Revista estudios sociales no 48

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Revista48 de Estudios Sociales Bogotá - Colombia

Facultad de Ciencias Sociales, Universidad de los Andes

enero - abril 2014

ISSN 0123-885X

http://res.uniandes.edu.co

RECTOR Pablo Navas Sanz de Santamaría

DECANO FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES Hugo Fazio

EDITORA FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES Martha Lux

Fundadores Francisco Leal Ph.D. Universidad de los Andes, Colombia

Germán Rey Dr. Pontificia Universidad Javeriana, Colombia

Comité Editorial María José Álvarez Ph.D. Universidad del Rosario, Colombia

Angelika Rettberg Ph.D. Universidad de los Andes, Colombia

Héctor Hoyos Ph.D. Stanford University, Estados Unidos

José Carlos Rueda Dr. Universidad Complutense de Madrid, España

Catalina Muñoz Ph.D. Universidad de los Andes, Colombia

Fernando Purcell Ph.D. Universidad Católica de Chile

Diana Ojeda Ph.D. Pontificia Universidad Javeriana, Colombia

director editora Hugo Fazio Dr. hfazio@uniandes.edu.co

Martha Lux Dra. res@uniandes.edu.co COORDINADORA EDITORIAL Ana Pérez MA. al.perez241@uniandes.edu.co

EDITORES INVITADOS Menara Lube-Guizardi Universidad Alberto Hurtado / Universidad de Tarapacá, Chile Instituto Universitário de Pesquisas do Rio de Janeiro, Brasil

Jorge Moraga Universidad Católica del Norte, Chile

Alejandro Garcés Universidad Católica del Norte, Chile

Comité Científico Denise Quaresma da Silva Dra. Universidade Feevale, Brasil Carl Henrik Langebaek Ph.D. Universidad de los Andes, Colombia Javier Moscoso Ph.D. Consejo Superior de Investigaciones Científicas, España Lina María Saldarriaga Ph.D. Universidad de los Andes, Colombia

Rogerio Santos Dr. Universidade Católica Portuguesa, Portugal Víctor M. Uribe-Urán Ph.D. Florida International University, Estados Unidos Juan Gabriel Tokatlian Ph.D. Universidad de San Andrés, Argentina


Equipo Informático Claudia Vega Hernando Romero Freddy Cortés Corrección de Estilo y Traducción Español Guillermo Díez Inglés Sylvia Chaves O’Flynn Portugués Roanita Dalpiaz Dirección de Arte Víctor Gómez Diseño y Diagramación Leidy Sánchez Imagen de Portada Nemesio Antúnez, “La Despedida”, 1957. Museo Nacional de Bellas Artes, Chile. Técnica: Serigrafía – Medidas: 39 x 55 cm Impresión Panamericana Formas e Impresos S.A. Distribución

Siglo del Hombre Editores Cra 32 No 25-46 Bogotá, Colombia PBX (571) 337 77 00 www.siglodelhombre.com

Suscripciones Librería Universidad de los Andes Cra 1ª No 19-27 Ed. AU 106 Bogotá, Colombia Tels. (571) 339 49 49 ext. 2071 – 2099 librería@uniandes.edu.co Canjes Facultad de Ciencias Sociales Universidad de los Andes Cra. 1ª Este No. 18A – 10 Ed. Franco, piso 6, oficina 617 Bogotá – Colombia. Tel [571] 3394949 Ext.: 3585 publicacionesfaciso@uniandes.edu.co

ISSN 0123-885X Dirección: Cra 1a No 18 A-10, Ed. Franco, of, G-615 Teléfono: (571) 339 49 49 ext. 4819 Correo electrónico: res@uniandes.edu.co Periodicidad: cuatrimestral Páginas del número: 212 Formato: 21.5 x 28 cm. Tiraje: 500 ejemplares Precio: $ 20.000 (Colombia) US $ 12.00 (Exterior) No incluye gastos de envío

El material de esta revista puede ser reproducido sin autorización para su uso personal o en el aula de clase, siempre y cuando se cite la fuente. Para reproducciones con cualquier otro fin es necesario solicitar primero autorización del Comité Editorial de la Revista. Las opiniones e ideas aquí consignadas son de responsabilidad exclusiva de los autores y no necesariamente reflejan la opinión de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de los Andes.


Revista48 de Estudios Sociales Bogotá - Colombia

Facultad de Ciencias Sociales, Universidad de los Andes

http://res.uniandes.edu.co

enero - abril 2014

ISSN 0123-885X

La Revista de Estudios Sociales (RES) es una publicación cuatrimestral creada en 1998 por la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de los Andes y la Fundación Social. Su objetivo es contribuir a la difusión de las investigaciones, los análisis y las opiniones que sobre los problemas sociales elabore la comunidad académica nacional e internacional, además de otros sectores de la sociedad que merecen ser conocidos por la opinión pública. De esta manera, la Revista busca ampliar el campo del conocimiento en materias que contribuyen a entender mejor nuestra realidad más inmediata y a mejorar las condiciones de vida de la población. La estructura de la Revista contempla seis secciones, a saber: La Presentación contextualiza y da forma al respectivo número, además de destacar aspectos particulares que merecen la atención de los lectores. El Dossier integra un conjunto de versiones sobre un problema o tema específico en un contexto general, al presentar avances o resultados de investigaciones científicas sobre la base de una perspectiva crítica y analítica. También incluye textos que incorporan investigaciones en las que se muestra el desarrollo y las nuevas tendencias en un área específica del conocimiento. Otras Voces se diferencia del Dossier en que incluye textos que presentan investigaciones o reflexiones que tratan problemas o temas distintos. Documentos difunde una o más reflexiones, por lo general de autoridades en la materia, sobre temas de interés social. El Debate responde a escritos de las secciones anteriores mediante entrevistas de conocedores de un tema particular o documentos representativos del tema en discusión. Lecturas muestra adelantos y reseñas bibliográficas en el campo de las Ciencias Sociales. La estructura de la Revista responde a una política editorial que busca: proporcionar un espacio disponible para diferentes discursos sobre teoría, investigación, coyuntura e información bibliográfica; facilitar el intercambio de información sobre las Ciencias Sociales con buena parte de los países de la región latinoamericana; difundir la Revista entre diversos públicos y no sólo entre los académicos; incorporar diversos lenguajes, como el ensayo, el relato, el informe y el debate, para que el conocimiento sea de utilidad social; finalmente, mostrar una noción flexible del concepto de investigación social, con el fin de dar cabida a expresiones ajenas al campo específico de las Ciencias Sociales. Palabras clave: Ciencias Sociales, investigación, reflexión, revisión. Todos los contenidos de la Revista son de libre acceso y se pueden descargar en formato PDF, HTML y en versión e-book.


INDEXACIÓN La Revista de Estudios Sociales está incluida actualmente en los siguientes directorios y servicios de indexación y resumen: • CIBERA - Biblioteca Virtual Iberoamericana/España/Portugal (German Institute of Global and Area Studies, Alemania), desde 2007. • CLASE - Citas latinoamericanas en Ciencias Sociales y Humanidades (UNAM, México), desde 2007. • CREDI - Centro de Recursos Documentales e Informáticos (Organización de Estados Iberoamericanos, OEI), desde 2008. • DIALNET - Difusión de Alertas en la Red (Universidad de La Rioja, España), desde 2006. • DOAJ - Directory of Open Access Journal (Lund University Libraries, Suecia), desde 2007. • EP Smartlink fulltext, fuente académica, Current Abstrac, TOC Premier, SocINDEX with full text (EBSCO Information Services, Estados Unidos), desde 2005. • HAPI - Hispanic American Periodical Index (UCLA, Estados Unidos), desde 2008. • Historical Abstracts y America: History &Life (EBSCO Information Services, antes ABC-CLIO, Estados Unidos), desde 2001. • Informe académico y Académica onefile (Thompson Gale, Estados Unidos), desde 2007. • LatAm -Estudios Latinamericanos (International Information Services, Estados Unidos), desde el 2009. • LATINDEX - Sistema Regional de Información en Línea para Revistas Científicas de América Latina, el Caribe, España y Portugal (México), desde 2004. • Linguistics & Language Behavior Abstracts, Sociological Abstracts, Social Services Abstracts, World Wide Political Science Abstracs (SCA- Cambridge Scientific Abstracts, Proquest, Estados Unidos), desde 2000. • Ocenet (Editorial Oceano, España), desde 2003. • PRISMA - Publicaciones y Revistas Sociales y Humanísticas (CSA-ProQuest, Gran Bretaña). • PUBLINDEX - Índice Nacional de Publicaciones Seriadas Científicas y Tecnológicas Colombianas, (Colciencias, Colombia), desde 2004. Actualmente en categoría A1. • RedALyC - Red de Revistas Científicas de América Latina y El Caribe, España y Portugal (UAEM, México), desde 2007. • SciELO - Scientific Electronic Library Online (Colombia), desde 2007. • SCOPUS - Database of abstracts and citations for scholarly journal articles (Elsevier, Países Bajos), desde 2009. • Social Sciences Citation Index (ISI, Thomson Reuters, Estados Unidos), desde 2009. • Ulrich’s Periodicals Directory (CSA- Cambridge Scientific Abstracs ProQuest, Estados Unidos), desde 2001. Portales Web a través de los cuales se puede acceder a la Revista de Estudios Sociales: • http://www.lablaa.org/listado_revistas.htm (Biblioteca Luis Angel Arango, Colombia). • http://www.portalquorum.org (Quórum Portal de Revistas, Universidad de Alcalá, España). • http://sala.clacso.org.ar/biblioteca/Members/lenlaces (Red de Bibliotecas Virtuales de CLACSO, Argentina).


Movilizando fronteras, dinamizando diferencias, produciendo nuevos espacios: América Latina y las migraciones internacionales actuales Presentación 9-13

• Menara Lube-Guizardi – Universidad Alberto Hurtado / Universidad de Tarapacá, Chile Instituto Universitário de Pesquisas do Rio de Janeiro, Brasil • Jorge Moraga – Universidad Católica del Norte, Chile • Alejandro Garcés – Universidad Católica del Norte, Chile

Dossier 15-28

Restaurantes peruanos en Santiago de Chile: construcción de un paisaje de la migración • Walter Alejandro Imilan – Universidad Alberto Hurtado, Chile

Migración, fronteras y desplazamientos en la ciudad. Dinámicas de la alteridad urbana en Buenos Aires 29-42

• Sergio Caggiano – Universidad Nacional de La Plata / Conicet, Argentina • Ramiro Segura – Universidad Nacional de La Plata / Conicet, Argentina

Migraciones de los Kichwas-Otavalo en Bogotá 43-56

57-68 69-83 84-99 100-109 110-123

• Juan Thomas Ordóñez Roth – Universidad del Rosario, Colombia • Fabio Andrés Colmenares – Universidad del Rosario, Colombia • Anne Gincel – Universidad del Rosario, Colombia • Diana Rocío Bernal – Universidad del Rosario, Colombia

Assimilation or Cultural Difference? Palestinian Immigrants in Honduras • Lirio Gutiérrez Rivera – Free University of Berlin, Germany

Desvagabundizando la mano de obra extranjera en España. Fijación de la fuerza de trabajo extranjera, ley de extranjería y el sistema de reclutamiento y suministro de trabajadores de Unió de Pagesos • Olga Achón Rodríguez – Universidad de Barcelona, España

La contracción de las redes de contrabando de migrantes en México

• Simón Pedro Izcara Palacios – Universidad Autónoma de Tamaulipas, México

La historia de una vida en situación de frontera: migración, superación y trabajo en el “circuito sacoleiro” • Eric Gustavo Cardin – Universidade Estatal do Oeste de Paraná, Brasil

Uso de tecnologías de la información y la comunicación en familias caleñas con migrantes en España • Juan Pablo Ramírez Martínez – Universidad Nacional de Tres de Febrero, Argentina

Otras Voces 125-138 139-150 151-164

Pensamiento epistémico y conocimiento social: emergencias y potencialidades en la investigación social • Juan Pablo Paredes – Universidad de Chile

Poder soberano y poder disciplinario. La codificación desde una visión foucaultiana • Norberto Hernández Jiménez – Universidad de los Andes, Colombia

El rol de la prensa escrita en la reproducción de la violencia en el conflicto entre Chile y Perú. Propuestas de paz desde la comunicación • Alex Iván Arévalo Salinas – Universidad Jaume I de Castellón, España

Documentos

Experiencia migrante y apropiaciones espaciales: una etnografía visual en las inmediaciones del Terminal Internacional de Arica (Chile) 166-175

• Menara Lube-Guizardi – Universidad Alberto Hurtado / Universidad de Tarapacá, Chile Instituto Universitário de Pesquisas do Rio de Janeiro, Brasil • Orlando Heredia – Universidad de Tarapacá, Chile • Arlene Muñoz – Corporación Democracia Ciudadanía y Desarrollo, Chile • Grecia Riquelme – Universidad de Tarapacá, Chile • Felipe Valdebenito – Universidad de Tarapacá, Chile

Debate

Los procesos migratorios actuales en contextos latinoamericanos: nuevos itinerarios y reconfiguración de controles fronterizos 177-183

185-189

• Menara Lube-Guizardi – Universidad Alberto Hurtado / Universidad de Tarapacá, Chile Instituto Universitário de Pesquisas do Rio de Janeiro, Brasil • Jorge Moraga – Universidad Católica del Norte, Chile • Alejandro Garcés – Universidad Católica del Norte, Chile

Lecturas

Maurice Halbwachs. 2008. Chicago. Morfologia sociale e migrazioni • Gino Bailey – Universidad de Bolonia, Italia


Mobilizing Frontiers, Energizing Differences, Producing New Spaces: Latin America and Current International Migrations Presentation 9-13

• Menara Lube-Guizardi – Universidad Alberto Hurtado / Universidad de Tarapacá, Chile Instituto Universitário de Pesquisas do Rio de Janeiro, Brazil • Jorge Moraga – Universidad Católica del Norte, Chile • Alejandro Garcés – Universidad Católica del Norte, Chile

Dossier 15-28

Peruvian Restaurants in Santiago de Chile: Constructing a Landscape of Migration • Walter Alejandro Imilan – Universidad Alberto Hurtado, Chile

Migration, Frontiers and Displacements in the City. Dynamics of Urban Otherness in Buenos Aires 29-42

• Sergio Caggiano – Universidad Nacional de La Plata / Conicet, Argentina • Ramiro Segura – Universidad Nacional de La Plata / Conicet, Argentina

Kichwa-Otavalo Migrations in Bogota 43-56

57-68

• Juan Thomas Ordóñez Roth – Universidad del Rosario, Colombia • Fabio Andrés Colmenares – Universidad del Rosario, Colombia • Anne Gincel – Universidad del Rosario, Colombia • Diana Rocío Bernal – Universidad del Rosario, Colombia

Assimilation or Cultural Difference? Palestinian Immigrants in Honduras • Lirio Gutiérrez Rivera – Free University of Berlin, Germany

69-83

Restrictions on Foreign Labor in Spain: Foreign Workforce Regulations through the Immigration Law and the System of Recruitment and Supply of Workers of Unió de Pagesos

84-99

The Contraction of Migrant-Smuggling Networks in Mexico

• Olga Achón Rodríguez – Universidad de Barcelona, Spain

• Simón Pedro Izcara Palacios – Universidad Autónoma de Tamaulipas, Mexico

100-109

The Story of a Life in a Border Situation: Migration, Resistance and Work in the “Sacoleiro Circuit”

110-123

The Use of Information and Communication Technologies in Families in Cali with Migrants in Spain

• Eric Gustavo Cardin – Universidade Estatal do Oeste de Paraná, Brazil

• Juan Pablo Ramírez Martínez – Universidad Nacional de Tres de Febrero, Argentina

Other Voices 125-138

Epistemic Thought and Social Knowledge: Emergencies and Potentialities in Social Research

139-150

Sovereign and Disciplinary Power. Codification from a Foucaultian Viewpoint

151-164

The Role of the Written Press in Reproducing Violence in the Conflict between Chile and Peru. Peace Proposals from Media Studies

• Juan Pablo Paredes – Universidad de Chile

• Norberto Hernández Jiménez – Universidad de los Andes, Colombia

• Alex Iván Arévalo Salinas – Universidad Jaume I de Castellón, Spain

Documents

Migrant Experience and Spatial Appropriations: A Visual Ethnography of the Surroundings of the Arica International Terminal (Chile) 166-175

• Menara Lube-Guizardi – Universidad Alberto Hurtado / Universidad de Tarapacá, Chile Instituto Universitário de Pesquisas do Rio de Janeiro, Brazil • Orlando Heredia – Universidad de Tarapacá, Chile • Arlene Muñoz – Corporación Democracia Ciudadanía y Desarrollo, Chile • Grecia Riquelme – Universidad de Tarapacá, Chile • Felipe Valdebenito – Universidad de Tarapacá, Chile

Debate

Current Migratory Processes in Latin American Contexts: New Itineraries and Reconfiguration of Border Controls 177-183

• Menara Lube-Guizardi – Universidad Alberto Hurtado / Universidad de Tarapacá, Chile Instituto Universitário de Pesquisas do Rio de Janeiro, Brazil • Jorge Moraga – Universidad Católica del Norte, Chile • Alejandro Garcés – Universidad Católica del Norte, Chile

Readings 185-189

Maurice Halbwachs. 2008. Chicago. Morfologia sociale e migrazioni • Gino Bailey – Universidad de Bolonia, Italy


Mobilizando fronteiras, dinamizando diferenças, produzindo novos espaços: América Latina e as migrações internacionais atuais Apresentação 9-13

• Menara Lube-Guizardi – Universidad Alberto Hurtado / Universidad de Tarapacá, Chile Instituto Universitário de Pesquisas do Rio de Janeiro, Brasil • Jorge Moraga – Universidad Católica del Norte, Chile • Alejandro Garcés – Universidad Católica del Norte, Chile

Dossiê 15-28 29-42

Restaurantes peruanos em Santiago do Chile: construção de uma paisagem da migração • Walter Alejandro Imilan – Universidad Alberto Hurtado, Chile

Migração, fronteiras e deslocamento na cidade. Dinâmicas da alteridade urbana em Buenos Aires • Sergio Caggiano – Universidad Nacional de La Plata / Conicet, Argentina • Ramiro Segura – Universidad Nacional de La Plata / Conicet, Argentina

Migrações dos Kichwas-Otavalo em Bogotá 43-56

57-68 69-83 84-99 100-109 110-123

• Juan Thomas Ordóñez Roth – Universidad del Rosario, Colômbia • Fabio Andrés Colmenares – Universidad del Rosario, Colômbia • Anne Gincel – Universidad del Rosario, Colômbia • Diana Rocío Bernal – Universidad del Rosario, Colômbia

Assimilados ou comunidade diferenciada? Os migrantes palestinos em Honduras • Lirio Gutiérrez Rivera – Free University of Berlin, Alemanha

Desvagabundizando a mão de obra estrangeira na Espanha. Fixação da força de trabalho estrangeira, lei de estrangeira e o sistema de recrutamento e fornecimento de trabalhadores de Unió de Pagesos • Olga Achón Rodríguez – Universidad de Barcelona, Espanha

A contratação das redes de contrabando de migrantes no México

• Simón Pedro Izcara Palacios – Universidad Autónoma de Tamaulipas, México

A história de uma vida em situação de fronteira: migração, superação e trabalho no “circuito sacoleiro” • Eric Gustavo Cardin – Universidade Estatal do Oeste de Paraná, Brasil

Uso de tecnologias da informação e a comunicação em famílias de Cali com migrantes na Espanha • Juan Pablo Ramírez Martínez – Universidad Nacional de Tres de Febrero, Argentina

Outras Vozes 125-138

Pensamento epistêmico e conhecimento social: emergências e potencialidades na pesquisa social

139-150

Poder soberano e poder disciplinar. A codificação a partir de uma visão foucaultiana

151-164

• Juan Pablo Paredes – Universidad de Chile

• Norberto Hernández Jiménez – Universidad de los Andes, Colômbia

O papel da imprensa escrita na reprodução da violência no conflito entre Chile e Peru. Propostas de paz da comunicação • Alex Iván Arévalo Salinas – Universidad Jaume I de Castellón, Espanha

Documentos

Experiência migrante e apropriações espaciais: uma etnografia visual nas imediações da Rodoviária Internacional de Arica (Chile)

166-175

• Menara Lube-Guizardi – Universidad Alberto Hurtado / Universidad de Tarapacá, Chile Instituto Universitário de Pesquisas do Rio de Janeiro, Brasil • Orlando Heredia – Universidad de Tarapacá, Chile • Arlene Muñoz – Corporación Democracia Ciudadanía y Desarrollo, Chile • Grecia Riquelme – Universidad de Tarapacá, Chile • Felipe Valdebenito – Universidad de Tarapacá, Chile

Debate 177-183

Os processos migratórios atuais em contextos latino-americanos: novos itinerários e reconfiguração de controles fronteiriços

• Menara Lube-Guizardi – Universidad Alberto Hurtado / Universidad de Tarapacá, Chile Instituto Universitário de Pesquisas do Rio de Janeiro, Brasil • Jorge Moraga – Universidad Católica del Norte, Chile • Alejandro Garcés – Universidad Católica del Norte, Chile

Leituras 185-189

Maurice Halbwachs. 2008. Chicago. Morfologia sociale e migrazioni • Gino Bailey – Universidad de Bolonia, Itália



Presentación Menara Lube-Guizardiv - Jorge MoragaD - Alejandro Garcés

DOI: http://dx.doi.org/10.7440/res48.2014.01

E

l presente número temático resulta de un diálogo que desde hace años viene comprometiendo nuestros esfuerzos como investigadores y también como sujetos migrantes. Comenzamos a formularlo más concretamente a inicios de 2012, reunidos en la localidad de San Pedro de Atacama, en el norte de Chile —un espacio que se ha construido como un cruce de caminos, y que inspira especialmente estas reflexiones, ya que ha sido escenario de las migraciones y los desplazamientos humanos de lo más diverso en los últimos 10.000 años—. Allí dimos inicio a la formulación de los interrogantes que nos han llevado a convocar investigadores de diferentes países y a invitarlos a reflexionar sobre la migración en, desde y hacia América Latina. En gran medida, la organización del presente número supone un diálogo en red con un amplio grupo de colegas que nos han acompañado en la realización de dos simposios internacionales. El primero, en el III Congreso Internacional de la Asociación Latinoamericana de Antropología (Santiago de Chile, noviembre de 2012), y el segundo, en el VII Congreso del Consejo Europeo de Investigaciones Sociales sobre América Latina (Oporto, Portugal, junio de 2013). Sería imposible mencionar acá el nombre de todos los que han sumado esfuerzos en estos debates, pero quisiéramos agradecerles sus aportes, ya que ellos fueron decisivos para la formulación de esta propuesta.

transversalmente a diferentes investigadores que trabajaban la cuestión migratoria en América Latina desde diferentes enfoques disciplinarios. Analíticamente, estas “preocupaciones compartidas” pueden ser divididas en tres dimensiones, todas ellas interconectadas y, en la práctica, inseparables. Por un lado, observamos entre los estudiosos de las migraciones latinoamericanas una especial preocupación por la resolución de problemas metodológicos y teóricos referentes a la necesidad de poner a dialogar acercamientos macrosociales y microsociales. Aquí el debate pone énfasis en operar, a partir del posicionamiento metodológico, en la ruptura de las dicotomías de mirada. Enfatiza también en la necesidad de ir más allá de la oposición entre agencia y estructura, entre diacronía y sincronía, entre mundo material y mundo simbólico, entre lo local y lo extralocal, entre lo nacional y lo no-nacional. Por otro lado, notamos una preocupación creciente por la rapidez de los procesos de cambio contemporáneos, por la dificultad de formular explicaciones de los fenómenos locales que acompañen la permanente y a veces inatrapable influencia de los procesos macroglobales (políticos, económicos, sociales) sobre los diversos espacios. Los recientes procesos de crisis en el norte global, por ejemplo, han supuesto todo un desafío para la composición de los análisis sobre migraciones latinoamericanas.

El tema que el presente número convoca propone un giro hacia cuestiones que, tras esta enriquecedora experiencia de debates, observamos constituirse como puntos de inflexión común: aspectos que inquietaban

Por último, un tercer eje de preocupaciones remite a la complejidad misma de la experiencia migratoria como objeto de la atención científica. Más allá del

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Doctora en Antropología. Profesora del Departamento de Antropología, Universidad Alberto Hurtado, Chile. Investigadora de la Universidad de Tarapacá (Chile) y del Instituto Universitário de Pesquisas do Rio de Janeiro (Brasil). Correo electrónico: menaraguizardi@yahoo.com.br D Magíster en Antropología Social. Investigador del Instituto de Investigaciones Arqueológicas y Museo de la Universidad Católica del Norte, Chile. Correo electrónico: simpulum@yahoo.com  Doctor en Antropología Social. Investigador del Instituto de Investigaciones Arqueológicas y Museo de la Universidad Católica del Norte, Chile. Correos electrónicos: ajgarces@gmail.com; agarces@ucn.cl

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recorte clásico que las ciencias sociales reservaron al fenómeno migrante —como un elemento constituyente de lo urbano y como práctica disgregadora de lo rural—, nos enfrentamos actualmente a la migración como una forma multifacética y multidimensionada. La relación de la migración con el espacio ha dejado de verse como una bidireccionalidad (campo-ciudad, origen-destino, subdesarrollo-desarrollo), para relativizar la relación espacio-tiempo y, junto a la oda de los tiempos globales, romper la ilusión socioantropológica del isomorfismo espacio-cultura. Así, la migración como “objeto de estudios” en América Latina ha tenido que complejizarse para formularse como proceso identitario, como construcción de frontera y memoria nacional, como parte de las tensiones y los reordenamientos del mundo del trabajo en el orden neoliberal, enmarcada por relaciones de género y generación, vinculada a diversas formas de mercado ilegal y a la trata humana. Y, no menos, como proceso de simultaneidad que tensiona y reformula “lo nacional”.

De este modo, tratamos los flujos migratorios internacionales latinoamericanos como movimientos de transformación de fronteras (sociales, culturales, económicas y políticas) que consolidan nuevas dinámicas económicas y de apropiación de mano-de-obra, que provocan la reconstrucción permanente, conflictiva e inestable de las fronteras de la alteridad, que implican nuevas configuraciones de las familias y sus economías, y que alteran las construcciones de género, a la vez que transnacionalizan y friccionan formas culturales. Este número de la Revista presenta contenidos relacionados con el tema de las migraciones en las secciones Dossier, Documentos, Debate y Lecturas, que contribuyen a la reflexión y a la investigación social sobre esta temática. La sección Dossier está compuesta por ocho artículos. Estos trabajos se derivan de investigaciones que compilan datos empíricos (cualitativos y/o cuantitativos) y que buscan comprender cómo los movimientos migratorios vinculan diferentes localidades latinoamericanas —conectándolas con otros espacios locales a través de redes sociales de carácter translocal y transnacional—.

De este modo, el presente número indaga sobre estas cuestiones, pero pensándolas en, desde y hacia Latinoamérica. Se explora prioritariamente en los modos en que los flujos humanos que tiene la región, como punto de partida o llegada (o ambas), significan una complejización de las prácticas sociales en el espacio. También busca comprender el impacto que los movimientos migratorios tienen tanto en la construcción de nuevas identidades colectivas en América Latina como en el surgimiento de nuevos procesos de exclusión y marginación social en la región.

En “Restaurantes peruanos en Santiago de Chile: construcción de un paisaje de la migración”, el antropólogo Walter Alejandro Imilan nos presenta una rigurosa y detallada localización y pautas de concentración de estos emprendimientos comerciales en la capital chilena. A partir de allí nos introduce al análisis de las redes sociales que constituyen el trasfondo de estos negocios (estrategias de inserción en destino), al mismo tiempo que dibuja un proceso de apropiaciones y nuevos paisajes urbanos producidos por la experiencia de la cocina peruana en Santiago. La aproximación del autor permite además visualizar las contemporáneas formas en que se produce la otredad peruana en Santiago, procesos en que se articulan las dimensiones locales, nacionales y globales del fenómeno.

En este sentido, la migración es planteada como un movimiento multidimensional que transforma, fricciona, rompe y articula diferentes paisajes-étnicos, movilizando a la vez el contacto entre diferentes cosmovisiones, entre diferentes epistemologías del saber. Allí donde principios divergentes de comprensión del mundo se friccionan, donde mitos constitutivos de las fronteras de alteridad entre los unos y los otros se reavivan, aflorando discursos y prácticas delimitadoras de los Estados nacionales y otras formas sociales, provocando el (re)surgimiento de discriminaciones racistas y/o xenófobas hacia el otro migrante. La discusión que aquí presentamos indaga sobre las nuevas dinámicas sociales en que los migrantes latinoamericanos están involucrados en otras regiones del globo, así como sobre el tipo de relaciones de otredad en que los migrantes internacionales están insertos actualmente en diferentes contextos intrarregionales de Latinoamérica.

También en clave de caracterizar la experiencia urbana de una migración intrarregional, Sergio Caggiano y Ramiro Segura abordan en “Migración, fronteras y desplazamientos en la ciudad. Dinámicas de la alteridad en Buenos Aires” algunas dimensiones de la migración boliviana en la capital argentina. Enfocados en la noción de experiencia urbana, y con el recurso de las cartografías y los desplazamientos migrantes, los autores reaccionan ante el carácter estático de la comprensión de la ciudad como un mosaico, y al efecto diluido de unos espacios urbanos entendidos sólo en su dimensión de flujo. En paralelo, se observa la inte-

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Menara Lube-Guizardi, Jorge Moraga, Alejandro Garcés

Presentación

racción de los distintos grupos en la ciudad de Buenos Aires, la cual favorece una experiencia urbana que reorganiza las relaciones entre clase, raza y etnia, en una combinación que racializa las relaciones de clase y que enclasa las relaciones raciales, situando siempre los grupos migrantes en una posición subordinada.

diacronía. A partir de una política puntual de reclutamiento de trabajadores migrantes en Cataluña — impulsada paradójicamente por un sindicato local—, que, entre otras novedades, prohíbe la renuncia al trabajo y obliga a dormir sólo en lugares prefijados por los empresarios, la autora despliega un recuento de textos legales de “fijación” de trabajadores desde el siglo XIV en España. En términos metodológicos, a partir de este marco realiza un cruce de momentos históricos y lugares geográficos, analizando comparativamente el mencionado caso catalán con el de los trabajadores polacos en la Prusia del siglo XIX.

En “Migraciones de los Kichwas-Otavalo en Bogotá”, Juan Thomas Ordóñez, Fabio Andrés Colmenares, Anne Gincel y Diana Rocío Bernal abordan la migración de estos grupos a la ciudad de Bogotá enfocándose en dos aspectos centrales que emergen a partir de la acción de las redes migratorias de estos colectivos. Por un lado, a partir de la exploración de las relaciones con los lugares de origen, se dibuja la formación de un espacio transnacional con características particulares, que distingue no únicamente un espacio de origen y uno de destino, sino que hace emerger distintos puntos o enclaves localizados en diversos espacios nacionales. Por otro lado, la profundidad temporal de la presencia de estos grupos en Bogotá ha conducido ya a un proceso de reconocimiento de su diferencia indígena por parte del Estado colombiano.

Pedro Izcara Palacios, en “La contracción de las redes de contrabando de migrantes en México”, analiza desde el interior el apasionante y desconocido mundo de las organizaciones de “coyotes” o “polleros”, como se autodenominan los traficantes de personas de la frontera entre México y Estados Unidos. Desbaratando el sentido común y otros estereotipos —oficiales o periodísticos—, el autor va hilando con rigor metodológico los sentidos y estructuras en los que deambulan los integrantes de estas bandas. Contraponiéndose a anteriores investigaciones, comprueba —a partir de los testimonios de sus más de cien entrevistados— que el mercado del tráfico humano es controlado por pequeños grupos reticulares, y no por grandes organizaciones. El actual fenómeno de la contracción de su mano de obra, descrito en el texto, plantea una vez más la pregunta por las relaciones entre las reglas del mercado y las lealtades ancladas en otro tipo de disposiciones sociales.

El artículo de Lirio Gutiérrez, “Assimilation or Cultural Difference? Palestinian Migrants in Honduras”, es un buen ejemplo de las tensiones teóricas desbordadas por las migraciones. Aquí, tanto los postulados asimilacionistas como los del multiculturalismo se ven cuestionados en sus respectivas construcciones ideales: la disolución o la diferencia absolutas. El autor demuestra que la acumulación de capitales por parte de estos migrantes, que ocupan un sitio nada despreciable en la burguesía local, en ningún caso ha disuelto sus rasgos identitarios. La pregunta que aborda, entonces, se refiere a por qué las políticas multiculturales —tan propias del neoliberalismo— no han cuajado en su construcción de una etnicidad política diferenciada y fragmentaria en este grupo. Para indagar respuestas, el autor aborda la migración palestina desde una perspectiva de descolonización intentando una reinterpretación de la historia social y económica de Centroamérica y el Caribe.

En el artículo “La historia de una vida en situación de frontera: migración, superación y trabajo en el ‘circuito sacoleiro’” Eric Gustavo Cardin plantea a la investigación social interrogantes teóricos y metodológicos fundamentales. Su estudio se desarrolla en medio de la complejidad y liminaridad de la zona fronteriza más transitada en Suramérica: el encuentro entre Ciudad del Este (Paraguay), Foz do Iguaçú (Brasil) y Puerto Iguazú (Argentina). Cardin tiene como foco el proceso de organización y la movilidad del circuito sacoleiro: un complejo de prácticas comerciales y de contrabando entre los espacios de la triple frontera, y que involucra todo un conjunto de actores (con una compleja división de tareas), organizados por una particular (y a veces conflictiva) jerarquía social. El desafío del investigador se refiere a la necesidad de relativizar y flexibilizar los paradigmas científicos, para producir un mejor acercamiento a la movilidad y constante transformación de la experiencia económica y sociosimbólica del circuito.

En “Desvagabundizando la mano de obra extranjera en España. Fijación de la fuerza de trabajo extranjera, ley de extranjería y el sistema de reclutamiento y suministro de trabajadores de Unió de Pagesos” Olga Achón profundiza en el cuestionamiento de otra dicotomía muchas veces lastrada por las ciencias sociales, que ha tendido a distanciar, pese a ultrapregonados esfuerzos, la antropología de la historia: sincronía y

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Cardin desarrolla un análisis que integra al mismo tiempo los macropanoramas (la actuación de los Estados nacionales, los intereses comerciales a pequeña y larga escala en la zona, la configuración global y el impacto de la economía neoliberal) con la dimensión microsocial del fenómeno. Esta última viene de la mano de la historia de vida de Sandra, brasileña cuya trayectoria personal ejemplifica al detalle cómo la agencia de los sujetos construye, dialécticamente, la experiencia transfronteriza, translocal y transnacional entre Paraguay y Brasil. El artículo supera, a partir del recurso a la historia de vida, la tendencia, que muchos sufrimos en las ciencias sociales, a la dicotomización analítica de los procesos estudiados.

en la propuesta del uso de la fotografía como recurso de registro etnográfico y como elemento analítico clave. Aquí, contamos con el estudio “Experiencia migrante y apropiaciones espaciales: una etnografía visual en las inmediaciones del Terminal Internacional de Arica (Chile)”, desarrollado por Menara Lube-Guizardi, Orlando Heredia, Arlene Muñoz, Grecia Riquelme y Felipe Valdebenito. Las veinticuatro imágenes que componen esta etnografía visual construyen el escenario de la migración transfronteriza en la ciudad chilena de Arica, ubicada a 30 kilómetros de la frontera con Perú. El escenario articulador de la observación etnográfica es el Terminal Internacional de Buses, desde donde parten y llegan personas y mercaderías, en un movimiento que da forma y contenido a la vinculación transfronteriza entre los dos países. Este mismo movimiento marca también el tejido urbano de Arica, generando en él formas particulares de apropiación del espacio vinculadas a la vida en y a través de la frontera. Las fotos evidencian, así, la apropiación del espacio urbano como una forma de agencia migrante que a la vez reitera, redimensiona y hace porosa la experiencia limítrofe.

Finalmente, en “Uso de tecnologías de la información y la comunicación en familias caleñas con migrantes en España” —último artículo del Dossier— Juan Pablo Ramírez Martínez indaga sobre los papeles de las tecnologías de la información y comunicación (TIC) en la conformación de vínculos afectivos y en la reproducción social de las familias migrantes. Reconociendo que estas nuevas tecnologías tienen un rol central en la articulación de las redes sociales migrantes —en especial en la constitución del capital social y cultural de las familias transnacionales—, el autor observa, en la experiencia concreta de las familias de migrantes colombianos que partieron de Cali hacia España, el impacto cotidiano y la transcendencia extracotidiana de estos recursos comunicativos.

La sección Debate tiene como propuesta central hacer dialogar a tres investigadores expertos en migraciones internacionales. El documento se titula “Los procesos migratorios actuales en contextos latinoamericanos: nuevos itinerarios y reconfiguración de controles fronterizos”, y presenta la entrevista realizada a Ninna Nyberg Sørensen (Danish Institute for International Studies, Dinamarca), Jorge Martínez Pizarro (CEPAL, Chile) y Verónica Trpin (CONICET y Universidad Nacional de Comahue, Argentina). Estos investigadores son invitados a reflexionar alrededor de dos temas centrales. El primero se refiere a la creciente tendencia de tercerización de la regularización de los flujos migratorios y transfronterizos. Sobre este particular, indagamos acerca del papel de los Estados, de su nueva postura frente a los flujos migratorios una vez consolidado el escenario de privatización de la defensa de las fronteras nacionales. El segundo de los temas propuestos dirigió el debate hacia América Latina, a los perfiles e itinerarios migratorios que caracterizarían los actuales flujos humanos que parten de la región o la dejan, así como aquellos que acontecen intrarregionalmente.

Como bien observa, las nuevas tecnologías permiten que las familias situadas en los dos lados del Atlántico construyan experiencias de simultaneidad emocional y comunicativa, lo cual impacta, por ejemplo, los procesos de gestión económica vinculados a las remesas migrantes. Todo esto contrasta con la experiencia migrante de años atrás e implica un fuerte impacto metodológico en lo que concierne a la investigación social. Desde los primeros trabajos socioantropológicos con migrantes —elaborados por W. Thomas y F. Znaniecki en la Escuela de Chicago, a inicios del siglo XX—, las cartas, fotos y correspondencias de todo tipo fueron considerados documento sine qua non para el análisis. El trabajo de Ramírez nos permite observar que las TIC cumplen ahora esta función comunicativa. Tanto el método como el modelo de análisis constituyen excelentes ejemplos de cómo investigar el uso de las nuevas tecnologías. Su estudio tiene, en este sentido, un importante carácter de replicabilidad metodológica.

Cerrando el número temático, la sección Lecturas reseña una obra dedicada a los fenómenos migratorios y que aportan debates fundamentales a este campo de estudios. La obra es Chicago. Morfologia sociale e migrazioni de Maurice Halbwachs, reseñada por Gino Bailey. El libro constituye un particular encuentro entre los argumentos de la socio-

La sección Documentos abre espacio a diferentes formas de producir y desarrollar la representación del fenómeno migratorio en las ciencias sociales, centrándose

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Menara Lube-Guizardi, Jorge Moraga, Alejandro Garcés

Presentación

Nota editorial: La Revista de Estudios Sociales, además de los contenidos que publica en el Dossier, cuenta con la sección Otras Voces, espacio que presenta investigaciones diversas de las ciencias sociales. En esta oportunidad se publican tres artículos reflexivos desde la sociología, el derecho y la ciencia política. En el primero de ellos, “Pensamiento epistémico y conocimiento social: emergencias y potencialidades en la investigación social”, Juan Pablo Paredes expone la teoría del presente potencial de Hugo Zemelman y los planteamientos de la sociología de la ausencia y de las emergencias de Boaventura de Sousa Santos, mostrando la posibilidad de utilizar estas teorías como herramientas para la investigación crítica de la realidad social y de los sujetos colectivos. En el segundo artículo, “Poder soberano y poder disciplinario. La codificación desde una visión foucaultiana”, Norberto Hernández Jiménez se propuso demostrar la falta de autonomía y coherencia del derecho codificado para solucionar categorías del poder disciplinario, a través del estudio y análisis que hace de la sociedad disciplinaria desarrollada por Michel Foucault. Cerrando la sección, Alex Iván Arévalo Salinas, en su artículo “El rol de la prensa escrita en la reproducción de la violencia en el conflicto entre Chile y Perú. Propuestas de paz desde la comunicación”, describe el papel que desempeña la prensa escrita de Chile y Perú en el surgimiento de relaciones conflictivas entre ambos países. El autor concluye señalando que se debe realizar un esfuerzo conjunto que incluya la elaboración de un plan de construcción de paz, con la participación de los diferentes actores, y acciones desde el ámbito educativo y desde los medios de comunicación.

logía funcionalista francesa y la primera escuela estadunidense de socioantropología urbana, en cuanto resultó de la experiencia de Halbwachs como profesor visitante en la Universidad de Chicago en la década de 1930 —momento crucial del desarrollo de los estudios sobre la migración y urbanización en la metrópolis norteamericana—. En este sentido, el libro testimonia en un primer plano la posición de Halbwachs sobre los métodos y reflexiones teóricos de sus colegas estadunidenses del departamento de Sociología y Antropología de Chicago, constituyendo un esfuerzo de reinterpretación de estos marcos analíticos a la luz del pensamiento sociológico francés coetáneo (notoriamente influenciado por la obra de É. Durkheim). Aunque ésta no fuera la intención explícita de Halbawchs, el libro establece una vinculación entre el énfasis en la acción social —característica de los teóricos de Chicago— y el énfasis en la dimensión estructural de la vida social —fiel al funcionalismo durkheimiano–—. Nos gustaría finalizar la presentación del número agradeciendo muy especialmente a todos los autores, a los entrevistados, al equipo editorial de la Revista de Estudios Sociales y a todos los que hicieron posible condensar un debate tan prolífico en esta publicación. Esperamos que las reflexiones que el número encierra puedan ayudar a complejizar las miradas hacia los fenómenos migrantes en América Latina, alimentando un espíritu crítico que se hace cada vez más indispensable cuando el punto de mira es la experiencia social entre las fronteras y más allá de ellas.

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Dossier

Restaurantes peruanos en Santiago de Chile: construcción de un paisaje de la migración • Walter Alejandro Imilan – Universidad Alberto Hurtado, Chile

Migración, fronteras y desplazamientos en la ciudad. Dinámicas de la alteridad urbana en Buenos Aires • Sergio Caggiano – Universidad Nacional de La Plata / Conicet, Argentina • Ramiro Segura – Universidad Nacional de La Plata / Conicet, Argentina

15-28

29-42

Migraciones de los Kichwas-Otavalo en Bogotá

• Juan Thomas Ordóñez Roth – Universidad del Rosario, Colombia • Fabio Andrés Colmenares – Universidad del Rosario, Colombia • Anne Gincel – Universidad del Rosario, Colombia • Diana Rocío Bernal – Universidad del Rosario, Colombia

Assimilation or Cultural Difference? Palestinian Immigrants in Honduras

43-56

• Lirio Gutiérrez Rivera – Free University of Berlin, Germany

57-68

Desvagabundizando la mano de obra extranjera en España. Fijación de la fuerza de trabajo extranjera, ley de extranjería y el sistema de reclutamiento y suministro de trabajadores de Unió de Pagesos

69-83

• Olga Achón Rodríguez – Universidad de Barcelona, España

La contracción de las redes de contrabando de migrantes en México

• Simón Pedro Izcara Palacios – Universidad Autónoma de Tamaulipas, México

La historia de una vida en situación de frontera: migración, superación y trabajo en el “circuito sacoleiro” • Eric Gustavo Cardin – Universidade Estatal do Oeste de Paraná, Brasil

Uso de tecnologías de la información y la comunicación en familias caleñas con migrantes en España • Juan Pablo Ramírez Martínez – Universidad Nacional de Tres de Febrero, Argentina

84-99 100-109 110-123


Restaurantes peruanos en Santiago de Chile: construcción de un paisaje de la migración* Walter Alejandro Imilanv Fecha de recepción: 31 de mayo de 2013 Fecha de aceptación: 26 de septiembre de 2013 Fecha de modificación: 15 de octubre de 2013

DOI: http://dx.doi.org/10.7440/res48.2014.02

RESUMEN El texto aborda la relación entre migración, estrategias de inserción y transformaciones del espacio urbano. El texto argumenta que la proliferación de restaurantes de gastronomía peruana en Santiago da forma a un paisaje de la migración, que opera como estrategia de inserción transversal para diferentes segmentos de la población peruana y como una forma de reconocimiento como “otro” por parte de la sociedad chilena. A partir de una investigación cuantitativa y cualitativa, el artículo describe las principales características en el desarrollo de locales de cocina peruana, identificando su dinámica de desarrollo, sus localizaciones y redes que les dan existencia. Finalmente, los restaurantes peruanos en Santiago demuestran un ensamblaje complejo entre lo global, nacional y local.

PALABRAS CLAVE Migración, paisaje, antropología de la alimentación.

Peruvian Restaurants in Santiago de Chile: Constructing a Landscape of Migration ABSTRACT The text addresses the relationship between migration, insertion strategies and transformations of urban space. It argues that the proliferation of Peruvian-cuisine restaurants in Santiago forms a landscape of migration that operates both as a transversal insertion strategy for different segments of the Peruvian population and as a form of recognition of them as “other” on the part of Chilean society. Based on a quantitative and qualitative study, the article describes the main features in the development of local Peruvian cuisine, identifying their development dynamics, locations and the networks that give them life. Finally, the Peruvian restaurants in Santiago demonstrate a complex assemblage of the global, national and local dimensions of migration.

KEY WORDS Migration, landscape, anthropology of dining.

*

Este artículo se enmarca en el Proyecto Fondecyt N° 11121538 “La experiencia con la comida peruana en Santiago de Chile. Prácticas de identidad de la migración transnacional peruana”. En el equipo de investigación de campo han colaborado Valentina Donoso, Carolina Rivera, Carolina Rozas e Ignacio Zenteno, estudiantes de Antropología y Matías Hinojosa estudiante de Gestión de la Información, todos de la Universidad Alberto Hurtado. v Doctor en Planificación Urbana y del Territorio por la Universidad Técnica de Berlín, Alemania. Profesor de la Universidad Alberto Hurtado, Chile. Entre sus últimas publicaciones se encuentran: La experiencia Warriache en Santiago. Performances, espacios e identidades. En Poblaciones en movimiento. Etnificación de la ciudad, redes e integración. Santiago: Ediciones Alberto Hurtado (2013) y Embodying Flexibility: Experiencing Labour Flexibility through Urban Daily Mobility. Santiago de Chile: Mobilities (en prensa). Correo electrónico: wa.imilan@gmail.com

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Restaurantes peruanos em Santiago do Chile: construção de uma paisagem da migração RESUMO Este texto aborda a relação entre migração, estratégias de inserção e transformação do espaço urbano. Neste texto, argumenta-se que a proliferação de restaurantes de gastronomia peruana em Santiago do Chile dá forma a uma paisagem da migração que opera como estratégia de inserção transversal para diferentes segmentos da população peruana e como uma forma de reconhecimento como “outro” por parte da sociedade chilena. A partir de uma pesquisa quantitativa e qualitativa, este artigo descreve as principais características no desenvolvimento de negócios de cozinha peruana que identificam sua dinâmica de desenvolvimento, suas localizações e redes que dão existência a eles. Finalmente, os restaurantes peruanos em Santiago demonstram uma estrutura complexa entre o global, nacional e local.

PALAVRAS CHAVE Migração, paisagem, antropologia da alimentação.

Introducción

L

a migración peruana a Chile se ha incrementado de forma acelerada en la última década. Sólo en 2011 fueron emitidas poco más de 30 mil visas temporales a ciudadanos peruanos para residir en el país. En el mismo año se contabilizaron 138.5251 personas de origen peruano, transformándose en el origen extranjero más numeroso en Chile. Sin embargo, más allá de la dimensión cuantitativa de este flujo migratorio, la migración peruana posee una visibilidad particular en el espacio urbano que marca la ciudad, denotando su presencia por sobre otros colectivos migrantes pasados y actuales en la ciudad de Santiago.

das y ferias de alimentos, entre otros. Estas prácticas los denotan como migrantes, expresan la dislocación, la nostalgia por el lugar de origen; la mayoría de las veces son puestas en escena identidades nacionales “otras” que comunican la emergencia de materialidades vinculadas con una noción de “peruanidad”. En efecto, las diversas prácticas vinculadas a la alimentación dan vida a un paisaje que sintetiza lo material y simbólico (Gallastegui 2009; Haesbaert 2009; Tuan 1983; Nogué 2007). La idea de paisaje también permite comprender la presencia peruana en Santiago como inserta en procesos globales, en cuanto nos permite imaginar —en palabras de Appadurai (2001)— la migración transnacional y sus implicancias en el flujo de ideas, objetos y relaciones que transforman las sociedades de recepción.

Una de las principales razones de la visibilidad de la migración peruana, particularmente en Santiago, donde habitan más de ochenta mil ciudadanos del país vecino, se relaciona con la marcación del espacio público a través de prácticas vinculadas a la alimentación. La proliferación de restaurantes, negocios de venta de productos de alimentación y de comida callejera ha transformado la ciudad; de esta forma, la ciudad deviene en terreno de apropiaciones, disputas y marcaciones simbólicas como proceso para la emergencia de un paisaje de la migración.

El presente texto explora una dimensión específica en la producción de este paisaje de la migración, a saber, la emergencia de restaurantes peruanos que se despliegan por la ciudad. El desarrollo de esta particular industria ha sido formidable en años recientes, saltando de sólo dos locales a principios de la década de 1990 a más de 300 a principios de 2013. Es evidente que la proliferación de estos negocios gastronómicos ha ido de la mano con el aumento de los flujos migratorios, pero ello, por sí mismo, no lo explica.

La migración adquiere materialidad en la ciudad mediante prácticas que se realizan en locales de venta de comida, mercancías que se ofertan, ocupación de vere-

El restaurante peruano es parte de un tipo de economía étnica, es decir, deviene en una estrategia de inserción económica para los migrantes, cuyo acceso está mediado por la adscripción a una comunidad de origen, en este caso, nacional. El debate en torno a “negocios étnicos”

1 Información del Departamento de Extranjería y Migración para el año 2011. La población peruana representa el 37% de la población extranjera en Chile.

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Restaurantes peruanos en Santiago de Chile Walter Alejandro Imilan

Dossier

es amplio. Siguiendo a Arjona y Checa (2006), quienes han sistematizado las perspectivas explicativas respecto a la emergencia de empresariado étnico, en el caso que nos convoca podríamos acudir rápidamente a la visión culturalista que identificaría al colectivo peruano como portador de recursos específicos, tales como saberes culinarios y una ética del trabajo acorde al restaurante, que se expresa de forma eficaz y eficiente en el negocio gastronómico. Sin embargo, al revisar la literatura global respecto a colectivos peruanos y sus estrategias de inserción en diferentes lugares del mundo (Berg y Paerregard 2005), encontramos que la gastronomía está lejos de ser una estrategia significativa de inserción en países de Europa y Norteamérica. La situación en Santiago parece tener una cierta excepcionalidad en el contexto de la migración peruana.

El texto presenta resultados del trabajo de campo realizado durante los primeros meses de 2013. Esta investigación consistió en la elaboración de un catastro de restaurantes peruanos de la Región Metropolitana de Santiago, a través de diversos medios,2 que intentó registrar el tamaño de los locales, el tiempo de funcionamiento y el tipo de público. Adicionalmente, se realizó un catastro presencial en la Comuna de Santiago, como el distrito de mayor concentración de comercio migrante, que permitió aplicar breves cuestionarios respecto al origen de los trabajadores y dueños, tipo de propiedad del local, entre otras dimensiones. De forma complementaria, en el marco de la investigación en que se inserta este trabajo de campo, se han realizado numerosas entrevistas a empresarios gastronómicos y trabajadores de restaurantes en la ciudad de Santiago.

Las razones de la emergencia de esta específica economía étnica en Santiago se pueden explicar mejor desde una perspectiva interactiva (Arjona y Checa 2006), que invita a observar con mayor atención las redes sociales que articula el grupo, y su puesta en relación con la estructura de oportunidades del lugar de inserción. En el caso de la migración actual en Chile, esta estructura de oportunidades no produciría una suerte de exclusión de los migrantes de otras fuentes de inserción económica, como sugieren Solé y Parella (2005) para casos en que la economía étnica es una estrategia de supervivencia frente al bloqueo de oportunidades en otros ámbitos. La argumentación del presente texto apunta más bien que la proliferación de restaurantes se explica a partir de un complejo ensamblaje de elementos en cuya base se encuentra la interacción entre redes y oportunidades en proceso de estructuración. Profundizar en esta lectura, en efecto, puede apoyar la comprensión del desarrollo de economías étnicas fuera de la relación migratoria Sur-Norte que ha concentrado el análisis actual (Garcés 2011a).

La investigación en torno a migraciones en Chile, podríamos decir, se encuentra en una etapa inicial de exploración del fenómeno. Con la presentación de los resultados en el presente artículo esperamos profundizar la reflexión en torno a procesos de espacialización de prácticas migrantes.

Paisajes de la migración, étnicos y de la alimentación La irrupción de restaurantes de gastronomía peruana y de negocios que comercializan productos originarios de Perú en Santiago hace visible de forma cotidiana la migración en Santiago. En una primera instancia, tal difusión de negocios ha sido entendida como “economías de la nostalgia” (Barlösius 2011; Duany 2011) de la migración peruana. Una serie de servicios que actualizan un vínculo emocional con los lugares de origen a través de locales de venta de alimentos, centros de llamadas, lugares de entretenimiento, entre otros. En estos términos, la concomitancia entre espacio urbano y práctica de los migrantes surge como significativa, en especial cuando estos servicios tienden a concentrarse en determinadas áreas de la ciudad. Para definir esta nueva realidad en el centro histórico de Santiago, se habla de procesos de territorialización de la migración a partir de prácticas específicas que convocan a un colectivo con origen común (Stefoni 2008) o de la formación de nuevas geografías de enclave (Garcés 2007).

La importancia del restaurante peruano se basa no sólo en su creación de un mercado del trabajo y de iniciativas empresariales, sino también en su significación simbólica. La emergencia de los restaurantes peruanos, como expresión de una gastronomía nacional, es un instrumento que negocia el reconocimiento del “otro” por parte de la sociedad chilena, como nuevo habitante de la ciudad. El presente texto busca dimensionar el desarrollo de los restaurantes peruanos en Santiago, describiendo el avance de esta industria gastronómica y explorando las redes sociales que han permitido tal desarrollo.

2 Los medios revisados fueron: guías telefónicas, páginas web y registros de patentes. Algunas de las variables, como el tipo de público, se dedujeron a partir de los valores promedio del suelo en los emplazamientos de los locales.

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Los negocios peruanos y su localización concentrada llaman ampliamente la atención, en especial debido a que en Santiago apenas son reconocibles los espacios marcados por colectivos extranjeros. Ni en el pasado, ni en el presente, la ciudad de Santiago se observa como un espacio marcado por flujos migratorios. A diferencia de la mayoría de las grandes ciudades de la región, donde es posible identificar áreas que han sido transformadas por prácticas de colectivos con un origen compartido, en el espacio urbano de Santiago las diferencias culturales han tendido a ser invisibles. Esta afirmación puede ser válida para colectivos tanto de migraciones internacionales como de origen étnico o translocal (Imilan 2010). La invisibilidad de los orígenes diversos de los habitantes de la ciudad ha sido una característica que acompañó el proceso de metropolitanización de la ciudad desde la primera mitad del siglo XX. Incluso, el colectivo indígena más numeroso que se asienta en la ciudad, los Mapuche, se inserta indiferentemente junto a los segmentos populares y vulnerables de la ciudad, marcando una distancia relevante con respecto a procesos similares en ciudades como Lima (Sandoval 2009) o México (Kemper 1970). En efecto, estos diversos procesos migratorios no se han expresado espacialmente en la ciudad, ni las diferencias culturales han sido territorializadas.

culturalmente homogéneos, desde la idea de la ciudad compuesta por mosaicos culturales de la Escuela de Chicago de Park hasta la noción de barrio con una identidad definida y diferenciadora (Portal y Safa 2005). En este sentido, el enclave migrante aparece como un dispositivo de observación privilegiado. Algunos autores han señalado que en el caso de la migración peruana en Santiago, es más preciso hablar de “centralidad migrante” (Garcés 2011b), ya que se refiere particularmente a una alta concentración, principalmente de actividades económicas y no tanto de residencialidad. Sin embargo, nuestro foco intenta abrir la lectura de la espacialización de prácticas vinculadas a la alimentación, más que como un fenómeno territorializado —relativamente cerrado, en sí mismo objeto de disputa entre actores por el control político simbólico—, hacia una mirada que comprende esta espacialización como la emergencia de un paisaje, a partir de una apropiación colectiva del espacio con proyección cultural, cuya interpretación se organiza a partir de la experiencia cotidiana (Nogué 2007). El conjunto de restaurantes puede ser comprendido como elementos que dan surgimiento a un paisaje, que se despliega por la ciudad y que permite comprender la relación entre globalización y migración desde la perspectiva de la vida cotidiana de sus habitantes.

La formación de enclaves de la migración peruana en Santiago, mediante la concentración de servicios para la migración, desempeña un rol significativo y novedoso en la discusión sobre migración y ciudad en Chile. En especial porque éstos, inicialmente, se han localizado en el centro histórico de Santiago, actualizando una serie de disputas simbólicas respecto a ideas de chilenidad y peruanidad en la opinión pública. En 2009, en medio de una polémica mediática entre comerciantes peruanos y el municipio de Santiago por la venta de comida en la calle (una práctica muy poco difundida en Santiago antes del arribo masivo de migración desde Perú), un diputado de extrema derecha denunció: “Nosotros no podemos permitir que los peruanos estén fundando Lima en el centro de Santiago con actividades comerciales irregulares”.3 Ciertamente, la visibilidad de la migración tomó un giro eminentemente político nacionalista; de esta forma, la relación entre ciudad y migración entra en el campo de las disputas materiales y simbólicas.

Appadurai (2001) propone un plan de lectura a los procesos globalizadores, formulado a partir de la noción de paisajes. Éstos serían formas de articular relaciones sociales que se organizan en torno a un campo, ya sea de orden financiero, mediático, étnico, tecnológico o ideacional, ofreciendo una forma más dinámica de comprender la organización de los flujos que dispone la globalización, que los modelos centro-periferia. Los paisajes ponen acento en un tipo de organización con un carácter inestable, fugaz, en permanente estructuración, con discontinuidades y con una importante relevancia en los procesos de apropiación subjetivos. Restaurantes y comercios, en este contexto, pueden ser comprendidos como productores de un paisaje de la alimentación (Ferrero 2001). Siguiendo a Möhring (2012), estos paisajes son ejemplares en el caso de las comunidades migrantes, en la forma que imbrican las diversas dimensiones de la globalización. La migración, así como el turismo de los miembros de la sociedad de recepción, cumplen un rol creciente en las formas en que es imaginado lo étnico (y sus prácticas). La circulación de ideas y saberes —por ejemplo, de preparaciones gastronómicas y conocimientos culinarios— expande el conjunto de nociones del “otro”. Las dimensiones tecnológicas también entran en acción a partir del desarrollo de cadenas de comercialización transnacionales de productos específicos,

La noción de enclave proporciona un marco socioespacial de análisis para la investigación de migración. Tal como reseña Low (1996), tradicionalmente el estudio de las diferencias en la ciudad ha trabajado buscando espacios

3

Diputado Iván Moreira, El Mercurio, 16-02-09.

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Restaurantes peruanos en Santiago de Chile Walter Alejandro Imilan

Dossier

al tiempo que la dimensión financiera emerge para comunicar redes de financiamiento que apoyan iniciativas empresariales y de reclutamiento de trabajadores.

actual de gastronomía peruana (Lauer y Lauer 2006; Lauer 2012; Matta 2011; Rodríguez 2006) permite comprender su representación como conjunto de prácticas que integran territorial y temporalmente las sociedades y los colectivos que habitan en Perú. Esta integración va desde las variaciones regionales de la costa, sierra y selva hasta la recuperación de prácticas de tiempos ancestrales, de la Colonia y del último siglo, en virtud del aporte de diversos colectivos migrantes. Desde esta perspectiva, la llamada Gastronomía peruana sería una síntesis idealizada y cristalina de la identidad nacional. Ciertamente, la fuerte adscripción actual que existe por parte de la población peruana respecto a la gastronomía nacional no es suficiente para su éxito en la circulación global. En este caso, parecen existir dos fenómenos concomitantes que hacen que la gastronomía peruana sea buena para comer en Chile.

Las transferencias o los flujos globales vinculados a la alimentación poseen una larga tradición. Los alimentos han sido los primeros commodities en la economía mundial. En esta línea, el trabajo clásico de Mintz (1986) —en torno a la difusión del azúcar— expone de forma vibrante los caminos por los cuales el endulzante de la caña se transformó en un componente fundamental de la dieta mundial. Surcando un recorrido de conflictos en diferentes escalas —desde formas de organizar el trabajo en explotaciones del Caribe hasta guerras comerciales entre potencias del siglo XIX—, la globalización del azúcar contiene una parte significativa de lo que hoy entendemos como globalización. De forma similar, Clarence (2008) ha investigado la emergencia de una “cultura del café” en Europa y Norteamérica durante el siglo XIX, y Bestor (2005) ha explorado más recientemente la globalización del sushi. Actualmente es posible encontrar una amplia diversidad de “biografías de alimentos”, que trazan tramas comerciales y políticas, promociones de ciertos estilos de vida, así como la emergencia de circunstancias subjetivas. En definitiva, el paso de ciertos productos o gastronomías desde espacios locales a espacios de circulación global siempre es producto de un ensamblaje de múltiples dimensiones y circunstancias.

Un primer fenómeno se relaciona con la fuerte promoción desde el mismo Perú a la gastronomía peruana en el extranjero. La nueva etapa que experimenta la gastronomía nacional se vincula, en un inicio, con la creciente industria del turismo internacional, que transforma al país en región codiciada por los grandes operadores de esta industria. Como es sabido, la gastronomía es un servicio complementario de la industria turística. Además, el “descubrimiento” de la cocina tradicional o practicada en áreas indígenas y campesinas por parte de las clases medias ha sido fuertemente apoyado por inversiones que han promovido la creación de restaurantes, circuitos gastronómicos, ferias internacionales y campañas de difusión en el extranjero.

El concepto de “cocina nacional” se ha desarrollado en el marco de los procesos de formación de Estados nacionales del siglo XIX como parte de los recursos de construcción de identidad nacional. Siguiendo a Elias (2010), una parte fundamental en el proceso civilizador de la construcción del Estado ha sido transformar comportamientos relacionados con la satisfacción de necesidades básicas. En efecto, las prácticas de alimentación han ocupado un lugar central en este proceso, siendo redefinidas por la fuerza civilizatoria del Estado-nación. Los Estados-naciones requieren narrativas que permitan “inventar la tradición”, siguiendo la conocida formulación de Hobsbawm y Ranger (1992); en este sentido, la gastronomía nacional deviene en una imagen idealizada de la nación, que expresa características inherentes a ella (Barlösius 2011), así como se celebra en el comensalismo su conformación como comunidad (Goody 1982).

Un segundo fenómeno se vincula con la expansión del consumo en Chile, o al menos de la población de Santiago, que va conformando hacia el cambio de siglo un segmento con capacidad e interés por un consumo de tipo cosmopolita (Araújo y Martuccelli 2012). El consumo de restaurantes de gastronomías extranjeras instaura una experiencia con una cultura “otra”, es una forma de viajar, de imaginarse en otro espacio. Por ello, el restaurante extranjero es más que sólo preparaciones de alimentos no habituales para los visitantes, siendo también un decorado, con materialidades y prácticas que encapsulan la experiencia de una cultura distinta con la propia (Möhring 2011). El restaurante, a través de su gastronomía y puesta en escena, deviene en una imagen idealizada del mundo extranjero. El migrante puede adscribirse a este juego de reconocimientos; así, la gastronomía peruana deviene en un recurso de identidad étnica, en cuanto permite una construcción activa de una diferenciación social (Martuccelli 2008). De esta forma, la gastronomía hace posible a la comunidad migrante diferenciarse como colectivo social de la población nativa.

La Gastronomía peruana ha tomado en los últimos veinte años una nueva significación. En la actualidad la narrativa sobre la cocina peruana parece ser mímesis de las palabras de José María Arguedas, que definió al Perú como “no existe país más diverso, en variedad terrena y humana […]” (Arguedas 1968). Una revisión respecto al debate

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Surgimiento del restaurante peruano

formación de una demanda de productos peruanos, propiciada en primer término por la población migrante, promueve los emprendimientos de importación y distribución de productos fundamentales para la cocina peruana. Uno de los empresarios gastronómico pioneros en Santiago describe este desarrollo de la siguiente forma:

A principios de la década de 1990 se produce una coyuntura favorable para el desarrollo de la industria gastronómica extranjera en Chile. El país dejaba atrás la oscura etapa de la dictadura militar, que había mantenido al país aislado del mundo exterior por espacio de diecisiete años. La Ley de Extranjería de 1975 trata la migración como un problema de seguridad nacional. Sin cambiar la ley, que rige hasta la actualidad, desde principios de la década de 1990 los gobiernos democráticos abren las fronteras, en pos de una integración regional. Por esta época, la gastronomía en el país se remite principalmente a la tradición criolla, anclada en patrones de consumo modelados por los períodos de escasez experimentados durante la dictadura. Las ofertas de tipo internacional eran más bien escasas, y sólo se reconocían de forma difundida restaurantes chinos, que habían proliferado durante la década de 1980.

En ese tiempo no había nada, ni cebolla morada [década

de 1990]. Hay un amigo que en ese tiempo vendía artículos de plástico, no tenía nada que ver con el rubro, pero

empezó a traer primero Inka Kola y cerveza Cusqueña para

los peruanos que habían, pero después se dio cuenta que muchos productos, como el plátano, por ejemplo, no sólo lo demandaban peruanos, sino mexicanos, ecuatorianos. Ahora es una tremenda empresa que abastece a todos los restaurantes peruanos de Santiago.6

Como mencionamos anteriormente, en la década de 1990 los estilos de vida de la población de Santiago se transforman a través del consumo, expresado en la apertura de grandes centros comerciales, y de una cada vez más masiva oferta de locales de entretenimiento y de restaurantes de todo tipo, entre los que empezarán a destacarse los de gastronomía peruana, por su proliferación y localización amplias en la ciudad.

Por estos años, los pioneros de la gastronomía peruana observaron la situación del país como una oportunidad. Un exitoso empresario del rubro evalúa esta época de la siguiente manera: [...] la gastronomía acá en Chile era muy pobre, sobre

todo en los restaurantes; tenían el sándwich, el pastel

de choclo, la palta reina, y eso era todo, y todos los res-

taurantes tenían lo mismo. […] Las presentaciones tam-

Restaurantes: localización y tipo

del plato, porque la comida entra por la vista también, y

En términos operacionales, definimos como restaurante peruano a un negocio de venta de comida, que se adscribe, abiertamente o no, a una tradición gastronómica peruana. En efecto, es fundamental que el producto que se ofrece se vincule a este origen nacional. En principio, la propiedad del recinto, así como sus trabajadores, no tienen un rol discriminador en este proceso de identificación.

bién eran muy básicas, se ponía todo así no más, arriba en eso, en Chile era muy pobre.4

La apertura de los primeros locales se produce en áreas centrales y bohemias, y se orientan hacia un público principalmente chileno, tal como explica el jefe de cocina de unos de los restaurantes más antiguos de la comuna de Santiago:

Con el objeto de describir el desarrollo de esta industria en Santiago realizamos una búsqueda por diferentes medios, tales como guías de teléfonos, sitios web de gastronomía, bases de datos de impuestos y visitas a terreno, con el objeto de identificar los restaurantes. El registro entregó un total de 268 restaurantes,7 localizados en la imagen 1.

Nosotros ofrecíamos menú. Era el año 1995 y en la hora

de almuerzo se llenaba, al igual que en la noche cuando se ofrecía la carta. Éramos el único en todo el barrio, y

la gente se acostumbraba por el pisco sour —traíamos pisco desde Perú— y el suspiro limeño. […] El público era principalmente chileno, peruanos habían pocos en

ese tiempo, y los que habían eran muy pobres como para venir al restaurante.5

6 Entrevista 2 (2013).

El primordial problema que presentaba el desarrollo de la gastronomía era el de las cadenas de distribución. La

7 La primera parte de esta investigación se llevó a cabo en el marco del Proyecto “Migraciones, capital social y desarrollo humano en América Latina. El papel del capital social de los migrantes en el desarrollo humano de las sociedades latinoamericanas” del Centro Coordinador de la Investigación de la Federación Internacional de las Universidades Católicas (CCI-FIUC), por un equipo de estudiantes de la carrera de Geografía de la Universidad Alberto Hurtado, coordinado por la Dra. Ximena Galleguillos.

4 Entrevista 1 (2012). 5 Entrevista 2 (2013).

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Restaurantes peruanos en Santiago de Chile Walter Alejandro Imilan

Dossier

Imagen 1. Localización y densidad espacial de restaurantes peruanos en Santiago de Chile

Fuente: elaboración propia a partir del trabajo de campo.

A partir de la localización de los restaurantes, surgen en un primer momento dos elementos de reflexión. El primero tiene relación con las localizaciones en términos comunales, y el segundo, con el tipo de “cocina” que ofrecen.

Santiago ha sido caracterizada largamente como una ciudad con altos niveles de segregación socioespacial (Sepúlveda et al. 2009). No obstante, el centro de la ciudad produce un espacio público inclusivo en cuanto a clases sociales, al albergar no sólo residencias sino también funciones de administración del Estado y financieras. Este carácter diverso se refleja también en los tipos de restaurantes peruanos.

Se aprecian dos áreas de concentración de restaurantes. La primera corresponde a las comunas centrales de la ciudad, situación coherente con la concentración de residencia de población peruana migrante. El Censo 2002 mostró que el 22% de la población peruana en Santiago reside en la comuna del mismo nombre, seguida por las vecinas Independencia y Recoleta (Torres e Hidalgo 2009). En estas comunas se concentran las que hemos llamado economías de la nostalgia de la migración y se localizan las “centralidades migrantes”.

La segunda relativa concentración se observa en torno a ejes viales estructurantes en el sector Oriente de la ciudad. Estas comunas —Providencia, Las Condes y Vitacura— han tendido a ampliar, y en parte a reemplazar, actividades de servicios históricamente asentadas en el centro de la ciudad. En estas comunas proliferan las torres de oficinas, tiendas de consumo de alto costo y negocios gastronómicos. Los restaurantes peruanos identificados en estas áreas se orientan hacia un público chileno ofreciendo un tipo de gastronomía de alta cocina. En esta área los restaurantes suelen promocionarse como de comida “fusión” o “nikkei”, dotando su oferta culinaria de un halo de sofisticación, por encima de la simple denominación de “internacional” que prolifera en el área central.

La alta concentración de restaurantes y negocios peruanos ha sido un elemento fundamental en el fortalecimiento del imaginario de la transformación del centro de la ciudad. Aquí es posible encontrar restaurantes orientados hacia el público peruano y chileno. El rango de precios y la adscripción a tendencias de alta cocina o de cocina popular se encuentran por igual.

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Llama la atención la escasa presencia de restaurantes en comunas pericentrales y periféricas, salvo excepciones. Es probable que la apertura de negocios gastronómicos peruanos más allá de las centralidades que concentran la actividad comercial sea un proceso que se encuentre en un camino incipiente.

Imagen 3. Restaurante peruano en Chile, 2013. Fotografía de Ignacio Zenteno.

No todos los emprendimientos gastronómicos llevados a cabo por migrantes peruanos se promocionan como restaurantes peruanos. En este caso, sólo el trabajo de campo puede discriminar si en ellos se ofrecen productos peruanos. Un número incierto de restaurantes —pequeños, de bajo costo, habitualmente con una oferta de almuerzos— dispone de una oferta mixta. Por un lado, pueden lucir desde la calle como una típica sandwichería chilena, pero al mismo tiempo ofrecen una o dos especialidades peruanas. En este conjunto de restaurantes se incluyen los locales de pollos asados. En muchos de ellos, ni por los anuncios, ni por las estéticas, es imposible identificar que la preparación del pollo asado que se vende no corresponde al estilo chileno, sino en realidad a la “pollada”: la versión peruana que implica un marinado y acompañamiento con salsas inexistentes en la versión chilena. La diferencia entre la preparación chilena y peruana es inequívocamente notable. En estos casos, algunos indicios dentro del local, como la venta de Inka Kola, decorados y salsas, develan las recetas empleadas y el origen de sus trabajadores y dueños.

En la imagen 2 se presenta una fachada habitual de restaurante con la inscripción de “internacional”, que enfatiza su vínculo global. En la imagen 3 se aprecia una fachada que promociona su oferta de pollos asados.

Concentración en la comuna de Santiago En una segunda etapa de construcción de datos, procedimos a realizar un catastro en terreno de los restaurantes localizados en la Comuna de Santiago. Se registró un total de 104 locales de venta de comida, a los cuales se aplicó un breve cuestionario destinado a develar el origen del emprendimiento y tiempo de funcionamiento, así como a estimar las características del menú ofertado. A partir del catastro presencial se incorporaron los restaurantes autopromocionados como peruanos, así como los más discretos, tales como los mencionados locales de pollos asados y sandwicherías. Adicionalmente, se identificó un importante número de cocinerías que presentan un funcionamiento temporal, ofreciendo sus productos en determinadas horas del día y de la semana.

Imagen 2. Restaurante peruano en Chile, 2013. Fotografía de Carolina Rozas.

En la imagen 4 se aprecia con mayor claridad la situación interna en la comuna de Santiago. En el área en torno a la Plaza de Armas se presenta una altísima concentración, a tal nivel que en la figura algunas localizaciones se superponen.

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Restaurantes peruanos en Santiago de Chile Walter Alejandro Imilan

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Imagen 4. Localización y densidad espacial de restaurantes peruanos en Santiago en Chile

Fuente: elaboración propia a partir del trabajo de campo.

Un factor relevante de este fenómeno responde a la “colonización” de centros comerciales, relativamente abandonados, en esta área por parte de “economías de la nostalgia”. En las manzanas aledañas a la Plaza de Armas se encuentran galerías y centros comerciales tipo “caracol” que han sido ocupados masivamente por negocios de venta de alimentos, cocinerías, peluquerías, centros de llamadas, cibercafés y oficinas de servicios de encomienda. Estos espacios devienen en centros de servicios para una amplia población migrante de países como Colombia, Ecuador y República Dominicana; la peruana sigue manifestándose como la principal.

las normas de comportamiento chilenas en el espacio público. De esta forma, en las calles céntricas emerge una “otra” urbanidad que es estigmatizada (Garcés 2011a), transformándose en paradigma de una forma de habitar lo público por parte del colectivo migrante, desde el punto de vista de los chilenos. En la imagen 5 se observa el año de apertura de restaurantes en la Comuna de Santiago. En esta cartografía, justamente, es posible apreciar la proliferación reciente de los negocios gastronómicos. Los restaurantes más antiguos en la actualidad son de principios de la década de 1990; en el caso de la comuna de Santiago, recién a mediados de la década se abren dos locales, que funcionan hasta el día de hoy. Entre 2000-2005 se inauguran doce locales, que inician la ocupación del entorno inmediato de la Plaza de Armas, y a la vez se distribuyen en áreas comerciales de la comuna. Desde 2006 hasta la fecha se incorporaron otros noventa locales, que se distribuyen por toda la comuna y revitalizan centros comerciales como los mencionados anteriormente.

Es justamente este sector del centro el que ha sido denominado por políticos conservadores y prensa populista como “La pequeña Lima”, en alusión a una supuesta peruanización de un espacio histórico de la ciudad (Borsdorf y Gómez 2011; Ducci y Rojas 2010). La representación de este espacio como peruanizado supone que esta área adopta una serie de características propias de esta población, en especial con relación a una supuesta aversión a

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Imagen 5. Restaurantes peruanos según año de inicio

Fuente: elaboración propia a partir del trabajo de campo.

Según lo registrado en el trabajo de campo, en Santiago una amplísima mayoría de los restaurantes pertenecen a ciudadanos peruanos. Esto plantea que la actividad empresarial vinculada a la gastronomía ha contado en su base con fuertes redes sociales de apoyo. Es justamente éste el punto que abordamos en el siguiente apartado, identificando los distintos tipos de redes que dan vida a los restaurantes.

que se insertan en los circuitos de gastronomía global y encarnan la vanguardia comercial de la industria. El restaurante familiar adopta diferentes formas. Agrupa todos los negocios de venta de comida cuya fuerza de trabajo y capital se basa en una red de lazos de consanguinidad, alianza y parentesco. Ésta es la forma más difundida de emprendimientos gastronómicos para poblaciones migrantes, tal como ha sido ampliamente documentado (Möhring 2012). Este tipo implica el uso de mano de obra, en parte, no remunerada y el manejo de un saber (culinario) que puede ser desarrollado.

Redes de funcionamiento A partir de un conjunto de entrevistas realizadas a empresarios gastronómicos peruanos en Santiago, indagamos sobre la conformación de distintos modelos para la gestión de locales en Santiago. En términos sintéticos, es posible identificar tres tipos de restaurantes, definidos por el tipo de red social con la cual se vinculan o que produce en torno de ellos.

La estrategia más simple de este tipo de emprendimientos parte de la venta callejera, de forma esporádica, y generalmente complementando otros ingresos. Este tipo de actividades gastronómicas no son abordadas en el presente artículo, pero es necesario notar que su importancia como recurso de inserción es significativa. La venta callejera no sólo transforma el espacio público en el centro histórico de Santiago, sino que también se ha extendido hacia comunas pericentrales y periféricas a través de la venta en ferias libres y mercados de fin de semana. Mientras que los restaurantes se agrupan en áreas centrales, la venta callejera ha ido conquistando espacios en todas las direcciones de la Región Metropolitana. Generalmente ofrecen preparacio-

El primer tipo hace referencia al restaurante familiar. Como plantea su nombre, su desarrollo se encuentra estrechamente vinculado a una red de tipo familiar. El segundo corresponde a empresarios migrantes, que hace alusión a la participación de una red empresarial de migrantes asentados en Chile. El tercero es lo que podríamos llamar los globales, como forma de definir a un tipo de restaurantes

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Restaurantes peruanos en Santiago de Chile Walter Alejandro Imilan

Dossier

Por empresarios migrantes designo un segmento de migrantes que poseen, habitualmente, altos niveles de escolaridad y que adscriben a segmentos de clase media-alta en Perú. Se trata de personas que tienen una relativa larga residencia en Chile (entre 10 y 20 años), tiempo suficiente para haber consolidado una situación económica y conformado redes sociales. Este colectivo desarrolla prácticas asociativas informales y formales; se autoconciben como empresarios y poseen redes personales amplias entre connacionales y población chilena.

nes simples y de bajo costo, dirigidas a público tanto peruano como no peruano; su operación puede ser relativamente permanente (determinados días de la semana y horarios) pero también esporádica. En este último caso, la venta de comida puede ser una de varias estrategias de generación de recursos que desarrolla un grupo familiar. Una segunda forma de esta categoría corresponde a la cocinería. Las cocinerías se suelen concentrar en áreas de alta afluencia de público; habitualmente se orientan a un público connacional. Sus preparaciones son de tipo más tradicional, de la llamada “comida casera”. La alta concentración de restaurantes en las manzanas en torno a la Plaza de Armas de Santiago que se identifican en la imagen 4 responde en buena parte a cocinerías localizadas en centros comerciales. En muchas de estas cocinerías los alimentos son preparados en los domicilios particulares de sus dueños y dueñas, ya que los locales no cuentan con las condiciones para recibir un permiso de preparación in situ de alimentos. Esto supone que la cocinería es una extensión de los espacios residenciales. En dichas cocinerías la decoración y el mobiliario son básicos.

En la última década, miembros de este colectivo han visto en la gastronomía una posibilidad de desarrollo económico, involucrándose directamente en los emprendimientos o generando sociedades de inversión que apoyan proyectos de chefs de apertura de nuevos locales con conceptos innovadores o la ampliación de negocios ya existentes. Estas redes, si bien están presentes en el Centro de Santiago y áreas bohemias, son las responsables de “colonizar” el sector Oriente de la ciudad a lo largo del eje central de Santiago, así como en centros comerciales tipo mall. Son restaurantes que explotan la noción de alta cocina, sofisticada y de circulación global y cosmopolita.

Finalmente, encontramos el restaurante familiar estereotípico, con mayor aporte en capital que las versiones más precarias, aunque igualmente intenso en trabajo. Aquí el restaurante representa una inversión significativa para todo el grupo familiar del cual depende la inserción en el país de acogida. Habitualmente las familias pertenecen a segmentos de clases medias en Perú que han decidido migrar a Chile. En la comuna de Santiago, algunos de estos restaurantes se combinan con locales de pollos asados o almacenes, como forma de expandir sus actividades. Un ejemplo de este tipo de desarrollo se puede apreciar en el siguiente relato:

Estas redes empresariales tienden a ampliar sus negocios a través de la integración vertical, compitiendo por el control de la cadena de abastecimiento de insumos de origen peruano. Si bien se estima que en Chile sólo el 15% de los insumos de un restaurante peruano son productos originarios de Perú, por la dimensión del volumen, se transforma en un nicho de negocios atractivo (Acuña 2006). De esta forma, negocios familiares de venta de productos de alimentación localizados en grandes mercados de abastos de la ciudad tienen que competir con inversiones que consolidan sus propias redes de abastecimiento.

La Sra. Beatriz llegó a Chile a trabajar en un hostal, llevaba

cuatro años cuando decidió empezar a juntar el capital para

Este colectivo de empresarios migrantes podría estar desempeñando el rol de una burguesía peruana-chilena, tanto por sus capacidades económicas como por sus redes políticas diversas. Tal como expresan algunos empresarios, es un segmento social que ha visto en la industria gastronómica un nicho diferenciador y exitoso económicamente.

abrir su propio negocio. Junto a su esposo juntaron el dinero durante cinco años; no sólo trabajaban en el restaurante y

hostal sino que también lo hacían durante la noche en otros empleos, aprovechaban cada oportunidad que surgiera para

juntar y ahorrar dinero. Vieron la oportunidad, con la experiencia en gastronomía, los ahorros y la asociación con una empresaria chilena; lograron comprar el “derecho de llave”

Una de las formas en que este colectivo se concreta en Santiago, es a partir de reuniones de “networking” regulares que se celebran en restaurantes de la ciudad. En esas instancias se establecen contactos y construyen confianzas entre inversionistas, empresarios y profesionales que ofrecen servicios de asesorías jurídicas, comerciales o de publicidad. Estas asociaciones informales reciben el apoyo de organizaciones oficiales, como pueden ser la embajada o asociaciones empresariales binacionales o peruanas.

del hostal y su restaurante. Ellos querían concentrarse en el restaurante, para lo cual le dieron su propio sello: comida

arequipeña. Aún mantienen el hostal, aunque su principal

foco de trabajo es la gastronomía, donde también apoyan sus dos hijas, de 16 y 20 años. (Beatriz 2013)8

8 Fragmento de etnografía de restaurante ubicado en la calle San Pablo, en la comuna de Santiago. Con el apoyo de Carolina Rivera.

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Al tercer conjunto lo denomino los globales. Este grupo se acerca más al de migrantes empresarios, por su capacidad de inversión y de apertura de restaurantes de alta cocina, generalmente en las mismas localizaciones ya consolidadas de la ciudad: sector Oriente y centros comerciales tipo mall. No obstante, se diferencian en cuanto no se comunican con las redes económicas y políticas que el grupo de empresarios asentados ha construido en Chile. No las necesitan.

Conclusión La proliferación de restaurantes de gastronomía peruana en Santiago permite observar la relación entre migración y globalización a través de la formación de un paisaje de la migración, que sintetiza tanto elementos materiales como simbólicos en la ciudad de Santiago. La explosión, en menos de una década, de la oferta culinaria se transforma en un correlato de la presencia migrante y de prácticas cosmopolitas para la población santiaguina. La localización de los restaurantes dentro de Santiago indica dos lados del fenómeno.

