mayor razón cuando el liderazgo y el emprendedurismo son las guías de nuestras acciones. No se puede ser líder regateando, no se puede ser emprendedor buscando el mínimo esfuerzo, entendamos que ambas acepciones por su misma definición implican un extra en nuestras acciones, un plus adicional que permitirá a quienes lo den el llegar a la cima. Este plus, este extra, necesaria y forzosamente requieren esfuerzo, constancia y dedicación, y permitirá en el tiempo no solo conseguir las metas que nos propongamos sino hacernos de una forma de ser y vivir a prueba de obstáculos, dándonos algo que no tiene precio y que es carácter, después de todo solo un trabajo honesto es productivo, solo un servicio solidario es fructífero, y solo una calidad que exceda lo esperado es justa

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No hay pretexto: Si puedes hacerlo, hazlo, y si no !al menos inténtalo! El ser humano está hecho de deseos prácticamente ilimitados. Todos quisiéramos tener más, ser más, incluso vivir más. Cuando enlistamos todas aquellas cosas que quisiéramos lograr lo lógico es que algunas nos parezcan sino irrealizables casi imposibles, pero si valen la pena, ¿por qué no intentarlo? ¿Cuántas veces hemos escuchado la frase: "no creí que fuera posible"? Frente a hechos o logros de otras personas que nos pasman se nos vienen dos ideas a nuestra mente: lo fácil y realizable que parece el hecho una vez realizado y el por qué no fuimos nosotros quienes lo hicimos. A veces pareciera que ante los retos solo estaríamos dispuestos a correr aquellos riesgos siempre y cuando tuviéramos la certeza de conquistar. Si así fuera ¡dejarían de ser riesgos! Un riesgo implica la posibilidad de ganar o perder, si solo intentáramos aquellos por lo que tuviéramos certeza de lograr la vida sería harta aburrida, pero no solo eso, en realidad nunca creceríamos como personas. Piensa en lo siguiente, ¿cómo logra un campeón de levantamiento de pesas levantar en ocasiones hasta cientos de kilos? No es manteniéndose en aquello que desde un inicio puede levantar sino intentando levantar cada vez más. Al inicio tal vez no pueda, luego le costará y finalmente podrá levantar lo que se propuso. Lo anterior se da por que ante la exigencia planteada, el cuerpo reacciona creando músculos, fortaleciendo huesos, endureciendo tendones, hasta que puede levantar el peso deseado. Ese mismo símil es aplicable a la natación, 42


la carrera de velocidad, el lanzamiento de jabalina, el salto con garrocha... y el logro de los sueños. Hay un ejercicio muy sencillo que me gusta realizar en algunos talleres. Pongo una manzana en una mesa a diez pasos de una persona y le pido a alguien que llegue hasta donde está la manzana sin moverse de donde está (a veces tengo que repetir la instrucción, no porque no la entiendan, sino porque es totalmente ilógica). No pasa mucho tiempo antes que alguien (generalmente quien se le pidió la acción) señale lo imposible de lograr tal cosa con la condición dada, ¡y tiene razón! Pero la vida es igual, si nunca damos el primer paso, si nunca lo intentamos, nunca sabremos si lo pudimos lograr o no. El intentarlo te permite al menos plantear esa posibilidad, pero él no intentarlo te garantiza que nunca lo lograrás. Todos tenemos en nuestra vida ejemplos de cosas que logramos después de intentarlo, cosas que creíamos al inicio que no podríamos, desde andar en patines o bicicleta cuando niños hasta terminar una carrera cuando grandes. El intentarlo nos permite ver hasta dónde podemos llegar, pero lo que es mejor, desarrollar con la practica capacidades que nos van haciendo mejores, y no mejores con relación a los demás, sino mejores con relación a nosotros mismos. Este ser mejor abarca crecer en miras, en sueños, en confianza, desarrollar carácter, valor, compromiso, superar nuestros miedos, obstáculos y límites, y finalmente llegar a ser los seres de excelencia que estamos llamados a ser. Hay quienes llevan el razonamiento del éxito hasta extremos donde no vale intentar sino solo lograrlo, si así fuera el pesista, el nadador, o el corredor nunca lo lograrían pues generalmente las metas que valen la pena están fuera de los alcances de nuestras capacidades actuales. Inténtalo, pero no una, ni dos, ni tres veces... inténtalo tantas veces como sean necesarias para que al final logres tus

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metas. Recuerda: No hay pretexto: Si puedes hacerlo, hazlo, y si no !al menos intĂŠntalo!

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No somos eternos, ¿por qué desperdiciar el tiempo como si lo fuéramos? Cuando hablamos de metas y proyecto de vida, un factor que a veces damos por sentado es que tendremos todos el tiempo que sea necesario para lograr lo que nos propongamos, pero y si no fuera así, ¿en qué ocuparíamos el tiempo? La vida tiene dos hechos innegables: su misma finitud ya que no dura para siempre y lo impredecible de su conclusión ya que nunca se sabe cuando se acabará. Con estas dos premisas lo más lógico sería que cada uno de nosotros aprovechará su tiempo al máximo y viviera cada día como si fuera el último, pero el ser humano se caracteriza precisamente por no ser un ente eminentemente lógico sino también emocional y es cuando las cosas toman rumbos diferentes. El tema de la conclusión de la vida para la mayoría no es un tema agradable por dos consideraciones, la primera es que no es controlable por nosotros (con lo cual escapa de nuestras manos) y la segunda es por lo incierto de lo que acontece sobre todo después de la conclusión de la vida. Por otra parte hay quienes ven en ello, no un pretexto para sentirse mal, sino para dimensionar correctamente las cosas ya que si la vida es finita, ¿conviene desperdiciarla? Cuando hablamos de desperdiciarla no nos referimos exclusivamente a perder el tiempo, sino más bien a utilizarlo en cuestiones que más que darnos, nos quitan. ¿Cuánta gente conocemos que utiliza sus días, meses y años en rumiar amarguras, dolores y rencores?, ¿cuánta gente deja que pasen los días, meses y años sin atreverse a sanar esa herida mediante el perdón o la simple reconciliación?, ¿cuánta gente deja pasar los días, meses y años sin 45


realmente permitirse disfrutar de este pequeño interludio consciente que es su vida? Dicen que un discípulo le preguntó su maestro si existía vida después de la muerte, y dicen que el maestro le contestó que más bien debería preocuparse por buscar la vida antes de la muerte. Así como hay gente que destina una cantidad considerable de tiempo a cuestiones que en vez de darle le quitan, hay quienes pasan por este mundo difiriendo el momento de ser realmente persona, que el miedo, la cobardía o la comodidad le impiden erigirse como dueño de su destino y deja que otros decidan. Un manera rápida de reflexionar me gusta hacerla cuando el miedo, la vergüenza, o la duda hacen que alguien no se anime a actuar y es comentarle que dentro de mil años nadie se acordará de eso así que ¿por qué no? Hay varios pensamientos, adjudicados a personalidades desde Borges hasta Chaplin, referentes a "si volviera a vivir mi vida". Generalmente ese tipo de reflexiones se hace cuando se acerca el final y la vida ya se ha utilizado de una forma o de otra, pero tú, que tienes ahorita la posibilidad de sentarte un momento y pensar en el escaso tiempo que se te ha asignado, ¿en qué lo quieres utilizar? Tus sueños, tu persona, tu familia, tus amigos, tu mundo, todo ello espera por las acciones que realizaras en este presente y que tendrán un eco en la eternidad, después de todo no somos eternos, ¿por qué desperdiciar el tiempo como si lo fuéramos?

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El éxito es la combinación de constancia, disciplina y mucha, ¡pero mucha pasión! Cuando hablamos de éxito, todos quisiéramos que de una u otra forma hubiera alguna manera rápida y fácil de alcanzarlo, afortunadamente para nosotros no existe tal camino fácil, pero el camino difícil genera en nosotros no solo el carácter del triunfador sino gozo si es que lo que hacemos nos apasiona. Los tiempos actuales donde los productos y servicios son rápidos y fáciles, genera en el ser humano una sensación de que el éxito en lo personal o profesional guarda las mismas características, lo cual no es así. Todos los ejemplos de grandes logros en la historia de la humanidad están matizados de la constancia y la disciplina en su consecución. Por más que algunas voces quieran vender la idea del éxito instantáneo, éste no existe. Tal vez alguien señale los golpes de suerte, como sacarse la lotería, como prueba de que el éxito instantáneo existe, pero no es así y por una simple razón: el éxito no está en lo que se obtiene sino en lo que uno se transforma. Analicemos esta idea. Cuando algo se te da de manera fácil ni siquiera es valorado, pero cuando conseguir una meta u objetivo implicó esfuerzo la misma adquiere valor. Pero en el inter hay algo mágico que sucede y es la creación de un carácter de triunfador en la persona. Ojo con esto: Conseguir una meta fácil no le da tiempo a la persona a desarrollar ese carácter de triunfador, le da lo que quiere sin que se lo haya ganado, pero peor aún, sin que se haya conquistado a sí mismo logrando la plenitud de sus capacidades.

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Piensa en esto: si todos nos fuera dado fácilmente realmente nunca aprenderíamos ni creceríamos. Es por ello que todo logro que valga la pena necesaria y forzosamente requerirá de constancia y disciplina las cuáles como ingredientes extraordinarios generarán en nosotros la magia del cambio entre lo que somos y lo que podemos llegar a ser. Pero esa constancia y disciplina debe estar aderezada por un ingrediente adicional: la pasión en lo que hacemos, de otra forma la constancia y la disciplina nos asfixiarán pues nos exigirán acciones en un camino no disfrutable. Dalí, Picasso, Beethoven, da Vinci, todos ellos tenían algo en común: cuando estaban enfrascados en la creación de sus obras dormían muy poco, apenas unas horas cada día. ¿Te ha pasado que cuando estás haciendo o por hacer algo que te apasiona en extremo puedes prescindir del sueño e incluso a veces hasta de comer en forma?, entonces, ¿de dónde sale esa fuerza para emprender acciones tan dinámicas como cuando hacemos lo que nos gusta? Cuando haces lo que te apasiona, tu, al igual que los grandes genios citados al inicio, se conectan con una fuerza dinámica que todos tenemos, que es superior y que solo se activa cuando lo que enfrentamos trae una mezcla de reto pero al mismo tiempo de gozo interno. Así que si quieres una receta para el éxito recuerda que debes buscar aquello que te desborde de emoción cuando lo haces y aplicar en ello el rigor de la disciplina para llegar al dominio pleno tanto de tus potencialidades como de la meta planteada, después de todo el éxito es la combinación de constancia, disciplina y mucha, ¡pero mucha pasión!

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Si ves a un triunfador, verás una persona que se ha levantado tantas veces como se ha caído, y sigue de pie Cuando vemos a alguien que la misma sociedad reconoce como una persona exitosa, por lo general lo único que vemos es precisamente el éxito que ha obtenido como resultado de sus acciones, desafortunadamente lo que desconocemos son todas esas peleas esas luchas, esas batallas, que a veces ganó y otras perdió, pero que en todos los casos lo llevaron a ser la persona triunfadora que todos vemos. Éxito. Thomas Alva Edison (1847- 1931) fue un empresario y un prolífico inventor estadounidense que patentó más de mil inventos (durante su vida adulta un invento cada quince días). Es de todos sabido la historia de sus intentos por crear la bombilla eléctrica. Intento tras intento Alva Edison no lograba crear la bombilla eléctrica de la cual tenía el diseño teórico más no el producto real. Cuentan que ya había realizado 1,000 intentos fallidos, a lo cual uno de sus ayudantes le preguntó que si por qué seguía con la idea de crear la bombilla eléctrica cuando ya había fracasado 1,000 veces, a lo que Edison le contestó que él no los consideraba fracasos sino que al contrario había descubierto 1,000 formas en las que no se debía hacer una bombilla eléctrica. El resto de la historia es conocida: en 1879 presentó la lámpara incandescente e iluminó con ello el mundo. ¿Otra historia de éxito? Cuando el Coronel Sanders empezó su negocio era solo un jubilado con una antigua receta de pollo frito, sin organización, ni recursos para echar andar un negocio, ni gente que lo apoyara. Antes había tenido un restaurante pero éste había quebrado pues la autopista donde estaba había sido reubicada. Con su primer cheque de jubilado quiso hacer negocio con su receta y 49


