La Generación Ni-Ni-Ni

Page 29

No entendí por qué no contestaba lo que le decía respecto de los tres Ni. Hasta creía se estaba divirtiendo conmigo. ¿A quién le importaban unos tomates o unos cilantros? Yo había venido, tal como acordamos, a hablar del tema de los tres Ni. -Yo conozco dos Ni –continué hablando como él lo hizo sin responder a lo que me había dicho-, Ni Estudio, Ni Trabajo, pero usted mencionó tres Ni, ¿a qué se refería? -¿Quieres limonada? –me preguntó-, la acabo de preparar. -No sé si me quede mucho tiempo –le dije como para apurar la respuesta que esperaba-, verá tengo tarea que hacer…

La verdad que Don Cipriano ni me dejó terminar. Vació limonada de la jarra con hielos donde la tenía y me ofreció un vaso. No puedo negar que tenía algo de sed, además de que se me antojaba la limonada. Así que apuré el trago y esperé fuera él quien retomara el tema. -Vamos a sentarnos un momento –me dijo señalando unas mecedoras que estaban en el porche-, ¿si tienes tiempo para sentarte?

La pregunta me sonó a burla y pensé en mi excusa de la tarea. Que ridículo debo haber sonado. Por toda respuesta acompañé a Don Cipriano hasta donde estaban las mecedoras sentándonos en ella. Él en la suya y yo en la otra. ¿Qué cómo sé que la que él uso era la suya? Porque se veía preparada para él, tenía su almohadilla, su cojín mullido, que hacía más agradable descansar en ella. -Los Ni que mencionas –dijo de repente sin más ni más-, esos de Ni Estudio, Ni Trabajo, no son una causa sino un efecto.

25


Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.