Siguiendo a Urry (2007), los globales son un segmento social que se desplaza a través de las fronteras nacionales de forma cotidiana, con el fin de desarrollar negocios y actividades profesionales. No poseen un vínculo de arraigo en particular con ningún lugar en el que participan, así como tampoco logran insertarse en redes sociales de base local. Junto con ellos se mueve una permanente conexión a redes de tipo global. En el caso que nos convoca, la existencia de un pequeño grupo de empresarios gastronómicos con gran capacidad de inversión y con promoción internacional que les permite abrir locales en diversas ciudades del continente aporta a la construcción de un capital simbólico de reconocimiento a la gastronomía peruana como participante de una élite culinaria internacional.

Por un lado, que el desarrollo de la gastronomía peruana tiene un estrecho vínculo con los flujos migratorios. La mayor concentración de locales la encontramos en las áreas centrales de la ciudad, que, justamente, concentran los mayores porcentajes de población peruana. Adicionalmente, la consolidación de las redes de distribución de productos originarios de Perú es posible si se consolida una población migrante que demanda tales productos. Es evidente el vínculo entre flujo migratorio y desarrollo económico del rubro.

El arribo de estas inversiones, para la mayoría de los empresarios peruanos, es visto como un aspecto positivo; a pesar de que los globales, en sus breves y esporádicas visitas a Santiago, no interactúan con las poblaciones de connacionales, existe un consenso respecto al rol que tienen en la construcción de la “marca” de prestigio de la cual todos se benefician.

Por otro lado, nos señala que la colonización de áreas comerciales de altos ingresos de Santiago es producto de una apropiación local del estatus construido en tiempos recientes en torno de la gastronomía nacional peruana como una cocina de marca global.

Uno de estos globales posee cinco restaurantes en Santiago; todos forman parte de diferentes marcas diversificadas por el tipo de gastronomía y rango de precios. Cuatro de ellos se ubican en centros comerciales tipo mall, lo que expresa su interés en la accesibilidad a un público amplio. El personal especializado de los restaurantes no tiene relación con el dueño, y el equipo de chefs ha sido formado en la oficina central de la “marca” por chefs corporativos. Cuando visita Santiago, las actividades del gestor de estas marcas —si bien es un reconocido chef en Perú— se limitan a acciones de relaciones públicas: entrevistas, lanzamientos y promociones, especialmente convocando medios masivos de comunicación.9

Ambas dimensiones tienen un rol central en la construcción del paisaje de la migración, ya que no sólo se refieren a una territorialización de prácticas migrantes bajo la forma de enclave —una lectura clásica de ver estos fenómenos—, sino de prácticas que interpelan las prácticas cotidianas de una población no peruana más amplia a través de la transformación del espacio de la ciudad. En efecto, el restaurante peruano deja de ser sólo un servicio de las “economías de la nostalgia” de la migración para transformarse en una estrategia de inserción masiva y de reconocimiento como un “otro” que expande la experiencia cotidiana del habitante de la ciudad. La gastronomía deviene en recurso de inserción económica y de reconocimiento para diferentes segmentos de la población migrante. La diversidad en los tipos de restaurantes y, sobre todo, los diferentes tipos de redes que permiten su existencia —desde las más básicas, basadas en la familia, hasta complejas asociaciones comerciales— testifican su carácter de estrategia transversal.

Los diferentes tipos de redes que dan vida a los restaurantes no suelen intersecarse. Expresan también distinciones de clase dentro de la población peruana migrante al desarrollar estrategias económicas.

9 Entrevista 3 (2013).

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Restaurantes peruanos en Santiago de Chile Walter Alejandro Imilan

Dossier

El aporte de los restaurantes a la conformación de un paisaje de la migración peruana en Santiago parece ser distintivo en el actual proceso de migraciones transnacionales en Chile. Expresa con claridad cómo la transformación del espacio urbano es producto de un ensamblaje dinámico de dimensiones comerciales, técnicas, de saberes, entre otras, que logran una visibilidad respecto a procesos globales.

9. Borsdorf, Axel y Aloisa Gómez Segovia. 2011. A New Founding of Lima in the City Center of Santiago de Chile?: Structure and Problems of Peruvian Inmigration to the Chilean Capital. En EthniCities. Metropolitan Cultures and Ethnic Identities in the Americas, eds. Martin Butler, Jens Martin Gurr y Olaf Kaltmeier. Tréveris: Wissenchaftlicher Verlag Trier, 97-110. 10. Clarence, William. 2008. The Global Consumption of Hot Beverages. c. 1500 to c. 1900. En Food and Globalization. Consumption, Markets and Politics in the Modern World, eds. Alexander Nützenadel y Frank Trentmann. Londres: Berg Publishers, 37-57.

Si bien el presente artículo delinea un diagnóstico de estas relaciones, también evidencia que el tratamiento en profundidad, por ejemplo, de cada una de las redes que dan desarrollo a los locales gastronómicos puede revelar dimensiones para una comprensión más amplia, no sólo de las características de la migración peruana a Santiago, sino también respecto a los procesos de migración y globalización localmente situados.

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Migración, fronteras y desplazamientos en la ciudad. Dinámicas de la alteridad urbana en Buenos Aires* Sergio Caggianov - Ramiro SeguraD Fecha de recepción: 22 de mayo de 2013 Fecha de aceptación: 26 de septiembre de 2013 Fecha de modificación: 09 de octubre de 2013

DOI: http://dx.doi.org/10.7440/res48.2014.03

RESUMEN A partir del análisis de la experiencia urbana de migrantes bolivianos en la ciudad de Buenos Aires, el artículo problematiza los modos habituales de pensar las relaciones entre territorio, diferencia y desigualdad: el gueto racial y la periferia pobre. En el artículo se resalta la imposibilidad de comprender estos procesos en clave unidimensional, enfatizando la relevancia de las intersecciones de clase, nacionalidad, género y “raza” en la estructuración y el uso del espacio urbano. Para esto, se analizan no sólo la posición y localización geográficas de los migrantes sino también sus lógicas de circulación y sus interacciones sociales en el espacio de la ciudad, en el que se reproducen y también se cuestionan las fronteras que estructuran la vida urbana.

PALABRAS CLAVE Migración, ciudad, desplazamientos, segregación, intersecciones.

Migration, Frontiers and Displacements in the City. Dynamics of Urban Otherness in Buenos Aires ABSTRACT Based on an analysis of the urban experience of Bolivian migrants in Buenos Aires, the article problematizes habitual ways of thinking about the relations among territory, difference and inequality: the racial ghetto and the poor periphery. The articlepaper highlights the impossibility of understanding these processes on a unidimensional plane, and emphasizes the relevance of intersections of class, nationality, gender and “race” in the structuring and use of urban space. For this purpose, it analyzes not only the position and geographic location of migrants but also the logic of their circulation and social interactions within the space of the city, which both reproduce and challenge the frontiers that structure urban life.

KEY WORDS Migration, city, displacement, segregation, intersections.

* v

D

Parte del trabajo de campo que dio origen a este artículo se desarrolló en el marco del Proyecto de Investigación Científica y Tecnológica (PICT 2010 0504) “Circuitos migratorios transnacionales en el Cono Sur” (Investigador responsable: Sergio Caggiano), con apoyo de la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica (ANPCyT), a través del Fondo para la Investigación Científica y Tecnológica (FONCyT). Doctor en Ciencias Sociales por la Universidad Nacional de General Sarmiento (UNGS) y el Instituto de Desarrollo Económico y Social (IDES), Argentina. Investigador Conicet – Centro de Investigaciones (CIS-CONICET / IDES), Argentina. Profesor e investigador en la FPyCS Universidad Nacional de La Plata, Argentina. Entre sus últimas publicaciones se encuentran: El sentido común visual. Disputas en torno a género, “raza” y clase en imágenes de circulación pública. Buenos Aires: Miño y Dávila, 2012 y Conexões e entrecruzamentos: Configurações culturais e direitos em um circuito migratório entre La Paz e Buenos Aires. Maná– Estudos de Antropologia Social, 2012. Correo electrónico: sergio.caggiano@gmail.com Doctor en Ciencias Sociales por la Universidad Nacional de General Sarmiento (UNGS) y el Instituto de Desarrollo Económico y Social (IDES), Argentina. Investigador Conicet, con sede en el Instituto de Altos Estudios Sociales de la Universidad Nacional de San Martín (IDAES/UNSAM). Profesor en la Universidad Nacional de La Plata y en IDAES/Universidad Nacional de General San Martín, Argentina. Entre sus últimas publicaciones se encuentran: Elementos para una crítica de la noción de segregación residencial socio-económica: desigualdades, desplazamientos e interacciones en la periferia de La Plata. Revista Quid 16, 2012 y Segregación y diferencia en la ciudad. Quito: FLACSO, 2013. Correo electrónico: segura.ramiro@gmail.com

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Migração, fronteiras e deslocamento na cidade. Dinâmicas da alteridade urbana em Buenos Aires RESUMO A partir da análise da experiência urbana de migrantes bolivianos na cidade de Buenos Aires, este artigo problematiza os modos habituais de pensar as relações entre território, diferença e desigualdade: o gueto racial e a periferia pobre. Neste artigo, ressalta-se a impossibilidade de compreender esses processos em chave unidimensional, ao enfatizar a relevância das interseções de classe, nacionalidade, gênero e “raça” na estruturação e no uso do espaço urbano. Para isso, analisaram-se não somente a posição e localização geográficas dos migrantes, mas também suas lógicas de circulação e suas interações sociais no espaço da cidade, no qual se reproduzem e também se questionam as fronteiras que estruturam a vida urbana.

PALAVRAS CHAVE Migração, cidade, deslocamento, segregação, interseções.

Introducción

C

omo cualquier fenómeno sociocultural, la producción y reproducción de alteridades en el espacio urbano adquieren formas específicas. Existe un modelo tradicionalmente poderoso para pensar la reproducción de alteridades en el espacio urbano que gira en torno a la noción de “gueto” étnico-racial (Wirth 1928; Sennett 1997). En contraposición, otros autores (Rodríguez y Arriagada 2004; Portes, Roberts y Grimson 2005) han explicado la espacialización urbana a partir de criterios socioeconómicos, resaltando la heterogeneidad racial y cultural de los espacios segregados. Partiendo de la experiencia urbana de inmigrantes procedentes de Bolivia en Buenos Aires, el artículo dialogará críticamente con estas producciones de las ciencias sociales sobre el tema y problematizará las relaciones entre territorio, diferencia y desigualdad en la ciudad.

El territorio urbano es el escenario resultante de la sedimentación de constricciones, fronteras y prescripciones, y, en cuanto tal, condiciona a los actores; a la vez, es el producto inacabado de prácticas que no se reducen a esos condicionamientos y que desafían esas constricciones y fronteras, exponiendo a sus agentes a penalizaciones, estigmatizaciones y control. Las fuerzas que participan de estos procesos cargados de fricciones son diversas y tienen motivaciones, intereses y objetivos contrapuestos o divergentes, desde los grandes flujos financieros y de capital que configuran los mapas globales donde se insertan ciudades como Buenos Aires (Sassen 1999) hasta los propios migrantes y los “vecinos” no migrantes, asociados colectivamente o no, pasando por organizaciones de derechos, empresas inmobiliarias, de transporte y otras con intereses directos o indirectos en la configuración del espacio, y, desde luego, el Estado en sus diversos niveles y dependencias. Veremos que tanto la distribución y el aprovechamiento de recursos de distinta naturaleza como la definición de pertenencias a colectivos o grupos sociales son factores cruciales que están en juego en estos procesos. ¿Quiénes son los vecinos de una ciudad?, ¿quiénes pueden ser considerados intrusos?, ¿según qué criterios se convalida que algunos transiten por determinados sectores y otros por otros, o que el acceso a determinados bienes y servicios no sea equivalente?, ¿cómo se anudan las diferencias y las desigualdades? La imaginación (Appadurai 2001) acerca de quién es quién y a qué puede tener acceso en cuanto tal afecta directamente el uso del espacio urbano, al tiempo que es afectada por éste.

Por un lado, procuraremos mostrar la imposibilidad de comprender estos procesos en clave unidimensional y, en lugar de ello, indagaremos la relevancia de las intersecciones de clase, nacionalidad, género, raza, etnia y otras dimensiones en la estructuración y el uso del espacio urbano. Por otro lado, atenderemos no sólo la posición y localización geográficas de los migrantes sino también sus lógicas de circulación por la ciudad. De este modo, veremos que la ciudad no es un mosaico de mundos homogéneos (raciales, étnicos o de clase) que entran en relación más o menos conflictiva sino que la producción de diferencias, desigualdades y alteridades en el espacio urbano resulta de una dinámica de intercambios, encuentros y trayectos más o menos conflictivos.

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Migración, fronteras y desplazamientos en la ciudad Sergio Caggiano, Ramiro Segura

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Respecto de la migración procedente de Bolivia a Argentina, en esta introducción sólo diremos que, en cuanto a asentamiento, en las últimas décadas se ha dado un crecimiento relativo de su presencia en la ciudad de Buenos Aires. En lo que va de este siglo, la migración al Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) representa más de la tercera parte de la migración boliviana en el país y el porcentaje continúa en aumento, con un particular incremento de migrantes provenientes de la zona andina, el altiplano y los valles occidentales bolivianos. Además, en el conjunto de las migraciones desde otros países de la región, es la que más ha ampliado su presencia, junto con la proveniente de Perú.

tintos grupos sociales en diversas instancias (laborales, educativas, recreativas, etcétera) de la vida urbana, son distintas —y complementarias— maneras de acercarse a la pregunta por la segregación socioespacial. Las investigaciones disponibles acerca de la segregación socioespacial abonan la idea de cierta variabilidad histórica, social y cultural de estos procesos y, por ende, nos sitúan ante la existencia de diferentes formas de articulación entre territorio, diferencia y desigualdad. Se ha mostrado que en distintas sociedades son segregados grupos y sectores sociales definidos con base en distintos atributos (clase, etnia, raza, nacionalidad, actividad e, incluso, tiempo de residencia), y que las relaciones que establecen los grupos y los sectores segregados con el resto de la ciudad y de sus habitantes también son diferentes y cambiantes, según el tipo de segregación experimentada. No sólo se trata, entonces, de los atributos con base en los cuales se distribuyen las residencias en el espacio urbano, sino también del tipo de vínculos que se establecen entre las personas que forman parte de grupos distintos y desiguales. ¿La segregación se reduce únicamente a un fenómeno residencial, siendo irrelevante en otras instancias de la vida social? ¿O, por el contrario, persiste y se refuerza en otros ámbitos sociales como el trabajo, la salud, la educación y el ocio? En definitiva, ¿cómo se articulan los distintos dominios de actividad en la experiencia de los grupos y los sectores segregados?

Los inmigrantes no ocupan en la ciudad un nicho laboral único ni exclusivo pero un porcentaje muy importante de ellos trabaja ligado al rubro textil, como costureros en talleres textiles pequeños o medianos, generalmente informales, como propietarios o administradores de estos talleres, o bien en algún comercio de este ramo. Es común también que los varones se desempeñen en la construcción, generalmente como albañiles o ayudantes. Las mujeres, por su parte, se encargan del hogar, aunque también llevan a cabo actividades fuera, realizando tareas domésticas en los mencionados talleres textiles, donde también trabajan en costura. Es asimismo habitual su ocupación como empleadas o como comerciantes en negocios de dimensiones muy distintas, desde puestos callejeros de venta de comida, ropas o artículos importados hasta importantes locales comerciales.

La variabilidad del fenómeno es realmente amplia tanto en lo que refiere a los criterios y atributos con base en los cuales se segregan grupos y sectores de la sociedad como en lo relativo a las cambiantes articulaciones entre la dimensión residencial y los otros dominios de la vida urbana. En esta dirección, Richard Sennett mostró, a partir del análisis de la segregación de los judíos en la Venecia del siglo XVI, que “el espacio cerrado del gueto representaba un compromiso entre la necesidad económica de tratar con los judíos y la aversión que despertaban, entre la necesidad práctica y el miedo físico” (Sennett 1997, 233). En este contexto, el judío que firmaba un contrato como un igual vivía en un espacio segregado, y dicha segregación no sólo abarcaba el lugar de residencia sino que se extendía a la vida comunitaria y familiar, que se desarrollaban separadas de la dinámica del resto de la ciudad. Por su parte, Elias y Scotson (2000), a partir del estudio de una comunidad obrera inglesa en la segunda posguerra, en la cual no existían marcadas diferencias de clase, etnia o estatus, mostraron que los residentes de uno de los barrios (el más antiguo) se sentían miembros de un grupo superior al barrio vecino (el más reciente), a

Migrantes en la ciudad: espacio, diferencias y desigualdades El análisis de la presencia de los migrantes en la ciudad nos permite abordar de manera concreta la pregunta por las relaciones entre espacio urbano, desigualdad social y diferencia cultural. Sabemos que el espacio de las ciudades no es homogéneo, indiferenciado y continuo: ni las residencias de los habitantes ni la infraestructura y los servicios urbanos se encuentran distribuidos de manera uniforme, como tampoco son constantes ni equivalentes los valores, los significados y los sentimientos con que se asocia a las distintas zonas de una ciudad y a sus habitantes. Las preguntas por la proximidad o la distancia entre grupos sociales en el espacio urbano, por la homogeneidad o la heterogeneidad de las distintas zonas residenciales, por el grado de concentración de un grupo en un determinado territorio, por los desplazamientos y las interacciones entre individuos pertenecientes a dis-

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la vez que los residentes de este último barrio aceptaban pertenecer a un grupo de menor valía. Lo relevante de su análisis no es que hayan encontrado un nuevo diacrítico (tiempo de residencia) a partir del cual los grupos y las personas se clasifican y se diferencian (sabemos que los diacríticos son contingentes), sino el señalamiento de que el tiempo de residencia se traducía en grados diferenciales de cohesión social de los grupos involucrados en la figuración estudiada, cohesión que se manifestaba en el monopolio de ciertas instituciones de la comunidad, la exclusión del acceso a las mismas de los recién llegados y la sanción por parte de la comunidad de los miembros del grupo establecido que se relacionaran con los recién llegados más allá de la órbita laboral, que efectivamente ambos grupos compartían.

gen de ciudades donde predomina la segregación basada en criterios socioeconómicos (Katzman 2001; Sabatini, Cáceres y Cerdá 2001; Rodríguez y Arriagada 2004; Sabatini y Brain 2008; Saraví 2008), que nos acercarían a la situación que Wacquant describe en Francia. De esta manera, mientras que en las ciudades norteamericanas el “gueto racial” constituye la forma socioespacial específica de segregación, ciudades como Buenos Aires tienen en el “conventillo” su forma socioespacial tradicional, donde no es la raza o la etnia lo que se espacializa, sino una condición económica y social compartida por personas de distintas procedencias. Desde nuestra perspectiva, la oposición mecánica entre raza y clase debe ser revisada y matizada. No sostenemos que no existan diferencias entre los guetos raciales de las ciudades norteamericanas y los barrios populares de Buenos Aires ni, mucho menos, que el “modelo gueto” deba ser generalizado a otras latitudes. Lo que sostenemos, a partir del caso estudiado aquí, es que son las complejas y cambiantes intersecciones de clase, género, “raza”, generación y residencia las que nos ayudan a comprender tanto la distribución de los migrantes en la ciudad como las interacciones que establecen con los demás, poniéndose así en cuestión cierto “sentido común” que reduce la segregación socioespacial en esta ciudad a un fenómeno socioeconómico y residencial.

Ambos casos nos muestran que la segregación no es un fenómeno únicamente residencial, y que no se vincula de modo unívoco y estable con una única dimensión (económica, racial o étnica, entre otras). Antes que tomarlo como algo dado y constante, necesitamos indagar las dimensiones prevalecientes en cualquier proceso de segregación residencial, así como las articulaciones entre los espacios residenciales y los distintos ámbitos de actividad de la vida urbana. En esta dirección, a través de la comparación entre el gueto norteamericano y la periferia de París, Loïc Wacquant mostró que, más allá de similitudes morfológicas e incluso de vivencias semejantes entre los habitantes de ambos espacios residenciales, como el sentimiento de estar “separado” y “aislado” del resto de la sociedad, se trata de formas socioespaciales específicas, que remiten a lógicas de interacción diferentes. En sus palabras, mientras que el gueto es “un universo racial y culturalmente homogéneo caracterizado por una baja densidad organizacional y una débil penetración del Estado social”, la periferia parisina “es fundamentalmente heterogénea en el plano de su composición étnico-nacional y su estructura de clase, con una fuerte presencia de las instituciones públicas” (Wacquant 2007, 200). Similitudes infraestructurales y sentimientos equivalentes no deben llevarnos a perder de vista que se segregan grupos y sectores con base en criterios distintos —raciales, en un caso, y económicos, en el otro—, y que también es diferente la experiencia que tienen de la ciudad los residentes del gueto y de la periferia.

Volvamos al ejercicio comparativo de Wacquant, para llegar al caso de los migrantes en Buenos Aires. El autor observa que en la periferia pobre y socioculturalmente heterogénea de París, los “estigmas territoriales” que vinculan los territorios de relegación urbana con la miseria, la inseguridad, la anomia y la inmigración no están asociados de manera unívoca a un marcador físico o cultural perceptible,1 habiendo, en consecuencia, más lugar para el uso de técnicas de gestión de las impresiones por parte de los habitantes fuera de sus espacios residenciales. En Estados Unidos, en cambio, la raza es un principio de visión y división del espacio social que naturaliza el gueto, acompaña a los residentes en los distintos ámbitos de actividad (educativo, laboral, de entretenimiento) y en sus interacciones sociales, incrementando las dificultades de sus residentes para salir del gueto. Además, mientras que en el caso

En los estudios urbanos latinoamericanos en general —y en los de las ciudades argentinas en particular— es habitual contraponer a la segregación predominante en la sociedad norteamericana basada en criterios raciales (Massey 1990; Wacquant 2007; Bourgois 2010), la ima-

1 La comparación propuesta por Wacquant nos es útil como herramienta heurística. No desconocemos, sin embargo, que, en contraposición a Wacquant, investigadores como Lapeyronnie (2008) y Dubet (2011) sostienen que los suburbios pobres franceses se han “guetizado” y “etnizado” en las últimas décadas, por medio de un desplazamiento casi imperceptible de una definición puramente social de los suburbios a otra cultural y social.

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Migración, fronteras y desplazamientos en la ciudad Sergio Caggiano, Ramiro Segura

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de la periferia de París los estigmas territoriales recaen de manera casi exclusiva sobre los jóvenes varones que viven allí, la oposición blanco-negro impregna toda la vida social norteamericana, recayendo en todos los residentes del gueto, independientemente de dimensiones como la edad y el género.

la relación que existe en determinado momento entre la distribución espacial de agentes y la distribución espacial de infraestructura, bienes, servicios y oportunidades. En segundo lugar, la dimensión social de la segregación, es decir, los ámbitos, las modalidades y las frecuencias de las interacciones entre los distintos grupos y sectores sociales de una ciudad. En tercer lugar, la dimensión cultural de la segregación, que refiere a las categorías sociales relevantes para la marcación y la conformación de grupos y de sectores sociales, y a los sentidos en disputa acerca de esas categorías sociales relevantes, como en nuestro caso son “villa”, “boliviano”, “bolita”, “negro”, “argentino” y “vecino”, entre otras. Además, como mostraremos, no hay una correspondencia necesaria ni una relación estable entre tales dimensiones: la distribución residencial desigual de personas de distintas procedencias en la ciudad no nos permite deducir, por ejemplo, la presencia o ausencia de relaciones entre personas y grupos, como tampoco nos permite atribuir mecánicamente sentidos estables a esos espacios de residencia ni a sus residentes. Se trata, en definitiva, de comprender cómo se articulan en determinado momento las dimensiones espaciales, sociales y culturales de la segregación.

Como veremos, en el caso de los migrantes en Buenos Aires, los estigmas no son —al menos, no únicamente— “estigmas territoriales”, es decir, representaciones sociales que asocian a una persona o a un sector social con determinadas características socialmente negativas (el delito, la anomia, incluso la contaminación2) por el lugar donde viven. A esa marcación negativa —que no es únicamente económica pues los lugares de pobreza en Argentina son con frecuencia racializados (Margulis 1998; Auyero 2001), es decir, lugares en los cuales, desde la perspectiva de los sectores altos y medios, viven “los negros” o “los bolitas”— se le suma en diversas situaciones de interacción cotidiana un estigma específicamente racial o étnico, que acompaña a los migrantes tanto en los espacios residenciales socialmente heterogéneos donde habitan y donde la nacionalidad, la etnia y la raza importan, como mucho más allá del lugar de residencia: en el espacio público, en el transporte público, en las instituciones educativas y sanitarias, en el ámbito laboral, entre otros (Grimson 1999).

Cartografías migrantes en Buenos Aires

Ni gueto racial, ni periferia pobre. Ninguna de esas figuras nos ayuda a caracterizar y comprender la experiencia social y urbana de los migrantes en la ciudad de Buenos Aires. Espacio urbano, clase social y raza/etnia se relacionan de manera compleja y “desfasada”, sin coincidir plenamente entre sí y entrelazándose al género, la nacionalidad, la edad, la procedencia urbana o rural y otras dimensiones de diferencia y desigualdad.

En Buenos Aires los inmigrantes se encuentran, casi exclusivamente, en la zona sur de la ciudad, más precisamente, en la región sur y oeste, en particular en los barrios de Nueva Pompeya, Flores (especialmente el Bajo Flores), Villa Soldati, Villa Lugano, Parque Avellaneda y Liniers. Los lugares para habitar, para trabajar, para pasar el tiempo libre y para reunirse por actividades conjuntas se encuentran en esta área de la ciudad. Quienes cuentan con recursos medios y bajos acceden allí a opciones habitacionales relativamente económicas: casas o cuartos de alquiler, piezas en pensiones y hoteles y alternativas semejantes. Los migrantes se ubican en una zona de la ciudad delimitada por el funcionamiento de redes de parentesco, paisanaje y vecindad que facilitan el acceso a la vivienda y al trabajo (Benencia y Karasik 1994). Y se ubican en esa zona de la ciudad porque otras zonas, hacia el norte y noreste de la ciudad, no se muestran económica y simbólicamente accesibles. Los migrantes se distribuyen en “la zona oficialmente reconocida como la más pobre de la ciudad” (Canelo 2006), resultante de una “espacialización de las nuevas formas de pobreza urbana” (PrévôtSchapira 2000, 416) que converge con una larga historia de segregación socioespacial (Grimson 2009).

Para comprender la segregación socioespacial en Buenos Aires es necesario analizar de forma simultánea distintas dimensiones que se intersecan dinámicamente (Segura 2009). En primer lugar, la dimensión espacial de la segregación, es decir, la desigualdad en la distribución y en el acceso de los grupos y los sectores sociales al espacio físico de la ciudad, en cuanto espacio social objetivado (Bourdieu 2002), lo que permite establecer

2

Tanto Sennett (1997) como Elias (1998) identificaron en los casos analizados el deseo de pureza y el temor a la contaminación (Douglas 1973) como fuerzas que regulan la interacción social con los sectores segregados. La misma lógica identificó Carman (2011) en recientes desalojos de barrios populares en la ciudad de Buenos Aires, y fue trabajada por Caggiano (2007) para el caso de “los temores” ante la migración.

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Esa área de la ciudad presenta límites difusos pero reconocibles, que le permiten a Sarlo (2009) ensayar cierto “barroquismo de superficie” y caracterizar, a partir de fotos y descripciones, esta “ciudad de los extraños”, en un ejercicio lúcido de pasaje y dislocamiento que explícitamente renuncia (para nosotros, de modo cuestionable) a conocer el “punto de vista” de los migrantes sobre la ciudad. Para muchos migrantes que viven (habitan, trabajan, se divierten y recrean) en ella, la zona circunscribe tanto sus trayectos como sus imágenes de la ciudad (Caggiano 2012). Al hablar con ellos acerca de sus recorridos o al recorrer junto a ellos la ciudad, se vuelve claro que los puntos fuertes, los hitos y las marcas de esta parte de la ciudad predisponen positiva y negativamente la circulación por ella, ejercen límites y presiones (Williams 1997) para que los circuitos urbanos de los migrantes se desplieguen en su interior. No salir de este sector significa, en rigor, no salir hacia el norte de la ciudad de Buenos Aires y del Gran Buenos Aires, porque los migrantes sí se trasladan con frecuencia hacia el sur o el oeste del conurbano bonaerense, hacia zonas generalmente más deprimidas, en términos económicos y de cobertura de servicios de salud y educación.

precarias” […] esas cosas en educación quedan marca-

das. El color de piel, ponele la firma que también marca […] Cuando en Recoleta el hijo de un ingeniero que pudo viajar dibuja montañas, buscan estrategias pedagógicas para trabajar con esa nueva experiencia, y cuando los niños acá dibujan montañas son errores, porque él no puede conocer ese lugar. (Pilar 2010)4

Pilar (2010) advierte sobre los desiguales juicios que los maestros pueden hacer de la percepción topográfica y espacial de los niños y las niñas. Si un niño inmigrante (i.e., extranjero) dibuja montañas que puede haber conocido en su lugar de origen (Pilar proviene de los valles cochabambinos), recibirá reparos por su presunta inadecuación, y si lo hace el hijo de un ingeniero de Recoleta (barrio “aristocrático” de Buenos Aires por antonomasia), resultará de interés pedagógico. El color de piel, subraya la entrevistada, basta en algunos casos para anticipar estos juicios. En este breve fragmento despuntan, entonces, la nacionalidad, el sector socioprofesional y la clase, así como la identificación racializada. Por otro lado, la intersección de dimensiones puede no tener como resultado la complementación de sus efectos ordenadores y diferenciadores sino provocar, en cambio, una disyunción de los mismos. Si clase, nacionalidad y etnia se entrelazan positivamente para mantener lejos de la Recoleta a migrantes trabajadores pobres “negros”, en otras ocasiones estas dimensiones se ponen en tensión y generan tiranteces y conflictos abiertos.

Los migrantes bolivianos son mayoritariamente trabajadores pobres. En las posibilidades y las limitaciones que encuentran para instalarse, recorrer y usar la ciudad, clase social, etnia y “raza” se intersecan de maneras específicas. Por un lado, estas dimensiones se complementan y potencian sus efectos. Si bien algunos estudios han mostrado los obstáculos que encuentran habitantes no migrantes de la zona sur de la ciudad para hacer uso de zonas del norte y el este, el problema no se agota en una cuestión de recursos monetarios. Los migrantes entienden que hay algo más allí, tal como una mujer boliviana interpretaba la discriminación sufrida por sus hijos y los hijos de paisanas suyas en escuelas porteñas:

En primer lugar, desde luego, no todos los pobres ni todos los habitantes del sur de la capital argentina son migrantes. Para el caso de los bolivianos, estrictamente hablando no hay en Buenos Aires lo que suele llamarse “barrios étnicos”. Aunque hay asentamientos de población migrante claramente mayoritaria, como el “barrio Charrúa”, lo común es que los migrantes compartan el espacio urbano con otros porteños “nativos” (así como con migrantes de otras procedencias y con hijos de migrantes, que son argentinos y porteños en términos jurídicos, aunque no siempre sean considerados así por los “nativos”). Aun compartiendo, a grandes trazos, las condiciones socioeconómicas con ellos, las pertenencias nacionales y étnicas estructuran conflictos que permanecen más o menos larvados y que hacen eclosión en contextos específicos.

Cuando [el niño] hace un dibujo y dibuja montañas, que

por ahí está en su memoria, se supone que el dibujo es libre pero te marcan y te dicen “no, no, no, vos vivís en

una villa3 y entonces tendrías que haber pintado casas

3 La “villa miseria” constituye una de las figuras clásicas del hábitat de los sectores populares de América Latina (Merklen 2005). Con más de cinco décadas de existencia en el paisaje de la ciudad, la mayoría de las villas de Buenos Aires se encuentran en el sur de la ciudad (Cravino 2006). A la vez, de manera relativamente independiente a la evolución material de las villas en Buenos Aires, “villa” y “villero” son categorías de interacción relevantes y cargan con sentidos diversos y contrastantes. Como señaló Auyero (2001), difícilmente una configuración urbana es depositaria de tantos sentidos y representaciones: ejemplo del fracaso del peronismo en los cincuenta, laboratorio para los sueños modernizadores en los sesenta, cuna de la

revolución en los setenta, obstáculo para el progreso y germinadora de la subversión para la última dictadura militar, lugar de inmoralidad, crimen y ausencia de ley en las últimas décadas. 4 Los nombres de los entrevistados y de algunas organizaciones sociales han sido cambiados.

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Migración, fronteras y desplazamientos en la ciudad Sergio Caggiano, Ramiro Segura

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Un episodio ocurrido en diciembre de 2010 permite apreciar las tensiones étnicas y nacionales que atraviesan los barrios del sur. En demanda de soluciones habitacionales al Gobierno de la ciudad de Buenos Aires, familias de bajos recursos lotearon el Parque Indoamericano de Villa Soldati y se instalaron en él. Las autoridades metropolitanas presentaron una denuncia de “ocupación” ante el fuero penal. En el intento de desalojo hubo enfrentamientos entre los “ocupantes” y la Policía que tuvieron como saldo varios heridos y dos muertos. Las autoridades porteñas criticaron entonces la presunta permisividad excesiva de la ley migratoria vigente en el país, y el Jefe de Gobierno lanzó la fórmula de la “inmigración descontrolada”. Esta culpabilización de los migrantes buscó desplazar el tema del reclamo habitacional y el derecho a la vivienda hacia el de la legitimidad o ilegitimidad que determinadas personas tendrían para vivir en la ciudad. Los grandes medios de comunicación masiva entraron en sintonía con el Gobierno de la ciudad (Halpern 2011, 71), repitiendo declaraciones de “los vecinos” que iban en una misma dirección: “a ellos les regalan cosas [y] a los nacionales no nos dan nada”.5 Los “vecinos” del barrio organizaron manifestaciones callejeras en repudio a “la toma” y en reclamo de “seguridad”, y la noche del 10 de diciembre sucedieron enfrentamientos entre quienes se encontraban en el Parque y quienes reclamaban por su desalojo, los cuales derivaron en otro asesinato. De las tres personas fallecidas en estos sucesos, dos eran bolivianas y una paraguaya.

y los villeros, alimentado por los grandes medios y por sectores dirigentes, es aprovechado por los migrantes para enfatizar las virtudes de los bolivianos, en cuanto “personas trabajadoras y honradas”. En segundo lugar, no todos los migrantes son pobres, o no son igualmente pobres. Además, complementariamente recuperan y reproducen otras distinciones sociales de gran relevancia en Bolivia y les dan nueva vida en Buenos Aires. Ante una mirada receptora que comúnmente casi no percibe diferencias entre los migrantes “latinoamericanos” (Caggiano 2005), una primera distinción suele ser hecha en clave nacional. Los migrantes llegados de Bolivia suelen contrastarse a sí mismos y a sus paisanos con los procedentes de Perú (“más vivos”, “menos trabajadores”). Asimismo, más acá del contraste por nacionalidad, entre los mismos migrantes bolivianos existen diferencias marcadas y se recrean mecanismos de distinción. Hay diferencias de ingreso y de estatus, por ejemplo, entre los pequeños comerciantes o microempresarios ligados al rubro textil y los costureros empleados por ellos, y hay diferencias, a su vez, entre todos ellos y algunos profesionales “de la colectividad”, migrantes o hijos de migrantes. A estos clivajes por ingreso y socioprofesional se articula uno acaso más profundo: el que resulta de la procedencia rural o urbana de los migrantes. Esta diferencia clave se superpone, a veces, a la anterior entre talleristas y costureros, por un lado, y profesionales, por otro, pero no siempre coincide en los límites que establece, dado que hay tanto talleristas como costureros provenientes de ciudades bolivianas. Además, esta distinción presenta cierto dinamismo: el entrenamiento urbano hace que algunas características que se traen desde el lugar de origen puedan abandonarse o perderse, y que algunas necesarias para vivir en Buenos Aires puedan ganarse. En cuanto a la movilidad y el desplazamiento por la ciudad, las destrezas que la vida urbana ofrece antes o después de la migración son consideradas fundamentales.

Volviendo al trabajo de campo con migrantes bolivianos en la ciudad, podemos encontrar allí también manifestaciones de la disyunción entre clase y pertenencia nacional y étnica. Algunos bolivianos señalan que la convivencia en el sur se hace difícil por la presencia de “los vaguitos” y “los villeros”. Incluso, migrantes que han vivido en alguna de las villas de la ciudad y que tienen parientes viviendo allí se separan de la categoría sociocultural y económica —antes que residencial— de “villero”, y, al tiempo que se distancian de “los villeros”, que en sus relatos son argentinos, postulan positivamente su propia nacionalidad. A diferencia de lo que sucede para sectores de clase media de la ciudad, que equiparan villa con migración (interna e internacional), para los bolivianos está muy claro que los villeros son “un mal” argentino que ellos mismos se ven obligados a sufrir. La clase social aparece así atravesada por la nacionalidad, sólo que el estigma de la villa

De esta manera, en la experiencia de los migrantes se verifica una intersección compleja y cambiante de dimensiones. La captación de esta complejidad y estos cambios depende tanto de la escala de observación del analista como de los contextos de interacción y de los actores involucrados en los mismos. Así, si a gran escala la ciudad de Buenos Aires se encuentra dividida económicamente en dos partes —el norte rico y el sur pobre, este último habitualmente racializado y estigmatizado “desde arriba” en cuanto a “cabecitas”, “negros” o “bolitas”—, en las interacciones dentro de la

5 Diario Clarín (2010).

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socialmente heterogénea zona sur —que constituye el escenario cotidiano de los migrantes (pero, como dijimos, no exclusivo de ellos)—, las dimensiones de clase, etnia, nacionalidad, “raza” y procedencia urbana o rural se articulan de manera dinámica: mientras que muchas veces se solapan y refuerzan mutuamente, en otras situaciones se producen disyunciones y desacoples entre ellas.

y de exotismo propias de la antropología clásica (De La Pradelle 2007). En las últimas décadas, sin embargo, ha recibido reiteradas críticas (Hannerz 1986; Signorelli 1999), por priorizar la relación de los actores con el espacio por sobre las interacciones sociales con otros actores, y por no reflexionar sobre los desplazamientos por la ciudad al centrarse de manera exclusiva en la vida social en los espacios residenciales. Por su parte, la imagen de la ciudad como flujo, de la cual es posible rastrear antecedentes en la literatura moderna (Williams 2001) y en la crítica cultural urbana de entreguerras (Simmel 2001; Benjamin 1999; Kracauer 2008), puede ser pensada en gran medida como resultado de la crítica a la “etnologización de la ciudad” (De La Pradelle 2007) que resultaba de la aplicación de la ecología cultural urbana. La imagen de la ciudad como flujo representa al espacio urbano como un ámbito cambiante, dinámico, líquido, inestable, blando (Raban 1974). Nos encontraríamos ante un espacio relativamente indeterminado, donde los actores podrían realizar elecciones, inventar trayectos, modelando a su gusto —con más o menos resistencias y obstáculos— la sustancia urbana en pos de sus inquietudes, búsquedas y deseos. Esta perspectiva tiene el mérito de reintroducir en los estudios urbanos las interacciones sociales entre actores diferentes y desiguales, prestar atención a los desplazamientos y los recorridos que se realizan a través del espacio e indagar los usos y las apropiaciones de los distintos ámbitos de una ciudad. Nos coloca ante una vida urbana que no se agota en el mapa y en la cual los movimientos, los relatos y las prácticas, como remarcaba De Certeau (2000), no se localizan sino que espacializan, es decir, producen espacio. A la vez, en muchas investigaciones el énfasis en la movilidad y la blandura de la ciudad pierde de vista o minimiza tanto las posiciones —espaciales y sociales— que los agentes ocupan en la vida urbana (Bourdieu 2002) como el hecho de que la ciudad presenta cierta resistencia y no es igualmente maleable para todos los actores sociales. Atributos como la clase, la etnia y la “raza” nos recuerdan que “la ciudad es más blanda para unas personas que para otras” (Hannerz 1986, 280).

La ciudad practicada: posiciones y movilidades Más allá de que los migrantes pasen la mayor parte del tiempo y establezcan sus principales relaciones en “el sur” de la ciudad, sus desplazamientos y recorridos por la ciudad no se circunscriben a este espacio, a pesar de los límites y las presiones para que así sea. El análisis no acaba con la descripción de las posiciones de los migrantes en la ciudad, sino que tenemos que reconstruir sus desplazamientos y recorridos, identificar y describir las fronteras y los obstáculos que encuentran en ellos y caracterizar las formas en que se articulan posiciones y movilidades en la experiencia urbana de los migrantes. De nuevo, podríamos identificar aquí la tendencia en las investigaciones a privilegiar alguno de los dos términos —las posiciones o las movilidades—, transformando en una oposición dicotómica lo que deberíamos analizar de manera simultánea y combinada. En efecto, existen dos metáforas habituales (Segura 2012) para pensar la ciudad: la ciudad como mosaico, imagen que privilegia las posiciones de los distintos grupos y sectores sociales en el espacio urbano, y la ciudad como flujo, imagen que enfatiza la dinámica y la fluidez de la vida urbana. La imagen de la ciudad como mosaico consiste en un fuerte y persistente modelo del espacio urbano heredado de la sociología de la Escuela de Chicago (Park 1999 [1915]; Wirth 1928; Foote 1943). Desde esta perspectiva, se representa al espacio urbano como una colección de mundos relativamente autónomos, definidos en general con base en la co-residencia y/o la pertenencia étnica/racial, claramente delimitados y separados del resto de la ciudad por duras fronteras. En este esquema “ecológico” de la ciudad la tarea de la investigación consistiría en comprender la lógica particular de cada uno esos mundos entendidos como “regiones morales”. Esta estrategia analítica se generalizó en los estudios antropológicos en ciudades, a través del estudio tanto de “barrios étnicos” como de “tribus urbanas”, al brindar un esquema acorde con las exigencias de holismo

El desafío consiste en mirar simultáneamente posiciones y movilidades, indagando cómo se entrelazan en los desplazamientos de los migrantes por la ciudad los límites y las fronteras con las relaciones y los intercambios. En esta dirección, nuestra propuesta de análisis de la experiencia de los migrantes busca articular dos claves de lectura —es decir, hipótesis críticas para atravesar y comprender la ciudad (Gorelik 2004)—, identificables en

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la historia de los estudios urbanos sobre Buenos Aires, que se desarrollaron de manera separada: el problema de las “dos ciudades” y la ciudad como frontera cultural.

mático. Como tópico de muchos relatos de migrantes, permite ilustrar la importancia y el valor de movilizarse a través de la ciudad, y también los riesgos que ello conlleva y las dificultades para hacerlo.

Mientras que la primera clave de lectura propuso la existencia de “dos ciudades” en Buenos Aires, que expresarían espacialmente la estructura de las clases sociales, contraponiendo la ciudad a las villas, la segunda desplazó la indagación desde los espacios residenciales y el problema de la vivienda hacia el espacio público urbano, las calles y las plazas donde se encuentran y confrontan múltiples fronteras culturales. Si la primera clave de lectura remite a la oposición estructural entre el norte y el sur de la ciudad, la segunda modifica el eje cardinal a las relaciones y los conflictos entre el este y el oeste, entre el centro/puerto y el interior, y a los desplazamientos y encuentros en el espacio público de la ciudad (Gorelik 2004).

Ahora bien, si por un lado encontramos una ciudad demarcada, cuyos límites condicionan los recorridos de los migrantes y su apropiación del espacio, por otro lado, es posible encontrar experiencias y usos alternativos. Para los migrantes que encarnan estas experiencias, la propia demarcación de la ciudad pareciera convertirse en una incitación a atravesar sus fronteras internas. Las referencias a otras partes de la ciudad resultan entonces persistentes, se vuelven el motivo de muchas narrativas e incluso ordenan los propios modos de circular por la ciudad, o bien de proyectar hacerlo. ¿Quiénes son estos migrantes?, ¿es posible identificar ciertos rasgos o características socioculturales compartidos por ellos?

Mirar estas prácticas nos permite no sólo identificar y caracterizar cierto conjunto más o menos implícito de fronteras y estigmas que buscan regular los movimientos y las relaciones sociales de los migrantes en la ciudad, sancionando las transgresiones, sino también mostrar que los recorridos por la ciudad no son deducibles de manera directa de la posición residencial en la ciudad, ya que distintas dimensiones sociales articuladas —inserción en el mercado de trabajo, relaciones de género, edad, tiempo de residencia en la ciudad y participación política— nos ayudan a comprender diferencias en los desplazamientos de los migrantes en la ciudad.

En primer lugar, ciertos aspectos de las relaciones de género parecen condicionar positivamente la circulación de algunas mujeres por la ciudad. Concretamente, cuando se trata de madres de niños, adolescentes o jóvenes, o de mujeres que tienen a su cargo el cuidado de otros familiares, la baja dotación de recursos sanitarios o educativos de sus barrios opera como un estímulo para salir a buscar paliativos y alternativas. En cuanto al acceso a la atención en salud, por ejemplo, una mujer utiliza la fórmula “romper el gueto” y explica en qué consiste la tarea. Hay que buscar dónde se consigue una buena atención, que no siempre está en el barrio o cerca de allí, sortear no sólo la escasez de recursos sino también el racismo y la xenofobia. Se trata de hacer averiguaciones y preguntar a los contactos confiables, generalmente otras mujeres, en qué hospital, en qué servicio o por cuál profesional serán bien recibidos tanto ellas como sus hijos o sus compañeros, pasar la voz y armar redes que se expanden en la búsqueda de una buena atención. Así, los trabajos de cuidado suponen una carga, a la vez que la ocasión para realizar recorridos por la ciudad.

Desplazamientos en un escenario inconcluso Aunque el tema no fuera propuesto, en las reflexiones de los migrantes durante el trabajo de campo se reiteraron escenas de transporte público y de recorridos por la ciudad. Víctor (2009), por ejemplo, de 36 años, le dedica gran importancia al transporte cuando cuenta su llegada a Buenos Aires, y se detiene en el hecho de haber pernoctado muchas de sus primeras noches en ómnibus urbanos. En estos viajes, además de dormir, conocía la ciudad, y también pasaba momentos de zozobra, como los de amedrentamiento por parte de la Policía. En ocasiones, los medios de transporte público aparecen como espacio y oportunidad para el maltrato y la discriminación hacia los inmigrantes, así como para las respuestas de éstos a los mismos (Grimson 1999). De este modo, el instrumento más a mano para circular por la ciudad resulta significativo, acaso sinto-

La edad, a su vez, aparece como un segundo criterio relevante. Los jóvenes migrantes o hijos de migrantes muestran disposición a incursionar por zonas de la ciudad alejadas de sus lugares de residencia, educación o trabajo. Las salidas a eventos y espectáculos públicos suelen ser una buena razón para ello. La edad se vincula muchas veces a otro factor que es la cantidad de años de socialización en el lugar de “origen” en relación con los transcurridos en “destino”. Cuanto más pequeños al llegar, es más

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probable que los niños y las niñas y los jóvenes reciban influencias diversas en su formación. Padres y madres suelen aludir a la diferencia entre los niños criados en Buenos Aires y los criados en Bolivia, de parientes que quedaron allí o de migrantes más recientes. Frente a estos últimos, aquéllos son vistos como jóvenes “extrovertidos, liberales” o que “tienen demasiada libertad”. Esta extroversión encuentra también un camino en el desplazamiento territorial por la ciudad.

Al género, la edad y el tiempo de residencia se suma, entonces, el cambio de empleo de ambos integrantes de la pareja, más precisamente la salida del taller textil. Estar dentro o fuera del “mundo de los talleres” constituye un factor que se muestra como crucial en la experiencia de muchos migrantes bolivianos en Buenos Aires. Entre quienes encarnan el desafío de atravesar la ciudad, de llegar a áreas lejanas y, en principio, ajenas encontramos empleados de comercios como supermercados o tiendas, conductores de taxi o empleados de la construcción. Las vivencias ligadas a los talleres textiles parecen dibujar, en cambio, circuitos cerrados dentro del sudoeste de la ciudad, al menos para los costureros. Los temores resultan nuevamente un leitmotiv de las narraciones. Quienes trabajan o han trabajado como costureros en talleres coinciden en el recuerdo de las recomendaciones o advertencias intimidatorias que sus patrones talleristas les hicieron durante su ingreso al trabajo, las cuales buscaban garantizar el sometimiento a las malas condiciones laborales de algunos de estos establecimientos.

Ligado a lo anterior, el tiempo de residencia en la ciudad favorece una relación de mayor confianza hacia ella y una predisposición a incursionar a través de sus circunscripciones y a franquear sus barreras internas. Es común escuchar historias acerca de la pérdida del miedo, un miedo que muchas veces es presentado como constitutivo del viaje migratorio, que se refuerza en el cruce fronterizo y que se acrecienta en Buenos Aires, entre otras cosas, debido a los discursos públicos sobre “la inseguridad”. En este sentido, “en el comienzo —como apunta un migrante que lleva veinte años en Buenos Aires— uno siente que tiene miedo, que no está en su casa”, pero “hoy en día todo está más tranquilo [porque] ahora cambió todo eso, y ya se puede hablar con un policía y todo”; es que “con el que conoce es más difícil” (Domingo 2010). La referencia a la posible conversación con un policía es clave porque, de este modo, una de las figuras que suele despertar temores y evocar momentos de desasosiego es convertida en parte de un paisaje cotidiano, alguien con quien se puede tratar. “Con el que conoce es más difícil” que lo detengan sin razón, que lo hostiguen o que lo engañen, y así, la calle se vuelve menos peligrosa.

Por último, otro elemento que facilita los desplazamientos por la ciudad es el activismo social, cultural o político. La participación en alguna organización de la sociedad civil implica instancias de encuentro con otros migrantes bolivianos, pero también con porteños y argentinos en general, integrantes de las mismas u otras organizaciones, así como con migrantes de otras procedencias. El activismo cultural se muestra especialmente propicio para estos intercambios, para romper con los espacios vividos como “encierros” y para circular por la ciudad. La militancia social, así como algunos eventos de reclamo o manifestación política, requieren, a su vez, el viaje hasta algún punto del centro político de la ciudad. A comienzos de 2006, la muerte de seis personas de nacionalidad boliviana en el incendio de un taller textil generó movilizaciones en torno a las condiciones de trabajo en los talleres, lo cual parece haber intensificado un proceso paulatino de arribo de migrantes bolivianos a los lugares dedicados tradicionalmente a la protesta política en la capital argentina, la Plaza de Mayo en primer lugar. En otro orden, aunque complementariamente, resulta ilustrativo el cierre que en 2010 tuvo la Fiesta de la Virgen de Copacabana, que se celebra desde hace treinta y cinco años en el barrio Charrúa, en el Bajo Flores, y que esta vez consistió en un desfile en el que participaron unas diez mil personas, organizadas en decenas de “fraternidades” que, bajo el lema “Bolivia presente en el Bicentenario argentino”, exhibieron sus danzas y músicas por las calles aledañas a la Plaza de Mayo, para culminar los festejos frente al Cabildo local.

En los avatares personales de un migrante y su familia en Buenos Aires puede apreciarse cómo se combinan los tres factores anteriores y, al mismo tiempo, se introduce un cuarto. Cuando arribaron a Buenos Aires, desde la estación de ómnibus llamaron a un número de teléfono que les habían dado en Bolivia. Poco más tarde los recogieron en la estación, los trasladaron a un distrito de la provincia de Buenos Aires y “los metieron a trabajar en un taller de costura, encerrados”. El paso del tiempo y algunos contactos con migrantes permitieron al matrimonio cambiar de empleos, pasar de la provincia a la Capital y conseguir mejores lugares dónde vivir y cuidar de la crianza de sus hijos. Un amigo de la familia, migrante reciente, se sorprende por la facilidad con que la hija mayor del matrimonio, de 10 años de edad, se desenvuelve en la ciudad, desplazándose sola, habituada desde pequeña a Buenos Aires. Su madre es quien la ha ayudado a conseguirlo, enseñándole el camino a la escuela y al supermercado.

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Determinadas posiciones y relaciones en torno a los anteriores elementos facilitan los recorridos y desplazamientos por el espacio urbano, y con ello, la ampliación de un conocimiento y una vivencia de la ciudad que genera, a su vez, posibilidades de extender el horizonte de esos recorridos y desplazamientos. No se trata, sin embargo, de una oposición simple entre la experiencia de la ciudad demarcada, circunscripta y férreamente delimitada, por un lado, y la experiencia de la movilidad, del flujo que subvierte o desafía los límites y limitaciones en el espacio, por otro. Menos aún, de una separación sustancial entre quienes viven un tipo de experiencia y quienes viven el otro. Los desplazamientos y los flujos, en su dinámica, crean y recrean ellos mismos fronteras. Y las fronteras, en parte por esto, no son una sola y única que se extiende rígida y fija separando territorios.

deportivos o espacios para la recreación y hacen referencia a la existencia cercana de clubes de clase media a los que no pueden acceder por sus costos. Cuando la otra ciudad deja ver su faceta cercana, se muestra igualmente cerrada. Donde “las ciudades” se acercan vuelve a imponerse la metáfora (o la literalidad) de las “fronteras”. Por lo demás, los protagonistas de este juego de flujos, barreras y encauzamientos no son sólo los migrantes que circulan por la ciudad. Personas, grupos e instituciones diversos, con sus propios objetivos y estrategias, participan en esta dinámica de cortes y flujos (Deleuze y Guattari 1974). Las fronteras espaciales en la ciudad, como señalamos antes, están sustentadas por fronteras socioeconómicas, nacionales, étnicas y raciales. Unas y otras se retroalimentan y sostienen recíprocamente. Sobre el mapa de la ciudad que esas fronteras dibujan, con sectores relativamente ajenos y distantes entre sí, se extiende una red de flujos, desplazamientos e incursiones que desafían algunas fronteras consolidadas y, al mismo tiempo, recrean y refuerzan otras. En la forma que toman los flujos urbanos y en los efectos que tienen, en esa recreación de fronteras, las condiciones económicas muestran otra vez su carácter determinante en la definición de inclusiones y exclusiones (con los altos muros de los clubes deportivos, por ejemplo). Y el Estado, que activa su capacidad represiva en la presencia policial (que recuerda a la gendarmería), actualiza para los migrantes la posible denegación de ciudadanía. En la detención policial “por portación de rostro”, en el rechazo de un permiso a usar instalaciones en una institución o en situaciones similares, el prejuicio étnico y la racialización se añaden a la desigualdad económica y se articulan con ésta y con la obstrucción de la ciudadanía.

Es por ello que los migrantes pueden toparse con fronteras en los mismos barrios que habitan, fronteras que pueden pasar inadvertidas para muchos, pero que resultan palpables y con efectos concretos para aquellos a quienes parecen estar destinadas. Como ha podido vislumbrarse en párrafos anteriores, la presencia policial puede operar de esta manera. La rememoración del tránsito por la ciudad, por sus calles y sus espacios abiertos, está salpicada usualmente de evocaciones sombrías, que reiteran esa presencia intimidatoria. Algunos migrantes recuerdan humillaciones directas, como las requisas sin razón en la vía pública, por ejemplo. Los chantajes en estas inspecciones son parte de una memoria compartida sobre la circulación posible por la ciudad. Los migrantes sintetizan el sentimiento común con frases contundentes: “veía a un policía y tenía miedo” (Víctor 2009), “veía un policía y tenía que dar toda la vuelta para evitar pasar por ese policía para que no me pida documentos” (Luis 2010). La presencia de la figura policial en el espacio urbano y su control sobre la circulación en la ciudad llevan a algunos migrantes a recordar explícitamente la figura de la gendarmería en el cruce fronterizo internacional y, por este camino, la idea misma de unas fronteras que, no siendo tan visibles como dicho cruce, son eficaces a su manera, atraviesan y recortan la ciudad, distribuyendo usos y apropiaciones adecuados e inadecuados.

Conclusiones A partir del caso de los migrantes en Buenos Aires, hemos mostrado que el ordenamiento y uso de los espacios de la ciudad no pueden comprenderse de manera acabada con una aplicación simple de la lógica centro rico/periferia pobre ni tampoco de acuerdo con el esquema típico del gueto racial. La distribución diferencial de la apropiación del espacio urbano resulta del funcionamiento simultáneo de un mercado inmobiliario altamente desigual y de la estigmatización social que recae sobre los migrantes. Respecto de esto último, las representaciones sociales negativas que los asocian con la ilegalidad, la anomia o formas variadas de la “contaminación” son comunes a las que recaen sobre otros trabajadores pobres.

Además, muchos migrantes tienen presente que la otra parte de la ciudad, aquella que en principio se les presenta distante, en ocasiones llega hasta ellos cerrada. Para ciertos fines, la otra ciudad está separada pero no lejana. A propósito de las dificultades para el esparcimiento, por ejemplo, esos migrantes ven que en las villas donde viven no tienen centros culturales, poli-

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Históricamente, esa marcación negativa imbrica en Argentina clase, raza y etnia, en un doble proceso de racialización de las relaciones de clase y de enclasamiento de las relaciones raciales (i.e., racializadas). A ello se añade, para los inmigrantes en particular, un conjunto de estigmas que articulan estas categorías a la nacionalidad (y la extranjería) y a la definición de parámetros para la inclusión (y la exclusión). Por lo demás, el problema no se agota aquí sino que, como vimos, clase, raza, etnia y nacionalidad se intersecan con género, edad o generación, tiempo de residencia y procedencia urbana o rural, en el modo en que se define la distribución de los migrantes en la ciudad, así como sus posibles trayectos por ella y sus interacciones en ella. Por último, se agrega el carácter complejo de esta intersección entre dimensiones de la diferencia y la desigualdad, ya que las relaciones entre ellas suelen ser desfasadas, y su impacto en la ocupación y el uso del espacio urbano, variable y contextual. Si a veces algunas se complementan y potencian sus efectos reguladores, otras veces se tensionan entre sí, e incluso hay casos en que producen efectos “compensatorios”, como cuando la sobrecarga de la jornada laboral de las mujeres que desarrollan trabajos de cuidado abre la puerta a recorridos novedosos y ensancha la ciudad y las redes sociales.

El análisis de la experiencia urbana de los migrantes en Buenos Aires no sólo evidencia la pluralidad de vivencias y de circuitos entre personas que habitan en una misma zona de la ciudad, y los ámbitos de la vida —trabajo, familia, participación política o religiosa— implicados en tal diversidad, sino que también llama la atención sobre los motivos que están en la base de los desplazamientos, y la centralidad que entre tales motivos tiene el dominio del aprovisionamiento (Hannerz 1986), no sólo en cuanto a la inserción en el mercado laboral sino también en lo relativo a recursos como la salud, la educación o la recreación. Los traslados residenciales, la migración y los movimientos en la ciudad aparecen, así, articulados y como parte de un proceso general de movilidad. Advierte, asimismo, sobre la relevancia que tiene para estos desplazamientos el dominio de la membrecía, es decir, el proceso de considerarse a sí mismo o ser considerado por lo demás como parte de un cierto conjunto social: sociedad, comunidad, grupo. Las definiciones jurídicas de quién pertenece y quién no son fundamentales, pero también resultan cruciales las representaciones sociales que muchas veces conducen a interpretar tales definiciones con importantes márgenes de arbitrariedad. En este sentido, si la historia oficial argentina ha insistido por varios caminos en cristalizar las fantasías hegemónicas de una Argentina racialmente blanca (Briones 2005), una de las formas en que este mito se actualiza en Buenos Aires consiste en la regulación cotidiana del espacio, físico y social.

El arribo a estas conclusiones deriva de nuestro objetivo de caracterizar y comprender la experiencia social y urbana de los migrantes en Buenos Aires, el cual se vincula al otro desafío general que nos planteamos en este artículo, de corte metodológico, consistente en problematizar otra dicotomía común: la tendencia a privilegiar las posiciones de grupos y sectores en el espacio urbano (“la ciudad como mosaico”) o la tendencia a privilegiar la dinámica y las movilidades (“la ciudad como flujo”). Propusimos superar esta oposición con un análisis simultáneo y combinado de posiciones y desplazamientos. Al mismo tiempo, fue necesario identificar las fronteras y los obstáculos colocados a estos recorridos y apropiaciones de la ciudad, y entender su funcionamiento. En síntesis, se trató de caracterizar las articulaciones entre posiciones y movilidades en la experiencia urbana de los migrantes.

En la movilidad de los migrantes en la ciudad están en juego el aprovisionamiento y la definición de membrecías: “poder acceder a” y “ser parte de”. Se trata de dos aspectos diferentes pero que operan juntos, como ha podido apreciarse, por ejemplo, al ver cómo las representaciones estigmatizantes toman cuerpo institucional en la Policía que recorre los barrios, en las dependencias públicas de salud, etcétera. Ambos fenómenos se tramitan conjuntamente. El caso de los migrantes bolivianos en Buenos Aires muestra cómo la distribución de recursos y la definición de pertenencias condicionan la movilidad urbana, y, a su vez, se ven afectadas por ella. La regulación de los espacios en la ciudad está, entonces, en el corazón de la regulación de las alteridades, del establecimiento de quién puede acceder o no a tales o cuales bienes o servicios, de quiénes están incluidos dónde. Las luchas abiertas y las presiones sutiles en el uso del espacio también pueden apuntar al corazón de la regulación de alteridades. En síntesis, la producción y reproducción de espacios van de la mano de la producción y reproducción de alteridades y de los modos de desafiarlas.

Reconocer y caracterizar recorridos de los migrantes nos permitió apreciar cómo se ponía en movimiento el mapa de una ciudad que se nos había aparecido primeramente demarcada con límites fijos y circunscripciones más o menos claras. A su vez, el seguimiento de estos recorridos nos condujo a ver cómo los flujos crean y recrean fronteras y barreras. Estamos ante un juego móvil y conflictivo de desplazamientos y fronteras en el que se van reconfigurando tanto el paisaje de la ciudad como las vivencias de sus habitantes.

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Entrevistas

40. Sabatini, Francisco e Isabel Brain. 2008. La segregación, los guetos y la integración social urbana: mitos y claves. Revista EURE 34, n° 103: 5-26.

53. Domingo, 45 años. Procedente de La Paz, 2010.

41. Saraví, Gonzalo. 2008. Mundos aislados: segregación urbana y desigualdad en la ciudad de México. Revista EURE 34, n° 103: 93-110.

55. Pilar, 40 años. Procedente de Cochabamba, 2010.

54. Luis, 41 años. Procedente de La Paz, 2010.

56. Víctor, 36 años. Procedente de La Paz, 2009.

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Migraciones de los Kichwas-Otavalo en Bogotá* Juan Thomas Ordóñezv - Fabio Andrés ColmenaresD Anne Gincel - Diana Rocío Bernal Fecha de recepción: 29 de mayo de 2013 Fecha de aceptación: 26 de septiembre de 2013 Fecha de modificación: 14 de octubre de 2013

DOI: http://dx.doi.org/10.7440/res48.2014.04

RESUMEN Este artículo explora algunas singularidades de los Kichwa-Otavalo en Bogotá. Tras una presencia histórica de setenta años que incluye relaciones continuas, no sólo entre personas en Colombia y Ecuador, sino en el ámbito mundial, esta población presenta un caso complejo y significativo para los estudios migratorios. Por un lado, plantea relaciones transnacionales donde el “lugar de origen” se disloca a partir de focos secundarios alrededor de los cuales se articula la población. Por otro, ilustra la importancia de redes migratorias frente al reconocimiento del Estado. Así, mostramos diferentes formas de integración a la ciudad y sugerimos que un determinante central de las condiciones de vida en la ciudad está atado a la posición relativa de las personas a redes migratorias establecidas.

PALABRAS CLAVE Migración indígena, redes migratorias, Kichwa-Otavalo, Colombia, Ecuador.

Kichwa-Otavalo Migrations in Bogota ABSTRACT This article explores the singularities of Kichwa-Otavalo migrants in Bogota. With seventy years of historical presence in this city that includes continual relationships not only between people in Colombia and Ecuador, but at the worldwide level as well, this population constitutes a complex and significant case for migration studies. On the one hand, it raises the question of transnational relations where the “place of origin” has been dislocated through secondary foci around which the population is articulated. On the other hand, it illustrates the importance of migratory networks with respect to recognition by the state. Thus, we show different forms of integration into the city and suggest that a central determining factor of living conditions in the city is tied to people’s relative position to established migratory networks.

KEY WORDS Indigenous migration, migratory networks, Kichwa-Otavalo, Colombia, Ecuador.

*

Este artículo es resultado del proyecto “Reconocimiento y ejercicio de los derechos de los migrantes indígenas no reconocidos en Bogotá D.C.”, financiado por el Instituto Rosarista de Acción Social “Rafael Arenas Ángel” —SERES— Universidad del Rosario, Colombia. Los autores reconocen y agradecen la contribución de los estudiantes Ana Bolena Pedroza, Andrés Vargas, Catalina Vargas, Óscar Díaz, Daniel Serrano, Diana Cepeda, Michelle Gracia, Julián Salazar, María Fernanda Jaramillo, Lucía Hernández y Valeria Buscelli. v Ph.D. en Antropología Médica por la Universidad de California, Berkeley (Estados Unidos). Profesor de Antropología de la Universidad del Rosario (Colombia) y miembro del grupo de investigación “Estudios sobre identidad”. Entre sus últimas publicaciones se encuentra Documentos e indocumentados: antropología urbana, inmigración y ciudadanía. Revista de Antropología Social 22 (2013): 83-101. Correo electrónico: juan.ordonez@urosario.edu.co D Sociólogo por la Universidad del Rosario, Colombia. Asistente de investigación del grupo de investigación “Estudios sobre identidad”. Correo electrónico: fabioandres2290@gmail.com  Doctora en Sociología por la Universidad París-Panthéon-Sorbonne, Francia. Profesora de Universidad del Rosario (Colombia) y miembro del grupo de investigación “Estudios sobre identidad”. Entre sus últimas publicaciones se encuentran La migration colombienne a Paris. En Histoire des immigrations en Ile-de-France de 1830 a nos jours, dir. Lillo Natacha. París: Editions Publibook, 2012. Correo electrónico: anne.gincelcollazos@urosario.edu.co Doctora en Derecho por la Universidad Rey Juan Carlos (España). Profesora de la Universidad del Rosario (Colombia) y miembro del grupo de investigación en “Derechos Humanos”. Entre sus últimas publicaciones se encuentra La solidaridad y las declaraciones internacionales de derechos humanos y bioética: el caso del derecho a la salud de los pueblos indígenas colombianos. Revista Acta Bioethica 19, n° 1 (2013): 9-18. Correo electrónico: diana.bernalc@urosario.edu.co

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Migrações dos Kichwas-Otavalo em Bogotá RESUMO Este artigo explora algumas singularidades dos Kichwa-Otavalo em Bogotá. Após uma presença histórica de setenta anos que inclui relações contínuas, não somente entre pessoas na Colômbia e no Equador, mas também no âmbito mundial, essa população apresenta um caso complexo e significativo para os estudos migratórios. Por um lado, apresentam-se relações transnacionais em que o “lugar de origem” se desloca a partir de focos secundários em volta dos quais se articula a população. Por outro, ilustra-se a importância de redes migratórias ante o reconhecimento do Estado. Assim, mostramos as diferentes formas de integração à cidade e sugerimos que um determinante central das condições de vida na cidade está ligado à posição relativa das pessoas a redes migratórias estabelecidas.

PALAVRAS CHAVE Migração indígena, redes migratórias, Kichwa-Otavalo, Colômbia, Equador.

Introducción

P

de setenta años de migración, ser Kichwa tiene significados complejos que se salen de una perspectiva binaria de relaciones entre comunidades de origen y comunidades receptoras. La diversidad de migrantes kichwas en Bogotá hace de la capital colombiana un caso importante en los estudios migratorios transnacionales. En esta urbe se entremezclan diferentes generaciones de comerciantes y músicos bien establecidos y atados a redes de migración y comercio con otros Kichwas menos conectados, algunos indocumentados, que entran y salen esporádicamente del país. Por otro lado, parte de la población obtuvo reconocimiento oficial en 2005 como cabildo indígena urbano, lo que hace de Bogotá un caso singular.

ara quienes trabajamos en el centro de Bogotá, no es raro ver indígenas comerciando ropa entre el tumulto de gente en los andenes y pasajes de la ciudad. Hombres de pelo largo y trenzado junto a mujeres ataviadas con anaco, faja, collares dorados y camisas bordadas, se entremezclan con los demás vendedores y transeúntes. Los grupos de música andina también se han instalado en la cotidianidad bogotana, y quenas, zampoñas, guitarras y bafles aparecen de repente en las esquinas de plazas y parques para competir con los cantantes de salsa y otros que ocupan el espacio público. Algunas personas piensan que estos indígenas tienen algo que ver con Ecuador, y otras saben que vienen de la región de Imbabura, pero pocas reconocen que la presencia de estos indígenas en Bogotá, los Kichwa-Otavalo, no es reciente y que es más compleja de lo que aparenta ser.1

Queremos esbozar algunas particularidades de la migración indígena de Imbabura a Bogotá para hacer más complejas las perspectivas propuestas hasta el momento, tanto en cuanto a las características de la migración transnacional como al alcance y las limitaciones de las políticas multiculturales en Colombia. Principalmente, planteamos que los Kichwas constituyen en la capital colombiana una población heterogénea donde los migrantes se consolidan como actores sociales a partir de la intersección entre su posición relativa en redes migratorias transnacionales y su relación con las políticas de reconocimiento indígena en el país. De esta forma, usamos cinco casos para mostrar variaciones en la experiencia migrante, que sugieren que los Kichwas no pueden ser entendidos simplemente como un grupo indígena en Colombia. La complejidad del entorno urbano, en conjunción con varias décadas de contexto migratorio caracterizado por diferentes estrategias de movilidad y

Este artículo propone un acercamiento a la migración kichwa de la provincia de Imbabura, desde la perspectiva de Bogotá, su enclave en el exterior más antiguo y tal vez el mejor establecido políticamente. Sugerimos que aun cuando esta población ha sido reconocida mundialmente como un grupo indígena transnacional y globalizado (D’Amico 2011; Kyle 2003; Meisch 2002), el marco que se usa para entender el fenómeno pasa por alto que tras más

1 La adscripción étnica más usada por estos individuo en Colombia es simplemente kichwas Nos referiremos a indígenas de diferentes partes de Imbabura como Kichwas-Otavalo o simplemente Kichwas. En la muestra de nuestro estudio, casi todos provienen de Otavalo y Cotacachi o son descendientes de personas de estas regiones.

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asentamiento, demandan un análisis de las intersecciones migratorias de individuos inscritos diferencialmente en redes transnacionales y su relación con las políticas del Estado colombiano.

2006). Las redes migratorias permiten entender los lazos entre personas, las instituciones que las afectan y las dinámicas que genera la migración, sin separar tajantemente a las comunidades de origen de las receptoras, o a las personas que migran de sus congéneres que no lo hacen (Guarnizo, Sánchez y Roach 1999, 369). El género, la edad, la educación y la afluencia estructuran la experiencia de diferentes personas afectadas por la migración que no pueden ser tomadas como miembros iguales de una población homogénea. Una pregunta central es el papel que desempeñan instituciones como las ONG y el Estado en la articulación de estos campos sociales (Glick Schiller, Basch y Szanton Blac 1995; Levitt 2001).

Este trabajo surge de una investigación interdisciplinar (antropología, sociología y jurisprudencia), que ha estudiado desde junio de 2012 las diferentes formas en que esta población se relaciona con la ciudad. La recolección de datos se basó en el trabajo etnográfico de un equipo de investigadores y estudiantes de las tres disciplinas. El equipo de investigación identificó zonas de la ciudad donde viven o trabajan migrantes kichwa, y se dividió geográficamente en las más representativas, principalmente en las localidades de Santa Fe, Bosa y Engativá. A través del trabajo en equipo, logramos una exposición amplia de las diferentes formas de ser kichwa y de relacionarse con la ciudad de Bogotá y con el Estado colombiano. En una segunda fase, diseñamos entrevistas semiestructuradas para profundizar en la experiencia de los sujetos de estudio. Las entrevistas buscaban reconstruir la trayectoria migratoria de algunos Kichwas y relacionarla con su posición en redes migratorias establecidas, incluidas aquellas que se han consolidado políticamente en el Cabildo.

En este caso, miraremos miembros de redes migratorias que se han incorporado en Bogotá de diferentes formas. En la ciudad, los Kichwas-Otavalo son miembros de redes transnacionales que cruzan varias fronteras estatales, pero se encuentran en un contexto nacional donde ser indígena está regimentado por el Estado a través de políticas multiculturales, donde una parte de la población kichwa asentada en Bogotá (en cuanto a residencia “legal” o nacionalidad colombiana) se ha inscrito en el cuerpo de la nación como grupo étnico. El Estado colombiano, multicultural y pluriétnico desde la Constitución Política de 1991, abrió las puertas a la creación de políticas con un enfoque diferencial basado en la existencia en el país de múltiples grupos sociales, culturales y étnicos (Bocarejo 2011 y 2012; Castillo y Cairo 2002; Chaves y Zambrano 2006). Desde entonces, uno de los retos de diferentes grupos ha sido la búsqueda del reconocimiento estatal, que, a grandes rasgos, está basado en un “otro étnico” que debe ser incluido diferencialmente dentro de los límites legales y políticos del Estado (Bocarejo 2012; Del Cairo 2007). Esto permite que las luchas históricas de grupos indígenas se enmarquen en las políticas de reconocimiento multicultural, que entiende las dinámicas políticas, sociales, y económicas como intrínsecamente atadas a territorios y prácticas ancestrales. Desde la década de los noventa se han generado debates en torno a este reconocimiento que esencializa y limita los términos a partir de los cuales los grupos en cuestión pueden y deben relacionarse con el Estado. Directamente atada al caso que tratamos está la noción de pertenencia a un territorio delimitado, ya que a partir de los efectos de la violencia política y estructural que ha caracterizado al país en el último siglo, miles de indígenas de decenas de grupos migraron a las grandes ciudades y han demandado, en diferentes momentos, reconocimiento autónomo en cuanto al territorio de origen, para acceder a servicios estatales desde los centros urbanos (Zambrano 2011).

De redes migratorias y políticas multiculturales Los estudios de migración transnacional han enmarcado los flujos poblacionales dentro de de redes sociales, partiendo de los análisis ya clásicos de Mitchell (1974) y otros que buscaron construir analíticamente estas redes —vínculos establecidos a partir de parentesco, etnicidad, gremio, amistades, etcétera— como parte central de la manera en que se conformaban los campos sociales en donde los actores se desenvuelven. Desde sus inicios, el análisis de redes sociales ofrecía conceptualmente la posibilidad de articular las relaciones entre diferentes personas en campos sociales complejos (Suárez-Navaz 2008) que podían exceder lo “local”, sin necesariamente desarticular las prácticas o representaciones localizadas. Hace más de dos décadas, el análisis de redes atadas a flujos migratorios ha ofrecido amplias críticas a los estudios clásicos, de tal forma que, más que movimientos unidireccionales de individuos específicos, el fenómeno se entiende como un sistema de relaciones individuales, de parentesco e institucionales, entre otras, que afectan los entornos sociales, culturales, económicos y políticos de múltiples personas (no todas migrantes) relacionadas entre sí a través de una geografía que sobrepasa las fronteras nacionales (Glick Schiller 2007; Guarnizo

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En efecto, parte de la población kichwa ha sido reconocida como un grupo indígena colombiano, y su articulación política aprovechó esta coyuntura para argumentar la legitimidad de una población indígena urbana, reconocida como Cabildo Mayor Indígena Kichwa de Bogotá durante la alcaldía de Luis Eduardo Garzón, en 2005 (Hernández 2006, 20). Esto entre un grupo de sólo cinco cabildos urbanos reconocidos, anomalía que surgió en Colombia (Bocarejo 2012; Chaves y Zambrano 2006) cuando las tensiones entre el Gobierno central, los indígenas de la ciudad y el distrito capital llegaron momentáneamente a un punto medio (Zambrano 2011). Algo problemático dentro de las relaciones entre los Kichwas establecidos en la ciudad en el momento en que surgió el Cabildo es que éste fue gestionado, en gran parte, por un grupo de familias específicas, con trayectoria en la ciudad, pero que no representaban necesariamente a todos los Kichwas residentes Bogotá (Caicedo 2010).

en el país y obtener una cédula de extranjería, que se tramita en Migración Colombia. El proceso es costoso e implica, legal y documentalmente, “inmigrar”.2 La duración de esta cédula es indefinida y sólo caduca cuando la persona completa tres años fuera de Colombia. Brinda al residente una relación más directa con el Estado, que incluye nominalmente hacer parte del Cabildo, si la persona lo desea. El estatus migratorio hace difícil estimar la población kichwa en Bogotá porque, además de los que están incluidos en los censos del Cabildo, hay un alto número de Kichwas legales o colombianos que no están inscritos, por desacuerdos internos o desconocimiento, y un número variable de migrantes temporales que vienen a vender textiles o a tocar música. Muchos de estos últimos sobreextienden el permiso de estancia de tres meses que les otorgan. Teniendo en cuenta que hay más de dos mil personas inscritas en el Cabildo y que en 2012 no pudieron inscribirse unas mil más por falta de documentos u otros requerimientos, los líderes de la comunidad estiman un número total de entre cuatro y seis mil Kichwas en Bogotá.

El Cabildo Mayor cumple varias funciones en la administración de recursos provenientes de las políticas diferenciales de la ciudad y el Estado. Esto se hace a partir de un censo donde se inscriben individuos y familias que cumplen ciertos requerimientos documentales. A grandes rasgos, el Cabildo determina quién es Kichwa ante el Estado. Esta representación y este reconocimiento tienen la particularidad de incluir nominalmente a Kichwas no nacionales, pero con estatus migratorio definido, pues muchas familias incluyen integrantes con diferentes estatus migratorio y personas con nacionalidad colombiana. Esto agrega un elemento “migratorio” a las relaciones con el Estado, pues los Kichwas que no son nacionales colombianos (por nacimiento o por el poco común y engorroso proceso de nacionalización) tienen dos formas de mantener un estatus legal como migrantes. Ambas formas son reguladas por el “Estatuto migratorio permanente entre Colombia y Ecuador” (Ley 1203 de 2008), pero sólo una de ellas les permite la opción del reconocimiento político como indígenas.

Estas características hacen problemático entender a los Kichwa en Bogotá, sin tener en cuenta que, a diferencia de otros grupos indígenas en Colombia, constituyen una población atada a redes migratorias transnacionales, cuya trayectoria en el tiempo es significativa. Aunque los Kichwas nacidos en Colombia, inmigrantes de segunda y tercera generación, son reconocidos por el Estado como un grupo indígena y, por ende, comparten un marco jurídico específico y problemáticas afines con otros grupos, sus relaciones de parentesco, economía, política e identidad están encadenadas a complejos flujos poblacionales en campos sociales transnacionales que abarcan casi todo el mundo. Esta población confronta una serie de dinámicas que son únicas para los grupos indígenas en el país, incluida una afluencia comparativamente alta y, en parte, la opción de una independencia relativa de las políticas multiculturales, pues muchos de los Kichwas establecidos en la ciudad son emprendedores independientes que no se asocian directamente con el Cabildo.

La primera opción es para migrantes temporales que no excedan los noventa días en el país (con la posibilidad de extenderse noventa días más), a través de la Tarjeta Andina, que facilita los movimientos poblacionales entre países de la Comunidad Andina. Esta tarjeta exime al portador de presentar pasaporte y, en teoría, le permite trabajar y acceder a ciertos servicios básicos. Es utilizada por los Kichwas que vienen a Colombia a comerciar durante ciertas épocas del año. La segunda posibilidad es establecer residencia “legal”

2 Las cédulas de extranjería para ciudadanos ecuatorianos tenían períodos de vencimiento, y si el migrante estaba en el país con la cédula vencida, recibía multas. Gracias al Decreto 00061 del 1º de febrero de 2013, estas multas son exoneradas, lo cual facilita la renovación de la cédula de extranjería, que tiene la particularidad de extenderse, en calidad de beneficiario, al cónyuge o pareja reconocida del portador del documento y a sus hijos menores de 18 años.

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Los enclaves kichwa en Colombia y otros países fueron creciendo, y para la década de 1970 habían empezado a visibilizarse internacionalmente a través de la música tradicional de la región Andina. Desde entonces, los Kichwa-Otavalo han constituido un complejo entramado cultural globalizado, encarnado en la música, la artesanía textil y “tradiciones ancestrales”, que los ha convertido en uno de los grupos indígenas más reconocidos en el ámbito mundial (Meisch 2002). Esto, desde su influencia sobre el mundo musical hasta la imagen esencializada del músico indígena callejero, que incluso hace su aparición en la serie animada de televisión estadounidense South Park, donde en un episodio se plantea una invasión de grupos de música andina (Parker 2008).5

Contexto histórico La región de Otavalo y su fuerza de trabajo indígena han estado atadas a la manufactura textil desde hace siglos, y sus lazos con Colombia y otros países de la región datan por lo menos desde la Colonia (Salomon 1973, 482-486). Sin embargo, el surgimiento de una clase de comerciantes transnacionales indígenas es un fenómeno que se consolidó en el siglo XX como un efecto de las actividades comerciales que empezaron en la Colonia, la problemática distribución de la tierra y las condiciones económicas cambiantes de Ecuador (Kyle 2003; Maldonado 2004; Meisch 2002). Hacia 1940, los indígenas manufactureros del Cantón, que empezó el siglo bastante aislado del resto del país (Parsons 1945), comenzaron a tener contactos comerciales externos. La ciudad de Otavalo, que hasta los años treinta se había mantenido principalmente mestiza, empezó a ver en el casco urbano un flujo de indígenas que venían a comerciar pero también a trabajar en fábricas y realizar otras tareas (Maldonado 2004, 43). Este flujo poblacional desde los entornos rurales a los cascos urbanos no es particular de Otavalo y ocurrió en otras partes del país (Suárez-Navaz 2012). Para principios de la década de los cuarenta,3 algunos comerciantes kichwas de Imbabura habían empezado a expandirse a otras partes, primero a Quito y otras ciudades de Ecuador (Kyle 2003, 129), y más tarde al otro lado de la frontera, en Colombia, y en países del Caribe y centroamericanos como Panamá (Salomon 1973). Las migraciones fueron variadas, con artesanos y comerciantes establecidos permanente o semipermanentemente, además de flujos transitorios de gente que iba y venía comerciando en ambas direcciones (Ordóñez Charpentier 2008, 75).

Aunque la mayoría de los estudios sobre la migración kichwa mencionan tangencialmente viajes a Colombia, ignoran la relevancia de los enclaves establecidos en algunas de sus ciudades.6 Bogotá, por ejemplo, es un destino importante, y para algunos Kichwas constituye un foco central en las relaciones transnacionales, que generalmente se entienden como basadas en Ecuador. Los primeros flujos migratorios kichwas a Colombia ocurrieron a baja escala y bajo el manto de su industria textil, de tal forma que los descendientes de las primeras familias que llegaron a Bogotá dicen que vinieron a través de invitaciones oficiales para establecer los telares tradicionales otavaleños 7 y enseñar su uso, o a través de órdenes religiosas que tenían representantes en ambos países y que buscaban traer la manufactura textil de Otavalo a Bogotá. Aunque no hemos constatado documental ni etnográficamente la naturaleza de estas invitaciones, es claro que la primera generación estableció una pequeña industria textil en el sur de la ciudad, desde donde empezaron a comercializar productos en el contorno nacional. Hubo, en efecto, una transposición de las actividades que realizaban en Ecuador a la ciudad de Bogotá, donde establecieron empresas más o menos independientes de las comunidades en Imbabura (en cuanto a materia prima). Estos “pioneros”, como los llama Ordóñez Charpentier (2008),8 volvieron por temporadas a

A medida que se expandió el comercio, empezó un proceso de transformación en Otavalo, cuyo casco urbano sufrió un cambio demográfico respecto a lo indígena y donde se reestructuraron las relaciones entre Kichwas y mestizos.4 De comerciantes pequeños, agricultores y jornaleros, obligados por relaciones de trabajo comunal, los Kichwas empezaron a manejar negocios propios y a relacionarse menos asimétricamente con los mestizos (Maldonado 2004). Estos procesos afectaron la reestructuración ideológica de las relaciones y tensiones entre indígenas y mestizos en toda la región (Huarcaya 2010; Colloredo-Mansfield 1999).

3

5 El episodio se refiere a grupos musicales peruanos, pero es una clara referencias a los grupos de música andina ecuatorianos. 6 No hay datos significativos sobre enclaves en otras ciudades de Colombia. Sabemos que en Medellín y Cali han existido migraciones similares, aunque Bogotá se constituye como el centro migratorio más grande y establecido.