la primer idea fue vendérsela a restaurantes a cambio de un porcentaje en las ventas. Él mismo cuenta en su biografía que viajó por todo el país buscando quien financiara su negocio. Comenta que tocó 1,009 puertas y que 1,009 veces lo rechazaron. Hasta que en una les pareció bueno el negocio y, bueno, el resto es historia. ¿Más ejemplos? En otras ocasiones hemos comentado el caso de Beethoven cuyo maestro lo declaró en su momento un caso perdido como compositor, o el caso de Enrico Caruso, uno de los más grandes cantantes de ópera, cuyo maestro decía que no tenía voz y que no sabía cantar, o el caso de Walt Disney cuyo editor del periódico donde trabajaba lo despidió cuando apenas empezaba su carrera ¡por falta de ideas!, o el caso de Albert Einstein cuyo maestro lo describió en su momento como mentalmente lento, insociable y con sueños absurdos e incluso la Universidad de Berno le rechazó en 1905 una disertación doctoral por considerarla irrelevante e irreal. Dice una frase que cuando intentas algo o tienes éxito... o aprendes. Generalmente a los triunfadores los conocemos en la cima, pero no conocemos le largo, penoso y accidentado camino que tuvieron que recorrer para llegar ahí. Curiosamente considero que aprendemos más de esto último que de lo primero, por que cuando vemos solo el éxito lo llegamos a considerar lejano e inalcanzable sin considerar que hay un camino para llegar a él, un camino de esfuerzo, disciplina, dedicación, ¡e incluso terquedad! que nos permitirá lograr nuestros sueños. A veces me pregunto que hubiera sido de toda nuestra historia si los relatos de grandes líderes que conocemos no existieran por que ellos mismos se habrían dado por vencidos. Tal vez pienses que una cosa es ser un gran líder mundial y otra un joven con muchos problemas, y tienes razón, pero no por las razones que crees, sino porque tu proyecto es más valioso que lo que muchos líderes hayan 50


hecho en el mundo. Mira esto: los grandes logros vienen y van, incluso aquellos que definieron la historia de la humanidad ya están en el pasado, en algunos casos ya no queda nada de ello, lo único que permanece es la esencia misma de las personas y lo que lograron hacer con su vida. "De que le vale a un hombre ganar el mundo si se pierde a sí mismo". Tu vida es infinitamente más valiosa, y ahí tu eres el general y el soldado, el líder y el seguidor, el estratega y el operador, pero al mismo tiempo eres quien está más interesado y quien puede sabotear tu proyecto. Las caídas de los grandes personajes de éxito nos dicen que todos somos iguales, que todos tenemos las mismas oportunidades, que todos nos enfrentamos a los mismos obstáculos, pero también que para todos hay un éxito triunfador que nos espera en la meta. El único fracaso es cuando uno deja de intentarlo, después de todo si ves a un triunfador, verás una persona que se ha levantado tantas veces como se ha caído, y sigue de pie

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Nadie ha cruzado la meta sin haber tenido que dar el último paso La mayoría de nosotros hemos tenido en su momento sueños o metas que deseábamos alcanzar y para las cuales pusimos todo nuestro empeño, bueno, casi todo, ya que el sueño no pudo cristalizarse o la meta conseguirse, lo más curioso de todo es que tal vez haya sido solo un paso el que pudo haber cambiado en su momento ese fracaso en éxito. Tal vez el nombre de Jim Redmond no te diga mucho, pero tal vez sí te enseñe bastante. Jim Redmond era un inglés que en 1992 participó en los Juegos Olímpicos que se llevaron a cabo en Barcelona, España. Estando en la justa olímpica, en plena competencia, Jim Redmond se lesionó gravemente el tendón. Jim Redmond, aunque ya había perdido la competencia, se puso de pie decidido a terminar la carrera. Su padre se le unió sirviendo de apoyo para ello. Los dos cruzaron la meta recibiendo de la multitud una ovación ensordecedora. Jim Redmond perdió la carrera, pero conquistó su meta. ¿Cuántas veces no ha pasado que nuestro éxito lo medimos en función de los demás y al no obtener lo que deseamos optamos por desistir? El caso de Jim Redmond nos hace ver que hay dos conquistas en la vida, las cuales a veces van juntas pero en otras no: lo que uno consigue al conquistar una meta y en lo que uno se transforma al conquistar una meta. Muchas de lo que podamos motivarnos en su mayoría irá a lo primero, a lo que se conseguirá cuando se logre la meta propuesta, y eso es bueno, es loable, es correcto: las metas son para darnos algo que será muy nuestro por habérnoslo ganado. Pero de la misma manera está la parte de uno que forja un carácter de 52


ganador aunque la meta inicial no se consiga. Ese carácter de ganador implica firmeza, entereza, voluntad, ánimo y fortaleza, curiosamente todas estas características se forjan no tanto con el éxitos, sino con los fracasos. Así es, los fracasos son la fuerza en contra que todos enfrentamos y que, o desarrollan en nosotros la fortaleza para permanecer de pie en la tormenta, o terminan por tirarnos, solo que esta elección es nuestra, no de los fracasos, no de los vendavales que enfrentemos, no de la tormenta que busque derrotarnos, sino de nosotros. Hazte esta pregunta ¿qué necesidad tenia Jim Redmond de continuar su camino hacia la meta cuando la carrera ya había sido ganada por otro?, ¿qué quería lograr?, ¿qué quería demostrar?, realmente se requiere de un espíritu superior para continuar la lucha cuando el objeto de conquista inicial ya no está, se requiere un pensamiento que no vea hacia afuera sino hacia adentro, se requiere el carácter de, aunque ya no esté el trofeo que se nos daría por cruzar la meta, no permitir que se nos arrebate la persona en que nos convertiremos al cruzarla aunque ya no haya nada para nosotros. Si uno es capaz de ver eso se dará cuenta de que nuestros actos tienen una trascendencia que roza lo infinito y que cada acción nos lleva a la persona de excelencia que estamos llamados todos a ser, después de todo nadie ha cruzado la meta sin haber tenido que dar el último paso.

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Así como el auto necesita gasolina para avanzar, así tus metas necesitan de tus acciones cotidianas para ser alcanzadas Cuando hablamos de las cosas que quisiéramos alcanzar, generalmente tenemos una idea más o menos clara de lo que deseamos, no sucede siempre así con las acciones que necesitamos realizar para alcanzar esas metas, es así como la claridad tanto en las metas como en los pasos hacia ellas es lo que nos conducirá al éxito. El 14 de diciembre de 1911, Roal Admunsen conquistó el Polo Sur después de una travesía de casi tres meses desde la Bahía de Ballenas; el 29 de mayo de 1953, Edmund Hillary conquista la cima del Monte Everest, casi cuatro semanas desde que se inicia la escalada; el 20 de julio de 1969, Neil Armstrong se convierte en el primer hombre en llegar a la Luna después de una travesía de cuatro días en el espacio. Si bien estos logros parecen ser sorprendentes (y de hecho lo son), más sorprendente es que las personas mediante acciones que van sumando pequeños avances los hagan posibles y realizables. Ejemplos como los anteriores hay de sobra en la historia humana: grandes empresas que empiezan como un sueño, como una idea, idea a la que posteriormente se le van adicionando acciones concretas para hacerla realidad hasta que se convierte en una meta alcanzada. Nuestra vida es un espejo de la historia humana, incluso en estas grandes hazañas. Constantemente nos trazamos metas, sueños, deseos, pero si esto no es acompañado de acciones concretas la realización de los mismos queda no solo a la deriva sino completamente a la suerte de uno.

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Cuenta una broma anecdótica que se encontraban dos amigos recostados bajo un árbol cuando ven cerca de ellos un billete tirado, como hacia un poco de viento uno de los amigos comienza a rezar en silencio, entonces el otro le pregunta que si qué hace, a lo que el amigo le responde que reza por que el viento les traiga el billete, y que si eso resulta, ya estuvo que ese día comerán bien sabroso. En ocasiones hay quienes se comportan como los personajes imaginarios de este cuento, es decir, desean algo pero no están con la intención de hacer lo necesario para conseguirlo. Entendamos algo, la vida es como un supermercado: uno va y ve cosas que le gustan, pero (el gran pero), uno debe estar dispuesto a pagar el precio de las cosas que ve en el supermercado para conseguirlas, igual en la vida, todo tiene un precio llámese trabajo, estudio, esfuerzo, dedicación, si uno está dispuesto a pagar el precio que se nos pide lo que queramos pasará a ser nuestro, de otra forma solo miraremos en el escaparate de la vida lo que hubiéramos deseado sin que nunca lo hayamos tenido. Un ejercicio simple: piensa en una meta que desees lograr, una que aún no hayas conseguido; si no eres capaz de pensar en cinco acciones concretas que te permitirán alcanzar esa meta, créeme que estás todavía muy lejos siquiera de comenzar el camino hacia ella. ¿Por qué cinco? Por que las metas llevan acciones concretas directas e indirectas y generalmente son dos o tres acciones las requeridas para alcanzar la meta en sí, pero otras cuatro o seis que se requieren para hacer las primeras. Por ejemplo, el dominar un deporte requerirá tiempo de práctica, pero al mismo tiempo un cambio en los horarios para cumplir con el tiempo requerido de práctica. Es así que si no puedes determinar al menos cinco acciones en la meta que te propongas, mejor siéntate y piensa bien lo que deseas y el cómo alcanzarlo.

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La vida tiene retos, tiene metas, tiene sueños, de la misma forma tú tienes todo lo necesario para conquistar ese reto, lograr esa meta o alcanzar ese sueño, solo que se requiere que cada día des un paso hacia ello, después de todo así como el auto necesita gasolina para avanzar, así tus metas necesitan de tus acciones cotidianas para ser alcanzadas.

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Tus metas son alcanzables; veras: extiende tu mano a ellas, ¿ves como es que ya están más cerca? Cuando hablamos de las metas que nos ponemos en la vida, generalmente las que más valen la pena conllevan mucho esfuerzo, dedicación y tiempo, y en ese escenario es muy tentador el darse por vencido, pero ¿por qué pretender de golpe llegar a la meta cuando cada paso nos acerca más a ella? Ahorita tú lees este artículo sin esfuerzo alguno, pero pensemos en todo lo que tuvo que transcurrir para ello. Cuando naciste no sabías una sola palabra, que increíble suena, ¿verdad?, ni una sola palabra, pero ¿qué fue lo que pasó después? A los dos años comprendías unas 1000 palabras y usabas unas 200 o 300, para los cinco años comprendías unas 3000 palabras y usabas de 500 a 1000, ¿y ahora?, algunos calculan que un adulto puede comprender unas 10000 palabras y usar unas 3000, increíble, ¿verdad?. Ahora imagínate que al nacer tuviéramos conciencia y de golpe se nos dijera que tenemos que llegar a comprender ese cumulo de palabras, sería algo abrumador. Algo similar pasa con nuestras metas, desde aprender un nuevo idioma hasta bajar de peso, desde cursar una carrera hasta formar una familia, desde dominar un deporte hasta tocar un instrumento, la meta final es tan completa y tan compleja que vista a lo lejos se vuelve abrumadora, pero, ¿por qué no en vez de ver la meta vemos cada paso como un pequeño logro para llegar a ella?

