Ese principio sin duda alguna empieza con el relato creativo, con lo que se conoce como la primer semana de la creación, el cual, ante una imple lectura, por las múltiples cuestiones raras, curiosas, interesantes que menciona implica necesariamente que debe guardar alguna comprensión subyacente más allá de su literalidad, comprensión a la que se está llamado a escudriñar, como la misma Palabra declara: “Gloria de Dios es encubrir un asunto; pero honra del rey es escudriñarlo” (Proverbios 25:2).