En esta época se realizaron los primeros trabajos etnográficos sobre la región (Collier y Buitrón 1949; Parsons 1945).

7 Esto coincide con Parsons (1945, 26 y 164), a quien le hablaron de personas que estaban en Colombia enseñando a tejer.

4 El término mestizo lo usamos como lo hacen hoy en día los Kichwas en Bogotá; una forma genérica de referirse a personas consideradas como no indígenas.

8 Algunos de los hijos y nietos de esta generación en Bogotá también usan el término.

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Ecuador, se casaron con mujeres kichwas ecuatorianas y tuvieron algunos de sus hijos en ese país. Cuando sus actividades empezaron a dar retornos, hubo un proceso de asentamiento en diferentes localidades de Bogotá, principalmente en el centro de la ciudad (Hernández 2006, 40) y en la periferia del casco urbano de la época: Bosa, donde se encontraban algunas de estas industrias, y Engativá, posteriormente.

migratoria irregular o indocumentada, mientras que algunos prefirieron mantener la nacionalidad ecuatoriana.9 Algo central para los estudios de migración es que, en el caso de los Kichwa establecidos en la ciudad —aun cuando el lugar de origen se mantiene simbólica y narrativamente en Imbabura—, la base a partir de la cual se migra está en Colombia, con retornos esporádicos a Bogotá para renovar documentación y visitar familiares que no viajan.

Para los años sesenta hay documentación fotográfica de Kichwas que vendían productos ecuatorianos en el centro de la ciudad, y se empezó a consolidar una generación de Kichwas nacidos en Colombia. Esta generación mantuvo los lazos con Ecuador, casándose con parejas de las localidades de origen y estableciendo redes entre los dos países que traían mano de obra y artesanías, pero también llevaban artículos de cuero y otros elementos comerciables. Para los años ochenta, los Kichwas pioneros en Bogotá y sus familiares estaban bien asentados y comercializaban sus productos en las ciudades principales del país.

Hoy en día, las redes migratorias kichwa en Bogotá están atadas a ciudades de todo el mundo, y a diario se recuentan los viajes personales o de familiares a sitios como Venezuela, Argentina, Brasil, México, Estados Unidos, Canadá, Alemania, Francia, España, Italia, Rusia, Corea y Japón. Estas redes tienen profundidad histórica y una complejidad geográfica donde los integrantes encuentran condiciones propicias para su movilización. Además, se entrelazan con comerciantes y músicos menos establecidos, generalmente más jóvenes y sin familiares en el exterior, que migran por temporadas cortas y que deben afrontar más problemas y tomar mayores riesgos.

Los integrantes que quedan de la generación que migró en los años cuarenta y cincuenta tienen por lo general cédulas de extranjería, es decir, establecieron su residencia legal pero no se nacionalizaron. Quienes nacieron en Colombia son ciudadanos de esta nación y están entremezclados con hermanos nacidos en Ecuador y parejas ecuatorianas con residencia legal. Sin embargo, los flujos que hemos descrito arriba también se entrecruzaron con nuevas generaciones de migrantes kichwas, algunos simplemente migrantes temporales que venían a vender productos en ciertas épocas del año y se devolvían a Ecuador. Al mismo tiempo, cuando se empezó a consolidar la migración a otros países (años setenta), las redes migratorias a Colombia estaban tan establecidas que también se expandieron. En el análisis que hace Meisch (2002) de los grupos de música andina más importantes en el mundo durante las últimas tres décadas del siglo XX hay integrantes de la comunidad kichwa bogotana (algunas grabaciones fueron hechas en Bogotá), y es común encontrar tanto Kichwas ecuatorianos de esta generación como Kichwas nacidos en Colombia que han viajado extensamente por Latinoamérica, Norteamérica, Europa y Asia. Entre algunos de éstos hemos identificado individuos nacidos en Ecuador que vivieron la mayor parte de su vida en Colombia pero que no se nacionalizaron. Para algunos de ellos “legalizar” su estatus migratorio es imposible, porque no guardaron los documentos con los que entraron y vivieron legalmente en el país, y otros simplemente estuvieron en una situación

Efectos de la migración Los estudios sobre la migración kichwa-otavalo han mostrado que el grupo étnico no sólo ha consolidado lo que se podría llamar una identidad nómada o itinerante, basada en una adscripción que incluye “ser comerciante y viajar”, sino que también ha establecido enclaves permanentes en algunos de sus destinos preferidos, tales como Bogotá (Caicedo 2010; Hernández 2006), Nueva York (Maldonado 2004), Ciudad de México (Silva 2012), varias ciudades de España (Ruiz 2008; Torres 2005) y otros países de Europa (Ordóñez Charpentier 2008). Estos estudios concuerdan con que su consolidación como una comunidad transnacional ha rearticulado la identidad, las relaciones interétnicas y la distribución de riqueza y poder político en el nivel local (en Ecuador) y en el exterior. La visibilidad de los Kichwa, junto con la relativa afluencia de parte de la población (producto directo de las migraciones) y los cambios políticos en Ecuador,

9 Entre algunos Kichwas existe la percepción de que es imposible tener doble nacionalidad, algo que en la práctica ha sido una realidad en Colombia desde antes de la Constitución de 1991, que lo permite explícitamente (artículo 96). En Ecuador la doble nacionalidad está regimentada a partir de la Constitución Política de 1998 (artículos 10 y 11), aunque hemos conocido Kichwas nacidos en Colombia antes de esta fecha que siempre han sido binacionales.

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han tenido efectos sobre la forma de entender lo que es, debe ser y significa pertenecer a este grupo étnico (Lalander 2010; Huarcaya 2010; Colloredo-Mansfield 1999). Para Meisch, los Kichwa se encuentran en una coyuntura donde lidiar con la globalización se está articulando a través de una combinación de prácticas, valores tradicionales y tecnologías modernas que buscan darle continuidad a la identidad étnica y valorizarla en el mercado (Meisch 2002, 10). El análisis de Meisch comprende una exploración de las diferentes formas en que la experiencia transnacional ha afectado la producción material, principalmente las artesanías —con un alto influjo de gustos e iconografía tomados de la experiencia en el extranjero— y la producción cultural basada principalmente en la comercialización de música local y su transformación en “música andina”. Siguiendo líneas similares, Maldonado (2004) ve la identidad kichwa como una negociación constante, altamente influida por los flujos migratorios, que incorpora elementos transnacionales a lo local, pero también articula lo local a partir de imaginarios y representaciones de lo que es lo “tradicional”.

Los efectos de la migración también emergen en esta población como algo problemático, donde la cohesión cultural peligra por la relación entre las estructuras históricas de exclusión indígena en Ecuador, la situación económica general y la constante emigración de una población flotante cada vez más joven (Ordóñez Charpentier 2008; Torres 2005). En efecto, todos los autores mencionados reconocen un incremento en la desigualdad económica y social dentro de la comunidad kichwa en Imbabura, donde las familias que han logrado establecer redes migratorias fuertes a lo largo de las últimas décadas tienden a tener más privilegios económicos, sociales y políticos que aquellos que se quedaron en la agricultura, la manufactura textil y el comercio local. Todos estos análisis dan por hecho que los efectos de la migración, aun cuando ocurren en campos sociales transnacionales, se articulan a lo largo de un continuo con dos polos: el lugar de origen en Ecuador y el destino particular, generalmente uno de los enclaves mencionados arriba. El binarismo de estos análisis tiende a reproducir una direccionalidad en las relaciones migratorias, que realmente son mucho más complejas. Como uno de los enclaves más viejos, la comunidad establecida en Bogotá está inscrita en los campos sociales trasnacionales que han descrito otros autores, pero parte de la población, aun cuando mantiene relaciones con Ecuador, toma como foco central la capital colombiana.

Ejemplo de esto es la marcada tendencia en Imbabura hacia el fortalecimiento y revitalización cultural indígena, que ha logrado reformular las prácticas híbridas del mestizaje en cuanto a una reinterpretación de sus raíces y significados precolombinos (Ordóñez Charpentier 2008; Posern-Zielinski 1999). Así, por ejemplo, en los años noventa las fiestas tradicionales de la región, asociadas al calendario ecuménico y a las temporadas agrícolas, fueron reimaginadas como celebraciones ancestrales. A través de fiestas como el Inti Raymi, los Kichwas se han reapropiado de los ritmos del año, llegando a exportarlas a sus enclaves en el exterior, que por más que celebraran las fiestas de Yamor o San Juan en décadas pasadas, no tenían la visibilidad y el atractivo de presentarlas como fiestas indígenas.10 Junto con procesos similares en otros países andinos, esta revitalización ha cumplido un propósito doble de consolidar una identidad kichwa que da contrapeso a su exclusión histórica y fomenta su visibilidad a través del turismo, las artesanías y la música (Kyle 2003; Meisch 2002).

Más que dos polos, en estas relaciones el caso de Bogotá incluye familias con miembros colombianos o personas con residencia legal de larga data que replican las relaciones comerciales y culturales descritas por otros autores, pero situados ya en un enclave que constituye un segundo foco “de origen”, con unas condiciones políticas, económicas y sociales independientes de lo que pasa en Ecuador. En este sentido, y como hemos oído comentar a algunos Kichwas en reuniones y eventos, ha surgido una nueva configuración étnica en el campo social transnacional: los Kichwa-Bogotá, que ha cambiado singularmente la experiencia cotidiana de ciertos miembros de estas redes. Los casos que siguen no resumen la totalidad de la experiencia kichwa en Bogotá, pero sugieren una alta variabilidad en las formas de migrar y establecerse en la ciudad. Los efectos de estas prácticas se inscriben de forma particular tanto en las redes migratorias como en el Estado y desestabilizan las nociones que construyen a “los migrantes”, “la comunidad” y “los indígenas kichwa-otavalo” como categorías discretas e internamente homogéneas.

10 Esta “reapropiación” no es homogénea y muchos Kichwas, especialmente personas mayores, siguen refiriéndose a las fiestas con sus nombres ecuménicos tradicionales, y, con gracia, se refieren a las fiestas rebautizadas como una “invención” reciente. Para muchos, hablar de Inti Raymi en vez de San Juan es una invención para turistas, mientras que otros lo consideran un justo retorno a lo ancestral.

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Cinco casos

La historia de John difiere significativamente de la de Miguel, quien a la misma edad llegó a la ciudad de Bogotá esperando encontrarse con el metro de Medellín. De su familia, que vende textiles en Otavalo, sólo ha migrado un primo mayor, quien le había hablado de Colombia. Miguel dice que lo único que sabía del país lo había visto en programas de televisión. Llegó a la ciudad a través de un arreglo familiar bastante común entre los Kichwa. Un comerciante establecido hace treinta años en Bogotá volvió a celebrar las fiestas de San Juan y buscó a alguien que lo ayudara a vender textiles en San Victorino (en el centro de Bogotá). Este señor, atado distantemente con la familia de Miguel a través de arreglos de reciprocidad y compadrazgo, habló con su padre, quien le ofreció al joven viajar para la temporada navideña de 2012. En la capital colombiana trabaja de lunes a sábado y recibe un sueldo de 150 dólares “netos” al mes, es decir, también le dan alimentación y vivienda. Habiendo entrado al país en noviembre, Miguel volvió a Ecuador dentro de los tres meses establecidos en su Tarjeta Andina, con la intención de viajar después a Brasil a través de un contacto que hizo su primo. Sin embargo, volvió a Bogotá en febrero y, tras un mes en su viejo trabajo, “cayó” en una redada migratoria hecha en marzo de 2013 en San Victorino, unos días antes de que lo entrevistásemos. Aunque Miguel pensaba que había migrado legalmente, sólo selló su Tarjeta Andina la primera vez que entró a Colombia, olvidando pedir el sello de salida. Esta ausencia fue interpretada como una estadía en Colombia que excedía el límite permitido de noventa días, y los funcionarios migratorios le dijeron que lo iban a deportar. Estos funcionarios lo acusaron de vender ropa en la calle, una mentira, y su empleador tuvo que pagar una multa para sacarlo. Cuando lo entrevistamos, no sabía si se iba a devolver a Ecuador, porque su hermano estaba “tramitando” los sellos en la frontera.

John11 es un joven de 22 años que llegó a Bogotá sin papeles después de dos años de vivir como músico en Japón. Cuando era niño vino varias veces a Colombia con su padre, que comerciaba ropa. A los 12 años empezó a viajar a Cali y Bogotá como músico con algunos hermanos mayores, quienes aprendieron el arte en viajes que hicieron a Europa y con quienes conoció después varios países de Asia. Cuando decidió “volver” de Japón, lo hizo a Bogotá, donde los hermanos que no se volvieron músicos se habían establecido como comerciantes, aprovechando algunos de los contactos de su padre. En los dos años que lleva en la ciudad logró constituir su propia empresa textil con socios en tres ciudades del país. Sin embargo, el estatus migratorio de John es ambiguo, pues entró al país como turista, aunque tiene dos hermanos y una hermana (mayores que él) que llevan más de una década en Bogotá. Cuando lo entrevistamos nos dijo que utilizaba la cédula colombiana de su hermana (es la única de la familia nacida en Colombia), al igual que su cuenta de débito, para identificarse en la calle y hacer negocios. En una situación que se interpretaría como irregular, John está inscrito en una red migratoria familiar que comprende dos generaciones (establecida en los años ochenta), tres continentes, y que está más localizada en Bogotá que en Ecuador. Su red es tan fuerte que ha logrado comerciar en una situación en la que no puede legalmente firmar contratos o tener una cuenta bancaria, pues sus socios conocen a sus hermanos, y el día a día lo lidia con la cédula de su hermana.12 Su red migratoria familiar, por otro lado, no está directamente asociada al Cabildo, al que John no tiene intención de acercarse porque son “orgullosos” y lo menosprecian. En otras palabras, su familia no hace parte de la red que se consolidó políticamente en Colombia, ni pretende asociarse a ella porque ya tiene una base fuerte e independiente en la ciudad. John y sus hermanos, que se entienden a sí mismos como indígenas, que han viajado vendiendo textiles y tocando música a partir de su etnicidad, no se han inscrito en las dinámicas multiculturales de Colombia.

Mientras que John se ha inscrito efectivamente en la ciudad, a pesar de tener un estatus migratorio vago desde un inicio, Miguel entró “legalmente” (aunque en teoría como turista) y se inscribió en una relación laboral arreglada desde Ecuador con un patrón desconocido pero conectado con su familia. Ambos jóvenes están inscritos en redes migratorias similares y establecidas en la misma época, pues sus contactos son emprendedores kichwas en la ciudad, con trayectoria comercial, puestos fijos, y legalmente establecidos como ciudadanos colombianos o residentes legales. John, sin embargo, es parte de la familia inmediata que constituye la red y, por ende, tiene acceso a los socios de sus hermanos, al uso de documentos que fun-

11 Todos los nombres han sido reemplazados por seudónimos, y los destinos en el exterior han sido reemplazados por lugares que los autores consideran equivalentes, para proteger la privacidad de las personas con las que trabajamos. 12 Las requisas por parte de la Policía y el Ejército a hombres jóvenes en la ciudad son comunes, tanto por políticas de control general y control del espacio público (donde no se puede comerciar) como por la búsqueda de remisos que no se han presentado al servicio militar obligatorio. John se ha identificado con el documento de su hermana varias veces en este contexto y, según él, nadie nunca le ha puesto problema.

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cionan aun cuando no lo identifican a él, y es dueño de una incipiente empresa en la que contrata gente como Miguel. Este último ha migrado de forma menos estructurada y se encuentra más vulnerable ante el Estado y en la ciudad. Aun cuando la relación con su patrón es buena, este tipo de arreglo es problemático (Torres 2005) y, cuando involucra menores de edad, es considerado muchas veces como “trata de personas” por el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (Caicedo 2010). A diferencia de John, Miguel dice que sus padres nunca le enseñaron kichwa porque no querían que fuera discriminado. Usa una moda urbana sin marcadores étnicos, tiene tatuajes de grupos musicales de rap y no se identifica como Kichwa, aun cuando actúa en un campo social transnacional kichwa conscientemente y a través de una red incipiente con la cual no sólo ha llegado a Colombia sino que potencialmente podría llegar a Brasil. Por otro lado, no se acercaría al Cabildo porque no se identifica con él.

familia terminó devolviéndose a Ecuador permanentemente porque carecían de una red de soporte efectiva en la ciudad. Sus necesidades escapaban tanto de la atención del Cabildo como de las redes migratorias en las que otros se inscriben. Otro caso es el de tres músicos jóvenes de Cotacachi que llegaron a Bogotá a vender sus discos y tocar en las esquinas de diferentes partes de la ciudad. Sus encuentros con las autoridades habían dado como resultado papeles de deportación, que ninguno en efecto entendía y que en cierta forma les causaba gracia. No tenían familia en la ciudad pero a través de contactos con amigos (principalmente, a través de redes sociales digitales) conocieron otros músicos kichwas en Bogotá, algunos asociados al Cabildo, y se incorporaron a actividades culturales como tocar en la única peña andina que queda en la ciudad. Aunque su estilo musical es ecléctico (incluye música “nueva era” y se visten como indígenas norteamericanos) y no es bien recibido por otros músicos, estos tres jóvenes se acercaron lo suficiente a los Kichwas establecidos en la ciudad como para instaurar relaciones de amistad y sentimentales con algunos individuos de su cohorte de edad. Su relación con el Estado se da en términos migratorios, y aunque conocían personas inscritas en el Cabildo y podían hacer parte de varias actividades culturales organizadas por el mismo, no podían ser beneficiarios de sus políticas públicas del mismo modo que sí lo pueden hacer los Kichwas inscritos legalmente en él. De los tres, uno había viajado internacionalmente, otro pertenecía a una familia sin muchos recursos pero con contactos en el exterior y el tercero era de los primeros de su familia en salir de Ecuador. Este último estableció una relación sentimental con una mujer kichwa nacida en Bogotá, pero se dio cuenta de que la mayoría de los amigos y familiares de su novia eran bachilleres, y se sentía menospreciado por no haber terminado la secundaria. Por este motivo, se devolvió a Ecuador por una temporada y luego regresó para terminar sus estudios en Bogotá en un instituto privado, convencido de que de esta manera mejoraría su estatus. Finalizado su romance, volvió a Cotacachi y terminó viajando a Europa del este.

La historia de ambos difiere mucho de Daniel y Marta, una pareja joven que llegó a Bogotá sin tener conocidos cercanos en la ciudad. Vivían en una pensión y salían todos los días al centro de Bogotá a vender ropa. Daniel hizo amigos kichwas en la ciudad y empezó a tratar de hacer negocios con ellos, inscribiéndose a redes comerciales que traen ropa y textiles y a las que no tuvo acceso en Ecuador. Sin embargo, la pareja era víctima constante de la Policía, que les decomisaba los productos y les decía que se devolvieran a su país. Estos encuentros eran estresantes y nunca supieron decirnos si habían entrado en contacto con autoridades migratorias. Por su parte, Marta, embarazada, conoció a alguien que le habló sobre el Cabildo y le sugirió que lo buscaran. Marta tuvo a su hijo en Bogotá en un hospital pero sin tener acceso a la atención médica estatal. Su hijo fue reconocido como Kichwa colombiano13 por el Cabildo y tenía acceso a desayunos y otras prebendas. Cuando recopilamos una breve trayectoria de acceso a servicios médicos de la familia, descubrimos que el hijo había visitado pediatras varias veces y tenía seguimientos de crecimiento y nutrición. Su madre, al contrario, había tenido que volver a Ecuador por una temporada a descansar y recuperarse de un parto difícil porque no tenía cómo pagar sus gastos médicos en Colombia. La

Por último, Francisco, un Kichwa de 45 años que lleva viviendo en Bogotá más de dos décadas, está atado por lazos matrimoniales a una de las primeras familias establecidas en la ciudad que en parte estaba también asociada comercialmente a las actividades de su padre. La familia política de Francisco es parte del Cabildo y se beneficia de los programas de salud, nutrición, y,

13 No pudimos hacer un seguimiento a la familia, que salió de Bogotá sin avisarnos, antes de darnos cuenta de que los hijos de inmigrantes irregulares en Colombia no pueden ser registrados como colombianos. No sabemos si en medio de las ambigüedades legales que marcan a estas personas lograron registrarlo o si lo atendieron simplemente por las leyes sobre la protección de la primera infancia.

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en general, de los eventos y políticas distritales que se promueven a través de este ente administrativo. Así, es miembro de una familia con varios negocios, que no sólo comercia entre Ecuador y Colombia sino que ha tenido empresas textiles autónomas en Bogotá y hace parte de la población reconocida por el Estado. Estos lazos han hecho posible que durante esos veinte años que lleva en Colombia también haya pasado por Canadá, México y Europa, viviendo en distintas partes por temporadas extensas pero manteniendo su residencia en Colombia y la vigencia de su cédula de extranjería. Lo más interesante de Francisco es que la estabilidad y afluencia relativa que le han dado sus relaciones familiares le han permitido entrar en el ámbito político multicultural de la ciudad, aun cuando no es colombiano. Es representante de minorías étnicas en su localidad y, junto con otros líderes indígenas colombianos, algunos líderes afrocolombianos y asociaciones de discapacitados, ha promovido proyectos de integración y visibilización en la ciudad.

por su lado, es más vulnerable frente a las constantes redadas que hacen las autoridades en el sector en el que trabajan él y otros que comparten su posición, y están en riesgo de deportación. Todos los casos muestran que en gran parte el éxito y acceso a oportunidades de estos individuos no están mediados sólo —y ni siquiera principalmente— por el reconocimiento del Estado, sino por su posición relativa en las redes migratorias. Es más, lo que parece determinar el acceso al trabajo y la estabilidad social y económica es en realidad la red migratoria. Cuanto más cerca están (en cuanto a parentesco) a las familias que han establecido redes fuertes y con profundidad histórica, más autonomía, independencia y afluencia tienen, aun cuando en algunos casos las personas se encuentran en una situación migratoria irregular o son comerciantes establecidos hace décadas que escogen no hacer parte del Cabildo. Siguiendo estas líneas, se podría argumentar que la consolidación social, económica y, en algunos casos, política de redes migratorias particulares es lo que determina cómo se inscriben los Kichwas en la ciudad. Por un lado, se puede entender el Cabildo como la consolidación política de algunas de las redes migratorias más viejas y establecidas, pues su gestión política se organizó a través de algunas de las familias con más trayectoria en la ciudad (Caicedo 2010). Por otro, hay familias establecidas que sin tener relación con el Cabildo han obtenido importancia dentro de las redes como comerciantes y emprendedores en diferentes sectores. Éste es el caso, por ejemplo, de la familia del empleador de Miguel y de la familia de John que hemos expuesto arriba. En efecto, estas redes consolidadas a veces se diferencian discursivamente y en la práctica de los migrantes más recientes. Para muchos de los comerciantes establecidos hay una diferencia categórica entre lo que algunos han empezado a llamar los Kichwa-Bogotá y los Kichwa-Otavalo. Un artículo del periódico ecuatoriano El Universo (2008) resume esta situación y cita a Kichwas establecidos en Bogotá exigiendo que se controle el flujo de coterráneos informales, algo que hemos visto de primera mano en el sector de San Victorino y otras localidades.

Estos cinco casos muestran una alta variabilidad de tipos de migrantes inscritos en redes migratorias de forma muy distinta y esbozan la manera en que las redes y el reconocimiento del Estado afectan a individuos cuya edad, condición económica y capital social son radicalmente diferentes. Sugieren que la habilidad de vivir, moverse, trabajar y establecerse en Bogotá se manifiesta de diversos modos, entre los cuales se incluye como posible, pero no como necesaria, la pertenencia al Cabildo, que de cierta manera es el órgano administrativo que actúa como mediador entre el Estado y la población que representa. Las múltiples formas y complejidades de la presencia de los Kichwa-Otavalo en Bogotá entrañan una relación con el Estado, en donde el enfoque diferencial del multiculturalismo se aplica a ciertos casos, a través del Cabildo, pero se extiende y se manifiesta también mediante la definición del estatus migratorio. Las redes migratorias parecen ser tan efectivas como el reconocimiento del Estado de algunas de las prácticas por medio de las cuales esta población se enfrenta a la ciudad. De especial interés es la familia de John y el empleador de Miguel, Kichwas bien establecidos hace décadas en la ciudad que, sin embargo, se alejaron de las organizaciones de las que salió el Cabildo por discrepancias personales bastante comunes entre los comerciantes del centro de Bogotá. La relación que cada uno de ellos tiene con el Estado se comprende más en términos de su propio estatus como migrantes, pero aun así John posee una red con la cual podría conseguir, si lo desea, cédula de extranjería, y esto modificaría su posición frente al Estado. Miguel,

Otro efecto interesante de la maraña de relaciones sociales que atraviesan las redes es que, por más que se establezca una diferencia normativa entre Kichwas colombianos reconocidos por el Estado e inmigrantes ecuatorianos irregulares, en la práctica es difícil diferenciar los espacios de autorreconocimiento y repre-

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sentación de unos y otros. Así, aunque los integrantes del Cabildo deben tener cédula de ciudadanía colombiana o ser residentes legales, sus funciones llevan a sus líderes y administradores a lidiar con problemas casi consulares, incluidos procesos legales de migrantes que no hablan español o que alegan particularidades culturales en procesos penales. De forma similar, el entramado de relaciones que caracteriza a esta población inscribe al Cabildo de nuevo en las redes transnacionales y hace posible que Kichwas no reconocidos legalmente por la nación (por ser extranjeros o no llevar suficiente tiempo en Colombia) tengan hijos y familiares con nacionalidad colombiana y, por ende, puedan acceder mediante diferentes entes administrativos de la ciudad a los servicios ofrecidos a través de proyectos, como en el caso de Marta y Daniel. Aunque ellos se encontraban distanciados tanto de las redes como de la posibilidad de ser incluidos en el Cabildo, su hijo entró a hacer parte de esta institución, construyendo así una relación con el Estado y con la ciudad de una forma muy distinta a la de sus padres. Bogotá constituye entonces un enclave kichwa con una diversidad migratoria de difícil seguimiento. Por un lado, se ha consolidado una comunidad instaurada en las últimas siete décadas, donde han confluido nuevos migrantes que viajan a través de redes bien organizadas. Por otro, la cercanía con Imbabura hace de la ciudad un destino para migrantes menos afluentes, distantes de las redes, que vienen porque han oído hablar de las oportunidades en Colombia, que, al fin y al cabo, constituye uno de los primeros destinos al que empezaron a llegar sus coterráneos.

tivamente distanciadas de las redes más consolidadas, como en los casos de Miguel, Marta y Daniel. Tal vez, este efecto ha contribuido a que muchos autores hagan énfasis en las fiestas locales de Imbabura, pues no sólo se pueden encontrar ahí representaciones trasnacionales y contactos entre diferentes tipos de Kichwas, sino también una puesta en escena de la afluencia de migrantes y sus familiares (Meisch 2002; Ordóñez Charpentier 2008; Posern-Zielinski 1999).14

Conclusiones La reseña del trabajo que se ha hecho sobre migración kichwa de Imbabura muestra una perspectiva contradictoria, en donde se resalta la alta movilidad de la población y al mismo tiempo se localizan los análisis en una relación binaria entre un punto central, Imbabura, y los enclaves periféricos que se consolidan. Así, se han planteado unas tipologías de migrantes que se acoplan históricamente a este ir y venir alrededor del eje central que es el “lugar de origen”; es decir, todos los Kichwas vienen de Ecuador. En este sentido, la perspectiva transnacional clásica se queda corta porque tiende a crear una imagen interconectada pero binaria —comunidad de origen/comunidad receptora— de las relaciones que tejen los migrantes. La migración kichwa a Bogotá sugiere algo bastante diferente. En primer lugar, setenta años de presencia en Bogotá han dado como resultado generaciones de Kichwas que han nacido en Colombia (y, por ende, tienen nacionalidad colombiana) o han pasado la mayor parte de su vida en la ciudad. Al igual que sus familiares ecuatorianos, estos Kichwas se entienden como comerciantes itinerantes, y muchos han viajado intensamente. Mientras mantienen relaciones con Otavalo, Cotacachi y otros lugares en Imbabura, vuelven a un enclave étnico que está en Colombia, y no en Ecuador. Los campos sociales transnacionales en los que se desenvuelven, en este sentido, tienen dos focos entrelazados con los enclaves satélites en el exterior. Esto cambia de un modo significativo lo que significa ser Kichwa, tanto para la población como para las perspectivas analíticas que buscan entender sus prácticas migratorias.

En este sentido, las redes migratorias también afectan la construcción de imaginarios migratorios que entran a la red e inciden sobre la decisión de migrar, tanto de miembros cercanos como de personas más lejanas pero que comparten sus espacios de acción social. Muchos estudios han tratado el desfase entre estos imaginarios y la realidad de la situación en diferentes contextos migratorios, ya que lo que se presenta se basa en ideales o percepciones de lo que es o no un migrante efectivo o en las aspiraciones que tienen los migrantes sobre su nueva situación (Mahler 1995; Ordóñez 2012; Sayad 2004). Sin embargo, al conocer el éxito supuesto o real de quienes migraron, se genera un ambiente que produce, en muchos casos, un aumento del nivel de intención migratoria. Las redes, en estos términos, “[…] tienen un efecto multiplicador para la llegada, tránsito o asentamiento de nuevos migrantes” (Díaz 2009, 11), que afecta a diferentes miembros de la comunidad, incluidas personas que se encuentran rela-

14 En parte por las prácticas de financiación de la fiestas, atadas a los sistemas de reciprocidad comunales pero cuyos costos puedes llegar a ser bastante considerables. Un caso particular de este fenómeno en una comunidad transnacional quechua en Perú fue mostrado en un documental por los antropólogos Martínez y Gelles (1993).

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En Bogotá, el segundo foco incluye dinámicas muy particulares, donde las redes se han consolidado de diferentes formas, en parte obteniendo un estatus como grupo indígena. Así, su presencia histórica en Colombia ha hecho posible que los Kichwas bogotanos puedan entablar una relación directa con el Estado colombiano, a través de sus políticas multiculturales. Esto significa que, en parte, ser Kichwa ha entrado al juego del reconocimiento étnico colombiano. El Estado entra en este campo social transnacional e inscribe una parte de la población dentro de sus políticas. Sin embargo, el dinamismo de las redes hace de este reconocimiento uno de varios elementos que contribuyen a la consolidación de la vida cotidiana de los Kichwa en Bogotá. En este sentido, el Cabildo debe ser entendido no sólo como un elemento de la multiculturalidad en Colombia, sino como el resultado de la importancia que tienen las redes migratorias, que afectan de forma contundente la manera en que los individuos que las constituyen se relacionan con la ciudad. Igualmente, no se puede ignorar la esfera política —y los debates que genera— a la que el Cabildo accede en este caso particular.

las genealogías de estas redes, el surgimiento multifocal de enclaves como el de Bogotá y su impacto en todos los miembros de una red particular. Esto demandaría metodológicamente mapear redes como las que hemos mencionado —tanto en el tiempo como en el espacio— con investigadores que, por un lado, se unan a los flujos migratorios y, por otro, puedan también “localizarse” en diferentes ciudades del mundo.

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Así, la población kichwa en Bogotá sugiere que la consolidación política —el reconocimiento del Estado y las prácticas que surgen de éste— no es homogénea y que afecta algunos aspectos de la configuración social, pero no otros que están más mediados por las redes migratorias. Cabe entonces preguntar cómo operan las políticas de Estado de diferentes naciones inscritas en los campos sociales transnacionales kichwa, que afectan la forma y eficacia de las redes migratorias, y cuál es su relación con los procesos de conformación de identidad, etnización y reconocimiento político en diferentes niveles. Esto es particularmente importante si consideramos que hay muchos Kichwas establecidos en Bogotá, atados comercial y culturalmente a Ecuador, pero también asociados a familiares en Europa y otros continentes que entran, a su vez, en procesos de reconocimiento locales.15 En otras palabras, si los flujos migratorios kichwa siguen consolidando enclaves como el de Bogotá, la geografía transnacional de la población interconectará cada vez más a sujetos atrapados entre redes migratorias de alcance global y las políticas de reconocimiento particulares a cada foco de asentamiento y comercio. Es indispensable que investigaciones futuras sobre esta población intenten trazar

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15 Esto lo tratan, para el caso de España, por ejemplo, Torres (2005), en un análisis de los Kichwa-Otavalo en Cataluña, y Suárez (2012), que estudia un comunidad kichwa de Pichincha en España.

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Migraciones de los Kichwas-Otavalo en Bogotá Juan Thomas Ordóñez, Fabio Andrés Colmenares, Anne Gincel, Diana Rocío Bernal

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36. Suárez Navaz, Liliana. 2012. Kichwa Migrations accross the Atlantic Border Regime: Transterritorial Practices of Identity and Rights within a Postcolonial Frame. Journal of Latin American and Caribean Anthropology 17, n° 1: 41-64.

Entrevistas 39. Francisco. Septiembre de 2012.

37. Torres, Alicia. 2005. De Punyaro a Sabadell... la emigración kichwa otavalo a Cataluña. En La migración ecuatoriana: transnacionalismo, redes e identidades, eds. Gioconda Herrera, María Cristina Carrillo y Alicia Torres. Quito: Flacso-Ecuador, 433-448.

40. John. Enero de 2012. 41. Miguel. Marzo de 2013.

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Assimilation or Cultural Difference? Palestinian Immigrants in Honduras* Lirio Gutiérrez Riverav Received date: March 20, 2013 Acceptance date: November 15, 2013 Modification date: January 15, 2014

DOI: http://dx.doi.org/10.7440/res48.2014.05

ABSTRACT This article looks at Palestinian immigrants in contemporary Honduras. It questions the general assumption that Palestinians have successfully assimilated into predominantly mestizo societies. It shows that the Palestinian community has maintained various features and references, such as their religious affiliation and their activity in commerce and trade, that make them a culturally differentiated group. This article also explores why, against the recent backdrop of multiculturalism, the Palestinian immigrant community have not mobilized an ethnic identity in order to gain access to resources or demand collective recognition. Furthermore, it shows that Palestinian immigrants have benefitted from various macro and local political and economic factors and policies that contributed to the accumulation of different forms of capital throughout the 20th century.

KEY WORDS Palestinian immigration, social mobility of immigrants, Honduras.

¿Asimilados o comunidad diferenciada? Los migrantes palestinos en Honduras RESUMEN Este artículo aborda la migración palestina en Honduras. Cuestiona la noción aceptada de que los palestinos son un grupo asimilado mostrando que, a lo largo del siglo XX, la comunidad palestina sostiene varias referencias —por ejemplo, la afiliación religiosa y la actividad en el comercio— que la identifican como una comunidad culturalmente diferenciada. Asimismo, este artículo discute por qué la comunidad palestina no moviliza una identidad étnica para poder tener más acceso a recursos o exigir derechos colectivos. Esto se debe a varios factores político-económicos globales y locales que permitieron no sólo que los palestinos tuviesen acceso a varios recursos, sino también que acumularan suficiente formas de capital y movilidad social en la sociedad hondureña.

PALABRAS CLAVE Migración palestina, movilidad social de migrantes, Honduras.

Assimilados ou comunidade diferenciada? Os migrantes palestinos em Honduras RESUMO Este artigo trata da migração palestina em Honduras. Questiona-se a noção aceita de que os palestinos são um grupo assimilado, o que mostra que, ao longo do século xx, a comunidade palestina sustenta várias referências —por exemplo, a afiliação religiosa e a atividade no comércio— que os identificam como comunidade culturalmente diferenciada. Além disso, neste artigo, discute-se por que a comunidade palestina não mobiliza uma identidade étnica para poder ter mais acesso a recursos ou exigir direitos coletivos. Isso se deve a vários fatores político-econômicos no âmbito global e local que permitiram que os palestinos não só tivessem acesso a vários recursos, mas também que acumulassem suficientes formas de capital e mobilidade social na sociedade hondurenha.

PALAVRAS CHAVE Migração palestina, mobilidade social de migrantes, Honduras. *

This article presents the preliminary results of the research project, “The Transnationalization of elites in Latin America: Palestinians in Honduras,” which was funded by the Research Network desigualdades.net at the Free University of Berlin and the Rückwärts und Vorwärts denken Foundation. Many thanks to Jeffrey Lesser, Roshni Rustomji, Camila Pastor, Marie Laure Geoffray, and André Cicalo for their comments to previous drafts. v Ph.D. in Political Science (Free University of Berlin) and an MA in Anthropology (University of los Andes, Colombia). Her latest publications include: Territories of Violence. State, Marginal Youth and Public Security in Honduras. New York: Palgrave Macmillan, 2013, and Geographies of Violence and Exclusion: Imprisoned Street Gangs in Honduras. Latin American Research Review 47, n° 2(2012): 167-179. Email: liriogutierrez@hotmail.com

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Introduction

ian descent in Central America from overcoming the racial-ethnic national political systems, which are strongly anchored in a mestizo heritage.

I

n various newspaper reports from July to August 2011, Porfirio Lobo, the president of Honduras, publicly manifested his support for the creation of a Palestinian state. He claimed that, “every pueblo is entitled to have their own identity and territory.” Furthermore, Honduras had a great number of people of Palestinian descent (La Tribuna 2011a). These comments were not welcomed by the Israeli ambassador in Honduras, who considered them a betrayal of the Israeli state (El Heraldo 2011). Many Hondurans also unleashed their anger through xenophobic remarks in online forums: “P[orfirio] Lobo is obeying the Palestinian oligarchy” (La Tribuna 2011c), “Now we can confirm the fact that the turcos control Honduras” (La Tribuna 2011b). This is not the first time Hondurans have manifested their dislike towards the Palestinian community. Similar xenophobic reactions surfaced in the aftermath of the 2009 coup when many “Turcos get out!” graffiti appeared.

These studies suggest that Palestinian immigrants and their descendants are a culturally distinct group in predominantly mestizo societies, rather than an assimilated minority. However, scholars have not yet addressed what culturally distinguishes the Palestinian immigrant community nor do they discuss why Palestinians have not mobilized an ethnic identity for collective rights or cultural recognition in the public sphere in order to fight discrimination, gain access to resources (e.g. land) or increase political representation. The article discusses the ‘absence’ of a Palestinian identity in the public sphere in Central America as well as the perception of Palestinians as a culturally distinct group against the backdrop of multiculturalism. Focusing on the Palestinian community in Honduras and based on accounts in newspapers, magazines and conversations with scholars and members of the Palestinian community in San Pedro Sula and Tegucigalpa, as well as secondary sources, it also shows how, unlike indigenous groups and those of African descent, Palestinians have not needed to publicly mobilize an ethnic identity in order to obtain collective rights or cultural recognition.

The events show that, far from being an assimilated group, Palestinian immigrants and their descendants are still perceived as a culturally distinct group in Honduras (as in other parts of Central America). Interestingly, and contrary to the case of the SyrianLebanese communities in Brazil and Mexico (Karam 2007; Alfaro-Velcamp 2007), the Palestinian community does not mobilize an ethnic identity for collective rights even against the backdrop of multiculturalism in Honduras since 1992. Why not? Some studies point out that multicultural reforms focus mostly on the collective rights of indigenous communities and those of African descent (Hooker 2005; Mollett 2006), whereas Palestinians and other Middle Eastern and Asian immigrants, such as the Syrian-Lebanese, Jews and Chinese, are not racialized like the indigenous, black, white or European populations. Instead, they are perceived to be undesirable immigrants (Hu-DeHart 2009). González (1992) states that Palestinian cross-border ties with their homeland make them transnational citizens who have nonetheless successfully assimilated into Latin America’s mainstream mestizo society. Nevertheless, various other studies disagree with this argument. Foroohar (2011) observes a double identity among Palestinian immigrants and their descendants —relating to both the host and the home society— while Pastor (2009) and Amaya (1997) point out that an “Arab” identity which emerged in the early 20th century is still present. Euraque (2006 y 2009) argues that cultural difference keeps politicians and elite members of Palestin-

This is because of their social mobility, due mainly to their accumulation of different forms of capital throughout the 20th century. The fact that the Palestinian community has been able to gain access to economic and political resources without mobilizing a ‘Middle Eastern,’ ‘Arab’ or ‘Palestinian’ identity does not mean that such a thing does not exist. Being “Palestinian” in Honduras is linked to the sharing of certain practices among the community, such as eating specific foods, maintaining ties with the home society (through travel or the use of new technologies, e.g., cable TV, Internet), being Orthodox Christian, and working in commerce and trade. The article is organized in three parts: the next part discusses Palestinian social mobility in the 20th century, paying special attention to the accumulation of different forms of capital which enabled Palestinians to achieve a privileged economic position and, later, political power in Honduras; the second part discusses the emergence of an “Arab” identity in the first half of the 20th century and its transformation, focusing on the features and references that culturally distinguish the Palestinian community in Honduras, particularly

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the fact of being Orthodox Christian and working in commerce and trade; the last section offers conclusions regarding future research on Palestinian immigration and social mobility, particularly on how a decolonial perspective can contribute to reinterpreting the economic and social history of Central America and the Caribbean.

For many Hondurans, Palestinians are successful, rich, and powerful. When I was doing bibliographical research in the library of the Department of Economics at the Universidad Nacional Autónoma de Honduras, UNAH (National University of Honduras) in Tegucigalpa, I spoke with another researcher about Palestinian entrepreneurs: “You want to know what type of business the turcos3 run?

Palestinian Social Mobility in the 20th Century: The Emergence of an Economic Elite

Look! (pointing to an orange juice bottle on his desk)

Palestinians first arrived in Honduras in the late 19th and early 20th centuries. Today, after more than 100 years of immigration, the Palestinian community is not only known for being successful merchants and entrepreneurs, but many are also part of the economic and political elite. A study carried out in the early 1990s confirms this. As Table 1 shows, 23 families and transnational companies then controlled Honduran resources and production systems through their businesses. Ten of these families were Palestinian immigrants or their descendants. The number of these predominant families, including those of Palestinian descent, has increased in the past two decades.1 Furthermore, one individual of Palestinian descent has already been elected president, and other Palestinian entrepreneurs have become actively involved in politics.2

maquilas. The energy in this office is supplied by the

This orange juice was produced by Químicas Dinant,

which belongs to the Facussé family. This shirt (indicating his own shirt) was made in one of Canahuati’s

Nasser family. Many Hondurans have bank accounts at

Ficohsa, the second biggest bank in Honduras. Guess

who owns it? The Atala family. As you can see, they’re everywhere, absolutely everywhere.” (Conversation with researcher at the UNAH, pers. comm.)

This perception of Palestinians as super-rich also appears in the Artistas en Resistencia (Artists in Resistance) blog has which published a poem entitled “Todo, todo es de Miguel Facussé” (Everything, everything belongs to Miguel Facussé) in protest against the 2009 coup. The poem criticizes Palestinian control over everything, as symbolized by Miguel Facussé, the richest and most influential entrepreneur in Honduras, who is of Palestinian descent:

Table 1. The Honduran Elite in the Early Nineties (* Families of Palestinian descent) 1. Sogerin

9. Bendeck Investments*

17. Maduro Investments

2. Facussé Investments*

10. Fasquelle Investments

18. Grupo Hasbun *

3. Continental Investments

11. Kafati Investments S.A. *

19. Flores Rodil Investments

4. Bancatlán S.A.

12. Kattán Investments *

20. Callejas Investments

5. Goldstein Group

13. Military Investments

21. Sikaffy Investments *

6. Andonie Fernández Investments *

14. Bamer Investments

22. Handal Investments *

7. Inversiones Williams

15. Larach Investments *

23. Honduras Investments

8. El Ahorro Hondureño S.A.

16. Canahuati Investments *

24. Transnational Companies

Source: Flores (1990).

1

Other families of Palestinian descent include the Atala family, who control the banking-finance sector, and the Nasser family, who control the energy and fuels sector in Honduras.

3 All immigrants and descendents of immigrants from the Middle Eastern region are called “turcos” in Honduras, which means Turks, since many entered the country in the early 20th century with passports from the former Turkish Ottoman Empire.

2 Carlos Flores Facussé was elected president in 1998, and Palestinian entrepreneurs involved in politics include Mario Canahuati, who was the Minister of Foreign Relations from 2010-11.

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Palestinian immigrants started out as peddlers and later began to work in commerce and trade. Many could count on considerable human and economic capital because they had access to education in their homelands (González 1992; Norris 2012). Furthermore, there are reasons to believe that many of these immigrants belonged to the Arab Christian elite when Palestine was part of the Ottoman Empire and later when it was under British rule.

Buses, pots, grease, cable TV, pork chops, lives, Santa

Claus…bottled water, sardines, hospitals, live broad-

casting, airplane traffic, land for growing African

palms for oil, the customs office at Amatillo…high officials, the police, soap, the potatoes we eat, peasants from El Aguán…Michelletti and Pepe Lobo…

everything, everything, everything is owned by Miguel Facussé, Everything.4 (Excerpt from “Todo, todo es de

Miguel Facussé” Artistas en Resistencia, April 28, 2010 Vos del Soberano.com)

Prominent in every profession and present at every level

Over the course of the 20th century, Palestinians were able to emerge as an economic elite without having to mobilize an ethnic identity publicly demanding collective rights and access to resources. This is due to political, social, and economic processes occurring globally and nationally which favored Palestinian immigrant entrepreneurs and merchants, particularly through the accumulation of different forms of capital —i.e., economic, cultural, and social capital (Bourdieu 2010)— albeit facing discrimination in the host society.

of politics, Arab Christian leaders did not view themselves as part of a disenfranchised threatened community;

they considered themselves central actors in Palestine’s emergence as a modern Arab nation (Robson 2011, 6).

Palestinians’ high levels of human capital, access to capital abroad, knowledge of various languages and innovative ways of selling products (such as buying and selling on credit) enabled them to set up businesses that targeted non-ethnic, urban consumer markets without much competition.

Palestinians began to arrive in the early 20th century on the Caribbean Coast of Honduras, also known as the North Coast, which at the time was an economic enclave dominated by foreign companies (mainly from the United States) that controlled the production and export of the country’s main crop: bananas. The world market and global migration flows from Europe and the Middle East to the Americas in the early 20th century shaped the reality of the North Coast, which quickly became a thriving economic center permeated by transnational flows and networks set up and sustained by foreign companies and immigrants from Europe, the United States, the Caribbean (especially Jamaica), Central America and the Middle East (Soluri 2005; Euraque 1996). The Honduran government contributed to setting up and sustaining this transnationalized region by establishing a concessionary system that gave foreign companies and immigrants access to resources (e.g. land) with little or no taxation. Immigrants and foreign companies also benefitted from the Honduran government’s immigration policy, which sought mainly to attract European immigrants, hoping they would develop the country and improve the Honduran “race”, i.e., by “whitening” Hondurans. Palestinians and other immigrants labeled “Arabs” were not denied entry, but they were nonetheless undesirable in the eyes of state officials and locals.

Family and kinship relations, endogamic marriages and initial seclusion and isolation from the host society all helped to consolidate Palestinian businesses, which focused on retail import and export throughout the North Coast, and to accumulate and concentrate economic capital within the community (González 1992; Euraque 1996 y 1998). The absence of a national oligarchy and a nascent merchant class in Honduras further helped to cement Palestinian merchants’ and entrepreneurs’ businesses (Foroohar 2011; Torres-Rivas 1993). By the 1920s, Palestinian merchants dominated the urban commercial infrastructure of the North Coast (Euraque 1996). The rise of Palestinians as a minority class of middlemen allowed them to continue expanding their economic capital as well as to acquire social capital when economic and political changes occurred in the mid-20th century in Honduras and elsewhere in Central America. Political issues in the home society –namely the creation of the state of Israel– also forced many Palestinian immigrants to take up permanent residence in Honduras. The establishment of the Central American Common Market (CACM) by the Economic Commission for Latin America and the Caribbean created new opportunity structures for entrepreneurs. In 1958, the Honduran government passed the Industrialization Development Law for the purpose of promoting industry and manufacturing on a national level. The law exempted busi-

4 To see complete poem: <http://voselsoberano.com/index.php?option= com_content&view=article&id=5180:todo -todo - es- de -miguelfacusse&catid=2:opinion>.

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nesses from paying taxes and tariffs (Euraque 1996; Posas and del Cid 1983). Furthermore, the 1958 Industrialization Law diversified businesses and the capital of local entrepreneurs, immigrant businessmen like the Palestinians, and foreign companies. It particularly favored U.S. banana companies which had established a complex financial structure extending far beyond the production and export of bananas, to cover sugar production, garment manufacturing and even a brewery, with investors both from the foreign company and from among the affluent local entrepreneurs of San Pedro Sula.

particularly when neoliberal policies were introduced in the 1990s. On the one hand, democratization brought political stability, which was much needed in a region long affected by armed conflict and civil war. On the other hand, neoliberalism introduced market-oriented policies with little interference or regulation by the state, which meant opening up the economy to foreign investment and transnational capital. The political groups that emerged in this new politicoeconomic context were mostly influential entrepreneurs —many of Palestinian descent– that had accumulated and expanded their economic and social capital in previous decades under the industrialization policies. Palestinian entrepreneurs had established alliances with the high-ranking military officials who were in power and managed most of the state’s resources, as well as with both traditional and newly-emerging political and economic groups. Palestinian entrepreneurs also became active members of one of the country’s main political parties, the Liberal or National Party. Social capital was sustained and reproduced through an “entrepreneurial network” (Meza 2009) in which informal and formal pacts with other regional and political elites (i.e., the military and the land-owning elites) facilitated the social mobility of entrepreneurs. This entrepreneurial network continued throughout the 1980s under the new “civilian” governments,5 helping entrepreneurs to consolidate their role under the new democratic regime as well as to become incorporated into the structure of the political elite.6

Palestinian entrepreneurs did not participate in these joint ventures until the 1950s. Nevertheless, Palestinian investments had already surpassed those of local and other immigrant investors by the first half of the century. The new industrialization policies changed Palestinian entrepreneurs’ traditional investment pattern, which consisted of family and kinship relationships and networks with co-ethnics both in Honduras and abroad. They began investing in local and foreign companies’ joint ventures by buying shares. For instance, affluent Palestinian families such as the Larachs, Siwadys, Kattans and Canahuatis invested in the businesses of local entrepreneur Roberto Fasquelle, as well as the cement industry which was a joint venture with the Standard Fruit Company and was also headed by a local entrepreneur, Gabriel Mejía (Euraque 1996). Thus, under the 1958 Industrialization Law, state concessions which continued throughout this period –i.e., modern public institutions that channeled international funds and made capital available–, and a burgeoning regional market backed up by international institutions favored the expansion of entrepreneurship in general. Palestinian entrepreneurs benefitted from these government policies because they had amassed economic capital through their businesses, fulfilling only minimum requirements to obtain both credit and tax exemptions. Joint ventures with local elites allowed Palestinian entrepreneurs to expand their economic capital by reaching out to other non-ethnic consumer groups —those linked to foreign companies, thus broadening their own trading network— and to acquire new forms of capital, particularly social capital, which positioned them politically with the San Pedro Sula elites and entrepreneurs.

The influence and activities of entrepreneurs in politics grew stronger in the 1980s as they funded presidential campaigns and modernized the nation’s political machinery. Many affluent Palestinian entrepreneurial families (e.g., the Facussés, Canahuatis and Larachs) became actively involved in politics, promoting neoliberal policies and being elected to public office. The election of

5 The military were still in power in the 1980s even though Honduras had formally become a democracy. 6 For instance, Gen. Gustavo Álvarez Martínez, the military chief of staff, founded the Asociación para el Progreso de Honduras (APROH) with reputable entrepreneurs, among them Palestinian Miguel Facussé who acted as vice president. APROH was a conservative, right-wing association that became a major policy-making center in the early eighties (Schulz and Sundloff 1994). Not only did APROH influence the newly elected government’s economic policy, but its vice president, Palestinian entrepreneur Miguel Facussé, also became economic advisor to the president. His “Memorando Facussé”, which he wrote with other entrepreneurs, laid out the strategic economic plan for the country in the 1980s. Facussé drafted another economic proposal in the 1990s for President Carlos Roberto Reina.

New opportunity structures favored affluent local entrepreneurs as well as Palestinian businessmen when Honduras transitioned to democracy in the early 1980s, and

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the 20th century, mestizaje has become the hegemonic discourse of nation-building that privileges the “European-oriented” mestizo over the deeply “revered” indigenous element (Hale 2005). Traditionally, it excludes the indigenous groups and those of African descendants, as well as other minorities (Asians, Jews, Middle Easterners) from being historical subjects of nation-building. This seems to be changing as a result of multiculturalism, in which neoliberal governments in many Latin American countries not only recognize the cultural rights of minorities, particularly indigenous groups and blacks, but also “produce cultural difference” in order to carry out the neoliberal project with little challenge (Hale 2005). Nevertheless, mestizaje —and multiculturalism— are both deeply rooted in racialized binaries (that is, Indian and European) and colonial classifications that racially inferiorize people of African descent and indigenous groups, and also exclude Palestinian immigrants and their descendants. For instance, through Presidential Agreement 0719-EP of August 1994, Honduras was declared to be a multicultural, multi-ethnic, and multilingual society. However, the Honduran state recognizes only nine ethnic minorities: the Lencas, Misquitos, Tolupanes, Pech, Maya-Chortí, Tawahka, Nahoas, Garífunas and Isleños. Middle Eastern immigrants and their descendants (as well as Jews and Asians) are not recognized as an ethnic minority. Interestingly, this absence or exclusion of Palestinians, Arabs or Middle Easterners has encouraged and produced the cultural differences that distinguish the Palestinian community today.

one of the country’s major entrepreneurs in 1990, as well as two others in 1998 and 2002 —one of them of Palestinian descent— and their active involvement in establishing a neoliberal agenda for the country, from which they would benefit, indicate not only the emergence of entrepreneurs as an economic and political elite, but also the successful incorporation of Palestinian entrepreneurs into elite economic and political structures due to their accumulation of different forms of capital, which did not require them to mobilize to establish themselves as an ethnic identity.

“Palestinian” Identity and Cultural Difference As the previous section has shown, Palestinian entrepreneurs and merchants gained access to resources and accumulated sufficient forms of capital throughout the 20th century without mobilizing an ethnic identity for collective rights and despite being discriminated against or considered undesirable immigrants even today. First of all, Palestinians had human capital as well as skills and knowledge in commerce and trade upon arriving in Honduras. They were able to enter the country even when Honduran immigration policies attempted to restrict their entry by imposing a higher entry tariff (Amaya 1997; Euraque 1998). Second, the absence of a local merchant class and a national oligarchy, as well as the Honduran government’s concessionary system in the early 20th century, allowed Palestinian merchants and entrepreneurs to cater to non-ethnic consumer markets without much competition. Third, Palestinian entrepreneurs and merchants cemented their access to resources and capital expansion thanks to the industrialization policies of the 1950s which incorporated Palestinian businesses into the country’s macro-economic structures. Furthermore, Palestinian entrepreneurs were able to acquire enough social capital to enter the elite structures as well as to influence the country’s politics and economic policies in the 1990s under neoliberalism. Thus, various macro and local economic, political and social processes favored the social mobility of Palestinian entrepreneurs. This partly explains why Palestinians did not resort to mobilizing an ethnic identity for collective rights to gain access to resources, since there was no need for them to do so.

The mestizo national discourse and ideology emerged in the early 20th century against the backdrop of the banana enclave (Euraque 2003). As pointed out in the previous section, the banana enclave was a thriving economic center with a great number of immigrants from Europe, the Caribbean, Central America, Asia and the Middle East. Local elites were worried about the influx of undesirable immigrants, fearing racial mixture with black Caribbean immigrants who worked on the banana plantations or with the local black population –i.e., the Garífunas. The mestizo national discourse which sought to establish “Indians” as the other race in mestizo Hondurans was a “nationalistic response within the limitations of Indo-Hispanic mestizaje that excludes blacks” (Euraque 2003, 243). Just as the elite mestizo discourse excluded blacks as central historical subjects in the history of the bananagrowing industry, so too did it exclude Middle Eastern immigrants, in particular, Palestinian merchants and

Another factor is the national ideology of Honduras, which is strongly anchored in mestizaje, i.e., the racial mix of indigenous and European blood. Throughout

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entrepreneurs, as historical subjects in the economic history of Honduras throughout the 20th century. One reason for this was the host society elite’s perception of Palestinians as temporary immigrants and as a secluded group that did not ‘mix racially’ with locals. Indeed, Palestinians were relatively isolated in the first half of the 20th century due to their clannishness, particularly due to the practice of endogamic marriages (González 1992; Amaya 1997). For many of them, Honduras was truly intended to be a temporary place of residence where the purpose was to save enough capital and return to the home society, and some actually did return. Furthermore, many perceived Honduras as a poor, underdeveloped country. The racial/ethnic representations of Honduras (and Latin America in general) in the minds of Palestinians (and other Middle Easterners) as poor, pre-modern, and uncivilized, appear to be embedded in previous hierarchical racial/ ethnic constructions of the Americas that stem from “nationalist and imperialist ideologies from the Middle East, [particularly] Ottoman representations of the New World” (Pastor 2012, 3).

in maintaining and constructing an identity as well as the features and references that currently distinguish them culturally. Two organizations in particular contributed to establishing a transnational support network for the Palestinian community and cultural references that distinguish Palestinians in Honduras: the Sociedad Juventud Unión Árabe (Society of Arab Youth or SUJA) and the Orthodox Christian Church. The short-lived SUJA was founded in 1930 in San Pedro Sula by Jesús Larach and Jesús Sahuri. It organized regular meetings where Palestinian immigrants could eat food from their homelands, listen and dance to their traditional music, speak Arabic and talk about their experience in the host society. SUJA established a radio program called La Hora Árabe and a weekly newspaper called Rumbos, which published poems, editorials, and articles written by first- and second-generation Palestinians as well as Arab poets like Gibran Khalil. It also published news reports about Palestinian communities in different countries and updates on events occurring in the home societies. SUJA rapidly extended to other cities in the country, e.g., Tegucigalpa, La Ceiba, Tela, as well as other countries, e.g., Guatemala, El Salvador, Cuba, Mexico and Nicaragua, thus establishing a transnational social network that connected Palestinian immigrant communities through media (newspaper and radio programs) and meetings. It also forged an “Arab” identity vis-à-vis the mestizo identity that was linked to transnational emancipation movements occurring in the homeland and neighboring countries (Syria and Lebanon) that promoted Pan-Arabism.

Interestingly, against the backdrop of discrimination and isolation in the host society, Palestinians mobilized an “Arab” identity, which emerged vis-à-vis the mestizo ideology, in the first half of the 20th century. In the 1920s and 30s, Palestinians created various associations such as the Asociación Femenina Hondureña Árabe (Women’s Honduran Arab Association), the Sociedad Juventud Unión Árabe (Society of Arab Youth), and the Centro Social Hondureño Árabe (Honduran Arab Social Center) which not only established transnational networks that provided different forms of support to Palestinian immigrant families, but also mobilized an “Arab” identity.

The Orthodox Christian Church has also played an important role in establishing transnational social ties and networks linking Palestinian communities in various cities. Founded in 1963 under the jurisdiction of Archbishop Antonio Chedraoui, the Honduran Orthodox Christian Church forms part of the Archdiocese of Mexico, Venezuela, Central America and the Caribbean. Members of this church meet regularly in one of these countries to discuss future activities and needs of the church —for instance, maintaining membership participation— as well as sharing their experiences. The Orthodox Christian churches are linked transnationally; their networks and ties stretch across various regions in Latin America and even back to the Middle East (e.g. Syria).

However, in the second half of the 20th century, this “Arab” identity gradually disappeared from the public sphere as Palestinians acquired more social capital and became incorporated into the elite structures, particularly on the North Coast, and because of racial tensions with the political elites of Tegucigalpa in the late 1960s, who threatened to expel Palestinian immigrant entrepreneurs from the country 7 (Euraque 1996). Nevertheless, associations and institutions set up by the Palestinian community played a central role

7 Euraque (1996) narrates in detail the active participation and support of Palestinian entrepreneurs who were part of the North Coast elite, for the social movements of the late 1960s. This unleashed xenophobic reactions among the military who were in power at the time.

The Orthodox Christian Church has emerged as a major reference point for many Palestinians in Honduras and Central America. More than 600 Palestinian

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families consider themselves Orthodox, celebrating weddings, baptisms and other religious events.8 Anyone who marries a Palestinian immigrant or one of their descendants is expected to convert to the Orthodox Christian Church. This is common among nonPalestinian Honduran women who started marrying Palestinian men in the second half of the 20th century, and whose children are traditionally brought up as Orthodox Christians.

ences that are linked to the homeland, such as naming the main banquet-halls “Jerusalem,” “Bethlehem” and “Palestine,” and selling traditional Arabic food, such as falafel, kibbes and babaganoush. In recent decades, “Palestine” has become a more common reference as opposed to the idea of an “Arab” identity that emerged in the first half of the 20th century, particularly among those whose parents or grandparents arrived after the creation of the state of Israel, or the first and second Intifada. I recall a conversation with a girl of Palestinian descent from San Pedro Sula who constantly corrected me when I used the word “Arab” to refer to her father, “Palestinian, my dad is Palestinian.” The reference to “Palestine” has become fixed and stronger among the Palestinian community in recent decades. This is partly because of nationalist movements in the home society, which seek the creation of a Palestinian state, and which some first-generation Palestinian immigrants in Honduras follow and support. A local historian who has studied Palestinian migration confirmed the latter, showing me a stack of copies of the newspaper collection of a secondgeneration Palestinian who had been following the Israeli-Palestinian conflict in Tegucigalpa for over 20 years. The use of new technologies, especially cable TV, and trips to the homeland have reinforced ties with the home society. For instance, while doing fieldwork in San Pedro Sula, I went several times to the house of a Honduran woman married to a first-generation Palestinian who immigrated in the early 1960s and identifies himself as Palestinian. They are both retired and spend most of their time at home. The Honduran wife told me that when her husband was younger, he travelled almost every year to his birthplace, Bethlehem. Old age and illness has prevented him from travelling in recent years, but he still remains connected to the society of his homeland,

Aside from providing this sense of belonging to the Palestinian community, the Orthodox Christian Church also promotes cultural references through education. It works closely with the San Juan Bautista School in San Pedro Sula. Founded in the early 1990s and headed by Orthodox priest Carlos Faraj, the school is oriented mainly to children belonging to the Palestinian community. The languages of instruction are Arabic, Spanish and English, and students not only learn about their Middle Eastern heritage and culture, but also perform Arab dances.9 School celebrations such as graduations and other ceremonies are held at the Club Social Hondureño Árabe (Honduran Arab Social Club), another organization in which most Palestinians are members. The cultural references that circulate among Palestinians today are linked to the “Arab/Pan-Arab” identity that originally appeared in the first half of the 20th century, promoted by SUJA, and to a recent identification of Palestine as a homeland. For instance, the Centro Social Hondureño Árabe, established in 1968 in response to the local elite’s discrimination against Palestinian immigrants who were not allowed to become members of the Club Sanpedrano, is today the most opulent country club in Honduras, with tennis courts, sushi bars, restaurants and banquet halls. It is headed by textile magnate and businessman Juan Canahuati and has around 1,600 members who are mostly Palestinians or of Palestinian descent. In one interview, the center’s supervisor stated that the social center/club not only helps to maintain the bonds of the Palestinian community, but also represents their sense of socializing and community in the following words: “The community has looked for forums to socialize and to maintain our bond, and this club is a consummation of that feeling” (Wachter 2006). Aside from being a place for socialization of the Palestinian community in San Pedro Sula, the Club Social Hondureño Árabe maintains cultural refer-

[My husband] would go every year to Palestine and stay for about two months to visit his family, his

mother especially. He stopped going because he’s

aged and sick and, well, also his mother passed away. His siblings are all over the place, in Chile, the US

and here…Now he stays here [home] almost all day watching his channels on cable and in Arabic. So he knows what’s going on in Palestine. (Wife of firstgeneration Palestinian, pers.comm.)

Trips to the home society reinforce ties with the homeland and fix the notion of “Palestine.” It is common for second- and third-generation Palestinians

8 See: <http://www.iglesiaortodoxa.org.mx/informacion/?page_id=178>. 9 See: <http://www.luxner.com/cgi-bin/view_article.cgi?articleID=980>.

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Assimilation or Cultural Difference? Palestinian Immigrants in Honduras Lirio Gutiérrez Rivera

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to go to their parents’ town of origin at least once in their lifetime for the purpose of meeting grandparents and other family members. The experience of travelling and meeting family members can be frustrating and disappointing for these second- and third-generation Palestinians who feel disconnected because of language barriers, i.e., not knowing Arabic, or being members of the host society, while not knowing Spanish.

nently in the host society, becoming well-established as merchants and entrepreneurs, and even emerging as members of an economic elite. Being a merchant or active in commerce and trade has become a cultural feature of immigrants and the descendants of immigrants from Bethlehem, Beit Jala and Beit Sahour, who more recently have decided to call their place of origin “Palestine,” due to the nation-based forms of identity and belonging that have emerged with the creation of the state of Israel and Eastern Mediterranean politics in the 20th century10 (Norris 2012). This has led to the emergence of a “commercial/merchant” identity that distinguishes the Palestinian community. “Victor,” a first-generation Palestinian I met in San Pedro Sula, formerly a Bethlehem policeman who immigrated in the 1960s, pointed out that knowing how to do commerce and trade is what makes Palestinians stand out,

Aside from sharing hometowns —e.g., Bethlehem, Beit Sahour, and Beit Jala— and professing allegiance to the Orthodox Church, being an active merchant or entrepreneur emerges as another collective feature that distinguishes Palestinian immigrants and their descendants. Palestinian knowledge and skills in trans-regional commerce and trade was acquired in their society of origin, where the peddling and trade of religious artifacts and trinkets from the “Holy Land” were common. As Norris points out, towns such as Bethlehem —where many Palestinian immigrants in Honduras come from— had become an important trading center by the early 19th century:

“I arrived first to Santiago (Chile) because my sister

lived there. Looking for a job, one day I got in a taxi and told the driver, ‘take me where all the commerce is.’ I knew I’d find people from my hometown there

because that is what we are known for, doing comercio.

“[Bethlehem] had become the manufacturing center

of a global trade in Christian (and later also Muslim)

But I didn’t like Santiago, so I moved up to Honduras,

objects of devotion. This is turn allowed merchants

where I have another sister. And here too I knew that

from the town to branch out all over the world by the

all I had to do was go to the store areas to meet my

middle of the century, often enjoying considerable com-

people. This is what we know how to do very well.”

mercial success.” (Norris 2012, 1)

(“Victor” first-generation Palestinian migrant, San Pedro Sula, pers.comm.)

Being a merchant was common in Bethlehem as well as in Beit Sahour and Beit Jala, the other two towns from which most Palestinian immigrants have come. It was also common for Bethlehem merchants to migrate not only because of their difficult politico-economic situation as part of the Ottoman Empire, but also because it was part of a merchant’s activity, “Rather than representing a permanent escape route

Working in commerce and trade has been a central activity of Palestinian families for various generations, both in the home and host societies. Palestinian merchants and entrepreneurs encourage their children to engage in this activity, seeing it as a way to develop values like hard work and responsibility, and secure the family business, as an interview and report of entrepreneur Napoleón Larach Jamis indicates,

Bethlehemites in the nineteenth century was a decide-

“My generation knows about hard work, constant work

men establishing trading posts where they would live

being educated with this culture toward work”, mani-

from poverty and military conscription, migration for

dly transitory experience, mostly consisting of young

and effort; the next generation, [my] grandchildren are

temporarily but regularly return to the hometown.”

fested [Napoleón Larach Jamis] entrepreneur from San

(Norris 2012, 2)

Pedro Sula who studied economy in Santiago de Chile… As head of the family, [Napoleón Larach Jamis] has

Circulatory migratory patterns were common well into the 20th century among Bethlehemites, most of whom enjoyed commercial success (González 1992; Amaya 1997; Norris 2012). Yet, as I have shown in the case of Palestinians in Honduras, some immigrants settled perma-

assured that traditional values such as honesty, work

10 Norris (2012) also points out that the British colonial state started restricting the circular flows of Arab migration, which were common among Bethlehemites in the mid-19th and early 20th centuries.

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in the private sphere indicate that Palestinian immigrants and their descendants are indeed a culturally distinct group in mestizo and multicultural Honduras.

and tolerance, which his own parents passed on to him

and his brother, be passed on to his own children…For a successful transfer of skills to the new generation, Larach Jamis delegated specific responsibilities to his

children so that they develop their own creativity with

Conclusions

the purpose that they learned about committing to their own entrepreneurial activities. (Forjadores 2005)

This article looks at Palestinian immigrants and their descendants in Latin America, focusing on the case of Honduras. It questions the assumption that Palestinians are an assimilated group, elaborating on the argument that there are features and references that distinguish them as a culturally distinct group in a society whose national ideology and discourse is anchored in the concept of mestizaje. The article also discusses the factors underlying the “absence” of a Palestinian identity —at least in public— especially against the backdrop of multiculturalism in Honduras.

Businesses and companies are generally seen as family patrimony, and family and kinship relations are still evident in Palestinian immigrants’ commercial and trade activities. Family and kinship relations started to play a significant role in Palestinian commercial activities when they opened stores in various cities on the North Coast, contributing to establishing trade networks with other Palestinian merchants all along the North Coast in the early 20th century, as well as abroad, due to their activity of importing products for their retail stores. Family members such as wives, siblings or cousins, who worked in the stores as paid and unpaid labor, helped sustain the family enterprise. Furthermore, Palestinian immigrant businesses have relied on patrimonial management strategies —i.e., businesses in which ownership, major policy-making positions and other significant jobs in the hierarchy are held by members of the extended family— in order to expand family businesses and increase their wealth (González 1992).

Unlike other minority groups in Honduras (e.g. indigenous groups and those of African descent), Palestinians have not mobilized an ethnic identity in order to gain access to resources or collective rights. The article shows that this is because Palestinian immigrants have benefitted from macro-economic and political factors such as Honduras’ enclave economy, import-substitution and neoliberalism, as well as local factors like the lack of a merchant class or a national oligarchy, and the government’s concessionary system. Furthermore, Palestinians arrived with human capital, particularly their knowledge of and skill in trans-regional commerce and trade. These factors have allowed Palestinians to acquire sufficient economic, cultural and social capital to position themselves economically and politically in Honduras, without mobilizing any ethnic identity.

The identity and cultural references I have discussed so far –commercial/merchant identity, being part of the Orthodox Church- remain mostly in the private sphere within the Palestinian community. Throughout the 20th century, the identity that has appeared –first against the backdrop of mestizo discourses and ideologies and later, in recent decades, against the backdrop of a multicultural Honduras– did not seek to gain access to resources, collective rights or cultural recognition of the Palestinian community as an ethnic minority. As I have been discussing throughout this article, the privileged economic position of Palestinian immigrants in the early 20th century and local/regional factors (e.g. the lack of a national oligarchy or a nascent merchant class, and the emergence of CACM) and politicoeconomic factors in the home societies (e.g. creation of the state of Israel) have given them access to resources in Honduras and abroad on a sustainable basis without political mobilization. Even though Palestinians did not mobilize an identity to obtain collective rights or cultural recognition, identity references did in fact emerge, not only undergoing transformation throughout the 20th century, but also culturally distinguishing the Palestinian community within the host society. Far from being an assimilated group, the existence of these cultural identity references

This does not mean that no identity emerged at all. The article discusses an “Arab” identity that emerged vis-àvis the mestizo identity in the first half of the 20th century, as well as its transformation in recent decades. Different Palestinian associations and organizations, particularly the Orthodox Christian Church, have played an important role in constructing and maintaining identity and cultural references that distinguish Palestinian immigrants and their descendants today. “Palestine” is identified as the homeland among recent generations — as opposed to the first generation who identified their hometowns, e.g., Bethlehem, Beit Sahour and Beit Jala, as their birthplace. The common identification of “Palestine” as their homeland today is due to social and political events that have occurred in the Middle East since WW II, particularly during the Israeli-Palestine conflict,

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References

due to the emergence of nationalist movements in Palestinian territories and the sustained networks and flows between the Palestinian immigrant community in Honduras and their homeland.

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Some features of the “Pan Arab” identity from the first half of the 20th century remain to this day (e.g. traditional food and music, and the learning of Arabic) and are being reproduced in certain institutions that require membership, such as the Orthodox Christian Church and the Club Social Árabe-Hondureño. Work in commerce and trade, especially in family businesses, has also become a common reference point, not only for incoming immigrants, but for third- and fourth-generation Palestinians in Honduras as well.

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Finally, exploring the Palestinian community in a small region like the Caribbean Coast of Honduras sheds light on the need to understand the economic and social history of Central America and the Caribbean from a perspective that considers Middle Eastern immigrants (as well as Asians and Jews) to be historical subjects. A decolonial perspective can be useful in providing a different map, “a different global cartography of power than what political-economy paradigms provide” (Grosfóguel 2009, 10). Central American and Caribbean historiographies are largely framed within the region’s colonial and western thought processes (e.g. trade circuits and social exchanges and flows from the colonial period or European and US Imperialism of the 19th and 20th centuries). However, as this article indicates, other trade circuits and social ties and networks established by non-European immigrants also emerged in Central America and the Caribbean. In this sense, the Palestinian migratory experience can help shift the traditional lens both for representing and narrating Central America and the Caribbean as well as for decolonizing their economic and social histories.

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Desvagabundizando la mano de obra extranjera en España. Fijación de la fuerza de trabajo extranjera, ley de extranjería y el sistema de reclutamiento y suministro de trabajadores de Unió de Pagesos* Olga Achón Rodríguezv Fecha de recepción: 9 de abril de 2013 Fecha de aceptación: 26 de septiembre de 2013 Fecha de modificación: 12 de octubre de 2013

DOI: http://dx.doi.org/10.7440/res48.2014.06

RESUMEN El artículo refiere el problema de la fijación de la mano de obra extranjera en España. Rastreamos diferentes estrategias dirigidas al propósito de la fijación de los trabajadores en diversos momentos históricos, por lo que la metodología es comparativa entre textos legales del pasado (siglo XIV en adelante) y aquellos que en el presente cumplen con la misma función: implementar políticas encargadas de adscribir a los trabajadores en la agricultura. Asimismo, tratamos las similitudes observadas entre el sistema prusiano de establecimiento del flujo de jornaleros polacos (siglo XIX) y el sistema de reclutamiento y suministro de trabajadores extranjeros establecido por el sindicato agrícola Unió de Pagesos, en Cataluña.

PALABRAS CLAVE Contratación en origen, temporeros agrícolas, ley de extranjería, Leyes de Pobres, Unió de Pagesos, Preußische Feldarbeiter Zentrale.

Restrictions on Foreign Labor in Spain: Foreign Workforce Regulations through the Immigration Law and the System of Recruitment and Supply of Workers of Unió de Pagesos ABSTRACT This paper focuses on the problem of the regulation of foreign labor in Spain. We trace different strategies developed for the purpose of regulating labor in different historical periods, basing our methodology on the comparison of legal texts from the past (16th century onwards) to those that fulfill a similar function at present: to implement policies intended to employ workers in agriculture. We also deal with the similarities observed between the Prussian system for establishing a flow of Polish workers in East Prussia (19th century) and the system for the recruitment and supply of foreign workers created by the Unió de Pagesos farmworkers’ union in Catalonia, Spain.

KEY WORDS Hiring at point of origin, seasonal farmworkers, immigration law, Poor Laws, Unió de Pagesos, Preußische Feldarbeiter Zentrale.

*

El presente trabajo es parte de las conclusiones a las que hemos arribado luego de investigar el sistema de reclutamiento y suministro de Unió de Pagesos que se implementa en el agro catalán. Forma parte, por tanto, de los hallazgos de la investigación con la que la autora logró el título de Doctora en Antropología, tesis publicada en Los Libros de la Catarata de 2011, titulada Importando miseria. La alternativa a la provisión de mano de obra agrícola. http://www.catarata.org/libro/mostrar/id/686 v Doctora en Antropología Social por la Universidad de Barcelona, España. Profesora y miembro del grupo GRECS–Grup de Recerca sobre Exclusió i Control Socials de la Universidad de Barcelona. Entre sus últimas publicaciones se encuentran: Consideraciones metodológicas para el estudio de las migraciones en contextos de pobreza. Revista Ciencias Sociales 29 (2012), y Reterritorializando el flujo de mano de obra extranjera. El nacimiento de una institución total nueva para la agricultura catalana. Geopolíticas 2, n° 2 (2011). Correo electrónico: Olga_achon@yahoo.es

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Desvagabundizando a mão de obra estrangeira na Espanha. Fixação da força de trabalho estrangeira, lei de estrangeira e o sistema de recrutamento e fornecimento de trabalhadores de Unió de Pagesos RESUMO Este artigo trata do problema da fixação da mão de obra estrangeira na Espanha. Pesquisamos diferentes estratégias dirigidas ao propósito da fixação dos trabalhadores em diversos momentos históricos, razão pela qual a metodologia é comparativa entre textos legais do passado (século xiv em diante) e aqueles que, no presente, cumprem com a mesma função: implementar políticas encarregadas de adscrever os trabalhadores na agricultura. Além disso, tratamos as similitudes observadas entre o sistema prussiano de estabelecimento do fluxo de jornaleiros polacos (século xix) e o sistema de recrutamento e fornecimento de trabalhadores estrangeiros estabelecido pelo sindicato agrícola Unió de Pagesos, na Catalunha.

PALAVRAS CHAVE Contratação em origem, trabalhadores agrícolas sazonais, lei de estrangeria, Leis de Pobres, Unió de Pagesos, Preußische Feldarbeiter Zentrale.

Introducción

E

l presente trabajo aborda, por un lado, el problema que para el Gobierno español ha representado, desde inicios de los años ochenta, la presencia de extranjeros en situación irregular en busca de trabajo en los municipios frutícolas leridanos (Cataluña). Las bolsas de pobreza alrededor de éstos, y el ánimo de disolverlos del espacio público, han provocado la aparición de sistemas nuevos de gestión de los flujos migratorios a través del trabajo dirigidos al reemplazo del extranjero pobre en situación jurídica irregular, por otro cuya situación es regular, su movimiento controlado, y cuya mayor promesa lo representa su obligación contractual de regreso al país de origen una vez finalizadas las faenas agrícolas para las que fue contratado.1 Por otra parte,

trata el análisis de estos sistemas como dispositivos de fijación de mano de obra comparables con otros surgidos en otros períodos históricos, tales como el sistema prusiano de establecimiento del flujo de jornaleros polacos (siglo XIX), estudiado por Max Weber. Como viene siendo habitual desde hace ya doce años, el campo leridano (Cataluña, España), dedicado principalmente a la producción de fruta dulce, constituye el escenario en el que millares de trabajadores reclutados en el extranjero, mediante el modelo de contratación en origen, desarrollan sus vidas durante el tiempo que duran las campañas agrícolas. En paralelo a la situación de desprotección social y jurídica que sufre el extranjero residente en situación administrativa irregular, se ha ido consolidando en este período la modalidad de contratación denominada en origen.2 Su formalización —realizada desde 1993 a través del dictado de las resoluciones de contingentes de autorizaciones de empleo y mediante su incorporación en la LO 4/2000 (Ley Orgánica 4/2000, de 11 de enero, sobre derechos y libertades de los extranjeros en España y su integración social)3— ordena tal modalidad como única vía legal para efectuar la contratación de extranjeros, por la que se especifica la obligación que

1 Cuando nos referimos en el texto a “reemplazo del trabajador nómada o mano de obra vagabunda” hacemos referencia al intento de suplantación del extranjero en situación irregular en busca de trabajo, que generalmente vive en condiciones de pobreza en los alrededores de los pueblos frutícolas de la Comunidad Autónoma Catalana. Éstos, aunque sujetos a vigilancia policial por no tener su situación administrativa regularizada, pueden desplazarse a su antojo, siempre y cuando no sean detenidos por la Policía, a diferencia de aquellos contratados en origen, que no disponen de total libertad para deambular, elegir domicilio, ni finca en la que ser contratados. Cuando referimos al trabajador nómada queremos llamar la atención sobre la imposibilidad de los temporeros contratados bajo el sistema en origen del sindicato Unió de Pagesos, de decidir sobre estos aspectos fundamentales: dónde vivir, dónde emplearse, dónde circular. Sobre esto, los extranjeros no regularizados, a pesar de la condena de ser permanentemente vigilados, podríamos decir que manejan mayor poder, pues al no sujetarse mediante un acuerdo a ser suministrados tienen mayor cota de decisión sobre su libertad personal.

2 Un riguroso estudio sobre contratación en origen se encuentra en Gordo (2009, 129-145). 3

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Las leyes que se citan en este artículo se encuentran en el Boletín Oficial del Estado y en el Boletín Oficial de las Cortes Generales, España.


Desvagabundizando la mano de obra extranjera en España Olga Achón Rodríguez

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el trabajador ni sea residente ni se encuentre en España en el momento de su contratación. Se restringe así la posibilidad de contratar trabajadores extranjeros en situación irregular. Como resultado de la implementación de este modelo, se ha generado en el agro catalán una profunda brecha entre el trabajador contratado en origen y el trabajador cuya situación jurídica no se encuentra regularizada, pues bajo ningún concepto puede este último proveerse de un contrato con el que adquirir un estatus de legalidad similar al que goza el contratado en origen.

la gestión de alojamientos. Para ello, desarrolló un sistema de suministro de trabajadores basado en la gestión de tales establecimientos, así como en la selección e importación de mano de obra en el extranjero (principalmente, en Colombia y Rumanía). Denominado por nosotros Sistema de Reclutamiento, Importación, Concentración y Suministro de mano de obra, se sustenta sobre dos principios básicos por los que éste se dinamiza y se torna eficiente. Por un lado, la pérdida del derecho del trabajador a renunciar al trabajo; por otro, la obligación impuesta de residir en los alojamientos dispuestos para su suministro; ambas condiciones las impone el sindicato descubriéndose su potestad legislativa amparada por la cesión de una suerte de autoridad pública concedida por el Estado. Tanto la renuncia del trabajo como la negativa a residir en los alojamientos implican para el trabajador el incumplimiento de las condiciones administrativas bajo las que fue reclutado, por lo que afecta directamente su estatuto de legalidad y lo convierte en un extranjero en situación irregular. La observación, sin embargo, de las condiciones impuestas lo atrapa en un dispositivo de control social del extranjero dispuesto para la docilización de la mano de obra —a través de reglamentos que rigen el espacio del alojamiento y su vida privada—, su fijación y su constante movilización.

Una maniobra de reemplazo de trabajadores parece ser la lógica que ha movido al legislador a decantarse por un instrumento tal. En consecuencia, ingentes grupos de trabajadores extranjeros contratados en origen, dotados de autorizaciones para trabajos de temporada o campaña, han ido llegando año tras año a trabajar, principalmente en tareas de recolección. El primer ensayo de esta modalidad de contratación se efectuó precisamente en Lleida, en 1999, cuando el sindicato agrícola Unió de Pagesos reclutó en Colombia 35 trabajadores para laborar en la campaña frutícola.4 Los beneficios que ésta prometía para el Estado (la ordenación del flujo migratorio en atención a las necesidades de mano de obra del sector), los municipios (la erradicación del problema de la indigencia de los extranjeros residentes en el país y la garantía de mano de obra para el conjunto de los agricultores), los agricultores (la disponibilidad inmediata de trabajadores para sacar adelante la campaña de recolección) y Unió de Pagesos, ejecutor del modelo en Cataluña (su reproducción como sindicato agrario más representativo del agro catalán), llevaron al legislador al perfeccionamiento del modelo. Esto supuso, por un lado, el desarrollo normativo que permitiría el enraizamiento de la contratación en origen como el único modo posible de contratar temporeros, y por otro, el fomento de la habilitación de infraestructuras para ser usadas como alojamientos y la construcción de nuevos albergues.

Las oportunidades del extranjero residente, regular o irregular, de encontrar trabajo en este sector se vieron de este modo reducidas. Frente a ellos, un nuevo trabajador se erigía en competencia por el trabajo agrícola: aquel obligado a retornar a su país de origen luego de finalizadas las campañas frutícolas, y, por ello, menos problemático. La ley de extranjería, en este contexto, se muestra eficaz en su propósito de fijación de la mano de obra del trabajador errante, efectiva en su objetivo de reemplazar una mano de obra vagabunda por otra adscrita al poder de un sindicato.