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En las técnicas de adiestramiento de especies los humanos usamos reglas funcionales que olvidamos para nosotros, una de ellas el premiar cada pequeño logro, es así como se logra que un león salte por un aro, que un elefante se pare en una pata, o que un caballo pose gallardamente. Pues bien, no debemos ser más duros con nosotros mismos, de igual forma necesitamos pequeños reconocimientos por nuestros logros, pequeñas palmadas, pequeños gestos de aliento, pero ¿qué pasa muchas veces? que ante lo difícil del camino hacia la maestría de la vida nos autoflagelamos con reclamaciones por nuestros fallos o pequeños avances en vez de comprender la fragilidad por un lado que como personas todos tenemos pero el enorme potencial que como humanos presentamos. Ahora bien, comprensión no es condescendencia, simplemente significa eso: entender que cada paso nos acerca más a la meta y que al igual que en la vida habrá tropiezos, cansancio e incluso frustración. Es más, a veces hay tanta frustración que uno quisiera gritar, patalear y aventar todo por la borda, y está bien salvo esto último, grita y patalea todo lo que quieras y luego levanta de nuevo la mirada, ¿sabes que es lo que verás?, pues lo que veras es la meta que no se ha movido y que te sigue esperando, así es: la meta te seguirá esperando porque ella, la meta, está hecha para ti, para que un triunfador como tú la conquiste, de otra forma nunca la hubieras visto, y para eso se requiere ese gritar y ese patalear pues es la única forma de dejar en el camino la persona débil y crear una nueva vigorosa y con carácter para cruzar con ella la meta. Así que cuando creas que una meta está mucho muy lejos recuerda que tus metas son alcanzables; veras: extiende tu mano a ellas, ¿ves como es que ya están más cerca? Este artículo puede verse en video en http://bit.ly/xzj4cX

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No hay mejor recompensa que la satisfacción por un trabajo bien hecho El ser humano como entidad dual recibe constantemente dos tipos de satisfactores, aquellos externos que provienen del entorno donde nos desenvolvemos y aquellos internos que provienen del espacio infinito de nuestra propia persona, un equilibrio entre ambos es la garantía no solo de satisfacción sino de prosperidad. Cuando hablamos de un trabajo bien hecho nos referimos a las dos mundos en que como humanos nos desenvolvemos: nuestro mundo externo y nuestro mundo interno. En el mundo externo tenemos el reconocimiento social, la retribución al esfuerzo, la obtención de satisfactores, es decir, aquello que obtenemos cuando los demás, no uno mismo, reconoce que lo que se ha hecho cumple con las expectativas de calidad. En nuestro mundo interno tenemos la satisfacción intrínseca, la alegría por el resultado obtenido, el placer de la meta conseguida, es decir, todo aquello que obtenemos de nosotros mismos y que los demás no pueden darnos. De la misma forma se requiere la existencia de un equilibrio entre ambos mundos para que nuestra vida sea plena ya que llenar solo uno de ellos nos traerá una vida incompleta. Por ejemplo, hay personas (y de hecho esto es causa de problemas mentales, emocionales e incluso físicos), a las cuales su trabajo no les trae mayor satisfacción y que solo están en él por la paga, por las cosas de fuera que reciben. Todos conocemos a alguien así, alguien que llegado el momento vivirá etapas de depresión, falta de productividad o simplemente una insatisfacción que no solo se 59


acotará a su vida laboral sino que terminará permeando toda su existencia. De la misma forma existen personas tan satisfechas de lo que hacen que no les preocupan los demás, eso es bueno, el único problema es que ciertos satisfactores que requerimos como personas no podrán ser conseguidos pues los demás no reconocen el trabajo hecho y por lo tanto no lo retribuyen. El punto medio donde ambos mundos se llenan es aquel donde uno disfruta con creces lo que hace y al mismo tiempo los demás lo reconocen, esa es la clave del éxito. Cuando se disfruta lo que se hace no podemos decir que se trata de un trabajo ya que la actividad no implica precisamente un trabajo, de la misma forma el disfrute incrementa la creatividad, la innovación y la productividad trayendo como consecuencia un círculo virtuoso tanto de alegría como de prosperidad. Te sugiero un ejercicio, en una hoja escribe el trabajo que haces o que deseas hacer y debajo de él dos columnas: en una deberás poner todo lo que ese trabajo te da como satisfacción y que no te lo puede dar nadie ajeno a ti, en la otra columna deberás poner todo lo que recibes de los demás y que no puede provenir de ti. Si ves un equilibrio entre lo que escribas en las columnas tendrás un parámetro de referencia sobre el equilibrio de lo que haces en tu vida, de lo contrario tal vez debas hacer algunos ajustes para disfrutar lo que haces o hacer lo que disfrutas. En la vida necesitamos ser felices, pero también comer y vestirnos, así que construye el liderazgo de la existencia de tu vida desde la premisa de hacer aquello que te apasiona y que a la vez puede darte para vivir, después de todo no hay mejor recompensa que la satisfacción por un trabajo bien hecho

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Mientras más factores externos sean los que inciden en tus decisiones, menos dueño de las mismas eres Cuando hablamos de vivir nuestras vidas todos quisiéramos tener el referente de una libertad casi total para ello, pero al ser parte de un sistema social son muchos los factores que inciden en nuestras decisiones, en la medida que la última decisión sea de nosotros más dueños de nuestra vida seremos. En todas las épocas han existido aquellos que se autocatalogan como "rebeldes", gente que no está de acuerdo con el estatus quo de la sociedad y quiere vivir, según ellos, sin ataduras, libres, pero si uno analiza esos grupos lo único que hacen es salir de un sistema social para entrar en otros, en otros que también tiene sus reglas, sus normas, acciones que reconoce y acciones que sanciona. De lo anterior lo rescatable es esa sensación que el ser humano trae como parte de su propia naturaleza de querer ser dueño de su propio destino, es así como muchos buscan romper tantos lazos como le sean posibles con el mundo para lograr eso, lo cual es prácticamente es imposible. Vivimos en un sistema social, nos relacionamos con personas, y es en esa relación que existe por decirlo así un intercambio entre lo que damos y lo que recibimos. Este dar y recibir no se circunscribe a las relaciones sociales sino también a las laborales y a las personales, y no hay nada de malo en ello, así es como funciona la sociedad y las personas, el problema radica cuando los factores externos tienen tal peso en nuestras decisiones que prácticamente son ellos los que comandan nuestra vida. 61


En cuestión laboral, apagar nuestros deseos de realización personal en tal o cual actividad por otra que nos dé más dinero solo implica que hacemos dueño de nuestra vida a aquel que pueda pagarnos por ella; de la misma forma en la cuestión social, el acallar nuestra forma de ser para agradar y ser aceptado implica una traición a nuestro ser interno a cambio de una aceptación comunitaria; por último, en la cuestión personal, ceder a las exigencias de la relación entre amigos, pareja, etc solo implica que es otro quien decide por nosotros. Ahora bien, lo anterior no quiere decir que no deban de considerarse todos esos factores externos, entendamos algo: vivimos en una sociedad, necesitamos de los demás tanto como ellos necesitan de nosotros, el problema es ceder cómoda y convenencieramente las decisiones de nuestra vida a los factores externos que inciden en ella. Siempre existirán esos factores externos, hay que valorarlos y analizarlos, para finalmente ser uno quien tome la decisión final sobre las acciones que hagamos. Que quede claro que todos los factores externos, absolutamente todos, van de paso por nuestra vida, ninguno se quedará toda nuestra existencia, al final nuestra vida es nuestra, es por ello que las decisiones finales deben también serlo. Pon atención en lo siguiente: Generalmente cuando no hay conflicto entre la influencia que ejercen los factores externos y nuestros propios deseos, sueños e intereses, no hay problema alguno; el problema radica cuando se da un conflicto entre los factores externos y nuestros deseos, sueños e intereses, y eso es muy fácil de detectar pues nos hace dudar de las decisiones e incluso aunque sean tomadas nos hace sentir mal, como si algo no estuviera bien. ¿Qué hacer? Muy sencillo. La siguiente vez que te sientas así de incómodo ante una decisión que debas tomar, para clarificar tus ideas pon la decisión como una pregunta (por ejemplo, "¿debería estudiar X, o salir con X, o comprar X?"), 62


después pon "Por qué no:" y escribe todo lo que se te venga a la mente para no tomar esa decisión; después escribe "Por qué si:" y escribe todo lo que se te venga a la mente para si tomar esa decisión. Al final toma nota de en qué momento te sentiste más cómodo, si cuando estabas escribiendo las razones de los "no" o cuando estabas escribiendo las razones de los "si". La conclusión es obvia y evidente y dependerá de ti tomar la decisión correcta. La madurez de carácter implica que, al igual en un barco de velas con el viento que encuentra, uno es capaz de utilizar lo que la vida le pone para llegar a donde uno desea, después de todo mientras más factores externos sean los que inciden en tus decisiones, menos dueño de las mismas eres.

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La vida no es algo que se nos da cuando se nace, sino algo que debemos de ganarnos día a día con el fragor de la batalla cotidiana El don más valioso que sin duda alguna podemos tener es el de la vida, ya que ello nos capacita para todo lo demás: aprender, crecer, amar, trascender; solo que contrariamente con lo que suponemos, la vida, lo que realmente puede llamarse vida, es algo que debemos ganarnos. La definición físico-químico-biológica de vida la refiere a la capacidad de administrar los recursos internos de un ser físico de forma adaptada a los cambios producidos en su medio, sin que exista una correspondencia directa de causa y efecto entre el ser que administra los recursos y el cambio introducido en el medio por ese ser, sino una asíntota de aproximación al ideal establecido por dicho ser, ideal que nunca llega a su consecución completa por la dinámica del medio. Pero esa definición no nos remite a lo que somos, al cúmulo no solo de interacciones físico-químico-biológicas sino también de sueños, de sentimientos, de ideas. La definición anterior curiosamente no nos define como seres humanos, cuando mucho nos presenta un referente mínimo y básico sobre el cual se construyen los tangibles e intangibles de nuestra historia. Y es precisamente en este referente cuando la vida adquiere un significado trascedente ya que podemos ver como es que la vida es algo que vamos conquistando día a día. Estar vivo es una cosa, vivir la vida es otra. Para lo primero basta con realizar las funciones básicas de nuestro cuerpo, para lo 64


segundo se requiere la interacción de nuestros pensamientos, nuestros sentimientos y nuestra voluntad. En ese contexto podemos ver que nuestra vida no es lo que somos, sino en lo que nos vamos convirtiendo. Los éxitos y fracasos, las alegrías y tristezas, lo infinito y lo limitado, todo nos va moldeando, nos va construyendo, nos va transformando, y en ese proceso la participación activa de nosotros va dando la guía de lo que somos y más aún de lo que seremos. Si uno ve esto y entiende que ante los retos, obstáculos y limitaciones se requiere de toda nuestra fuerza, valor y entereza, se comprenderá entonces el porqué la vida nos reclama nuestra participación activa ya que una actitud pasiva lo único que hará es que todo lo anterior sea quien decida sobre nuestra vida llevándonos a una paradoja donde estaremos vivos, pero no viviremos nuestra vida. Volteando a nuestro alrededor podemos ver constantemente ejemplos de gentes que se sobrepusieron a adversidades físicas, sociales, económicas, culturales; ellos se hicieron dueños de su propia vida, ellos decidieron finalmente qué vida querían vivir, ellos nos dicen con su actitud que sí se puede y que la decisión final es nuestra. Cuando uno sienta que la vida pesa demasiado, que el desánimo abruma, o que el camino parece nunca llegar a buen término, solo es cuestión de hacer una breve pausa, voltear a nuestro alrededor, y ver casos que estando en un momento dado en condiciones más adversas, han sabido sobreponerse y salir adelante llegando a ser personas no solo de éxito sino de excelencia, después de todo hay que entender que la vida no es algo que se nos da cuando se nace, sino algo que debemos de ganarnos día a día con el fragor de la batalla cotidiana.

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El quedarte sentado solo hará que más pasos te separen de tu meta La vida como tal es un regalo maravilloso lleno de retos, enseñanzas y sorpresas; retos para crecer, enseñanzas para aprender y sorpresas para gozar, siendo la conjunción de estas tres aristas las que la hacen realmente maravillosa. Al igual que una carrera, donde el destino final es la conquista de una meta, la vida presenta caminos con retos cuyos fines por tramos conducen a metas planteadas, de la misma forma, estos retos en ocasiones pueden ser tan abrumadores que requerirán no de una, ni dos, ni tres, sino más intentos para ser superados. En este escenario es factible en ocasiones sentir el cansancio fatigoso del andar e incluso la frustración del no avanzar, siendo que en ocasiones puede pasar por la mente la idea de desistir de la búsqueda de la meta. A veces este desistir es momentáneo, esto sucede cuando se requiere de tiempo para recuperarse física, anímica o mentalmente, y decir momentáneo significa que una vez recuperada la totalidad de la energía, uno se lanza de nuevo a la conquista de la meta; pero en otras ocasiones la intención es desistir completamente de cualquier intento subsecuente por alcanzar el objetivo. En ambos casos sucede un fenómeno curioso: a diferencia del símil de la carrera donde uno puede descansar y la meta permanece fija en el horizonte, en el caso de las metas de la vida la meta no solo no permanece fija sino que se aleja. El estar en lucha constante por alcanzar algo va generando en nosotros mismos una condición que nos va capacitando para superar los retos planteados, pero una vez que uno cesa en esa lucha inmediatamente comienza a avanzar el deterioro del desarrollo logrado haciendo que lo avanzado se pierda.