Sobre la fijación del extranjero al sector agrícola y su movilización dirigida

Como resultado de este esfuerzo gubernamental, los ayuntamientos, empresas agroalimentarias, cooperativas y agricultores comenzaron a instalar en sus campos, fábricas y municipios alojamientos dispuestos a la fijación de trabajadores temporeros contratados en origen. El sindicato, en defensa de los intereses de sus afiliados y clientes, se presentó en este contexto como adalid de

La crisis del modelo de explotación agrícola familiar —basado en el uso de la fuerza de trabajo de individuos unidos por vínculos de parentesco, cuya producción iba dirigida a su comercialización en mercados locales— hizo brotar, en el escenario del agro catalán, a finales de la década de los setenta, los primeros signos de una economía capitalista agraria, contenidos

4 El mismo proceso de introducción del modelo de Contratación en Origen se desarrolló en Huelva durante la campaña agrícola 2000/2001, específicamente en el municipio de Cartaya.

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por las características propias de un sistema económico autárquico, definido por una estructura de mercado de alcance reducido e implantada mediante un régimen político que abogaba a favor del autoabastecimiento y la limitación de las importaciones; dichos signos tornáronse visibles a medida que la crisálida seguía su proceso de quiebre. En ella, se encontraban larvados procesos que más adelante protagonizarían una nueva etapa económica, representada por la extensión de los mercados agrícolas. La disminución de la población agraria —debido al abandono del sector de gran número de agricultores y de sus familiares ante la posibilidad de trabajo mejor remunerado fuera de la explotación—, unida a la dificultad de adaptación de sus economías a un nuevo modelo de producción de tipo capitalista en proceso de consolidación y a la consecuente concentración parcelaria —producida al alero de las ventas de terrenos por parte de aquéllos—, contribuyeron a la transformación de la agricultura catalana, en adelante dirigida a la producción dedicada a la exportación.

del sujeto, útiles al disciplinamiento de su capacidad de movimiento y de trabajo.5 La escasez de mano de obra experimentada por parte de los agricultores, así como por otros sectores de la producción, caracterizados por presentar un bajo nivel de salarios y duras condiciones de trabajo, representó un incentivo más que definitorio para el perfeccionamiento de una táctica estatal de fijación del flujo de extranjeros, basada en el establecimiento de permisos de trabajo y autorizaciones de residencia. El objetivo que persigue el Estado con esta estrategia es la concreción de un modelo de aplicación forzosa de las fuerzas productivas, allí donde la mano de obra autóctona ha desertado. Las limitaciones geográficas y del sector de actividad nutren las filas de los que, en adelante, se han visto obligados a tomar los trabajos peor pagados y con menor estabilidad, en las condiciones más inseguras. Ha sido, particularmente, la autorización inicial de residencia temporal y trabajo por cuenta ajena la encargada de desarrollar este modelo. Su aparición representó la primera tentativa de supresión de libertades relacionadas con la movilidad del extranjero y su capacidad para vender su fuerza de trabajo. Por ello, se aparta a los trabajadores extranjeros del mercado de trabajo y se los inserta en ámbitos geográficos específicos y sectores de actividad que los precisan. De este modo, el mercado de trabajo al que pueden acceder se restringe, debiendo optar exclusivamente por el ofrecimiento de su fuerza de trabajo en determinados sectores.

La presencia de extranjeros en condiciones de pobreza —resultado, entre otros factores, de un modelo legislativo destinado a mantenerlos excluidos de los beneficios del establecimiento de un marco de derechos y libertades públicas— propició el despegue de la economía agrícola catalana de alto rendimiento, no obstante, a un precio elevado teniendo en cuenta las consecuencias nefastas que esto significaba para el desarrollo de la paz social y la profundización del proceso democrático español. En cualquier caso, la ventaja que esta mano de obra ha supuesto para el proceso de transformación de la agricultura parece haber sido más relevante. Así, frente a la inevitable reconversión del sector productivo agrario —que hubiese, quizás, determinado la transformación de la estructura de la propiedad y, en consecuencia, provocado el debilitamiento del tejido social compuesto por pequeñas y medianas economías agrupadas en torno a cooperativas para la exportación de sus producciones—, el Estado, en conjunción con la Unión Europea, dirigió sus esfuerzos hacia la implementación de políticas orientadas a la precarización jurídica y social de los extranjeros. La Ley de Extranjería resulta ser un componente principal de estas políticas. Contribución fundamental de la misma es la producción de un estatus jurídico que, incorporado a la personalidad del extranjero, logra estigmatizarlo. La figura del extranjero en situación regular, así como su negativo, la del extranjero en situación irregular, resultan ser elaboraciones jurídicas dispuestas al etiquetamiento

La situación que produce su aplicación es la segmentación del mercado de trabajo —fenómeno que se advierte en sociedades que han dispensado su tratamiento al fenómeno de la inmigración—, que se traduce en la consideración de los extranjeros como un ejército de reserva de mano de obra (Piore y Safford 2006). La implantación de políticas de erradicación de la movilidad del extranjero confirmó la ineficiencia económica del sector agrícola, manifestada por la

5 En lo referente a la fijación del flujo de extranjeros en situación irregular en el sector agrícola industrial de El Ejido, extensible a otras áreas de producción agrícola intensiva a lo largo del país —propiciada por la falta de autorizaciones de residencia y trabajo que les permita su presencia en otros sectores de la economía con mejores condiciones de trabajo y salario—, Emmanuel Rodríguez reflexiona sobre cómo la producción de estatus jurídicos a través de la ley de extranjería tiene por objetivo el recorte de libertades de los extranjeros: “La falta de papeles se ha convertido en un régimen de control, fijación y coacción del trabajo mucho más eficaz de lo que a primera vista se pudiera suponer. […] el sometimiento del trabajador migrante se realiza sobre una fijación coactiva. De hecho, la mayor parte del trabajo se realiza sobre la base de una relación salarial oportunista y despótica, fundada en la condición alegal del migrante” (Rodríguez 2003, 76-77).

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Desvagabundizando la mano de obra extranjera en España Olga Achón Rodríguez

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exigencia de un segundo mercado de trabajo dispuesto a la elusión de una más que probable reconversión económica. La legislación en extranjería puede entenderse, entonces, como un primer ensayo de codificación del espacio de la movilidad de los trabajadores extranjeros. El Estado manifiesta, a través de la misma, su voluntad de fijar el flujo de mano de obra extranjera, dirigido a aquellos sectores económicos que la requieren. En adelante, los que presenten resistencias al modelo serán extirpados del ámbito de lo público, pues lo que no va a ser tolerado bajo este régimen es la presencia de un sujeto que gestiona sus movimientos de forma autónoma y libre. Éste, encarnado en la figura del extranjero en situación irregular, deberá ser sustituido por otro cuya circulación se encuentre restringida a determinados sectores y ámbitos geográficos, es decir, por el extranjero en situación regular.

Principalmente, debido a su percepción del fenómeno migratorio como un factor de desorden, y del extranjero irregular como una imagen que produce descontento y temor, a partes iguales. En consecuencia, el Estado comenzó a implementar políticas dirigidas a la erradicación de su presencia en el espacio público, lo que supuso el desarrollo de una estrategia de persecución y hostigamiento. Su clasificación como extranjero irregular, con el nivel de criminalización que esta etiqueta conlleva, y la instauración de un rango de sanciones a su contratación se convirtieron en el obstáculo principal al empleo de esta mano de obra. Para el empresario agrícola, la llegada de millares de extranjeros supuso una oportunidad excelente para el aprovisionamiento de mano de obra barata; sin embargo, su uso comenzó a constituir un riesgo, esencialmente debido al aumento progresivo de las inspecciones de trabajo y de las sanciones monetarias previstas para enfrentar la contratación de irregulares. Paralelo a este inconveniente, el agricultor topó con otro obstáculo, esta vez relativo a la capacidad de abandono del trabajo de la que el extranjero irregular goza como individuo libre de compromisos ligados a la entrega de protección. Ciertamente, el amparo dispensado por el Estado, mediante el otorgamiento de autorizaciones, se halla ligado a una serie de exigencias cuyo cumplimiento implica la pérdida de libertades. Esto no le ocurre al extranjero en situación irregular: su situación es precaria, se encuentra desprotegido e incluso perseguido, mas no fijado a sectores económicos o ámbitos geográficos concretos. Si alguna razón limita su libertad, ésta es su situación de pobreza y la carencia de permisión, que autorice su presencia y le permita trazarse un destino mejor. Su capacidad para moverse de forma autónoma confirma un último depósito de poder que lo distingue del extranjero sometido a restricciones legales de su libertad de circulación y trabajo.

Las autorizaciones de residencia y trabajo, en efecto, sirvieron de base a la implementación de un flujo organizado en torno a objetivos de conservación de determinadas estructuras económicas. Sin embargo, al no posibilitar este tipo de autorizaciones una sujeción indefinida del extranjero regular a los ámbitos y sectores a los que ha sido solicitado —pues significaría retenerlos bajo un status subiectionis perpetuo—, el Estado consintió la existencia de extranjeros en situación irregular, con el fin de complementar la oferta de mano de obra en el mercado segmentado. De este modo, empresarios de distintas ramas de la producción se han ido beneficiando de un modelo que les otorgaba la posibilidad de emplear una mano de obra sujeta a su sector productivo y ámbito geográfico por el tiempo que la autorización señalaba, básicamente hasta la obtención por parte del extranjero regular de la residencia definitiva, en combinación con otro tipo de trabajadores en situación más precaria, extranjeros en situación irregular. Éstos suponen para el empresario la existencia de fuerza de trabajo más constante y rentable, pues su número es abundante y su capacidad negociadora escasa al no estar protegidos por el Estado. La aparición de este personaje en el mercado informal de mano de obra en la agricultura ha permitido el abastecimiento de fuerza de trabajo que los empresarios agrícolas demandaban a bajo precio. Sin embargo, iba a ser una de las características fundamentales que lo singularizaban — su movilidad autónoma— la que se convertiría en inconveniente al mantenimiento de una imagen de país con alto grado de avance social y económico, así como al aseguramiento de su disponibilidad y permanencia en el sector.

Su figura es cercana a la del vagabundo, pues no se encuentra constreñido a pagar favor alguno brindado mediante la sumisión de su personalidad a un estado liminal, como sí lo está el extranjero autorizado a residir y trabajar bajo condiciones que recortan su libertad. Una liminalidad establecida merced a la incapacidad de este individuo autorizado en cuanto comprometido a hacer renuncias de su personalidad, que se define por ese estado ambiguo entre su aceptación incondicional de la comunidad y la suspensión en el tiempo de aquellos elementos que lo configuran como persona. En oposición, el extranjero en situación irregular, el nómada, se incorpora a un territorio en el que, condenado a una huida permanente, se entrega a su destino. Su pobreza y su marginalidad son determinantes de su estado, pues ha decidido resistir un modelo impuesto por el Estado que, de entrada, descarta su presencia o trata de extirparla.

En efecto, desde que se inició el período de transformación económica que conduciría a España a ser catalogado como un país de inmigración, la libertad de circulación de la que el extranjero gozaba representó un problema al Estado.

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En efecto, su figura responde a una forma “del errar vagabundo de antaño” (Gaudemar 1981, 27), una figura que, por cierto, estuvo desde el nacimiento del Estado moderno en el punto de mira de un orden político-territorial que veía en las comunidades reputadas como peripatéticas —los gitanos o los judíos, por ejemplo— una amenaza a la que destinar todo tipo de discursos estigmatizadores y políticas de hostigamiento y persecución, cuando no de exterminio (Stebler y Watier 1978).

reclutamiento y suministro del sindicato, así como el alojamiento, resultan ser elementos cruciales de la política de control social practicada en contra del extranjero.

Legislación para el control social del extranjero pobre y vagabundo El dilema suscitado al agricultor con respecto a la escasez de mano de obra, dispuesta a trabajar por el precio señalado mediante convenio colectivo —derivada, principalmente, del aumento del nivel de vida y salarios del español medio—, supuso el punto de partida de la producción de un tipo de legislación cuyo objetivo primordial es la fijación de los trabajadores extranjeros a sectores que, como el agrícola, presentasen similitudes al entorno de este problema. Como ya hemos venido avanzando, la promulgación de esta ley denominada comúnmente “de extranjería” y sus posteriores modificaciones se dirigieron, esencialmente, a la instauración de barreras jurídicas a la movilidad autónoma de los trabajadores extranjeros. Es por ellas que el Estado ha tratado de garantizar el encauzamiento del flujo de esta mano de obra, pues es la única dispuesta a trabajar en tales sectores al precio estipulado por convenio. El sistema de autorizaciones de trabajo y residencia se presentó, en ese primer momento, como el método más adecuado para la creación de obstáculos a la libertad de movimiento y trabajo. Resultado del mismo es la producción del estatuto de irregularidad, que, impuesto al extranjero que no se ajusta al régimen de autorizaciones, lo priva de su capacidad para vender su fuerza laboral en el mercado formal de trabajo y lo despoja de la protección jurídica necesaria para conducirse con normalidad en el espacio público. Así, restringida su posibilidad de acceso al mercado formal y obligado a permanecer oculto, o a desarrollar tácticas de disimulo o mimetismo en los casos que su fisonomía racial lo permita, se encontrará forzado a integrarse en circuitos de búsqueda de trabajo en mercados informales. Ha sido de este modo como durante los últimos quince años del siglo XX y los primeros diez del siglo XXI, los agricultores han resuelto el dilema de la escasez y la presión salarial contratando extranjeros en situación irregular. La tolerancia desarrollada por el Estado, a propósito de su presencia, propició el uso de su mano de obra en condiciones de explotación, posibilitando en consecuencia la pujanza económica de la agricultura. Sin embargo, este método de fijación de la mano de obra, desarrollado mediante la ley de extranjería, no parece ser nuevo en la historia del desarrollo económico, aunque sí podríamos decir que se muestra como la primera tentativa de fijar trabajadores extranjeros a sectores económicos que así lo requieren, luego del arribo de la democracia en la España del siglo XX.

Desvagabundizar la figura del extranjero es la respuesta estatal a una situación dilemática vivida por el empresario, consistente en la imposibilidad de finalizar el período de recolección con éxito, a falta de mano de obra, así como en el riesgo eventual de ser sancionado por emplear mano de obra en situación irregular. Estrategia que debe dirigirse a la neutralización del renacimiento de figuras análogas al vagabundo. La apuesta por el exterminio de esta imagen significó la búsqueda de una solución de consenso, por la que fuese posible el logro de los distintos intereses que estaban en juego, aquel del Estado de garantizar el orden público, como el del empresario agrícola de conseguir fuerza de trabajo sujeta y legalizada. Una primera aproximación a la consecución de tales objetivos se vio representada por la imposición al extranjero de la obligación de residir y hallarse en el país de origen para poder ser contratado, así como por el desarrollo de una política de contingentes necesaria para la implementación de un flujo disciplinado, con base en el cálculo de necesidades de mano de obra en los distintos sectores de la economía. Estos dos factores vendrían, más tarde, a ser complementados con el otorgamiento de facultades a las organizaciones empresariales más representativas de cada sector, tales como la representación legal empresarial y cierta función pública, a fin de poder concretar el diseño de un modelo de contratación en origen a ser ejecutado por sistemas como el desarrollado por Unió de Pagesos en Cataluña (España). La transformación que opera el modelo sobre el extranjero, en conjunción con el sistema de reclutamiento y suministro de mano de obra del sindicato agrícola, se inscribe dentro de la historia de la desvagabundización de la fuerza de trabajo, pues lo que propone es ni más ni menos que su conversión en gentes de juramento. Es así como llegamos a la conclusión de que el trabajador sometido a la disciplina del sistema del sindicato no es sino el resultado de una mutación por la que se trata, no de “prohibir únicamente la errancia o sancionarla, sino darle una finalidad a nivel social” (Gaudemar 1981, 29). La ley de extranjería, cuyo antecedente se encuentra en la legislación sobre el vagabundeo, se ocupa de la instauración de las bases por las que se realiza tal transformación. En este contexto, el sistema de

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La emergencia de leyes contra la vagancia en Inglaterra, durante la primera mitad del siglo XIV, provee un valioso antecedente. Surgidas en un contexto de escasez de fuerza de trabajo, experimentada por la aristocracia rural a consecuencia, principalmente, de la liberación de siervos a cambio de un canon —que suponía al señor la obtención de fondos necesarios para el desarrollo de cruzadas y otras guerras—, así como a causa de la disminución de la población por efecto de la peste negra en 1348, su principal objetivo estribaba en la eliminación de la presión salarial que tal escasez producía y la creación de una reserva de mano de obra barata. Como apunta Chambliss en su análisis sociológico sobre la legislación de la vagancia, éstas “fueron diseñadas con un propósito expreso: forzar a los trabajadores (sean libres o siervos) a aceptar empleos a un precio bajo, a fin de garantizar al terrateniente un adecuado suministro de mano de obra a un precio que él pudiera pagar” (Chambliss 1964, 69). El logro de la fijación de la mano de obra, por el que conseguir el suministro de trabajadores funcional al mantenimiento del nivel de los salarios, se alcanzó, principalmente, mediante la obligación de trabajar a precios estipulados con anterioridad al arribo de la peste negra, la prohibición de aceptar salarios superiores a aquéllos, de rechazar trabajos y de moverse por entre los distintos condados en busca de una mejor oferta por la cual recibir mejores pagos (Foote 1956, 615). Todo un elenco de prohibiciones y obligaciones completaban el estatuto jurídico de los trabajadores, y en consecuencia del vago, alterando la posición social del pobre, en adelante, con menores posibilidades de ejercicio de su libertad de movimiento, con el propósito de encontrar una oferta de trabajo a buen precio.

que les dé de comer y de beber”.6 Este sistema se mantuvo vigente hasta la época de Carlos V, en 1552, en la que por Real Pragmática se instituyó la obligación de servir en las galeras en sustitución del cultivo de tierras.7 De este modo, se movilizaba la mano de obra, una vez fijada en el campo, hacia otros servicios considerados imprescindibles para una potencia marítima en expansión. En lo que respecta al método desarrollado en Inglaterra en esta época, para la eliminación de la acción del mercado en relación con el trabajo, reduciendo de este modo la presión salarial ejercida por el aumento del número de siervos manumitidos y hombres libres, podemos decir que se basaba en dos premisas básicas: la fijación de la mano de obra donde hiciese falta y el mantenimiento del precio del trabajo cercano al nivel de supervivencia. Fundamentales a estos efectos fueron el Estatuto de los Artesanos de 1563, las Leyes de Pobres y la Ley de domicilio de 1662, que representaron, al igual que las leyes contra la vagancia doscientos cincuenta años antes, un intento de hacer de las mismas un sustituto de la servidumbre (Foote 1956, 615). Por ellas, se trató de evitar la concurrencia a un mercado de trabajo a los señores terratenientes y formalizar en paralelo un suministro de mano de obra forzada a bajo precio. Sobre el Estatuto de los Artesanos y las Leyes de Pobres, Karl Polanyi, sostiene que formaron algo similar a un código del trabajo (Polanyi 1989, 151), por el que se instituirían aquellos estatutos jurídicos pertinentes a la generación del flujo de trabajo deseado. Así, a través del Estatuto de los Artesanos se estableció una organización del trabajo basada, entre otras normas, en la obligación de trabajar, dirigida tanto a trabajadores agrícolas como a artesanos y aplicada tanto en distritos rurales como en ciudades, cuya permanencia se extendió durante los dos siglos y medio siguientes (Polanyi 1989, 150).

Medidas análogas fueron tomadas igualmente en el reino de Castilla durante la misma época, resultado de causas similares, entre ellas la aparición de la peste negra. A consecuencia de la misma se produjo un descenso de la población de hasta un 25% en dicho reino, por lo que los campos quedaron yermos. De la misma manera que ocurrió en Inglaterra ante tal escenario de escasez de trabajadores, la nobleza terrateniente impulsó la creación de leyes en contra de la vagancia, como estrategia para establecimiento de un reclutamiento forzoso de mano de obra libre, no sometida a vasallaje, evitando pagar salarios en alza a consecuencia de la presión salarial ejercida por la disminución de su número. Al efecto, en 1369 se formuló el estatuto de los vagabundos, ordenando que “los que ansí anduvieren vagamundos y holgazanes, y no quisieren trabajar por sus manos, ni vivir con señor [...] que cualquier de los nuestros Reynos los pueda tomar por su autoridad, y servirse dellos un mes sin soldada, salvo

Complemento idóneo del Estatuto de los Artesanos, orientado a la fijación de la mano de obra, constituyó la legislación sobre los pobres. Bajo esta denominación se inscriben todas aquellas leyes aprobadas en Inglaterra desde 1349 hasta prácticamente la actualidad, con la promulgación de la Ley de Asistencia Nacional de 1948. Las primeras forman parte de la legislación contra la vagancia, por las que se instituyó un método de retención de la fuerza de trabajo. Llegados a 1601, se estableció la primera ley de pobres isabelina, denominada de este modo al ser la primera aprobada durante el reinado de Isabel I. En ella se formaliza un sistema de ayudas administradas localmente por las parro-

6 Ley 32, año 1369 de Don Felipe II (1804, 429). 7

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Ley 4, año 1552 de Carlos V (1804, 430).


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quias, orientadas al mantenimiento de los pobres inválidos y a llevar a trabajar a los hombres sanos. La traducción que esta ley tuvo en la realidad se reveló en el aumento de los castigos a mendigos y vagabundos, en la carestía e imprevisión de asilo para los más desamparados, en la pereza de los contribuyentes locales, en la indiferencia de los vigilantes de pobres y en la dureza de los beneficiados con el pauperismo (Polanyi 1989, 151). En efecto, la principal consecuencia de su aplicación fue que “los pobres se veían forzados a trabajar por un salario cualquiera que fuese su cuantía, y únicamente quienes no podían encontrar trabajo tenían derecho a un subsidio” (Polanyi 1989, 138).

estrictas que exigían el cumplimiento de obligaciones, tales como pagar impuestos parroquiales, ejercer un oficio público anual o un aprendizaje, o contratándose para el desarrollo de un servicio anual en la parroquia (Hammond y Hammond 1987, 90). Con el tiempo estas exigencias se agudizaron, o bien ligando la obtención de domicilio a la compra de tierras en las parroquias, o bien erradicando la posibilidad de domicilio mediante el pago de contribuciones, hasta tal punto que “un trabajador sólo podía dirigirse a un pueblo nuevo si su propio pueblo le daba un certificado o si el otro pueblo le invitaba. Su libertad estaba completamente controlada por los agentes parroquiales” (Hammond y Hammond 1987, 91). Objetivo central de este desarrollo normativo no fue tanto la erradicación de la pobreza a través del mecanismo de la expulsión y el impedimento a la residencia, sino el uso de los pobres en beneficio de terratenientes y fabricantes de la incipiente industria inglesa.

La aprobación posterior de la Ley de domicilio, en 1662, no hizo sino agravar la situación de los trabajadores. Si bien lo dispuesto mediante el Estatuto de los Artesanos y las Leyes de Pobres ya representaba un obstáculo para la movilidad de los trabajadores, puesto que en virtud de los mismos se encontraban obligados a trabajar, esta ley de domicilio logró la reducción a mínimos de su movimiento, expresión de su anhelo de encontrar un destino mejor. Propósito principal de esta ley era la fijación de las personas mediante la adjudicación de parroquia. Si bien es cierto que con anterioridad a la misma cada persona tenía asignada una parroquia por la cual recibir su asistencia benéfica parroquial, también lo es que a través de su promulgación se dio inicio a un período de endurecimiento de las medidas por las cuales hacer entrega de socorros. Es efectivo que esta ley redujo la libertad de las personas estableciendo un sistema elaborado con base en limitaciones al establecimiento y procedimientos de expulsión. Como señalan Hammond y Hammond: “Por esta ley, cualquier recién llegado, dentro de los cuarenta días a su llegada, podía ser expulsado de una parroquia, y devuelto a la parroquia donde se hallaba previamente establecido” (Hammond y Hammond 1987, 90). Efectivamente, la inscripción en el censo parroquial se realizaba a discreción de magistrados locales y otras autoridades, que, en general, la limitaban a personas que contaban con trabajo y cuya reputación se consideraba buena (Polanyi 1989, 152). No obstante, la mayor parte de la población de esa época no contaba con trabajo, luego de ser cercados numerosos campos comunales y destruidos abundantes campos baldíos (Hammond y Hammond 1987, 89). Esto los obligó a formar parte de la masa empobrecida, constreñida a vagar y a transgredir las normas que forzaban su establecimiento. Sin embargo, entre las medidas adoptadas sobre el asentamiento preceptivo, una nos resulta de especial interés: los Settlement Certificates.

En efecto, implicaba la posibilidad de administrar un flujo de trabajadores a precios irrisorios en interés de la clase funcionarial, pues como indica el economista y cronista de la época Thomas Ruggles, estos pobres “se ven imposibilitados para llevar su trabajo, el único producto comerciable que poseen, al mejor mercado. Esta es la restricción que en todas las ciudades manufactureras ha sido una de las causas para reducir al pobre a tal estado de mísera pobreza” (Hammond y Hammond 1987, 93). De forma similar, Adam Smith cargaba contra esta ley pues según su apreciación fijaba la mano de obra al eliminar las posibilidades de movilidad del pobre para encontrar trabajo (Polanyi 1989, 152). En este contexto, la adscripción a la parroquia se convirtió en un recurso cercano a los ya desaparecidos contratos de vasallaje por el que lograr el status subiectionis8 preciso para la neutralización del nacimiento de un verdadero mercado del trabajo.

8 Con la expresión latina status subiectionis referimos a la posición social que ocupaban aquellas personas con menor poder social dentro de las sociedades configuradas a fines del Imperio romano, particularmente durante los gobiernos de Diocleciano y Constantino, vinculadas a otras más poderosas por contratos privados de vasallaje, clientela o séquito (dependiendo del lugar y el momento histórico). Denominador común de tales contratos eran el intercambio entre personas de trabajo, entregado en el caso del pobre, y protección y ganancias en especie o monetarias, según el acuerdo, en el caso del poderoso, normalmente, propietario de tierras. Este tipo de contratos fueron pilares esenciales por los que se constituyó la estructura social del Sacro Imperio Romano Germánico, estructura que perduró durante toda la Edad Media, encontrándose de forma residual en diversos lugares en Europa hasta bien entrado el siglo XX. Las relaciones de dependencia que de ellos se derivaban constituyeron la base del orden feudal, y su erradicación, a lo menos formalmente, tiene inicio con la Revolución Francesa. En efecto, los modos de producción típicos de la Antigüedad Clásica y la Edad Media se caracterizaron por el status subiectionis del trabajador, al decir de Bazán (1982, 40). Este régimen de sujeción logró su mayor concreción en la institución del esclavismo y la servidumbre, por las que se justificaba la apropiación de los frutos del trabajo mediante el establecimiento de una relación de dominio.

Éstos no eran sino un tipo particular de documento legal por medio del cual se acreditaba el domicilio de cada persona. Su adquisición se determinaba con base en normas

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Desvagabundizando la mano de obra extranjera en España Olga Achón Rodríguez

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Este breve excurso histórico resulta útil a la reflexión sobre la política y las leyes de extranjería que en España se han venido aprobando desde mediados de la década de los ochenta. El análisis sintético de las disposiciones revisadas9 lleva a la conclusión de que las estrategias dirigidas a la fijación de la mano de obra, así como al mantenimiento de salarios y la creación o evasión del mercado de trabajo, desarrolladas bajo su vigencia, conservan gran similitud con aquellas establecidas al amparo de la Ley de Extranjería. Por ella se produce la generación de dos estatutos jurídicos bien diferenciados: el del extranjero en situación regular y el del extranjero en situación irregular.

ción de trabajar sino de hacerlo en los sectores productivos y zonas geográficas en los que la mano de obra escasea. Es de este modo que el Estado logra, amén de forzar al trabajo al extranjero, destinarlo a sectores en los que su presencia procure la creación de un flujo conveniente al mantenimiento del precio del salario y de las estructuras productivas. Obstaculizar la movilidad y establecer un flujo útil a estos efectos es objetivo primordial de esta ley, fundamentalmente a través de la creación de autorizaciones que bien recuerdan a los Settlement Certificates aludidos. El sector agrícola ha sido uno de los favorecidos por la promulgación de esta ley, puesto que por la misma se beneficia de la obtención de mano de obra que, o bien se encuentra libre de sujeciones legislativas al estar en situación irregular, aunque no por ello limitada a tomar trabajos en el sector, o sujeta a restricciones importantes de sus libertades operadas mediante el sistema de autorización de residencia y trabajo. Sin embargo, esta primera tentativa de fijación de mano de obra, mediante la codificación escrupulosa de los espacios de movilidad de los trabajadores extranjeros, no resultó del todo eficaz para el desarrollo de una agricultura dedicada a la exportación, esencialmente debido a la presión ejercida por el Estado para la erradicación del espacio público de los extranjeros en situación irregular, principal mano de obra empleada por los agricultores.

Propósito del Estado, por lograrse mediante la creación de estos estatutos, es la fijación de la mano de obra extranjera autorizada a establecerse temporalmente en España a través de la imposición de obligaciones, prohibiciones y sanciones. La visión utilitaria del extranjero, así como la del pobre en otros períodos, se extiende y agrava a través de las limitaciones propuestas al desarrollo de su actividad laboral, o bien por sector de actividad, o bien por área geográfica. De forma similar a como ocurría con el Estatuto de los Artesanos de 1563 o la Ley de Domicilio de 1662 —por los que se limitaba la posibilidad de escoger profesión u oficio a aquellos ya compelidos a trabajar, así como su movilidad por diferentes condados en busca de trabajo o mejores socorros—, la Ley de Extranjería impone no sólo la obliga-

Reglamentaciones y desarrollos normativos nuevos, efectuados mediante decretos y órdenes ministeriales, introdujeron variaciones tanto sobre el régimen de obligaciones impuestas a empleadores y trabajadores como sobre los procedimientos de contratación. Asimismo, esto supuso la introducción en el proceso de contratación de representantes investidos de poderes delegados por el Estado, lo que propició la implantación de sistemas de reclutamiento en origen de trabajadores que posteriormente serán suministrados a diversos empresarios agrícolas. Éstos permiten la armonización de intereses dispares, tales como la neutralización de la figura errante del extranjero irregular y la creación de un suministro de mano de obra que permita el mantenimiento del precio del trabajo. La inserción del sector agrícola en un período de expansión capitalista ha producido la necesidad de un cambio estructural, cuyo destino se vislumbra en la concentración parcelaria y la aniquilación de las pequeñas propiedades, cuyo sistema productivo se muestra ineficiente. Medidas paliativas, relativas a la reducción del costo del factor trabajo y a la agudización de su dominación, se han prescrito como las soluciones a la creación de un modelo productivo cuyo funcionamiento se basa en la inexistencia de verdaderos trabajadores, o al decir de Polanyi, en el establecimiento de un capitalismo sin mercado de trabajo (Polanyi 1989, 206) (ver tabla 1).

9 Entre éstas citamos : Ley Orgánica 7/1985, del 1° de julio, sobre derechos y libertades de los extranjeros en España; Proposición no de Ley relativa a la situación de los extranjeros en España núm. 162/000107; Resolución de 9 de junio de 1995, de la Subsecretaría, por la que se dispone la publicación del Acuerdo del Consejo de Ministros de 9 de junio de 1995, por el que se fija el contingente de autorizaciones para el empleo de ciudadanos extranjeros no comunitarios en el año 1995; RD 155/1996, de 2 de febrero, por el que se aprueba el Reglamento de ejecución de la Ley Orgánica 7/1985; Ley Orgánica 4/2000, de 11 de enero, sobre derechos y libertades de los extranjeros en España y su integración social y LO 8/2000, de 22 de diciembre, de reforma de la LO 4/2000; RD 864/2001, de 20 de julio, por el que se aprueba el Reglamento de ejecución de la LO 4/2000, de 11 de enero, sobre derechos y libertades de los extranjeros en España y su integración social, reformada por la LO 8/2000, de 22 de diciembre; Resolución de 14 de enero de 2003, de la Subsecretaría, por la que se dispone la publicación del Acuerdo del Consejo de Ministros de 27 de diciembre de 2002, por el que se regulan los procedimientos de contratación y se fija el número y las características de las ofertas de empleo que se ofrecen para el año 2003 a extranjeros residentes legales en España y a extranjeros que no se hallen ni sean residentes en ella; LO 14/2003, de 20 de noviembre, de Reforma de la LO4/2000, de 11 de enero, sobre derechos y libertades de los extranjeros en España y su integración social, modificada por la LO 8/2000, de 22 de diciembre; RD 2393/2004, de 30 de diciembre, por el que se aprueba el Reglamento de la LO 4/2000, de 11 de enero, sobre derechos y libertades de los extranjeros en España y su integración social; Convenio para la ordenación, coordinación e integración sociolaboral de los flujos migratorios laborales en campañas agrícolas de temporada de 2006.

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Tabla 1. Comparación del sistema de fijación de mano de obra Fórmulas históricas para la fijación de la mano de obra. Ejercicio comparativo de forma antinómadas para la comprobación de la hipótesis principal: la ley de extranjería española sirve al propósito de la fijación de la mano de obra a través del control sobre la movilidad del extranjero.

Leyes contra la vagancia • Inglaterra 1348/ Castilla 1369

• Surgidas en un contexto de escasez de fuerza de trabajo debido a:

1.- Liberación de siervos para el desarrollo de cruzadas y guerras.

2.- Aparición de la Peste Negra.

• Objetivo: Eliminación de la presión sala-

rial y creación de reserva de mano de obra barata. “Estas leyes fueron diseñadas con

un propósito expreso: forzar trabajadores (sean libres o siervos) a aceptar empleos

a un precio bajo en orden a garantizar al

terrateniente un adecuado suministro de mano de obra a un precio que él pudiera pagas.” (Chambliss, 1964: 69)

• Medidas Implementadas en el caso inglés: 1. Obligación de trabajar a precios estipulados.

2. Prohibición de aceptar salarios superiores. 3. Prohibición de rechazar trabajos.

4. Prohibición de desplazamiento entre condados en busca de trabajo.

Medidas Implementadas en el caso

castellano:

1. Facultad de los señores feudales de apli-

car vagabundos forzosamente al trabajo

sin retribución alguna salvo lo necesario para su reconstitución.

Ley 32, año 1369, D. Enrique II en Toro, Novísima Recopilación de las Leyes de

España, 1804: “los que ansí anduvieren

vagamundos y holgazanes, y no quisie-

ren trabajar por sus manos, ni vivir con señor… que cualquier de los nuestros

Reynos los pueda tomar por su autori-

dad, y servirse dellos un mes sin soldada salvo que les dé de comer y de beber”.

Ley de extranjería • España, desarrollo político-legislativo desde la LO 7/1985 hasta el presente.

• Surgida en un contexto de expansión eco-

Leyes de pobres • Inglaterra S. XVI-XVIII

• Surgidas en un contexto de escasez de fuerza de trabajo debido a:

nómica, aumento general de los salarios y 1. Disolución de las estructuras propias del escasez de mano de obra a bajo precio.

• Objetivo: Fijación de la mano de obra extranjera autorizada a establecerse

temporalmente en España a través de la

obligación de trabajar instituyendo limita-

feudalismo.

2. Extensión de doctrinas mercantilistas que abogan por la inmovilización del

factor trabajo en aras a la maximización de la producción.

ciones en cuanto a la realización de deter-

Objetivo: Eliminación de la acción del

geográfico, evitando de este modo su libre

de este modo la presión salarial ejercida

minadas actividades económicas y ámbito concurrencia al mercado de trabajo, seg-

mentándolo, y manteniendo bajo el precio del trabajo. Relegación de los extranjeros no autorizados a permanecer en el país a sectores económicos poco competitivos

mercado en relación al trabajo, reduciendo por el aumento del número de siervos manumitidos y hombres libres, a través de la fijación de la mano de obra donde hiciese falta y el mantenimiento del precio del

trabajo cercano al nivel de supervivencia.

como estrategia para su subsidio indirecto, • Medidas Implementadas: como por ejemplo la agricultura.

• Medidas Implementadas:

1. Creación de dos estatutos jurídicos

diversos, el del extranjero en situación regular y el extranjero en situación

irregular, en base al otorgamiento de

autorizaciones de residencia y permisos de trabajo. El extranjero legalmente

establecido está obligado a trabajar. Al

extranjero sin autorización se le excluye del mercado formal de trabajo y se le

fuerza al vagabundeo propio del trabajador superfluo en busca de trabajo.

2. Establecimiento de un complejo entramado de autorizaciones y permisos por los que lograr el objetivo de la fijación a sector productivo y área geográfica

específicos, durante el tiempo que dura el permiso concedido.

3. Instauración de la política de Contingentes y creación del instrumento denominado

Catálogo de Ocupaciones de Difícil Cober-

tura por los que ordenar el flujo de mano de obra autorizada a los sectores que requie-

1. Estatuto de los Artesanos 1563, por el

que se establece la obligación formal de trabajar (Polanyi, 1989: 150) y limita la posibilidad de escoger profesión.

2. Ley de Pobres Isabelina, 1601, formaliza un sistema de ayudas administradas

por las parroquias orientado a la puesta

al trabajo forzada de los hombres. [A su

alero surgieron las conocidas Workhouses, lugares de producción y confinamiento de trabajadores]

3. Ley de Domicilio, 1666, por ella se

impide la movilidad física de los trabajadores desde un distrito parroquial a otro, así “se ven imposibilitados para llevar su trabajo, el único producto comerciable que poseen, al mejor

mercado” (Hammond y Hammond,

1987: 93) [Bajo su imperio se crean los Settlement Certificates, documento

acreditativo del domicilio cuya obtención requería de invitaciones basadas en ofertas de trabajo].

ren trabajadores legalmente autorizados.

Fuente: elaboración propia a partir de los datos recopilados en la novísima recopilación de las leyes de España (1804), Chambliss (1964), Polanyi (1989), Hammond y Hammond (1987).

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Desvagabundizando la mano de obra extranjera en España Olga Achón Rodríguez

Dossier

La Preußische Feldarbeiter Zentrale. Similitudes entre el sistema prusiano de establecimiento del flujo de jornaleros polacos y el sistema de Unió de Pagesos

La presión experimentada por los junker,11 propietarios latifundistas del este, debido a la competencia que les suponía la importación de cereales del extranjero, determinó la adopción de formas de cultivo intensivo. De este cambio en el modo de producción, de la remolacha azucarera principalmente, derivó una alteración en la organización laboral, pues la intensificación de los campos precisaba un tipo de trabajador estacional que no representase una carga económica al empresario durante todo el año. La desaparición del instleute12 se presentó, entonces, inminente en un contexto en el que las remuneraciones en especie encarecían una producción que exigía altos niveles de eficiencia económica:

Los esfuerzos que el sindicato agrícola catalán Unió de Pagesos ha determinado realizar, dirigidos a la implementación de un sistema por el que adecuar la fuerza de trabajo a los objetivos productivos de los empresarios agrícolas y de supervivencia del sector, se sitúan en continuidad histórica con aquellos dispuestos por otros actores para la reproducción de realidades sociales en constante proceso de transformación. Uno de tales sistemas, de especial relevancia para nosotros, debido a su excepcional semejanza con el establecido por Unió de Pagesos, es aquel instaurado en Prusia Oriental a partir de la aprobación del decreto de 11 de noviembre de 1891, por el que el Estado alemán consintió la reapertura parcial de las fronteras orientales y el ingreso controlado de trabajadores polacos (Mezzadra 2005, 73).10 Es en esta época cuando se desarrolla un nuevo modelo de gestión empresarial intensiva (Weber 1990, 240), que vendría a reemplazar la organización patriarcal de las relaciones de producción, típica de las provincias orientales alemanas. Su establecimiento llevaría, en primer lugar, a la proletarización de los trabajadores autóctonos, y en segundo lugar, a su deserción de la tierra a la que una vez estuvieron ligados, incapaces de poder experimentar el “encanto poderoso y puramente psicológico de la ‘libertad’” (Weber 1990, 247).

Allí donde afluyen a la empresa capitales considerables mediante una gestión empresarial más intensiva y crece la posición de poder económico del empleador, tiene éste

el empeño natural de eliminar las remuneraciones en

especie, que son “poco económicas” y altamente regresivas para la empresa, y de pagar a los trabajadores la

remuneración monetaria —por ellos más deseada porque él se ve capaz de ello. (Weber 1990, 240)

El tipo de relación laboral que se establecerá en adelante tendría forma de contrato puramente salarial, y, advierte Weber, “hay que sacar las consecuencias que se pueden derivar de ello” (Weber 1990, 244). Un aumento de la movilidad autónoma de los trabajadores no se iba a dejar esperar, de modo que se iniciaron importantes procesos migratorios internos hacia el oeste, destinados a ser el motor industrial de Alemania. La penuria de fuerza de trabajo sentida por los junker, a consecuencia del abandono masivo de la mano de obra autóctona, los impulsó a ejercer presión sobre el Reichstag. Esperaban impacientes la creación de políticas migratorias que protegiesen sus intereses, de trascendental importancia para la economía nacional. El decreto anteriormente

10 Un sistema similar es propuesto por Rojo (2008) como una alternativa por desarrollar en el ámbito autonómico, aprovechando la delegación de competencias en materia de autorizaciones de trabajo a las CC. AA. (Comunidades Autónomas) por parte del Gobierno central. Hemos escogido uno de los posibles sistemas con los que efectuar paralelismos con el sistema objeto de estudio; sin embargo, otros quedan pendientes de confirmar mediante análisis comparativos más profundos. Entre ellos, nos vienen a la memoria otros que probablemente serían pertinentes, como el sistema de concentración y segmentación espacial de los inmigrantes que llegaron a atender los requerimientos de la agricultura industrial californiana, chinos, japoneses, filipinos y mexicanos, en diferentes oleadas en los siglos XIX y XX, y durante la Gran Depresión de los años 1930, los okies, inmigrantes procedentes del medio oeste estadounidense, estos últimos popularizados gracias a la descripción que de ellos hicieron novelistas como John Steinbeck, fotógrafos como Dorotea Lange o cineastas como John Ford. Se trata de lo que Ubaldo Martínez llama “modo de producción californiano”, y que atinadamente compara con el que conoce el campo almeriense en la actualidad (Martínez 2001, 51 y ss.).

11 Se denomina Junker al miembro de la nobleza terrateniente de Prusia y del este de Alemania que dominó Alemania a lo largo del siglo XIX y principios del siglo XX. Junker se deriva del alto alemán medio Juncherre, que significa “joven noble”, o de otra manera, “joven señor” (derivación de jung y el señor), y originalmente fue el título de miembros de la más alta edelfrei (nobleza). Eran dueños de grandes propiedades que fueron mantenidas y trabajadas por campesinos eslavos con pocos derechos, y ocupaban dentro del orden sociopolítico de la época un lugar determinante en la elaboración de políticas dirigidas al mantenimiento de la estructura social propia del feudalismo. 12 Weber define esta figura, también denominada Komornik en la provincia prusiana de Posen (actualmente perteneciente a Polonia), como “Trabajadores agrícolas que viven en la hacienda con un contrato anual de trabajo. Son remunerados en parte monetariamente y en parte en especie, con la asignación de tierras y con el derecho al apacentamiento de su ganado en la hacienda” (Weber 1990, 2).

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citado resultó ser la estrategia fundamental para el establecimiento de un flujo de mano de obra medio nómada (Weber 1990, 239). Las disposiciones contenidas en el mismo sirvieron al establecimiento de un suministro de trabajadores extranjeros supeditados a una movilización impuesta tanto por los ciclos estacionales de la agricultura como por los dictados de un pueblo atemorizado ante la idea de una posible invasión extranjera. Entre aquéllos se encontraba el abandono forzoso de “los territorios prusianos en invierno, [...] a fin de impedir literalmente su ‘enraizamiento’” (Mezzadra 2005, 74).

laborales más satisfactorias. El sistema de contratación establecido permitía a una agencia semipública, denominada Preußische Feldarbeiter Zentrale, es decir, Central Prusiana de Braceros Agrícolas, reclutar jornaleros polacos en la frontera. La misma actuaba en nombre de los empresarios, efectuaba el reclutamiento y fijaba las condiciones de empleo. Los objetivos propuestos por el mismo, producto de las políticas migratorias prusianas, eran, según Sandro Mezzadra, “garantizar la disponibilidad de fuerza de trabajo dócil y a buen precio y, al mismo tiempo, obstaculizar lo más posible el establecimiento permanente en los territorios alemanes de los hombres y mujeres que la encarnaban” (Mezzadra 2005, 81).

La representación del extranjero como un ser potencialmente contaminante de una identidad germana en proceso de formación llevó al Gobierno alemán a despreciar inicialmente la fuerza de trabajo de polacos de ciudadanía no prusiana. Como alternativa, se gestaron planes de importación de mano de obra china que jamás llegaron a implementarse, debido a dificultades técnicas, fundamentalmente relativas al retorno de los trabajadores luego de concluidas las labores de cosecha, y al aumento de costos derivados que esta operación suponía para los terratenientes. Tal preocupación por la homogeneidad nacional fomentó la concepción de nuevas políticas dispuestas para la creación de un mercado segmentado del trabajo con base en criterios étnicos. Esto favoreció la sustracción de los extranjeros del mercado laboral más amplio, principalmente, a través de la generación de un estatuto jurídico particular, por el que los derechos de estos trabajadores polacos fueron progresivamente eliminados. Se lograba así el establecimiento de un ejército de braceros agrícolas que aseguraban el suministro constante de mano de obra, así como la concesión de un espacio protegido para su explotación. La disminución de derechos sufrida por parte de estos trabajadores otorgó una oportunidad a los junker de aumentar su competitividad, pues lograron con ello rebajar los precios de la mano de obra y producir un flujo permanente de trabajadores disciplinados con base en un régimen que impedía el ejercicio de su movilidad autónoma.

Efectuar un paralelo entre este sistema y el desarrollado por el sindicato Unió de Pagesos resulta viable si tenemos en cuenta la gran cantidad de semejanzas entre ambos, no solamente en relación con la estructura de relaciones establecida entre los distintos actores en interacción o con el tipo de dispositivo jurídico sobre el cual se asientan, sino en lo concerniente a los fines que persiguen. Asimismo, el tipo de institución que implementa el sistema resulta similar. Ambos, la Preußische Feldarbeiter Zentrale y el sindicato Unió de Pagesos, revisten una apariencia comparable. Dedicados a la creación de un flujo por el cual suministrar trabajadores a los empresarios agrícolas, inmersos en un contexto particular de implantación de estructuras agrarias capitalistas, poseen las facultades idóneas que los habilitan para tomar las riendas de una empresa semejante. En el caso de la Central Prusiana, es su carácter de agencia privada el que le otorga la capacidad configuradora de un sistema sostenido sobre disposiciones legales dirigidas a la fijación de un flujo migratorio de trabajadores extranjeros, a su despojamiento de libertades de movimiento y trabajo, y a la neutralización de la dinámica del mercado. Similarmente, Unió de Pagesos adquiere un rol parecido, pues tiene concedidas facultades —como la representación legal de los empresarios agrícolas y la función pública de desarrollo de las políticas migratorias— por las que realizar un flujo de análogas características. La Ley de Extranjería, al igual que la legislación prusiana sobre residencia, son el cimiento de este sistema dispuesto para la producción de efectos idénticos a los propuestos por la Central Prusiana. El contexto de escasez de trabajadores autóctonos que abandonan el sector —debido tanto al trastrocamiento de un modelo productivo basado en el establecimiento de relaciones de dominación patriarcal y señorial como a la expansión del capitalismo agrario— y la necesidad de resultar competitivos en mercados de productos agrícolas internacionales han resultado ser las fuerzas impulsoras de medidas di-

La introducción de la llamada obligación de legitimación en 1907 significó el inicio de la implantación de un sistema de contratación que entrañaría la pérdida de la libertad de circulación de todos aquellos trabajadores reclutados por el mismo. A través de esta obligación se negó la oportunidad de rescindir contratos a todos los polacos de ciudadanía no prusiana, lo que se tradujo en su imposibilidad de acceder al mercado de trabajo, neutralizando, de este modo, la realización del juego de la oferta y la demanda. En el futuro, ningún trabajador podría abandonar su trabajo, bajo sanción de expulsión, ni, por lo tanto, aceptar otras propuestas de trabajo mejor remuneradas o sujetas a condiciones

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Desvagabundizando la mano de obra extranjera en España Olga Achón Rodríguez

Dossier

rigidas a la restricción de la movilidad del extranjero, a la limitación de su residencia en el país y su fijación en mercados segmentados de trabajo.

ban impedir eficazmente el abandono del trabajo —lo que suponía renunciar en algún grado a su proyecto de homogeneización étnico cultural—, el Estado español, en connivencia con el sindicato, sí ha sido capaz de fijar un flujo para actividades de temporada que permite la consecución de objetivos similares con un mayor freno a la rescisión de contratos por parte de los trabajadores y al establecimiento permanente de extranjeros.

En situación análoga, el sindicato ha sido capaz de crear una estrategia que persigue el suministro de un trabajador sin posibilidad de enraizarse en el país, ni buscar su propia fortuna. Un sistema que descansa sobre la neutralización de la competencia entre productores por la mano de obra y, por ende, en la supresión del poder negociador de los trabajadores. Un sistema que pretende, en fin, la eliminación del mercado de trabajo. Consecuentemente, este mercado se transforma en un sistema monopolista de reclutamiento en el que el trabajador se convierte en objeto de transacción. Sin poder siquiera para contratarse, muta en un tipo especial de mercadería a la que va a ser necesario vigilar, disciplinar su movimiento y controlar la permanencia de su compromiso de retorno a su país de origen. Su estatuto jurídico consiste esencialmente en estar disponible, movilizable, disciplinado, contenido y controlado. Sin embargo, el sistema que estudiamos perfecciona aquel una vez imaginado por el Estado alemán. Si éste tuvo que contentarse con la apertura de fronteras, necesaria para la entrada de trabajadores, y con la expedición de permisos que no logra-

El sistema desarrollado por el sindicato ha resultado ser el elemento idóneo para la concreción de los fines que el Estado se proponía con la política de contingentes. Una vez instaurado, ha permitido la suspensión de derechos que facultan el ejercicio de libertades y la cancelación del funcionamiento del mercado de trabajo, salvando todas las dificultades técnicas y el aumento de los costos que la operación conlleva. La consideración del despido y el abandono del trabajo como un incumplimiento del contrato, y la codificación del espacio del alojamiento mediante una normativa de régimen interno como parte constituyente de las condiciones de trabajo —a las cuales el trabajador estará sujeto, y cuya inobservancia será traducida como un incumplimiento contractual más—, vienen a representar los frenos a la movilidad del trabajador (ver tabla 2).

Tabla 2. Comparación del sistema de fijación de mano de obra prusiano y el sistema catalán EL EJEMPLO PRUSIANO (S. XIX) Y EL EJEMPLO CATALÁN (S. XX-XXI) Preußische Feldarbeiter Zentrale

Servei de Contractació de Treballadors

Central Prusiana de Braceros Agrícolas

en Origen de Unió de Pagesos

• Prusia Oriental. Contexto Económico-Social: Transforma-

• Cataluña. Contexto Económico-Social: Expansión del

ción de las estructuras sociales y del modelo de producción

capitalismo agrario. Transformación del modelo producti-

feudal a otro de carácter capitalista. Cultivo intensivo de

vo de la agricultura familiar a una agricultura de carácter

cereales. Proletarización de los trabajadores autóctonos que

capitalista de exportación. Las necesidades de mano de

desertan de la tierra para emplearse en distritos industria-

obra se concentran en momentos puntuales del proceso

les. El terrateniente o junker ya no precisa trabajadores todo

productivo. Abandono del sector por parte de los miem-

el año, sino mano de obra estacional.

bros productivos de las familias y escasez de mano de obra

• Elaboración de políticas migratorias por las que tener acceso a

autorizada a trabajar.

mano de obra extranjera a bajo precio. Aprobación del Decreto

• Unió de Pagesos, merced atribuciones de representativi-

11 de noviembre, reapertura de las fronteras orientales e ingreso

dad legal empresarial para contratar en nombre de otros

controlado de trabajadores polacos. Abandono forzoso de los terri-

empresarios y función pública delegada para vigilancia

torios prusianos en invierno por parte de estos trabajadores a fin

del retorno de los extranjeros reclutados, ha erigido un

de impedir su enraizamiento (Mezzadra, 2005: 73-74). La represen-

sistema monopolista de reclutamiento y suministro de

tación del extranjero como contaminante de la identidad germana

mano de obra en origen. El trabajador se convierte en

fomentó la concepción de nuevas políticas dispuestas a la creación

objeto de transacción comercial entre sindicato y agricul-

de un mercado de trabajo segmentado en base a criterios étnicos.

tores demandantes de mano de obra.

• 1907. Aprobación de la “Obligación de Legitimación” por la

• Dispositivo jurídico que permite la emergencia del sistema:

que se imponía un estatuto jurídico particular al bracero

Ley de Extranjería. Faculta al sindicato a establecer un flujo

agrícola polaco. De este modo los junker se aseguraban un

de trabajadores conveniente a los empresarios agrícolas, gra-

suministro constante de mano de obra al impedir el ejercicio

cias a su desposesión de libertades de movimiento y trabajo,

de la movilidad autónoma de los trabajadores.

y la neutralización del mercado de trabajo.

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EL EJEMPLO PRUSIANO (S. XIX) Y EL EJEMPLO CATALÁN (S. XX-XXI) Preußische Feldarbeiter Zentrale

Servei de Contractació de Treballadors

Central Prusiana de Braceros Agrícolas A través de la misma:

I. Se implanta un sistema de contratación que entraña la pérdida de la libertad de circulación a los trabajadores

en Origen de Unió de Pagesos

• Mecanismos:

I. La consideración del despido y abandono del trabajo como un incumplimiento contractual.

reclutados por el mismo.

II. Consideración de la huelga como abandono del trabajo y en

Central Prusiana de Braceros Agrícolas (Preuische Fel-

III. La codificación del espacio de concentración de trabajadores,

II. Este sistema lo gestionaba una agencia semi-pública, la dalbeiter Zentrale), dedicada a reclutar jornaleros en la

consecuencia como un incumplimiento del contrato.

el alojamiento, mediante una normativa de régimen interno

frontera. En nombre de los empresarios efectuaba el reclu-

considerada parte constituyente de las condiciones de trabajo,

tamiento y fijaba las condiciones de empleo.

a la que el trabajador está sujeto y cuya inobservancia se tra-

III. Se niega la oportunidad de rescindir contratos a los

duce en incumplimiento del contrato. La concentración sirve

polacos de ciudadanía no prusiana y de aceptar pro-

puestas de trabajo mejor remuneradas bajo sanción de expulsión. Se les imposibilita así el acceso al mercado de trabajo, neutralizando de este modo el juego de la

a los objetivos del suministro posterior del trabajador y a su disciplinamiento.

• El trabajador muta en un tipo especial de mercadería a la que

va a ser necesario vigilar, disciplinar su movimiento y controlar

oferta y la demanda.

la permanencia de su compromiso de retorno al país de origen.

IV. Se garantiza de este modo “la disponibilidad de fuerza de tra-

Su estatuto jurídico consiste en estar disponible, movilizable,

bajo dócil y a buen precio, y, al mismo tiempo, obstaculizar lo

disciplinado, contenido y controlado. Unió de Pagesos adopta

más posible el establecimiento permanente en los territorios

el rol de agente del estado encargado de la gestión de parte de

alemanes de los hombres y mujeres que la encarnaban” (Mez-

la política migratoria en cuanto gestor del sistema y de la red

zadra, 2005: 81).

de alojamientos. El agricultor se transforma en consumidor de mano de obra en cuanto cliente del sindicato.

PRINCIPAL EFECTO DE TALES POLÍTICAS Y SISTEMAS ES LA PRODUCCIÓN DE UN SUJETO QUE PARA EMPLEARSE RENUNCIA A SUS LIBERTADES DE TRABAJO Y DE CIRCULACIÓN. SU ESTATUTO SE ASEMEJA AL DEL SIERVO ATENDIENDO A LA SUJECIÓN QUE EXPERIMENTA AL PODER QUE LO SOMETE, MERCED LA DONACIÓN GRACIOSA DE TRABAJO.

Fuente: elaboración propia a partir de los datos recopilados en Mezzadra (2005).

Conclusiones

Pareciera que son las sociedades cuya estructura se cimenta sobre divisiones estancas, al estilo de las castas o estamentos feudales, las que en menor grado precisan de este tipo de instituciones, pues ellas mismas vienen configuradas como una gran prisión de la persona, en la que no es posible gozar de libertad suficiente para alterar su posición en la escala social. Por el contrario, las sociedades que consienten la porosidad de las fronteras sociales por las cuales se efectúan tales divisiones —y en la que, por tanto, los individuos que las constituyen son en mayor medida libres para iniciar procesos de movilidad entre lugares tanto estructurales como topográficos— suelen requerir la presencia de establecimientos en los que confinar la mano de obra, en tanto en cuanto su autonomía supone un problema para el desarrollo, consolidación o supervivencia de determinadas actividades económicas. Paradoja de estas sociedades es la existencia de lugares destinados a la reserva de la fuerza de trabajo establecidos al amparo de leyes y estatutos jurídicos.

Los sistemas de fijación de mano de obra han representado en la historia del desarrollo de los distintos sistemas de producción soluciones al problema fundamental de la libertad de los hombres, presagio de una posible deserción del trabajo. Éstos han sido establecidos de manera diversa: asignación de lugares específicos dentro de la escala social a los individuos que la integran; vinculación forzosa de los hombres a una actividad económica, establecimiento formal de la obligación de trabajar y el consecuente control de la vagancia, o cosificación de los individuos y su atribución a un tercero que pueda disponer de ellos. Tales sistemas suelen conllevar la creación de estatutos jurídicos diversos que los legitiman, así como el establecimiento, en algunos casos, de instituciones dispuestas para impedir la fuga de las fuerzas productivas.

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Desvagabundizando la mano de obra extranjera en España Olga Achón Rodríguez

Dossier

El alojamiento para trabajadores extranjeros contratados en origen por el sindicato agrícola Unió de Pagesos no es una excepción a esta regla. Erigido con propósitos similares a aquellos que provocaron la aparición de la ergástula romana, la workhouse inglesa o el hospital francés, constituye una reserva de mano de obra. Su forma, análoga a las instituciones apuntadas, sirve, en efecto, al objeto de repartir, fijar y distribuir espacialmente a los hombres.

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La contracción de las redes de contrabando de migrantes en México* Simón Pedro Izcara Palaciosv Fecha de recepción: 12 de febrero de 2013 Fecha de aceptación: 26 de septiembre de 2013 Fecha de modificación: 15 de octubre de 2013

DOI: http://dx.doi.org/10.7440/res48.2014.07

RESUMEN Tanto el discurso oficial como el académico sostienen que el contrabando de migrantes en la frontera entre México y Estados Unidos es una actividad cada vez más compleja y lucrativa, que requiere la operación de redes extensas y nexos con el crimen organizado. Los resultados de esta investigación, basada en una metodología cualitativa que incluye entrevistas en profundidad con 115 contrabandistas de migrantes, describen un escenario diferente. Los polleros deben compartir sus ganancias con nuevos actores; como consecuencia, algunas redes de contrabando de migrantes se han visto obligadas a despedir a algunos de sus miembros para disminuir los costos de operación, mientras que otras redes han decidido no emplear a más personas, para lograr que este negocio siga siendo rentable.

PALABRAS CLAVE Migración indocumentada, polleros, redes de contrabando de migrantes, México, Estados Unidos.

The Contraction of Migrant-Smuggling Networks in Mexico ABSTRACT Both the official and the academic discourse argue that migrant smuggling along the border between Mexico and the United States is an increasingly complex and lucrative business that requires the operation of extensive networks with ties to organized crime. The results of this study, based on a qualitative methodology that includes in-depth interviews with 115 smugglers of migrants describe a different scenario. Smugglers of migrants have to share their profits with new actors; as a result, some migrant-smuggling networks have been forced to lay off some of their members to reduce operating costs while other networks have decided not to hire more people in order to maintain the profitability of the business.

KEY WORDS Undocumented immigration, migrant-smugglers, migrant-smuggling networks, Mexico, United States.

*

Este artículo es resultado del Proyecto No. 155901, titulado “Coyotaje y migración indocumentada en Tamaulipas”, financiado por la Secretaría de Educación Pública y el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología de México (SEP/Conacyt). v Doctor en Sociología por la Universidad Complutense de Madrid, España. Profesor en la Unidad Académica Multidisciplinaria de Ciencias, Educación y Humanidades de la Universidad Autónoma de Tamaulipas, México. Entre sus últimas publicaciones están: La etiología de la migración permanente en la zona citrícola de Tamaulipas. México: Miguel Ángel Porrúa, 2013, y “Contrabandistas de migrantes a pequeña escala de Tamaulipas”. Perfiles Latinoamericanos 42 (2013): 109-134. Correo electrónico: sp_izcara@yahoo.com; sizcara@uat.edu.mx

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A contratação das redes de contrabando de migrantes no México RESUMO Tanto o discurso oficial quanto o acadêmico sustentam que o contrabando de migrantes na fronteira entre o México e os Estados Unidos da América é uma atividade cada vez mais complexa e lucrativa, que requer a operação de redes extensas e nexos com o crime organizado. Os resultados desta pesquisa, baseada em uma metodologia qualitativa que inclui entrevistas em profundidade com 115 contrabandistas de migrantes, descrevem um cenário diferente. Os coiotes devem compartilhar seu lucro com novos atores; como consequência, algumas redes de contrabando de migrantes estão se vendo obrigadas a despedir alguns de seus membros para diminuir os custos de operação, enquanto outras redes decidiram não empregar mais pessoas para fazer com que esse negócio continue sendo rentável.

PALAVRAS CHAVE Migração indocumentada, coiotes, redes de contrabando de migrantes, México, Estados Unidos.

Introducción

H

asta el último cuarto del siglo XIX Estados Unidos mantuvo una política liberal en materia migratoria. Los inmigrantes constituían una mano de obra categorizada como valiosa, productiva y socialmente deseable, y el Estado estimuló la inmigración de aquellos que no tuviesen enfermedades ni antecedentes penales (Castles 2006, 37). En 1875 Estados Unidos aprobó la primera ley restrictiva de la inmigración para prostitutas y delincuentes, y en 1882 la presión popular condujo a la aprobación de la ley de exclusión de los chinos (Huntington 2004, 81); en 1907 se restringió la inmigración procedente de Japón, y en 1917 el Congreso impuso un impuesto y una prueba de alfabetismo a todos los recién llegados. Las leyes de Inmigración de 1921 y 19241 establecieron un sistema de cuotas para frenar la migración del sur y este de Europa, y en 1924 se creó la Patrulla Fronteriza para detener la inmigración procedente de México, a través de una campaña sistemática de deportaciones (Massey, Durand y Malone 2009, 40).

zatlán para ser conducidos hasta California o El Paso, o bien a través de la Columbia Británica, de modo que en 1891 ya se había implantado un control de los flujos migratorios por vía terrestre desde México y Canadá (Gómez 1990, 133), aunque la complicidad de los funcionarios de aduanas con los contrabandistas aligeró el flujo de indocumentados (Griffith 2004). Las restricciones a la migración europea no cualificada en 1921 y 1924 impulsaron el contrabando de europeos a través de México (Andreas 2011, 141). Thomas y Znaniecki (2004, 262) documentan que desde principios del siglo XX los europeos podían contratar fácilmente contrabandistas de migrantes. En una carta de la serie Raczkowski, fechada el 19 de abril de 1907, Helena Brylska pide a su hermana Teófila que le envíe a su hijo Józiek desde Illowo2 a Estados Unidos con el señor Wisniewski; aunque temía que la pudiesen deportar porque el niño padecía una enfermedad ocular. Es por ello que le dice al señor Wisniewski “que no tema ni le preocupen las dificultades que pueda usted tener. Y si en la frontera hace usted un trato con un contrabandista, él puede llevar a diez personas al otro lado de la frontera” (Thomas y Znaniecki 2004, 262).

Las políticas restrictivas de la inmigración no cualificada dieron inicio a una nueva actividad: el contrabando de migrantes. Aquellas personas que no podían entrar legalmente en Estados Unidos demandaron la ayuda de profesionales para ingresar de modo subrepticio en el país. La ley de exclusión de los chinos condujo al contrabando de ciudadanos de este país, bien a través de los puertos de Ensenada, Guaymas o Ma-

Durante décadas la mayor parte de los mexicanos que entraron de modo subrepticio a Estados Unidos lo hicieron sin ayuda; únicamente unos pocos contrataban los servicios de guías locales. En 1970 sólo 8,4% de los migrantes detenidos por la Patrulla Fronteri-

1 Ley que se promulgó en 1924 y que no restringió la inmigración de trabajadores calificados.

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Población rural del norte de Polonia.


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za pagaron a un pollero3 (Andreas 2011, 142). Como contraste, el reforzamiento del control fronterizo en las siguientes décadas dificultó la entrada furtiva al país vecino e hizo que los migrantes se viesen obligados a contratar contrabandistas. Según Dolfin y Genicot (2010, 349), entre 1968 y 2004 el 62% de los migrantes hizo su primer viaje a Estados Unidos con la ayuda de un coyote.

contrabando de migrantes, en lugar de expandirse, renuncian a aquellos miembros que son más prescindibles, para contrarrestar la pérdida de rentabilidad de este negocio. Este artículo examina por qué se han contraído en los últimos años las redes de contrabando de migrantes en la frontera entre México y Estados Unidos. En primer lugar, se describe la metodología utilizada; después se examinan las redes de contrabando de migrantes que operan entre México y Estados Unidos, y más adelante se analizan las causas que han conducido a una contracción de estas redes.

En la actualidad la delincuencia organizada ha llegado a controlar gran parte del territorio mexicano; éstos vigilan el movimiento de personas por sus territorios y no permiten que ningún migrante transite si no va acompañado por un contrabandista que les pague un derecho de piso. 4 Por otra parte, la frontera estadounidense nunca ha estado tan vigilada como ahora; por lo tanto, cruzar al país vecino sin ser detectado por los agentes migratorios es cada vez más difícil. Esto no significa que los migrantes ya no puedan ingresar de modo subrepticio en Estados Unidos. El pago de sobornos a la delincuencia organizada mexicana y a las autoridades migratorias estadounidenses permite a los contrabandistas conducir migrantes de forma más fácil y segura. Como consecuencia, los migrantes ya no pueden traspasar la frontera por su cuenta y necesitan la ayuda de una red de contrabando de personas porque carecen de la capacidad y de los contactos para realizar los sobornos y pagos de derechos de piso.

Metodología Esta investigación está fundamentada en una metodología cualitativa. La técnica utilizada para recabar el material discursivo fue la entrevista en profundidad. Se entrevistaron 115 contrabandistas de migrantes. Las entrevistas fueron conducidas con una guía abierta que incluía bloques temáticos relacionados con la situación sociolaboral del entrevistado antes de dedicarse al coyotaje; las estrategias para evadir la vigilancia de los grupos delictivos mexicanos y autoridades migratorias estadounidenses, etcétera; además, contenía preguntas específicas sobre el cobro de tarifas y el pago de cuotas y derechos de piso, la periodicidad con que cruzaban la frontera y el número de personas transportadas, el número de integrantes de las redes, etcétera. Con el objeto de corroborar la veracidad de los discursos recabados, los participantes fueron entrevistados en dos ocasiones. La primera visita se prolongó más de una hora, mientras que el segundo encuentro, que buscaba aclarar aspectos que quedaron inconclusos o eran inconsistentes, tuvo una duración más corta. El contenido de las entrevistas fue grabado y transcrito de forma literal.

El texto parte de la siguiente hipótesis: en la frontera mexicana-estadounidense el control de los movimientos migratorios irregulares es tan férreo que las redes de contrabando de migrantes dependen cada vez más del pago de sobornos y derechos de piso para operar; esto resta rentabilidad a este negocio pero incrementa la predictibilidad de esta actividad. En un entorno más predecible, las redes de

El trabajo de campo se realizó entre abril de 2008 y diciembre de 2012 en diferentes localidades de Tamaulipas, San Luis Potosí, Nuevo León y México D.F. El procedimiento utilizado para seleccionar la muestra fue el muestreo en cadena. Contactamos a los entrevistados con la ayuda de personas que conocían a gente que se dedicaba al contrabando de migrantes; además, los propios entrevistados nos ayudaron a contactar a otras personas. Finalmente, el tamaño de la muestra obedeció a una saturación del campo de diferencias en la producción discursiva de los hablantes; cuando obtuvimos discursos redundantes

3 Los términos contrabandista de migrantes, coyote, pollero, así como contrabando de inmigrantes y coyotaje, son utilizados como sinónimos. 4 Pago de un canon periódico realizado por las redes de contrabando de migrantes, proporcional al número de migrantes transportados y a la frecuencia con la que atraviesan un territorio específico controlado por un grupo delictivo concreto, que permite a los polleros, y a los migrantes que conducen, transitar seguros por ese territorio. Por lo tanto, cuando una red transporta a los migrantes por territorios controlados por diferentes organizaciones delictivas, ésta debe pagar un derecho de piso a cada una de estas organizaciones. Asimismo, en territorios extensos controlados por una misma organización delictiva deben hacerse pagos separados a cada líder regional de estas organizaciones.

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Las redes de contrabando de migrantes entre México y Estados Unidos

sobre el objeto de estudio, concluyó el proceso de acopio de información. Todos los entrevistados eran líderes de una red de contrabando de migrantes o de una célula de la red y tenían una gran experiencia en el ejercicio de esta actividad, ya que se habían dedicado a guiar migrantes a Estados Unidos durante una media de más de nueve años. El entrevistado menos experimentado se había dedicado al coyotaje por dos años, y el que tenía más experiencia lo había hecho por veinte años. Ellos se definían como polleros, y aunque algunos eran conocidos con el apodo de “el coyote”, este término les agradaba menos que el primero, debido a que tiene connotaciones más negativas. Algunos decían que a ellos los llamaban traficantes de personas, una actividad penada por la ley; pero rechazaban este término porque no se definían como delincuentes, ni pensaban que lo que hacían fuese comparable a lo que hacía la delincuencia organizada. Ellos se definían como personas que ayudaban a los migrantes a cumplir su sueño de llegar a Estados Unidos a cambio de una remuneración económica. Algunos se consideraban benefactores sociales, porque posibilitaban que sus paisanos pudiesen ganar más dinero y dar una mejor vida a sus familias.

López (1997), en el primer estudio sobre el coyotaje en México, distinguió entre redes de contrabando de migrantes simples y pequeñas, y otras más grandes y complejas. Las primeras se caracterizaban por una cercanía al migrante y una elevada confiabilidad, mientras que las últimas eran menos confiables y más alejadas de los intereses de los migrantes. Tanto el discurso oficial como el académico y el de las organizaciones de derechos humanos coinciden en afirmar que a partir de los años noventa el coyotaje operado a pequeña escala se ha transformado en un negocio de mayor envergadura, operado por redes cada vez más extensas relacionadas con el tráfico de drogas. El discurso oficial sobre el contrabando de migrantes en la frontera entre México y Estados Unidos sostiene que las redes simples, poco estructuradas y oportunistas, que operaban a pequeña escala, fueron desplazadas por otras más complejas, operadas a gran escala por grupos criminales. Como consecuencia, el coyotaje habría dejado de ser una actividad manejada en el ámbito local, para transformarse en un negocio siniestro operado por criminales (HCHS 2006, 18). Aunque el documento de referencia del séptimo foro de Norteamérica descarta la asociación entre las redes de contrabando de migrantes y la delincuencia organizada, al describir a las primeras como víctimas de la extorsión ejercida por esta última (Guerrero 2011, 33 y 35). Lo que sí afirma este documento es que los grupos delictivos obligan a los migrantes a transportar drogas; aunque se contradice al señalar que esta forma de narcotráfico no es eficiente ni redituable.

El contrabando de migrantes es una profesión ejercida por varones jóvenes. La media de edad de los entrevistados era ligeramente superior a 37 años, y en promedio habían comenzado a trabajar como polleros poco antes de cumplir 28 años de edad. Uno de los entrevistados había comenzado a trabajar como pollero siendo menor de edad, dos se iniciaron en esta actividad con 40 años de edad, y uno, con 41 años. Pero éstos son casos raros: una cuarta parte de los entrevistados se iniciaron en el coyotaje entre los 20 y 24 años de edad, y dos terceras partes lo hicieron entre los 25 y 35 años de edad. La participación de la mujer en el transporte irregular de migrantes liderando una red o célula es excepcional, y en general se trata de mujeres que han padecido un entorno de violencia familiar y laboral, asociado a la prostitución. Sólo una de las entrevistadas era mujer. Las mujeres empleadas en este negocio trabajan principalmente en redes de tráfico sexual, ya que las mujeres se fían más de otra mujer que de un hombre. En las redes de tráfico sexual algunas mujeres están involucradas en el transporte, pero primordialmente trabajan como reclutadoras, ya que estas redes requieren una ardua labor de reclutamiento porque la industria del entretenimiento adulto estadounidense demanda mujeres jóvenes y esbeltas.

Las organizaciones de derechos humanos también sostienen que el coyotaje ha pasado a manos de los criminales. Un reciente informe de Amnistía Internacional (2010, 12) señala que el contrabando de migrantes era operado por redes transnacionales involucradas en el tráfico de drogas. En un informe de 2009, la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) responsabilizaba a las redes de contrabandistas de migrantes de la mayor parte de los secuestros de centroamericanos (CNDH 2009, 15); aunque otro informe más reciente las presentaba como víctimas, y no como victimarios (CNDH 2011, 29). En la comunidad académica la opinión más extendida es que la implementación de los operativos Blo-

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queo, Guardián, Salvaguarda y Río Grande5 condujo al surgimiento de redes de contrabando de migrantes más sofisticadas y mejor organizadas. Se considera que el diseño de políticas más férreas de control fronterizo benefició a las redes más grandes y perjudicó a las más pequeñas, muchas de las cuales fueron desapareciendo (Aquino 2012, 20). López (1997) argumentó que a partir de 1994 se desarrollaron redes más complejas y rentables, que definía como el negocio del coyotaje fronterizo. El argumento es el siguiente: cuando la frontera estaba menos vigilada predominaban redes pequeñas sin lazos con el crimen organizado; sin embargo, cuando se implementó una política de prevención disuasiva colapsaron las redes más simples, debido a su falta de capacidad para sortear los nuevos desafíos, y se incrementó la demanda de contrabandistas porque los migrantes ya no podían cruzar sin ayuda; por lo tanto, las redes mejor organizadas y más extensas se fortalecieron, debido al incremento del número de migrantes que deman-

daban sus servicios y a la salida del mercado de las redes pequeñas (Andreas 1998 y 2006). El resultado de esta transformación condujo a una convergencia entre el tráfico de drogas y el de migrantes (Artola 2005, 141; Pérez 2008, 152; González 2009, 54; Slack y Whiteford 2010, 88). Aunque investigaciones sustentadas en entrevistas realizadas a contrabandistas de migrantes concluyen que el tráfico de drogas y el de personas son realizados por organizaciones diferentes que no interfieren entre sí (Fuentes y García 2009, 98; Spener 2009, 155). La idea de que las redes más simples —donde el contrabandista mantiene lazos con los migrantes— han decaído —en contraste con un crecimiento de las redes más complejas e impersonales— hace que el contrabando de migrantes haya sido definido como un negocio dominado por complejas organizaciones delictivas que se lucran de forma ilícita y maltratan y estafan a quienes contra-

Tabla 1. Número de miembros de las redes de contrabando de migrantes estudiadas entre 2008 y 2012 Redes

2008

2009

2010

2011

2012

Redes simples que operan de modo estacional

8

6,1

--

5,8

2,8

Redes complejas que operan de modo sistemático

45

9,7

--

7

4,4

11,3

20

3,3

4

5,3

Redes simples que operan de modo sistemático

Nota: los datos referentes a las redes complejas que operan de modo sistemático no son comparables porque algunos entrevistados dieron datos referentes a la red; otros, a una línea, y otros, a una célula. Fuente: elaboración propia a partir de los datos recopilados en las 115 entrevistas realizadas a contrabandistas de migrantes entre abril de 2008 y diciembre de 2012.

tan sus servicios (Feldmann y Durand 2008, 23; García, Gaxiola y Guajardo 2007, 104; O’Leary 2008, 117).

5 Con el objeto de poner freno a la inmigración indocumentada en los años noventa, se implementó una política de prevención disuasiva, consistente en dificultar el cruce fronterizo para que los migrantes desistiesen de intentar su ingreso en Estados Unidos. En 1993 se desarrolló en El Paso la operación “Bloqueo”; en 1994 surgió en San Diego la operación “Guardián”; en 1995 se implementó en Arizona la operación “Salvaguardia”, y en 1997 se inició en Texas la operación “R ío Grande”. Estas operaciones condujeron a una mayor vigilancia de las áreas más pobladas, utilizadas tradicionalmente por tres cuartas partes de los indocumentados que ingresaban en Estados Unidos; como consecuencia, los flujos migratorios se desplazaron hacia zonas desérticas de más difícil accesibilidad, con un incremento exponencial del costo económico y social de la emigración (las tarifas cobradas por los contrabandistas se incrementaron y el número de muertes se multiplicó).

Como contraste, los datos de la tabla 1 parecen indicar que las redes de contrabando de migrantes que operan en la frontera entre México y Estados Unidos se contraen cada vez más. Dos redes que dejaron de operar en los años noventa (la 8 y la 26 de la tabla 2: la primera operó entre 1983 y 1993, y la segunda entre 1990 y 1997) sólo tenían un integrante. Este dato corrobora la hipótesis del predominio de redes poco estructuradas en los años noventa; sin embargo, en la actualidad siguen operando y predominando redes muy pequeñas.

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Las redes 6 que operan en la frontera entre México y Estados Unidos pueden dividirse en dos grandes grupos: las que operan de modo estacional y las que lo hacen de modo sistemático (Izcara 2012a, 46). Las primeras facilitan el cruce de pocas decenas de migrantes anualmente, y sólo operan una o muy pocas veces al año, y sus integrantes apenas obtienen una parte minoritaria de sus ingresos de esta actividad (véase la tabla 2), mientras que las últimas facilitan el cruce fronterizo de centenares de migrantes, operan de modo continuo a lo largo de todo el año, y sus integrantes obtienen la totalidad de sus ingresos de esta actividad (véase la tabla 3).

territorio. Samuel (2012), un pollero empleado en una red de tráfico sexual que operaba una o dos veces al mes, explicaba esta estructura del siguiente modo: “una línea es un equipo de polleros que trabajamos para el mismo jefe, y hay varias líneas y cada línea tiene sus polleros”. El primer grupo de redes mantiene una relación más estrecha con los migrantes; pero ambas están formadas por células 7 que operan de forma relativamente simple. Hay otro tipo de redes, que López (1997) denominó “coyotes locales de la frontera”, que han languidecido. Éstas son redes simples que operan de modo sistemático apoyadas por el capital social generado por las redes migratorias de familiares y amigos, y en general no cuentan con el apoyo de los empleadores estadounidenses. Estas redes transportan desde unas decenas hasta más de un centenar de migrantes cada año (véase la tabla 4). Como decía Samuel (2012), “a los que les va mal es a los que trabajan por su cuenta”. Manuel (2012), un contrabandista que lideraba una de las aproximadamente veinte células de la red donde trabajaba, había pensado en trabajar por su cuenta; pero desistió porque, como él decía, “yo trabajo con un jefe y él me manda a mí; yo antes había pensado en trabajar solo por mi cuenta, pero me di cuenta que las cosas no andaban muy bien y mejor me dejé de eso”.

Los polleros que operan en redes estacionales son en general personas que obtienen una porción mayoritaria de sus ingresos del trabajo que realizan en Estados Unidos en sectores como la agricultura; pero regresan a México una o varias veces al año para reclutar mano de obra indocumentada para sus empleadores. Por lo tanto, el coyotaje representa para ellos un complemento salarial. Como contraste, aquellos que trabajan en redes que operan de modo sistemático únicamente se dedican al contrabando de migrantes. Es decir, mientras que los primeros suelen cruzar la frontera una vez al año, los últimos operan de forma continua. Las redes que operan estacionalmente son lideradas por un contrabandista, que cuenta con el apoyo de un reducido número de ayudantes y de un empleador estadounidense. Las que lo hacen constantemente son más extensas y presentan una férrea estructura jerárquica, donde un líder administra el negocio y las finanzas del mismo (Fuentes y García 2009, 81; Izcara 2012a, 52). Las redes más complejas se han especializado en el transporte de centroamericanos desde la frontera guatemalteca hasta Estados Unidos. Estas redes se dividen en líneas; cada línea tiene varias células, y cada célula atraviesa una pequeña porción de

Las funciones de los polleros no son las mismas en las redes simples que en las complejas. Los polleros que laboran en redes simples deben desempeñar un mayor número de funciones: ellos participan de un modo directo en las actividades de reclutamiento, cobran las tarifas a los migrantes, lidian con la delincuencia organizada y negocian el pago de cuotas a estas organizaciones. Es por ello que tardan más tiempo en reunir al grupo de migrantes que transportarán hasta el país vecino. Aunque existe una diferencia fundamental entre aquellos que trabajan en redes simples estacionales y los que laboran en redes simples que operan sistemáticamente. Los primeros trabajan para empleadores de Estados Unidos, quienes muchas veces llegan a acuerdos con las autoridades migratorias estadounidenses para que permitan el paso de sus polleros. Los últimos trabajan para las redes sociales de los migrantes y no cuentan con el apoyo de los empleadores.

6 Algunas de estas redes son tan simples que podría cuestionarse este término para definirlas. En este sentido, algunos “coyotes locales de la frontera”, que transportan a los migrantes hasta sitios tan cercanos como el valle de Texas, trabajan solos. Sin embargo, el término red es adecuado porque la mayor parte de los casos estudiados, incluidos los polleros que operan estacionalmente, suelen apoyarse en tres o más personas: un empleador estadounidense (que sólo participa económicamente), un ayudante y el pollero, que es quien conduce a los migrantes a Estados Unidos. Además, hay que añadir el trabajo puntual de pateros que ayudan a los polleros a cruzar el río Bravo, y el de las personas que trabajan en las casas de seguridad utilizadas por diferentes polleros para descansar y reponer fuerzas. En el caso de las redes complejas que operan de modo sistemático, el número de personas involucradas es mucho mayor.

7 En el primer caso, se componen de una célula, y en el último, el número de células puede llegar a sumar más de una decena.

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Tabla 2. Redes simples que operan de modo estacional apoyadas por un empleador estadounidense Red

Integrantes de la

Período de

N° de cruces/año

N° de migrantes/

Fecha de la

1

Varias personas

2002/08

2

24/36

04/2008

2

20

1990/08

3/4

15/28

06/2008

3

5

1998/08

1

6/8

06/2008

red

operación

año

entrevista

4

10/15

2001/08

1

15/20

06/2008

5

Conoce a 15

2003/08

1

15/20

07/2008

6

Varias

1999/08

2

16/20

07/2008

7

8/10

1997/08

1

15/20

07/2008

8

1

1983/93

1

3/5

10/2008

9

5

1988/08

1/2

5/14

10/2008

10

6

2001/08

1

10/12

11/2008

11

8

1994/08

1/2

10/20

11/2008

12

7

2003/08

2

28/32

12/2008

13

1

2004/08

1

9

12/2008

14

8

2001/08

3/4

18/28

12/2008

15

6

2003/08

1

8/10

12/2008

16

4

2000/09

1

13/17

01/2009

17

5

1999/09

1

12

01/2009

18

9

2003/09

2/3

20/36

01/2009

19

24

1998/09

4

92/104

02/2009

20

Conoce a 10

1997/09

4

92/100

02/2009

21

3

1994/09

1

9

02/2009

22

4

2002/09

1

8/10

02/2009

23

1

2002/09

1

12/15

02/2009

24

5

2003/09

2

18/20

02/2009

25

3

1997/09

1

6/8

02/2009

26

1

1990/97

1/2

3/8

04/2009

27

4

1995/03

2/3

8/18

05/2009

28

No sabe

2000/09

1/2

5/10

05/2009

29

10

2007/11

2

26/36

04/2011

30

10

2000/11

1

10/15

04/2011

31

4

1990/11

1

8/10

04/2011

32

3

2005/11

2/3

12/36

05/2011

33

15

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2

40/50

06/2011

34

5

2004/11

2/3

24/54

09/2011

35

3

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4/6

40/120

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36

5

2003/11

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20/30

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37

7

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2

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38

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1

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2

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1

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6

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4

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1

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La contracci贸n de las redes de contrabando de migrantes en M茅xico Sim贸n Pedro Izcara Palacios

Dossier

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3

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50

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52

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2

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1

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2

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1/2

5/20

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60

5

2001/12

1

4/12

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61

2

1998/12

1

7/10

02/2012

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2

2001/12

1/2

4/20

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63

2

2008/12

1

4/9

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2

2000/12

1/2

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65

5

1995/12

2

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66

3

2002/12

2

12/20

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67

3

2000/12

3

30/60

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68

4

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---

---

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69

3

2002/12

2

14/20

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70

3

2004/12

3

30

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71

3

2006/12

6

---

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72

2

2007/12

6

42/60

06/2012

73

3

2002/12

2

14/20

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74

2

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2

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75

2

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---

---

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2

2002/12

3

21/45

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77

3

2003/12

3/4

36/120

07/2012

78

2

2004/12

2

14/20

07/2012

79

2

2002/12

1/2

8/60

07/2012

80

4

2003/12

3

21/45

11/2012

81

5

2001

4

28/80

11/2012

82

3

2003/12

2

14

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83

3

2005/12

4

40

11/2012

84

2

2004/12

2

14

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Fuente: elaboraci贸n propia a partir de los datos recopilados en las 115 entrevistas realizadas a contrabandistas de migrantes entre abril de 2008 y diciembre de 2012.

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Revista de Estudios Sociales No. 48 • rev.estud.soc. • Pp. 212. ISSN 0123-885X • Bogotá, enero - abril de 2014 • Pp. 84-99.

Tabla 3. Redes complejas que operan de modo sistemático Red

Integrantes de la

Período de

N° de cruces/año

N° de migrantes/ año

la entrevista

1

Muchas (+)

2001/08

15/18

75/180

08/2008

célula o red

operación

Fecha de

2

40/50 (+)

1992/08

36

180/360

11/2008

3

15 (+)

1995/09

52

208/1040

04/2009

4

10 (+)

1998/09

24

720/960

05/2009

5

10 (+)

1998/09

12/24

72/192

05/2009

6

4 (*)

2008/09

52/104

312/728

05/2009

7

15 (+)

2000/11

6

78

08/2011

8

5 (*)

2007/11

6

48/72

08/2011

9

4 (*)

2007/11

12

72/120

09/2011 10/2011

10

3 (*)

2006/11

12

84/144

11

8 (+)

2004/11

12

120/480

12/2011

12

12 (+)

2004/12

12/15

120/225

04/2012

13

4 (*)

2004/12

9/15

135/300

07/2012

14

2 (*)

2008/12

12/15

180/300

08/2012

15

4 (*)

2007/12

24

480/600

09/2012

16

6 (*)

1997/12

12/24

60/240

09/2012

17

3 (*)

2005/12

12

96

09/2012

18

4 (*)

2000/12

9/12

45/120

09/2012

19

1 (*)

2002/05; 2009/12

12/24

180/480

11/2012

20

4 (*)

2006/12

12

132

11/2012

(*) El dato se refiere al número de integrantes de la célula o línea. (+) El dato se refiere a la red completa. Fuente: elaboración propia a partir de los datos recopilados en las 115 entrevistas realizadas a contrabandistas de migrantes entre abril de 2008 y diciembre de 2012.

Tabla 4. Redes simples que operan de modo sistemático o “coyotes locales de la frontera” Red

Integrantes de la red

Período de operación

N° de cruces/año

2

Conoce a 10

2004/08

4/6

4

4

1

3

5

10/15 20

6

1986/05

9/15

2

1996/04

5

2006/12

8/10

5

2000/12

7/11

8

6

10

6

11

2002/09

2004/06

4

9

3/4

2

6 7

1990/08

12/15

N° de migrantes/ año 39/68

40/90

24/30

08/2010

45/75

36/240

2006/11

3/5

9/100

6/12

07/2008

02/2009

12/24

2005/12

04/2008

90

1979/10

3/4

Fecha de la entrevista

12/20

48/60

30/180 35/165

06/2010 10/2010 01/2011 12/2011

01/2012

04/2012

04/2012

Fuente: elaboración propia a partir de los datos recopilados en las 115 entrevistas realizadas a contrabandistas de migrantes entre abril de 2008 y diciembre de 2012.

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La contracción de las redes de contrabando de migrantes en México Simón Pedro Izcara Palacios

Dossier

Por lo tanto, deben esquivar por sí mismos la vigilancia de la Patrulla Fronteriza y corren un mayor riesgo de ser aprehendidos. Por otra parte, los ingresos de los polleros que operan en redes simples son más variables que los de aquellos que trabajan para redes complejas. Los últimos son trabajadores asalariados, mientras que los primeros son los responsables de las redes que lideran. Sus ingresos dependen del número de migrantes que recluten, de lo que paguen éstos y de los gastos causados por los pagos de derechos de piso o sobornos, que siempre fluctúan. Los polleros de las redes simples estacionales siempre obtienen ingresos razonables porque reciben de los empleadores estadounidenses una compensación económica. Como contraste, aquellos que operan redes simples sistemáticas ocasionalmente pueden llegar a obtener una ganancia neta nula si no logran reclutar a un número suficiente de migrantes o si tienen que hacer frente al pago de cuotas elevadas de manera inusual.

red es más compleja, el reclutamiento está separado del transporte; es decir, quienes transportan a los migrantes no los reclutan. Esto permite que las redes operen con mayor celeridad. En las redes complejas, los polleros son trabajadores asalariados, y su salario depende del número de veces que operan y del número de migrantes transportados en cada viaje. Este salario es relativamente estable, ya que suelen transportar casi siempre al mismo número de migrantes, y la periodicidad con que realizan estos viajes varía poco. Sin embargo, deben descontar de su salario algunos gastos de operación, ya que ellos son los responsables del funcionamiento de la célula que lideran. Su función es transportar a los migrantes del punto A al punto B; pero deben descontar de su salario los pagos realizados a los ayudantes que los apoyan en este trayecto. En los últimos años los líderes de estas redes han congelado o contraído los salarios de sus polleros; como consecuencia, muchos contrabandistas se han desprendido de algunos de sus ayudantes.

Los polleros que trabajan en redes complejas operan de modo más eficiente porque realizan menos funciones. En estas redes hay una mayor división del trabajo. Los polleros sólo transportan a los migrantes; no cobran a los migrantes, no negocian con la delincuencia organizada, no pagan sobornos, y muchos no realizan labores de reclutamiento. Estas funciones las administra el líder de la red, que es quien negocia con los grupos delictivos y autoridades estadounidenses para que los polleros puedan transitar. En las redes de mayor complejidad, el líder suele residir en Estados Unidos y tiene gestores en México, que se encargan de que las redes funcionen sin contratiempos en el territorio mexicano. A medida que la

Finalmente, habría que señalar que las redes simples estacionales trabajan para los empleadores estadounidenses, mientras que las redes simples que operan de modo sistemático trabajan para las redes sociales de los migrantes; por otra parte, las redes complejas trabajan tanto para las redes sociales de los migrantes como para las de los empleadores estadounidenses; aunque estas últimas dependen cada vez más de la demanda de mano de obra irregular, ya que muchas tienen vínculos con seudoagencias de contratación que proveen de migrantes irregulares a empleadores en sectores que demandan mano de obra barata no cualificada (véase el cuadro 1).

Cuadro 1. Actividad y funciones de los polleros en las diferentes redes de contrabando de migrantes Redes

Simples

Complejas

Estacionales

Sistemáticas

Sistemáticas

Dedicación

Tiempo parcial

Tiempo completo

Tiempo completo

Número de personas transportadas anualmente

Una o varias decenas

Un centenar

Varios centenares

Mínima

Anual

Cuatrimestral

Bimestral

Máxima

Trimestral

Quincenal

Semanal

Posición

Líder

Líder

Asalariado

Ingresos

Estables

Variables

Estables

Reclutamiento, cobro de tarifas, negociación con la delincuencia organizada y transporte

Reclutamiento, cobro de tarifas, negociación con los grupos delictivos y transporte

Empleadores estadounidenses

Redes sociales de los migrantes

Periodicidad de operación

Funciones

Demandantes de los migrantes

Transporte Redes sociales de los migrantes y seudoagencias de contratación

Fuente: elaboración propia a partir de los datos recopilados en las 115 entrevistas realizadas a contrabandistas de migrantes entre abril de 2008 y diciembre de 2012.

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Pérdida de ingresos y contracción de las redes de contrabando de migrantes

migratorias. Cuando preguntamos a los entrevistados quiénes se llevaban más dinero, si los primeros o los últimos, predominaron respuestas como: “se llevan lo mismo porque se les paga igual” (Carmelo 2011); “los dos se llevan bastante dinero, aquí la delincuencia en México se lleva y allá [en Estados Unidos] ellos [las autoridades migratorias]” (Humberto 2012); “se han de llevar por igual, pues los dos transan” (Jorge 2012); “es igual, los dos ganan igual, es lo mismo” (Manuel 2012) o “es lo mismo porque a los dos se les paga y cobran bien cobrado porque es mucho dinero lo que se da a ellos” (Gabriel 2012). La mayor parte de los entrevistados desconocían cuánto recibían las autoridades estadounidenses porque los pagos solían hacerlos sus patrones; aunque algunos dijeron que estos pagos ascendían a unos mil dólares por persona. Patricio (2012), un contrabandista que llevaba hasta Texas siete u ocho migrantes cada cuatro meses, dijo: “se pagan ocho mil dólar; eso es lo que se está pagando desde hace tiempo y no ha subido”. Asimismo, Raúl (2012), un contrabandista que llevaba hasta Illinois unos siete migrantes cada tres meses, señaló: “se les da como ocho mil dólar; eso es lo que estaba pagando el patrón”. Aunque, según los entrevistados, en el caso de los migrantes que pasan con documentos apócrifos por los puntos aduanales, el canon se duplica.

Durante los últimos años se contrajeron de modo notable los ingresos recabados por las redes de contrabando de migrantes. Esto obedeció a dos circunstancias: el control del contrabando de migrantes ejercido por los grupos delictivos mexicanos y el cobro de cuotas por parte de las autoridades migratorias estadounidenses (Izcara 2012b). La delincuencia organizada comenzó a cobrar en 2004 una cuota de aproximadamente cien dólares por el derecho a traspasar los territorios fronterizos que ellos controlaban. En 2008 eran pocos los contrabandistas que no pagaban el canon exigido por la delincuencia organizada, y en 2012 el citado canon se elevó casi hasta la cifra de mil dólares por persona. Los inmigrantes centroamericanos pagan tasas hasta tres veces más elevadas que los mexicanos. Los primeros deben pagar un canon por transitar del sur al norte de México, mientras que los últimos sólo pagan cuando se encuentran en la frontera. Las autoridades migratorias estadounidenses también comenzaron a cobrar cuotas a los contrabandistas (Izcara 2013). Es sorprendente la superposición entre los calendarios de la evolución de los cobros realizados por éstas y por la delincuencia organizada. Los contrabandistas empleados por empresarios estadounidenses fecharon en 2004 el inicio del cobro de cuotas a los empleadores para permitirles contratar indocumentados; más tarde, entre 2007 y 2008, las cuotas se extendieron para permitir el cruce fronterizo de los contrabandistas que los abastecían de migrantes:

La coincidencia del calendario y de los montos cobrados por la delincuencia organizada mexicana y las autoridades migratorias estadounidenses hacía que algunos entrevistados pensasen que pudiese existir una conexión entre ambos. Aunque esto es sólo una conjetura, ya que ninguno de los entrevistados manifestó que tuviese conocimiento de que existía tal alianza. Algunos se cuestionaban cómo los agentes estadounidenses sabían cuántos migrantes cruzaban la frontera y a qué lugar se dirigían desde antes de que pisasen el país, por lo que llegaban a la conclusión de que debían existir lazos entre ambos, ya que los grupos delictivos mexicanos eran los únicos que disponían de esta información,

[La cuota] de los polleros tiene como unos tres años [2008] y la de los patrones tiene como unos siete años [2004], y es

que los patrones que emplean a los mojados, ellos tienen que pagar para que no los revisen. (Dionisio 2012)

[La cuota que pagan los empleadores] ya tiene como siete años [2004]; antes no lo hacían, pero ya después así pasó y siguió. (Edmundo 2012)

Eso [el pago de la cuota] tiene unos cinco años [2007], creo que ese tiempo, porque antes no se hacía y se bata-

[Los agentes migratorios y los delincuentes] se pueden

Eso ya tiene buen tiempo, como cinco años [2007]; pero

lar, y ellos [los agentes migratorios] ya saben cuándo

llaba más para pasar. (Patricio 2012)

comunicar de muchas maneras, por internet o celu-

es que los migras no nos cobran a nosotros sino que el

vamos para allá, creo que ellos deben de tenernos

patrón es el que paga. (Raúl 2012)

identificados pa’ saber quiénes somos y cada cuánto

Mi patrón les paga desde el 2007. (Rodolfo 2012)

vamos. (Felipe 2012)

Yo creo que sí [hay lazos entre los delincuentes y los

También es llamativa la similitud de la cuantía de los cánones cobrados por delincuentes y autoridades

agentes migratorios] porque antes de llegar a donde vamos ellos ya saben que vamos para allá; aunque

94


La contracción de las redes de contrabando de migrantes en México Simón Pedro Izcara Palacios

Dossier

La reducción del riesgo de cruzar a Estados Unidos

ellos saben cuántas personas llevamos y a dónde vamos. (Gabriel 2012)

Cuando uno llega a la frontera de Estados Unidos ya

En las entrevistas aparecen constantes referencias a la reducción del riesgo de cruzar a Estados Unidos, que contrasta con un desproporcionado incremento de la violencia en México. Hasta 2004, la dificultad y el peligro se encontraban en el lado estadounidense; los migrantes debían esconderse para esquivar la férrea vigilancia de los agentes migratorios: esto se traducía en un incremento de las muertes por deshidratación, ahogamiento, insolación e hipotermia. Como contraste, transitar por México era relativamente seguro. A partir de 2004 las autoridades estadounidenses comenzaron a hacerse las de la vista gorda ante el empleo de indocumentados en sectores demandantes de mano de obra barata, y unos años después, ante el cruce subrepticio de migrantes solicitados para dichas actividades. Por el contrario, en México los grupos delictivos comenzaron a sembrar el terror entre los migrantes que pretendían llegar al país del norte.

saben cuánta gente va, y cómo saben, por medio de alguien que les informa. (Patricio 2012)

He pensado que a lo mejor están en el mismo canal [los

delincuentes y los agentes migratorios]; es decir, que lleguen a estar de acuerdo, porque cuando uno va para el otro lado los de allá ya saben, y nos están esperado,

y se quitan del camino para que pasemos; es decir, ya están advertidos de que vamos. (Rodrigo 2012)

Para atravesar el territorio mexicano las redes de contrabando de migrantes tienen que pagar un canon a las organizaciones delictivas, que puede ascender hasta tres mil dólares por persona. Además, los entrevistados dicen que para cruzar la frontera estadounidense deben pagar un soborno cercano a mil dólares por migrante. Por lo tanto, el coste por migrante en concepto de sobornos y derechos de piso puede ascender hasta cuatro mil dólares. En el caso de aquellos que atraviesan en avión el territorio mexicano, o en el de los que cruzan la frontera estadounidense por los puentes aduanales, el pago de sobornos es más elevado. Esto ha conducido a una elevación de las tarifas cobradas por las redes de contrabando de migrantes. Los migrantes centroamericanos, que ahora deben pagar tarifas superiores a los cinco mil dólares para llegar a Estados Unidos, han sido los más afectados. Los migrantes mexicanos pagan tarifas más bajas, generalmente inferiores a tres mil dólares, porque no deben pagar derechos de piso por atravesar el territorio mexicano. Sin embargo, las redes de contrabando de migrantes no han podido elevar estas tarifas de modo proporcional al incremento de los costes de operación derivados del pago de derechos de piso y sobornos, ya que una subida excesiva de las tarifas reduce el número de clientes. Por lo tanto, durante los últimos años han mermado los ingresos netos de las redes de contrabando de migrantes.

Algunos contrabandistas hablan de un decremento de la probabilidad de perecer al cruzar la frontera. Manuel (2012) dijo: “antes pasaba que si la migra te veía la gente corría y por lo regular el pollero se iba”. El abandono de los migrantes era, según los entrevistados, una práctica más habitual años atrás, cuando las autoridades no recibían sobornos por dejar que los indocumentados cruzasen la frontera. Puesto que muchos contrabandistas ya no huyen de las autoridades, el abandono de migrantes ha decrecido. Manuel (2012) expresó esta idea del siguiente modo: eso [el abandono de los migrantes al ser descubiertos por

la Patrulla Fronteriza] ha dejado de pasar, pero comoquiera hay que tener cuidado, no puedes ir confiado del

todo […] Sí nos escondemos [de la Patrulla Fronteriza], no podemos confiarnos, pero ya no es lo mismo que

antes, es menor el riesgo de que te deporten del camino, imagina que te deportan porque te encuentran en el

La pérdida de ingresos derivada del pago de cuotas ha afectado negativamente las finanzas de las redes de contrabando de migrantes, pero también ha comportado efectos positivos. Los acuerdos entre contrabandistas y autoridades migratorias han reducido el riesgo e impredecibilidad de cruzar de modo subrepticio la frontera estadounidense; como consecuencia, algunas redes han empezado a reducir el número de sus integrantes para recortar costes y poder afrontar la pérdida de ingresos derivada del pago de cuotas.

camino, cómo le van a responder al patrón, porque está pagando para no tener problemas.

Patricio (2012) explicó de la siguiente manera cómo se produjo un descenso de las muertes de migrantes en el territorio fronterizo estadounidense en los últimos años. Él dijo que los migrantes conducidos por polleros que pagaban cuotas a las autoridades migratorias estadounidenses ya no morían en la frontera, y achacaba los decesos ocurridos al intento de algunas personas de pasar por su cuenta:

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El despido de miembros de las redes para abaratar los costes de operación

Se batalla menos porque ahora se paga, antes no se pagaba y se batallaba más porque había que esconderse de los migras, y cuando te agarraban te depor-

taban y te dejaban días en la cárcel. Antes era más

Un proceso que parece haberse consolidado en los últimos años es una contracción del tamaño de las redes de contrabando de migrantes, con el objeto de abaratar los costes de operación; así minimizan los efectos de una pérdida de ingresos derivados del pago de cuotas. En algunos casos, los contrabandistas han recortado los salarios de las personas que les ayudan a operar las redes. Como dijo Donato (2012): “me queda menos dinero y a las personas que ayudan también se les paga menos por los gastos que hay”. En otros casos, como aparece reflejado en los siguientes testimonios, las redes han prescindido de algunos de sus miembros para poder sobrevivir económicamente. Aunque el segundo efecto muchas veces ha sido derivado del primero; es decir, al mermar los salarios de los ayudantes

difícil de pasar y había más muertos y ahogados.

Antes todos los días había ahogados, y ya pues, ya no ha habido; sí hay, pero son pocos, y se ahogan porque quieren pasar solos para el otro lado.

Las estadísticas oficiales confirman que a partir de 2005 se ha producido un descenso sostenido en el número de migrantes mexicanos fallecidos en la frontera. Sin embargo, este descenso es inferior a la caída de la migración subrepticia, de modo que la ratio entre fallecidos y migrantes aprehendidos al cruzar la frontera ha crecido (véase la tabla 5). Aunque los datos estadísticos sobre el número de muertes en la frontera están infradimensionados, y es posible que en los últimos años el recuento de los decesos sea más exacto que en años anteriores.

Tabla 5. Migrantes mexicanos fallecidos en la frontera entre México y Estados Unidos Año

Migrantes fallecidos

Migrantes aprehendidos

Ratio fallecidos / aprehendidos

Muertes

Tasa de crecimiento

Aprehensiones

Tasa de crecimiento

1995

61

---

1357110

---

0,000045

1996

87

42,6

1598016

17,8

0,000054

1997

149

71,3

1478782

-7,5

0,000101

1998

329

120,8

1614308

9,2

0,000204

1999

358

8,8

1504555

-6,8

0,000238

2000

499

39,4

1615081

7,3

0,000309

2001

387

-22,4

1205390

-25,4

0,000321

2002

371

-4,1

901761

-25,2

0,000411

2003

409

10,2

865850

-4,0

0,000472

2004

369

-9,8

1073468

24,0

0,000344

2005

443

20,1

1016409

-5,3

0,000436

2006

426

-3,8

973819

-4,2

0,000437

2007

407

-4,5

800634

-17,8

0,000508

2008

344

-15,5

653035

-18,4

0,000527

2009

369

7,3

495582

-24,1

0,000745

2010

334

-9,5

396819

-19,9

0,000842

2011

325

-2,7

280580

-29,3

0,001158

Fuente: elaborado a partir de Berumen, Ramos y Ureta (2011, 2).

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La contracción de las redes de contrabando de migrantes en México Simón Pedro Izcara Palacios

Dossier

empleados por los polleros, los primeros decidieron no continuar trabajando para los últimos. Como consecuencia, el número de tareas a realizar por cada uno de los integrantes de las redes se ha incrementado,

poco comporta tantos riesgos como antes. Los acuerdos con las autoridades migratorias les permiten operar con más seguridad; como consecuencia, son cada vez más los contrabandistas que deciden operar solos para reducir los costos de operación y poder mantener sus ganancias:

Entre los que nos ayudamos somos tres, antes éramos cinco; pero como hay menos dinero pues a los otros dos

Yo trabajo solo por mi cuenta, yo no necesito ayudantes,

trabajar. (Gerardo 2012)

bajo solo. (Jorge 2012).

no les convino y mejor ellos buscaron otra línea donde

yo hago el trabajo desde aquí y estando allá también tra-

Somos tres porque entre menos personas se ocupen se

Me ayuda una, y es la que nos renta la casa a donde lle-

trabaja más, pero hay más dinero, porque el dinero que

gamos, ya lo demás lo hago yo, los polleros que van más

las personas pagan se usa para gastos, y de ahí mismo

para allá, más lejos, ellos sí necesitan más ayuda, yo

se cobra uno. (Gregorio 2012)

nada más tengo a una persona. (Marcelo 2012)

Cada día es menos, un poco menos; pero por eso nada más

Si alguien más te ayuda, tú vas a ganar menos, y pues, a

tengo a una persona, que es con la que hago los tratos, y

mi no me conviene, comoquiera el que voy a trabajar voy

él me ayuda, y lo que queda es para nosotros. (Jaime 2012)

a ser yo porque soy el que conoce más, no me conviene y mejor trabajo solo. (Orlando 2012)

Por otra parte, algunas redes que desde tiempo atrás habían planeado integrar más personas dieron marcha atrás; después de valorar el problema de la pérdida de ingresos decidieron no dar empleo a nadie más, para no erosionar sus decrecientes ganancias. Las cuotas se incrementan de modo notable todos los años, pero ellos no pueden elevar sus tarifas en esa misma proporción porque entonces dejarían de tener clientes; por lo tanto, no pueden contratar más personas. Años atrás, cuando el coyotaje era un negocio más rentable, las redes no tenían inconveniente en ocupar más personas, ya que al incrementarse el número de participantes se agilizaba y facilitaba la operación de las mismas. En la actualidad los polleros se arriesgan menos a compartir sus ganancias con la incorporación de nuevos integrantes a la red o célula que ellos dirigen; prefieren trabajar más y asumir más tareas para no dividir sus ingresos.

Otro efecto de la decreciente rentabilidad de las redes de contrabando de migrantes es una disminución de las casas de seguridad utilizadas por los polleros a lo largo del trayecto. Esto reduce los costes de operación pero expone a los migrantes a un mayor estrés y agotamiento, ya que en las casas de seguridad los migrantes descansan y reponen fuerzas.

Conclusión El contrabando de migrantes en la frontera entre México y Estados Unidos es descrito tanto por académicos como por activistas sociales y autoridades gubernamentales como una actividad cada vez más compleja y lucrativa, que requiere la operación de redes extensas con nexos con el crimen organizado. Sin embargo, los resultados de esta investigación reflejan una situación diferente. Este negocio no lucra únicamente a los polleros, como años atrás; ahora éstos deben repartir sus ganancias con la delincuencia organizada y con las autoridades migratorias estadounidenses. Como consecuencia, algunas redes están despidiendo a algunos de sus miembros para reducir los costos de operación; otras han desistido de emplear a más personas, para sostener la rentabilidad de este negocio. El aspecto más llamativo es que cada vez más contrabandistas están decidiendo trabajar solos, sin la ayuda de nadie, para no renunciar a ninguna porción de los decrecientes ingresos que obtienen de su actividad.

Habíamos pensado en ocupar a otro; pero también

pensamos que si hay otro, hay que pagarle, y eso no nos conviene porque sería menos dinero para nosotros. (Gabriel 2012)

Para llegar a San Antonio nos ayudan tres gentes, que son

las que se necesitan; me han ofrecido a más gente pero no la empleo porque hay que pagarles. (Patricio 2012)

Décadas atrás, antes de reforzarse el control fronterizo, muchos contrabandistas de migrantes cruzaban la frontera estadounidense sin el apoyo de ningún ayudante. A partir de los años noventa, cuando se militarizó la frontera, estas redes se hicieron más complejas e incrementaron su tamaño para poder evadir más fácilmente la férrea vigilancia. Sin embargo, en los últimos años se ha producido el efecto inverso. Esta actividad ya no es tan lucrativa como lo era unos años atrás; pero tam-

Durante las dos últimas décadas la vigilancia de la frontera se reforzó con más patrulleros, con la construcción de más muros y bardas a lo largo de la misma,

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y con la adquisición de tecnología militar para detectar el movimiento de personas. Sin embargo, los entrevistados dicen que siguen cruzando la frontera con la misma facilidad que décadas atrás, debido a la construcción de acuerdos de beneficio mutuo con las autoridades migratorias. Las redes de contrabando de migrantes han comenzado a detraer el costo de los sobornos de sus gastos de operación; como resultado, en lugar de hacerse más grandes y sofisticadas, se están encogiendo. Incluso, las redes más complejas operan a través de células cada vez más simples.

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La contracción de las redes de contrabando de migrantes en México Simón Pedro Izcara Palacios

Dossier

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34. Edmundo, contrabandista de migrantes de Nuevo León

de 45 años de edad. Enero de 2012.

de 37 años de edad. Febrero de 2012.

35. Felipe, contrabandista de migrantes de Tamaulipas de 32

23. Izcara Palacios, Simón Pedro. 2013. Corrupción y contrabando de migrantes en Estados Unidos. Política y Gobierno 20, n° 1: 79-106.

años de edad. Marzo de 2012.

36. Gabriel, contrabandista de migrantes de Puebla de 32 años de edad. Septiembre de 2012.

24. López Castro, Gustavo. 1997. Factors that Influence Migration. Coyotes and Alien Smuggling. Binational Study: Migration between Mexico and the United States. Vol. 3. Commission on Immigration Reform. <http://www.utexas. edu/lbj/uscir/binpapers/v3a-6lopez.pdf>.

37. Gerardo, contrabandista de migrantes de Tamaulipas de 37 años de edad. Abril de 2012.

38. Gregorio, contrabandista de migrantes de Tamaulipas de 45 años de edad. Abril de 2012.

25. Massey, Douglas, Jorge Durand y Nolan Malone. 2009. Detrás de la trama. Políticas migratorias entre México y Estados Unidos. México: Miguel Ángel Porrúa.

39. Humberto, contrabandista de migrantes de Tamaulipas de 41 años de edad. Abril de 2012.

26. O’Leary Ochoa, Anna. 2008. Close Encounters of the Deadly Kind: Gender, Migration, and Border (in)Security. Migration Letters 5, n° 2: 111-121.

40. Jaime, contrabandista de migrantes de Tamaulipas de 30 años de edad. Junio de 2012.

41. Jorge, contrabandista de migrantes de Tamaulipas de 43

27. Pérez García, Nancy. 2008. Seguridad nacional versus seguridad humana: su impacto en la migración. En Cambiando perspectivas: de la gestión de flujos hacia la construcción de políticas de migración con enfoque de desarrollo, ed. Sin Fronteras (IAP). México: Miguel Ángel Porrúa, 113-173.

años de edad. Junio de 2012.

42. Manuel, contrabandista de migrantes de Guanajuato de 34 años de edad. Julio de 2012.

43. Marcelo, contrabandista de migrantes de Tamaulipas de

28. Slack, Jeremy y Scott Whiteford. 2010. Viajes violentos: la transformación de la migración clandestina hacia Sonora y Arizona. Norteamérica 5, n° 2: 79-107.

45 años de edad. Julio de 2012.

44. Orlando, contrabandista de migrantes de México D.F. de 37 años de edad. Septiembre de 2012.

29. Spener, David. 2009. Clandestine Crossings: Migrants and Coyotes on the Texas-Mexico Border. Ithaca – Nueva York: Cornwell University Press.

45. Patricio, contrabandista de migrantes de San Luis Potosí de 38 años de edad. Noviembre de 2012.

30. Thomas, William y Florian Znaniecki. 2004. El campesino polaco en Europa y en América. Madrid: Centro de Investigaciones Sociológicas.

46. Raúl, contrabandista de migrantes de San Luis Potosí de 36 años de edad. Noviembre de 2012.

47. Rodolfo, contrabandista de migrantes de San Luis Potosí de 42 años de edad. Noviembre de 2012.

Entrevistas 31. Carmelo, contrabandista de migrantes de Chiapas de 36 años de edad. Diciembre de 2011.

48. Rodrigo, contrabandista de migrantes de Puebla de 35

32. Dionisio, contrabandista de migrantes de Tamaulipas de 33 años de edad. Enero de 2012.

49. Samuel, contrabandista de migrantes de Veracruz de 32

años de edad. Noviembre de 2012.

años de edad. Noviembre de 2012.

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La historia de una vida en situación de frontera: migración, superación y trabajo en el “circuito sacoleiro”* Eric Gustavo Cardinv Fecha de recepción: 31 de mayo de 2013 Fecha de aceptación: 26 de septiembre de 2013 Fecha de modificación: 15 de octubre de 2013

DOI: http://dx.doi.org/10.7440/res48.2014.08

RESUMEN A través de la investigación realizada, y que ahora se presenta, se buscó construir comprensiones adicionales sobre el fenómeno migratorio y sobre las prácticas de contrabando ocurridas en la frontera de Brasil y Paraguay. Por medio de articulaciones entre los saberes locales y los conocimientos históricamente establecidos, explorando las historias de vida y las trayectorias ocupacionales en las narrativas recogidas, el texto denuncia la dificultad de pensar el mundo por medio de paradigmas y explora las sutilezas de la cotidianidad y su potencialidad en la construcción de la realidad vivida.

PALABRAS CLAVE Frontera, migración, trabajo, historias de vida.

The Story of a Life in a Border Situation: Migration, Resistance and Work in the “Sacoleiro Circuit” ABSTRACT The research undertaken, and now presented here, was aimed at constructing additional understandings of the phenomenon of migration and of the smuggling practices along the border between Brazil and Paraguay. By articulating local knowledge and historically established theories, and exploring the life histories and occupational trajectories in the narratives collected, the text denounces the difficulty of thinking about the world in terms of paradigms and explores the subtleties of everyday life and its potential in the construction of the reality of these lives.

KEY WORDS Border, migration, labor, life histories.

A história de uma vida em situação de fronteira: migração, superação e trabalho no “circuito sacoleiro” RESUMO Por meio da pesquisa realizada, e que agora se apresenta, procurou-se construir compreensões adicionais sobre o fenômeno migratório e sobre as práticas de contrabando ocorridas na fronteira do Brasil com o Paraguai. Mediante articulações entre os saberes locais e os conhecimentos historicamente estabelecidos, que exploram as histórias de vida e as trajetórias ocupacionais nas narrativas coletadas, o texto denuncia a dificuldade de pensar o mundo por meio de paradigmas e explora as sutilezas da cotidianidade e sua potencialidade na construção da realidade vivida.

PALAVRAS CHAVE Fronteira, migração, trabalho, histórias de vida.

*

v

El texto presentado es producto de las lecturas específicas de las fuentes de búsqueda de la investigación que generó la tesis de doctorado “La expansión del capital y las dinámicas de frontera”, defendida en el Programa de Postgrado en Sociología de la Universidad Estatal Paulista Júlio de Mesquita Filho (Brasil). Una versión de este artículo fue presentada y discutida en el Tercer Congreso Latinoamericano de Antropología, realizado en Santiago de Chile en 2012. La traducción del artículo del portugués al español la realizó Diana Giomara Mejia, máster en Desarrollo Urbano de Flacso-Ecuador. Doctor en Sociología por la Universidad Estatal Paulista Júlio de Mesquita Filho, Brasil. Profesor de la Universidad Estatal del Oeste de Paraná (Brasil) y miembro del grupo de investigación “Historia social del trabajo y de la ciudad”. Entre sus más recientes publicaciones se encuentra Laranjas y sacoleiros: un estudio de la precarización del trabajo en el capitalismo contemporáneo. Cascavel: Edunioeste, 2011. Correo electrónico: eric_cardin@hotmail.com

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La historia de una vida en situación de frontera Eric Gustavo Cardin

Dossier

E

ran aproximadamente las 16 horas de una tarde muy calurosa en Foz do Iguaçu (Brasil). Yo estaba en un restaurante popular cercano a la aduana brasileña en la frontera con Paraguay esperando a Sandra, una interlocutora que había conocido en el lugar donde yo enseñaba en la época en la que realicé mi investigación de campo. Esperé algunos minutos, quizás una hora, mientras observaba el movimiento en la proximidad del Puente de la Amistad y escuchaba las conversaciones paralelas en las mesas a mi alrededor. Sacoleiros,1 laranjas,2 cigarreros3 y bateadores 4 comentaban el día de trabajo y planificaban el retorno a sus ciudades de origen después de las compras realizadas. De forma general, todos se presentaban eufóricos y ansiosos por el regreso a sus hogares y los ingresos que obtendrían durante el viaje.

y hablamos durante algunos instantes de asuntos aleatorios y banales, personajes de novelas, resultados de juegos, desempeño escolar, en fin, elementos del mundo vivencial. Gradualmente la joven señora, que estaba comenzando un curso de licenciatura, y que tuve la oportunidad de conocer en mi práctica como profesor, empezó a presentarse y a revelar una trayectoria cargada de obstáculos, callos, espinos, piedras, elementos que fuerzan el retorno, la reflexión y el suspiro que alimenta la esperanza en los momentos en que lo más fácil es desistir. Podríamos aquí concentrarnos y analizar exclusivamente la historia de vida de una mujer que sintetiza los desafíos de la frontera y las estrategias desarrolladas por los trabajadores. No obstante, si nos vamos por esa opción eliminamos todas las posibilidades presentadas en las conversaciones, que permiten reconstruir aquello que entendemos como circuito sacoleiro, y restringimos el acceso a tantos otros trabajadores que, por indicaciones de Sandra, fueron componiendo la red de contactos que posibilitó el desarrollo de la investigación y una mejor comprensión del universo que pretendía explorar.

Cuando ya la impaciencia comenzaba a manifestarse en mis gestos, y el pensamiento impertinente me estimulaba e incentivaba a levantarme de la silla e irme a casa, a descansar, leer o preparar clases, miré, de manera rápida, que estaba llegando la persona que tanto esperaba. Un poco imprudente, tropezando con las palabras y con varias gotas de sudor sobre el rostro, ella me pidió disculpas por el atraso, para luego quejarse de su vida cotidiana y de todas las dificultades que había enfrentado hasta aquel momento. Con el fin de calmarla y atraer su atención hacia los objetivos de aquel encuentro, bebimos un refresco

Aquello que hemos denominado circuito sacoleiro corresponde a un sistema compuesto por todas las relaciones sociales construidas durante la trayectoria de las mercancías que son negociadas en el microcentro5 de Ciudad del Este (Paraguay). En este sentido, involucra las articulaciones entre los países productores de microelectrónica y las tiendas que venden tales mercaderías (Pinheiro-Machado 2009), las relaciones entre los propietarios de las tiendas, los vendedores, los mesiteros 6 en el mercado paraguayo (Rabossi 2004) y, finalmente, la relación de todos estos sujetos con los trabajadores que compran, transportan y revenden tales mercaderías por todo el territorio brasileño (Cardin 2011b). El circuito es una red compleja, que implica múltiples sujetos y pone en evidencia una estructura jerarquizada y oscura. Seguir los caminos recorridos por nuestra interlocutora permite visualizar un poco la formación de todo este universo.

1 Trabajadores responsables de la intermediación de las relaciones comerciales entre los empresarios que actúan en Paraguay y los puntos de venta y distribución de las mercaderías adquiridas en el país vecino por todo el territorio brasileño. Son, al mismo tiempo, quienes atraviesan Brasil y distribuyen allí los innumerables productos disponibles en el mercado paraguayo, actuando de forma autónoma o para un patrón. 2 Trabajadores contratados informalmente para transportar determinada cantidad de mercadería a cambio de un valor previamente determinado, que es conocido como “cuota”. Ese servicio tiene una función auxiliar de los sacoleiros en la travesía de los productos adquiridos por el Puente de la Amistad y por los puestos de fiscalización de la Policía y de la Receita Federal (agencia del Gobierno brasileño responsable del control de los ingresos fiscales y honorarios derivados de las exportaciones e importaciones). 3 Trabajadores responsables exclusivamente del transporte de cigarrillos sobre el Puente de la Amistad, por medio de la utilización de barcos en toda la extensión del río Paraná.

5 Denominación utilizada por los paraguayos y por el propio municipio de Ciudad del Este para referirse a la zona comercial cercana al Puente de la Amistad, compuesto por un pequeño número de calles y avenidas marcados por la concentración de mesitas ambulantes. Por estas características, su aspecto se diferencia mucho del resto de la ciudad.

4 Conducen los automóviles que van delante de los vehículos que transportan las mercaderías compradas en Paraguay. El objetivo es verificar las “condiciones” de la carretera y comunicar a los sacoleiros. En otras palabras, el trabajo de los bateadores es verificar y alertar si los puestos de fiscalización de la política de la Receita Federal están funcionando y si existe algún tipo de fiscalización realizada a lo largo de la carretera.

6 Término utilizado para definir a los comerciantes o vendedores ambulantes de Ciudad del Este. Hace referencia a las mesitas, que son pequeñas mesas utilizadas para exponer las mercaderías.

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establecer conversaciones estables en núcleos temáticos comunes, y, g) preservar la oralidad durante las transcripciones de las conversaciones (Cardin 2009, 12).

El contrabando, como circuito, requiere el reconocimiento de un proceso de sistematización y profesionalización de las prácticas tradicionales. Las regiones fronterizas tienen como característica el movimiento histórico de personas y mercancías entre los países limítrofes, indiferentes a los límites jurídicos existentes. En este sentido, Godinho (2009) destaca la existencia de una cultura de contrabando antes de la presencia del Estado en los límites internacionales. Esta cultura de contrabando se refiere a las experiencias de los habitantes de las regiones fronterizas, así como a los mecanismos desarrollados para complementar los ingresos, basada en las diferencias entre los países vecinos. El circuito sacoleiro es más amplio. Corresponde a una organización sistemática de las personas y de la logística para explorar de manera más incisiva y productiva las diferencias entre las naciones.

Pensar en el contacto con los interlocutores y la recolección de informaciones que permitan la comprensión de diferentes realidades, por medio de conversaciones, es una reflexión que involucra a los antropólogos brasileños que durante sus trayectorias siempre destacan la importancia de la proximidad y de la atención con el otro, como mecanismo de aproximación en mares que no podemos navegar solos (Cardoso 1998; Damatta 1987). Por lo tanto, intentamos mantener la redacción más fluida, preservando los elementos de la oralidad y destacando los aspectos que le son propios. En este sentido, utilizamos algunos recursos para facilitar la lectura: la cursiva fue empleada en palabras y categorías derivadas de los saberes locales, y para destacar los testimonios más largos y que fueron transcritos completamente, utilizamos un espacio diferenciado en el cuerpo del texto. Además, las transcripciones de las conversaciones estarán entre comillas.

Construir un texto acompañando el desarrollo de la trayectoria personal de un miembro del circuito, valorando y problematizando las situaciones y las narrativas expuestas, es una elección teórica y metodológica que pretende llegar a la elaboración de un saber más integral de la realidad fronteriza. A fin de no deslegitimar los saberes locales, y de no establecer como mecanismo de comprensión una aproximación paradigmática, que restringe la existencia de idiosincrasias y también de la propia praxis social, se busca desarrollar una reflexión sobre las experiencias y prácticas de los sujetos, articulándola con los conocimientos históricamente construidos, para, a partir de este diálogo, producir un saber más integral y relacionado con el todo.

Tal procedimiento presenta sutilezas y exige la valoración de acciones comunes a los investigadores; sin embargo, éstas son esenciales para la comprensión de la realidad social. Cardoso (1998) destaca la importancia de mirar de manera cuidadosa y capacitada, en el esfuerzo de identificar los elementos teóricos en los paisajes que nos rodean, pero destaca también que se presentan límites, derivados de nuestro desconocimiento referente a los significados sociales atribuidos por los grupos. Como parte del proceso, también es necesario escuchar, pues a partir de esta capacidad estamos inmersos en una forma de alfabetización cultural. Por último, es necesario escribir para provocar nuestra capacidad cognitiva, y construir textos de los fenómenos observados.

Visualizar las Ciencias Sociales por medio de estas prácticas refleja otras formas de pensar el proceso de obtención de los testimonios, y consecuentemente, de relacionarse con los interlocutores. Huyendo de la formalidad y de las jerarquías insertadas en las técnicas de entrevistas más tradicionales, he estado aplicando y perfeccionando aquello que denomino conversaciones cualitativas. En síntesis, ellas “corresponden a un intento de desarrollar dentro de la metodología de la historia oral, una nueva posibilidad de relación entre las partes involucradas en la producción de la investigación”. Para ello, es necesario: a) establecer una relación de confianza con los interlocutores; b) mantener el diálogo con los interlocutores durante toda la producción de la investigación; c) buscar la saturación de los temas tratados; d) desarrollar las conversaciones en un lugar donde el interlocutor se sienta cómodo; e) tener un conocimiento previo del perfil de los sujetos de interés; f)

La realización de un estudio de caso o análisis de una sola historia de vida requiere escapar de lo que Bourdieu (2003) llama “ilusión biográfica”. Por lo tanto, condenó la posición metodológica de los investigadores interesados sólo en la presentación de panoramas individuales, como si fueran capaces de realizar proyectos independientes que van más allá de las imposiciones sociales. Las historias de vida son el resultado de la praxis, es decir, del movimiento dialéctico de las experiencias individuales acumuladas con las limitaciones, y las oportunidades proporcionadas por la estructura política y económica. El análisis de las conversaciones mantenidas se desarrolla a través de este enfoque.

102


La historia de una vida en situación de frontera Eric Gustavo Cardin

Dossier

Escuchando a nuestra principal interlocutora, observamos que su trayectoria ocupacional se mezcla de forma explícita con su propia historia de vida, otorgándole intensidad a cada detalle de la narrativa. Sandra, a lo largo de numerosas conversaciones que hemos establecido durante todo el proceso de trabajo de campo entre 2006 y 2010, presentaba de forma muy cuidadosa toda su biografía, reconstruyendo paso a paso la telaraña de sus relaciones dentro del circuito sacoleiro. En líneas generales, el texto presentado sigue el guión de las conversaciones que hemos desarrollado. Así, iniciamos exponiendo la formación de la interlocutora para, gradualmente, discutir su ingreso en el mercado paraguayo, a la organización del circuito y sus interpretaciones sobre el mismo.

madamente 40.000 trabajadores durante su apogeo, forzando a la ampliación de la población local de 30.000 habitantes a 120.000, en tan sólo diez años. A lo largo del tiempo, las obras de la hidroeléctrica promovieron un gran desplazamiento poblacional, barrageiros7 de las más diferentes regiones de Brasil, que migraron hacia Foz do Iguaçu vislumbrando empleo y mejores condiciones de vida. Sin embargo, tal contingente poblacional encontró muchas dificultades en la región, originadas principalmente por la falta de estructura urbana y los conflictos culturales promovidos por la gran heterogeneidad étnica existente en la frontera (Catta 2003). Finalmente, se constata que el poblamiento del departamento Alto Paraná, en Paraguay, fue promovido por un caso particular marcado por el encuentro, de frente a la expansión brasileña hacia el este. Durante la década de 1970, el gobierno del presidente Stroessner, preocupado por la ocupación territorial y por el mejor aprovechamiento de las tierras fértiles existentes en el país, desarrolló un conjunto de políticas para estimular la migración de brasileños interesados en la producción de soja a gran escala en el territorio paraguayo, como la apertura de crédito agrícola. Tal incentivo posibilitó que parte de los flujos migratorios brasileños involucrados con la “marcha hacia el oeste” fuese más allá de la frontera internacional para establecer residencia en Paraguay (Albuquerque 2010).

“Yo nací en Santa Catarina y mis padres volvieron

para Rio Grande do Sul y de Rio Grande do Sul fuimos para Paraguay, cuando yo tenía unos dos años más o

menos. Al llegar allá mi padre trabajaba como mecánico y mi madre trabajaba rozando el campo. Nos que-

damos ahí diez años, vivíamos en aquel lugar. Yo salí de casa cuando tenía unos siete años, fui a trabajar como empleada doméstica, para ayudar a mi madre porque mi

padre era alcohólico y malgastaba todo lo que ganaba. Mi madre trabajaba limpiando el monte y cuidando de la casa. Entonces yo fui a trabajar como niñera, cuidando

a la hija de una vecina, donde yo ganaba un auxilio de

alimentación o alguna cosa que pudiese ayudar en casa, a mi madre y a mis hermanos. Trabajé en varios lugares,

El Ministerio de Relaciones Internacionales de Brasil considera que hay más de 300.000 brasileños residiendo en Paraguay actualmente. Un número poblacional representativo y centralizado casi en su totalidad en una misma región, el departamento de Alto Paraná, que garantiza el mantenimiento de un conjunto de prácticas relacionadas con la identidad brasileña: el idioma, la alimentación, la religión, las vestimentas, las músicas e, incluso, los canales de televisión más vistos.8 La fami-

fincas y casas de las personas”. (Sandra 2009)

El inicio de la exposición destaca una variable determinante en la formación de la región oeste brasileña y del este paraguayo, la migración. El proceso de poblamiento del territorio marcado por la confluencia de las fronteras de Brasil, Argentina y Paraguay, se inició al comienzo del siglo XX, pero fue impulsado en la década de 1970 por la influencia de factores externos. Del lado argentino de la frontera, antes de la ocupación, fue paulatinamente movilizado por el fomento del turismo en la región. Del lado brasileño, el poblamiento ocurre en dos períodos distintos: el primero, durante las décadas de 1930 y 1940, cuando el gobierno federal desarrollaba una política de poblamiento conocida como “marcha hacia el oeste” (Freitag 2001). Esta política estuvo marcada por el incentivo al desplazamiento hacia Paraná de familias descendientes de italianos y alemanes, que habitaban en los estados de Rio Grande do Sul y Santa Catarina.

7 Trabajadores que actúan exclusivamente en la construcción de represas y plantas hidroeléctricas. Ellos tienden a estar constantemente desplazándose dentro del territorio brasileño, acompañando el ritmo de desarrollo y ejecución de los proyectos de infraestructura, independientemente de la localidad. 8 El fracaso en la realización del Censo de 2012 y la falta de nuevos datos sobre la migración en Paraguay, nos obligan a considerar las informaciones del Censo de 2002. El Censo Nacional de Población y Viviendas (Paraguay 2004) muestra que los inmigrantes brasileños se concentran en los departamentos cercanos a la frontera de Paraguay con Brasil. Según los datos disponibles, 37.226 brasileños viven en el departamento Alto Paraná, 16.171 en Canindeyú, 5.954 en Amambay, 5.253 en Itapúa, 4.184 en Caaguazú y 2.308 en Caazapá.

El segundo período corresponde a la construcción de la represa hidroeléctrica de Itaipú, que empleó aproxi-

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lia de Sandra, nuestra interlocutora, corresponde a más de uno de los grupos que se trasladó al sur brasileño para intentar sobrevivir en Paraguay. En su caso, específicamente, se observa que, a diferencia de la mayoría de los migrantes, la inserción en la esfera económica no ocurrió por medio de la compra o arriendo de tierras, pero sí por medio del trabajo de mecánico, de mucama o, como en el caso de su madre, limpiando el monte, o como trabajadora con sueldo mensual.

“Después, con 13 años, yo vine para Foz do Iguaçu. Lle-

Esta situación llama la atención hacia un hecho que no se considera en las investigaciones sobre flujos migratorios de brasileños hacia Paraguay. Frecuentemente, cuando tenemos acceso a las publicaciones sobre brasiguayos,9 constatamos una tendencia a considerar que todos los migrantes se han asentado en Paraguay a través de la adquisición de tierras; sin embargo, creemos que en este momento esta tesis no puede ser generalizada. Junto con las familias de agricultores que atravesaron las fronteras internacionales, también se trasladaron otros grupos interesados en vender servicios en las pequeñas comunidades que nacían; en este sentido, el caso que estamos investigando es ejemplar.

Yo me quedé aquí, me casé. Con 15 o 16 años comencé

gando a la ciudad continué trabajando como mucama.

Ahí descubrimos que mi madre estaba con una enfer-

medad, con cáncer. Fue difícil en esa época. Pasaron cuatro años y a menudo ella iba al hospital y regresaba

a casa. Yo tenía mis hermanos pequeños, soy la mayor y lo que yo ganaba era para ayudar a mis hermanos.

Mi hermano menor hoy vive conmigo; después que mi madre falleció él vino a vivir conmigo; él tenía siete

años. Mis dos hermanas se fueron a Rio Grande do Sul. a trabajar en Paraguay [en el comercio del microcentro]. Fue

la primera vez que pude tener mi salario, fue una gran alegría y muy [entusiasmada]. Hasta entonces quien

tomaba mi sueldo era mi madre, ella iba hasta la casa donde yo trabajaba y lo tomaba”. (Sandra 2009)

El regreso a Brasil hace explícita la importancia de las redes sociales en la sustentación de los flujos migratorios. Como observa Brettell (2008), los vínculos de amistad y parentesco son fundamentales en el mantenimiento, adaptación y retorno de los migrantes a sus regiones de origen. Son ellos los que ofrecen el apoyo financiero y emocional en los momentos de carencia y, como los estudios antropológicos han demostrado, son ellos los que determinan el momento del retorno. Mientras que las hermanas menores regresaron a Rio Grande do Sul para vivir con los demás miembros de la familia que se encontraban allí, Sandra fue obligada a quedarse viviendo en la frontera para ayudar económicamente a su madre, que se encontraba enferma. Buscando ampliar y profundizar la exposición relacionada con el ingreso en el mercado de trabajo en Ciudad del Este, la interlocutora gradualmente reorganiza su memoria y la expone de modo más ordenado ante cada nueva situación.

Las historias de la infancia de la interlocutora no son expresadas con fluidez. La dificultad para recordar se mezcla con las ganas de olvidar. Relata que cuando era niña, su madre la cedía a las casas de familia, intercambiándola por alimentos, mientras que su padre intercalaba momentos de mucho trabajo con otros marcados por graves problemas derivados de la dependencia al alcohol. Demostrando cierto malestar y un poco de ansiedad, la amarga narrativa la lleva a omitir recuerdos de partes de la infancia, lo que comienza a romperse cuando cuenta que su padre sufrió un grave accidente de trabajo, que lo dejó discapacitado por tiempo indefinido. Sin los ingresos obtenidos por su trabajo de mecánico, las dificultades financieras se agravaron. En este contexto, la familia decide retornar a Brasil buscando el apoyo de los demás familiares.

“Yo no sé explicar exactamente cómo sucedieron las

cosas. Sé que fui allá un día en la mañana [en Paraguay], llegué y comencé a trabajar el mismo día, eso era, si no me equivoco, 1994. Esa época tenía mucho

movimiento. Trabajé allá tres años más o menos y pasaba muamba10 también. Yo trabajaba de día en

la tienda y al final de la tarde yo tomaba mercadería

9 El término brasiguayo contiene varios significados. Sprandel (2006) destaca que el concepto busca homogeneizar sujetos de trayectorias diferentes, haciendo que personas pertenecientes a “grupos familiares de orígenes diferentes (unidades de federación) y de condiciones económicas (pequeños propietarios, arrendatarios, propietarios de inmuebles y asalariados rurales) diversos” (Sprandel 2006, 141) fueran niveladas. Por ello, la unidad de los brasiguayos era garantizada a partir del momento en que los diversos brasileños estaban movilizándose políticamente. Albuquerque (2010) también destaca que la identificación brasiguaya es imprecisa, siendo utilizada de diversas formas en la cotidianidad. Para él, “la nueva denominación funcionaría como una manera de restablecer los lazos con la nacionalidad brasileña” (Albuquerque 2010, 229).

de los clientes y pasaba por el puente. Tenía un policía aduanero que me enviaba cartas informándome

cuándo yo debía pasar. Entonces él observaba mi equi-

paje y no tomaba nada, así yo ganaba mi dinerito. Así fui yendo, sólo yo trabajaba en mi casa”. (Sandra 2009)

10 En el vocabulario local, la palabra muamba es utilizada para referirse a las mercaderías contrabandeadas.

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Dossier

En este momento, lo primero que debe destacarse es el cambio de postura de la interlocutora durante la conversación. Cuando el tema abordado fue la cotidianidad de su trabajo, las palabras anteriormente tímidas fueron sustituidas por expresiones de buen ánimo y, en algunos momentos, por la euforia. Sandra comenzó a trabajar en el microcentro durante la época de mayor movimiento de comercio de la región. La valorización del real y el poco control de la Receita Federal11 garantizaban un ascenso en la rentabilidad dentro del circuito y un flujo de personas, mercaderías y capitales sin comparación. En el período indicado, durante la conversación realizada y transcrita, existía una gran dependencia de toda la región del oeste de Paraná con relación al mercado paraguayo; se estimaba, por ejemplo, que aproximadamente el 60% de la población económicamente activa de Foz do Iguaçu tenía algún tipo de vínculo, directo o indirecto, con Paraguay en aquel momento (Cardin 2011a).

particularidades de cada lugar. Los servicios de salud en Brasil, comercios de ropa, alimentos y cosméticos en Argentina y tiendas de juguetes, bebidas y productos electrónicos en Paraguay. No obstante, la presencia de los gobiernos de Brasil, Argentina y Paraguay en las fronteras no es equivalente. Supuestamente, Argentina tiene un control aduanero estricto, Paraguay se caracteriza por omisión, y Brasil modifica sus políticas de control para satisfacer las necesidades de su mercado interno. Sin embargo, en todos los casos, los límites entre legalidad e ilegalidad son variables. Las definiciones jurídicas que limitan las prácticas aceptadas no siempre se aplican. Los límites entre legales e ilegales se han modificado para cumplir con las demandas económicas de los países limítrofes, y también para satisfacer las demandas locales. En una investigación llevada a cabo en la frontera de Argentina y Paraguay, Renoldi (2013) muestra que es equivocada la investigación del legalismo sólo a través de las teorías jurídicas. En la frontera hay estrategias que ignoran las definiciones jurídicas. Las estrategias son modificadas satisfaciendo las relaciones entre las personas que viven en las regiones fronterizas. Renoldi (2013) demuestra el esfuerzo de acercamiento social, llevado a cabo por la Policía con el fin de demostrar la autonomía y el poder a los que considera sus amigos. En otra perspectiva, Almeida (2013) toma nota de que la ilegalidad se vincula más a la economía de frontera, a lo que las políticas de seguridad nacional entienden como crimen.

La reestructuración de los parques industriales de Brasil y el fortalecimiento del neoliberalismo contribuyeron de manera decisiva en la configuración del circuito sacoleiro en la década de 1990. Por un lado, la reestructuración de la producción promovió las tasas de crecimiento del desempleo estructural, que requiere el desarrollo de las actividades del trabajo informal y precario de un gran parte de la población. Por otro, el neoliberalismo ha establecido el aumento de la porosidad de las fronteras con el fin de garantizar una mayor circulación de capitales y aumentar la competencia en el mercado. La reunión de estos dos factores fue decisiva para el fortalecimiento del circuito sacoleiro, y también para entender el funcionamiento del Gobierno brasileño en sus fronteras a finales del siglo XX (Cardin 2011a).

En cualquier caso, la intensidad de la convivencia exigida durante los flujos de personas y productos, algunas veces atraviesa los límites del mercado, alcanzando otras dimensiones de la vida social. Fue en medio del aparente caos de la frontera, durante el trabajo que realizaba en las tiendas de productos electrónicos, y ayudando a sus clientes a pasar las mercaderías adquiridas por el Puente de la Amistad, que Sandra conoció a su compañero y actual esposo. Esta nueva realidad alteró sustancialmente sus relaciones con Paraguay. De un contacto directo, ella pasó tan sólo a ayudarlo en el desempeño de su función de sacoleiro.

En ese momento existía una fuerte relación de interdependencia entre las ciudades limítrofes, que era fortalecida por la frágil presencia de los aparatos de control y fiscalización del Estado en la región de frontera. Así, era común entre los habitantes locales vivir las diferencias de precios existentes en las mercaderías disponibles en los comercios de Ciudad del Este, Foz do Iguaçu y Puerto Iguazú. En el juego de los intereses y de los mercados, la población regional utiliza las diferencias nacionales en forma estratégica. Las personas entraban y salían de los países con el fin de explotar las

“Yo salí de la tienda debido a mi casamiento. Mi marido se quedó trabajando en Paraguay pasando

muamba. Después que yo salí de allá no volví a trabajar

en tiendas, me quedé tan sólo ayudando a mi marido

11 Agencia del Gobierno brasileño responsable del control de los ingresos fiscales y honorarios derivados de las exportaciones e importaciones.

a pasar las mercaderías. Llevábamos todo a São Paulo,

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y otros laranjas contratados compraban los productos en Paraguay, pasaban por el Puente de la Amistad, los colocaban en vehículos particulares y los llevaban primero hasta São Paulo y posteriormente hasta el destino final, en Brasilia. En este recorrido, Sandra era responsable de conducir un coche que viajaba delante de los demás para verificar cómo estaba la fiscalización de la Policía Federal a lo largo de todo el recorrido. Sin embargo, con los cambios en la fiscalización aduanera por parte de la Receita Federal en los últimos diez años, gradualmente el uso del puente para la travesía del contrabando comenzó a ser sustituido por el uso de los puertos clandestinos que se encontraban esparcidos por todo el río Paraná.

Curitiba y Brasilia. Al comienzo, nosotros llegábamos a São Paulo y mandábamos las encomiendas por correo

o por transporte hacia otra ciudad… Que ahora no recuerdo el nombre, pero después de un tiempo comenzamos a llevar hasta el destino final”. (Sandra 2009)

Toda encomienda enviada por las agencias de correo en Foz do Iguaçu es cuidadosamente inspeccionada; para ser contabilizadas, las cajas necesitan estar abiertas, y en el caso de que haya cualquier tipo de producto importado es necesario toda la documentación de la compra, incluso el comprobante de pago de los impuestos respectivos. Así, la posibilidad de enviar productos de Paraguay a través de esta vía está muy restringida. Normalmente, para la utilización de los servicios postales, los sacoleiros usan los puestos de envío localizados en otras ciudades, donde la verificación de las encomiendas ocurre de manera aleatoria. El cambio en la forma de actuación de la pareja, dejando de utilizar los servicios del correo para transportar personalmente las mercaderías, fue el inicio de un curso de graduación, que le exigió más tiempo y dedicación, e hizo que Sandra comenzara a desarrollar su actual función, de batedora para el propio esposo.

Se constata entonces que la organización del circuito sacoleiro no depende exclusivamente de las condiciones del mercado de trabajo brasileño, ni de las demandas presentadas por el comercio y por el perfil del consumo. Los niveles de la expansión del capital y la presencia del Estado, como agente fiscalizador y algunas veces incentivador, son fundamentales para la comprensión de las configuraciones que el circuito va adquiriendo con el paso del tiempo. Los puertos, que comenzaron a ser utilizados intensamente en los últimos diez años, corresponden al reaprovechamiento de una estructura ya existente, y también al uso estratégico de deficiencias de control estatal, que se dejan y amplían conforme se presenta la actuación de los aparatos del Estado (Cardin 2011c). Sandra, debido al tiempo que actúa en el circuito, esboza una visión panorámica sobre el tema.

“Ahora que comencé la facultad yo no actúo directa-

mente en Paraguay, la única cosa que hago es cuando él va a llevar muamba y voy adelante para certificar que no

hay control, y así le aviso. Yo tomo el coche, voy adelante y veo si hay policías, allí en Medianeira, en la aduana de

fiscalización, por ejemplo. De ahí llamo y digo ‘¡puedes venir que está todo bien!’”. (Sandra 2009)

“Las personas que poseen puertos clandestinos son aque-

llas que cuando aumentó la fiscalización en la aduana

El esposo de Sandra también tiene su historia profesional relacionada con Paraguay. Poco después de salir del servicio militar obligatorio consiguió un empleo en una tienda que vendía calzado en el Jardim Jupira en Foz do Iguaçu. Esta región era reconocida como un polo de exportación para Ciudad del Este, lo que permitió el establecimiento de conversaciones con muchas personas que trabajaban en el circuito sacoleiro. Así, en el desempeño de su ocupación, fue invitado a actuar como laranja. Organizando su práctica de una manera que posibilitaba subcontratar a otros trabajadores, rápidamente consiguió acumular algún capital y conquistar la confianza de sacoleiros y patrones que movilizaban grandes cantidades de dinero. Posteriormente, estuvo vinculado a un único patrón, que comercializaba juegos de video y accesorios en la región del Distrito Federal.

se fueron a la orilla del río. No hubo un proceso exac-

tamente; en general los que se dicen ‘dueños’ vivían en

la orilla del río y se dieron cuenta de aquel espacio; es

claro que no cualquiera podía, siempre hay la ley del más ‘fuerte’ o ‘jefe’”. (Sandra 2009)

Según nuestra interlocutora, no existe una regla para la constitución de los puertos. Ella afirma, por ejemplo, que en otra región de la ciudad “los dueños de los puertos son aquellas personas que compran una finca con acceso al lago, posibilitando la apertura de los puertos clandestinos”. En estos casos, los propietarios “hacen amistades con los paraguayos y acuerdan los valores que cada uno irá a ganar por paquete que pasa por allí, y generalmente no son más de tres reales para cada uno”. Según Sandra, su patrón (que para el caso sería su propio esposo) utiliza cuatro puertos diferentes que son administrados por tres personas distintas; dos pertenecen a la misma familia. Sin embargo, ella es cuidadosa al destacar que ellos “no

Jorge, nombre ficticio que le damos al esposo de nuestra interlocutora, recibía los recursos de su patrón por transferencia bancaria. Con el dinero en la mano, él, Sandra

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La historia de una vida en situación de frontera Eric Gustavo Cardin

Dossier

son exactamente dueños, ellos usan los puertos porque están allí más tiempo y son respetados por los demás”.

pasar a los barqueiros [que generalmente son niños]. Éstos

Como la mayoría de nuestros interlocutores, Sandra habla con mucha desconfianza respecto de los conflictos existentes en los puertos clandestinos, e intenta no conversar cuando es invitada a exponer el tema. Sin pretensiones, afirma que no es necesario responder sobre las supuestas disputas territoriales que pudieran existir, y que es posible enterarse de todo viendo los noticieros policiales que cubren la región oeste del estado de Paraná. A pesar de que ella no manifiesta interés en afirmar puntualmente la presencia de las luchas, la forma en que evade el tema nos permite creer en su existencia. En otro momento, ella admite cierto malestar entre los trabajadores que disputan por los patrones dentro del circuito sacoleiro. Sobre eso afirma que:

llevó al puerto del lado paraguayo, que entrega la carga

Hasta este punto, en la transcripción expuesta, no son presentados los momentos de mayor tensión. Sandra expresa el circuito dentro de una perspectiva equilibrada y supuestamente armónica, demostrando un supuesto equilibrio entre las partes que componen la organización del trabajo clandestino en la frontera de Brasil con Paraguay. En este sentido, en la continuidad de su narración, destaca otros aspectos que serían importantes para la reflexión sobre las posibilidades de ascenso en la jerarquía en la frontera y, consecuentemente, sobre los lugares de mayor interés para los trabajadores y los motivos de disputa:

“Los ‘dueños’ no pelean, por lo menos es lo que sé, pero

“No hay disputa de cargos para definir quién es el dueño del

mercaderías en Paraguay. Por ejemplo, si uno toma el

‘Los patrones’ se quedan cerca del río esperando la ganan-

llevan hasta el otro lado del río, entregan al ‘dueño’ del puerto del lado brasileño que entrega al mismo tipo que que lleva al patrón”. (Sandra 2009)

quien siempre intimida son las personas que toman las

puerto y éste no se esfuerza mucho para conseguir clientes.

cliente de otro, amenaza allí, y así sucesivamente. Un

cia, ¡que es mucha!, pues pasan 500 cajas o más por noche, cobran 10 reales por caja y pagan 3 al barqueiro del lado bra-

ejemplo fue cuando mi patrón trabajaba con personal

del Distrito Federal y ellos cambiaron el filtro, dejaron

sileño y pagan 4 reales más por caja para el puerto de aquí;

a mi patrón y se fueron a trabajar con una mujer; ella

en total pagan de 15 a 20 reales la caja de un puerto a otro,

pasó dos o tres veces para ellos y dijo que había ‘per-

pero es necesario considerar al pasador y al coche que lo

dido’ las mercaderías. Poco después regresaron con mi

lleva hasta el ‘hotel’. Una caja sale por más o menos 90 rea-

patrón nuevamente y la mujer comenzó a amenazarlo,

les para el patrón. Los únicos que entran en conflictos son

diciendo que había tomado sus clientes. Ésos son los

las personas que toman los patrones y no quieren muchas

tipos de cosas que suceden”. (Sandra 2009)

veces subir en la jerarquía porque lo más ‘difícil’ es vender o fijar clientes para volver a pasar las mercaderías. Muchos

Quizás reconociendo las contradicciones en su propio discurso, la interlocutora de manera un poco más tensa intenta “explicar mejor”, “justificar” o “legitimar” su posición frente a la realidad expuesta, presentando de forma un poco más detallada las prácticas sociales involucradas en la actividad que ejerce. Por lo tanto, para aclarar las relaciones del circuito sacoleiro e identificar la ubicación de los posibles conflictos dentro de la jerarquía existente, Sandra realiza una síntesis de las relaciones, describiendo las ocupaciones y los valores movilizados durante las prácticas establecidas.

tienen tiendas, pero necesitan muchas veces de facturas y eso complica, entonces prefieren quedarse cada uno en su puesto y ganar lo suyo”. (Sandra 2009)

Encargados o negociadores,12 laranjas o pasadores, sacoleiros, propietarios de puertos, barqueiros,13 carros alienados,14 hote-

12 Trabajadores responsables de las articulaciones entre los diversos sujetos insertados en el circuito, que garantizan los vínculos entre sacoleiros, laranjas y propietarios de puertos. Ellos son fundamentales para el funcionamiento de toda la logística del contrabando, ya que, además de ser los responsables de contratar a las personas que van a actuar en el circuito, también necesitan desarrollar las estrategias para garantizar el paso de las mercaderías.

“En relación con los diferentes cargos, el patrón es el mandamás, pero éste no tiene acceso a los barqueiros ni a

los ‘dueños’ de los puertos. Todos hacen lo mejor para lle-

13 La categoría barqueiro es utilizada sin mucho criterio dentro del circuito sacoleiro. En general, se refiere a todas las personas que actúan directamente en los puertos utilizados para atravesar las mercaderías contrabandeadas por el río Paraná.

gar a la ciudad de destino con sus mercancías porque es él quien define si habrá trabajo o no. Si él pierde las mercancías o no vuelve más no habrá más trabajo, entonces

14 Carro alienado es el vehículo registrado como garantía de su propia financiación. Son vehículos que no se venden por el precio establecido. Por lo general, el sacoleiro sólo paga la primera cuota de financiación, sabiendo que se arriesga a perder el coche y toda la inversión en las auditorías de la Policía Federal.

él necesita ser bien atendido. Tiene a su cargo tomar las mercaderías del patrón y pasar al tipo que lleva hasta el

puerto, entregar al ‘dueño’ del puerto [lado paraguayo] y

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les y clientes representan las piezas presentes en el inmenso tablero que es la frontera de Brasil con Paraguay. Innumerables estrategias son desarrolladas para que los negocios ocurran de acuerdo con lo planificado, y, de igual manera, innumerables relaciones marcadas por ligeros hilos de confianza dan vida a la realidad estudiada. Disputas y conflictos aparecen en las conversaciones de manera sencilla y, muchas veces, prevenida, abriendo espacio para la suposición de que los vacíos existentes en las conversaciones relacionadas con las peleas por el espacio en el circuito reafirmen su existencia, simplemente por el temor que se percibe cuando se evita hablar sobre ellas. La contradicción de vivir una situación de conflicto, sin identificarlo, también es visualizada en la relación que los trabajadores establecen con los agentes federales responsables de la fiscalización: “cuando la Policía y la Receita Federal incautan, fiscalizan, están haciendo su parte. Ellos tienen razón, necesitan defender sus intereses. Pero nosotros estamos haciendo eso para sobrevivir, falta empleo, no voy a robar” (Sandra 2009).

De manera general, dice tener pocos amigos, pero todos involucrados con el circuito, hecho que exige una atención especial, pues no todos los trabajadores transportan tan sólo mercancías. En este sentido, ella afirma: “Este tipo de relación trae una mayor desconfianza en

las relaciones, muchas veces no se sabe bien lo que está

siendo pasado, son cajas cerradas. Pero uno se puede dar cuenta, pues quien trabaja con cosas equivocadas de un día para otro figura con un cochazo, ni tienen casa pro-

pia, pero anda con coche nuevo. Pasando tan sólo mercancía no alcanzaría eso tan pronto”. (Sandra 2009)

En la actualidad, todo lo descrito está en transformación. De manera general, todos nuestros interlocutores a lo largo de diez años de investigaciones creían que el circuito sacoleiro no tendría fin, que siempre se adaptaría a las nuevas configuraciones del mercado y de la fiscalización de la política federal brasileña. Luego de más de una década de predominio de la utilización de los laranjas, que perdieron territorio frente a los servicios prestados por los barqueiros, el comercio de Ciudad del Este está de nuevo redefiniéndose. El método utilizado para abastecer las tiendas brasileñas con mercancías vendidas en la zona libre de Paraguay se está transformando rápidamente, tan rápido como la definición y la distribución espacial de los grupos de control del contrabando y del tráfico en la región analizada. Sin embargo, éste es un tema para otra investigación.

Durante mucho tiempo Ciudad del Este fue un lugar/ sitio fundamental para la vida cotidiana de Foz do Iguaçu, en momentos en que miles de personas dependían excesivamente de las ocupaciones generadas por el comercio con Paraguay para sobrevivir, reproduciendo y naturalizando un conjunto de prácticas que hoy son criminalizadas por el Gobierno brasileño. En este contexto, la migración pendular o el desplazamiento fronterizo correspondía, y, de cierto modo aún corresponde, a una práctica usual, que garantiza el ingreso al insertar parte de la población en el mercado de trabajo (Cardin 2012). Sandra, por ejemplo, anunciaba un conjunto de ventajas en la actividad que desempeñaba:

Referencias 1. Albuquerque, José Lindomar. 2010. A dinâmica das fronteiras: os brasiguaios na fronteira entre o Brasil e o Paraguai. São Paulo: Annablume.

“Primero, porque es un trabajo más fácil, no se nece-

obedeciendo órdenes, para ganar un salario de cuatro-

2. Almeida, Letícia Núñez. 2013. O contrabando e os ilegalismos na fronteira Brasil-Uruguai: o caso de Rivera e Sant´ana do Livramento. En As múltiplas faces das fronteiras, ed. Eric Gustavo Cardin. Curitiba: CRV, 89-112.

guay, por allá dos veces, ya ganarías eso. Entonces en la

3. Bourdieu, Pierre. 2003. A miséria do mundo. São Paulo: Vozes.

entero, ocho horas por día, si yo yendo por la carretera

4. Brettell, Caroline. 2008. Theorizing Migration in Anthropology. En Migration Theory: Talking Across Disciplines, eds. Caroline Brettel y James Hollifield. Nueva York: Routledge, 113-159.

sita levantarse temprano, no se tiene un horario que cumplir, ni un jefe en contacto diario, se gana más que

un sueldo mínimo. Aquí en Foz se trabaja todo el mes, cientos, quinientos reales. Si fuera a trabajar en Para-

cabeza del pueblo que vive aquí, por qué trabajar el mes dos noches yo ya gano el valor que yo ganaría trabajando todo el mes en un empleo corriente”. (Sandra 2009)

No obstante, ella también destaca que las actividades en Paraguay tienen aspectos negativos. Ella afirma, por ejemplo, que su “núcleo de amistad está basado en los familiares, a pesar de que todos trabajen con muamba”.

5. Cardin, Eric Gustavo. 2009. História oral, conversas qualificadas e o mundo dos trabalhadores. Revista História na Fronteira 2, n° 2: 7-21.

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La historia de una vida en situación de frontera Eric Gustavo Cardin

Dossier

6. Cardin, Eric Gustavo. 2011a. Laranjas e sacoleiros na tríplice fronteira: um estudo da precarização do trabalho no capitalismo contemporâneo. Cascavel: Unioeste.

14. Godinho, Paula. 2009. Desde a idade de seis anos, fui muito contrabandista – o concelho de Chaves e a Comarca de Verín, entre quotidianos de fronteira e novas modalidades emblematizantes. En Contrabando na fronteira Luso-Espanhola, eds. Dulce Freire, Eduarda Rovisco y Inês Fonseca. Lisboa: Edições Nelson de Matos, 29-56.

7. Cardin, Eric Gustavo. 2011b. Expansão do capital e as dinâmicas da fronteira. Disertación doctoral, Universidade Estadual de São Paulo Júlio de Mesquita Filho, Brasil.

15. Paraguay. 2004. Resultados finales censo nacional de población y viviendas: año 2002 – total país. Asunción: DGEEC.

8. Cardin, Eric Gustavo. 2011c. Trabalho e organização dos barqueiros na fronteira do Brasil com o Paraguai. En Trabalho e trabalhadores na contemporaneidade: diálogos historiográficos, eds. Antônio Bosi y Rinaldo Varussa. Cascavel: Unioeste, 79-98.

16. Pinheiro-Machado, Rosana. 2009. Made in China: produção e circulação de mercadorias China – Paraguai – Brasil. Disertación doctoral, Universidade Federal do Rio Grande do Sul, Brasil. 17. Rabossi, Fernando. 2004. Nas ruas de Ciudad del Este: vidas e vendas num mercado de fronteira. Disertación doctoral, Museu Nacional, Brasil.

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12. Damatta, Roberto. 1987. Relativizando: uma introdução à antropologia social. Río de Janeiro: Rocco.

Entrevista

13. Freitag, Liliane. 2001. Fronteiras perigosas: migração e brasilidade no extremo-oeste paranaense. Cascavel: Unioeste.

20. Sandra, mujer brasileña de 36 años. Julio de 2009.

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Uso de tecnologías de la información y la comunicación en familias caleñas con migrantes en España* Juan Pablo Ramírez Martínezv Fecha de recepción: 14 de marzo de 2013 Fecha de aceptación: 26 de septiembre de 2013 Fecha de modificación: 09 de octubre de 2013

DOI: http://dx.doi.org/10.7440/res48.2014.09

RESUMEN El presente artículo expone los principales resultados de una investigación cuyo objetivo es establecer el papel que tienen las prácticas comunicativas en el sostenimiento de los vínculos familiares y afectivos entre los migrantes y sus familias. Se aborda la comunicación familiar en hogares transnacionales por medio de entrevistas semiestructuradas, en las que se identifican los medios por los cuales se comunican los migrantes y el hogar, observando los usos, frecuencias y posibilidades que brindan estos soportes técnicos, junto a la importancia de algunas temáticas asociadas a los contenidos de la comunicación, identificando los aspectos comunicativos que establecen una cotidianidad y continuidad en las relaciones familiares y afectivas.

PALABRAS CLAVE Familia transnacional, comunicación familiar, migración internacional, tecnologías de información, comunicación.

The Use of Information and Communication Technologies in Families in Cali with Migrants in Spain ABSTRACT The article presents the main results of a study aimed at establishing the role of communication practices in sustaining family and emotional ties between migrants and their families. Family communication is studied in transnational households through semistructured interviews that identify the means by which migrants communicate with home, observing the uses, frequencies and possibilities these technical supports offer, as well as the importance of certain topics related to the content of the communication, identifying communicative aspects that establish an everyday reality and continuity in family and emotional relationships.

KEY WORDS Transnational family, family communication, international migration, information technologies, communication.

Uso de tecnologias da informação e a comunicação em famílias de Cali com migrantes na Espanha RESUMO O presente artigo expõe os principais resultados de uma pesquisa cujo objetivo é estabelecer o papel que as práticas comunicativas têm na sustentação dos vínculos familiares e afetivos entre os migrantes e suas famílias. Aborda-se a comunicação familiar em lares transnacionais por meio de entrevistas semiestruturadas, nas quais se identificam os meios pelos quais se comunicam os migrantes e o lar, e observam-se os usos, frequências e possibilidades que esses suportes técnicos oferecem, junto à importância de algumas temáticas associadas aos conteúdos da comunicação, o que identifica os aspectos comunicativos que estabelecem uma cotidianidade e continuidade nas relações familiares e afetivas.

PALAVRAS CHAVE Família transnacional, comunicação familiar, migração internacional, tecnologias de informação,comunicação. *

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Este artículo presenta los principales resultados de la investigación “Uso de tecnologías de la información y la comunicación en familias caleñas con migrantes en España”, financiada por el Departamento Administrativo de Ciencia, Tecnología e Innovación (Colciencias), en el marco del programa “Jóvenes investigadores e innovadores 2012”, en convenio con la Universidad del Valle, Colombia. Sociólogo por la Universidad del Valle. Estudiante de la Maestría en Políticas y Gestión de las Migraciones Internacionales de la Universidad Nacional de Tres de Febrero, Argentina. Integrante del grupo de investigación “sociedad, historia y cultura” de la Universidad del Valle, Colombia. Correo electrónico: ramirezjp19@gmail.com

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Uso de tecnologías de la información y la comunicación en familias caleñas con migrantes en España Juan Pablo Ramírez Martínez

Dossier

Introducción

física de un padre o una madre en el hogar, a la vez que posibilitarían a los migrantes el sostenimiento de ciertos roles y decisiones dentro del mismo.

E

l desarrollo de los medios de comunicación y las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) toma cada vez mayor importancia en la construcción, el desarrollo y la reproducción de las relaciones interpersonales en el mundo actual. En el marco de los fenómenos de globalización actuales, estos desarrollos permiten no sólo una mayor y más rápida movilización de información en el marco de redes sociales y laborales, sino que son parte activa en la configuración de relaciones y vínculos afectivos de carácter internacional.

Algunas precisiones conceptuales Al observar la manera como ha sido vista la familia desde los estudios sobre migración, es posible encontrar que en muchos de estos trabajos se la concibe principalmente como una unidad económica, que se configura desde los espacios de producción posibilitando de esta forma su subsistencia y reproducción (Ávila 2011; Mejía 2006; Mora 2008; Orozco 2005). No obstante, también existen investigaciones que dirigen su atención sobre los efectos que genera la migración, y particularmente la migración laboral internacional, en los grupos familiares de los migrantes (Parella y Cavalcanti 2006; Solé y Parella 2006; Ariza y D’Aubeterre 2009; Micolta y Escobar 2009; Zapata 2009). En relación con este último enfoque, retomamos la idea de lo transnacional como una forma de identificar las relaciones que, bajo el contexto migratorio, se producen, sostienen o modifican según las circunstancias de los sujetos. Así, al hablar de transnacional nos referimos al estudio de “agrupamientos de inmigrantes que participan de rutina en un campo de relaciones, prácticas y normas que comprenden tanto lugares de origen como de destino” (Orozco 2005, 2).

Dentro de estos procesos globales, el tema de la migración internacional ha logrado posicionarse en los últimos años como unos de los tópicos más abordados por las ciencias sociales, debido a su impacto tanto macro como micro en las sociedades de origen de los migrantes y en las de recepción. Si observamos las últimas oleadas de migraciones colombianas hacia el extranjero, que se caracterizan por su enfoque laboral, es importante resaltar los usos que la gente hace de la tecnología y la comunicación para gestionar los recursos económicos que envían los migrantes, así como para mantener formas cotidianas de interacción que permiten el sostenimiento de las relaciones afectivas y familiares en la distancia. Esto último resulta más significativo cuando la persona que migra ha dejado su pareja o sus hijos en el lugar de origen y, por lo tanto, debe buscar formas de expresar sus afectos y compromisos con el hogar, estableciendo prácticas cotidianas que reduzcan los efectos de su ausencia física.

De aquí que la institución familiar resulta ser un objeto de estudio sumamente importante, ya que al observar la manera en que la familia asimila y se adapta a los cambios sociales y culturales, como la migración laboral internacional, es posible estudiar los cambios que surgen dentro de los hogares y en las sociedades de las que hacen parte (Quintín 2003). Así mismo, resulta fundamental conceptualizar a la familia no sólo como una idea abstracta o ideal sino como una realidad social, por cuanto su posición como institución objetiva y a la vez como grupo de individuos (colectivo) la ubica en el centro de las tensiones y los desarrollos de la sociedad, siendo factor de cohesión, pero también de conflicto entre agentes (Bourdieu 1997).

Esta comunicación, que en épocas anteriores se restringía al envío de cartas y a esporádicas llamadas o visitas del migrante, tiene en la actualidad la participación de formas de comunicación más inmediatas y de menor costo, las cuales se asocian con los avances de la tecnología en las comunicaciones satelitales, así como con el uso cada vez mayor de internet para establecer contactos y construir redes de comunicación. De este modo, las nuevas TIC posibilitan un contexto diferente a las relaciones familiares en la distancia, permitiendo un contacto y comunicación más constantes y la posibilidad de encuentros de carácter audiovisual a través de las fronteras, en los cuales la inmediatez y el acceso más o menos generalizado a ciertas tecnologías de la comunicación por parte de los migrantes mitigarían la ausencia

Ya que la institución familiar soporta en gran parte las consecuencias del proyecto migratorio particular y a la vez está relacionada con las causas y los efectos de los desplazamientos migratorios, podemos recurrir a una conceptualización particular de familia fuertemente ligada con los procesos de globalización y migración actual, definiendo así a la “familia transnacional” como

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“Aquella familia cuyos miembros viven una parte o la mayor parte del tiempo separados los unos de los otros y que son capaces de crear vínculos que permiten que sus miembros se sientan parte de una unidad y perciban su bienestar desde una dimensión colectiva, a pesar de la distancia física” (Bryceson y Vuroela 2002, 2). Esta configuración familiar no se limita simplemente a la idea de la separación física de sus miembros, ya que no todas las familias con migrantes pueden llamarse transnacionales, sino sólo aquellas que logran producir y percibir una continuidad en sus relaciones y vínculos afectivos, adaptándose a esta nueva realidad (Solé, Parella y Cavalcanti 2007).

hora de estudiar los vínculos afectivos y familiares, que tienden a desgastarse con la ausencia física de un padre, una madre o un hijo, entre otros. En este sentido, a partir de las “prácticas comunicativas” podemos definir las formas de comunicación que se presentan entre los migrantes y sus familiares en el lugar de origen, de modo que, a partir de ciertas prácticas asociadas a las tecnologías y los medios de comunicación, se posibilita recrear momentos y discursos que afianzan los vínculos de cariño y compromiso entre miembros de una misma familia, permitiendo una continuidad de las relaciones familiares en la distancia (Solé, Parella y Cavalcanti 2007; Martínez et al. 2011).

Esto nos permite ver que la adaptación a cambios como la ausencia física de un miembro del hogar pone en consideración otros tipos de configuración familiar, dejando cada vez más atrás la idea de un único modelo tradicional basado en la familia nuclear y dando paso a nuevas tipologías que con la modernidad recrean la realidad familiar (Barg 2006; Coubès 2009).

Si bien los avances tecnológicos y de comunicación van más allá del espacio de interacción familiar transnacional, resulta importante destacar su aproximación al estudio de las migraciones, muchas veces en forma tangencial, señalando la forma en que la comunidad migrante potencia espacios y servicios de comunicación por medio del uso constante y demanda de locutorios, cibercafés y telefonía celular, entre otros (Mejía 2006; Ramírez 2007; Martínez et al. 2011).