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Es como cuando uno comienza a dominar un idioma, constantemente se tiene que estar avanzando hacia el dominio del idioma mismo, pero ¿qué pasa si se deja de practicar uno, dos o tres años? pues que el pleno dominio se vuelve más complicado pues incluso lo que ya se dominaba comienza a ser olvidado. De la misma forma, un atleta, como parte de su acondicionamiento físico constantemente se somete a esfuerzos físicos que le van dando mayor capacidad, pero al dejar de ejercitarse al cabo de unos meses todo lo logrado se pierde y debe comenzar de nuevo si es que quiere conseguir lo deseado. De la misma forma en la vida, cuando nos planteamos metas que valen la pena, el reto de las mismas nos va imprimiendo un carácter de conducta que nos va habilitando no solo para conseguir la meta planteada sino -ojo- incluso para vivir la vida a plenitud. Y es en este no desistir donde los retos nos hacen crecer, las enseñanzas nos hacen aprender y las sorpresas nos permiten gozar. Crecer en sentido de horizontes, de visión, de carácter, de logros y alcances; enseñanzas en sentido de lecciones, de conocimientos, de sabiduría; y sorpresas en sentido de alegrías, tristezas y trascendencia. Cuando sientas que la vida pesa y te pase por la mente la intención de desistir, recuerda que la meta no te esperará sino que al contrario se alejará haciendo más difícil su consecución después de todo el quedarte sentado solo hará que más pasos te separen de tu meta.

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Comienza intentándolo... terminarás lográndolo Una de las cualidades más fascinantes de la vida es precisamente el hecho de que no sabemos lo que el futuro nos depara, esto nos obliga a trabajar con todos nuestros recursos internos y externos en pos de metas que nos sabemos si lograremos alcanzar pero que al final, se alcancen o no, nos habilitaran con el carácter a prueba de todo que tienen los triunfadores. La incertidumbre de la vida plantea el enorme reto de trabajar con carácter y esperanza para lograr lo que deseamos, de la misma forma en ocasiones este hecho puede ser tan abrumador que lleve a pensar en intentar solo aquello que tiene grandes posibilidades de éxito, esto último nos hace reo de circunstancias externas pues solo cuando todo este de nuestra parte es cuando decidiremos intentar algo. Este pensamiento no solo no nos hace líderes de nuestra vida sino que nos quita en vez de darnos. Ejemplos de sobra hay: en el deporte, la ciencia, la política, la vida misma; cientos, miles de ejemplos donde personas se han jugado el todo por el todo incluso cuando las circunstancias les eran adversas; curiosamente lo más importante de esto es que independientemente del resultado, sea este favorable o no, el carácter obtenido es algo que permanece. Este carácter es el que permite continuar avanzando aún y cuando todo está en contra, el que nos habilita a soñar incluso con lo imposible, el que nos lleva a levantarnos ante grandes caídas, y el que nos permite erigirnos como líderes de nuestra propia vida.

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Otro hecho interesante es que ese intentar aunque a veces no se tenga el resultado deseado inmediato, puede verse, más que como fracasos o derrotas, como prácticas para un éxito futuro. Veamos el caso de Abraham Lincoln: Fracasó en los negocios a los 31 años, fue derrotado a los 32 como candidato para unas legislativas, volvió a fracasar en los negocios a los 34, perdió en unas elecciones a los 38, no consiguió ser elegido congresista a los 43, no consiguió ser elegido congresista a los 46, no consiguió ser elegido congresista a los 48, no consiguió ser elegido senador a los 55, a los 56 fracasó en el intento de ser vicepresidente, fue derrotado y no salió senador a los 58, por último fue elegido presidente de los Estados Unidos a los 60. Una cuestión incómoda pero real es que en ocasiones se requiere de esos pequeños tropiezos en la vida para moldear el carácter de las personas que les permita posteriormente desempeñarse con éxito. Al igual que cuando a un hijo se le da todo sin esfuerzo y éste termina maleándose, lograr todo y a la primera no nos permitirá generar un carácter no solo de fortaleza sino también de comprensión y entendimiento. Los sueños y las metas que realmente valen la pena generalmente requieren de tiempo y esfuerzo para ser alcanzadas, tiempo y esfuerzo que conlleva a un intentar constante pues generalmente el éxito no viene a la primera. En un mundo donde lo rápido es norma, entender esto nos evitará muchas frustraciones y nos habilitará para no darnos por vencido a la primera, recuerda: comienza intentándolo... terminarás lográndolo

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Tus sueños se alimentan de esperanza, tus logros de acciones El ser humano es una entidad doble, por un lado se mueve en mundo intangible de los sueños, las ilusiones y las esperanzas y por el otro trabaja y construye en las realidades cotidianas de la vida, un equilibrio de ambos mundos requerirá necesariamente de ideas y resultados. Cuando un artista está inspirado suele decirse que las musas están con él, esto en alusión a aquellas entidades que según la mitología griega eran inspiradoras de la música y la poesía. Esta alegoría hace alusión al hecho de que como seres humanos podemos acceder a realidades que ningún otro ser vivo puede. El solo hecho de poder hacer planes, de poder soñar, de poder visualizar, es una maravilla asombrosa de nuestro increíble potencial. Ejemplo de esto el caso de Beethoven quien prácticamente escribió sus 9 sinfonías padeciendo gradualmente problemas de sordera aunque la novena la escribió en sordera total. De la misma forma, nuestro ser interno es capaz de plantarse grandes metas, y por grandes hacemos referencia a que son metas que sobrepasan a uno mismo, que necesariamente lo llevan a ser más que lo que uno es en determinado momento, metas tan grandes, y por lo tanto tan valiosas, que necesariamente deben ser alimentadas siendo este alimento precisamente el de la esperanza. La esperanza es ese sentimiento que permite a una persona dada el construir día a día un futuro mejor para sí y los demás, por ende este sentimiento requiere de una actitud optimista con lo que puede volverse difícil de tener en casos de depresión, angustia o ansiedad. 70


Pero como no podemos soslayar que a todos, absolutamente a todos nos llegan en momentos dados esos estados anímicos negativos, una sugerencia mucho muy práctica es escribir, cuando nos encontremos optimistas, y por ende esperanzados, una brevísima carta a nosotros mismos para esos momentos de depresión, angustia o ansiedad. Así es, una carta donde nosotros mismos nos demos ánimo. Una carta hacia un yo futuro para no decaer y buscar, no tanto salir de ese estado anímico, sino esperar a que pase para continuar nuestro andar. Ahora bien, no podemos fincar todas nuestras esperanzas única y exclusivamente en esperanzas y estados positivos de pensamiento, en el mundo real, por llamarlo de cierta forma, se requieren de acciones. Acciones que sustentadas en la esperanza, permitan construir ese futuro deseado, acciones que tengan un objetivo concreto y maneras de medir su avance. Las metas para alcanzarse requieren de dinamismo, un dinamismo que permita avanzar hacia ellas. Ese dinamismo, reflejado en las acciones, debe sentirse como un caminar hacia las metas dispuestas, y no solo sentirse, sino también permitir apreciar los avances de manera tangible. Acciones que no cumplan ese criterio pueden estarnos desviando. Lo interesante de estas ideas, es que tanto la esperanza como las acciones deben tener su coincidente en las metas planteadas. Esto no es algo mínimo que cuidar. Las esperanzas pueden apuntar hacia un lado y las acciones hacia otro. De vez en cuanto hay que sentarse y comparar ambas para hacer los ajustes que permitan lograr lo planeado después de todo hay que recordar que tus sueños se alimentan de esperanza, tus logros de acciones.

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Qué curioso: cien errores te pueden conducir a un gran acierto, ¡nunca dejes de intentarlo!

El devenir de la historia humana demuestra con creces que lo que en ocasiones parece una derrota no es más que los preparativos para un éxito futuro, de ahí la importancia de no desistir en los intentos por lograr nuestros sueños Todos conocemos la historia de Thomas Alva Edison a quien los historiadores le adjudican más de mil intentos para fabricar la bombilla eléctrica, y su respuesta al señalamiento de estos fracasos en el sentido de que él no había fracasado sino que al contrario había descubierto mil formas de no hacer una bombilla, hasta que tuvo éxito. Una de las características de nuestro tiempo es precisamente la rapidez y facilidad para lograr las cosas, lo cual contrasta grandemente con el tiempo y el esfuerzo necesario en el pasado para cualquier acción, simplemente pensemos que para cruzar el atlántico en la época de Colón eran necesarios alrededor de dos meses, hoy con 12 horas podemos pasar de un continente a otro. Lo anterior genera una nueva personalidad en los individuos que tiende a desistir si las cosas no se obtienen fácil y rápido, pero a diferencia de los avances tecnológicos, la naturaleza del ser humano no ha cambiado por lo que sigue requiriendo de tiempo y esfuerzo para generar lo que denominamos carácter. Pensemos por ejemplo en las plantas, muchos avances científicos se han dado al respecto pero los tiempos de nacimiento y maduración no han cambiado por lo que uno tiene que ajustarse a estos a fin de obtener fruto abundante.

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De la misma forma el carácter de las personas requiere de tiempo y esfuerzo para crecer y madurar, tiempo y esfuerzo que permite, por un lado, la adaptación física de nuestro ser a las condiciones del mundo que vivimos, y por otro, la adaptación emocional e intelectual a ese mismo entorno, siendo la conjunción de estos elementos lo que forma lo que se llama carácter. Ahora bien, ¿qué sucede entonces si a la primera de cambios se desiste en los intentos de conseguir nuestras metas? Curiosamente lo de menos es que no conseguiremos los objetivos planteados, el problema real y mayor es que no se desarrollará el carácter necesario para ser un triunfador. ¿Y qué puede hacerse ante lo anterior? Simple y sencillamente no desistir de nuestros intentos por conseguir nuestras metas, lo cual generará –ojo- independientemente de si se consiguen o no las metas, un carácter a prueba de caídas y vendavales pues nuestra fortaleza interna será tal que permitirá sortear los más grandes obstáculos. ¿Lo anterior quiere decir que nunca se resentirán las caídas? ¡claro que no!, por más carácter que se tenga uno no deja de ser humano, de sentir, de alegrarse lo mismo que sufrir, la ventaja con el carácter desarrollado es que tendremos la fuerza necesaria para salir por nosotros mismos hasta el otro lado de la orilla lo que nos permitirá retomar nuestro camino haciéndonos dueño de nuestra vida y por lo tanto de nuestro destino. Lo que en nuestra vida y ante los ojos de los demás pueden parecer errores, con el paso del tiempo y si uno persevera en conquistar no solo las metas planteadas sino la vida misma, después de todo qué curioso: cien errores te pueden conducir a un gran acierto, ¡nunca dejes de intentarlo!

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Sin objetivos ni estrategias llegaras a cualquier lugar, menos a donde querías Hablando de metas de vida, una parte muy importante es la capacidad de automotivación que se pueda tener lo mismo para avanzar camino a dichas metas que para levantarse de las caídas propias del andar; pero de la misma forma, y por más motivados que se pueda estar, necesaria y forzosamente se requerirá que las metas planteadas tengan objetivos y estrategias claros y medibles para el logro de las mismas. Hablando de metas, generalmente este término hace referencia a logros ulteriores y generales que se buscan conseguir, por ejemplo, tener éxito en esto o en aquello, ser el mejor en esto o en aquello, o llegar a dominar esto o aquello, pero para lograr esa meta necesariamente se requerirán objetivos (o sub-metas) que por su propia naturaleza deberán ser específicos en cuanto a los cómos y cuándos para ser susceptibles de evaluación, es así como un objetivo debe ser ante todo medible (en cuestiones tanto de tiempo como de indicadores de eficiencia). Por ejemplo en tres meses lograr leer un libro o aprender 100 palabras nuevas en otro idioma en un mes son ejemplos de objetivos muy claros. De la misma forma el o los objetivos que se establezcan como necesarios para lograr una meta deberán ir acompañados de estrategias, es decir, de acciones puntuales que permitan lograr esos objetivos, por ejemplo, para los casos planteados, ponerse el compromiso de leer por la noche antes de dormir 5 páginas del libro en cuestión o cada mañana aprender tres palabras nuevas en otro idioma es una manera muy concreta de cumplir los objetivos y, por ende, las metas planteadas. 75


Estas observaciones pueden parecer muy evidentes pero parten de un hecho que también es mucho muy evidente y es que cada día podemos ver frases motivacionales que impulsan lo mejor que tenemos para llevarnos a alcanzar nuestros sueños, solo que esa motivación requiere de guía y dirección para ello, curiosamente la motivación –como seguro muchos de nosotros hemos experimentado-, puede venir de fuera, pero los objetivos y estrategias necesariamente deben venir de nosotros pues solo nosotros sabemos nuestros recursos y nuestras limitaciones para alcanzar estas metas. ¿Por qué esta serie de sugerencias?, pues por el simple hecho de que la vida misma, por su propia naturaleza, implica acción y dinamismo, pero en ocasiones esa acción y ese dinamismo puede ser puesto por factores externos, es decir, que nuestras acciones estén en función, no de nuestras metas, objetivos y estrategias, sino en función de la operatividad diaria que impongan esos factores externos (trabajo, sociedad, amigos). Ante esto, ¿cuál sería una sugerencia mucho muy práctica? Pues escribir la o las metas que queramos lograr (no se sugieren más de tres para estar en capacidad de darle seguimiento), seguidas de sus respectivos objetivos (por lo menos tres y que sean muy específicos y medibles) así como de las estrategias respectivas (otras tres por objetivo) para lograr estos últimos. La vida es una serie de eventos en los cuales interactuamos como actores de nuestra propia existencia, en la medida que esta interacción sea pensada y voluntaria más dueños de nuestra vida seremos, es así como debemos tener claridad en lo que queremos y en cómo lo lograremos, después de todo sin objetivos ni estrategias llegaras a cualquier lugar, menos a donde querías.