Es precisamente frente al sostenimiento de los vínculos familiares y afectivos a distancia que se hacen presentes diversos tipos de prácticas, las cuales podemos abordar bajo dos formas. Por un lado, la idea de “prácticas transnacionales”, que permitió a los investigadores clasificar las diferentes acciones que emprenden los migrantes en su relación con el lugar de origen, como lo hace Orozco (2005) cuando habla de las 5T, refiriéndose a las transferencias monetarias (remesas y donaciones comunitarias), al turismo (migrantes y familiares), al transporte aéreo y terrestre (demanda de viajes ida y vuelta desde el país receptor), a las telecomunicaciones (llamadas telefónicas que fortalecen empresas prestadoras del servicio) y al comercio nostálgico (Nostalgic trade) de productos fabricados en el país de origen. Por otra parte, está la idea de las “prácticas comunicativas”, las cuales, en palabras de Cabello (2006), son entendidas como:

Estas conexiones, que surgen de los avances tecnológicos, son vividas en el ámbito familiar otorgando un valor social y personal a los símbolos, palabras, cosas, dinero, etcétera, que se encuentran en medio de la relación comunicativa transnacional, reafirmando así los sentidos de pertenencia e identidad del migrante a su familia a través de la distancia, aun en ausencia de una convivencia espacial diaria (Martín 2006). De aquí que los individuos que participan en las migraciones contemporáneas redefinan sus relaciones con su entorno dentro de un contexto globalizado, donde el espacio físico y social es relativizado a partir de la expansión en el acceso a la comunicación y la información por medio de las TIC (Retis 2013), llevando así a una progresiva inclusión de los avances tecnológicos en la vida familiar transnacional (Solé, Parella y Cavalcanti 2007).

Aquellas que forman parte de la práctica real de los hom-

bres, que involucran la producción, circulación y recepción (apropiación y usos) de significados en el marco de

una sociedad mediatizada y que expresan elementos de

Así pues, el estudio de la comunicación familiar en un contexto migratorio implica tener en cuenta múltiples elementos, uno de los cuales es abordado en este artículo desde las prácticas de comunicación más frecuentes en algunos hogares transnacionales, sin desconocer que una aproximación más profunda en torno a las TIC implica tener en cuenta otros elementos teóricos y prácticos que van más allá de nues-

sensibilidades compartidas. De este modo se incluirían tanto las que se valen de medios técnicos como las que no.

Existe una relación dialéctica entre prácticas comunicativas (actividad simbólica) y vida social. (Cabello 2006, 184)

Estas dos maneras de precisar las acciones y los recursos que utilizan los migrantes para relacionarse con sus hogares tienen un papel fundamental a la

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Cambios y evolución en las comunicaciones transnacionales

tra propuesta. No obstante, la investigación realizada pone de relieve la importancia que tienen las formas de comunicación que establecen los migrantes y sus familias (llamadas telefónicas, conversaciones por internet, cartas, dinero, regalos, visitas, etcétera) sobre el efecto que genera la ausencia física en los lazos afectivos, logrando no sólo sostener y fortalecer estos lazos, sino también consolidar la identidad y unidad familiares (Martín 2006).

Al referirnos a la comunicación transnacional es necesario atender a la manera en que los modernos medios de comunicación se han ido integrando a las comunicaciones de las familias, que, separadas físicamente por fronteras internacionales, continúan manteniendo su identidad familiar. Esto es posible observando los cambios y desarrollos que han tenido estos medios y tecnologías a través del tiempo, junto al examen de la relación que se teje entre el acceso, la valoración y el conocimiento que tienen los miembros de estos hogares sobre estas TIC (particularmente, en torno al uso del teléfono e internet) y la forma como ellos perciben los vínculos afectivos y comunicativos en su relación a distancia. La idea de una comunicación constante y directa entre los migrantes y sus familias de origen se define a partir de los avances y masificación de los medios y tecnologías de la comunicación y la información (TIC), los cuales han desempeñado un papel central en la forma como se relacionan las familias transnacionales, superando así las barreras que la distancia y la técnica presentaban en épocas anteriores. Frente a esta situación, Peñaranda señala:

Metodología y organización de los resultados Este artículo es producto de una investigación realizada en 2012, en la que se abordaron el uso de las TIC entre migrantes colombianos en España con sus familias en Cali (Colombia), y su relación con el sostenimiento de los vínculos familiares y afectivos en la distancia. Para este fin, se realizaron entrevistas en profundidad a ocho personas que viviendo en Cali tenían a un familiar residiendo en España, y a un migrante con residencia en España que estaba visitando a su familia en la capital del Valle del Cauca. Se tomó como un criterio de selección aquellos hogares en los que el migrante haya dejado en Cali a la mayor parte de su núcleo familiar, de modo que se pudieran observar las formas de comunicación desde el carácter de pertenencia al hogar por parte del migrante, a la vez que existieran formas de solidaridad y responsabilidad económica por medio de un frecuente envío de dinero (remesas).

El desarraigo y la ruptura de vínculos que caracterizaba previamente al migrar, se ha convertido en la actualidad en una experiencia de continuidad y

mantenimiento de dichos vínculos, de manera que

las experiencias cotidianas del migrante se imbri-

can en más de un contexto de manera simultánea. El migrante es conceptualizado como un sujeto móvil,

Las entrevistas buscaron establecer diferentes momentos de la experiencia migratoria del hogar y la relación que ésta tiene con los aspectos técnicos y temáticos dentro de las comunicaciones que se establecen con el migrante. Estos dos aspectos de la comunicación se desarrollaron por medio de diferentes ejes temáticos, retomando los principales en este artículo bajo los siguientes títulos, y en ese mismo orden: en relación con los medios y tecnologías de la comunicación en los hogares transnacionales, se presentan los “cambios y evolución en las comunicaciones transnacionales”, el “acceso a las TIC y continuidad en los usos” y la “cotidianidad en la comunicación: frecuencias y horarios”. Frente a las temáticas de la comunicación y los vínculos transnacionales, se abordan la “vida familiar y temáticas en la comunicación a distancia” y “la cotidianidad y el afecto en la comunicación transnacional”. Finalmente, se presenta una síntesis de los resultados, a modo de conclusión.

conectado aquí y allá y en otros lugares, y participando de forma continua en un universo geográficamente distante. (Peñaranda 2011, 2023)

En las entrevistas realizadas se pudo observar la valoración que tienen los hogares sobre los medios y tecnologías actuales que les facilitan la comunicación con los migrantes, y los cambios que éstos traen en relación con épocas anteriores, permitiendo señalar que las mejoras técnicas no sólo ofrecen elementos de mayor comodidad o calidad en lo ya existente, sino que ofrecen nuevas formas de relacionarse con y a través de las TIC. Un ejemplo de esto lo da Viviana, quien a sus 23 años ha vivido la migración de su mamá en tres oportunidades, que empezó en 2002, cuando la madre viajó a Alemania; luego, en 2007, se fue a Francia, y actualmente se encuentra en España, desde 2010; así pues, al preguntarle por la importancia de los medios (teléfono y computador) en la relación con la mamá, ella nos dice:

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viniera, para uno ver físicamente a esa persona a

tablecen claramente los cambios y posibilidades que esta tecnología representa para su red familiar. Tal es el caso de Martha, quien tiene dos hijos en España y otro en Estados Unidos, y se comunica constantemente con ellos:

me permite la facilidad de verla cuando yo quiera, y

“Claro, todos por teléfono, no es como anteriormente

sentir su estado de ánimo”. (Viviana, 2012)

mucho medio para comunicarse con la gente ausente,

“Yo creo que es lo más importante, porque es el

medio que nos permite comunicarnos, la primera vez fue muy duro porque por ejemplo había que esperar

hasta que una persona fuera, hasta que una persona través de unas fotos, en cambio ahora el computador

el celular me da la oportunidad de escucharle la voz,

que era telegrama, eran cartas, ahora no, ahora hay está el internet, que es una cosa muy buena […] Yo a mi

A medida que se van dando los cambios tecnológicos, es necesario que las personas tengan un proceso de familiarización con estos medios, de modo que aquellos que estaban ajenos a la tecnología tienden a apropiarse de los usos y valores de estos avances, logrando así una mayor y mejor relación con sus seres queridos en el exterior. En el caso de Estela, ella ha visto y valorado la forma como cambió la comunicación con su hija Dayana, que vive en España desde el año 2000, pasando de hablar sólo por teléfono a verse vía internet:

hija le mandaba, a pesar de que nos hablamos por telé-

fono cada 15 días, le mandaba una cartica, pero ahora usamos más por el teléfono y las fotos por internet, que es más rápido, claro”. (Martha, 2012)

Encontramos que una de las características más importantes de los modernos medios de comunicación es la sensación de acortar las distancias y dar un sentido de inmediatez a las interacciones. Para las familias transnacionales esto resulta fundamental, y llegan a sentir que el migrante está presente en el hogar por medio de las TIC, lo que posibilita mayores formas de comunicación. “Es que como uno habla todos los días con él, es como si no se hubiera ido” (Fernanda, 2012).

“Es que ya de verse uno es bonito, la siente uno como

allí tan cerca, es una de las cosas que digo yo que el internet, que esa tecnología es muy buena, a como antes que uno se la pasaba tiempos sin verla, cuando

la otra vez que nos pasamos tanto tiempo, dos años

y medio sin verla, porque cuando en esos años qué

Acceso a las TIC y continuidad en los usos

iba uno a saber de internet […] Ella trabajó allá con

el esposo de la prima y ella aprendió ahí mucho de eso y nos decía que nos conectáramos, y yo no sabía,

Al observar la manera en que las TIC aportan a las comunicaciones y los vínculos familiares en la migración, hay que tener en cuenta el acceso y uso que se hace de estas herramientas, de modo que sea posible ver la presencia de estos medios y la apropiación que hacen las personas de ellos. Al plantear la investigación se consideró que la tecnología de la comunicación no sólo tiene valor desde su desarrollo técnico sino desde su función social en torno a los vínculos familiares. Al respecto, coincidimos con Rodríguez cuando señala que:

que vayan donde fulana, donde una amiga que ella

se conecta, para que nos veamos, y nosotros íbamos y nos veíamos por ahí, no, ella muy contenta y el papá también lloraba, yo no, pero se hablaba normal con ella”. (Estela, 2012)

Así mismo, esto permite a las personas que tienen varios familiares en el exterior mantener una comunicación constante, y la posibilidad de establecer redes de interacción permanentes. La tecnología facilita la conformación y consolidación de redes sociales a partir de mayores y mejores formas comunicativas, más aún en un contexto migratorio. De igual manera, al poner nuestros ojos sobre las familias que experimentan la migración de una o varias personas del núcleo familiar, es posible identificar que los efectos que trae la migración abarcan ámbitos que van desde la realidad económica del hogar hasta cambios y adaptaciones de tipo afectivo, cultural y tecnológico, entre otros. En este sentido, aquellos entrevistados que tienen varios familiares en el extranjero y que han pasado por diferentes épocas de migración es-

El uso de internet como medio y estrategia comunicativa en las familias transnacionales sugiere nuevas formas, prácticas y pautas de relación en sus

comunicaciones, que se construyen antes y durante del proceso migratorio. Es desde aquí que resulta

imperante comprender que el análisis de las NTIC y especialmente de internet, no recurre sólo a consi-

derarla como una plataforma tecnológica, sino por

su impacto social, como un nuevo espacio para el

encuentro entre las personas y que se transforma

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ese lado la comunicación mejoró muchísimo” (Laura, 2012). Este aspecto, que hemos observado en los hogares de origen, también existe en las sociedades receptoras de migrantes, aspecto que señala la investigación de Morad, Bonilla y Rodríguez:

constantemente por la misma interacción que ejercemos en ella. (Rodríguez 2011, 4)

En ese sentido, las personas que migraron antes de la masificación de las TIC, dentro de ellas internet, pudieron tener mayores dificultades para utilizarlas que los migrantes recientes, y por tanto, este desconocimiento de su uso puede conllevar una menor valoración de estos medios o la dificultad para manejarlos. Un ejemplo de ello es el caso de Luisa, que tiene a su hermano Jorge hace doce años en España, y al preguntarle por la posibilidad de verlo por internet, ella nos dice: “No, él no se preocupaba por eso, después de que uno supiera que estaba bien, bueno, y ya” (Luisa, 2012). Situación parecida le ocurre a Leidy, ya que no puede comunicarse frecuentemente con su mamá por internet y, por lo tanto, pasa mucho tiempo sin que pueda verla. “Ella se fue a vivir a otra isla en España, y pues ella no sabe manejar lo que es el internet; ella no tiene computador ni nada de eso” (Leidy, 2012).

Esto es lo que conduce a que en los países de destino

cada día aparezcan locutorios, venta de tarjetas telefónicas y la instalación de Internet con cámara web en las viviendas con el propósito de una comunicación

más fluida con el país de origen. Poder conversar y ver a sus parientes cara a cara, así el lenguaje verbal,

gestual, las risas, todas esas expresiones corporales

tienden a fomentar los vínculos emocionales. (Morad, Bonilla y Rodríguez 2011, 2044)

Hablar de una inversión en la comunicación no se refiere únicamente al aspecto económico de adquirir la tecnología, sino que también requiere el interés por aprender el uso de las TIC, lo cual implica un esfuerzo personal para poder mejorar la comunicación familiar, más aún cuando es el migrante quien no está familiarizado con las tecnologías. “Pues mi papá no es así precisamente el más tecnológico del mundo, entonces aprendió a manejar Messenger, entonces tratamos de que sea por ahí para que él no se vaya como a confundir” (Laura, 2012).

De esta manera, el acceso a las tecnologías está relacionado con el conocimiento que se tenga, pero también con la posibilidad de acercarse a ellas. En ese sentido, el acceso a internet está mediado por la tenencia o no de un computador en el hogar y de una conexión a internet, o por la posibilidad de comunicarse desde un lugar público (locutorio). A partir de esta idea, se identificaron en las entrevistas algunos factores que dificultan la comunicación audiovisual entre el migrante y su hogar, de modo que la diferencia horaria entre España y Colombia o la falta de un computador en el hogar son aspectos que generan inconvenientes para comunicarse y producen la sensación de poder tener una mejor comunicación si se superaran esos obstáculos. “Es difícil verlo por internet porque él está en sus estudios, y que no es lo mismo el internet tenerlo en la casa que uno ir a una cabina a vernos. Si tuviera internet aquí en la casa podría verlo todos los días” (Martha, 2012).

De igual forma, en el hogar se dan procesos no sólo de consecución de los medios técnicos y tecnológicos para la comunicación, sino que también se generan espacios para el aprendizaje y uso de estos recursos por parte de quienes no los tienen como algo habitual. Al respecto, algunos estudios muestran que incluso mujeres mayores que no se han socializado en un entorno con presencia de TIC aprenden a utilizar internet para comunicarse con sus hijos en otro país (Solé, Parella y Cavalcanti 2007). En la investigación encontramos esta situación en la familia de Laura: “Mi mama también entró a hacer un curso de sis-

temas para aprender lo básico y pues acá con mi

No obstante, si el computador se hace presente en el hogar, el poder verse se convierte en parte de la rutina de la comunicación de las familias, dándole un sentido diferenciado a la comunicación antes y después de su llegada, así como a la frecuencia de su uso. “Ya es más frecuente y es a cualquier hora del día. Ha pasado que hay reuniones familiares y nos vemos a la 1 o 2 de la mañana; cuando no habían computadores pues obviamente no podíamos hacer eso porque a la 1 de la mañana no había una cabina abierta, entonces pues por

hermano y conmigo también explicándole mucho,

pues al principio si mi hermano y yo no estábamos

ellos no se podían conectar, ya fuera porque mi papá tenía un problema y no sabía cómo organizarlo o porque mi mamá aquí no sabía tampoco, pero pues a

raíz de que los dos le han cogido la práctica y con el

curso que hizo mi mamá, entonces ya no es necesario que mi hermano o yo estemos aquí, ellos a veces

se ven los dos solos, y ya pues mi mamá se conecta solita”. (Laura, 2012)

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En las entrevistas se observa el modo en que se valoran todos los aspectos de la comunicación, desde los medios más comunes hasta los más avanzados. Un primer aspecto que podríamos resaltar acerca de estos hogares surge de la valoración de la telefonía como un medio de constante uso en la comunicación con los migrantes, destacando sus avances en cuanto a menores costos y mayor calidad, a la vez que se establece como la forma principal para el contacto constante con el migrante. Al respecto, Laura comenta: “El teléfono fijo es importante por las llamadas de mi papá, porque aquí de pronto no es que nosotros llamemos mucho, o que lo usemos mucho, no, y pues tampoco hay llamadas al exterior, tampoco lo llamamos mucho a él de acá, pero es importante tenerlo porque ahí es a donde mi papá nos llama” (Laura, 2012). Este elemento, recurrente en varias entrevistas, es un rasgo común en la migración transnacional, aspecto que señala Hinojosa (2008), quien al estudiar el caso de la migración boliviana afirma lo siguiente:

hogar y el migrante que se busca reducir al mínimo los efectos que la ausencia física produce en las relaciones familiares, y aunque no pueden suplir el contacto físico que se da con la presencia de un padre o un hijo en el hogar, permiten sobrellevar este distanciamiento al mantener una comunicación y unos vínculos afectivos. En este sentido, Laura opina sobre los medios en su hogar: “Son demasiado importantes porque nos facilita mucho la comunicación; si de pronto no hubiéramos tenido los computadores o el teléfono constantemente, tal vez no hablaríamos tanto o se habría perdido la comunicación constante, diaria, y tal vez eso nos ha permitido que no nos alejemos” (Laura, 2012).

dad y los costos hacen que el hablar por teléfono sea

Pero más allá de que internet tome cada vez mayor importancia a la hora de comunicarse, es notable la manera como la gente percibe los avances tecnológicos y busca apropiarse de ellos para su vida diaria, generando nuevas maneras de utilizar estas herramientas y poder transmitir sus afectos, ideas, vivencias, y así, fortalecer sus vínculos afectivos a la distancia. En el caso de Leidy, esto conlleva el conocimiento de los horarios de sus familiares y la posibilidad de permanecer disponible para comunicarse con ellos:

ciones. Si bien la frecuencia y duración de los contac-

“Bacano, ha sido mejor porque nos podemos ver con

de los migrantes, es claro que esta práctica constituye

nos preguntamos que cómo te fue en el trabajo, nos

Otro aspecto fundamental para las migraciones transnacionales lo constituye el actual nivel tecnológico de las comunicaciones. El acceso, la disponibilihoy en día una característica central para las migratos telefónicos suelen variar según las características

mis hermanos, y hablar, nos reímos por la cámara,

uno de los aspectos más orgánicos de vinculación

reímos, recochamos. Y el horario, por ejemplo, mi her-

familiar. (Hinojosa 2008, 105)

mana trabaja allá en el día, y cuando acá son las cuatro de la tarde y ella ha llegado de trabajar, ella se conecta

Junto al uso del teléfono, el acceso a internet es valorado como herramienta de comunicación y como un aspecto técnico y tecnológico del diario vivir, que acerca a las personas desde la comunicación audiovisual y la inmediatez. En este sentido, estamos de acuerdo con Rodríguez cuando señala que “En algunos casos internet se vuelve el objeto que significa la presencia del migrante. Cuando hace falta la conexión a Internet, la ausencia del migrante se hace más fuerte, más evidente y más dolorosa” (2011, 61). Esta situación es percibida por el migrante desde la distancia; tal es el caso de Paola, que vive en España con su hijo y su pareja, y nos habla de sus padres en Cali: “A ver, hay más evolución, o sea, pueden ver el crecimiento del niño, que cómo está, que qué hace, qué no hace, es diferente, antes simplemente por teléfono y lo que te cuentan y ya. Pero ahora tú los ves, entonces, ya como que apacigua más el hecho de estar lejos, como que es más llevadero” (Paola, 2012).

a esa hora, entonces yo estoy todo el tiempo conectada, entonces ella me habla y yo le contesto y ahí mismo prendemos la cámara y nos vemos”. (Leidy, 2012)

Cotidianidad en la comunicación: frecuencias y horarios Ahora bien, al evaluar la frecuencia con que los hogares se comunican con los migrantes, se observa que en la mayoría de los casos se da una comunicación constante que hace uso de diversos medios de comunicación, donde prevalece el teléfono como la forma principal de interacción. En este sentido, se observa que la comunicación genera una suerte de cotidianidad en la cual la llamada diaria representa la presencia constante del migrante. Esto lo confirman varias investigaciones, las cuales ven en la frecuencia de la comunicación un factor muy importante para sostener los vínculos afectivos; un ejemplo de esto lo presentan Solé, Parella y Cavalcanti, cuando comentan:

Es por lo tanto mediante la combinación de todas las tecnologías y todos los medios de los que dispongan el

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como estoy trabajando, entonces me llama a las dos de la tarde, más o menos” (Viviana, 2012).

Al examinar la frecuencia de comunicación entre emigrantes y familiares, de las entrevistas se des-

prende que la mayoría se comunican como mínimo

Igualmente, se observa que es el migrante quien sostiene la iniciativa de las comunicaciones, aunque también provengan del hogar en menor medida, siendo aquél quien primero pasa a definir las frecuencias de la comunicación. En este sentido, las personas entrevistadas confirman esta tendencia, en la cual el migrante recibe un mayor peso en el sostenimiento de las comunicaciones trasnacionales: “De vez en cuando se le llama, pero si el mes tiene 30 días nosotros llamamos tres y él llama el resto” (Fernanda, 2012).

una vez al mes. Obviamente, la intensidad de dichos contactos depende directamente del tipo de vínculo

familiar. Cuando se trata de padres que se han separado de sus hijos, los contactos son muy frecuentes.

Buscan no sólo reforzar la dimensión afectiva, sino también mantener el control sobre las decisiones cotidianas que afectan a los hijos desde la distancia

[…] Lo mismo ocurre entre miembros de matrimonios que se han separado a través del proceso migratorio. En estos casos, los contactos son muy asiduos,

a menudo de frecuencia diaria. (Solé, Parella y Caval-

Ahora bien, el uso de internet para comunicarse también configura unos tiempos y unas rutinas desde los cuales se posibilita el encuentro audiovisual entre los miembros del hogar, ya que éste requiere la disponibilidad del tiempo y los medios en ambos espacios, “Con mi hermana Lorena habló con ella por internet pero más que todo los fines de semana que ella está, pero sí habló mucho con la hija de ella, con mi sobrina, con Neidy, con ellas sí habló cada tres días” (Leidy, 2012). En migraciones no tan recientes se observó que el acceso a internet ha tenido que pasar por un proceso que empieza por la comunicación desde las salas de internet (locutorios), hasta la consecución de un espacio en el hogar con un computador (ordenador) propio. Y a través de este cambio se ha posibilitado mejorar ciertos aspectos de la comunicación familiar, y sobre todo, crear una cotidianidad a partir de esta práctica: “Cuando recién él se fue íbamos así fuera a una sala de sistemas a vernos, pero pues no eran todos los fines de semana, o todo el tiempo, era una vez al mes, pero desde que, no sé, unos dos años después, ya es todos los fines de semana y entre semana, si hay una ocasión especial también entre semana” (Laura, 2012).

canti 2007, 67)

Un elemento presente en casi todas las entrevistas evidenciaba una frecuente comunicación con los migrantes, la cual nos permite observar la importancia no sólo de los vínculos afectivos en el ámbito familiar, sino también la manera en que se reafirman los roles maternos y paternos, la reciprocidad que tienen los hijos con sus padres y los lazos afectivos entre hermanos: “Como todos los días hablamos con él pues no se siente tanto el vacío, que si de pronto hubiéramos mermado la comunicación con él, o habláramos por allá una vez al mes, pues tal vez sería más complicado” (Laura, 2012). Además de la frecuencia, los migrantes también establecen unos horarios de comunicación telefónica con sus hogares, posibilitando así la participación de toda la familia en las conversaciones. Con esto, tanto el migrante como los miembros del hogar logran percibir una mayor unidad familiar y es posible comunicar una mayor cantidad de situaciones y afectos. “Aunque la jornada de las comunicaciones esté determinada principalmente por los horarios laborales del migrante, el hecho de tener un horario de comunicaciones favorece la presencia de un mayor número de miembros del hogar en la conversación, lo cual no se daría fácilmente si el migrante llamara en cualquier momento” (Ramírez 2010, 46). Tal es el caso de Estela y su hija que vive en España: “Ella siempre llamaba tipo 7 u 8 de la noche de allá, cuando ella llegaba a la casa, de ahí para allá no nos podíamos hablar porque ya a ella se le hacía tarde que para madrugar; nosotros también la llamábamos a esa hora, que allá fuera las 8 o 9 de la noche” (Estela, 2012). Otro ejemplo es la comunicación de Viviana y su mamá: “Pues antes sí me llamaba en las mañanas, tipo seis de la mañana, seis y media de la mañana, siempre; ahora,

Vida familiar y temáticas en la comunicación a distancia Así, además de la presencia de las tecnologías, es necesario referirnos a las temáticas que se abordan en la comunicación, más específicamente, a la forma como se verbaliza esta continuidad de las relaciones familiares en la distancia, de modo que a partir de estas relaciones se posibilitan las demostraciones de afecto entre el migrante y su familia, la participación del migrante en las decisiones del hogar, así como la compensación de su ausencia física por medio de una presencia simbólica cotidiana. Martín lo advierte claramente cuando dice:

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da a los símbolos, palabras, cosas, etc. que se encuen-

tiene una mayor prioridad en la comunicación entre el migrante y la persona que queda a cargo del hogar:

cional son los que reafirman los sentidos de perte-

“Él llamaba al teléfono, o a mi celular; cuando no me

los que completan la dinámica de la mediación supe-

por lo regular siempre que él llamaba, cada mes, cuando

En otras palabras el valor social y personal que se le

tran en medio de la relación comunicativa transnanencia e identidad del migrante a su familia, y son

encontraba en el teléfono, me marcaba al celular, pero

rando lo técnico y revalorando los usos a partir de su

él iba a girar el dinero, entonces me llamaba casi a las

efecto social. (Martín 2006, 58)

tres, cuatro de la mañana, al teléfono, me decía: ‘Vea, busque en qué apuntar el código pa’ que vaya y reclame,

Un primer aspecto por observar en las comunicaciones son los momentos en los cuales se expresa abiertamente la ausencia del migrante, y el efecto que esto tiene en los miembros del hogar y en la vida del migrante: “De esta forma, la migración internacional irrumpe con la vida cotidiana de las familias y genera en los hijos y las hijas sentimientos y emociones como la tristeza y la soledad ante la ausencia del padre o la madre migrante” (Zapata 2009, 1757). Esta situación se observa en las expresiones que tienen los hijos de migrantes, las cuales recogemos de las entrevistas de Luisa y de Estela:

que ahí le mandé la plata’”. (Luisa, 2012)

Por otra parte, también se abordan temas más personales que dependen de la relación que tiene el migrante con cada una de las personas del hogar, y el grado de confianza entre ellos, de manera que no es lo mismo la comunicación de pareja que la de la madre e hija, o el nivel de confianza entre hermanos, y el de un padre con sus hijos, “Con mi hermana hablamos de mi pareja, de que ella quiere que yo sea mamá ya, de cómo me va, que si estoy triste, que si estoy contenta, hablamos de los niños, de ella, del trabajo, del esposo” (Leidy, 2012). En el caso del hogar de Laura, ella comenta: “Que mi papá y yo nos sentemos a hablar solos pues es raro, o él con mi hermano solos, pues la verdad, raro, pero mi mamá y él sí, ellos hablan más personalizado” (Laura, 2012).

“Pues ella las llama, le pregunta como están, que necesitan, y las niñas lo primero que preguntan:

“mami, cuándo nos vamos a ir”, y entonces ella me dice que eso es como si la torturaran, cuando las niñas le dicen “mami, cuándo nos vamos a ir, que estamos

Además de las temáticas que se abordan para enterarse del día a día en el hogar, las comunicaciones están llenas de expresiones de cariño y afecto que buscan transmitir ese sentimiento familiar que se extraña a la distancia. Bien lo expresa Zapata cuando dice:

aburridas, que nos hace mucha falta”, que esto, que lo otro”. (Luisa, 2012)

“Ella llama y nos dice, “ay, los quiero mucho, mamá, me hacen mucha falta, qué están haciendo, qué está

haciendo de comida, hay, qué rico, mami, yo hace tiempo que no como eso, cuando yo vaya me hace tal cosa”, tal otra, y cuando ella viene se le hace”. (Estela, 2012)

El uso de tecnologías (teléfono e Internet) constituye un medio y una oportunidad para que padres y madres

Al indagar sobre los temas o contenidos de las comunicaciones entre el hogar y el migrante, se dan unas generalidades que implican el abordar temas cotidianos que están presentes en la práctica comunicativa. Estos temas resultan de la dinámica de la comunicación constante, convirtiéndose en espacios desde los cuales se establecen la rutina y continuidad del vivir juntos a la distancia, de modo que es en este compartir, discutir y decidir que se mantiene el sentido de familia (Solé, Parella y Cavalcanti 2007). En cuanto a los temas que se hablan, Laura comenta: “Normalmente son los mismos, la familia, la economía, los vecinos, porque mi papá es de los que llama y pregunta hasta por el señor del barrio de al lado, pero usualmente son los mismos temas” (Laura, 2012). En las entrevistas también se reconoce el tema económico como algo cotidiano y de mucha importancia, de modo que éste

mantengan vínculos afectivos con sus hijos e hijas, a través del intercambio de mensajes verbales (orales y escritos) […] Las expresiones de afecto que el padre o la

madre migrante utilizan a través de palabras y frases contribuyen a fortalecer los lazos afectivos, a pesar

de que no exista un contacto físico (abrazos, caricias, besos). Las frases verbales positivas, como lo defi-

nen Galvin et al. (2004), hacen parte de las formas de expresión de afecto; frases como “te amo” y “me haces mucha falta” denotan cariño, amor y apoyo. (Zapata 2009, 1755)

Veamos dos casos de estas expresiones de cariño entre madre e hija. En el caso de Estela y su hija, dice que “Ella me habla por teléfono, o me manda canciones, ella es muy especial, y a toda hora hablándole a uno de cosas, que nos hace falta, que los quiero mucho, que

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Uso de tecnologías de la información y la comunicación en familias caleñas con migrantes en España Juan Pablo Ramírez Martínez

Dossier

dónde están, que qué quieren que les lleve, que yo les quiero llevar algo” (Estela, 2012). Mientras que Viviana nos cuenta: “Mi mamá me dice que te extraño, que quisiera estar allá, que me haces falta, básicamente esas cosas” (Viviana, 2012).

colectivos y representaciones sociales que se expre-

A su vez, en las fechas especiales las comunicaciones toman un valor agregado, de modo que en épocas como la Navidad y el Año Nuevo la ausencia se siente más fuerte y la comunicación busca ser más emotiva y dedicada, “De ese modo, las TICs posibilitan a los migrantes intervenir en la vida cotidiana de las familias y estar ‘presentes’ en los momentos especiales de celebraciones, cumpleaños y fiestas” (Solé y Parella 2006, 9).

Esto se observa muy claramente en el hogar de Fernanda, en el cual se siente muy fuerte la autoridad de su padre y su rol de protector sobre ella, su hermana y su madre, quienes nos cuentan cómo es esta relación: “Uno ya está acostumbrado a que él está presente cuando llama y se hace todo como él dice, mas no físicamente, y uno no lo está viendo” (Fernanda, 2012). “Él llama todos los días, él está pendiente del médico, de mis citas, de todo” (Gloria, 2012).

san como contenidos del sentido común y compartido

por las familias, aunque no necesariamente coinci-

den con las nociones del tiempo real de quienes están involucrados. (Martín 2006, 58)

“Siempre 24 y 31 tratamos de vernos, así ese día no sea

El estar pendiente de la familia, no obstante la distancia, lleva a complementar la comunicación con ciertos detalles en épocas especiales, en las cuales se posibilita demostrar el afecto y la responsabilidad. El envío de regalos, el mejoramiento de la vivienda, el solventar gastos de recreación, etcétera, son aspectos que evidencian el cariño del migrante hacia su familia, a cambio de la presencia física: “O sea, para diciembre él está pendiente de que la ropa de sus hijas, la ropa de su mujer, que la casa la adornen, cómo van a adornar la casa, qué le van a poner a la casa, vaya compre el árbol, vaya compre la cena para el 24, para el 31; a pesar de que no está aquí, de eso está muy pendiente” (Fernanda, 2012).

un fin en semana, que el 31 cayó un viernes o un jueves, pues nos vemos un jueves y nos vemos un viernes,

y ésas son las ocasiones en que de pronto nos vemos a la 1 o 2 de la mañana o vienen los vecinos a darnos el feliz año y nos estamos viendo con él, entonces mi papá aprovecha y saluda al vecino, a los vecinos que

vinieron, pero pues por la fecha, por ser un 24, 31 de diciembre […]”. (Laura, 2012)

“Ella los 31 de diciembre, los 24, eso a pedir la bendi-

ción, llamaba ella tipo 8 de la noche, allá tarde, y aquí siendo las 12 de la noche volvían y llamaban. Cuando eran las doce allá llamaba y cuando era las doce aquí también llamaba otra vez: “Dónde van a estar para yo

llamarlos allá”, entonces llamaba donde estuviéra-

mos, sea donde mi mamá, donde una tía, otra parte,

Es claro que las expresiones de afecto son muy necesarias y están presentes en todo momento de la comunicación, más aún cuando ellas permiten transformar ausencias y tristezas en muestras de cariño, evitando así generar situaciones emotivas de dolor, por medio de gestos afectuosos. En el caso de Gloria y su hija Fernanda, ambas ven en la comunicación demostraciones de cariño, antes que palabras de ausencia: “Entonces me llama mi chorrito de humo, mi negrita, cositas así, pero que le diga uno me hace mucha falta, no, o que nosotros le digamos a él, tampoco” (Fernanda, 2012). “Me dice te amo y palabras cariñosas” (Gloria, 2012).

ella llamaba allá a darnos el feliz año”. (Estela, 2012)

La cotidianidad y el afecto en la comunicación transnacional También, el estar pendiente de la familia implica para el migrante enterarse de los acontecimientos diarios y preocuparse por ellos, la salud de las personas y la vida de cada uno. Es a partir de estar enterado de lo que sucede con la familia que el migrante hace presencia (simbólica) en el hogar, aportando opiniones, soluciones, y hasta tomando las decisiones sobre lo que se debe o no hacer en diferentes momentos. Bien lo expresa Martín apuntando que:

Conclusiones

Muchas veces los miembros de las familias no pre-

En el artículo se observa cómo desde la separación física que se produce con la partida de un miembro del hogar, se movilizan diversos tipos de recursos dentro de éste, que buscan recomponer los vínculos y diná-

cisan de la convivencia espacial diaria para sentirse

parte de la misma red de relaciones. Recrean vínculos

de tipo horizontal que se entrelazan en los márgenes del tiempo para cobrar vida dentro de imaginarios

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micas preexistentes a la migración, a través de una constante y efectiva comunicación. Es por medio de las prácticas comunicativas existentes entre los migrantes y sus familiares que podemos hablar de hogares transnacionales, los cuales logran sostener, a través de estas formas comunicativas, sus vínculos afectivos y su cohesión como unidad familiar, estableciendo una cotidianidad compartida en espacios transnacionales.

con las tecnologías de la comunicación. De aquí que el acceso a las TIC puede verse reflejado en diferentes aspectos, empezando por la familiarización que tienen las personas con estas tecnologías, especialmente en el caso de los migrantes, de modo que no hay un reconocimiento homogéneo sobre la utilidad y las posibilidades que los medios ofrecen para mantener contacto con sus familiares, sino que éste depende de aspectos generacionales, culturales y económicos de cada persona.

Un aspecto por resaltar es la forma como los miembros del hogar perciben los medios de comunicación, y el papel que éstos desempeñan en su relación con los migrantes. Así, respecto a los hogares estudiados se puede señalar, en términos generales, que existe una valoración positiva sobre los desarrollos tecnológicos que han presentado las comunicaciones, y ven en estos cambios una mayor posibilidad de comunicarse, al poder estar informados acerca del vivir de cada uno.

Los hogares transnacionales desarrollan estrategias con miras a mejorar sus prácticas comunicativas, entre las cuales se encuentra el acercarse a las tecnologías desde el acceso a las mismas, consolidando, por una parte, la tenencia de ellas (a través de la compra de un computador y de un servicio de internet en el hogar), así como invirtiendo en la adquisición del conocimiento de sus funciones (por medio de cursos para el manejo de los computadores, sus programas y herramientas de comunicación en internet).

De igual forma, la búsqueda de una mejor comunicación entre el hogar y los migrantes les plantea a las personas la necesidad de estar actualizadas sobre los cambios tecnológicos, entendiendo que el acceso a la tecnología les permite encontrar una forma de acercarse a las personas queridas que se encuentran geográficamente distantes.

Hemos visto que el lugar de acceso a internet se centra en el hogar, pero para esto se ha dado un proceso que empezó por la comunicación en salas públicas (locutorios), hasta poder contar con un computador (ordenador) y un acceso propio a internet. Este cambio ha posibilitado mejorar la comunicación familiar, creando una cotidianidad a partir de esta práctica comunicativa.

Dentro de los hogares transnacionales se percibe que en la actualidad se cuenta con una mayor variedad de medios para comunicarse, a la vez que existe una mayor rapidez en la comunicación, aspectos que en épocas anteriores no se tenían a disposición. Así mismo, los medios y tecnologías (TIC) modernos les permiten a estos hogares establecer redes de interacción permanentes con todos sus familiares que viven en el exterior, de manera que esto les posibilita la conformación y consolidación de redes familiares de comunicación.

Resulta importante destacar la relación entre la comunicación y los soportes que se utilizan para ella. Por consiguiente, las facilidades que brinda la comunicación telefónica, especialmente para los migrantes, permiten que el teléfono siga siendo el medio más utilizado para la comunicación transnacional, dado que los avances que la telefonía ha tenido se ven reflejados en los menores costos de las llamadas, la mayor calidad del audio en la comunicación y la poca inversión que se requiere en tecnología por parte de las personas, además de la presencia cada vez mayor de establecimientos (locutorios) para realizar llamadas a larga distancia. El teléfono es la posibilidad de la comunicación inmediata y eficaz para las personas.

El uso de los actuales medios de comunicación consolida la idea de una presencia real del migrante en el hogar, la cual se determina por medio de la constante comunicación y su efectiva participación en las decisiones del hogar. Esto refuerza la tesis de que una de las características más importantes de los modernos medios de comunicación con los que cuentan los hogares transnacionales es la sensación de que se acortan las distancias, estableciendo un sentido de inmediatez en las interacciones que se producen.

Por otra parte, internet posibilita nuevos espacios que el teléfono no tiene, ya que por este medio se pueden compartir situaciones más cotidianas y de menor urgencia, a la vez que el reconocimiento audiovisual le da a la comunicación una mayor percepción de cercanía, siendo estas características algunos de los aspectos más importantes para los hogares transnacionales.

Un segundo aspecto por subrayar se desprende de la forma en que los miembros del hogar se relacionan

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Uso de tecnologías de la información y la comunicación en familias caleñas con migrantes en España Juan Pablo Ramírez Martínez

Dossier

Antes que rivalizar, teléfono e internet se complementan para permitir una comunicación más fluida y una presencia más activa del migrante en el hogar. Es por medio de la combinación de medios, entre el teléfono e internet, que los hogares crean una cotidianidad en sus relaciones familiares transnacionales, procurando reducir al mínimo los efectos que produce la ausencia física en las relaciones familiares. En este sentido, las personas reconocen el cambio que se ha dado con la incorporación de los avances de la comunicación a su vida familiar, resaltando los aspectos positivos que cada uno de los medios de comunicación les brinda en su relación con los migrantes.

papel de gran importancia en los hogares transnacionales, recreando aspectos cotidianos de la vida familiar a través del constante diálogo sobre los temas del día a día, tales como la familia, la economía, el trabajo, la educación, la salud, entre otros. Estos temas surgen en la dinámica de la comunicación constante convirtiéndose en tópicos cotidianos desde los cuales se establecen la rutina y continuidad del vivir juntos a la distancia. Existen temas más específicos que dependen del tipo de relación que tiene el migrante con cada uno de los miembros del hogar, de modo que lo económico se destaca entre parejas o entre el migrante y la persona que está a cargo del hogar, mientras que temas afectivos y personales suelen ser abordados en la relación con los hermanos más cercanos o en las relaciones de madre/hija, por ejemplo.

Otro aspecto observado tiene que ver con los tiempos en los que se da la comunicación transnacional. Al respecto, tenemos que existe una comunicación constante entre los migrantes y sus hogares, donde prevalece el uso del teléfono sobre el de internet. Así pues, los hogares se comunican de manera muy frecuente con los migrantes en España, presentando una periodicidad que va desde la comunicación diaria hasta el contacto al menos una vez por semana, donde se muestra que en la mayoría de los casos se da una tendencia en los migrantes a llamar diariamente al hogar, especialmente cuando son los padres/madres los que han migrado y dejado a sus hijos en Colombia.

Junto al conocimiento de la realidad familiar, la comunicación transnacional permite transmitir expresiones de cariño y afecto entre los miembros del hogar, recreando constantemente el sentimiento de añoranza por la diaria convivencia. Finalmente, los contenidos de la comunicación en las fechas especiales tienen una carga emotiva particular, de manera que en épocas festivas como la Navidad, el Año Nuevo o los cumpleaños —cuando la ausencia del migrante se siente con más fuerza—, las palabras y los gestos de afecto se hacen más presentes, y se expresan palabras de cariño y deseos de un pronto encuentro.

Asimismo, se observa la existencia de unos horarios en la comunicación telefónica, establecidos casi que de manera implícita entre los miembros del hogar transnacional, los cuales se dan a partir del conocimiento que tienen los migrantes de las rutinas de sus familias, y viceversa. De igual manera, el uso de internet para comunicarse también configura unos horarios y unas rutinas para el encuentro audiovisual entre los miembros del hogar, donde se observa que es durante los fines de semana cuando existe mayor disponibilidad de tiempo por parte de los migrantes y sus familias.

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En cuanto a la iniciativa en las comunicaciones, los hogares reconocen que es el migrante, a través de una frecuente comunicación, quien expresa un mayor esfuerzo en el sostenimiento de los vínculos afectivos, manifestando con esto su cariño y compromiso, a la vez que procurando reducir los efectos que genera su ausencia física en el hogar.

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Un último punto se refiere a las temáticas abordadas en la comunicación de los hogares transnacionales; por lo tanto, la constante comunicación tiene un

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Uso de tecnologías de la información y la comunicación en familias caleñas con migrantes en España Juan Pablo Ramírez Martínez

Dossier

Entrevistas

22. Rodríguez Martín, Lida Imelda. 2011. Siempre estamos conectados: así sé que me quiere mucho. Comunicaciones

26. Estela, madre de migrantes de 55 años. Julio de 2012.

en familias transnacionales a través de internet. Revista Latinoamericana de Estudios de Familia 3: 50-64.

27. Fernanda, hija de migrante de 19 años. Junio de 2012.

23. Solé, Carlota y Sonia Parella. 2006. El papel de las TIC’s

28. Gloria, madre de Fernanda, esposa de migrante/discapacitada de 38 años. Junio de 2012.

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29. Laura, hija de migrante de 23 años. Junio de 2012. 30. Leidy, 27 años, hija y hermana de migrantes. Junio de 2012.

24. Solé, Carlota, Sonia Parella y Leonardo Cavalcanti. 2007. Los vínculos económicos y familiares transnacionales.

31. Luisa, hermana y cuñada de migrantes/cuidadora de 39 años. Mayo de 2012.

Los migrantes ecuatorianos y peruanos en España. Madrid: Fundación BBVA.

32. Martha, madre de migrantes de 78 años. Junio de 2012.

25. Zapata Martínez, Adriana. 2009. Familia transnacional y remesas: padres y madres migrantes. Revista

33. Paola, migrante de 33 años. Julio de 2012.

Latinoamericana de Ciencias Sociales, Niñez y Juventud 7, n° 2: 1749-1769.

34. Viviana, hija de migrante de 23 años. Julio de 2012.

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Otras Voces

Pensamiento epistémico y conocimiento social: emergencias y potencialidades en la investigación social • Juan Pablo Paredes – Universidad de Chile

Poder soberano y poder disciplinario. La codificación desde una visión foucaultiana

125-138

• Norberto Hernández Jiménez – Universidad de los Andes, Colombia

139-150

El rol de la prensa escrita en la reproducción de la violencia en el conflicto entre Chile y Perú. Propuestas de paz desde la comunicación

151-164

• Alex Iván Arévalo Salinas – Universidad Jaume I de Castellón, España


Pensamiento epistémico y conocimiento social: emergencias y potencialidades en la investigación social* Juan Pablo Paredesv Fecha de recepción: 18 de noviembre de 2012 Fecha de aceptación: 11 de abril de 2013 Fecha de modificación: 15 de julio de 2013

DOI: http://dx.doi.org/10.7440/res48.2014.10

RESUMEN El artículo plantea un ejercicio de pensamiento epistémico y metodología crítica para el desarrollo de la investigación social. Luego del diagnóstico de la situación actual de las ciencias sociales (introducción), en la primera parte del texto se propone la estrategia epistémico-metodológica por seguir. En la segunda parte se realiza un diálogo entre la teoría del Presente Potencial de Hugo Zemelman y los planteamientos de la Sociología de las Ausencias y de las Emergencias de Boaventura de Sousa Santos. Para después proponer, en la tercera parte, una aproximación investigativa crítica a la realidad social y los sujetos colectivos. El escrito cierra con la evaluación del ejercicio propuesto y una reflexión sobre la posibilidad de aplicación empírica de la propuesta.

PALABRAS CLAVE Pensamiento epistémico, metodología crítica, investigación social, realidad social, sujetos colectivos.

Epistemic Thought and Social Knowledge: Emergencies and Potentialities in Social Research ABSTRACT The article presents an exercise of epistemic thought and critical methodology for the development of social research. After diagnosing the current situation of the social sciences (introduction), the first part of the text proposes an epistemicmethodological strategy to be followed. The second part carries out a dialogue between the Potential of the Present theory of Hugo Zemelman and the tenets of the Sociology of Absences and Emergencies of Boaventura de Sousa Santos. The third part then proposes a critical research approach to social reality and collective subjects. The text closes with an evaluation of the exercise proposed and a reflection on the possibility of empirical application of the proposal.

KEY WORDS Epistemic thought, critical methodology, social research, social reality, collective subjects.

Pensamento epistémico e conhecimento social: emergências e potencialidade na pesquisa social RESUMO O artigo propõe um exercício de pensamento epistêmico e de metodologia crítica para o desenvolvimento da pesquisa social. A partir do diagnóstico da situação atual das ciências sociais (introdução), na primeira parte do texto se faz a exposição da estratégia epistêmico-metodológica a seguir. Na segunda parte se realiza um diálogo entre a teoria do Presente Potencial de Hugo Zemelman e os pressupostos da Sociologia das Ausências e das Emergências de Boaventura de Sousa Santos. Para depois sugerir, na terceira parte, uma abordagem investigativa crítica da realidade social e dos sujeitos coletivos. O texto encerra com a explanação do exercício proposto e uma reflexão sobre a possibilidade de aplicação empírica da proposta.

PALAVRAS CHAVE Pensamento epistêmico, metodologia crítica, pesquisa social, realidade social, sujeitos coletivos. *

v

Agradezco los comentarios del Dr. Hugo Zemelman, del Dr. Ulises Toledo y del Dr. Paulo Henrique Martins, de borradores anteriores del trabajo, así como a los dos evaluadores anónimos de la RES. El texto es resultado de la revisión y reflexión realizadas en el marco de la investigación “La educación chilena no se vende ¡Se Defiende!”, que actualmente desarrollo para obtener el grado de Doctor en Ciencias Sociales, gracias al apoyo de Conicyt mediante la Beca de Formación de Capital Humano Avanzado. Por supuesto, cualquier error es exclusiva responsabilidad de quien escribe. Académico e investigador del ICSO – Universidad Diego Por tales, Chile. Estudiante de doctorado en Ciencias Sociales, Universidad de Chile. Correo elec trónico: paredesjp@gmail.com

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2004, 20). Implica volver a pensar nuestro conocimiento en un momento en que por primera vez, desde los albores de la modernidad, estamos en condiciones de construir un conocimiento apto para rechazar las certidumbres y los primeros principios (Follari 2004, 21). Contrariamente a la renuncia, el tiempo actual significa la oportunidad de reinventar un pensamiento crítico, capaz de enfrentar a la racionalidad indolente de la ciencia tradicional (De Sousa 2003 y 2005). Hugo Zemelman propone enfrentar la situación actual con un pensamiento del umbral o del límite, capaz de romper los parámetros del conocimiento científico moderno (Zemelman 2005). Parámetros que han actuado como escudo para no enfrentar el problema de tematizar lo novedoso, sin permitir visibilizar las emergencias sociales. Un conocimiento del umbral “se esfuerza en construir nuevas categorías, incorporando no solo lo racional-cognitivo, sino lo afectivo, lo volitivo e imaginativo” (Zemelman 2005, 13-14).

A la memoria del Dr. Hugo Zemelman M. Generoso maestro, entrañable amigo y ejemplo de compromiso intelectual.

A modo de introducción: el diagnóstico

L

a globalización ha alterado la configuración de lo social, generando desafíos para las ciencias sociales en el plano del conocimiento (epistemológico), de la acción (sociopolítico), y en el continuo entre ambos, especialmente relevantes para las disciplinas latinoamericanas por su ubicación Sur en la geopolítica del conocimiento. La actualidad es una situación de bifurcación, donde el menor cambio puede originar transformaciones inesperadas (Prigogine 1997; Wallerstein 1996), y es una época de transición, cuyos contornos no están del todo definidos, marcada tanto por la oportunidad como por la incertidumbre (De Sousa 1988 y 2005). Julio Mejía Navarrete señala los impactos para el campo: “las ciencias sociales se encuentran en un proceso de revisión y cuestionamiento de sus fundamentos […] en particular del propio logos científico de la modernidad” (Mejía 2008, 1).

Entre Follari, Zemelman y De Sousa Santos se da una coincidencia: repensar las ciencias sociales y sus implicaciones en la tarea de conocer, aceptando la contingencia de lo social, sin abandonar una perspectiva crítica. Aunque presentan diferentes argumentos, comparten la tarea de reinventar el conocimiento social, debido a una inconformidad con las actuales formas de plantear la relación entre el conocimiento y lo social. Este reinventar el conocimiento social es visto como la tarea de incorporar lo novedoso y sus alcances.2

Las ciencias sociales atravesarían una crisis de confianza epistemológica, al no poder cumplir las promesas modernas de emancipación que legitimaron su lugar de privilegio y terminaron transformándose —contra sí mismas— en una forma ideológica de legitimación de la subordinación, colonial y poscolonial, del mundo frente a Occidente. Para B. de Sousa Santos, en nombre de la ciencia moderna se destruyó una serie de conocimientos alternativos a la ciencia occidental, “epistemicidios” que implican la invisibilización de conocimientos que pudieran contrapesarla (De Sousa y Avritzer 2004, 12). Sin embargo, hoy es posible plantear la ciencia moderna como una construcción occidental, es decir, una construcción ideológica particular sin el valor universal destacado por la modernidad.1 El actual tiempo de “desfundamentación” no implica renunciar a conceptuar lo social; más bien, significa un mayor esfuerzo por elaborar nuevos “mapas cognitivos”, donde lo sociopolítico es parte del conocer (Follari

Aceptando el diagnóstico, el escrito propone un ejercicio epistémico-categorial que, asumiendo una perspectiva crítica, mantenga el horizonte de apertura (potencial y emergente) en la construcción de la realidad social, en lo que se ha denominado la “reestructuración” de las ciencias sociales en América Latina (Castro 2000). El texto plantea la siguiente estructura argumentativa: 1) partimos de una reflexión epistémico-metodológica que sostiene nuestra propuesta; 2) continuamos con un diálogo entre las propuestas de Zemelman y De Sousa Santos, para elaborar nuestra propia propuesta; 3) revisamos y discutimos los alcances epistémicos y metodológicos de la propuesta; 4) cerramos con una evaluación del ejercicio y breves notas sobre las líneas de investigación empírica a futuro.

1 Apoyan y refuerzan este punto las críticas instaladas por el pensamiento poscolonial latinoamericano, entre ellas, las de Dussel (2001 y 2006), Castro (2000), Mignolo (2003), Escobar (2005), Quijano (2000), por mencionar algunos de los exponentes. Detalles, en las compilaciones de Lander (2000b) y Castro y Mendieta (1998).

2 En las ciencias sociales latinoamericanas han proliferado variadas posiciones y alternativas para enfrentar el período transicional. Ver en Mejía (2008) una síntesis de las posiciones en el debate latinoamericano.

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El ángulo de lectura: reflexión epistémico-metodológica

sin recurrir por fuerza a una hipótesis teórica” (Zemelman 1987, 41). En otras palabras, la función epistemológica del conocimiento apela a la apertura problemática, y la función teórica, a su cierre (Zemelman 2005, 70-71).

Considerar el actual momento como transicional implica la incorporación de lo emergente y significa comprender el conocimiento social con base en problemas. Pensar problemas es oponerse al uso de la teoría como un referente de verdad o como un cierre a otras lecturas posibles de lo observado y reconsiderar los constructos teóricos como herramientas para pensar (Fernández 2007, 31). La tarea de conocer no se define desde sistemas teóricos que actúan como formas de clausura en la fijación de objetos, sino desde la articulación de categorías en la producción de problemáticas. Lo anterior plantea la necesidad de formular el conocer desde otras alternativas, privilegiando la función epistemológica por sobre la teórica.3 Zemelman señala que optar por la función epistemológica permite avanzar más allá de dogmatismos teóricos y concebir el fenómeno desde una perspectiva de apertura que no prescinde de la teoría; al contrario, la reubica dentro de un pensar epistémico (Zemelman 1994).

El pensamiento teórico se reduce a trabajar con la realidad como exterioridad y, por ende, es una forma que siempre presenta contenidos de realidad, es decir, es un discurso predicativo y atributivo. Al contrario, el conocimiento epistémico no tiene un contenido preciso o definido en cuanto a exclusividad, y por ende, no atribuye propiedades, sino que permite plantearse frente al problema de la realidad por investigar (Zemelman 2011). Trabaja con categorías como “posibilidades de contenidos” sin reducirse a un contenido unívoco; es un pensar categorial. La tarea del conocer desde el pensar epistémico es hacer aprehensible la apertura, donde “el contenido de la realidad es una articulación entre el límite de lo dado y lo posible de darse” (Zemelman 1989, 82). De lo que se trata al producir conocimiento social, desde una óptica de la acción de sujetos sociales y políticos, es de la construcción de lo posible, y no sólo de lo existente, en función de una ruptura-apertura de la realidad, con el fin de potenciar “lo no-conocido” y reactivar la transformación de lo existente. Así, la relación de conocimiento es una de apertura con la realidad, posible de aprehender al privilegiar la función epistemológica, donde la función explicativa o teórica (de cierre) queda subordinada a la relación de apertura fundada en el pensar categorial (Zemelman 1996, 51).

La función epistemológica supone que un problema se aborde en el diálogo de diversos esquemas teóricos, para captar la multidimensionalidad de los problemas por conocer y en coherencia con la forma compleja de la realidad social. Zemelman entiende que el conocimiento sobre la realidad es incompleto, ya que ella es en sí misma inacabada y se encuentra siempre en proceso de construcción, por su constante movimiento. En cambio, la función teórica reduce las múltiples dimensiones de la realidad social a las definidas y manejables por el corpus teórico propuesto (Zemelman 1987 y 1992).

De lo que se trata es de elaborar métodos (abrir caminos). Para el caso, es inventar una plataforma en un campo problemático: el de la subjetividad colectiva en la política y en el conocimiento. Trato de proponer un camino, siguiendo la idea de teoría como configuración (De la Garza 2001), mediante un diálogo entre el posicionamiento del presente potencial propuesto por Zemelman y la ecología de saberes formulada por De Sousa Santos.

De igual manera, ésta supone una lógica de inclusión, coherente con una visión de apertura a lo complejo de la realidad social, mientras que la función teórica trabaja la exclusividad. Es decir, una lógica basada en un movimiento articulatorio, que va incluyendo diferentes tiempos, espacios, procesos, hacia un momento de condensación denominado “presente”. Para Zemelman, “toda vez que la realidad se concibe como un movimiento articulado de procesos heterogéneos, una primera estructura de relaciones posibles ha de basarse en la lógica de la inclusión, la cual nos permite vincular conceptos

La forma metodológica para enfrentar tal complejidad es vía la producción de un cuerpo de conceptos capaces de organizar una delimitación-problema, que sea cada vez más incluyente de otras posibles articulaciones del mismo, mediante las relaciones mutuas entre los conceptos propuestos. Al proceso inclusivo de dimensiones sobre el problema se le llama problematización; en ella, los conceptos son organizadores de la relación de conocimiento con la realidad; por ende, la construcción conceptual está abierta a las relaciones posibles de establecer en las problematizaciones

3 Hugo Zemelman es uno de los principales promotores de esta idea en América Latina, pero no es el único. Entre otros autores que plantean así sus investigaciones, con sus propias derivaciones, tenemos a Luminato (1994 y 1995) y Retamozo (2006 y 2009), en Argentina; León (1997) y Quintar (2006), en México, y desde una producción abundante, consolidada y muy original, el también mexicano De la Garza (1992 y 2001).

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El presente potencial y la reinvención de la emancipación social: el ángulo epistémico

de un problema eje,4 en un paso de lo conceptual a lo categorial (Zemelman 1987 y 1992). La productividad de plantear la cuestión metodológica en el plano categorial estriba en releer las conceptualizaciones de la realidad, a partir de la incidencia de fuerzas sociales y políticas, considerando posibles direcciones latentes en el presente.

Enfrentar lo inacabado de la realidad social significa intentar aprehender el movimiento permanente en ella, y Zemelman propone hacerlo desde un conocimiento también móvil. Esto significa, siguiendo a Susana Luminato, un cambio de nivel: “pasar desde la cuestión de la ontología social a la epistemológica”, entendida ésta como una lógica de razonamiento6 (Luminato 1995, 30-31).

En continuidad, planteo la construcción conceptual como una configuración problemática: como una configuración teórica abierta y con diferentes niveles de precisión, que permiten ilustrar la realidad en estructuración, las estructuraciones ambiguas, las rupturas en las estructuras o las nuevas emergencias en ellas. En otras palabras, entender la construcción teórica como configuración es concebirla en estructuración y desarrollo, que expone elaboraciones incipientes y otras más acabadas, pero nunca considera el cierre definitivo de la configuración (De la Garza 2001). La configuración permite observar lo preciso como lo impreciso de la relación del conocimiento, vinculando lo observable con lo inobservable a través de la idea de continuidades y complejidades.

La propuesta de Zemelman, denominada “presente potencial”, se plantea como una forma lógica de conocer-aprehender el movimiento de la realidad social, entendida como una articulación de procesos heterogéneos, con base en tres supuestos: a) el supuesto del movimiento; b) el supuesto de la articulación procesual; c) el supuesto de la direccionalidad (Zemelman 1987, 23-32). Estos tres supuestos permitirán elaborar una estrategia epistémica que no limite la potencialidad de la realidad social, y a la vez, la expresión de las potencialidades del conocer. Zemelman propone un ejercicio epistémico, al querer relacionar el movimiento mismo de la realidad social con un conocerla en movimiento, entendidos como procesos co-constituyentes.

Plantear la discusión desde una concepción de la teoría como configuración basada en conceptos ordenadores es establecer diversas modalidades de conocer. Con esto, la relación de conocimiento nunca puede ser monolítica, lineal, unidireccional, ya que está abierta a su propia complejización para enfrentar a la realidad. Tanto para De la Garza como para Zemelman, esto implica potencialmente establecer relaciones con otras formas de conocimiento, no sólo con el científico,5 a la vez que fijar los criterios reflexivos de su propio operar. El diálogo con otros lenguajes permite profundizar la tarea del conocer, al expandir las relaciones de conocimientos a otros territorios de la realidad. Esto se acerca, como se plantea más adelante, a la ecología de los saberes propuesta por De Sousa (1998 y 2005).

El supuesto del movimiento es la base de lo constitución inacabada de la realidad, al considerar en el conocer los dinamismos estructurales y coyunturales de la realidad en su proceso de construcción. De esta manera, se intenta superar los postulados estáticos, entregados por la observación empírica ingenua que confunde los parámetros de observación teórica-metodológica de la realidad social con la realidad social misma (Zemelman 1987). El supuesto de la articulación de procesos nos dice que los procesos constitutivos de la realidad social no pueden desvincularse unos de otros, más que por una necesidad analítica, y es mediante un ejercicio de reconstrucción que emergen puntos de articulación. Lo que se condice con la complejidad de la realidad social, entendida como un conjunto heterogéneo de procesos, tiempos y espacios vinculados entre sí (Zemelman 1987). Por su parte, el supuesto de la direccionalidad nos dice que los procesos sociales poseen múltiples direcciones posibles, aunque algunas son más factibles que otras de ser actualizadas. Estas direcciones, aunque contingentes, no son al azar, sino construcciones posibles dentro de los dinamismos propios de la realidad

Intento formular un ángulo observacional que se abre a conocer la realidad mediante un razonamiento problematizador, capaz de captar el movimiento conjunto del conocimiento y de la realidad social.

4 Esta forma se relaciona con la propuesta de Bachelard (1948), seguida por Bourdieu (1999), por cuanto el objeto de estudio se construye, pero subordinado a la lógica del problema y su problematización. 5 Las últimas producciones de Zemelman (2007b y 2011) apuntan a la relación entre el conocimiento sociocientífico y otros lenguajes mucho más expresivos, como el arte y la literatura, mientras que las primeras apuntaban a relaciones gnoseológicas y del sentido común con el plano sociocientífico (Zemelman 1987, 1992 y 1994) o diálogos dentro de las ciencias sociales, tales como la sociología y la historia (Zemelman 1992). Por su parte, De la Garza (2001) plantea estas relaciones entre lenguajes cotidianos y conocimientos sociocientíficos, observando que existe una continuidad entre éstos.

6 Dejamos la “cuestión ontológica” para un trabajo posterior, ya que desborda con creces el objetivo de este escrito.

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social.7 Así, la realidad social permite la inclusión de la práctica de sujetos sociales, y también de otros dinamismos constituyentes de su movimiento, como pueden ser las “estructuras sociales”. Sin embargo, el presupuesto de la direccionalidad es atributo propio del movimiento de la realidad, y no algo atribuible a los deseos de los sujetos. Con esto, Zemelman escapa del voluntarismo, encontrando una posibilidad de pensar sujetos con capacidad de politización de su accionar, pero siempre con el límite del movimiento entre lo dado-dándose.

tensión creativa entre exigencias sociales de regulación (límites en relación con el orden de la sociedad) y exigencias sociales de emancipación (potencialidades de expansión de la libertad humana). Sin embargo, el proyecto moderno abandonaría las pretensiones emancipadoras, en aras de la regulación entregada por un tipo de estructuración de lo social: el capitalismo. El resultado de este proceso de hegemonía de lo estático sobre la capacidad transformadora del proyecto moderno es que el potencial de transformación pasó a ser impotente frente a la lógica de regulación del capital (De Sousa 1998, 2003 y 2005). Una de las consecuencias sociales del fin de la tensión creativa entre ambos polos es el distanciamiento entre experiencia social y expectativas sociales. En esto consiste la crisis de la modernidad, al disociar el presente (experiencia) del futuro (expectativas). Consecuencia que atañe también a la ciencia (De Sousa 1988).

El supuesto de la direccionalidad se relaciona con la articulación de procesos para conformar los movimientos de la realidad social. En la articulación de procesos se ven las posibles direcciones y orientaciones que asumirán los procesos sociales que conforman el movimiento de la realidad social. Sin embargo, la tarea del conocer es observar las potencialidades de las direcciones de la realidad social, y no sólo la orientación actual de ella; por eso, se habla del presente potencial (Zemelman 1992 y 1994).

La discrepancia que se produce entre experiencia y expectativas repercute en la forma en que conocemos, es decir, repercute en la forma en que abordamos los problemas de la emancipación social y en cómo la pensamos (De Sousa 2006, 14). Una de las manifestaciones de esto, en el trabajo de conocer desde las ciencias sociales, es la separación radical entre teoría y práctica.8 A juicio de De Sousa Santos, esto implica que se pierda un gran caudal de experiencias sociales que son desperdiciadas por las prácticas hegemónicas de la modernidad (entre ellas, la ciencia occidental), produciéndose una forma de racionalidad dominante: la racionalidad indolente.

El planteamiento basal de la epistemología del presente potencial es el de ampliar el razonamiento, desde un ejercicio que rompe los parámetros autoimpuestos por la práctica científica, como una forma de conocimiento-aprehensión del movimiento de la realidad social, a través de un procedimiento problematizador de la realidad con base en una lógica de las inclusiones, es decir, un pensar epistémicocategorial. La tarea del investigador consiste en construir una matriz categorial que permita la reconstrucción articulada de la realidad social sin simplificar su complejidad inherente, vía una relación de conocimiento del mismo tipo.

La racionalidad indolente es perezosa, no se ejerce, ya que no tiene la necesidad de hacerlo, porque se considera única y exclusiva. De Sousa Santos reconocerá dos formas en que se expresa la racionalidad indolente: la razón metonímica y la razón proléptica9 (De Sousa 2005). La razón metonímica es aquella que toma la parte por el todo, porque reduce la totalidad a la homogeneidad de sus partes. De Sousa Santos aplica esto al movimiento del tiempo: esta racionalidad sustrae las capacidades del presente y lo reduce, y por ende, disminuye su potencialidad, de forma que desperdicia experiencia y deja fuera de su alcance mucha realidad social (De Sousa 2003 y 2005). Por su parte, la razón proléptica

La propuesta intelectual de B. de Sousa Santos (2002 y 2009) se puede relacionar con lo anterior en dos puntos centrales. El primero es la formulación de la realidad como construcción sociohistórica (epistémico) y el segundo es la formulación de la subjetividad como elemento constituyente de tal construcción sociohistórica (teórica-conceptual). Ambos autores proponen el vínculo entre la cuestión epistemológica y la cuestión sociopolítica para la formulación de alternativas a la naturalización del orden social. El planteamiento de De Sousa Santos parte de una crítica al proyecto de la modernidad occidental, basado en una

8 De Sousa Santos (2006, 16) nos dirá que esta discrepancia plantea un problema muy serio para la práctica investigativa, y lo formula gráficamente en los siguientes términos: “para una teoría ciega la práctica es invisible, para una práctica ciega la teoría es irrelevante”. Además, es una de las aporías perjudiciales para el conocimiento social y su ausencia de creatividad.

7 Esta direccionalidad posible es lo que Zemelman entenderá como lo “objetivamente posible”, es decir, existe en la realidad un “desenvolvimiento tendencial-potencial” contenido dentro del propio movimiento de la realidad que no es puro azar, pero que tampoco permite la determinación total de los procesos. Lo objetivamente posible es aquello que permite “ver” la vinculación de planos estructurales y simbólicos-subjetivos.

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En realidad, el portugués presenta cuatro formas de racionalidad indolente; además de las ya mencionadas, agrega la razón impotente y la razón arrogante, que no son significativas para el argumento acá presentado.


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es aquella que expande demasiado el futuro porque conoce su derrotero, extendiendo sólo una idea de él. Es lo que se conoce en el pensamiento moderno con la idea de progreso, que presenta al futuro como infinito, pero siempre en una sola dirección. Se observa un tiempo lineal y homogéneo, que desconecta los distintos movimientos temporales en la construcción social de la realidad (De Sousa 2003, 2005 y 2006).

• Monocultura del saber y del rigor. El único saber riguroso es el científico, por lo que otros conocimientos no se aceptan como tales, ya que carecen de validez y rigor. Se basa en la realidad de la ciencia occidental, que reduce a la ignorancia y a lo falso los conocimientos no científicos. Así, la ignorancia es la primera forma de ausencia. • Monocultura del tiempo lineal. La historia tiene un sentido y una dirección, basada en el principio de progreso, que se expresa en criterios como desarrollo, modernización y globalización, y la ausencia es tratada como premoderna, salvaje o primitiva. La segunda forma de ausencia es “lo residual”. • Monocultura de la naturalización de las diferencias. Lo diferente es visto como inferior, con base en una propiedad natural en ellas, y oculta las jerarquías de las diferencias, ya que éstas son por naturaleza, tales como la raza, la diferencia sexual o la étnica. De manera que no se puede pensar en las diferencias con igualdad, siendo la ausencia acá la inferioridad. El tercer modo de producir ausencia es inferiorizar. • Monocultura de la escala dominante. La idea de que el espacio se expresa sólo en niveles escalares de gran alcance o macroescalar. Así, se entiende como válido lo universal (donde una entidad es válida independientemente del tiempo/espacio en que ocurre) o lo global (donde una entidad se expande en su alcance al mundo), pero lo particular o lo local no tienen mayor relevancia y son producidos como descartables, desechables o invisibles. La cuarta forma de ausencia es lo local y lo particular. • Monocultura del productivismo capitalista. Con base en la idea de que el crecimiento económico y la productividad mensurada en un ciclo de producción determinan la productividad del trabajo humano o el de la naturaleza. Es contraria a cualquier otra forma de organizar la productividad, y todo lo que se produce por fuera del modo capitalista es improductivo y estéril. La quinta forma de producción de ausencia es la improductividad.

Esta racionalidad tiene una doble cara. Por un lado, contrae el presente disminuyendo su potencial a través de la razón metonímica, y por el otro, expande el futuro de manera infinita perdiendo su viabilidad, a través de la razón proléptica. Se produce una desconexión entre ambos “momentos”; así, la modernidad generó vivencias a destiempo, con lo que se pierde experiencia presente y pasada, a la vez que no se puede aprehender el futuro, desde los sujetos. El conocimiento como regulación ha producido sistemáticamente la racionalidad indolente,10 lo que se ha traducido en una crisis epistemológica. La propuesta del portugués va dirigida a generar una respuesta alternativa a la crisis, lo que significa formular una forma de conocimiento-intervención que combine la dimensión epistemológica con la dimensión sociopolítica. Esta propuesta tiene como principio orientador invertir las características de la racionalidad indolente; por ende, se trata de ampliar el presente y contraer el futuro para volver a vincularlos. Al ampliar el presente se recuperan las experiencias perdidas, por cuanto se amplían las potencialidades de futuro; contraer el futuro es cuidarlo, en el sentido de darle vialidad a lo potencial. Para hacerlo, es necesario vincular el plano epistémico con el político, en función de poder reinventar proyectos de emancipación social, tanto cognitivos como prácticos (De Sousa 2002, 2006 y 2009). La conjunción entre conocimiento-regulación y razón indolente ha generado una serie de ausencias en el conocimiento de la realidad social, entendida como aquello que no existe. Lo no presente en la realidad social es activamente producido como no-existente, como alternativa no visible, ni viable. Con esto, la realidad se reduce a lo existente, donde gran parte de lo posible en el presente se produce como ausente. De Sousa Santos (2006) reconoce cinco modos de producción de ausencias que se dan en la racionalidad occidental y que se materializan en las ciencias sociales, en forma de monoculturas:

En resumen, las cinco formas de producción de ausencias de la razón indolente basadas en un conocimientoregulación son: la ignorancia, lo residual, el inferior, lo local/particular y lo improductivo (De Sousa Santos 2006, 26). Lo que se sigue de esta producción de ausencias es que sus prácticas no figuran como alternativas creíbles para la ciencia occidental moderna. La ciencia no necesita de otros, ya que se define a sí misma como verdadera, avanzada, superior, global/universal y productiva. Esta producción de ausencias es constitutiva de lo que De Sousa Santos llama sustracción del presente, porque deja fuera mucha experiencia social, definida como noexistente, invisible y desechable (De Sousa 2003 y 2006).

10 Es propio de la regulación formularse anclajes que desperdician experiencias, tales como el colonialismo, el sexismo y el clasismo. El conocimiento-regulación trabaja principalmente con base en dicotomías, donde uno de los polos jerarquiza al otro, al punto de hacerlo invisible.

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La tarea que se propone el sociólogo es la de construir un conocimiento-emancipación que implica reformular el vínculo entre epistemología y política, en la constitución de alternativas al conocimiento-regulación, orientadas a construir formas de emancipación con base en acciones y subjetividades de este tipo (De Sousa 2003, 2005 y 2006). Esta tarea se relaciona con el ejercicio desparametrizador que propone la epistemología del presente potencial.

que estos encuentran su específica significación” (Zemelman 1992, 50). Concebida la totalidad como una forma de organizar el razonamiento categorial, implica una “construcción” que aprehende lo real en cuanto se constituye en un movimiento dado-dándose (Zemelman 1992), que como ella es una totalidad incompleta (el presente). Una exigencia de totalización requiere pensar las relaciones que se establecen entre los planos “objetivos y subjetivos” de la realidad social, por cuanto ambos son constituyentes de la historicidad del movimiento de la realidad. La historicidad alude a la potencialidad contenida en la realidad social por el movimiento de sus procesos y elementos constituyentes. La idea de historicidad refiere inmediatamente a la indeterminación de lo social por su propio movimiento y exige la relación de sus elementos para considerar la realidad como “dada-dándose-por dar”. En tal sentido, Zemelman propone considerar la realidad como histórica, un campo abierto de acciones alternativas y de fuerzas sociales capaces de crear realidades, en cuanto direcciones posibles del movimiento de la realidad (Zemelman 1992 y 1996).

Es en este punto donde propongo un diálogo creativo y productivo entre la epistemología del presente potencial y el proyecto de reinventar la emancipación social, al vincularlos en una propuesta vía un ejercicio de pensar epistémico. Ambas perspectivas comparten un socioconstruccionismo, pero ninguna invita a un relativismo científico; por el contrario, están muy preocupadas por defender cierta objetividad científica, aunque no neutralidad, por cuanto consideran el rol sociopolítico del trabajo científico-académico,11 que les permite compartir un mismo piso crítico. En el siguiente apartado planteo el bosquejo de una propuesta inicial de vinculación, que espero continuar y profundizar en otros escritos, debido a la complejidad de ambas alternativas epistémico-políticas y a que ambas, al día de hoy, siguen puliéndose.

La inclusión de fuerzas sociales en la construcción de la realidad señala la implicación de subjetividades y sus prácticas en la estructuración de lo social. Por ende, tanto estructura como acción son elementos constitutivos de la historicidad de la realidad social. Sin embargo, la noción de estructura debe ser replanteada para adecuarse a las necesidades del movimiento de la realidad social. Zemelman nos propone sustituir el concepto de estructura por el de modo de concreción, entendido como una determinada conjugación de niveles y momentos, en un ritmo articulado que considera la relación dinámica entre éstos. Es decir, “un proceso de condensación de una determinada dinámica temporo-espacial” (Zemelman 1992, 93-94). De esta manera, un modo de concreción no es nunca algo cerrado, sino una construcción que permite en su dinámica la inclusión de nuevos niveles y procesos.

Hacia la investigación social: la opción epistémico-metodológica La dimensión epistémico-categorial La propuesta de Zemelman, en contraposición a ciertas orientaciones que privilegian lo fragmentario y la dispersión de los procesos actuales, intenta reposicionar la pertinencia y relevancia analítica de la categoría de totalidad en la investigación social. Las funciones de la totalidad, como exigencia de un razonamiento acorde a la realidad social, implican la relación entre las prácticas de los sujetos sociales y las formas de estructuración de la realidad social en un espacio-tiempo determinado (Zemelman 1989, 1992 y 1995). La totalidad “es la forma de organización de un razonamiento basado en la inclusión de categorías, niveles y procesos, para reconocer la articulación en

Pensada así, la estructura de lo social, como el modo de concreción de un determinado dinamismo, autoriza la consideración de la acción de los sujetos sociales constitutiva de un modo de concreción específico. No sólo la acción de los sujetos sino también la subjetividad misma son constituyentes de un modo de concreción determinado; con ello, la oposición clásica entre acción y estructura pierde sentido, porque ambas son pilares constitutivos de la historicidad de la realidad social, así como de su conocimiento.

11 Es importante distinguir entre posibilidad de objetivar el conocimiento sobre lo social y lo político —evitando caer en una relativización del quehacer intelectual—, punto que Zemelman y De Sousa comparten, y el argumento de la neutralidad del conocimiento, punto que ambos autores rechazan. Para ellos, es imposible un conocimiento neutral y no situado de lo social y lo político. Más detalles, en De Sousa (1988, 2002, 2006 y 2009) y Zemelman (1987, 1992, 1996 y 2011).

La cuestión de la subjetividad pasa a ser fundamental, ya que no sólo es co-constituyente del movimiento de la realidad, sino que también es intervenida por el

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mismo movimiento de la realidad social, produciendo una mutua relación de producente-producido entre realidad y sujetos, así como entre sujetos y realidad. Para Zemelman, la relevancia de la subjetividad y de los sujetos pasa por ser condensadores de historicidad, ya que en ellos confluyen y se reelaboran los diferentes procesos de la dinámica social, originando diferentes alternativas de activación y potenciación de ella, mediante la apropiación de la historicidad social. Pero una subjetividad constituyente-constituida no puede reducirse a mero efecto o interioridad de la estructura, sino que requiere una conceptualización más amplia. Respecto de la subjetividad, Zemelman dice: “[…] dado su carácter estructurado-estructurante no puede entenderse [la subjetividad] como un campo definido en términos de sus manifestaciones, ya sean conductuales, de expectativas o perceptivas, sino de modo más profundo, desde su misma dinámica constitutiva y constituyente: lo que nos remite a campos de realidad más profundos” (Zemelman 1996, 104).

colonialista,13 para su realización: “el silenciamiento y la diferencia” (De Sousa 2006, 46). El silenciamiento es una práctica de silenciar lo ausente para evitar su manifestación como voz con capacidad de ser oída. No es que lo inferior o improductivo no tenga algo que decir; más bien, lo posible de decir por ellos es impronunciable para el saber moderno. El otro problema por superar es la diferencia, por cuanto es considerada como expresión de cierta inconmensurabilidad, bajo una idea esencialista de la identidad, lo que impide posibles articulaciones entre lo que es diferente y heterogéneo. Un tercer reto a superar por una nueva utopía crítica es la distinción entre neutralidad y objetividad, promovida por la separación entre teoría y práctica por parte del saber moderno. De Sousa (2009) reconoce el valor de la objetividad en el trabajo científico, al experimentar cierta distancia crítica para generar un conocimiento riguroso respecto de la realidad social en sus procesos de construcción. Sin embargo, objetividad no implica la neutralidad del conocimiento científico en el proceso de construcción de la realidad social. En este punto, coincidente con Zemelman, se debe plantear la siguiente pregunta: ¿Dónde está usted en la construcción de la realidad y de su conocimiento?14 Se trataría de considerar las capacidades de la acción científica, sus alcances y límites.

Concuerdo con Zemelman en que la subjetividad es un elemento que permite la emergencia de campos sociales problemáticos más extensos y profundos. Al actuar como punto articulador, permite vincular los diversos campos y niveles estructurales, culturales e incluso personales. Lo anterior facilita tratar las subjetividades como hechas y por hacer, es decir, como efectos de determinados dinamismos de la realidad y, simultáneamente, como emergentes, portadoras de lo inédito y lo potenciable de lo social. Esto dependerá de las articulaciones propias de las subjetividades en el proceso de conformación de la realidad social y de los sujetos sociales.

El cuarto reto de una utopía crítica actual es cómo intervenir para fomentar una subjetividad no conformista, que pueda enfrentar a la razón indolente. Lo que implica, en el planteamiento del portugués, superar la dicotomía acción/estructura para observar cómo las subjetividades no conformistas —a través de sus acciones— pueden fracturar las estructuras. Lo anterior significa considerar las estructuras de una manera más flexible, como una suerte de topos que conjuga cierta forma de articulación de espacios-tiempos con formas de sociabilidad y relaciones de poder, pero remarcando que son un modo de configuración de espacios estructurales (De Sousa 2003), más que una estructura rígida e inamovible — cercano al modo de concreción de Zemelman, pero enfatizando más en la importancia de lo espacial—, con lo que las subjetividades y sus acciones son constitutivas de ellos.

Coincidentemente con Zemelman, De Sousa (2005) reconoce la historicidad de la realidad y su conocimiento desde una lectura original de la propuesta benjaminiana;12 por lo mismo, la formulación de un “conocimiento emancipación” no es posible sin considerar las bases del conocimiento emancipador moderno y sus prácticas. Por ende, reinventar un proyecto emancipador es partir del pensamiento crítico y la utopía crítica, para enfrentar el obstáculo que impone la razón indolente en la actualidad: la resignación y el conformismo. La reinvención de una utopía crítica, contra la resignación y el conformismo, debe superar dos problemas claves dentro de un conocimiento moderno, en sí mismo

13 El planteamiento de De Sousa Santos es muy importante, ya que establece con fuerza el diálogo con representantes del pensamiento decolonial latinoamericano, tales como Quijano (2000), Mignolo (2003) y Escobar (2005). Lo que nos permite abrir nuevas direcciones en la construcción de nuestro propio posicionamiento. 14 Esta pregunta general se puede desglosar en tres preguntas propias de un saber que privilegia el momento epistemológico sobre el teórico: ¿Qué conocimiento?, ¿para qué? y ¿para quién? Ver Lander (2000a). Lo que permite avanzar hacia una propuesta epistemológica de tipo reflexivo y situado.

12 Las coincidencias entre Zemelman y De Sousa suman y siguen. Además de lo ya expresado, ambos se apoyan en Benjamin (1989), Bloch (2004) y Gramsci (1967), como autores centrales de sus propias propuestas.

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Lo epistémico-metodológico: ausencias, emergencias y sujetos colectivos

La renovación de una crítica utópica pasa por ampliar los determinismos propios de las ciencias sociales y las maneras en que se transforman en sentido común. Primero, es ampliar las definiciones actuales de poder y de la opresión, al colocarlos como formas de relaciones que necesariamente implican la conjugación de tiempos/espacios, en cuanto formas de producción de tales relaciones. Para ello, De Sousa Santos reconoce seis espacios/tiempos estructurales de producción del poder, que implican relaciones, sociabilidades, ritmos, duración (De Sousa 2006, 52-53):

La posibilidad de expandir el conocimiento social, contra cualquier lógica de separación, estará en el paso de las monoculturas a las ecologías (De Sousa 2003). Las ecologías son formas de ampliación de los razonamientos y las prácticas que traspasan fronteras para vincular “espaciosprácticas” que estaban distanciados por la racionalidad indolente y el conocimiento-regulación. Es importante identificar las ecologías con aquellas potencialidades de relacionar diferentes tiempos/espacios-prácticas, en el sentido de procedimientos vinculantes que rompen la sedimentación de dicotomías en la construcción del conocimiento y de la realidad (De Sousa 2003). Por lo mismo, para las ecologías, la frontera entre teoría y práctica no sólo carece de sentido, sino que es inadmisible.

1. El espacio/tiempo doméstico, donde el modo de poder es el patriarcado. 2. El espacio/tiempo de la producción, donde el modo de poder es la explotación. 3. El espacio/tiempo de la comunidad, donde el modo de poder es la diferencia desigual. 4. El espacio/tiempo del mercado, donde el modo de poder es el fetichismo de las mercancías (cuestión del consumo). 5. El espacio/tiempo de la ciudadanía, donde el modo de producción del poder es dominación nacional. 6. El espacio/tiempo mundial, donde el modo de poder es el intercambio desigual.

Las ecologías se basan en el procedimiento de las ausencias, es decir, aplicar prácticas que puedan invertir la producción de ausencias, a fin de hacerlas presentes al crear las condiciones para que las experiencias ausentes aparezcan como existentes. De Sousa Santos reconoce cinco ecologías, cada una opuesta a un tipo de monocultura. Éstas son: de los saberes, de las temporalidades, del reconocimiento, de la trans-escala y de las productividades (De Sousa 2005 y 2006).

En cada uno de estos espacios se produce un modo de imbricación de poder y saber, al punto de generar formas de sentido común que terminan en el conformismo. De ahí que la finalidad del proyecto de emancipación, con base en una utopía crítica, sea la de cambiar estos modos de poder-saber, vía su democratización, es decir, sustituir las relaciones de autoridad de cada uno de los espacios estructurales por relaciones de otro tipo. Un correlato de tal democratización de los espacios es el reconocimiento de la diferencia, con base en un principio de igualdad (no de indiferencia), así como en el desarrollo de prácticas que rompan el dinamismo del conformismo.