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Establecer un propósito le da sentido a nuestras acciones y permite focalizar nuestros esfuerzos y recursos La vida está hecha de retos, retos que para superarse requieren de utilizar recursos, recursos que como el dinero son renovables o como el tiempo no lo son, pero que independientemente de ello requieren de estrategia para que dichos recursos no sean desperdiciados. Las metas, más que como punto final de una serie de acciones, en muchas ocasiones se convierte en un nuevo punto de partida que nos permite iniciar nuevos andares en nuestra vida, en la medida que la meta establecida sea elevada y noble, nos permitirá partir con ventaja hacia nuevos horizontes. La meta no solo es un “qué quiero lograr” sino más bien un “por qué lo quiero lograr”, eso es establecer un propósito, algo no solo que nos guíe sino que nos motive. La misma palabra “propósito” hace referencia a un acto volitivo, una acción donde tanto la mente como los sentimientos intervienen voluntaria y libremente para conseguir un objetivo, donde hemos calculado los costos y beneficios y donde nos sentimos lo suficientemente motivados para avanzar hacia la consecución de las metas, es así pues que para esto requerimos tener claridad de ideas y fuerza de corazón. En este sentido, tanto mente y sentimientos deben ir a la par ya que si solo le ponemos cabeza a las cosas estaremos caminando por un terreno sumamente árido que fácilmente terminará desgastándonos; por el contrario, si somos todo

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corazón, es decir, sentimientos y motivación pero sin objetividad de pensamiento, corremos el riesgo de llegar con mucho entusiasmo a lugares que no queríamos. Propósito es trazar una meta sabiendo los qué y andar el camino hacia ella sabiendo los porqué; y ambos, qué y por qué, son cobijados por las estrategias que incluyen esfuerzos y recursos. En este punto, cuando hablamos de esfuerzos y recursos, ojo, nos referimos tanto a esfuerzos y recursos tangibles como intangibles. Entre los tangibles están los recursos materiales y financieros y dentro de los intangibles los de tiempo y motivación. Todos ellos se consumen como si fuera alimento para el alma y para el cuerpo en el camino hacia nuestra meta. En este sentido, mientras más elevada o retadora sea esta meta, mayores recursos tangibles e intangibles requerirá, es así que al iniciar el caminar hacia una meta debemos constantemente ver con que contamos en cuanto a recursos para conseguir nuestro objetivo. Esto último, el saber con qué contamos, no necesaria y forzosamente implica que deberemos tener todos los recursos que necesitaremos para nuestro camino desde un principio, pero si al menos tener claridad en cuanto a lo que se cuenta para iniciar ese caminar y en la manera en que durante el andar se solventarán las necesidades de recursos que se vayan presentando. No hay nada más satisfactorio que proponerse algo y alcanzarlo, y para ello se requiere esa claridad intelectual y esa fuerza interior de la que hemos hablado, todo ello nos permitirá eficientar nuestro andar ya que establecer un propósito le da sentido a nuestras acciones y permite focalizar nuestros esfuerzos y recursos.

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Cuando se disfruta el camino no hay propiamente un esfuerzo sino un disfrute en cada paso Lo mejor que le puede pasar a uno en esta vida es disfrutar realmente lo que hace, eso le da más sentido a las ideas que uno tiene y a las acciones que uno emprende, incluso en ocasiones tiene más sentido que lograr las metas que uno se proponga. Cuantas veces no hemos visto personas que ante las obligaciones que tienen en su vida muestran no solo una apatía sino en muchas ocasiones una actitud verdaderamente negativa, para esas personas lo que hacen es una carga por más nimio que nos parezca. De la misma forma, todos conocemos personas que su vida la viven con gozo, con alegría, y que sus obligaciones y los retos mismos que enfrentan lo hacen con un estado de ánimo que incluso llega a contagiar. La diferencia entre estos dos extremos está precisamente en saber disfrutar lo que uno hace, esto es la clave de todo, incluso del éxito, ya que el éxito es escurridizo y ocupa mucho esfuerzo, mucha energía, y que mejor manera de dar todo ese esfuerzo y esa energía que con un ánimo optimista, de confianza, de gozo por estar vivo. Al principio se comentó que esta actitud le da más sentido a las ideas y a las acciones que incluso lograr las metas que se proponga, esto parecería ser una contradicción pero no es así. Una meta es un objetivo, si lo vemos objetivamente la consecución de una meta dura un momento infinitamente pequeño, por ejemplo, 79


¿cuánto dura en el tiempo el que un corredor cruce la meta?, ¿o en que alguien obtenga un título?, ¿o en que un emprendedor inicie un negocio?, no nos confundamos, lo que dura tiempo es el camino hacia esas metas, pero el lograrlo dura un pequeñísimo instante, tal vez unos segundos, después la meta queda atrás y vienen otras. Siempre habrá metas, siempre habrá caminos, la manera de llegar a esas metas y de recorrer esos caminos es lo que nos dará riqueza en nuestra existencia, más incluso del alcanzar una meta ya que ésta puede llegar muy tarde en nuestra vida (o incluso no llegar), mientras que el camino hacia ella estará presente en todo el trayecto. Ahora bien, a veces uno no puede escoger del todo la meta o el camino, las obligaciones que la misma vida va poniendo en ocasiones casi nos obliga a tomar ciertas decisiones, pero ¿por qué amargarnos por ello?, siempre habrá algo positivo de lo que hagamos, algo que nos guste o que nos llene; pues por pequeño que esto sea, debemos enfocarnos en ello para darle no solo sentido a nuestra existencia sino fuerza y motivación. En una ocasión, en un taller de emprendedurismo que me tocó dar, alguien se quejaba de lo dura y difícil que le era la vida, de lo casi imposible que se le hacía el ver algo positivo cada día que le permitiera avanzar con gozo el camino que tenía que recorrer, que lo que yo le proponía era realmente imposible. En ocasiones uno tiene que ser drástico ante actitudes tan extremosas. Es así como le acerqué un pequeño cuchillo que había quedado del entremés que nos habían dado y le dije que si la vida le era tan pesada por qué no terminaba en ese instante con ella. La persona se me quedó viendo incrédula de lo que oía. "¿Qué pasa? -le pregunté- ¿por qué no acabar con esto de una vez? ¡vamos!". El silencio reinaba en la sala. Después de un momento le quite el pequeño cuchillo y le dije con la intención que todos oyeran "eso mismo que te detiene para una acción

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como esta es de lo que cada día debes aferrarte para transitar este período que te ha tocado en este momento". No podemos ser ingenuos, la vida es dura, es pesada, a veces los trayectos son oscuros, lo único que a veces uno tiene es su ánimo, su entereza, su voluntad de seguir adelante esperando salga el sol y las cosas mejoren, puede que esto suceda, puede que no, pero desde el momento mismo en que uno avanza con esa actitud ya ha ganado, después de todo cuando se disfruta el camino no hay propiamente un esfuerzo sino un disfrute en cada paso.

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La trascendencia tiene que ver con lo que ahorita estás haciendo, ¿cómo quieres que se te recuerde?

Hay conceptos que en el transcurso de la historia de la humanidad han llamado la atención lo mismo de las sociedades que de las personas, uno de esos conceptos es el de la inmortalidad, curiosamente la inmortalidad puede construirse día a día, siendo que, desde esa perspectiva, uno debe cuidar lo que construye pues eso permanecerá para siempre. Cuando hablamos de inmortalidad hay dos acepciones que se nos vienen a la mente, una de ella es la de la imposibilidad de morir, pero la otra, y que es la que nos interesa, se refiere a la perdurabilidad de algo en la memoria, ya que eso implica que todos podemos alcanzar este estado (al menos en su segunda acepción) para lo cual debemos cuidar nuestro actuar presente. El pensamiento anterior puede ser muy poderoso cuando pensamos nuestras acciones temporales con un sentido de trascendencia ya que nos motiva a dar ese esfuerzo extra para poder así tener un efecto que vaya más del momento presente. Curiosamente mucha gente piensa en el corto plazo, en el beneficio que en su tiempo pudiera acarrearle alguna acción, lo cual cobra su máxima expresión en cuestiones de corrupción y delitos. La corrupción y los delitos son el camino fácil y rápido para obtener hoy lo que se quiere, pero no solo obtener hoy lo que se quiere sino obtenerlo hoy a costa del futuro.

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Por el contrario, cuando uno piensa en función de la trascendencia de sus actos se da cuenta que la cobardía de no exigir, de no señalar, de no criticar, la complacencia de ocultarse, de beneficiarse, de hacerse cómplice, genera en el largo plazo, a manera del efecto fractal, un boomerang de consecuencias que, aunque no lleguen a afectar a uno, afectaran a las generaciones futuras de nuestros amigos y familiares. Eso en la cuestión social o comunitaria, pero también está la cuestión personal. Todos conocemos casos de amigos, familiares o simples conocidos a los cuales todavía se les recuerda, más que por su carácter o su personalidad, por aquellos actos que definieron su vida, siendo que los actos de valor, de carácter, de congruencia, serán reconocidos por las generaciones incluso una vez que uno se haya ya ido, pero de la misma forma los actuares tibios, convenencieros o de plano cobardes, serán señalados de forma recriminatoria en la trascendencia de nuestros actos. Hay un ejercicio que en ocasiones uso en mis talleres de liderazgo y que es bien sencillo y a la vez aleccionador y que te comparto: en una hoja blanca pon tu nombre en la parte de arriba, después, en cuando mucho cinco renglones pon la manera en que te gustaría te recordaran (en este punto y como ayuda les digo que se imaginen que abren una enciclopedia del futuro donde estuvieran, ¿qué te gustaría dijera?); una vez efectuados los dos pasos anteriores, trazar una raya horizontal que divida lo que se acaba de escribir y poner debajo de esa línea todas las acciones que ahora mismo están desarrollando para lograr esa manera en que quieren ser recordados. Como mencioné, es un ejercicio sencillo que generalmente arroja una deficiencia de acciones actuales para ese recuerdo que se desea se asocie con uno. Generalmente un 80% levanta la mano cuando les pregunto ¿quién no cree que con lo que ahorita está haciendo se logre esa forma en que quieren ser recordados?, pero acto seguido señalo –y de igual forma te señalo a ti quien lees 83


esto- que no todo está perdido, es más que hay buenas noticias: todavía tienes tiempo de entrar a la historia con el carácter y el valor que solo la gente libre posee. El camino a la eternidad, comienza en el presente; nuestras acciones nos conducen, no solo a las metas planteadas, sino también a la forma en que seremos recordados, de ahí el valorar con creces el momento presente para trabajar ahora por la inmortalidad que ya es nuestra pero que nosotros decidiremos como se nos recuerda, después de todo la trascendencia tiene que ver con lo que ahorita estás haciendo, ¿cómo quieres que se te recuerde?

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Cada paso que das te acerca o te aleja de tu objetivo, piénsalo muy bien y !actúa!

Cuando hablamos de metas y objetivos hemos dejado muy claro la necesidad de ponerle acción a las ideas, pero de la misma manera, estas acciones deben estar pensadas en función de lo que se desea lograr, de otra forma, no solo es posible que no avances a tu meta sino que incluso retrocedas. En una ocasión me tocó realizar un trabajo de consultoría en una empresa, su dueño se quejaba amargamente de que era el primero que llegaba, el ultimo que se iba y que todos sus empleados trabajaban muy duro pero que la empresa no salía de sus problemas. No tiene caso relatar aquí los pasos que se dieron para realizar un diagnóstico serio de la situación, lo que sí quiero comentar es que al final nos dimos cuenta (sobre todo el empresario) que las acciones, si bien había muchas, no estaban encaminadas a los objetivos que se deseaban. La vida es nuestra empresa, a ella le damos nuestro tiempo, nuestros esfuerzos, pero en ocasiones sucede que hay una diferencia entre lo que deseamos y lo que estamos haciendo para conseguirlo. A diferencia de un destino físico (una ciudad, una plaza) a donde podemos por diferentes caminos solo dirigiéndonos a ese destino llegar, generalmente las metas de la vida son un poco más complejas y requieren de ponerle al asunto tanto razón como corazón. Esto de ponerle razón significa analizar concienzudamente el objetivo planteado así como los pasos para alcanzarlo, lo de ponerle corazón se refiere a que tanto el

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objetivo planteado como los pasos para alcanzarlo motiven en uno sentimientos muy fuertes de motivación y esperanza para que el andar sea autosustentable. ¿Y cómo podemos hacer lo anterior? Antes de decir cómo hay que aclarar que esto es un poco complicado, ¿por qué? pues por varias razones, una es que las metas de la vida cambian constantemente (en otras palabras los deseos de uno traducidos en metas cambian), otra razón es que aunque los deseos de uno no cambien a veces es uno el que cambia, con lo que deben redirigirse las acciones, y por último, porque aunque las metas no cambien y tampoco uno cambie, las circunstancias externas pueden cambiar a tal grado que obliguen a cambio de planes. Y en ocasiones estas tres observaciones dadas se dan ¡al mismo tiempo! Pero bueno, uno no puede quedarse sin hacer nada. Así que ¿cómo podemos en cierta forma analizar las metas y las acciones a la luz de nuestra razón y nuestro corazón? Primero, en una hoja escribir de la manera más clara en la parte superior la meta, el objetivo o lo que se desea lograr. A continuación, debajo del enunciado de nuestra meta/objetivo/deseo dividir la hoja en tres columnas. Posteriormente en la primer columna hay que escribir las razones emocionales por las que uno desea alcanzar esa meta/objetivo/deseo, ojo con esto, son razones emocionales, es decir, aquello que motive sentimientos fuertes en nuestro interior para alcanzar la meta/objetivo/deseo en cuestión. En la segunda columna hay que poner de una manera muy clara, precisa y concisa, las acciones (con tiempo y resultados medibles) que uno realizará para alcanzar esa meta/objetivo/deseo. En la tercer columna y para cada acción hay que poner las razones emocionales para realizar cada una de esas acciones. Pero esto no termina aquí, ahora viene la prueba de fuego. Después de todo este ejercicio hay que escribir una pregunta y contestarla tan sinceramente como sea posible (después de todo a nadie vamos a engañar contestando de otra manera). 86


La pregunta con la que este ejercicio cierra es la siguiente: si hicieras todas esas acciones pero no lograras la meta, ¿cómo te sentirías? Desafortunadamente debo adelantarte la respuesta, y esa es que si lo que contestas va en términos de "me sentiría mal, deprimido, triste, fracasado, etc.", quiere decir que algo está mal, que tus acciones no son lo suficientemente satisfactorias como para sentirte pleno por el solo hecho de realizarlas, ¿Y a qué viene esto?, casi a nada, recuerda lo que platicamos al principio de la dificultad de alcanzar metas, en ocasiones factores externos a ti impedirán alcanzar esas metas, eso no depende al 100% de ti, lo que si depende totalmente de ti son las acciones. La meta es agradable, pero las acciones deben ser plenas pues son las que te definen a ti como persona. Esto es un pensamiento complejo pero que si lo llegas a dominar hará de ti (paradójicamente) un triunfador aunque no logres todas las metas que te propongas. Mientras esto llega pon claridad en tus ideas y en tu corazón para las metas que te plantees y, sobre todo, para los pasos que des para alcanzarlas, después de todo cada paso que das te acerca o te aleja de tu objetivo, piénsalo muy bien y !actúa!

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Servicio es entender y aceptar que en muchas ocasiones tú serás quien haga el camino, pero otro quien lo recorrerá

En cuestión de desarrollo y motivación, pocos conceptos son tan difíciles de entender y más aún de aceptar, que la cuestión del servicio. En un mundo donde nuestros esfuerzos y acciones están encaminados siempre al logro de metas y objetivos personales, entender que en ocasiones esos frutos podrán ser cosechados por otros es algo complicado. La historia humana está llena de ejemplos de esfuerzos personales e incluso comunitarios que les han otorgado a sus autores el beneficio de la consecución de sus metas, pero de la misma forma hay muchos ejemplos de esfuerzos, de luchas, que han iniciado una cadena de eventos cuyos resultados finalmente han venido a beneficiar a otros actores. Pensemos nomás en las luchas de independencia o revoluciones que matizan la historia de muchos países, en ocasiones quienes han comenzado o participado tenazmente en esos movimientos no lograron ver el resultado final, pero creían tanto en algo que fueron capaces de dar la vida por ello. Ese ejemplo, si bien difícil de aceptar por quien desea que lo que busque consiga en su tiempo para su propio beneficio, no se compara en grado de dificultad para entender como aquellas luchas que aún no terminan y cuyos guerreros han dado vidas y vidas por ellas, ejemplo de esto, la lucha contra el hambre, las guerras, la corrupción, la injusticia. ¿A qué viene todo esto? En otras ocasiones hemos abordado los temas del esfuerzo, de la superación, de la lucha en pos de metas y objetivos, todo eso está bien, pero una parte decisiva de la trascendencia es ir más allá de las 88


motivaciones personales y emprender luchas que nos trasciendan tanto en cuestión de tiempos, como de logros y beneficiarios. Un pensamiento por demás mediocre es ese de “ese no es mi asunto, a mi no me atañe eso, no es mi problema”, pensar así es recluirse en un caparazón de autocomplacencia que impide no solo el desarrollo comunitario sino incluso personal. Imagina nomás si los que lucharon antes que tú por libertad, igualdad, justicia, si ellos hubieran tenido la visión utilitarista de solo luchar por aquello que los beneficiara a ellos de manera no solo personal sino también inmediata, ahorita no estarías tu disfrutando de los frutos de su esfuerzo. ¿Ves como es que al final incluso el esfuerzo en beneficio de la comunidad termina siendo en beneficio personal?, eso es pensar como grupo, de manera solidaria, pero sobre todo, por intentar con todas las fuerzas por hacer un mundo mejor. Es cierto, afortunadamente aún hay mucho por hacer en este mundo, y digo afortunadamente porque esto nos permite poner nuestro granito de arena en el presente para la trascendencia de nuestras acciones a través del servicio, pero esto se logra cuando vamos más allá de la inmediatez de nuestro tiempo y de nuestras propias necesidades, cuando nos sabemos co-creadores del mundo y edificadores del futuro, cuando nos reconocemos como parte activa del destino no solo de nuestra vida sino de las de los demás. Cuando creas que tus luchas no tienen el efecto inmediato que esperas, no desesperes, ofrécelas al mundo que heredarás en el entendido que tu eres parte de los demás y los demás son parte tuya, después de todo servicio es entender y aceptar que en muchas ocasiones tú serás quien haga el camino, pero otro quien lo recorrerá

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Cuando uno tiene bien claras sus metas y sus valores, es mucho más difícil perder el rumbo

Hay una frase que sabiamente señala que si de que vale ganar el mundo cuando se pierde el alma, creo que la respuesta es obvia: de nada, sería tanto como comprar un billete de cien pesos pagando por ello mil. Pues en la vida es igual, las metas deben estar pensadas en función de uno mismo, y no al revés. El mundo pragmático actual hace un énfasis en el pensamiento de que “el fin justifica los medios”, este pensamiento ejerce una presión considerable sobre los principios y los valores de las personas pues en ocasiones estos últimos son considerados prescindibles sobre todo si se interponen entre uno y lo que se desea. En este orden de ideas hay que tener muy claro que las acciones para lograr una meta no necesariamente dependen de la meta misma, es así que una meta noble puede tener acciones que no lo sean, un ejemplo de esto sería la intención de dar de comer al hambriento, meta noble, pero que si se busca conseguir robando a los demás para alcanzarla pierde todo su mérito. La simulación, la mentira, la traición, la conveniencia pueden llegar en su momento a presentarse como atajos tentadores para lograr la meta propuesta, y ahí es donde intervienen los valores. Desafortunada y tristemente hay ejemplos de sobra de gente que propone cambios, formas diferentes, mejores, de hacer las cosas, y cuando se les confía simple y sencillamente cambian dando paso a los antivalores pues la meta se vuelva de mayor importancia que su propia persona. Pensemos esto: la meta es algo externo, los principios y valores son algo interno. Sacrificar en el altar de la meta los principios y valores es reconocerle a aquella

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mayor importancia que uno mismo, tan así que uno es capaz de traicionar lo que siente y lo que piensa en función de lo que quiere. Pero también está el otro lado de la moneda, aquellas personas que hacen de su andar motivo de orgullo por la congruencia entre sus ideas y sus acciones. En ocasiones ese andar se vuelve pesado, es más, tal vez el camino se vuelva un poco más largo, pero al final trae más satisfacciones, sobre todo personales ya que la esencia de uno no se pone en venta para alcanzar las metas que se propongan. Ahora bien, este análisis tiene un sentido también mucho muy práctico, ya que cuando uno es capaz de defender sus ideas, sus principios y valores incluso a costa de alcanzar de manera rápida y fácil la meta, puede entonces estar seguro que cuenta con un carácter a toda prueba y que no habrá factor externo que condicione su andar y la vida misma. Pero, el gran pero, para lograr lo anterior primeramente es necesario que uno tenga muy claro aquello en lo que cree. La justicia, la verdad, la paz, no son cuestiones abstractas sino eminentemente prácticas que matizan las ideas, los sentimientos y las acciones de uno, siendo que el discurso queda de lado cuando lo que se hace es congruente, claro y palpable. El caminar hacia las metas que uno se plantea puede hacerse a través de diferentes caminos, en ese sentido hay que escoger aquellos caminos que fortalezcan nuestro carácter y definan nuestro espíritu, después de todo cuando uno tiene bien claras sus metas y sus valores, es mucho más difícil perder el rumbo

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Mejor contar aquellos pequeños logros que en el andar se han obtenido en vez de contemplar lo que aún no se obtiene Cuando nos fijamos una meta debemos tener muy claros dos aspectos, uno se refiere a las acciones que en su momento serán necesarias para alcanzar la meta señalada y el segundo es que esas acciones, y por ende la consecución de la meta, llevarán tiempo. Una de las principales razones de desanimo cuando avanzamos en el camino de la vida hacia las metas que nos hemos fijado tiene que ver con que en ocasiones la consecución de la meta se difiere en el tiempo siendo muy tentador el claudicar de su búsqueda. Pero de la misma forma, todo caminar hacia cualquier meta que nos fijemos necesariamente generará resultados en el corto, mediano y largo plazo, resultados que pueden ayudarnos a sobrellevar ese andar si somos capaces de valorarlos. Pensemos un ejemplo muy a la mano: la educación. La mayoría de nosotros tenemos en nuestro haber la experiencia que surge de los procesos formativos, sean de nivel básico, medio o superior. No importa si hablamos de un certificado de primaria, secundaria, preparatoria o un título universitario, todos ellos requirieron acciones y llevaron tiempo. Ahora bien, pensemos en todos esos pequeños (o grandes) logros que, pensados o no, formaron parte de nuestro andar hacia la meta final establecida, son muchos ¿verdad? Pues bien, esos pequeños (o grandes) logros forman parte del camino, forman parte del andar, son como los peldaños de una escalera. El problema surge cuando ante lo distante de la meta, ante lo tardado de su consecución, el desánimo abruma el alma y argumenta en contra del esfuerzo que implica el andar 92


por el camino de la vida. ¿Cuál es la solución? Como en todo no hay una sola solución ni mucho menos una única y fácil solución, pero si estrategias que nos permitan remontar los intentos de sabotaje hacia nuestras metas que surgen de nuestro interior, siendo una de las estrategias más efectivas el relacionar esos pequeños (o grandes) logros que se han obtenido en el andar hacia la meta. ¡Ah!, pero no se trata nomas de aquellos logros relacionados con la meta sino incluso aquello que no tienen (aparentemente) relación alguna. Por ejemplo, en la referencia que se hizo a la educación, el estudiar y finalmente conseguir un certificado o título lleva aparejados logros incluso sociales como los nuevos amigos o conocidos que se cultivan en el proceso formativo. Es así que para relacionar esos logros que hemos comentado se sugiere que se aborde de la siguiente manera: desde que empecé a trabajar para conseguir X meta, ¿qué cosas me han traído gustos o satisfacciones personales o profesionales? Esa simple pregunta permite poner en perspectiva el andar hacia la meta e identificar (y por ende valorar) aquellos pequeños (o grandes) logros que han llegado a formar parte de nuestra vida y que nos permitirán al llegar a la meta ser más de lo que inicialmente habíamos pensado. El tiempo que nos lleva conquistar una meta no es tiempo ocioso sino un tiempo en el cual se dan muchos pequeños o grandes logros que pueden hacernos más llevadero el caminar si sabemos darnos cuenta y valorarlos, después de todo es mejor contar aquellos pequeños logros que en el andar se han obtenido en vez de contemplar lo que aún no se obtiene.