La sociología de las ausencias para remarcar su carácter cognitivo y práctico, se opone a la razón metonímica que contrae el presente a lo meramente existente. Las ecologías significan, entonces, volver a conectar tiempos/espacios/ prácticas para ampliar el presente hacia sus potencialidades, dilatándolo y, así, reconectándolo con el futuro (De Sousa 2005). Sin embargo el procedimiento de las ausencias es incompleto sin una crítica a la razón proléptica. El procedimiento que se opone a la razón proléptica es la sociología de las emergencias, que se refieren a las formas en que el futuro puede contraerse, revinculándolo con un presente abierto a sus potencialidades porque fue expandido vía la sociología de las ausencias. Las emergencias se refieren a las formas en que el futuro deja de ser infinitamente vacío para transformarse en potencialidades concretas, cercano a la idea de proyecto como apropiación del presente en Zemelman. Las emergencias se refieren a lo que E. Bloch (2004) denominó lo aún no, es decir, aquello no devenido pero que tiene en el presente sus pistas, señales, huellas y latencias. Las emergencias son conjunciones de prácticas/espacios/tiempos que se presentan de manera no muy visible pero que involucran las potencialidades y la ampliación de las posibilidades de concretar el futuro a partir del presente.

Lo anterior implica establecer relaciones novedosas entre teoría y práctica, entre espacios distintos, como el científico y el cotidiano, con un alcance trans-escalar (De Sousa 2006, 57). Hasta acá se puede sintetizar lo planteado como la posibilidad de formular un posicionamiento epistemológico-categorial que replantee las relaciones entre temporalidad y espacialidad con base en las acciones de subjetividades colectivas, en cuanto participan de la estructuración de la realidad social y tienen la capacidad de restituir la alternativa utópica del conocer. Ahora es posible dar el siguiente paso: la articulación de categorías con el anclaje metodológico de las ausencias y las emergencias.

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Estas emergencias incomodan a las ciencias sociales tradicionales, acostumbradas a trabajar con indicadores, y no con pistas o señales. Por ende, son desacreditadas por no ser rigurosas, dada la forma de trabajo científica tradicional, principalmente el positivismo (De Sousa 2006). En resumen, la sociología de las emergencias ilustra las experiencias posibles que ya existen, aunque frágil y precariamente.

de lo anterior es que ninguna cultura es completa y, por ende, se puede intervenir vía la traducción, para mirar la diversidad sin relativismos, en el sentido de ampliar lo común a éstas. El procedimiento de traducción sería el correlato de los procedimientos que se proponen recuperar experiencia y no seguir desperdiciándola, a través de un proceso de vinculación articulatoria de lo inédito.

De manera que al combinar la sociología de las ausencias con la sociología de las emergencias, se podría ampliar el presente y contraer el futuro; con ello, un gran caudal de experiencia que antes era desperdiciada se hará disponible, y se producirá una cantidad enorme de realidad antes invisible (De Sousa 2005). Sin embargo, esto no facilitaría la constitución de sujetos no conformistas, sino que generaría un mayor espacio para las fragmentaciones sociales producto de lo novedoso y lo heterogéneo. Para posibilitar las articulaciones de subjetividades colectivas diferentes, con base en la recuperación de lo ausente y considerando lo emergente, el sociólogo nos propone el principio de traducción recíproca (De Sousa 2003, 2005 y 2006).

La traducción como forma de potenciar lo excluido e invisible de la realidad por su naturalización tiene consecuencias políticas, epistemológicas y metodológicas. Para el portugués, la tarea es la producción de un conocimiento-emancipación que tenga el potencial para constituirse en un nuevo sentido común, al tiempo que nos propone un ejercicio epistémico-metodológico y de imaginación democrática.16 En lo referido a la imaginación democrática, se basa en recuperar el experimentalismo democrático y la demodiversidad, a fin de producir una democracia de intensidad, en cuanto a la participación, y cosmopolita, en cuanto a su alcance ético. En relación con lo epistémico-metodológico, nos propone la hermenéutica diatópica, cuyo fundamento se encuentra en el reconocimiento del lenguaje como instancia constitutiva de la realidad, con base en un procedimiento retórico-argumentativo. De Sousa (1998 y 2005) va a proponer la emergencia de un nuevo topoi (lugares de aceptación compartida) en el proceso de construcción de realidad. Como la de Zemelman, ésta es una propuesta del umbral que no sólo espera encontrarse con la frontera, sino que la busca y constituye.

El principio de traducción se propone articular sujetos colectivos heterogéneos, sus prácticas y conocimientos, como un proceso intercultural e intersocial en una relación de intercontactos de unos y otros. Se trata de buscar inteligibilidad compartida sin reducciones, sin homogeneización hacia ninguno de los polos que participan en el proceso (De Sousa 2005 y 2006). Es un ejercicio donde “yo traduzco” y “tu traduces” simultáneamente, en la misma relación, al punto de configurar un nuevo lugar. Esto implica observar el trabajo y la producción científica como parte de un proceso de construcción de realidad más amplio, punto que comparte con Zemelman. Por ende, la ciencia social puede permitir una forma potencial de acción-reflexión colectiva para la emergencia de sujetos no conformistas (De Sousa 2005).

Desde Zemelman, siguiendo la lógica de la articulación inclusiva, podemos ver la operación de la traducción en la categoría de subjetividad constituyente y sus formas de colectivización, que requiere considerar las vías en que éstas se constituyen como sujetos sociales. El proceso desde el que las subjetividades colectivas se transforman en sujetos sociales implica la articulación de varios niveles de la realidad, de diferentes temporalidades y de escalas espaciales, donde confluyen elementos sociosubjetivos (deseo y necesidad), socioculturales (memoria, práctica, proyecto, utopía) y socioestructurales (diferenciación social y funcional).

Para De Sousa Santos, el procedimiento de traducción es la producción de un nuevo lugar, y no es la reducción de uno de los términos al otro. Por el contrario, es crear inteligibilidad sin destruir la diversidad producida por la sociología de las ausencias y de las emergencias. De lo que se trata es de relacionar lo no relacionado, encontrando —en el lenguaje de Zemelman— los puntos de articulación, activación, distanciamiento y bloqueo.15 La base

Zemelman (1996) denomina a estos procesos nucleamientos de lo colectivo, que permitirán ciertas cristalizaciones culturales en la conformación de sujetos, pero nunca su inmutabilidad. Los nucleamientos colectivos son “convergencias de procesos y espacios de constitu-

15 De Sousa utiliza como ejemplo de la traducción la ampliación del concepto de Derechos Humanos a través de un diálogo con sus semejantes en tradiciones no occidentales, como el umma del islam o el dharma del hinduismo. Cada uno de éstos es incompleto para tratar la dignidad humana, pero la conjunción de los tres permitiría hablar más ampliamente de dignidad humana (De Sousa 2003 y 2006).

16 Tanto en lo referido a lo epistémico-metodológico como a lo democrático, ver los libros que forman parte del proyecto “Reinventar la Emancipación Social”, coordinado por B. de Sousa Santos.

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ción de fuerzas colectivas que pueden impulsar la construcción de la realidad social en diferentes direcciones” (Zemelman 1996, 21-22). Estos procesos-espacios son definidos por Zemelman en torno a tres ejes:

Las voluntades colectivas son las formas que asumen los sujetos sociales en la tarea de apropiarse del futuro,17 en cuanto capacidad de reactuar sobre lo dado, con la finalidad de hacer emerger lo potenciable sobre lo real-objetivodado (Zemelman 1989). Pero las voluntades colectivas no sólo son imaginación utopística, sino también base de la experiencia histórica, ya que, como todo sujeto social, son condensaciones de historicidad de la realidad social. Las voluntades colectivas no serían multitudes a lo Negri (2003), ya que implican formas determinadas de articulación colectiva, con base en los diferentes procesos de nucleamientos colectivos y de traducción cultural. Así, las voluntades colectivas son una expresión de los sujetos sociales que en su acción imprimen la dimensión del poder (y con ello, la posibilidad de acción no conformista), en el intento de dinamizar el movimiento de la realidad en otras direcciones, pero siempre con un anclaje en su propia historia. La experiencia histórica les permite a las voluntades colectivas experimentar los diferentes caminos de apropiación de los movimientos de la realidad con un anclaje en sus propios derroteros, aunque siempre abiertos a la novedad de la historicidad, a través de los reconocimientos de los horizontes históricos que “resultan de la compleja y variable articulación de procesos sociales en los cuales se producen las alternativas posibles” (Zemelman 1989, 33).

• La necesidad entendida no como carencia, sino como expresión constitutiva de la realidad social en su dimensión temporal y espacial. Es decir, necesidad refiere a un dinamismo propio de lo social: la necesaria relación entre memoria y utopía (pasado y futuro), así como entre lo microsocial y macrosocial o lo objetivo-subjetivo. La mutua dependencia de niveles. • La relación entre memoria y utopía permite la emergencia de experiencias que se refieren al presente, entendido como lo objetivo de la situación, la transformación de lo deseable/potencial en posible. Es el espacio de despliegue de prácticas colectivas con anclaje en la memoria y experiencia, pero abiertas al futuro. • La experiencia, en cuanto se refiere a determinados modos de concreción, posibilita la construcción de proyectos entendidos como modalidades, en las que múltiples posibilidades de desenvolvimiento de la realidad se expresan como opciones posibles/viables. La vinculación entre necesidad, experiencia y proyecto conforma la base para los nucleamientos de lo colectivo. De esta forma, los diferentes niveles que participan en la construcción de la realidad social se relacionan: lo individual, lo grupal y lo colectivo (Zemelman 1996). Los niveles se articulan en función de las dos dimensiones de las subjetividades: como producto y productor. Zemelman propone un esquema de análisis de las modalidades de los nucleamientos colectivos, que van desde lo individual hacia planos grupales, y desde éstos hasta la conformación de voluntades colectivas capaces de implementar proyectos con la pretensión de direccionar el movimiento de la realidad social. Un ejemplo es la noción de sujetos comunitarios que Zemelman presenta en sus escritos (Zemelman 1987 y 1996).

Los proyectos sociales, por parte de voluntades colectivas, son las formas de plantear los procesos de apropiación del movimiento de la realidad, para dirigirlos dentro de marcos históricos. Un proyecto no es la definición de una meta o finalidad (cancelación del movimiento); por el contrario, es la aceptación del desafío de aprehender lo abierto del movimiento de la realidad social, lo que significa entender que el proyecto mismo es movimiento: abierto e inacabado. Acá, la importancia del conocimiento social en cuanto operación de reconocimiento del movimiento en sus posibilidades de apropiación y como capacidad para vislumbrar los límites/potencialidades de la situación. Los proyectos de apropiación de la realidad social por los sujetos sociales suponen la inclusión de la utopía tanto en su aspecto de apropiación práctica como en su formulación reflexiva. Ella, en la óptica del presente potencial, no es la existencia del futuro como ley, sino la potencialidad histórica de actualización de direcciones de la realidad con

En síntesis, considerar la realidad social desde la subjetividad constituyente y las diferentes modalidades en que se nuclean colectivamente, para la conformación de sujetos sociales (o subjetividades no conformistas, en De Sousa Santos), posibilita ingresar la dimensión conflictual en la historicidad de la realidad social. Se requiere un análisis de los procesos que sedimentan, compiten y fracturan los parámetros existentes en el enfrentamiento de diferentes sujetos y sus acciones por los modos de concretar las potencialidades de la realidad. Acá podemos asociar las categorías de voluntades colectivas y de proyecto de Zemelman (1989) con la sociología de las ausencias y las emergencias de De Sousa Santos, en cuanto posicionamientos metodológicos.

17 Es importante acá recalcar que voluntades colectivas refieren a construcciones categoriales no cerradas, más que a contenidos empíricos precisos. Voluntades colectivas y proyectos permiten construir un ángulo de lectura que pueda hacerse cargo de la dimensión política en la construcción de la realidad social a través de su problematización desde las ciencias sociales.

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base en el principio de apertura. En la relación utopía (lo abierto de la realidad como posibilidades) y proyecto (como viabilidad de la apropiación del movimiento de la realidad) se expresan las voluntades colectivas, en cuanto forma de rescatar la dimensión política de la historicidad contra la reificación de la realidad social (Zemelman 1989).

Metodológicamente, postulo que la propuesta del Presente Potencial ganaría en plausibilidad si se articula con los procedimientos de la Sociología de la Ausencia y de las Emergencias. Si nos enfocamos en aquello que es socialmente producido como ausente en relación con lo que emerge en un espacio y tiempo sociales en particular, podemos captar mejor la idea del presente abierto formulada por Zemelman. Por otro lado, la idea de traducción, en De Sousa Santos, adquiere fuerza empírica con la figura de los nucleamientos colectivos que posibilitarían la constitución de subjetividades no conformistas.

Voluntad colectiva y proyectos, como expresiones categoriales, pueden articularse coherentemente con la perspectiva metodológica de las ausencias y las emergencias. Éstos permiten proponer relaciones posibles de observar entre subjetividades constituyentes y los modos de concreción de los espacios-tiempos estructurales que serán investigados. Permiten también vincular planos estructurales y subjetivos, ya que las voluntades colectivas posibilitan la observación de los modos en que las subjetividades se colectivizan y politizan, al punto de volverse subjetividades no conformistas, y con ello, la posibilidad de apropiarse de la dirección presente-posible de la realidad social a través de proyectos colectivos. De tal modo, la categoría de voluntad colectiva incluye las formas de nuclearse de las subjetividades y sus manifestaciones en cuanto subjetividades no conformistas con el orden social, es decir, como sujetos sociales.

Considero que este punto es el principal aporte del ejercicio realizado desde un punto de vista crítico. Posicionarse frente a la realidad social en su configuración y en potencialidad, desde el punto de vista de los sujetos sociales, posibilita el diálogo entre la categoría de voluntad colectiva como expresión de una ausencia que deja de serlo y proyectos de aprehensión de los movimientos de la realidad social como una emergencia que relaciona lo subjetivo y lo estructural. De esta forma, los autores nos entregan herramientas epistémico-metodológicas fundamentales para problematizar el movimiento configuracional de la realidad social, pero a la vez nos dotan de herramientas para pensar y cuestionar las propias prácticas habituales de las ciencias sociales. Restituyéndole un doble talante crítico al conocimiento social: frente a los movimientos potenciales de la realidad y frente al trabajo académico-investigativo. El resultado es la posibilidad de una racionalidad anticipatoria como capacidad de captar lo potencial de la realidad y que expande la noción de conocimiento social de las ciencias sociales hegemónicas (De Sousa 2010; Zemelman 2011).

Reflexión de cierre: balances y derroteros posibles Desde un diagnóstico de la situación del conocimiento social en la actualidad, definido como un período transicional, de oportunidad y riesgos, propuse un ejercicio epistémico-categorial y metodológico que permita estudiar lógicas y acciones colectivas, con base en el diálogo entre las propuestas de Boaventura de Sousa Santos y las de Hugo Zemelman. El punto inicial ha sido la lógica del presente potencial (Zemelman 1992), entendida como un procedimiento epistemológico que propone una relación de coconstitución entre la realidad social y su conocimiento. Tal procedimiento permite redefinir las relaciones temporo-espaciales que definen un contexto sociohistórico particular. Expongo que es posible articular la propuesta del “Presente Potencial” con el proyecto crítico de “Ecología de Saberes” de De Sousa Santos como oportunidad de recuperar experiencia desperdiciada por una racionalidad indolente. Ambas posiciones comparten un socioconstruccionismo crítico que observa una relación entre estructuración social y una subjetividad constitutiva de tal estructuración. Ambas establecen definiciones de una subjetividad colectiva, con formas de acción no conformista que pueden generar variación en los espacios estructurales, junto a la idea de movimiento e incompletitud de la realidad social, con lo que comparten una perspectiva crítica.

Es posible aplicar la propuesta a la problemática de los conflictos sociales y las subjetividades colectivas (acción colectiva, movimientos sociales, lógicas colectivas y expresiones de politicidad) en los procesos recientes de América Latina. La base de la propuesta metodológica, acá expresada, es la articulación de temporalidades abiertas a otras posibilidades (presente potencial) con formas de apropiación y de configuración espacial (cartografía de las ausencias y emergencias). Lo anterior se traduce en un ejercicio de pensamiento epistémico y metodológico en el estudio de subjetividades y lógicas colectivas18 que, vía las categorías de subjetividad no con-

18 Hemos intentado establecer un diálogo con las teorías sociológicas de movimientos sociales, en Paredes (2011b). En relación con una evaluación de la democracia chilena y su déficit ciudadano, en Paredes (2011a).

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Otras Voces 6. Castro Gómez, Santiago y Eduardo Mendieta (eds.) 1998.

formista, voluntad colectiva, proyecto de apropiación de futuro, posibiliten la observación de procesos —como los nucleamientos colectivos y el ejercicio de traducción— por la disputa del movimiento de la realidad social, como el del caso boliviano (De Sousa 2010).

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Sin embargo, es necesario señalar que una de las limitaciones de las propuestas acá articuladas es su déficit de trabajos de investigación empírica. Considero imperativo avanzar en esta dirección; por lo que, dando un paso hacia el plano de las técnicas de investigación para realizar estudios empíricos, sugiero su vinculación con procedimientos de tipo cualitativo, ya sean etnográficos (observación en sus variadas formas), conversacionales (individuales y grupales), biográficos (historias y relatos de vida, trayectorias y testimonios); el trabajo con documentos o el análisis de discurso pueden aportar elementos para enriquecer la propuesta,19 favoreciendo su rendimiento empírico.

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12. De Sousa Santos, Boaventura. 2003. Critica de la razón indolente.

Insisto, este último punto debe remarcarse. Lo aquí presentado es sólo una propuesta categorial, epistémica y metodológica, que no ha sido probada empíricamente, aunque ya tiene ciertos antecedentes en el trabajo de Retamozo (2009). Mi propio itinerario me ha llevado a pensar y proponer su aplicación para el caso de la movilización estudiantil-ciudadana por la educación pública y gratuita en el Chile reciente, punto en el que actualmente trabajo. Pero lo acá presentado es sólo el inicio de una configuración categorial-metodológica; será la prueba empírica la que nos permitirá evaluar su plausibilidad.

Contra el desperdicio de la experiencia. Bilbao: Desclée de Brouwer.

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19 Acá podemos citar como investigaciones, con base en procedimientos cualitativos que se han ocupado de incluir el presente potencial en sus estudios, a Retamozo (2006 y 2009) y a Saltalamacchia (1994).

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Poder soberano y poder disciplinario. La codificación desde una visión foucaultiana* Norberto Hernández Jiménezv Fecha de recepción: 30 de noviembre de 2012 Fecha de aceptación: 12 de abril de 2013 Fecha de modificación: 20 de junio de 2013

DOI: http://dx.doi.org/10.7440/res48.2014.11

RESUMEN A través de este ensayo se expone el contexto de la codificación posrevolucionaria, enfrentando su tradicional concepción como emanación del poder soberano, a partir de los lineamientos de la sociedad disciplinaria desarrollada por Foucault. Para esto se analiza el debate sobre completitud del ordenamiento jurídico, y con base en el estudio de la categoría fundacional de la inimputabilidad —perteneciente a la dogmática jurídico-penal—, se propone demostrar la falta de autonomía y coherencia del derecho codificado para resolver categorías del poder disciplinario, en contravía de la teoría soberana de Hobbes.

PALABRAS CLAVE Poder, soberanía, disciplinas, codificación, inimputabilidad.

Sovereign and Disciplinary Power. Codification from a Foucaultian Viewpoint ABSTRACT This essay presents the context of codification that occurred after the French Revolution, questioning the traditional idea of it as an emanation of sovereign power, following the guidelines of disciplinary society developed by Foucault. For this purpose, it analyzes the debate regarding the completeness of the legal order, and based on the study of the foundational category of non-imputability – pertaining to criminal law dogma- it seeks to demonstrate the lack of autonomy and coherence of codified law for solving categories of disciplinary power, in contradiction with the sovereign theory of Hobbes.

KEY WORDS Power, sovereignty, disciplines, codification, non-imputability.

Poder soberano e poder disciplinar. A codificação a partir de uma visão foucaultiana RESUMO Por meio deste ensaio, expõe-se o contexto da codificação pós-revolucionária, que enfrentou sua tradicional concepção como emanação do poder soberano, a partir dos lineamentos da sociedade disciplinar desenvolvida por Foucault. Para isso, analisase o debate sobre completitude do ordenamento jurídico e, com base no estudo da categoria fundacional da inimputabilidade —pertencente à dogmática jurídico-penal—, propõe-se demonstrar a falta de autonomia e coerência do direito codificado para resolver categorias do poder disciplinar, na contramão da teoria soberana de Hobbes.

PALAVRAS CHAVE Poder, soberania, disciplinas, codificação, inimputabilidade.

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Este artículo es una reflexión trabajada en el seminario “Teoría Jurídica I” (Doctorado en Derecho, Universidad de los Andes 2012-20), dirigido por la Profesora Isabel Cristina Jaramillo Sierra. Agradezco al profesor Libardo Ariza la revisión preliminar del artículo y sus valiosas sugerencias para completarlo. Estudiante de doctorado en Derecho de la Universidad de los Andes, Colombia. Asesor del Grupo de Prisiones y Cárceles de la Universidad de los Andes (GPC) y Conjuez del Tribunal Superior de Bogotá – Sala Penal. Correo electrónico: n.hernandez29@uniandes.edu.co

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regla jurídica —derivada de la soberanía hobbesiana—, sino con la regla natural4 (infra. “De la codificación. El debate sobre la plenitud del ordenamiento jurídico”). En este sentido, el comportamiento humano no depende de la voluntad del legislador sino de la esencia de la actividad que desarrolla el hombre,5 constituyendo con su actuar una disciplina, no necesariamente congruente con la soberanía. ¿Qué papel desempeña, entonces, la codificación a propósito del poder disciplinario? ¿Cumple la codificación con el objetivo autónomo de completitud6 del derecho o indefectiblemente debe recurrirse a las disciplinas?

Una sociedad normalizadora fue el efecto histórico de una tecnología de poder centrada en la vida. En relación con las sociedades que hemos conocido hasta el siglo XVIII, hemos entrado en un fase de regresión de lo jurídico; las constituciones escritas en el mundo entero a partir de la revolución francesa, los códigos redactados y modificados, toda una actividad legislativa permanente y ruidosa no debe engañarnos: son las formas que tornan aceptable un poder esencialmente normalizador. (Foucault 1991, 175)

Introducción

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A través de estas líneas, y recurriendo a un contexto jurídico-penal,7 defenderé la siguiente tesis: la codificación no es autónoma ni necesariamente coherente cuando se ve obligada a incorporar categorías propias del poder disciplinario, por oposición al poder soberano. El caso paradigmático que utilizaré para este análisis será la inimputabilidad penal y la técnica para la completitud del ordenamiento jurídico: la jurisprudencia.

l 20 de enero de 18011 Jean-Étienne-Marie Portalis pronunció su célebre discurso preliminar al Código Civil francés. La inspiración allí transmitida —dar a una sociedad determinada un derecho unitario y sistemático2— se compagina con el dogma de plenitud del ordenamiento jurídico que, con base en el ejercicio del poder soberano, construye un monopolio de producción normativa (fuente principal de creación jurídica) a través de los códigos; sin embargo, desde la perspectiva foucaultiana se puede afirmar que las normas disciplinarias: i) son dominantes en las relaciones de micropoder, ii) no tienen su fuente en el soberano, iii) responden a una lógica distinta (normal/desviado) y iv) no están separadas de la codificación.3 Así, los códigos incorporan el poder disciplinario dando lugar a categorías límite como la figura del “individuo peligroso” en materia penal.

Para esto expondré el debate sobre la codificación como forma principal de organización de la producción normativa y la influencia de esta dinámica en el nacimiento de las escuelas de la exégesis francesa y el conceptualismo alemán (infra. “De la codificación. El debate sobre la plenitud del ordenamiento jurídico”), lo cual me servirá para atacar el contraargumento de mi tesis, que estaría representado, en este caso particular, por el movimiento codificador, fundado bajo el ingenio del alma del Leviatán. A su vez, en la sección “La codificación y la sociedad disciplinaria” presentaré la posición de Foucault acerca de la codificación —como apoyo doctrinario de mi tesis— y, finalmente, anotaré algunas conclusiones, inherentes a la preponderancia —en determinados casos— del poder disciplinario frente al poder soberano reflejado a través de los códigos.

Oportuno anticipar que el poder disciplinario (no soberano) ostenta un discurso que no se corresponde con el de la

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1° de pluvioso del año IX.

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“Toda idea de Código civil implica la idea de unidad nacional” (Alberdi 1868, citado por Legrand 1997-1998, 803) (Cita extraída del ensayo inédito “La codificación o el intento de homogeneizar la nación en el siglo XIX”. Cano [2012]). Para el caso colombiano, resulta útil el análisis que hace la profesora Isabel Cristina Jaramillo en su más reciente obra: “Entre 1821 y 1888, los legisladores nacionales y estatales se obsesionaron con la adopción de códigos en todas las áreas del derecho porque se creía firmemente que estos permitirían la superación del caos legislativo que había prevalecido en la época colonial, y en materia de justicia una administración eficiente y una mayor equidad. Además, para los radicales la aprobación de códigos fue importante porque permitía la derogación de todo el derecho español y era una oportunidad para introducir todas las reformas modernizadoras de una sola vez” (Jaramillo 2013, 191).

Mi estrategia metodológica será confrontar el pensamiento de la exégesis francesa con la teoría foucaultiana

4 “El discurso de la disciplina es extraño al de la ley, de la regla como efecto de la voluntad soberana. Las disciplinas sostendrán un discurso que no será el de la regla jurídica derivada de la soberanía, sino el de la regla natural, es decir, de la norma” (Foucault 1992, 47). 5 Utilizo el término “hombre” para designar al ser animado racional que comprende en general a los humanos, y no para identificar al individuo de la especie humana de sexo masculino.

3 “[…] Foucault insiste en la importancia de repensar el poder más allá de un modelo ‘jurídico soberano’ que lo entiende solo de manera restrictiva, como algo que se ejerce de manera descendente sobre unos sujetos previamente constituidos. De modo que este distanciamiento con respecto al modelo de soberanía va de la mano también con una crítica a la idea de un sujeto soberano preexistente o dado con independencia de las relaciones sociales” (Quintana 2012, 52).

6 En la labor de axiomatización del derecho, “se consideran virtudes del sistema normativo tres propiedades: la completitud (ausencia de lagunas), la coherencia (ausencia de antinomias) y la independencia (ausencia de redundancias)” (García 2009, 179). Resaltado fuera del texto. 7 “[…] ciertas formas de verdad pueden ser definidas a partir de la práctica penal” (Foucault 1998a, 18).

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y mostrar —a través de una categoría fundacional de la dogmática jurídico-penal (inimputabilidad)— la solución jurídica a partir de la conjunción del poder soberano y del poder disciplinario.

Ahora bien, desde Justiniano se venía construyendo un modelo sistemático de recopilación de reglas jurídicas, que constituyeron los cincuenta libros del Digesto, razón por la cual el Código de Napoleón no era innovador en el tema (Bobbio 2007, 216; Herman 1981, 688), pero sí era el más elaborado, al punto que “la cabeza de la escuela histórica del derecho”,15 sin ironía ni sarcasmo, lo califica como una obra “perfecta” (Savigny 1969, 68 y 127).

De la codificación. El debate sobre la plenitud del ordenamiento jurídico El movimiento codificador europeo8 es catalogado como la semilla del positivismo jurídico. A través de aquél se procuró ordenar el conjunto de normas dispersas y heterogéneas, vigentes para la época, que incluso resultaban contradictorias en algunas ocasiones. Pero ¿tendría algún fin en materia de poder? La respuesta afirmativa está relacionada con el tema de control frente al mismo y la consolidación del Estado liberal de derecho, en contraposición al régimen monárquico y conservador existente hasta la Revolución Francesa (Kelsen 1970, 65-66), manteniendo, eso sí, el criterio de soberanía hobbesiano.9

Con base en esto, los códigos son catalogados como la única fuente del derecho dando origen a la escuela de la exégesis,16 que fundamentó su teoría en el culto al derecho positivo y, consecuentemente, al legislador (Bobbio 1993, 102 y 170). Para la escuela de la exégesis, el código contiene la solución de todos los casos, y los operadores jurídicos debían recurrir a éste a través de un método deductivo-axiomático.17 Pero curiosamente, el discurso preliminar de Portalis no se compagina con esta construcción teórica, pese a que es a partir del Código Civil francés que se construye la misma.18 Portalis era consciente de que preverlo todo a través del Código19 era una meta imposible de alcanzar (Portalis 1997, 33), razón por la cual el papel de la legislación era sembrar principios fértiles, sugiriendo que a través de la jurisprudencia podía aspirarse al objetivo de completitud del derecho (Portalis 1997, 36-38 y 40) y advirtiendo que “las leyes positivas no sabrían nunca sustituir completamente el uso de la razón natural en los negocios de la vida” (Portalis 1997, 35).

La obra más importante y representativa del movimiento codificador fue el “Código Civil del Pueblo Francés”,10 promulgado en el mismo año en que muere Kant, en 1804.11 Su principal acierto fue el de conciliar los principios revolucionarios (Gordley 1994, 505; Soriano 1993, 144 y 145-147) —en especial la igualdad12— con el derecho canónico, las costumbres (Portalis 1997, 108),13 y las reglas jurídicas vigentes —de influencia romanista—, con el nuevo orden, haciendo una legislación uniforme (Portalis 1997, 28)14 y exaltando especialmente la institución de la familia.

8 Los principales textos de este movimiento son el Código de Napoleón, el Código Prusiano y el Código Austríaco, rotulados por Savigny como “Los Tres Códigos Modernos” (Savigny 1969, 85-127).

15 Kelley rotula a Savigny de esta manera (Kelley 1987, 319). 16 “La exégesis fue, principalmente, un movimiento de producción de textos con una clara teoría de exposición y sistematización legal, y sólo secundariamente una teoría de interpretación legal” (López 2009, 157).

9 “Hobbes combate el common law y defiende el poder exclusivo del soberano de establecer el derecho, indispensable para asegurar el carácter absoluto del poder estatutario […]” (Bobbio 1993, 51).

17 “De acuerdo con esta iusteoría, el Código Civil es un documento claro, completo y coherente. Ello significa, en primer lugar, que todas sus disposiciones contienen una regla clara […]; en segundo lugar, se presupone que el Código es completo en el sentido en que regula de manera total todas las posibles situaciones que puedan surgir en la vida civil de las personas de manera que no hay necesidad mayor de ejercer labores de integración del derecho; y tercero, dado que el Código es coherente, se presupone que no hay antinomias entre las distintas normas claras que los componen” (López 2009, 155-156). Más adelante, la plenitud del derecho con base en la codificación sería criticada por la Escuela científico-sociológica francesa (François Gény), que recurre al pluralismo jurídico y a la utilización de otras fuentes del derecho para este fin.

10 Nombre originalmente otorgado al Código de Napoleón (Kelley 1987, 321). En la segunda edición de 1807 adquiere el nombre de “Code Napoléon” (Bobbio 1993, 87). 11 Esta coincidencia es señalada por Fassò (1970, 11), citado por García (2009, 205). 12 “La Francia revolucionaria de fines del siglo XVIII sintió como un imperativo categórico la necesidad de codificar sus leyes civiles para afirmar, primeramente, la igualdad y, luego, la libertad que se ofrecían entonces a todos los franceses, promovidos a la calidad de ciudadanos” (Figueroa 2005, 101) (Cita extraída del ensayo inédito “La codificación o el intento de homogeneizar la nación en el siglo XIX”. Cano [2012]). 13 Este aspecto también es defendido por Savigny: “el derecho se perfecciona del lado del lenguaje y toma un aire científico, y lo que antes vivía en la conciencia popular, conviertése en adelante en materia de la competencia de los juristas, que en tal concepto vienen a representar al pueblo” (Savigny 1969, 47-48).

18 “Si el Código de Napoleón ha sido considerado el comienzo absoluto de una nueva tradición jurídica que sepulta completamente a la anterior, esto es debido a los primeros intérpretes, y no a los redactores del Código […]” (Bobbio 1993, 88). 19 “Portalis sabía que el Código no cerraba por completo el significado que los ejecutores de la ley tenían todavía que descubrir” (López 2008, 92).

14 En este sentido, véase también Kelley (1987, 321-322).

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Esta discordancia obedeció, muy probablemente, a la eliminación del artículo 9° del Código Civil francés —por parte del Consejo de Estado—, que habilitaba el juicio de equidad frente a la existencia de lagunas normativas, razón por la cual la exégesis se limitó a la utilización del artículo 4° del mismo compendio, que exigía la aplicación de la ley, so pena de incurrir en denegación de justicia (Bobbio 1993, 88-89).

y académicamente, por medio de actores culturales, y no petrificarse por medio de su consagración legal o política” (López 2009, 163). A pesar de este enfrentamiento teórico, el fin perseguido, tanto por la escuela de la exégesis francesa como por el conceptualismo alemán, era el mismo: lograr la uniformidad y certeza del derecho, diferenciándose en los métodos para su consecución.23

En contraposición a la exégesis francesa, en Alemania se originó la escuela conceptualista, cuyo principal exponente fue Friedrich Karl von Savigny, quien, valiéndose del historicismo, resaltó el papel de la costumbre como fuente del derecho (Bobbio 1993, 67; Atienza 2000, 175), como se anticipaba con anterioridad (ver nota al pie 13).

Ahora bien, en materia penal los códigos franceses de la época revolucionaria surtieron una reelaboración teórica con base en los postulados de Beccaria, Bentham y Brissot (Foucault 1983, 92), que se observaron como una de las grandes conquistas en materia de garantismo penal, la consagración del principio de legalidad.24 Los enciclopedistas franceses (Marat, Mirabeau, Montesquieu y Voltaire) divulgaron la doctrina de Beccaria, la cual sirvió de fundamento para la consagración de los principios humanizadores del derecho penal, en la declaración de los derechos del hombre y del ciudadano: igualdad (artículo 6), juez natural y debido proceso (artículo 7) y legalidad (artículo 8).25

El método de Savigny para completar el derecho era un poco más elaborado. A partir de una lectura juiciosa de los textos romanos, el autor encontró falencias en las definiciones del derecho romano, pero resaltó la precisión de sus conceptos. Con base en esto elaboró un método inductivo-deductivo a partir del estudio de casos contenidos en las pandectas (Savigny 1969, 46, 58, 63, 81, 135, 138 y 141124),20 otorgándoles una organización lógica y extrayendo los conceptos jurídicos allí contenidos21 (inducción), los cuales eran aplicados al caso concreto (deducción), creando una dogmática jurídica. En caso de que este ejercicio de analogía no fuera posible, por ejemplo, por carencia de referente fáctico o reducida similitud entre casos, se recurriría al derecho natural (Savigny 1969, 124).

Siguiendo esta línea de argumentación, Foucault, a propósito de la regla de la especificación óptima, advierte que “Se hace, por lo tanto, necesario un código, y un código lo suficientemente preciso para que cada tipo de infracción pueda estar en él claramente presente. Se debe evitar que, en el silencio de la ley, se precipite la esperanza de la impunidad. Se necesita un código exhaustivo y explícito, que defina los delitos y fije las penas” (Foucault 1983, 103).

Con base en esto, Savigny concluyó que su país no se encontraba preparado para la codificación, por no contar con la ciencia ni el lenguaje para este efecto.22 En criterio del profesor Diego López: “la codificación era inconveniente y superflua porque, de hecho, el derecho civil tenía que desarrollarse y exponerse orgánica

23 “Quizá el único hilo que une la exégesis francesa con el conceptualismo alemán es el miedo y ansiedad que produce la falta de certeza. El objetivo del derecho, para ambas escuelas, es alcanzar la uniformidad y certeza del derecho: para los franceses, el objetivo se logra mediante codificación legislativa y pasivismo interpretativo. Para los alemanes, en cambio, la estrategia para alcanzar el mismo fin consiste en completo pasivismo legislativo y alto activismo doctrinal guiado por una ‘ciencia’ hermenéutica e historicista del derecho y encaminada a la elaboración de ‘teorías generales’” (López 2009, 172).

20 Su método fue construido fundamentalmente a partir del tema de la posesión, logrando identificar así los elementos i) animus y ii) corpus, que continúan vigentes en nuestra legislación. 21 “El carácter de nuestro método no es, como se ha dicho injustamente, la veneración exclusiva del derecho romano, o bien el acatamiento cierto de determinados materiales: todo lo contrario. Su objeto es encontrar hasta en su raíz la doctrina toda del pasado, es descubrir el principio orgánico de manera que cuanto haya vivo se separe de las partes muertas ya, las cuales quedarán como meros objetos de dominio de la historia” (Savigny 1969, 134). “[…] penetrar el derecho romano en sus raíces mismas” (Savigny 1969, 136). “[…] examinar las materias en su raíz propia” (Savigny 1969, 153). [Resaltado fuera del texto original]

24 “Para que haya infracción es preciso que haya también un poder político, una ley, y que esa ley haya sido efectivamente formulada” (Foucault 1983, 92-97 y 118). 25 “[…] Ehrlic (en su obra ya citada La Logica dei giuristi) considera responsables de la codificación del Derecho a Montesquieu y Beccaria, que se encuentran entre los principales exponentes de las concepciones político-jurídicas de inspiración ilustrada y que tuvieron una influencia grandísima en los ambientes políticoculturales liberales: como es sabido, Montesquieu es el teórico de la separación de poderes y Beccaria el precursor de una concepción liberal del Derecho (especialmente en lo que atañe al Derecho penal)” (Bobbio 1993, 56).

22 “After 1815 Savigny became a critic not only of the Code Napoleon but of the very idea of a Code” (Kelley 1987, 334). El conceptualismo alemán servirá con posterioridad de fundamento para la elaboración de la jurisprudencia de conceptos (Begriffsjurisprudenz), cuyos principales expositores serían Ihering y Puchta (Larenz 1994, 190).

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No obstante lo anterior, es preciso interrogar, dentro de este debate de plenitud del ordenamiento jurídico, si: ¿podrían los códigos penales regularlo todo autónomamente o debería acudirse igualmente a la jurisprudencia y consecuentemente a las disciplinas? Recordemos que Portalis no era partidario de la jurisprudencia en materia penal (Portalis 1997, 41), lo cual resultaría congruente con la crítica frente al actual expansionismo penal abanderado por la Sala de Casación Penal de la Corte Suprema de Justicia colombiana;26 sin embargo, es a través de ésta que se puede completar el derecho no legislado y guardar congruencia con los mandatos disciplinarios.

Esto no impide que el juez se aparte del precedente27 sustentando de manera clara y suficiente un criterio jurídico diferente, con la obligación de identificar aquél y señalar su discordancia con lo allí estipulado. Puede entonces el juez de inferior jerarquía realizar “cambios prospectivos” (López 2010, 87) atendiendo a variaciones sociales, políticas y económicas, demostrando el error de la doctrina sentada por las Cortes para el caso concreto. Por ejemplo, en materia penal un precedente varía necesariamente cuando la consagración legal de un delito es eliminada del estatuto de las penas, como la bigamia o el estupro —para el caso colombiano— o cuando se considera que el expansionismo penal contenido en el precedente no se compagina con el principio de legalidad.

Adicionalmente, la igualdad revolucionaria se hace efectiva también a través de la jurisprudencia, en cuanto permite la resolución similar en casos iguales y decisiones diferentes bajo supuestos de hecho disímiles. Se suman a la igualdad algunos principios que no sólo derivan de ella sino que sistemáticamente se encuentran consagrados como fines estatales —en nuestro Estado contemporáneo— y que hacen efectivo el acceso a la administración de justicia, como la seguridad jurídica, ofreciendo estabilidad en la interpretación y aplicación de la ley, la confianza legítima, evitando sorpresas con decisiones contradictorias, y la coherencia jurídica, que eventualmente es reivindicada en sede de segunda instancia pero no necesariamente bajo parámetros de celeridad. Empero, la obligatoriedad del precedente constituye asimismo un mecanismo de control para que los jueces no decidan con arbitrariedad, evitando que emitan providencias motivados por sus pasiones, prejuicios, presiones o intereses, acorde también con el principio de imparcialidad.

Mi defensa del precedente judicial 28 no está aislada del objetivo perseguido en este ensayo argumentativo, como se pudiese inferir en una lectura inicial y desprevenida. Recordarán los lectores que mi tesis consiste en demostrar la falta de autonomía y coherencia de la codificación penal para suplir los desarrollos de la sociedad disciplinaria; también, que analizaré la inimputabilidad penal desde esta perspectiva (lo que haré en la sección subsiguiente) y que

27 “La pregunta sobre qué constituye precedente se refiere a dos aspectos: 1) ¿Cuántas sentencias se necesita para que exista precedente? y 2) ¿Qué parte de una sentencia constituye precedente? […] Si se trata de jurisprudencia constitucional, se necesita una sola sentencia de la Corte Constitucional para que exista precedente. Esto quiere decir que, como ella misma ha sostenido, toda sentencia de la Alta Corte constituye precedente. En cambio, la respuesta es distinta cuando se trata de la jurisprudencia ordinaria. Tanto el artículo 4º de la Ley 169 de 1896 como la Sentencia C-836 de 2001 determinan que no una sino tres sentencias uniformes de la Corte Suprema de Justicia o del Consejo de Estado sobre un mismo punto de derecho, constituyen ‘doctrina legal probable’ y conforman un precedente […]. No todo el texto de una sentencia constituye precedente. Como la Corte Constitucional señaló en la Sentencia SU-1300 de 2001, en toda sentencia es preciso distinguir entre el decisum, la ratio decidendi y los obiter dicta. El decisum es el fallo o ‘la resolución concreta del caso’. Esta parte de la sentencia despliega sus efectos erga omnes o inter partes, según el tipo de proceso. De ella no se predica el carácter de precedente. Este carácter sólo se predica de la ratio decidendi, que se define como ‘la formulación general del principio, regla o razón general que constituyen la base necesaria de la decisión judicial específica’. La ratio decidendi es la concreción normativa del alcance de las disposiciones jurídicas. Ella explicita qué es aquello que el derecho prohíbe, permite, ordena o habilita para cierto tipo de casos. La ratio decidendi se diferencia además de los obiter dicta. La Corte los define como una parte de la sentencia que ‘no tiene poder vinculante, sino una ‘fuerza persuasiva’ que depende del prestigio y jerarquía del Tribunal, y constituye criterio auxiliar de interpretación’. Los obiter dicta son afirmaciones casi siempre teóricas, de carácter muy general y abstracto, que sólo cumplen un papel secundario en la fundamentación de la forma de resolver el caso. De ningún modo constituyen precedente” (Bernal 2008, 90-91).

26 En agosto de 2011 se desarrolló en la Universidad Sergio Arboleda un simposio en el que se analizaron pronunciamientos problemáticos de la Sala de Casación Penal de la Corte Suprema de Justicia, desde la perspectiva de la dogmática jurídico-penal, que degeneran en un nuevo “punitivismo”, con base en un “expansionismo judicial” que en definitiva degenera en la usurpación de funciones radicadas en cabeza del legislador y la ampliación de la órbita penal de manera descontrolada y excesiva. Dentro de las providencias debatidas se encuentran las siguientes: i) Radicados 33039 (16-12-10), M. P. Bustos (2010a), y única instancia 33118 (13-05-10) —imputación de cargos por delitos contra el Derecho Internacional Humanitario, a pesar de que estas conductas punibles no se encontraban tipificadas para la fecha de los hechos—. ii) Radicado 31403 (28-05-10), M. P. Espinosa (2010) —condena por el delito de plagio, a pesar de no estar tipificado en la legislación penal colombiana—, y iii) Radicado 32964 (25-08-10), M. P. Bustos (2010b) —avala la tesis del Tribunal Superior de Bogotá, Sala Penal (Radicado 11001600028200702662 02 [28-07-09], M. P. Urbano [2009]) frente a la adecuación típica de un homicidio en accidente de tránsito a título de dolo eventual—. Esta referencia ya la había realizado en el artículo “Los sistemas de vigilancia electrónica como sustitutivos de la prisión desde una perspectiva analítico-económica del derecho” (Hernández 2012b).

28 “Una teoría adecuada de la argumentación jurídica tiene, sin embargo, que incluir una teoría tanto de la dogmática jurídica, como también de la valoración del precedente” (Alexy 2008, 41).

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caso Colmenares,34 tras recibir la asignación por reparto de esta diligencia, en dos oportunidades y dentro de un intervalo inferior a una semana. Se discute asimismo una posible reunión privada con el defensor.

la jurisprudencia es la técnica a través de la cual pretendo completar el derecho, conciliando así el poder soberano y el poder disciplinario. Por esto ofrezco una razón más, relacionada con esta técnica: comoquiera que el legislador no puede anticiparse a todos los fenómenos sociales que con el transcurrir del tiempo puedan consolidarse,29 la labor del juez será interpretar los contenidos de la ley dotándolos de lógica y sentido para cada caso en particular.30

Más allá de debatir los fundamentos de responsabilidad tanto en el caso local como en el foráneo, resulta importante resaltar que el juez no sólo debe adoptar decisiones en derecho sino demostrar ante la comunidad en general la justicia y legalidad de sus providencias. Por eso, sus actuaciones, incluso fuera de la sede judicial, deben ser cristalinas y puras, so pena de “mancillar la majestad de la administración de justicia” (Hernández 2012a, 160). En este sentido, Ferrajoli (1997, 594 y 601) menciona la sujeción del juez a la “responsabilidad social” atendiendo a la transparencia que se debe reflejar en su actividad y la eventual crítica de la opinión pública.

Y el certificado de garantía es el siguiente: las decisiones de los jueces están sometidas al control jurisdiccional y disciplinario, que se traduce en eventuales fallas del servicio por error o dolo, comisión de delitos como prevaricato y cohecho y sanciones por transgredir la Constitución o la ley,31 lo que otorga ciertos parámetros de confianza frente a sus actos.

Se suma entonces a la cientificidad que debe tener la jurisprudencia como herramienta para completar el derecho, la posibilidad de control que hace preferible radicar en cabeza del juez, y no del legislador, esta función tan importante para la impartición de justicia y la resolución de cada caso en particular,35 resaltando que la jurisprudencia de la Sala de Casación Penal de la Corte Suprema de Justicia colombiana es adoptada por la mayoría de sus nueve integrantes, lo que constituye un control interno, y que los jueces de inferior jerarquía deben ceñirse a estos lineamientos (control externo), con las excepciones anotadas antes.

A manera de ilustración sobre esto, recientemente el Tribunal Supremo Español —Sala de lo Penal—32 condenó al exjuez Baltasar Garzón Real por el delito de prevaricación, tras ordenar interceptar las comunicaciones entre algunos imputados y sus abogados,33 lo cual se encuentra prohibido legalmente, salvo cuando se sospeche la comisión de delitos de terrorismo, que no era el caso. Para el caso colombiano, actualmente se debate la imparcialidad de la juez tercera con función de control de garantías que revocó la medida de aseguramiento otrora impuesta contra Carlos Cárdenas, en el renombrado

Como antesala para encarar la visión foucaultiana sobre la codificación y la exposición —anticipada— respecto al criterio del autor en defensa de esta técnica en materia del principio de legalidad, es preciso culminar esta sección advirtiendo que Foucault no se opone a la idea de la jurisprudencia, e incluso más adelante, al exponer las características del poder disciplinario, exaltará implícitamente su utilización como método de inclusión normalizador; pero más allá de la codificación y las leyes, honrará los mecanismos de control de la sociedad disciplinaria que posteriormente serán positivizados.

29 “Destinado el Código a ser fuente única del derecho, es menester, se dice, que contenga efectivamente la solución de cualquier caso que pueda presentarse […] siendo difícil prefijar qué límites se habrán de encontrar en el porvenir para recoger los casos más importantes” (Savigny 1969, 55-56). 30 “Para ser justa, la decisión de un juez por ejemplo, no debe sólo seguir una regla de derecho o una ley general, sino que debe asumirla, aprobarla, confirmar su valor, por un acto de interpretación reinstaurador, como si la ley no existiera con anterioridad, como si el juez la inventara él mismo en cada caso” (Derrida 1997, 52), y más adelante, el mismo autor expresa que: “Cada caso es otro, cada decisión es diferente y requiere una interpretación absolutamente única que ninguna regla existente y codificada podría ni debería garantizar absolutamente” (Derrida 1997, 53). 31 “Debe temerse menos a la arbitrariedad reglada, tímida y circunspecta de un magistrado que puede ser enmendado, y que está sujeto a la acción por prevaricación, que a la arbitrariedad absoluta de un poder independiente que no es responsable” (Portalis 1997, 43).

34 Luis Andrés Colmenares —estudiante de la Universidad de los Andes— murió el 31 de octubre de 2010, en hechos que todavía no están claros. Este caso ha tenido gran importancia mediática, tras haber sido considerado en primera oportunidad un accidente, y luego, con base en pruebas forenses encomendadas por la familia de Luis Andrés, se inició un proceso penal por la presunta comisión de delitos en cabeza de quienes lo acompañaban aquella noche fatídica.

32 España, Tribunal Supremo Español, Sentencia Nº: 79/2012 del 9 de febrero de 2012, causa especial Nº. 20716/2009, M. P. Menéndez (2012).

35 “No se sabría comprender cuánto este hábito de ciencia y de razón suaviza y regula el poder” (Portalis 1997, 40).

33 Dentro del escándalo de corrupción Gürtel.

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La codificación y la sociedad disciplinaria

manera continua a través de la vigilancia (Foucault 1992, 45). Esta última idea se opone a la construcción hobessiana de la soberanía como el alma del Leviatán, por cuanto la desplaza a un segundo plano y se encarga de los sujetos, a partir de la multiplicidad de los cuerpos.38

Entre los siglos XVIII y XIX se puede evidenciar el nacimiento de la “edad de control social” (Foucault 1998a, 98), con la creación de instituciones pedagógicas (escuelas/ internados), médicas, psicológicas o psiquiátricas (hospitales, asilos, etcétera), cuya función era corregir o encauzar la conducta, mas no castigar —“instituciones de secuestro” (Foucault 1991, 169, y 1992, 46)—, dentro de las cuales también se pueden ubicar los ejércitos/cuarteles, los conventos y los talleres. Estos lugares terminan siendo aparatos de normalización de los hombres (Foucault 1998a, 128) que generan una forma de poder correspondiente a la sociedad disciplinaria, por oposición a la estrictamente penal establecida a través de la soberanía.36

Los tres criterios característicos de las disciplinas son los siguientes: i) Economía. Trata de hacer el ejercicio del poder lo menos costoso posible, ii) Intensidad. Los efectos del poder alcanzan su fuerza y extensión máximas y iii) Nexo causal. A través de la fusión entre economía e intensidad se obtienen mayor docilidad y utilidad de todos los elementos del sistema (Foucault 1983, 221). Ahora bien, si concebimos la existencia de cierta hegemonía del poder soberano (Rosberry 1994, 360), consecuentemente éste no podía admitir la presencia de otro poder (no soberano) que regulara la conducta de los ciudadanos, debiendo apoderarse del mismo, y la forma como se llevó a cabo fue a través de la codificación.39 El problema de esta metodología se expresa a través de la siguiente pregunta: ¿Pueden las disciplinas hacer parte del discurso del derecho? La respuesta de Foucault al respecto es negativa, como se anticipó en la introducción:

En este punto considero oportuno explicar de modo sucinto en qué consisten las disciplinas: según Foucault, son unas fórmulas generales de dominación —distintas a la esclavitud— que permiten el control minucioso de las operaciones del cuerpo y que, a través de la fuerza, convierten este último en dócil (Foucault 1983, 141) y obediente políticamente.37 Se controlan, así, bajo relaciones disciplinarias (no soberanas), el tiempo, el espacio, las actividades y la fuerza de las personas.

Las disciplinas son portadoras de un discurso que no puede ser el del derecho. El discurso de la disciplina es extraño al de la ley, de la regla como efecto de la voluntad soberana.

Las disciplinas sostendrán un discurso que no será el de la

De esta manera, las disciplinas analizarán determinados comportamientos no codificados, en cuanto su funcionamiento se dinamiza a través de la extracción constante de un saber de los individuos (Ariza 2009, 61). Desde esta visión, ¿existirían dos tipos de poderes? ¿Se enfrenta la soberanía con las disciplinas?

regla jurídica derivada de la soberanía, sino el de la regla natural, es decir, de la norma. Definirán un código que no

será el de la ley, sino el de la normalización; se referirán a un horizonte teórico que necesariamente no será el edificio del derecho, sino el dominio de las ciencias humanas, y su jurisprudencia será la de un saber clínico. (Foucault 1992, 47)

En esta disyuntiva encontramos, por una parte, el poder soberano, que se enfoca sobre la tierra y sus productos, más que sobre los cuerpos. Por la otra, el poder disciplinario, como aquella mecánica a través de la cual se extrae de los cuerpos tiempo y trabajo, el cual se ejerce de

38 “Captar la instancia material de la sujeción en cuanto constitución de los sujetos, habría sido exactamente lo contrario de lo que Hobbes había querido hacer en el Leviatán y de lo que probablemente hacen todos los juristas cuando se plantean el problema de saber cómo, a partir de la multiplicidad de los individuos y de las voluntades, puede formarse una voluntad única, o mejor dicho, un cuerpo único movido por aquel alma que llamamos soberanía. Piensen de nuevo en el esquema del Leviatán: en cuanto hombre fabricado, el Leviatán no es otra cosa que la coagulación de un cierto número de individualidades separadas, que se encuentran reunidas por un conjunto de elementos constitutivos del Estado; pero en el corazón del Estado, o más bien en su cabeza, existe algo que lo constituye como tal: la soberanía, que Hobbes redefine como el alma del Leviatán. Y bien, más que plantear el problema del alma central, creo que habría que tratar de estudiar los cuerpos periféricos y múltiples, los cuerpos que los efectos de poder constituyen en sujetos” (Foucault 1992, 38-39). [Resaltado en el original]

36 “La formación de la sociedad disciplinaria puede ser caracterizada por la aparición, a finales del siglo XVIII y comienzos del XIX, de dos hechos contradictorios, o mejor dicho, de un hecho que tiene dos aspectos, dos lados que son aparentemente contradictorios: la reforma y reorganización del sistema judicial y penal en los diferentes países de Europa y el mundo” (Foucault 1998a, 91). 37 Es un proceso que Foucault rotula como “anatomía política”, que tiene similitud con el proceso deconstructivo propuesto por Derrida (1997). “Deconstruir consiste, en efecto, en deshacer, en desmontar algo que se ha edificado, construido, elaborado pero no con vistas a destruirlo, sino a fin de comprobar cómo está hecho ese algo, cómo se ensamblan y se articulan sus piezas, cuáles son los estratos ocultos que lo constituyen, pero también cuáles son las fuerzas no controladas que ahí obran” (De Peretti 1998).

39 “[…] este poder no soberano, extraño a la forma de la soberanía, es el poder disciplinario. Indescriptible en términos de la teoría de la soberanía, radicalmente heterogéneo, el poder disciplinario habría debido normalmente conducir a la desaparición del gran edificio jurídico de aquella teoría. Pero en la realidad la teoría de la soberanía continuó, no sólo existiendo, sino organizando los códigos jurídicos que la Europa del siglo XIX se dio a partir de los códigos napoleónicos” (Foucault 1992, 46).

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Empero, la ley no es entonces la emanación de la voluntad soberana —como lo pregonaba Hobbes—, donde los individuos han cedido parte de su libertad (Ariza 2009, 61), sino que la misma nace de la regla natural, lo que derrumba, por contera, las teorías contractualistas de la formación del Estado.

psíquica y v) pérdida anatómica o funcional de un órgano o miembro. 41 ¿Cómo establecer estas circunstancias utilizando como única fuente el Código? Con esta misma fuente —defendida por la exégesis francesa—, ¿cómo establecer el grado de alicoramiento de un conductor que atropelló a un peatón, para poder determinar la violación de reglamento o la imprudencia como factor generador de la culpa? ¿Cómo establecer efectivamente que una mujer se encontraba embarazada, para poder imputarle el delito de aborto?42 La respuesta estará ligada de un modo indefectible a la medicina como disciplina auxiliar del derecho y mecanismo normalizador de la sociedad disciplinaria.

Abordando la temática penal, se observa cómo la sociedad disciplinaria ostenta un grado de importancia significativo. La medicina, la psiquiatría, la antropología criminal y la criminología, como ciencias ajenas a la codificación,40 son fundamentales para el esclarecimiento de los delitos y la imposición de la pena en contra de un sujeto criminalmente responsable, quedando radicado en estas disciplinas un poder distinto al soberanamente codificado, lo que propiciaría una guerra por el control de ese poder.

Pero miremos otros casos donde se examina con mayor profundidad el cuerpo de las personas: los delitos sexuales. El examen médico legal no se limita a la exploración de las cavidades vaginal y/o anal, sino que se ocupa de la narración fáctica de la víctima a través de un capítulo de este protocolo denominado “anamnesis”. Si a esto le sumamos un examen psiquiátrico sobre la veracidad del relato hecho por la víctima, la condena no estaría en manos del juez ni de los presupuestos establecidos en el código —ellos se limitarían a establecer y determinar la sanción, de manera inversamente proporcional—, quienes quedaron relegados a un ámbito auxiliar, sino en manos del médico forense.

La estrategia de la soberanía, entonces, para dominar el poder disciplinario sería a través de la técnica codificadora: […] la teoría de la soberanía con su organización de

un código jurídico ha permitido superponer a los

mecanismos de las disciplina un sistema de derecho que ocultaba los procedimientos (“de disciplina”) y la

eventual técnica de dominación, garantizando a cada cual, a través de la soberanía del Estado, el ejercicio de

los propios derechos soberanos. Esto significa que los

sistemas jurídicos —trátese de teoría o de códigos—

Esta situación es todavía más visible en el caso de la inimputabilidad penal. Sabido es43 que un sujeto que al ejecutar la conducta típica y antijurídica no tuviere la capacidad de comprender su ilicitud —o al determinarse, de acuerdo con esa comprensión, inmadurez psicológica, trastorno mental o diversidad sociocultural—, no es culpable44 dentro del ámbito penal y se hará merecedor de una medida de seguridad, cuya función es la protección, curación, tutela y rehabilitación.45

han permitido una democratización de la soberanía con la constitución de un derecho público articulado

sobre la soberanía colectiva, en el momento mismo en

el que la democratización de la soberanía era fijada en profundidad por los mecanismos de la coerción disciplinaria. (Foucault 1992, 46)

A través de la codificación se intentó incluir el poder disciplinario, pero en todo caso quedaron vacíos. Al respecto piénsese, por ejemplo, en los delitos de lesiones personales que consagran —bajo criterios de disvalor de resultado— las siguientes consecuencias: i) incapacidad para trabajar o enfermedad, ii) deformidad, iii) perturbación funcional, iv) perturbación

41 Artículos 112-116 del Código Penal colombiano. 42 Artículos 122-123 del Código Penal colombiano. 43 De acuerdo con la descripción del artículo 33 del Código Penal colombiano. 44 Utilizo el término “culpable” a partir de la categoría dogmática de la “culpabilidad”. Además, para compaginar esta exposición con la afirmación de Foucault sobre que “Era imposible, pues, declarar a alguien a la vez culpable y loco” (Foucault 1983, 27) y cómo la Suprema Corte francesa, de antaño, le otorgó una interpretación diferente al artículo 64 del Código Penal francés, morigerando el grado de culpabilidad, en búsqueda de una cura para el enfermo (Juicio de normalidad).

40 “En todo el ritual penal, desde la instrucción hasta la sentencia y las últimas secuelas de la pena, se ha hecho penetrar un género de objetos que vienen a doblar pero también a disociar, los objetos jurídicamente definidos y codificados” (Foucault 1983, 26). “En torno del juicio principal se han multiplicado justicias menores y jueces paralelos: expertos psiquiatras o psicólogos, magistrados de la aplicación de las penas, educadores, funcionarios de la administración penitenciaria se dividen el poder legal de castigar” (Foucault 1983, 28).

45 Cfr. artículo 5° del Código Penal colombiano.

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Poder soberano y poder disciplinario Norberto Hernández Jiménez

Otras Voces

Ésta no es la situación del individuo que preordena su conducta, el cual responde penalmente a título de dolo, culpa o preterintención; por ejemplo, en materia de intoxicación etílica. Aunque esta situación es difícilmente reconocida por los Tribunales nacionales —básicamente, por criterios de política criminal—, la predisposición patológica46 puede degenerar en falta de discernimiento del individuo frente a determinada conducta; pero si la intoxicación fue preordenada por el agente (A decide matar a B, y para llenarse de valor consume con anterioridad dos botellas de tequila, llenándose por consecuencia de licor), no tiene el mismo tratamiento judicial ni el efecto punitivo que evade la pena de prisión y la convierte en una medida de seguridad, tendiente —como anunciaba en el párrafo anterior— a curar y rehabilitar al sujeto.47

Estas situaciones no están reguladas en los códigos, y es el poder disciplinario el que en definitiva adopta la decisión,50 debiendo el poder soberano ceder ante su presencia.

Imaginemos ahora el caso de un demente48 que le propina varias puñaladas a un sujeto ocasionándole la muerte. Su conducta es típica porque reúne los elementos objetivos y subjetivos del tipo penal de homicidio, e igualmente es antijurídica porque lesionó de manera efectiva el bien jurídico tutelado de la vida. Estas dos categorías, sin lugar a dudas, serán superadas con suficiencia por el juzgador, pero ¿cómo hará para establecer de manera efectiva la situación de demencia de este sujeto? ¿La decisión sobre la culpabilidad, en definitiva, corresponderá al juez o al médico forense? La respuesta, en contraargumento a mi tesis, sería que la decisión la toma el juez y que la opinión del médico forense sólo le sirve para ilustrarlo en algunos aspectos desconocidos por su especialidad. Mi defensa, de nuevo, la dejo como incógnita hacia los lectores: ¿Si el médico forense determinó que el sujeto era demente y, en consecuencia, no comprendía la ilicitud de su comportamiento para el momento de los hechos, podrá el juez imponer una pena de prisión?49

[…] Juzgados, lo son también por el juego de todas esas nociones que han

Oportuna la cita que el profesor Libardo Ariza hace al respecto: El criminal no es el que comete un acto prescrito por la ley sino

aquel que se encuentra atado a su crimen por su propia vida. De este modo, se juzgan emociones, inadaptaciones, achaques, desviaciones, la personalidad del delincuente, en fin, algo muy distinto de la evaluación del hecho mismo

en virtud de categorías como las circunstancias atenuan-

tes. Lo que se juzga es […] otra cosa completamente distinta, que no es jurídicamente codificable: el conocimiento del delincuente, la

apreciación que se hace de él, lo que puede saberse acerca de las relaciones entre él, su pasado y su delito, lo que se puede esperar de él para el futuro circulado entre medicina y jurisprudencia desde el siglo XIX […] y que con el pretexto de explicar un acto, son modos de calificar un individuo. (Foucault 1998b, 25; Ariza 2009, 64) [Resaltados en el original]

Sería injusto con este autor interpretar su posición como una congruencia absoluta con lo que he expuesto en las líneas anteriores, pero sirve para sustentar varios aspectos enunciados durante mi argumentación: i) la codificación no es autónoma para judicializar la conducta criminal, ii) existen otras circunstancias extralegales que deben ser analizadas por el juez dentro de un juicio penal, iii) al condenar, no sólo se valora la conducta ocurrida, sino también el pasado, el presente y el futuro del sujeto, y iv) la influencia de la sociedad disciplinaria, dentro del análisis del comportamiento humano y la optimización de aquélla a través de la jurisprudencia, por ejemplo, vinculando a la medicina en la resolución de algunos casos específicos. Por respeto al autor, debo ahondar en su tesis y no dejar plasmados los comentarios anteriores de manera tangencial y poco problemática frente a lo ya expuesto. El profesor Ariza —siguiendo a Foucault— no sólo hace referencia al ámbito de la inimputabilidad penal, sino que consagra un plexo de conductas penales más extenso,

46 Cfr. Colombia, Rama Judicial del Poder Público, Corte Suprema de Justicia —Sala de Casación Penal—, providencia del 15 de septiembre de 2010, proceso 32488, magistrado ponente Gómez (2010). 47 Cfr. Colombia, Rama Judicial del Poder Público, Corte Suprema de Justicia —Sala de Casación Penal—, providencias del 22 de noviembre de 1984, proceso 1984, magistrado ponente Calderón (1984), y 22 de agosto de 2002, proceso 11306, magistrado ponente Gálvez (2002).

50 De antaño, así lo ha reconocido implícitamente nuestra jurisprudencia: “Para que tal situación se presente, debe ser cabalmente comprobada mediante pericia médica, no siendo suficiente la simple afirmación de la existencia del trastorno, sino que su existencia debe emanar de pruebas atendibles de donde surjan datos o antecedentes verosímiles relativos a la personalidad del inimputable y a la manera como normalmente se exterioriza a través de su usual comportamiento”. Colombia, Rama Judicial del Poder Público, Corte Suprema de Justicia —Sala de Casación Penal— providencia del 26 de junio de 1985, proceso 1985, magistrado ponente Velásquez (1985).

48 “Un hecho significativo: la manera en que la cuestión de la locura ha evolucionado en la práctica penal. Según el Código francés de 1810, no se planteaba hasta el final del artículo 64. Ahora bien, éste dice que no hay crimen ni delito, si el infractor se hallaba en estado demencia en el momento del acto” (Foucault 1983, 27). 49 La pregunta puede formularse también en el sentido inverso: ¿Puede el juez declarar inimputable, y, por ende, no imponer pena de prisión al sujeto sobre el cual el médico forense conceptuó su capacidad de comprensión y autodeterminación?

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dentro del cual podrían estar comprendidas algunas circunstancias desarrolladas por la dogmática jurídicopenal, tales como el estado de necesidad —en el caso de delitos contra el patrimonio económico—, la marginalidad y extrema pobreza, entre otras. Los contradictores de mi tesis expresarían que estas situaciones están consagradas en el Código Penal y, por ende, que hacen parten del poder soberano, pero desconocerían el origen de las mismas, el cual ha sido examinado desde la sociedad implícitamente, convirtiéndolas en una disciplina.

gos, estos últimos no abarcan —y no pueden hacerlo— en su totalidad los lineamientos de la sociedad disciplinaria. En definitiva, la inimputabilidad es un episodio de la vida de las personas52 que, a través de la medicina, es convalidado por los tribunales, tal como ocurría con la interdicción por demencia en el siglo VIII53 “(El Código Civil: J.L. confía únicamente a los tribunales la tarea de verificar su estado [circular de Portalis del 30 de fructidor del año XII/ 17 de septiembre de 1804])”,54 donde, a través del mismo medio judicial, se convalidaba un episodio de la familia (Foucault 2007, 114).

El estado de necesidad (artículo 32-7 del Código Penal colombiano) y las circunstancias de marginalidad, ignorancia o pobreza extremas (artículo 56 del Código Penal colombiano) fueron positivizados a partir del análisis social dentro de la sociedad disciplinaria y son considerados circunstancias de ausencia de responsabilidad, el primero, y de menor punibilidad, las segundas, con base en un análisis socioeconómico de las condiciones del sujeto que comete un delito.

Conclusiones Ciertamente, los códigos a través de los tiempos han ido positivizando cada vez más conductas, comportamientos, consecuencias y reacciones que hacen parte de la sociedad disciplinaria, pero el poder soberano no ha podido eliminar por completo este poder disciplinario, y viceversa. Como se expuso en este texto, el poder soberano ha procurado fortalecerse a través de la codificación, encaminando su objetivo a invisibilizar el poder disciplinario que, dentro de una contienda sociopolítica, iba ganando, con el paso del tiempo, más y más terreno.

De esta manera, el juicio penal se convirtió en una evaluación que trasciende lo acontecido, para valorar lo que determinó la conducta del sujeto, su entorno social, familiar y laboral, así como lo que pasará de ahí en adelante y la mejor forma de corregir estas anomalías. Acerca de lo que se puede esperar del delincuente en el futuro, ya anotaba Hobbes: “Cuando uno quiere prever lo que ocurrirá con un criminal recuerda lo que ha visto ocurrir en crímenes semejantes: el orden de sus pensamientos es éste: el crimen, los agentes judiciales, la prisión, el juez y la horca” (Hobbes 1979, 18-19). Así, el poder soberano fue apoderándose del poder disciplinario y plasmando los comportamientos en leyes y códigos.

No obstante lo anterior, la ley y los códigos no alcanzan, bajo la tesis exégeta, su objetivo de completar el derecho —frente a la existencia de las disciplinas—, resultando de suma utilidad la jurisprudencia para estos efectos, como técnica de conciliación, por ejemplo, entre el derecho y la medicina, como se analizó en este texto, a propósito de la categoría fundacional de la dogmática jurídico-penal: inimputabilidad. Así, aun cuando la habilitación de los peritajes médicos se encuentra regulada a través de los códigos actuales, en casos como la inimputabilidad, el poder disciplinario de la medicina es preponderante sobre el poder soberano radicado en el juez penal.

Retornando a la inimputabilidad, mi tesis también sería criticada de manera exegética, con base en lo consagrado en los artículos 405 y subsiguientes del Código de Procedimiento Penal colombiano, que habilitan la procedencia de la prueba pericial, omitiéndose de nuevo el origen de ese poder esencialmente normalizador en la sociedad disciplinaria y la preponderancia de éste frente al poder soberano. Empero, en estos casos la decisión judicial la adopta el médico forense, y no el juez.51

Se observa entonces cómo el monopolio del poder soberano sobre el derecho se ejerce a través de las constituciones, los códigos y las leyes en general, pero éstos no crean las disciplinas, sino que las vuelven normas jurídicas a partir de un proceso posterior al examen que aquéllas ejercieron sobre

Así, a pesar de la existencia de un poder soberano representado por el legislador y plasmado a través de los códi-

52 Una persona puede ser inimputable en determinado momento (transitoriamente) o en todos sus actos (permanentemente) y deberá evaluarse su capacidad de comprensión de la ilicitud en cada caso concreto.

51 “Una axiomática subjetal de la responsabilidad, de la conciencia, de la intencionalidad, de la propiedad ordena el discurso jurídico actual y dominante; ordena asimismo la categoría de decisión hasta cuando recurre a los peritajes médicos […]” (Derrida 1997, 57).

53 En la actualidad, todavía ocurre así. 54 Disposiciones que también son aplicadas en materia penal (Foucault 1998b, 53).

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el cuerpo de los hombres para extraer ciertos parámetros de conducta, que serán analizados desde la óptica penal, para impartir una condena, ya sea a través de la imposición de una pena de prisión o de una medida de seguridad.

8. Bustos Martínez, José Leónidas. 2010b. Providencia del 25 de

Finalizo con la siguiente reflexión: comoquiera que el poder soberano era ante todo el derecho de captación de las cosas, del tiempo, de los cuerpos y de la vida —al punto que el suicidio era delito porque el dominio sobre esta última lo tenía el Rey (Foucault 1991, 168)—, a partir de esta situación se construye el biopoder como la facultad para invadir la vida.55 Y es por esto que, con el paso del tiempo, el derecho de castigar ya no es una venganza del soberano sino un mecanismo de defensa de la sociedad (Foucault 1983, 94-95).

proceso 1984. Bogotá: Rama Judicial del Poder Público –

agosto, proceso 32964. Bogotá: Rama Judicial del Poder Público – Corte Suprema de Justicia – Sala de Casación Penal.

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55 “[…] para Foucault resulta clave trazar la genealogía de una nueva forma de poder que, a diferencia del poder soberano, no se ejerce meramente sustrayendo, apropiando, dominando, o violentando sobre la vida, en virtud de la muerte que puede exigir, sino principalmente produciendo, promoviendo, ordenando y, en general, administrando la vida” (Quintana 2012, 51).

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El rol de la prensa escrita en la reproducción de la violencia en el conflicto entre Chile y Perú. Propuestas de paz desde la comunicación* Alex Iván Arévalo Salinasv Fecha de recepción: 30 de noviembre de 2012 Fecha de aceptación: 11 de abril de 2013 Fecha de modificación: 15 de julio de 2013

DOI: http://dx.doi.org/10.7440/res48.2014.12

RESUMEN El siguiente artículo describe el papel que desempeña la prensa escrita de Chile y Perú en el desarrollo de unas relaciones conflictivas entre estos países. El análisis plantea que existen tres estrategias discursivas para legitimar el rechazo mutuo, tales como la representación negativa de la otredad, la exaltación de una competencia por los logros económicos y una promoción de la identidad nacional basada en los valores que se atribuyen a los militares de la Guerra del Pacífico. En las conclusiones se proponen dos medidas para transformar estos discursos: el desarrollo de campañas de publicidad social y la creación de un código ético que establezca recomendaciones para un adecuado tratamiento periodístico de las relaciones entre estos países.

PALABRAS CLAVE Prensa escrita, Chile, Perú, violencia, comunicación, paz.

The Role of the Written Press in Reproducing Violence in the Conflict between Chile and Peru. Peace Proposals from Media Studies ABSTRACT The following article describes the role of the written press of Chile and Peru in the development of some conflictive relations between these countries. The analysis indicates that there are three discursive strategies to legitimize mutual rejection, such as the negative representation of otherness, the exaltation of competition for economic success, and the promotion of national identity based on the values attributed to the military of the Pacific War. The conclusions propose two measures to transform these discourses: the development of social publicity campaigns and the creation of a code of ethics that establishes recommendations for appropriate journalistic treatment of the relations between these countries.

KEY WORDS Written press, Chile, Peru, violence, communication, peace.

*

Este artículo es resultado de los proyectos de investigación Fondecyt regular nº 1100264, “Periodismo intercultural: construcción de la noticia a través de un análisis crítico y complejo del discurso en la prensa diaria de cobertura nacional de Chile y Perú”, de la Comisión Nacional de Investigación Científica y Tecnológica de Chile (Conicyt), y CSO-201234066, “Evaluación e indicadores de sensibilidad moral en la comunicación actual de los movimientos sociales”, del Ministerio de Economía y Competitividad de España (Mineco). v Doctor en Estudios Internacionales de Paz, Conflictos y Desarrollo de la Universitat Jaume I de Castellón (España). Investigador del Instituto Interuniversitario de Desarrollo Social y Paz (IUDESP) de la Universitat Jaume I de Castellón (España). Últimas dos publicaciones: Periodismo humano ¿modelo alternativo de construcción noticiosa en las informaciones de inmigración? En Comunicación y regeneración democrática, eds. Ramón Zallo y Andreu Casero. Castellón de la Plana: ULEPICC-Universitat Jaume I de Castellón, 2013 y Crisis económica en España, discursos e inmigración: replanteando prejuicios y estereotipos. En Migraciones y cultura de paz: educando y comunicando solidaridad. Madrid: Editorial Dykinson, 2012. Correo electrónico: aarevalo@uji.es

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O papel da imprensa escrita na reprodução da violência no conflito entre Chile e Peru. Propostas de paz da comunicação RESUMO O presente artigo descreve o papel que a imprensa escrita do Chile e do Peru desempenha no desenvolvimento de umas relações conflitivas entre esses países. A análise propõe que existem três estratégias discursivas para legitimar a rejeição mútua, tais como: a representação negativa da alteridade, a exaltação de uma concorrência pelas conquistas econômicas e uma promoção da identidade nacional baseada nos valores que se atribuem aos militares da Guerra do Pacífico. Nas conclusões, propõem-se duas medidas para transformar esses discursos: o desenvolvimento de campanhas de publicidade social e a criação de um código ético que estabeleça recomendações para um adequado tratamento jornalístico das relações entre esses países.

PALAVRAS CHAVE Imprensa escrita, Chile, Peru, violência, comunicação, paz.

Introducción

E

n contextos de tensión interestatal y de enfrentamientos militares ha sido frecuente el apoyo de los medios de comunicación a la causa nacional colaborando en la propaganda y la persuasión de sus habitantes. Los gobiernos involucrados y sus cúpulas militares son conocedores de que si no se cuenta con el respaldo de la opinión pública, los planes bélicos o determinadas políticas exteriores pueden fracasar y tener costes políticos, por lo cual los medios de comunicación son parte esencial de las estrategias encaminadas a construir el consenso en sus poblaciones. En la antesala de la intervención armada de Estados Unidos a Irak de 2003, algunos medios de comunicación estadounidenses apoyaron la tesis del gobierno de George W. Bush de que Irak era un peligro para la humanidad porque producía y almacenaba armas de destrucción masiva, legitimando de esta manera la necesidad de iniciar una guerra preventiva. Más tarde se comprobaría que estos argumentos eran falsos (Tortosa 2003).

dad nacional basada en la imagen heroica de los militares que participaron en esta guerra (Arévalo 2012 y 2010). Los medios de comunicación también han respaldado las posturas diplomáticas de sus respectivos gobiernos en relación con el conflicto limítrofe que mantienen ambos países en la Corte Penal Internacional de La Haya.3 Algunos discursos mediáticos están potenciando la rivalidad y la sensación de amenaza entre estos países, para cohesionar a sus sociedades en torno al proyecto nacional, un proceso planificado por sus élites que permite aminorar la influencia de conflictos internos en sus sociedades como la desigualdad y la pobreza (Arévalo 2012 y 2010). La reiteración en el tiempo de estos discursos ha provocado que ambas sociedades presenten elevados niveles de rechazo mutuo, como lo verifican diversos estudios.4 Este rechazo en la cotidianidad se manifiesta en la discriminación que experimentan los inmigrantes peruanos en Santiago de Chile o la rivalidad que se observa en los acontecimientos deportivos cuando compiten sus representativos nacionales (Tijoux 2007).

En el conflicto entre Chile y Perú como consecuencia de la Guerra del Pacífico (1879-1883) y sus posteriores disputas limítrofes, sus medios de comunicación han desempeñado un rol reproductor del conflicto, tanto en los momentos previos para influir en las decisiones de las mayorías1 como en la actualidad, con una constante representación negativa de la otredad,2 una exaltación de la competencia económica y la promoción de una identi-

El siguiente artículo se inserta en este contexto y analiza los discursos de los principales diarios de Chile y Perú, tanto regionales como nacionales, con el objetivo de describir su

3

Para más información sobre nacionalismo y medios de comunicación, véase Giró (2002).

4 Véanse: Pontificia Universidad Católica del Perú (2007), Instituto de Estudios Internacionales de la Universidad de Chile e Instituto de Ciencias Políticas de la Pontificia Universidad Católica de Chile (2008), Pontificia Universidad Católica de Chile y Adimark (2010), Pontificia Universidad Católica de Chile y Adimark (2008), Pontificia Universidad Católica de Chile y Adimark (2007), Pontificia Universidad Católica de Chile y Adimark (2006).

1 La historiadora peruana Carmen Mc Evoy (2010, 54) analizó el desempeño de la prensa católica en Chile durante esta guerra. 2 Véanse: Browne, Silva y Baessolo (2010), Browne y Romero (2010), Browne y Yáñez (2011), Browne et al. (2011), Mayorga y León (2007), Mayorga, Del Valle y Nitrihual (2008).

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influencia en la prolongación de unas relaciones conflictivas entre Chile y Perú y sus habitantes. El artículo señala que existen tres estrategias discursivas utilizadas para legitimar la violencia cultural,5 tales como la representación negativa de la otredad, la exaltación de una competencia por los logros económicos y una promoción de la identidad nacional a partir de la figura de los militares de la Guerra del Pacífico.

ción de la nación en Chile y Perú tomando como ejemplo específico la instrumentalización discursiva del relato del héroe en la Guerra del Pacífico.

En relación con esta última estrategia, este artículo presenta los resultados del Análisis Crítico del Discurso (ACD) que se realizó a la cobertura periodística de los actos de conmemoración de las batallas navales de la Guerra del Pacífico6 en los diarios El Mercurio de Valparaíso (Chile) y El Comercio de Lima (Perú). Estos periódicos han sido seleccionados por ser en la actualidad los únicos medios de comunicación vigentes, junto al diario oficial El Peruano, que cubrieron este conflicto bélico del siglo XIX. El período de análisis abarca cinco días antes y cinco días después de la realización de los actos centrales de conmemoración de las batallas navales de la Guerra del Pacífico, entre 2009 y 2010. En El Mercurio, el período es del 16 al 25 de mayo, y en El Comercio, del 3 al 13 de octubre. El estudio toma como corpus todos los textos informativos que hace mención de estas actividades. El corpus lo componen 26 noticias, 7 publicadas en El Comercio y 19 en El Mercurio.

A lo largo de la historia, bajo el alero de la defensa de la nación, se han generado numerosos conflictos que han provocado millones de víctimas. La base de estas disputas tiene su origen en la forma como se asumen y se conciben las identidades,7 en estos casos, de manera excluyente y extrema. Como menciona Tortosa (1993, 25), se produce una satisfacción excesiva de la necesidad de identidad que originan el etnocentrismo y sus derivados, tales como el racismo o el chovinismo.

La reproducción de la violencia y el nacionalismo

En muchos conflictos, el nacionalismo ha sido utilizado por las élites para manipular sus sociedades. Se persuade a las multitudes para establecer obligaciones y compromisos de lealtad hacia la nación, a partir de la construcción de enemigos internos y externos, tales como inmigrantes,8 pueblos originarios o países limítrofes, los cuales son representados como amenazas para la estabilidad y los recursos del grupo nacional. Su imagen es instrumentalizada para que las sociedades estén en constante estado de alerta o tensión, en algunos casos para validar la pertinencia de emprender acciones armadas o distraer la atención sobre las crisis institucionales o económicas. En este último caso, podemos referirnos a las relaciones entre Chile, Perú y Bolivia y la manipulación discursiva del conflicto histórico de la Guerra del Pacífico para legitimar el poder, mantener el control social en sociedades con profundas desigualdades9 y homogenizar negando la diferencia cultural, especialmente en lo que concierne a los pueblos originarios. En otros contextos, se apela al nacionalismo para defender los intereses de las élites, transformando asuntos privados en temas de interés general, tales como la defensa de los negocios y las inversiones de los connacionales, principalmente en otros países. Como ejemplo, se cita la defensa diplomática de España y su consecuente rechazo a la nacionalización del Gobierno argentino en 2012 de la filial YRPF, perteneciente a la petrolera Repsol, empresa que tiene

La investigación utiliza una metodología de ACD, a partir de la propuesta desarrollada por Browne et al. (2011). También se utilizan fuentes periodísticas y bibliográficas, tanto para la ejemplificación como para el análisis del estado de la cuestión. Como marco teórico introductorio, se profundiza en la relación entre el nacionalismo y el control social, y de manera específica se describe este proceso en la construc-

5 La violencia cultural se define como “those aspects of culture, the symbolic sphere of our existence […] that can be used to justify or legitimize direct or structural violence” (Galtung 1990, 291). La enciclopedia de Paz y Conflicto de la Universidad de Granada (España) define este concepto como “todo aquello que, en definitiva, desde la cultura legitime y/o promueva la violencia de cualquier origen y/o signo” (Jiménez y Muñoz 2004, 1161). 6 La Guerra del Pacífico fue un conflicto militar del siglo XIX que enfrentó a Chile ante Bolivia y Perú entre 1879 y 1884. Cada año se conmemoran las principales batallas, entre las que se encuentran los combates navales entre las marinas de Chile y Perú. En este último país se conmemora el combate naval de Angamos del 8 de octubre de 1879, que significó la muerte del comandante del monitor peruano Huáscar, Miguel Grau. En Chile se conmemora el combate naval de Iquique del 21 de mayo de 1879, que tuvo como consecuencia la muerte del capitán de la corbeta chilena Esmeralda, Arturo Prat. En ambos países, tanto el 8 de octubre como el 21 de mayo son días feriados. Los actos de conmemoración en ciudades como Callao, en Perú, y Valparaíso, en Chile, se caracterizan por la organización de desfiles militares, que, en el caso de Chile, incluyen la participación de los estudiantes en bandas de guerra (Arévalo 2012 y 2010).

7 Para más información sobre los estudios de la construcción de la identidad desde la comunicación, véase Silva (2003). 8 En este caso, véase el estudio de Miguel Rodrigo Alsina (2006, 45). 9 Según el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (12 de octubre de 2013 PNUD) (2010), América Latina es la región con peor distribución.

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un importante número de accionistas españoles. La defensa de esta empresa incluyó declaraciones de rechazo de sus líderes y reuniones con otros países europeos para tratar el tema (Gadano 2012, 22).

ponderante. “El nacionalismo no hace más que reflejar la necesidad objetiva de homogeneidad […] un estado moderno industrial sólo puede funcionar con una población movible, alfabetizada, culturalmente estandarizada y permutable” (Gellner 1988, 67).