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Éxito no solo es lograr una meta, sino también saberte mejor que cuando comenzaste tu andar Cuando nos fijamos una meta suceden dos cosas. Una muy perceptible es la manera con que cada paso nos acerca a la meta, la otra menos perceptible son los cambios internos y personales que produce en nosotros ese andar. Las metas surgen de las necesidades o deseos que todos como humanos tenemos. Hay metas materiales otras intelectuales e incluso espirituales, las hay del corto, mediano y largo plazo, también hay metas individualistas y otras que por ser compartidas se vuelven colectivas, pero todas las metas comparten algo en común y es el hecho de que quien la persigue está dispuesto a dar algo a cambio de esa meta, generalmente tiempo, recursos y esfuerzo. Cuando de recursos personales hablamos, sea este nuestro tiempo, nuestros recursos o nuestro esfuerzo, es normal y natural que estemos dispuestos a darlos a cambio de conseguir la meta que nos hemos planteado, esa es la percepción subjetiva del valor: consideramos de mayor valor lo que hemos de obtener que lo que entregamos a cambio. Pero de la misma forma hay que ver que eso que entregamos implica que cedemos aspectos que tienen que ver con nosotros mismos y que por lo tanto reconfiguran nuestra misma persona y traen aparejados cambios que generalmente no consideramos, ¿y por qué no consideramos esos cambios en nuestra persona?, pues por la simple y sencilla razón de la complejidad de las variables y sus interrelaciones que hacen imposible el saber que va a pasar con nosotros en el camino hacia la meta.

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Pero el no saber que va a pasar no quiere decir que no nos vayamos dando cuenta de qué es lo que va pasando y en función de eso evaluarlo y en caso de ser necesario ajustar nuestro andar. ¿Cuántos casos no podríamos enumerar de personas que llegan a las metas de éxito o triunfo que se han planteado pero que al final terminan peor como individuos que como comenzaron? Eso es porque no había nada de mayor importancia (que no confundir con valor) que la meta trazada, siendo que estuvieron dispuestos a sacrificar lo que fuera por alcanzarla, el problema es cuando se sacrifican cosas de mayor valor que la meta como el carácter, el autorespeto, la honestidad, la congruencia, la veracidad, la tranquilidad, la familia, los valores, etc. Para cuidar lo anterior se requieren dos cosas, una es tener muy en claro cuáles son aquellos valores que nos definen como personas y que consideramos que no son susceptibles de sacrificarse por una meta, lo otro es hacer de vez en cuando un alto en el camino hacia la meta para vernos y sabernos y entender qué cambios se han dado en nuestra persona, sobre todo cambios profundos en este sentido. Es así como podemos ver qué el éxito entonces tiene dos vertientes: una se refiere propiamente a la consecución de las metas que uno se plantea, pero la otra tiene que ver con la mejora como persona que pudiéramos experimentar como parte del andar hacia esa meta. Cuando uno descuida lo segundo es cuando se dan los vacíos depresivos pues la meta (que es algo externo) no alcanza a compensar lo perdido como personas (que es algo interno), de ahí tener muy en claro qué cosa quiere uno y en qué persona quiere transformarse uno, después de todo éxito no solo es lograr una meta, sino también saberte mejor que cuando comenzaste tu andar

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Desdeñar la educación es como subirse a un bote y rechazar los remos Las características del mundo actual han puesto al alcance como nunca antes la posibilidad de recibir educación, pero de la misma forma el emprendedurismo ha demostrado que ésta no es un requisito sin el cual no se consigue el éxito, el conciliar estas dos posturas nos permitirá tener no solo claridad en cuanto al tema sino flexibilidad en cuanto las opciones de vida. ¿Qué tienen en común personalidades como Bill Gates, Steve Jobs, Frank Lloyd Wright, Buckminster Fuller, James Cameron, Mark Zuckerberg, Tom Hanks, Harrison Ford, Lady Gaga o Tiger Woods? Desde luego una cosa es que se trata de personajes exitosos en sus respectivos campos de actuación, pero la otra y más interesante es que todo ellos abandonaron en sus momentos sus estudios universitarios, ¿esto quiere decir que la educación no es necesaria para alcanzar el éxito? Para responder lo anterior hay que ver lo siguiente: lo primero es que no se trataba de gente analfabeta sino que sí habían recibido educación formal y que fue en sus estudios universitarios donde se termina la formación académica antes de su conclusión formal; lo segundo es que el abandono de los estudios universitarios se da porque su carrera laboral comienza a dar frutos, a diferencia del pensamiento de abandonar los estudios para ir en pos del éxito; y por último que en cierta forma éstos personajes tenían en sí ese potencial que les permitió alcanzar el éxito sin necesidad de una carrera profesional.

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Pero si tuviéramos que contestar con un si o un no a la pregunta de si la educación es requisito para el éxito o la falta de ella garantía de fracaso, la respuesta es no, y así como estos casos comentados inicialmente se tienen muchos más en la historia de la humanidad que demuestran lo anterior. Pero así como no es un requisito ineludible para alcanzar el éxito tampoco está demás el obtener una formación, es más, la misma puede permitir compensar ciertas deficiencias que como humanos tenemos. Paso a explicar esto. Para ser un buen cantante, para ser un buen escritor, para ser un buen atleta, para ser lo que sea no es necesaria la formación formal podríamos decir, pero si se requiere tener las capacidades para y (muy importante) una experiencia que podríamos llamar formación informal. Pues bien, hay quienes no tenemos ciertas capacidades pero que la educación nos permite subsanar con el manejo de la técnica apropiada. Es así como la educación nos puede servir para alcanzar la meta. Pero de la misma forma dejar en manos de la educación todo el potencial para alcanzar nuestro éxito y nuestras metas es dejar de lado la responsabilidad de nuestro destino que necesariamente es nuestra. ¿Cuál sería un punto no medio sino más rico?, pues aquel donde la formación que recibimos la completamos con la experiencia y la enriquecemos con nuestro emprendedurismo, es así como el triángulo formado por formación-experienciaemprendedurismo nos genera una base, un soporte, una plataforma sobre la cual podemos construir un futuro más estable y al mismo tiempo con más opciones ante los retos que enfrentemos. La vida actual exige no solo actitud sino también aptitud, siendo que esto último tiene sus principales referentes en la capacidad personal y la formación o

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habilitación para el desempeño exitoso, es así que desdeñar la educación es como subirse a un bote y rechazar los remos.

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De cada caída solo hay una pregunta que tiene sentido: ¿qué puedo aprender de esto? Los pasos que uno da en la vida llevan implícitos el riesgo de caer y aunque esto es algo normal también es algo que uno no busca ni desea pero de lo cual pueden sacarse lecciones de trascendencia y plenitud. Dicen que en una ocasión iba una persona ya mayor caminando al lado de un joven cuando de repente los dos tropezaron. El joven, impetuoso, se puso a golpear el suelo y maldecir durante buen rato hasta que, una vez que le pasó el mal rato, cayó en cuenta que el anciano no paraba de reír y festejar. Asombrado de esto le preguntó que si por que se reía cuando su caída (la del viejo) había sido tal vez incluso hasta más estrepitosa y avergonzante por la cuestión de la edad, entonces el anciano le respondió “mira, yo ya estoy viejo y me tomo las cosas con más calma, así que cuando me caí en vez de molestarme me puse a ver con qué me había tropezado y ¡mira! –dijo mostrando una piedra brillante- ¡encontré que me había tropezado con un diamante!”. Afortunadamente como humanos estamos propensos (yo diría que muy propensos) a caer en nuestro andar por la vida, y digo afortunadamente pues las caídas, aparte de enseñarnos humildad y empatía, pueden permitirnos no solo aprender sino fortalecer nuestro carácter, siendo que esto dependerá en parte de nosotros. Cuando se señala que esto del aprender y fortalecer nuestro carácter dependerá “en parte de nosotros” se refiere a que como seres libres e independientes podemos influir en nuestra vida y nuestro destino, pero que no todo depende de 99


nosotros, imaginemos simplemente si nuestro crecer en la vida dependiera de nuestra inteligencia, nuestra voluntad o nuestra conciencia ¡realmente sería algo mucho más complicado de lo que ya es!, así que podemos influir en nosotros y nuestro andar pero en parte. La otra “parte” es la naturaleza misma de nuestra vida, la forma en que por el simple hecho de existir y estar vivo nos va sometiendo a pruebas que de manera a veces imperceptible y otras violentamente, van haciendo pequeños y grandes cambios en nosotros. En el primer caso, cuando participamos de nuestro crecimiento de manera libre y voluntaria nuestra colaboración es activa, es decir, nosotros decidimos y cooperamos con nuestro propio crecimiento; en el segundo caso, cuando es la vida misma la que va haciendo cambios en nosotros, nuestra participación es pasiva, es decir, podemos cuando muchos darnos cuenta de esos cambios si nos prestamos atención. Pero independientemente de ello en los dos casos la conciencia de nuestro andar nos puede hacer encontrarnos esos diamantes en el camino, incluso ante las caídas de la vida. Hagamos un ejercicio que propongo en los talleres de desarrollo humano, piensa en un evento que pudiéramos enmarcar como una caída o un error en tu vida pero que haya sucedido hace cinco años o más, ¿qué aprendiste de ello?, ¿cómo te ves ahora?, ¿qué cambios se han dado en tu persona a raíz de ese evento? Ahora vamos sobre la segunda parte del ejercicio. Recuerda con detalle cómo te sentías en el momento en que se dio esa caída, tropiezo o error, ¿cómo te sentías?, ¿qué pensabas de ti mismo?, ¿qué pensabas de la vida y los demás? El ejercicio tiene que hacerse de esta manera ya que si se voltea la secuencia retrospectiva (hacer primero la segunda parte), no te permite ver lo aprendido, pero por la forma en que está configurado te permite ver la sabiduría adquirida pero también como es que en el momento ésta no era perceptible.

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¿Piensas que te voy a decir que a la siguiente vez que caigas en vez de quejarte, llorar o maldecir veas que has aprendido? Pues no, esto último viene una vez que la lección se ha asimilado y esta asimilación es frustrante y dolorosa, así que primero quéjate, llora o maldice pero después no dejes de recoger el diamante con el que te has tropezado, después de todo de cada caída solo hay una pregunta que tiene sentido: ¿qué puedo aprender de esto?

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Comprobado: Tus pensamientos pueden hacerse realidad... !siempre y cuando pongas acción en ello! Un hecho innegable de la vida es que para toda acción se requiere una motivación y para toda motivación una idea, una idea que en cierta forma establezca lo que se quiere, cómo se quiere y por qué se quiere. En la medida que esta idea se dinamice con acciones concretas se darán pasos seguros en el camino a su realización. El ser humano es generalmente representado como una dualidad entre el mundo de las ideas, los sueños y las ilusiones y el mundo de los hechos, las acciones, y las realidades. Todos nosotros tenemos en nuestro ser la capacidad para imaginarnos nuevos formas de ser y hacer y para poner manos a la obra en la consecución de esas ideas. Es así como fomentar la ideación y acompañarla de acción es la fórmula para avanzar en la realización. La capacidad de la mente para influir en nuestro entorno es de tal magnitud que ha generado una corriente de pensamiento que en muchas ocasiones ha abogado por una visualización creativa que busca atraer, por así decirlo, las realidades que uno imagina hasta hacerlas realidad. Esta idea es noble, de hecho es correcta en su forma inicial pues es un hecho que para lograr algo, lo que sea, primero debemos tener claro qué es lo que queremos lograr, pero de la misma forma cuando no se acompaña de acciones para lograr la idea, la realización de la misma está incompleta. La dualidad pensamiento-acción arroja sobre nosotros no solo la responsabilidad de nuestra vida sino también la posibilidad de ser actores activos, no solo pasivos de la misma. El creer que el solo pensamiento logrará cambios en nuestra persona y el mundo es adoptar la postura del que solo pide para que los demás le den, y 103


aunque esto fuera posible (es decir, que el solo pensamiento generara realidades) nos privaría de la alegría de ser parte creadora del universo. Pero como en todo, esto no es una verdad inamovible, si alguien desea solo trabajar la visualización, adelante; de la misma forma si alguien desea trabajar de manera completa la dualidad idea-acción, excelente. Hagamos un pequeño y sencillo pero trascendental ejercicio. Piensa algo que desees, algo que valga la pena dedicarle tiempo y esfuerzo; puede ser incluso algo que ya estés trabajando o algo que apenas vayas a iniciar. En una hoja escribe en la parte de arriba el título de la idea, sueño o meta que quisieras lograr, ojo con esto, debe ser un título lo más corto posible pero que refleje tu idea. Después de poner el título, pon debajo una descripción de no más de seis renglones de dicha idea, sueño o meta. Debajo de esta descripción separa la hoja en dos columnas, en la de la izquierda ponle el encabezado de Visualización, en la de la derecha pon el encabezado de Acción. Debajo de la columna de Visualización haz una descripción de las imágenes que te motivarán a conseguir la idea, sueño o meta planteada, estas imágenes debes trabajarlas día con día para darle no solo claridad a lo que quieres sino estimulación a tu intelecto y a tus sentimientos. En la columna de la derecha describe de la manera más concreta posible las acciones que requieres necesaria y forzosamente hacer para que esa idea, sueño o meta llegue a hacerse realidad. Aunque no es necesario estas acciones pueden estar en orden cronológico. Revisa cada día esta lista, enriquécela, corrígela, pero lo más importante aplícala para avanzar en el camino hacia la realización de tu idea, sueño o meta. El logro de las ideas, sueños o metas que tengamos comienza siempre con una intención, intención que por su misma naturaleza es intangible pero a la cual nuestra acciones pueden darle vida, forma y definición hasta hacerla realidad,

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después de todo está comprobado: Tus pensamientos pueden hacerse realidad... !siempre y cuando pongas acción en ello!

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Si las metas valiosas pudieran obtenerse con un esfuerzo mínimo, no sucedería el milagro de forjar nuestro carácter

Durante el transcurso de nuestra existencia nos encontraremos con dos tipos de retos: los que nosotros le ponemos a la vida y los que la vida nos pone a nosotros. Generalmente a los que nosotros le ponemos a la vida le llamamos metas y los que la vida nos pone a nosotros le llamamos pruebas. Independientemente de ellos ambos logran en nosotros el milagro de forjar nuestro carácter. Pensemos por un momento en algún gran logro de la humanidad atribuible a una persona, puede ser un logro científico, deportivo, social, cultural. Sea lo que sea lo que hayamos pensado, seguro estoy se trata de un hecho que reconocemos, que aplaudimos, que celebramos, pero del cual tal vez poco sepamos en cuanto al esfuerzo requerido para lograrlo, esfuerzo que contiene la magia no solo del logro obtenido sino de la transformación de la persona. Cuando hablamos de transformación nos referimos a ese cambio que se da en la persona y que surge como efecto del esfuerzo, de las caídas, de levantarse, de hacerse cada vez más fuerte, más sabio, más humilde. Una transformación que nos da algo más duradero que la meta conquistada pues la meta pasa, es conquistada y queda en el pasado, pero la transformación de la persona queda y nos acompaña siempre. Esto último plantea una relevancia trascendente que ver pues –ojo- se logre o no la meta, la transformación en nuestra persona se dará. De ahí que cualquier esfuerzo, que cualquier lucha, que cualquier campaña traerá forzosamente el cambio interno, por lo que el logro externo de la meta es un valor agregado.

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En una ocasión una persona, oyendo todo lo que había sufrido otra, le preguntó a esta última que si que cambiaría de su vida en vista de todo lo que había sufrido, a lo que la ultima le contestó que nada pues así como había sufrido, muchas cosas bellas y más valiosas habían llegado, pues el dolor se había ido pero lo bello y valioso había permanecido. Todos nosotros podemos en retrospectiva ver en nuestra vida (sobre todo a la distancia) eventos que en su momento nos parecieron tan complicados (por decirlo en cierta forma) que pensamos que nada bueno podría salir de ellos, pero seguro estoy que ahora podemos ver los cambios que tuvo nuestra persona que nos hicieron más sabios, mas fuertes, más humildes. La esencia de esto es pasar las pruebas de la vida con la confianza de lo que viene, como el marinero que ante la tormenta llega incluso a atarse al mástil mayor para no ser tirado por la borda. Ese mástil mayor es en nuestra vida nuestras esperanzas, nuestras convicciones, nuestros valores, aquello que nos permite soportar valientemente aún cuando todo parece sin sentido pues sabemos que somos seres tan pero tan trascendentes que somos capaz de transformar alquímicamente, como por arte de magia, eventos adversos, pruebas desfallecientes, metas inalcanzables, en frutos personales de abundancia, vida y conciencia. La vida a veces es dura, a veces duele, a veces quiebra, pero el resultado final es de tal belleza que apenas llegando a él se entiende lo otro después de todo si las metas valiosas pudieran obtenerse con un esfuerzo mínimo, no sucedería el milagro de forjar nuestro carácter

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PALABRAS FINALES

Leer se asemeja mucho a oír una broma: la mitad de lo que entiendes es por el cúmulo de experiencias que traes. Por eso a algunos les trae mucha gracia un chiste mientras que a otros no. De la misma forma durante los artículos que hemos compartido juntos en este libro mucho de las reflexiones, de las consideraciones, de las conclusiones que pudiste haber tenido o experimentado reflejan ese tesoro que se cierne en tu interior, ese potencial que traes en ti, esa capacidad de hacer y hacerte, de soñar y crear, de vivir y trascender. Pero, ¿sabes qué es lo más importante de todo? Que tu y nadie más que tu eres el autor de un libro mucho mejor, mucho más grande y muchos más trascendente que es tu misma vida. En ese libro se escribirán grandes batallas, relatos asombrosos, historias de gloria, pero al igual que toda gran obra, se requiere que ésta esté terminada para que veas lo hermoso, lo pleno, lo trascendente de la misma. Mientras tanto, vive la vida. Ríe, llora, ama, odia, triunfa, fracasa. Y de vez en cuando has un alto en el camino para ver lo avanzado y valorar lo conseguido. Como el pintor que aunque no ha concluido su pintura deja todo y se aleja para ver lo pintado, o el escultor que deja sus herramientas para ver el avance de su obra. La obra maestra de tu vida es algo que lleva años, décadas, es algo que lleva toda tu vida, pero cuyo resultado es tan glorioso y trascendente que, como dijimos al empezar el libro, "hasta los mismos ángales nos envidian". Nos veremos en la meta.

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PRÓXIMA PUBLICACIÓN

1.

Cuando te canse el camino, recuerda qué fue lo que te hizo iniciar tu andar 2. Para lograr sueños... ¡lo primero es tenerlos! 3. Curiosamente lo que nos mueve a caminar es nuestro deseo de volar 4. Las cicatrices de tu lucha actual serán tus trofeos futuros cuando triunfes en tus metas 5. La suerte acompaña a aquellos que están preparados y aprovechan la oportunidad 6. Trabajar en equipo es darle más manos, mente y alma a tus proyectos 7. ¿Quieres ver un milagro?, mira hacia fuera y hacia dentro de ti 8. A veces no puedes mejorar el mundo, pero el solo hecho de intentarlo te mejora a ti 9. Derrumba las paredes que encuentres en tu camino y usa los ladrillos para construir puentes hacia tus metas 10. Así como un foco puede iluminar una habitación, una sola persona de bien puede iluminar el mundo 11. Cuida la palabra que empeñes, es tu mejor tarjeta de presentación 12. Lo creas o no, siempre

17. La lluvia hasta en el desierto cae... ¡y lo hace florecer! Síguelo intentando 18. La fuerza que te hace levantar de cada caída, es la misma que logra hacer de nuestro mundo un lugar mejor 19. Al igual que cuando vas de compras, tu decides que quieres llevar en tus bolsas de la vida: sombras que te detengan o luces que te hagan volar 20. El carácter de una persona esta dado por el equilibrio entre lo que piensa, lo que dice y lo que hace 21. A veces no es tanto lo que puedas hacer en el mundo, sino lo que permitas que el mundo haga contigo 22. Dice un dicho que si una puerta se cierra, se abre una ventana... y yo agregaría: y si no ¡hay que abrirla! 23. El nadador no se pregunta cuánto le falta para la orilla, se concentra en nadar y cuando menos lo piensa ha llegado a su meta 24. Llegar a tus metas te hace exitoso, pero además ayudar que otros lleguen a las suyas te hace trascendente 25. La constancia del aire erosiona hasta la roca, la constancia en tus acciones vencerá cualquier obstáculo 26. Sueños sin acciones es como tener la semilla de un árbol muy frondoso ¡en un

33. Logro sin esfuerzo no sabe, no se valora, y lo que es peor, la mayoría de las veces no dura 34. A veces hay que tocar cien puertas para que se abra una 35. Un triunfador no es alguien que no conoce el fracaso, sino alguien que lo conoce tan bien como para saber que no pertenece ahí 36. El mundo te pertenece... pero debes luchar por él 37. Nadie ha salido de un agujero hundiéndose más en él 38. En el camino a la excelencia dos cosas debes cuidar: creerte más que los demás y que los demás hagan creerte menos 39. ¿Que si cuántas veces intentarlo? Fácil: !hasta lograrlo 40. Aunque no tengas motivos, agradece cada día; inténtalo y al rato tendrás motivos de sobra 41. Paciencia, a veces las semillas tardan en germinar pero al final todas florecen 42. Si no has encontrado lo que buscabas, la respuesta

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habrá alguien para quien tus acciones sean un ejemplo a seguir 13. A veces nuestra fe es tan grande que no nos cabe dentro y tiene que salir... salir a hacer milagros 14. Cuando el oro se acaba, el único resplandor que queda es el del brillo que hayas logrado sacarle a tu alma 15. A veces hay que seguir caminando, incluso aunque se haya hecho de noche 16. Curiosamente los más grandes sueños no surgen cuando estamos dormidos

cajón! 27. Cada meta no solo te lleva al éxito sino te acerca cada vez más a la persona que realmente eres 28. Solo merece esperar un futuro mejor quien está dispuesto a luchar por él 29. Todo gran sueño implica grandes sacrificios, pero estos se compensan con creces con la conquista de la meta 30. Cada sueño se busca, se acecha, se caza, y una vez que se ha conquistado ¡se va por el siguiente! 31. La vida es un río, si no avanzas con decisión hacia donde quieres, la corriente te arrastrará hacia donde no quieres 32. Cada día es una oportunidad no solo de lograr cosas sino de ser mas

no es dejar de buscar sino buscar en otro lado 43. Ante lo corto de la vida tienes dos posibilidades: aprovecharla o desperdiciarla, tú decides 44. Mente para pensar, corazón para sentir, y vida para compartir, ¿qué más necesitas? 45. Se requiere de la tempestad para probar la fortaleza de un barco 46. Decide con sabiduría y valor: lo conveniente a veces no es correcto y lo correcto a veces no es conveniente 47. No puedes desandar tus pasos, pero si puedes caminar mejor 48. Lo que haces cambia al mundo, la intención con que lo haces te cambia a ti

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ACERCA DEL AUTOR Dr. Roberto Celaya Figueroa

Doctor en Ciencias (Sc.D.) en el Área de Relaciones Internacionales Transpacíficas por la Universidad de Colima

Consultor de Negocios Certificado por la Norma Conocer

Académico Certificado por la Asociación Nacional de Facultades Facultade y Escuelas de Contaduría y Administración, A.C. (ANFECA)

Premio Nacional de Contaduría Pública a la investigación obtenido consecutivamente en sus ediciones 2002 2002-2003 y 2004-2005 2005 por el Instituto Mexicano de Contadores Públicos

Miembro iembro de la Asociación d de e Profesores de Contaduría y Administración de México, A.C. (APCAM)

Socio Director de Consultoría Independiente (Formación • I & D • Consultoría)

Autor de libros, articulista, conferenciante y tallerista a nivel nacional e internacional.

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