Las naciones se construyen (Gellner 1988), aunque exista la percepción de que son parte de nuestra esencia y que su origen se remonta a tiempos inmemorables. Este proceso data de los últimos cincuenta años del siglo XVIII, con los cambios políticos, económicos y sociales que originó la Revolución Francesa, siendo relevantes los debates y las reflexiones teóricas y filosóficas de este período, que tienen como una de sus máximas expresiones la publicación de El contrato social de Rousseau, que rechazó el poder del Antiguo Régimen, representado en las monarquías absolutas de Europa. Kohn (1949, 19) señala que con anterioridad a la Revolución Francesa, las masas no se percataban de que hablaban un mismo idioma en un gran territorio, ni tampoco existía un sentimiento de pertenencia hacia ese espacio geográfico, de acuerdo con los parámetros actuales que conforman hoy determinados países. La identificación se restringía a áreas más reducidas como una aldea, un valle o la ciudad natal, que podían ser recorridos fácilmente. En el caso de las zonas más extensas, éstas eran conocidas por una minoría.

La construcción de la nación y la Guerra del Pacífico Para construir una nación, las élites necesitan acontecimientos, ideas, proyectos políticos y personajes históricos que refuercen la cohesión y la unidad en torno a este proyecto. Las jóvenes repúblicas sudamericanas fundamentaron este proceso en los militares que lucharon contra el Ejército español y consiguieron la independencia de las repúblicas sudamericanas, tales como Simón Bolívar, José de San Martín o Bernardo O’Higgins, entre otros. A pesar de la promoción de estos discursos en sus habitantes, algunos sectores de la población chilena, peruana y boliviana, como los mestizos y los pueblos indígenas, no se sintieron identificados con los proyectos nacionales (Gallardo, Martínez y Martínez 2002), por lo cual los conflictos regionales, como la Guerra del Pacífico, se convirtieron en una nueva opción para reforzar la construcción de la nación e incluir a estos grupos sociales. El plan consistió en aumentar la identificación y la valoración de los militares que participaron en esta guerra, tales como Miguel Grau, en Perú,10 Arturo Prat, en Chile (Sater 2005), y Eduardo Abaroa, en Bolivia, a quienes en los relatos y discursos se les confirió la categoría de héroes. Leyton (2006, 227) afirma que conflictos históricos como la Guerra del Pacífico permiten “la cohesión social por cuanto contribuyen a la formación de una conciencia de unidad política”, y además, sustentan “los sistemas políticos al permitirles alimentarse políticamente de ellos, legitimando externa pero sistemáticamente sus puestos de autoridad”.

Mosse (2005, 15-16) afirma que la idea de nación en el siglo XVIII se originó por el desarrollo de una nueva política que permitió la expresión e integración del pueblo, teniendo como base el concepto de soberanía popular o el cumplimiento de la voluntad general del conjunto, que permitió la identificación de las personas como ciudadanos con derechos y deberes. Kohn (1949, 17) agrega que no se puede entender la creación de la nación y del nacionalismo “sin una revisión completa de la posición del gobernante y de los gobernados, de las clases y castas”. El mismo Kohn (1949, 30) afirma que la nueva manera de hacer política consistió en la conformación de un Estado soberano centralizado que invitó a todos los ciudadanos a participar en la política e interiorizar la cultura de la nación.

La difusión del discurso del héroe militar se convirtió en una forma de transmitir conductas y valores asociados al relato de estos militares como el respeto a la autoridad y a determinadas instituciones, como las fuerzas armadas. También se busca promover el compromiso con la nación y su defensa, que, en caso de ser necesario, se activará ante un discurso que muestre la amenaza real o ficticia

De acuerdo con Tortosa (1993, 30), en el origen de la idea de nación confluyen diversos factores, tales como el desarrollo de la imprenta, la desaparición de las dinastías como elementos unificadores, la secularización o la funcionalidad para el mantenimiento del capitalismo, entre otros. En relación con este último punto, Gellner agrega que la ideología del nacionalismo y la idea de nación permitieron que el sistema económico del siglo XIX y su división del trabajo se desarrollaran a plenitud, ya que aportaron homogeneidad e incentivaron la movilidad de sus poblaciones en torno a una cultura pre-

10 El estudio de Rottenbacher y Espinosa (2010) midió los niveles de recuerdo de los ciudadanos de Lima sobre los personajes y eventos de la historia del Perú, entre otros aspectos. La Guerra del Pacífico es el evento con mayor índice de recordación superando a la independencia de España, que se ubicó en el segundo lugar. Por su parte, Grau se ubica en el tercer lugar entre los personajes históricos.

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de un bando o grupo considerado como enemigo, ya sea en el ámbito interno (pueblos originarios-inmigrantes) o externo (países limítrofes).

dalguía y sacrificio. Un ejemplo de este tipo de relatos lo encontramos en Chile, en la biografía de Arturo Prat, elaborada por Bernardo Vicuña (1879), y en Perú, en el texto Guerra del Pacífico, de Ramón Rojas y Cañas, de 1880 (Chávez 2008). Estos libros se publicaron en pleno conflicto, y por ende, no tienen exclusivamente objetivos históricos, sino también propagandísticos, con la búsqueda de animar a sus poblaciones y soldados a no claudicar en la refriega.

La construcción de la figura heroica de los militares de la Guerra del Pacífico en Chile, Perú y Bolivia presenta dos características comunes: sus líderes mueren en las batallas y los combates significaron derrotas militares. Por ejemplo, en Chile se conmemora la muerte de Arturo Prat, que significó el hundimiento de la corbeta Esmeralda en el combate naval de Iquique, en 1879. Por su parte, en Perú se recuerda el fallecimiento de Miguel Grau, que significó la captura del monitor Huáscar por parte de las fuerzas navales chilenas en el combate naval de Angamos, en 1879. Finalmente, en Bolivia se rememora la muerte de Eduardo Abaroa en el combate de Topater o Calama, que significó la derrota de su ejército.

Identidad nacional y su relación con la Guerra del Pacífico La Guerra del Pacífico ha permitido reforzar la identidad nacional, un proceso tanto o más simbólico para estos fines que las guerras de independencia en Chile, Perú y Bolivia. El discurso político y mediático fomenta este proceso al describir a los vecinos limítrofes como potenciales amenazas. Se les confiere la categoría de enemigo externo11 que podría amenazar la integridad y supervivencia de la nación, e incluso se debaten las posibilidades de un enfrentamiento futuro. En Chile se destacan los planes revanchistas del Perú y el odio de sus habitantes hacia los chilenos, y en Perú se enfatiza la idea de que Chile es un país belicista y expansionista en los planos militar y económico. Se observan con desconfianza las inversiones de empresas chilenas en Perú.

La preferencia en el relato histórico de construir héroes tomando como base las derrotas militares se explica por las posibilidades que brinda una situación adversa para manipular las emociones a través de un relato que apele a la unidad ante el dolor o la tragedia. Según Renan (1987, 83), “se ama en proporción a los sacrificios soportados, a los males sufridos […] el sufrimiento en común une más que la alegría. En punto a recuerdos nacionales, los duelos valen más que los triunfos, pues imponen deberes, ordenan el esfuerzo común”. Casalino (2008, 227) describe esta preferencia por los hechos trágicos en la sociedad peruana: “Es elocuente comprobar que nuestro recuerdo colectivo —el que suele tener carácter espontáneo— tiende a una preferencia mayor por recordar los fracasos y las crisis, que las opciones novedosas y los proyectos colectivos con mirada al futuro”.

Como resultado de la instrumentalización de la imagen del héroe militar y del discurso de la amenaza externa, se va desarrollando una identidad nacional hegemónica y excluyente, en contraposición a la otredad, que se fundamenta en la división o se nutre de ella. Es decir, se es más chileno o peruano cuanto más se odia al otro. Lo anterior dificulta la valoración de los aspectos que unen a estos países, como “la historia compartida y solidaria de nuestras naciones, que desde las gestas de la independencia han enfrentado desafíos internos y externos comunes”, como se establece en la declaración fundacional de Cuzco de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) (Comunidad Andina de Naciones [CAN] 2004). La reiteración de esta violencia también dificulta el desarrollo de una reconciliación duradera y con bases sólidas. Como señala Rodríguez (2004, 251-252), las narrativas de los hechos, procesos y circunstancias que vinculan a los tres países fusionaron “lo cultural con lo emocional, para identificar el amor a la patria propia con el odio a la patria ajena”.

Cabe destacar que la muerte, especialmente si sucede defendiendo a la nación, facilita, como plantea Casalino (2008), la construcción del héroe militar. Millones (2006) ejemplifica lo anterior en las dificultades que experimentó el militar del ejército peruano Andrés Avelino Cáceres, para tener el mismo reconocimiento que otros militares de alto rango de la Guerra del Pacífico. Millones (2006) señala que esto se debió principalmente a que Cáceres no falleció en el campo de batalla y a que su presencia en la vida política fue desgastando su imagen. En los discursos que representan a estos militares, la muerte y la derrota militar son resignificadas. Unos acontecimientos trágicos como pueden ser estas batallas son transformados en victorias morales, a partir de la exaltación de las actuaciones de sus líderes. Como hemos planteado, son representados como ejemplos ciudadanos que deben ser imitados por su valentía, honorabilidad, hi-

11 Millones (2009) indagó sobre las expresiones públicas de aversión hacia Chile en la ciudades de Lima y Callao, entre mediados de 1880 y finales de 1920.

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Los grupos de poder utilizaron el resultado militar y las consecuencias sociales y geopolíticas de esta guerra para cohesionar y reforzar la identidad nacional. En el caso de Chile, este conflicto ha contribuido a expresar una identidad nacional desde un excesivo orgullo producto de la anexión de dos regiones y el triunfo en el campo militar, que en la primera década del siglo XX se fundamentó en el concepto de raza chilena, para diferenciar físicamente al mestizo chileno de sus vecinos limítrofes (Palacios 1904). Por su parte, en Perú y Bolivia esta identidad se proyecta desde un orgullo herido, por las consecuencias territoriales, sociales y psicológicas de la Guerra del Pacífico, como el trauma de invasión, en el caso de Perú, y la pérdida de la salida al mar, de Bolivia. En relación con este proceso del Perú, Rottenbacher (2008, 100) afirma que, tras la Guerra del Pacífico, Chile se convirtió en “el enemigo, ‘en el ‘otro’ del cual diferenciarnos y frente al que debíamos defender nuestra propia identidad nacional”. Complementa la idea Parodi (2009, 173-174) al señalar que la memoria colectiva de la Guerra del Pacífico está saturada de recuerdos del pasado en torno a este conflicto como las batallas o las pérdidas territoriales, entre otros, que afectan la comprensión de los acontecimientos presentes entre ambos países y la reconversión del conflicto. “En suma, el caso peruano no es solo de exceso de pasado, sino también de memorias y recuerdos, los que se retroalimentan con las controversias del presente, las que en algunos casos carecen de sustento real”. Las consecuencias del excesivo orgullo nacional y el orgullo herido en las relaciones de Perú y Chile son descritas por Rodríguez (2004, 26-27):

de los medios de comunicación12 en la mantención del poder a través de la construcción de marcos de referencia (Lakoff 2004) y la difusión de imaginarios que son coherentes y convenientes para las élites económicas. En este sentido, este artículo analizará los discursos que refuerzan actitudes y conductas negativas en relación con la percepción del Otro y detallará sus estrategias en la prensa escrita. Una vez realizado este análisis, se propondrán algunas alternativas de cambio que permitan reducir esta violencia.

La prensa escrita y la representación negativa de la otredad En el análisis de los discursos de la prensa escrita que informan sobre las relaciones de Chile y Perú, se puede constatar la existencia de por lo menos tres estrategias discursivas para promocionar la violencia cultural. La primera es una representación negativa de la otredad, principalmente en el contexto del conflicto limítrofe que mantienen ambos países en la Corte Penal Internacional de La Haya para delimitar sus fronteras marítimas. Un litigio que se inicia en 2007 y que desde ese año ha centralizado el debate político y mediático en las relaciones chileno-peruanas. Cabe destacar que todos los trabajos que se han producido sobre la influencia de la prensa en este conflicto se han desarrollado desde universidades chilenas, en un primer momento analizando exclusivamente diarios chilenos (Mayorga y León 2007; Mayorga, Del Valle y Nitrihual 2008), para posteriormente desarrollar estudios comparativos en diarios tanto de corte tradicional como sensacionalistas (Browne y Romero 2010; Browne, Silva y Baessolo 2010; Browne et al. 2011).

El orgullo en Chile mutó en arrogancia focalizada […] en contrapunto con el rencor peruano, amarró el futuro de

ambos países a una íntima enemistad, que se expresaría para unos, en la obligación de mantener lo ganado,

y para otros, en la necesidad de recuperar lo perdido. Ese

Las principales conclusiones de los trabajos evidencian que existe un tratamiento negativo en la prensa chilena cuando se representa al Perú y sus habitantes, siendo recurrentes la difusión de prejuicios y los estereotipos, así

amarre impediría asomarse a las posibilidades de una cooperación que potenciara a ambos conjuntamente.

La violencia de este conflicto se reproduce a través de la difusión de discursos confrontacionales y autorreferenciales en instancias como la educación y los medios de comunicación. Para comprender sus bases, en el cuadro 1 se reflejan este proceso y su relación con la construcción de la identidad nacional y su manifestación en los discursos.

12 Según Alfonso Cortés (2012), son cuatro las principales teorías de la comunicación que abordan el papel de los medios de comunicación en la creación de determinadas opiniones. A continuación se expresa un resumen de sus definiciones: “La teoría del establecimiento de la agenda: Los medios de comunicación determinan la agenda de discusión pública. La teoría de la dependencia de los medios: Los efectos de los medios de comunicación se hacen mayores cuando la gente no tiene la posibilidad de contrastar la información de forma coherente. La teoría del marco: Se trata de enmarcar una situación en otra, para favorecer una. La teoría del cultivo: Mostrando continuamente mensajes similares, se crean creencias y actitudes en la población” (Cortés 2012, 9-10).

Si bien en este cuadro se incluye el efecto de los discursos educativos en este conflicto, en este artículo nos centraremos en analizar su manifestación en la comunicación. La importancia de este tema se basa en la influencia

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Otras Voces Cuadro 1. Proceso de reproducción de la violencia en el conflicto entre Chile, Perú y Bolivia Elite Instrumentalización del relato histórico Construcción de héroes (muerte y derrota) Identidad en contraposición a la otredad Resultado militar Identidad en Chile: Orgullo nacional

Educación

Tradiciones de conmemoración (desfiles)

Historiografía del conflicto y manuales escolares

Identidad en Perú: Orgullo herido Propaganda y violencia cultural de los discursos

Medios de comunicación

Discurso de la amenaza

El rol del profesorado en la enseñanza de la guerra

como una visión conflictiva y amenazante. También constatan que se producen una defensa de la postura diplomática nacional y una deslegitimación de la contraparte.

El héroe como modelo de conducta

Exaltación de la competencia económica

Chile” (Mayorga y León 2007, 180). Mayorga y León (2007) afirman que las manifestaciones políticas y mediáticas que representan al Perú se clasifican en “acciones ilegales, arbitrarias y ofensivas que atentan contra el orden socioeconómico y político establecido para el bienestar del pueblo chileno” (Mayorga y León 2007, 180).

Mayorga y León (2007) realizan uno de los primeros trabajos de análisis del discurso sobre este tema, a partir de una investigación que incluyó como corpus de estudio las noticias de los diarios chilenos La Tercera y El Mercurio de Santiago, considerados como los más tradicionales y serios de este país. La investigación se realizó de octubre a noviembre de 2005, período en que el Congreso de Perú aprobó la ley que establece el nuevo límite marítimo entre ambos países.

La prensa considerada “sensacionalista” —como los diarios chilenos La Cuarta y Las Últimas Noticias— expresa de manera más directa los prejuicios y estereotipos en relación con los habitantes de Perú y Bolivia, así como con sus países. Estos diarios pertenecen a los dos mayores conglomerados periodísticos del sector: Consorcio periodístico de Chile (Copesa) y El Mercurio Sociedad Anónima, respectivamente. A partir de un ACD de 33 noticias que fueron publicadas en junio de 2008 en las secciones deporte y policial, Browne, Silva y Baessolo (2010, 92) concluyeron que “los significados locales explícitos más recurrentes fueron ‘cholitos’ para los peruanos y ‘paitocos’ y ‘bolis’ para los

El estudio concluye que la representación de Perú en estos diarios “ha sido construida sobre la base de elementos de significación vinculados al papel conflictivo del país limítrofe, lo que produce una representación textual de intolerancia acerca del otro que es vinculado con implicaciones de carácter negativo para el desarrollo de

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bolivianos y los significados locales implícitos fueron los de droga, conflicto limítrofe, migración, fútbol, pisco, suspiro limeño y ceviche, entre otros”.

del Discurso estudia las estructuras y las estrategias del texto, y plantea también sus relaciones con el contexto social y político (Van Dijk 2009, 149-152). Para este autor, los principales temas de estudio son el abuso de poder, el control social, la dominación, el mantenimiento o la intensificación de las desigualdades sociales, la exclusión o el silenciamiento, aspectos centrales de esta perspectiva (Martín, Pardo y Whittaker 1998).

La representación de Chile en la prensa escrita peruana también se caracteriza por transmitir prejuicios y construir una visión conflictiva, como se evidencia en los estudios de Browne et al. (2011) y Browne y Yáñez (2011). Estos últimos autores analizaron 33 noticias del diario El Mercurio de Santiago y 36 del diario El Comercio de Lima, de las cuales, en 15 de ellas realizaron un análisis comparativo. El Análisis Crítico del Discurso concluyó que estos medios “promueven estereotipos y prejuicios direccionados a potenciar la institucionalización de una identidad y otra alteridad en torno a los discursos de la diferencia entre Chile y Perú”. Browne y Yáñez (2011) añaden que “tanto El Mercurio como El Comercio construyen realidades a partir de imaginarios aprendidos y establecidos por los discursos de autoridad, productos de tradiciones socio-histórico-culturales, que tienden a favorecer y fortalecer identidades propias por sobre las ajenas”.

Wodak (2003, 19) es otro autor de referencia que concuerda con Van Dijk en que el análisis del poder es uno de los temas centrales del Análisis Crítico del Discurso, a lo que añade otras dos categorías: la historia y la ideología. Estos autores señalan la importancia de realizar investigaciones multidisciplinarias (Van Dijk 2003) e interdisciplinarias (Wodak 2003), para lograr una mayor profundización del objeto de estudio. Un aspecto relevante de esta perspectiva de análisis, que de manera indirecta se refleja en sus definiciones, es el compromiso que presentan estas investigaciones de contribuir desde la generación del conocimiento al desarrollo de sociedades más justas y pacíficas. Se busca que los grupos vulnerados en sus derechos puedan tomar conciencia de que existen violencias discursivas que se manifiestan a diario, pero que pasan desapercibidas por lo indirecto de sus estrategias. El objetivo es que a través de la denuncia se genere un debate que posteriormente permita que los propios oprimidos logren transformar sus condiciones de violencia.

La reiteración de discursos en el tiempo configura un estado de tensión continuo, que impide el entendimiento y desarrollo de acuerdos a largo plazo. También, estos discursos contribuyen a dificultar la creencia de que es posible la reconciliación entre estos países. En otras palabras, se refuerza la idea de que el conflicto es una parte inherente de sus relaciones. Browne y Romero detallan el efecto de este tratamiento en las relaciones sociales entre chilenos, peruanos y bolivianos:

Los diarios y la promoción de la competencia entre Chile y Perú

Los medios de comunicación no cooperan en mejorar las relaciones interculturales entre y con sus países limítrofes. Es más, muchas veces provocan mayores desen-

La segunda estrategia visible en la prensa escrita es la exaltación de la competencia económica entre Perú y Chile, que se expresa en noticias que destacan los indicadores de crecimiento u otros avances, y los comparan con los de su vecino limítrofe. Una estrategia que busca legitimar y promover los beneficios del modelo neoliberal y su desregulación. En 2009, el expresidente de Perú Alan García, ante el descubrimiento de un eventual espionaje de Chile, afirmó que este último país tiene envidia de Perú por el crecimiento económico. “Perú avanza y crece, y por eso nos ven con envidia, por eso nos espían y por eso quieren saber cuál es el secreto; se los diré en voz alta: el secreto del crecimiento es trabajar por el pueblo y hacer que el Perú crezca” (El Informador 2009).

cuentros y conflictos e imponen a los lectores sus propias concepciones estereotipadas y cegadas por una carga ideo-

lógica, ya sea que provenga de la empresa informativa, con una línea editorial determinada, o a través de percepciones del propio reportero. (Browne y Romero 2010, 248)

Algunas de las investigaciones de la prensa escrita que estudian la representación de Chile y Perú han utilizado como metodología el ACD, una perspectiva que tiene entre sus referentes a Teun Van Dijk y Ruth Wodak, entre otros. Van Dijk (2009, 149) define el Análisis Crítico del Discurso como una perspectiva crítica, o “una investigación analítica sobre el discurso que estudia primariamente el modo en que el abuso de poder, el dominio y la desigualdad son practicados, abordados, reproducidos, y ocasionalmente combatidos por los textos y el habla en el contexto social y político”. Van Dijk agrega que el Análisis Crítico

En esta estrategia son útiles los rankings de los estudios internacionales, debido a que aportan los datos necesarios para realizar las comparaciones. En una noticia del portal Gestión publicada el 13 de enero de 2012, que se elabora a partir de

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un estudio del banco HSBS denominado Mundo en 2050, se compara la situación económica de Chile y Perú en las próximas décadas. La noticia informa que la economía de Perú superará en 2050 a la de Chile en el Producto Interno Bruto (PIB), aspecto que es destacado en su titular. En uno de sus párrafos se mencionan las características que, según este estudio, diferencian a Perú de su vecino limítrofe: “Si bien para el banco inglés Perú y Chile son las estrellas de la región, Perú tiene un combinación de fundamentos económicos fuertes y gran crecimiento de la población. Chile, en cambio, tendrá un crecimiento demográfico más moderado” (Prado 2012). En la información publicada en el diario Gestión de Perú aparece como fondo la bandera nacional flameando. La intencionalidad de esta noticia es que la población y la ciudadanía sientan orgullo por los logros económicos y respalden las políticas en este ámbito.

eventual inestabilidad de los países limítrofes afecte los logros económicos y el proyecto de desarrollo. Artaza (2007, 422) reconoce la existencia de este discurso triunfal, pero a su vez señala que no representa a la mayoría de la población y a su política exterior. Algo discutible, dada la política de regionalismo abierto, directriz económica que consiste en pactar unilateralmente acuerdos de libre comercio y de asociación estratégica por sobre la negociación en bloque. También, por los débiles esfuerzos para solucionar los conflictos históricos con Perú y Bolivia. Los efectos del regionalismo abierto se aprecian en que Chile sólo es asociado en foros de integración como el Mercado Común del Sur (Mercosur) y la Comunidad Andina de Naciones (CAN). Para analizar la percepción de la población sobre la necesidad de una actuación basada en el aislacionismo, el estudio “Las Américas y el Mundo”13 indagó sobre la preferencia de los encuestados respecto a la conveniencia de determinados vínculos bilaterales. En primer lugar, aparece Europa, con un 65%, en la categoría mucha preferencia. Le siguen Estados Unidos y España, con 64 y 62%, respectivamente. El primer país de Suramérica es Brasil, con un 61%, en la categoría mucho. Los países limítrofes, como Bolivia y Perú, muestran una baja prioridad entre los encuestados, con sólo un 30%, en la categoría mucho. Los bajos resultados de estos países en esta categoría son una expresión del efecto de la violencia cultural de los discursos, especialmente la sensación de amenaza existente.

La competencia también se produce en diarios tradicionales, considerados como prensa seria. El Comercio de Lima publicó los siguientes titulares en 2010 y 2011: “Call centers peruanos quitan mercado a chilenos”, publicada el 12 octubre de 2010 (El Comercio 2010, b10), y “Empresas chilenas alistan nueva ola de inversión”. Este último titular fue portada de la edición del 10 de octubre de 2011 (El Comercio 2011, 1), que anuncia un reportaje sobre este tema publicado en el suplemento Día 1 (El Comercio 2011, 14-15). Al igual que en Perú, en Chile se transmiten los discursos de éxito y progreso. Al aumento del crecimiento se le suma la visibilidad en otros indicadores como la reducción de la pobreza. También se resalta la estabilidad institucional como manera de diferenciarse de los otros países de la región. Se construye la imagen de Chile como país modelo, como el mejor alumno del barrio. La penetración de este imaginario se cuantifica en la encuesta Bicentenario de 2006, que concluye que un 74% de los encuestados manifestó estar muy de acuerdo con la siguiente afirmación: Chile es el mejor país para vivir dentro de América Latina. Esta percepción tiene mayor influencia en personas con más de 55 años y en los sectores más pobres del país. Estas conclusiones se refuerzan en las mediciones de 2007 y 2010, que constatan un gran aprecio por el nivel de desarrollo y la democracia. Como ejemplo, citamos dos titulares de diarios chilenos que expresan este sentir: “Chilenos, los sudamericanos que más gastan en Brasil”, noticia publicada en El Mercurio (2012, b4) del 23 de noviembre de 2012, y “Chile liderará crecimiento en países Ocde hasta 2014”, que fue publicada en el diario La Tercera (2012, 28) el 27 de noviembre de 2012.

Más datos sobre este tema los aporta la encuesta Bicentenario (2008, 15), que concluye: • Un 57% cree que Chile es un país muy diferente al resto de América. • Un 51% menciona que se debe actuar al margen de las naciones latinoamericanas. • Un 55%, que Chile se beneficia más profundizando lazos con los países desarrollados. El discurso del ejemplo, del éxito o del país modelo, es visto por los países del entorno como una muestra de arrogancia, especialmente en Perú y Bolivia. El estudio de Albornoz (2009) analizó la percepción de Chile en los ciudadanos de Argentina, Perú, Brasil y Colombia, lo que incluyó también a sus líderes de opinión. La investigación concluyó que los chilenos son vistos como “personas distantes y enigmáticas”. Además, se señala que:

En Chile existen algunos sectores de la sociedad que observan de manera positiva que la política exterior se aísle de la región ante el hipotético peligro de que una

13 Instituto de Estudios Internacionales de la Universidad de Chile y el Instituto de Ciencia Política de la Pontificia Universidad Católica de Chile (2008, 55).

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• Se valora la transparencia y confiabilidad de sus instituciones. • Existe una visión positiva sobre elementos externos como la economía y la belleza de la geografía, por sobre cualidades personales de sus habitantes. • Se describe al chileno como adicto al trabajo, ordenado, individualista, correcto, buen compañero de trabajo, pero poco amistoso.

de la Guerra del Pacífico durante cinco días anteriores y cinco días posteriores a la realización de los actos centrales (8 de octubre en Perú y 21 de mayo en Chile15), entre 2009 y 2010. Es decir, del 3 al 13 de octubre para El Comercio de Lima, y del 16 al 26 de mayo para El Mercurio de Valparaíso. El principal criterio para seleccionar estos dos diarios como corpus de estudio —a pesar de que uno de ellos presenta un alcance nacional, El Comercio, y otro regional, El Mercurio de Valparaíso— se debe a que estos medios de comunicación son, junto al diario oficial El Peruano, los únicos vigentes16 que cubrieron los acontecimientos de la Guerra del Pacífico en el siglo XIX. Además, las ciudades donde estos medios de comunicación tienen sus sedes centrales tienen un peso significativo para las conmemoraciones de este conflicto. En Valparaíso se realiza el principal acto de conmemoración del combate naval de Iquique, y en la plaza Sotomayor de esta ciudad se encuentra el Monumento de los Héroes de Iquique, donde yacen los restos fúnebres de Arturo Prat, capitán de la corbeta Esmeralda. Por su parte, en Lima se encuentra la Cripta de los Héroes, donde se encuentran los restos mortuorios de Miguel Grau.

El discurso del éxito y la carrera por el desarrollo presente en los debates políticos y mediáticos son una nueva área de la rivalidad entre Chile y Perú, que se complementan tanto con las visiones antagónicas que se originan por la interpretación de la Guerra del Pacífico y la instrumentalización de los litigios limítrofes actuales como por la promoción de una identidad nacional excluyente que se basa en la imagen del héroe nacional. Los objetivos de estas estrategias son alcanzar una mayor cohesión interna en unas sociedades con elevados niveles de desigualdad económica, lograr legitimar el modelo económico promoviendo la rivalidad y respaldar el poder de sus gobernantes.

A partir de una metodología de ACD, se verificó que en ambos diarios se establece un compromiso directo para promover una identidad nacional basada en el discurso oficial sobre los combates navales, sus actos de conmemoración y la figura de sus líderes, como Miguel Grau y Arturo Prat (Arévalo 2012). Se construye una representación positiva de estas actividades y sus actores. Por ejemplo, tanto El Mercurio como El Comercio difundieron infografías sobre las batallas que divulgaron sus aspectos técnicos.

Los diarios de Chile y Perú y la promoción de la identidad nacional vinculada a la Guerra del Pacífico La tercera estrategia para reproducir la violencia en este conflicto visible en las noticias de la prensa escrita es la promoción de la identidad nacional, basada en la transmisión de valores y conductas asociados a una imagen heroica de los militares de la Guerra del Pacífico.

Las noticias también destacan la necesidad de mantener en el tiempo estos actos conmemorativos y critican que algún acontecimiento o problemática social pueda

Para analizar este tema, se presentan los resultados del Análisis Crítico del Discurso de las noticias de los diarios El Mercurio de Valparaíso y El Comercio de Lima que hacen referencia a la cobertura periodística de los actos de conmemoración de las batallas navales de la Guerra del Pacífico. Estos diarios son considerados los decanos de sus respectivas prensas, por su antigüedad, y también destacan por presentar una línea periodística conservadora y tradicional. Nos interesa conocer cómo es el tratamiento informativo en relación con el recuerdo de este conflicto bélico en 2009 y 2010, cuando han trascurrido más de 130 años desde el inicio de esta guerra.

15 El 8 de octubre de 1879 se produjo el combate naval de Angamos, que significó la muerte de Miguel Grau, almirante peruano del monitor Huáscar. Por su parte, el 21 de mayo de 1879 aconteció el combate naval de Iquique, que ocasionó el fallecimiento de Arturo Prat, capitán chileno de la corbeta Esmeralda. Tanto Grau como Prat son los principales referentes militares de la Guerra del Pacífico en ambos países. 16 Esta afirmación se comprueba tras la revisión de algunos trabajos que analizan el rol de los diarios en el siglo XIX en Chile y Perú en el marco de este conflicto. Entre ellos destacamos los textos de Vásquez (2009, 322324) y Rubilar (2011, 39-74). También se realizó una revisión de los años de fundación de los diarios que actualmente se publican en Chile y Perú a partir de una indagación de sus páginas web y otras fuentes. El Mercurio de Valparaíso inició sus actividades en 1827, y El Comercio, en 1839. El diario oficial El Peruano data de 1825. El 16 de enero de 1880, en pleno conflicto armado con Chile, El Comercio fue clausurado por el jefe supremo de Perú, Nicolás Piérola, por mantener una línea editorial contraria a los intereses de este militar. Este diario reinició sus actividades el 23 de octubre de 1883. Cabe destacar que esta empresa decidió no informar durante la ocupación chilena de Lima, en señal de protesta.

El estudio analizó todas las noticias14 que hicieron referencia a los actos de conmemoración de los combates navales

14 El corpus de la investigación incluyó 7 informaciones de El Comercio y 19 de El Mercurio.

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afectar su normal desarrollo. Lo anterior se comprueba en El Comercio (2009, a11), en una noticia publicada el 7 de octubre, cuyo texto expresa una mayor preocupación por la conservación de un monumento de Grau que por cuestionar la pobreza y marginación que experimentan unas personas en situación de calle que duermen en sus inmediaciones. El texto califica a estas personas como indignas y eventuales delincuentes y solicita que se tomen las medidas necesarias para impedir su acceso, o que se traslade el monumento. Por su parte, El Mercurio de Valparaíso (2009, 5), en una noticia publicada el 16 de mayo de 2009, critica a los profesores por el impacto de su huelga, que, según este diario, impidió que sus estudiantes desfilaran en los actos de conmemoración. También se constatan textos que rechazan las protestas que se produjeron el 21 de mayo en Valparaíso, día en que se realiza el evento central de homenaje a los militares chilenos que participaron en el combate naval de Iquique y que coincide con la cuenta anual del presidente de Chile en el Congreso Nacional. En estas noticias se resalta la violencia y se critica que estas protestas dañen el normal desarrollo de los homenajes, como lo ejemplifica la noticia publicada por El Mercurio de Valparaíso (2009, 2), el 21 de mayo de 2009.

para el cambio social desde una eficacia cultural (Nos, Iranzo y Farné 2012, 213-217), que tenga su proyección en el ámbito educativo (Gámez y Nos 2012). En este sentido, es pertinente el desarrollo de un esfuerzo conjunto que implique la elaboración de un plan de construcción de paz consensuado entre los diversos actores (Estados, universidades, organizaciones no gubernamentales, movimiento social), que incluyan acciones en el ámbito educativo y los medios de comunicación. Como una eventual medida con este objetivo, se podrían divulgar diversas campañas de publicidad social17 que transmitan valores como la paz, la solidaridad y la integración. Estas campañas pueden ser emitidas tanto por las entidades públicas como por las organizaciones no gubernamentales para el desarrollo. Para concretar esta idea, los gobiernos de Chile, Perú y Bolivia podrían crear un fondo público trinacional para desarrollar campañas en el ámbito educativo y los medios de comunicación que fomenten la realización en los colegios de jornadas de educación para la paz, que sensibilicen sobre este tema; la organización de actividades interculturales, la realización de seminarios de divulgación, la edición de libros, la creación de murales de paz o el desarrollo de encuentros trinacionales, entre otros aspectos.

Los dos diarios utilizan estos festejos para legitimar las fuerzas armadas y los organismos policiales destacando que son necesarios porque protegen la ciudadanía en el ámbito interno de la violencia de las protestas, y en el externo, de la amenaza de los países vecinos. Se pretende transferir la imagen heroica de Miguel Grau y Arturo Prat a estas instituciones y sus miembros.

Una segunda medida para reformular la violencia cultural de los discursos podría ser la elaboración de un código ético periodístico o un manual de estilo que establezca recomendaciones y pautas sobre un adecuado tratamiento discursivo en las relaciones entre estos países. La confección de este documento podría tomar como referencia las investigaciones que se han realizado sobre la representación de la otredad en los medios de comunicación de Chile y Perú (Browne, Silva y Baessolo 2010; Browne y Romero 2010; Browne y Yáñez 2011; Browne et al. 2011; Mayorga y León 2007; Mayorga, Del Valle y Nitrihual 2008) y los diversos manuales de estilo y códigos éticos en temas como la inmigración que se han desarrollado en países como España (Colegio de Periodistas de Cataluña 2002, 2009 y 2010; Consejo Audiovisual de Cataluña 2002). La elaboración de una pauta de este tipo debe incluir la participación de distintos grupos y entidades, tales como los colegios de periodistas, los grupos de investigación sobre estudios del discurso, los representantes de los ministerios de Educación, e incluso, de los propios ciudadanos, entre otros.

Conclusiones Determinados discursos están impidiendo que las relaciones entre Chile y Perú logren proyectar un futuro interdependiente basado en la confianza mutua y que evite la reproducción de las secuelas de la Guerra del Pacífico en el tiempo. El artículo visualizó cómo los principales diarios de Chile y Perú actualmente fomentan la sensación de amenaza, la desconfianza y la competencia en las relaciones entre sus habitantes. Se detallan tres estrategias discursivas visibles en la prensa escrita: una representación negativa de la otredad; una exaltación de la competencia, visible a través de la difusión y comparación de los indicadores económicos, y una promoción de una identidad nacional, a partir de los militares de la Guerra del Pacífico.

17 La publicidad social son acciones comunicativas que promueven “la sensibilización y educación de la sociedad en conductas cívicas, e igualmente, de legitimación (y empoderamiento) de los actores que trabajan por la justicia social” (Nos 2007, 178). Ver también Arévalo (2011, 60).

La reconciliación de estas sociedades requiere que se reformulen, se reenmarquen o se desestructuren estos discursos. Se necesita la difusión de una comunicación

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Experiencia migrante y apropiaciones espaciales: una etnografía visual en las inmediaciones del Terminal Internacional de Arica (Chile)

• Menara Lube-Guizardi – Universidad Alberto Hurtado / Universidad de Tarapacá, Chile Instituto Universitário de Pesquisas do Rio de Janeiro, Brasil • Orlando Heredia – Universidad de Tarapacá, Chile • Arlene Muñoz – Corporación Democracia Ciudadanía y Desarrollo, Chile • Grecia Riquelme – Universidad de Tarapacá, Chile • Felipe Valdebenito – Universidad de Tarapacá, Chile

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Revista de Estudios Sociales No. 48 • rev.estud.soc. • Pp. 212. ISSN 0123-885X • Bogotá, enero - abril de 2013 • Pp. 166-175.

Experiencia migrante y apropiaciones espaciales: una etnografía visual en las inmediaciones del Terminal Internacional de Arica (Chile)* Menara Lube-Guizardiv – Orlando HerediaD – Arlene Muñoz Grecia Riquelme – Felipe Valdebenitoz DOI: http://dx.doi.org/10.7440/res48.2014.13

RESUMEN Presentamos una etnografía visual acerca de los movimientos, las apropiaciones y la experiencia migrante urbana en el Terminal Internacional de Buses de Arica (norte de Chile). El Terminal, como es popularmente conocido, es un escenario de circulación transfronteriza, y constituye uno de los espacios urbanos que articulan el cruce de fronteras entre Chile, Perú y Bolivia en la frontera norte chilena. Ya sea dentro del recinto del Terminal o en sus inmediaciones, podemos observar una serie de apropiaciones del espacio por parte de migrantes y autóctonos dedicados a actividades económicas comerciales que involucran el cruce de fronteras, o a la participación en el mercado de mano de obra migrante en Arica.

PALABRAS CLAVE Apropiación espacial, fronteras, espacio urbano, triple frontera andina.

*

v D 

z

Los autores agradecen a la Comisión Nacional de Investigación Científica y Tecnológica de Chile (CONICYT), que financia el presente estudio a través del proyecto FONDECYT 11121177 “Conflictos de género, inserción laboral e itinerarios migratorios de las mujeres peruanas en Chile: un análisis comparado entre las regiones de Arica-Parinacota, Tarapacá y Valparaíso” (2012-2015), dirigido por Menara Lube-Guizardi. Doctora en Antropología. Profesora del Departamento de Antropología, Universidad Alberto Hurtado, Chile. Investigadora de la Universidad de Tarapacá (Chile) y del Instituto Universitário de Pesquisas do Rio de Janeiro (Brasil). Correo electrónico: menaraguizardi@yahoo.com.br Fotógrafo y estudiante de Antropología de la Universidad de Tarapacá, Chile. Miembro del equipo de Investigación del Proyecto Fondecyt 11121177 (Centro de Investigaciones del Hombre en el Desierto. Arica, Chile). Correo electrónico: orlandoheredia@gmail.com Socióloga e investigadora de la Corporación Democracia Ciudadanía y Desarrollo, Chile. Miembro del equipo de Investigación del Proyecto Fondecyt 11121177 (Centro de Investigaciones del Hombre en el Desierto, Chile). Correo electrónico: arlene.munoz.droguett@gmail.com Estudiante de Antropología de la Universidad de Tarapacá, Chile. Miembro del equipo de Investigación del Proyecto Fondecyt 11121177 (Centro de Investigaciones del Hombre en el Desierto. Arica, Chile). Correo electrónico: davila.grecia@gmail.com Estudiante de Antropología de la Universidad de Tarapacá, Chile. Miembro del equipo de Investigación del Proyecto Fondecyt 11121177 (Centro de Investigaciones del Hombre en el Desierto. Arica, Chile). Correo electrónico: f_valdebenito97@hotmail.com

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Experiencia migrante y apropiaciones espaciales Menara Lube-Guizardi, Orlando Heredia, Arlene Muñoz, Grecia Riquelme, Felipe Valdebenito

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Migrant Experience and Spatial Appropriations: A Visual Ethnography of the Surroundings of the Arica International Terminal (Chile) ABSTRACT This essay presents a visual ethnography about the movements, spatial appropriations, and the migrant urban experience surrounding the International Bus Terminal of Arica (North of Chile). The Terminal, as it is popularly known, is a trans-bordered scenario, constituting one of the urban loci that articulate the national frontiers crossing between Chile, Peru and Bolivia. Inside the Terminal, and in its vicinity, we can observe spatial appropriations carried on by migrants and autochthones, which are involved in the commercial activities between national borders or in the migrant labor market so important to Arica’s economic reality.

KEY WORDS Spatial appropriation, borders, urban space, Andean TBA.

Experiência migrante e apropriações espaciais: uma etnografia visual nas imediações da Rodoviária Internacional de Arica (Chile) RESUMO Apresentamos uma etnografia visual sobre os movimentos, as apropriações e a experiência migrante urbana na Rodoviária Internacional de Arica (norte do Chile). O Terminal, como é popularmente conhecido, é um cenário de circulação transfronteiriça e constitui um dos espaços urbanos que articulam o cruzamento de fronteiras entre o Chile, o Peru e a Bolívia na fronteira norte chilena. Seja dentro da Rodoviária ou em suas imediações, podemos observar uma série de apropriações do espaço por parte de migrantes e autóctones dedicados a atividades econômicas comerciais que envolvem o cruzamento de fronteiras ou a participação do mercado de mão de obra migrante em Arica.

PALAVRAS CHAVE Apropriação espacial, fronteiras, espaço urbano, tríplice fronteira andina.

Introducción

E

n las áreas septentrionales de Chile, encontramos el territorio conocido como “Norte Grande”, compuesto por tres regiones políticoadministrativas chilenas: Arica y Parinacota (capital Arica), Tarapacá (capital Iquique) y Antofagasta (capital Antofagasta). Este amplio territorio pertenecía a Perú y Bolivia, y se anexó a Chile después de la Guerra del Pacífico (1879-1883). Tras la guerra, el territorio al sur del antiguo departamento peruano de Tacna, al que pertenecían las ciudades “siamesas” de Tacna y Arica (González 2008, 13), fue ocupado por el Ejército chileno, y durante 46 años constituyó una zona en litigio entre Perú y Chile. El litigio fue decidido en una “operación quirúrgica” (González 2008, 14): un acuerdo entre Estados firmado en junio de 1929. Tacna pasó definitivamente a Perú y Arica a Chile (Podestá 2011, 124), demarcándose entre ambas la frontera de estos países.

marcha y muy evidente: ya sea por la militarización de la ciudad y de su extrarradio, o por la relevancia social de imaginarios demarcadores de los “unos” y “otros” de estos espacios —de quienes pueden o no transitar legítimamente en esta zona—. Todo esto está en constante diálogo con el pasado de circulación humana en estos territorios, pero también con la intensificación coetánea de los flujos migratorios y comerciales entre Chile, Perú y Bolivia, en los cuales Arica participa de forma activa. Nuestro objetivo en este ensayo es construir una etnografía visual de uno de estos espacios articuladores (quizás el articulador sine qua non) de la migración en Arica: el Terminal Internacional Rodoviario.1

1

Arica es, actualmente, un escenario urbano donde la construcción de la frontera nacional es un proceso en

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Tanto en Chile como en Perú, la expresión “terminal”, que se refiere a la parada de transporte público, es usada en masculino. Así, pese a que la palabra con este sentido debiera flexionarse al femenino, el uso común en Arica, tanto por los chilenos como por los migrantes peruanos, es “el terminal de buses”, y no “la terminal”, como lo recomienda el DRAE.


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El Terminal (como es popularmente conocido) organiza el tráfico terrestre a través de autobuses entre Arica y Tacna, recibiendo pasajeros que vienen desde diferentes localidades de Perú y Bolivia. Adquiere un importante papel en el contexto macrorregional, puesto que el paso terrestre entre Perú y Chile —entre la frontera peruana, Santa Rosa, y la chilena, Chacalluta— es el segundo cruce internacional más transitado de Sudamérica (Podestá 2011, 128). Gran parte de este tránsito acontece en buses y colectivos2 que tienen al Terminal de Arica como su punto chileno de articulación. El cruce Santa Rosa-Chacalluta es un paso fundamental para la migración peruana que sigue por tierra hacia Argentina (Cozzani e Insa 2011) y hacia el centro-sur de Chile. Y en los últimos años viene ganando protagonismo como ruta de la migración de ecuatorianos y colombianos que se desplazan por carretera a territorios chilenos o a otros destinos del Cono Sur. El Terminal articula además los flujos migratorios bolivianos que vienen desde la capital, La Paz (a ocho horas de Arica en bus), atraídos por las ofertas de empleo en la industria minera del norte chileno. Junto a este intenso y multifacético tránsito migratorio, el Terminal cumple un papel importante en lo que se refiere al flujo comercial. Es una de las rutas centrales a partir de las cuales comerciantes bolivianos y peruanos transportan productos textiles, artesanía “étnica”, hierbas para tés, instrumentos musicales, souvenires e, incluso, algunos productos gastronómicos desde sus países de origen hacia el norte y centro de Chile, y de allí también hacia Argentina: un comercio que vincula estos cuatro países desde por lo menos dos siglos (Langer y Conti 1991).

lado derecho el Patio de Colectivos (de donde parten viajes exclusivamente a Tacna), y del lado izquierdo, el Patio de Buses (de donde parten ómnibus hacia Perú y Bolivia). Entre ambos patios hay una edificación central, donde encontramos veintiocho pequeños locales comerciales de venta de pasajes, servicios de transporte, turismo, envío de dinero a Perú y Bolivia, locutorios, entre otros rubros vinculados a la vida y el tránsito transfronterizos. En el Patio de Colectivos (ver la imagen 1), inmediatamente a la derecha de la puerta de entrada del Terminal, encontramos otros catorce locales comerciales, también dedicados a servicios del rubro de viaje y transporte. En la pared del fondo de este patio encontramos una zona techada, pensada para ser un espacio de espera (al abrigo del sol) para los pasajeros que tomarán allí sus colectivos hacia Perú. Allí, notamos la presencia casi constante de mujeres peruanas y bolivianas que trabajan en el rubro de la ropa usada: prendas de segunda mano importadas desde Estados Unidos y Europa, y llevadas por ellas desde Chile a Perú y Bolivia (ver la imagen 2). Entrando al Patio de Buses, girando inmediatamente a la izquierda de la puerta principal, encontramos un pequeño restaurante que sirve desayunos, almuerzos y cenas, donde descansan y comen los comerciantes (que hacen múltiples viajes diarios entre Tacna y Arica, y entre esta última y La Paz), motoristas, asistentes de viaje de las empresas de buses, trabajadores del Terminal e inmigrantes a la espera de trabajo. Al lado del restaurante están los baños públicos, donde por 300 pesos chilenos (aproximadamente 0,60 dólares estadounidenses) se pueden utilizar los servicios higiénicos, incluida la ducha. Delante del baño, un pequeño muro (ver la imagen 3) sirve de asiento a pasajeros que esperan los buses, y también de local de trabajo para las mujeres que transportan ropa usada.

Nuestra etnografía en el Terminal nos posibilitó un cambio de mirada: sus dinámicas, escenas y experiencias nos ayudaron a problematizar nuestra postura antropológica, haciéndonos percibir los matices de la experiencia migrante del espacio. Esta experiencia parece desafiar lecturas dicotómicas, construyéndose a la vez a partir de procesos de explotación de la mano de obra migrante que reproducen la pobreza y exclusión de peruanos(as) y bolivianos(as) en Arica, pero que dan margen a procesos de apropiación del espacio público que devuelven alguna agencia a los sujetos.

El Patio de Buses se encuentra funcionalmente dividido en la mitad: la parte adyacente a la puerta de entrada está dedicada exclusivamente a buses que van y vienen de Perú. La parte de atrás está dedicada a buses que conectan a Arica con Bolivia.3

Los “patios”

El Terminal Internacional colinda, a su lado derecho, con el Terminal Nacional Rodoviario, y a su lado izquierdo, con una gasolinera. Es curioso notar cómo las instalaciones del Terminal Nacional contrastan con las del Internacional. En el lado opuesto al Terminal, en

El Terminal ocupa un terreno rectangular dividido internamente en dos patios. Entrando por el acceso principal —que sale a la Avenida Diego Portales—, tenemos del

2 Taxis que llevan hasta cuatro pasajeros y que cobran precios de aproximadamente 4.000 pesos chilenos (8 dólares estadounidenses) por persona.

3

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Desde el Terminal sólo se puede viajar a localidades de Perú y Bolivia. Para los demás destinos de Sudamérica, el pasajero debe viajar de Arica a La Paz, Santiago de Chile o Lima, haciendo allí trasbordo a otros buses.


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Imagen 1. El Patio de Colectivos en el Terminal Internacional Ro-

Imagen 3. Sentadas junto al muro en el Terminal Internacio-

“taxis” que llevan pasajeros de Arica (Chile) a Tacna (Perú). Termi-

baño, en el patio de buses del Terminal Internacional, muje-

doviario de Arica, 2012. Fotografía de Alejandro Garcés. Patio de

nal de Arica, 2012. Fotografía de Alejandro Garcés. Frente al

nal Internacional Rodoviario de Arica. Al fondo, el contraste del

res peruanas doblan, clasifican y empaquetan la ropa usada

edificio piramidal del Terminal Nacional.

que transportarán a Perú.

hasta productos de higiene personal); locales de venta de pasajes de bus hacia Perú y Bolivia; servicios de transporte internacional, entre otros. Detrás del Terminal Internacional encontramos el río San José, brazo de agua estacional que cruza la ciudad en verano, desaguando en el mar las lluvias altiplánicas que en febrero inundan las montañas del interior de la región. Del otro lado del río, tras cruzar un pequeño puente (ver la imagen 6), está la población Rosa Esther, barrio empobrecido y punto de venta urbano de pasta base, donde circulan diariamente compradores y consumidores, y donde se comete un nivel importante de delitos vinculados al consumo de la droga.

Imagen 2. Abrigadas del sol en el Terminal Internacional de Arica, 2012. Fotografía de Alejandro Garcés. Mujeres peruanas sentadas

En Rosa Esther se ofrecen alimentación y habitación (destinado a migrantes) en locales clandestinos a precios mucho más económicos que aquellos cobrados por los locales legalizados para estos rubros. También encontramos un comedor social de la Iglesia católica —en la capilla San Eduardo—, donde los migrantes pueden cenar de marzo a diciembre por 300 pesos. Por lo peligroso del sector, ya entrada la tarde los migrantes se organizan para pasar en grupos de mínimo tres personas, evitando ser asaltados.

en el piso y sobre cajas de cartón clasifican y empaquetan la “Ropa Americana” en el espacio techado del patio de colectivos.

la misma Avenida Diego Portales, mirando de frente al recinto de buses, se despliegan numerosos comercios que parecen no hacer alusión a otra cosa que no fuera el cruce de fronteras entre Chile, Perú y Bolivia (ver la imagen 4). Hospederías, hostales, pensiones, hoteles —algunos clandestinos, otros regulares—, ofrecen locales de descanso a viajeros, turistas, comerciantes, y también a los migrantes. Hay, además, un importante número de locutorios (para servicios de llamadas telefónicas, envío de dinero e internet); restaurantes de comida peruana (ver la imagen 5); bazares (tiendas de productos variados de uso cotidiano, desde alimentos

Del otro lado de la Avenida Diego Portales, en el sentido opuesto al del río, encontramos Juan Noé, barrio que presenta un tejido urbano muy diverso, con una mezcla de espacios educacionales, habitacionales, comerciales, y que además da cobijo a una importante economía sumergida, personificada por el comercio de la ropa usada, por las hospederías clandestinas para migrantes y por otros

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Imagen 6. Se hace camino al andar, 2013. Fotografía de Orlando

Heredia. Puente que conecta los fondos del Terminal Internacio4

nal de Buses de Arica con la población Rosa Esther.

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Imagen 4. The Bolivian Way en la Avenida Diego Portales, 2012. Fotografía de Orlando Heredia. Establecimiento comercial situado en la

Avenida Diego Portales, en las inmediaciones del Terminal Internacional de Buses de Arica. La multifuncionalidad del rubro –restaurante,

residencial y venta de pasajes– da indicios del tipo de mercado genera-

do alrededor del Terminal, por el flujo constante de trabajadores migrantes, comerciantes y viajeros peruanos y bolivianos en Arica.

Imagen 5. Internacionalmente peruano, en Avenida Diego Portales, 2012. Fotografía de Orlando Heredia. El restaurante, en

la Avenida Diego Portales (Arica), anuncia un menú de comida

internacional compuesto de platos mayoritariamente peruanos, con patrocinio de una marca peruana de refresco.

negocios ilegales (restaurantes, pequeñas tiendas). Los migrantes suelen estar, además, en los jardines y veredas del barrio en sus momentos libres, descansando por la tarde tumbados bajo árboles, o conversando con otros migrantes, y comiendo —algunas veces en familia, y otras, en grupo o individualmente (ver imágenes 7 y 8)—.

Vendiendo la mano de obra Alrededor del Terminal Internacional se teje una red de ofrecimiento de mano de obra migrante que va tomando los espacios y rincones, instituyendo dinámicas, relaciones sociales y espacialidades propias. El primer punto hacia donde se dirigen los migrantes, a partir de las 5:40 horas, es al costado del Terminal Nacional, que colinda con el edificio del parcialmente abandonado Shopping Center del Pacífico. Todavía es de noche

Imagen 7. Caminante, no hay camino hoy, 2013. Fotografía de

Orlando Heredia. Al caer la tarde, un joven inmigrante que no tuvo suerte en encontrar trabajo espera la hora de irse a la hospedería sentado en jardines de la Avenida Diego Portales, frente al Terminal Internacional.

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Imagen 8. Descanso en verde urbano, 2013. Fotografía de Orlando Heredia. Regularmente se ven familias tomando un descanso en las áreas verdes de la Avenida Santa María. Esta calle, de gran

tránsito vehicular, es paisaje urbano de muchos migrantes que se dispersan en las pocas áreas verdes circundantes a los termi-

nales. Aquí, la experiencia migrante del espacio irrumpe en el habitual paisaje citadino, de gran flujo vehicular, resignificando los jardines, que, si no fuera por los migrantes, no constituirían un lugar de ocio en el corazón de la ciudad.

Imagen 9. De la madrugada y sus sorpresas, 2012. Fotografía de Or-

Imagen 10. La esperanza, 2012. Fotografía de Orlando Heredia.

Raiteri, al costado del Shopping Center, esperando la llegada de las

tran mayormente mujeres.

lando Heredia. Inmigrantes parados, a las 5:45 horas, en la calle A.

Inmediatamente afuera del Terminal Internacional, se concen-

camionetas con los contratantes para los trabajos diarios.

y hace bastante frío (ver la imagen 9). En las veredas de los dos lados de esta calle, hombres peruanos y bolivianos ofrecen su trabajo a las chacras agrícolas de los valles, y también para labores de construcción, generalmente dentro del perímetro urbano. A lo largo de la calle van llegando camionetas que se estacionan cerca de los migrantes. Éstos se dirigen rápidamente a la ventana del conductor para negociar el valor del día de trabajo, esperando ser más rápidos que sus compañeros para garantizar así su “jornal” (paga por día de

trabajo). Ante cada camioneta estacionada, se observa el movimiento de hombres que corren y hacen una aglomeración alrededor del vehículo. Después de las 8:30 horas y hasta las 13:00 horas, los migrantes que no hayan conseguido trabajo en estos primeros puntos se desplazan hacia otro local, ahora más cercano al Terminal Internacional. Las mujeres se sientan en las jardineras que están delante de los kioscos de venta de comida frontales al Terminal (ver la imagen 10).

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Imágenes 11, 12 y 13. Negocios son negocios, 2013. Fotografía de Orlando Heredia. A un costado del Terminal Internacional, en la calle

Nicolás Hidalgo, se concentran mayormente hombres a partir de las 8:30 horas. Pueden pasar muchas horas hasta que llegue una nueva

chamba. Los hombres migrantes se identifican con claridad porque llevan bolsos que suelen contener herramientas para la albañilería y el trabajo agrícola. Durante todo el día se verán grupos que intentan encontrar alguna posibilidad de trabajo esporádico, así como otros que buscarán otros medios asociados al comercio (legal o ilegal) transfronterizo.

Imagen 14. De la vida y de la espera, 2013. Fotografía de Orlando

Heredia. Señora peruana espera el pasar del día en las inmediaciones del Terminal Internacional, sin haber conseguido trabajo.

Imagen 16. Esquinas migrantes: de dorado y de gris, 2013. Fotografía de Orlando Heredia. Inmigrantes esperan aún conseguir

Imagen 15. Ganarse el tiempo, 2013. Fotografía de Orlando Here-

el trabajo del día en la esquina del Terminal, delante de los kios-

dia. Hombres migrantes esperan el paso del tiempo en la jardi-

cos locales. El sol se pone al fondo, y con él, la expectativa de

nera frente al Terminal.

tener chamba hasta el nuevo día.

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Imagen 17, 18 y 19. Clasificando, agrupando, empaquetando, 2013. Fotografía de Orlando Heredia. Mujeres peruanas clasifican ropas usadas en el patio de buses del Terminal Internacional. La ropa es hábilmente doblada y guardada en bolsos, que luego es disimulada portándola como equipaje propio. Diversas técnicas se despliegan para lograr pasar la ropa usada; una de ellas es el

intento de repartirla entre los distintos pasajeros que viajan en los buses, para luego recuperarla pasada la frontera peruana. Ya es

menos común ver a las mujeres ponerse gran cantidad de ropas en el cuerpo, práctica muy recurrente hasta hace pocos años. En

la imagen 19, bajan del maletero, del bus proveniente de Tacna, los bolsos coloridos y fardos con mercancías traídas de Perú. En las inmediaciones del Terminal se pueden ver mujeres de paso, una y otra vez a lo largo de los años, atravesando la frontera con

productos. Ellas vienen cargadas de mercancías compradas en Perú que llevan hasta los almacenes (pequeños comercios) de los

barrios de Arica, para luego volver transportando ropa usada, de modo que el viaje de ida y vuelta alimenta dos mercados, uno en cada lado de la frontera.

Los hombres se situarán de pie en la esquina, entre la pared lateral del Terminal Internacional y la gasolinera (ver las imágenes 11 y 12). Allí, seguirán recibiendo a camionetas que vienen a recoger trabajadores y a negociar valores y número de horas de trabajo (ver la imagen 13).

arriesgando perderlo todo. Este transporte es un servicio mayormente femenino, quienes lo coordinan y ejecutan. Desde Arica, se distribuye la ropa mayoritariamente hacia Perú, donde el producto encuentra un mercado consumidor bastante relevante.4 En la población Juan Noé se hallan las instalaciones comerciales que se utilizan como bodegas de la ropa usada, negocios predominantemente regentados por hombres chilenos que emplean muchas mujeres migrantes. En la actualidad el sector de bodegas es una especie de patio de la población, relegado alrededor de unos bandejones de tierra, donde hay gran cantidad de contenedores en los que se deposita gran parte de la basura y los escombros del barrio. Este sector es oscuro y mantiene cierta intimidad que permite realizar de manera “disimulada” el proceso de elección, recolección y reducción de ropa, previo al transporte hacia el Terminal (ver la imagen 20).

Ya acercándose las 12:00 horas, las mujeres y los hombres que no consiguieron trabajo se distribuyen por otros puntos intentando llamar la atención de los potenciales contratantes. A los que no consiguen trabajo les toca hacer tiempo (ver las imágenes 14 y 15) esperando la hora de entrar a dormir a alguna de las hospederías (normalmente abiertas a partir de las 18:30 horas). Al atardecer, mientras aún hay luz, es posible encontrar migrantes en las esquinas de los alrededores del Terminal (ver la imagen 16).

Las mujeres de la ropa usada

De día o de noche, la figura femenina es clave para el proceso de “desborde” del mercado de la ropa desde el Terminal hasta el barrio Juan Noé, y viceversa. Son las mujeres quienes sostienen en sus espaldas el peso de este comercio internacional, cargando bultos repletos de ropa y convirtiéndose en el principal medio de traslado de estas mercancías desde las bodegas hasta los buses (ver las imágenes 21 y 22).

Parcialmente protegidas del sol gracias a los paraguas que ellas mismas improvisan (ver la imagen 17), o directamente bajo el fuerte sol (ver la imagen 18), mujeres migrantes (mayoritariamente peruanas) separan y clasifican las ropas usadas —de Estados Unidos y Europa— distribuyéndolas en bolsos coloridos con los cuales cruzarán la frontera hacia Tacna (ver imagen 19). La distribución de las cantidades y de los tipos de productos atiende la finalidad de mantener el número de ítems dentro de los límites que permiten que el transporte se clasifique como “para uso personal”. La idea es pasar lo máximo posible,

4 La razón por la que Arica cumple un papel central en la distribución de este producto al país vecino se vincula a las medidas comerciales de Perú (Ley 28.008, Art.1º), que, para proteger la industria textil nacional, prohíbe la importación de ropa usada.

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Imágenes 21 y 22. Con el awwayu hacia la frontera, 2013. Fotografía de Orlando Heredia. Migrantes transportan ropas entre las bodegas de Juan Noé y el Terminal Internacional. El awwayu es

un tejido tradicionalmente utilizado por las mujeres Aymara para transportar niños y mercancías.

Imágenes 23 y 24. Fuerza y coraje en femenino, 2013. Fotogra-

Imagen 20. De noche todos los gatos son negros, 2013. Fotografía

fía de Orlando Heredia. Mujeres migrantes transportando

de Orlando Heredia. Mujeres recogen ropas en una bodega del

mercancías traídas de Tacna a Arica para su venta en peque-

barrio Juan Noé, para el último viaje del día entre Arica y Tacna.

ños negocios de la ciudad.

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Referencias

Ellas son también protagonistas de un comercio minorista que trae productos desde la Zona Franca de Tacna hasta Arica. Algunas lo hacen caminando todo el día con las espaldas y los brazos llenos; otras se movilizan en colectivos para llegar a las poblaciones retiradas de Arica. Entregan productos como chocolate, papel higiénico o aderezos y deambulan por las poblaciones de almacén en almacén, de “casera a casera” (ver las imágenes 23 y 24).

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Debate

Los procesos migratorios actuales en contextos latinoamericanos: nuevos itinerarios y reconfiguración de controles fronterizos • Menara Lube-Guizardi – Universidad Alberto Hurtado / Universidad de Tarapacá, Chile Instituto Universitário de Pesquisas do Rio de Janeiro, Brasil • Jorge Moraga – Universidad Católica del Norte, Chil • Alejandro Garcés – Universidad Católica del Norte, Chile

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Los procesos migratorios actuales en contextos latinoamericanos: nuevos itinerarios y reconfiguración de controles fronterizos Entrevista a Ninna Nyberg Sørensen

Jorge Martínez Pizarro – Verónica Trpin Por Menara Lube-Guizardiv – Jorge MoragaD – Alejandro Garcés DOI: http://dx.doi.org/10.7440/res48.2014.14

L

a persistencia de los recientes procesos de crisis que vienen impactando desde 2008 los países del norte global —especialmente en lo que se refiere a la desaceleración de la economía estadounidense y al cuadro sistémico de inestabilidad de la Unión Europea— tiene un importante impacto en los actuales procesos migratorios internacionales. No se trata de suponer que hay una determinación unidireccional entre la crisis y la emergencia de nuevas tendencias migratorias Sur-Norte, Sur-Sur e incluso Norte-Sur. Un determinismo económico de esta naturaleza, fiel a las postulaciones de la teoría de la modernización (Kearney 1986), resultaría anacrónico a esta altura de las reflexiones sobre migraciones

en las ciencias sociales. Pese a que el consenso sobre métodos, categorías y conclusiones no sea factible (ni deseable) en este campo de estudios (Arango 2003; Besserer 2004; Moctezuma 2008), parece difícil negar en la actualidad el carácter multideterminado, multidimensional y multifacético del fenómeno migratorio. Lo que sí está en cuestión cuando observamos los impactos globales de los fenómenos antes comprendidos como locales (y, no menos, nacionales) es la percepción de que el capitalismo actual —con su relación tiempo-espacio asimétrica, desigual y, en ocasiones, fragmentada (Bauman 2006; Harvey 1989)— se procesa a modo de un sistema mundo

v Doctora en Antropología. Profesora del Departamento de Antropología, Universidad Alberto Hurtado, Chile. Investigadora de la Universidad de Tarapacá (Chile) y del Instituto Universitário de Pesquisas do Rio de Janeiro (Brasil). Correo electrónico: menaraguizardi@yahoo.com.br D Magíster en Antropología Social. Investigador del Instituto de Investigaciones Arqueológicas y Museo de la Universidad Católica del Norte, Chile. Correo electrónico: simpulum@yahoo.com  Doctor en Antropología Social. Investigador del Instituto de Investigaciones Arqueológicas y Museo de la Universidad Católica del Norte, Chile. Correos electrónicos: ajgarces@gmail.com; agarces@ucn.cl

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conformado por “muchas instituciones, Estados y sistemas interestatales, compañías de producción, marcas, clases, grupos de identificación de todo tipo y que estas instituciones forman una matriz que permite al sistema operar pero al mismo tiempo estimula tanto los conflictos como las contradicciones […]” (Wallerstein 2006, 10-11).

dividuos migrantes. Una segunda cuestión se refiere más propiamente al impacto de la supuesta pérdida de protagonismo estatal en la configuración de nuevos —y cada vez más tecnológicos— procesos de control del flujo humano. Resulta al menos llamativa la magnitud de recursos y tiempo empleados en los nuevos métodos de control de la circulación de personas, especialmente si contrastamos este esfuerzo con el discurso tan globalmente extendido, y que ha transformado la interconexión y circulación en un valor axiomático en la actualidad. Aquí, la relación entre control y libertad impone una dialéctica difícil de dilucidar, sobre cuya profundidad debiéramos indagar de cara a comprender los contornos y límites del desplazamiento humano en un momento que algunos estudiosos llamaron “la era de la migración” (Castles y Miller 2004).

Lo que supuestamente caracteriza el momento actual del sistema mundo es la institucionalización a escalas globales de un tipo específico de internacionalización de la producción, que permite patrones particulares de concentración del capital, potenciados por mecanismos de acumulación flexible y por una supuesta pérdida de potestad estatal (Pizarro 2011). Esta última estaría concretizada, entre tantas otras formas, a partir de la tercerización de los procesos de seguridad y protección de las fronteras, con el surgimiento e institucionalización de una industria internacional del control del flujo de mercancías, gentes y saberes. Las poblaciones migrantes serían, en este contexto, un aspecto central del proceso de reestructuración del sistema de flexibilización del capitalismo (Baeninger 2012), que se actualiza a partir de desigualdades de inclusión en el mercado de trabajo global, designadas fundamentalmente a través de marcadores étnico-raciales que inciden en una diferencial asignación de derechos y recursos entre poblaciones en el globo (Pizarro 2011). Resulta casi una redundancia recordar que estos marcadores étnico-raciales se reproducen asignando inferioridad a poblaciones provenientes de los espacios globales que, en un momento anterior del sistema mundo, configuraban el mundo colonial (Grosfoguel 2006).

La presente sección está dedicada a estas dos problemáticas. Su intención es proponer una apreciación de estos temas por parte de investigadores que han trabajado en el desarrollo de perspectivas sobre el fenómeno migrante en o desde contextos latinoamericanos. Contamos así con la participación de tres invitados: Ninna Nyberg Sørensen (Danish Institute for International Studies, Dinamarca), Jorge Martínez Pizarro (CEPAL, Chile) y Verónica Trpin (CONICET y Universidad Nacional de Comahue, Argentina). El debate, no obstante, fue construido de forma dinámica, a partir de entrevistas llevadas a cabo con los especialistas entre julio y diciembre de 2013. Cada uno de estos profesionales encara las cuestiones de acuerdo con una perspectiva local distinta. Martínez nos ofrece un macropanorama que permite entender el fenómeno en el contexto latinoamericano ampliamente comprendido. Trpin, a su vez, perfila el análisis hacia el contexto argentino. Sørensen nos ofrece una lectura desde el norte global, que comprende las dinámicas y los contornos que presenta el fenómeno en otro contexto receptivo.

De ahí la necesidad de comprender el actual panorama migratorio en América Latina —las nuevas tendencias, los itinerarios, sus configuraciones y los impactos políticos del fenómeno— como forma y contenido de procesos desencadenados en un sistema mundo que interconecta “flexibilidad” económica, pérdida de protagonismo estatal y jerarquías de la diferencia étnico-racial. El “ser o no ser” del foco analítico ya no puede reducirse a pensar el cruce entre local y global, entre flujo y ruptura, sino que debe orientarse a entender de qué modo local y global, flujo y ruptura se desencadenan de forma selectiva y diferencial, de acuerdo con los contextos y las personas (a la vez que produciendo contextos y subjetividades).

A continuación, presentaremos las preguntas formuladas, reproduciendo a la par las consideraciones que desarrollaron estos investigadores sobre los dos temas centrales que cohesionan nuestro debate. En el marco actual del ambivalente rol de los Estados en cuanto a la regulación de los flujos migratorios, ¿qué lugar ocuparían, en su opinión, los procesos de tercerización del control y securitización de estos movimientos?

En el marco de esta percepción, una pregunta que viene inquietando a investigadores dedicados a las migraciones en, desde y hacia América Latina, se refiere al impacto que provoca el actual cuadro económico-político macroglobal en la configuración de los procesos migratorios que tienen a la región como espacio de origen o de destino de grupos e in-

Ninna Nyberg Sørensen: Las regiones fronterizas que dividen la América del Sur y la América Central de la del Norte fueron históricamente construidas como un territorio repleto de amenazas que, dependiendo del

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período, fueron más o menos difíciles de superar. Los patrones de movilidad a través de las fronteras han cambiado con las oscilaciones económicas. También lo han hecho las modalidades de control y la facilitación de los movimientos transfronterizos. No obstante — en paralelo con la emergencia de un nuevo paradigma transnacional de la migración, hacia el entendimiento de los patrones multidireccionales de movimiento y de conectividad “desde abajo”, así como “desde arriba”—, las políticas de migración global han sido testigos de un cambio que va desde un control de la migración hacia una gestión de la migración.

Para entender la migración latinoamericana actual, necesariamente deben considerarse las estructuras y los actores que facilitan y controlan los movimientos migratorios. Jorge Martínez Pizarro: Si el tema se refiere a los Estados en general, me parece que hay que diferenciar. La migración internacional es un asunto de primer orden en las agendas del desarrollo y los derechos de los países de América Latina y el Caribe, si bien en dichos países hay una heterogeneidad de situaciones en el plano de sus políticas y normativas, y el nivel formal de reconocimiento de la importancia que se le parece atribuir suele diferir de las respuestas concretas que se ofrecen frente a la emigración, el retorno y la inmigración. Más allá de cualquier insuficiencia institucional y de asimetrías en el grado de compromiso de los Estados de la región con la gobernanza migratoria, es indiscutible que las oportunidades para las personas migrantes, para el desarrollo, la cooperación y la integración regional son realidades por potenciar, y, en tal sentido, hay un consenso en la región acerca del imperativo de la protección de todas las personas migrantes, que debe preservarse frente a las dificultades que han impuesto tanto la crisis económica mundial actual como el clima antiinmigración de algunos países desarrollados. Otra vez, encontramos un campo fértil para la investigación en los próximos años, que ayude a encontrar respuestas y caminos a estos imperativos.

La externalización de la política significa que ella es dirigida cada vez más a la creación de efectos fuera de los territorios del norte global (por ejemplo, a través de la instalación de sanciones a los transportistas, que obliguen a las compañías aéreas a chequear a los pasajeros antes del embarque, o mediante la realización de campañas de lucha contra la trata de personas en el sur global). La securitización de la política significa que ella crecientemente se apoya en sanciones criminales (en contra de las empresas aéreas, del tráfico y de la trata de personas, en contra de los empleadores o en contra de los migrantes indocumentados). Los migrantes pasan a ser criminalizados a los ojos del Estado receptor. Finalmente, la política se ha privatizado, lo cual significa que las funciones estatales de control son externalizadas de manera creciente hacia actores privados. Las políticas son implementadas, cada vez más, a través de empresas privadas (que incluyen la detención, el control policial y de fronteras y la deportación).

Y acá la otra cara de la situación: la del norte global, que ha dominado la escena migratoria con la imposición de una agenda interesada en la seguridad y el control migratorio, que permea los foros intergubernamentales y condiciona toda negociación al uso de poderes e influencias que, incluso, trascienden los temas migratorios, y que incluyen el comercio, la ayuda para el desarrollo y otros ámbitos aparentemente alejados, que “convencen” acerca de la conveniencia de aceptar que las demandas de los países en desarrollo tienen tanto sentido como las prácticas negadoras, estigmatizadoras y criminalizadoras de la migración, naturalizándolas y reproduciéndolas en los imaginarios de las élites de algunos países de la región. Es este el punto crítico que debe preocupar: las directivas de la Unión Europea y el discurso de varios de sus líderes, las legislaciones en Estados Unidos y la inminente reforma migratoria, que afectará a un sinnúmero de migrantes de la región. En esta agenda securitizadora, la investigación crítica desde el sur puede desempeñar un papel crucial y definitivamente decisivo, para lo cual ya existen iniciativas de respuestas, que denuncian la ilegitimidad de sus bases y proponen investigar temas de desarrollo que vayan más allá de las remesas, como los

Los mercados —para la facilitación, la regulación y el control de la migración internacional— comprenden una gran variedad de actores, que van desde los pequeños empresarios migrantes que facilitan el transporte de personas hasta las empresas multinacionales que llevan a cabo detenciones y deportaciones de migrantes. Una especie de posición intermediaria es ocupada por ONG, organizaciones humanitarias y agentes intergubernamentales, quienes facilitan la migración proporcionando información y ofreciendo refugio a lo largo de las rutas de desplazamiento. Ellos también actúan incidiendo en la restricción de la migración, mediante la realización de campañas de lucha contra la trata de personas o la promoción de las normas tecnocráticas de control de la migración aplicadas en el norte global en relación con los países del sur que son emisores migratorios y espacios de tránsito de migrantes.

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determinantes de la migración, sus costos personales y la erosión de derechos, los costos para los países de origen, la necesidad de debatir acerca del derecho a no migrar y la cuantificación de las contribuciones demográficas, sociales, culturales y económicas de las personas migrantes a los países de destino, empleando perspectivas de derechos, de género, étnicas y generacionales.

das en torno a las migraciones, aunque el migrante internacional —construido como extranjero— porta en la mayoría de los Estados la sospecha de alterar la unidad nacional y tensionar el estatus de ciudadanía. En la misma década, Argentina presentó una transformación crucial en política migratoria: se pasó de una ley de migraciones situada en la seguridad nacional a una ley de migraciones (Ley Nacional 25.871) que instala las perspectivas de Derechos Humanos, modificando la figura del migrante como sospechoso a sujeto de derecho. Sin embargo, Pizarro (2012) señala que continúan existiendo dispositivos a través de los cuales se ejerce el poder biopolítico y se clasifica respecto al acceso a derechos diferenciales para nacionales y no-nacionales. Domenech (2011) agrega en este sentido que se pasó de una retórica de la exclusión a una de la inclusión: aunque la nueva ley postula el reconocimiento de los derechos humanos de los migrantes, continúa evaluándolos en cuanto a sus ventajas o desventajas, aportes o amenazas a la comunidad nacional (Domenech, en Pizarro 2012).

Es bueno recordar que los países de América Latina y el Caribe tienen un fuerte compromiso formal con iniciativas multilaterales y con los instrumentos del derecho internacional relacionados con la migración. Una clara mayoría de ellos ha ratificado los Protocolos de Palermo y hay iniciativas para la protección de los migrantes en el marco de la Organización de los Estados Americanos (OEA), la Cumbre de las Américas, el MERCOSUR y otras instancias subregionales. De cualquier forma, los avances no son suficientes, además de ser contrastantes. Por ejemplo, en el seguimiento general del proceso de la Convención internacional sobre la protección de los derechos de todos los trabajadores migratorios y de sus familiares —instrumento que cuenta con una generalizada adhesión en la región— se evidencia la demora de algunos países en su ratificación. Algunos países que la han ratificado, además, no han avanzado suficientemente en la implementación de las obligaciones contraídas, lo que constituye otro problema relevante.

Enfocándonos en el caso latinoamericano, ¿qué nuevos perfiles e itinerarios migratorios internacionales pueden caracterizar la situación de los desplazamientos contemporáneos? Ninna Nyberg Sørensen: La migración latinoamericana —en y más allá de la región— abarca una amplia gama de experiencias con efectos importantes para la gobernanza social, política y económica. Ella plantea serios desafíos a los individuos y las comunidades involucrados, así como a los investigadores y elaboradores de políticas de la migración, quienes convencionalmente dividieron las prácticas migratorias en cajones fijos: interna, regional o internacional; cíclica, temporal o permanente; voluntaria, involuntaria o económica/políticamente motivada; ocurrida debido a los factores de expulsión en los países de origen y los factores de atracción en los países de destino, o por procesos de formación de comunidades transnacionales; o que resultaron del establecimiento de “culturas de migración” o que fueron motivadas por condiciones estructurales locales o internacionales. Las líneas de demarcación son poco claras en todo momento, pero en América Latina son aun menos claras. Para medir los efectos de la migración, es importante entender la diversificación de las experiencias migratorias latinoamericanas, la intensificación de los flujos y la diversificación en lo que se refiere a los espacios de origen y destino. En segundo lugar, es importante comprender cómo la migración es regulada y organizada por una pluralidad de factores y actores.

Los países que han ratificado este instrumento, así como las otras convenciones internacionales de las Naciones Unidas, ya han establecido un compromiso con la protección de los migrantes. A ellos cabe apoyarlos y exigirles el cumplimiento de las obligaciones que han contraído. El panorama hasta ahora es complicado, si se tiene en cuenta la realidad adversa que denuncian frecuentemente la sociedad civil y los propios migrantes, así como el hecho de que muchas de las medidas no se han implementado cabalmente, o bien se han demorado, como lo revelan algunos informes presentados al órgano de vigilancia respectivo. Estas tareas de apoyo y exigencia siguen siendo una actividad prioritaria para los próximos años. Verónica Trpin: Es interesante el análisis que Joaquín Arango (2011) realizó al mirar las transformaciones de los controles fronterizos a diez años de los atentados del 11 de septiembre de 2001 en Nueva York. El investigador subraya que la securitización se ha visto favorecida por las reacciones que provocaron los atentados, que abonaron un terreno propicio para la expansión y el fortalecimiento de políticas restrictivas vinculadas a la “seguridad nacional”. Es real que los matices nacionales tienen un rol central en el análisis, ya que no podrían compararse las políticas de EE. UU. y de países latinoamericanos defini-

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En cuanto a perfiles y trayectorias actuales, la migración latinoamericana se intensificó y diversificó. Más países latinoamericanos se han convertido en emisores de migrantes, en particular hacia Estados Unidos. Simultáneamente, nuevos destinos han ganado fuerza en Europa; entre ellos se destaca particularmente España. Un grupo más diverso de personas, incluidas mujeres y población indígena, fue incorporado a la inmigración internacional. Y fueron añadidas nuevas formas de migración a las bien conocidas migraciones laborales y a las de refugio. Por ejemplo, la migración indocumentada, el tráfico y trata humanos, movimientos de retorno involuntarios (debido tanto a las recesiones económicas en los países de destino como a las deportaciones). En mi propia investigación empecé a mirar más para la multidireccionalidad de los flujos migratorios latinoamericanos, y a incluir en ella los efectos de las deportaciones masivas, en particular hacia América Central, como elementos del análisis.

nación, debido a la disminución de los flujos hacia los países desarrollados, principalmente Estados Unidos y España, lo que contrasta con el aumento de la migración intrarregional. Por otro lado, hay una expansión de la migración dentro de la región: la información censal de 2010 —disponible para diez países— revela que el número de inmigrantes de la propia región pasó a superar los cuatro millones, de los cuales Argentina (1,5 millones), Venezuela, Costa Rica y República Dominicana exhiben los valores mayores, lo cual evidencia un aumento que también se verifica en los otros países y que indica la vigencia significativa de los intercambios migratorios, que además incluyen otras expresiones, como la movilidad temporal y el intenso tránsito fronterizo. La migración dentro de la región ha alcanzado una magnitud muy significativa, situándose como el segundo patrón. Diversas señales indican que algunos países se han convertido al mismo tiempo en países de emisión, recepción, tránsito y retorno. Tal ha sido el caso de varios Estados insulares del Caribe, Brasil, El Salvador, Chile, Ecuador, República Dominicana y Uruguay.

Jorge Martínez Pizarro: Esta región experimenta actualmente intensos procesos migratorios, que están a la par con su asimétrica vinculación a los procesos económicos y sociales mundiales, tales como la globalización y la crisis, y que están induciendo importantes cambios en los volúmenes, intensidades y direcciones de los flujos y características de los migrantes. Por ejemplo, el crecimiento de la migración intrarregional y su mayor visibilidad son un asunto de importancia por múltiples razones, pues más allá de las problemáticas que podrían reconocerse, hay argumentos poderosos que permiten distinguir oportunidades, que van desde la asociación con la integración regional y subregional (un objetivo histórico en el ideario regional latinoamericano) hasta la posibilidad de minimizar barreras a la movilidad y generar condiciones más propicias para la lucha contra la discriminación. (Los países reconocen formalmente que encaran la adhesión generalizada a instrumentos internacionales). En tal sentido, hay muchos asuntos que podrían formar parte de una agenda regional migratoria Sur-Sur. Como el cuadro es complejo, en este punto se puede destacar la necesidad de que la investigación apoye mediante el conocimiento necesario.

El retorno producido a causa de la recesión económica no parece haber sido masivo, si bien se han detectado casos de aumento en algunos países, aún con pequeñas cifras. Los antecedentes censales de 2010 revelan que en seis países con información disponible acerca del retorno en el quinquenio precedente al censo hay una cuantía elevada (cercana al millón de personas) sólo entre los mexicanos, mientras que otros países no llegan a las cien mil personas. Entre los seis países, Estados Unidos aparece siempre entre las mayorías de retornados, y le siguen España y Canadá, y Japón para los brasileños e Italia para los ecuatorianos. El resto proviene de países limítrofes, donde el porcentaje mayor se registra en la migración brasileña y uruguaya de retorno desde Paraguay y Argentina, respectivamente. Por su parte, aunque diversas señales confluyen para indicar una incipiente llegada a la región de inmigrantes provenientes de algunos países europeos, principalmente España, ésta parece ser de pequeña cuantía y de probable carácter temporal, lo que plantea, en cualquier caso, interesantes desafíos a la cooperación en materias migratorias. Las cifras disponibles en los censos de 2010 revelan una disminución del número de españoles en los países de la región, al menos en los principales receptores, lo que implicaría que la inmigración es efectivamente incipiente y, además, reciente.

Los estudios realizados por el CELADE-División de Población de la CEPAL indican que en los últimos años ha habido un importante incremento del número de migrantes latinoamericanos y caribeños: de un total estimado de 21 millones en 2000, se alcanzó un volumen de alrededor de 30 millones en 2010, lo que representa el 13% de los 232 millones de inmigrantes en el mundo. Esta tendencia, no obstante, ha tenido una ligera decli-

De cualquier manera, la emigración sigue siendo un asunto de preocupación generalizada en la región, que estaría combinándose con procesos de retorno y, en es-

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pecial, de migración intrarregional, dando por resultado un complejo panorama que deberá estudiarse en detalle y exigirá una agenda renovada de cooperación.

laborales en diferentes puntos de América Latina, siendo una tendencia novedosa el abordaje de los desplazamientos laborales en puestos de alta calificación, por ejemplo, en relación con la explotación petrolera en Brasil, Bolivia y Argentina, que expresan términos de extranjeridad diferentes a los que portan trabajadores con empleos precarios y estigmatizados.

Actualmente, el principal destino sigue siendo Estados Unidos, donde se estima que residen más de veinte millones de latinoamericanos y caribeños, es decir, más del 70% de los emigrantes de la región. En términos geográficos, sin embargo, se destacan también países de Europa —entre los que sobresale España como destino principal de los sudamericanos—, además de Canadá, Japón, Australia e Israel.

En el caso de Argentina, han crecido considerablemente las investigaciones interdisciplinares focalizadas en la circulación de migrantes de países limítrofes (Brasil, Bolivia, Chile, Paraguay y Uruguay) y, más recientemente, no limítrofes (centralmente de Perú), especialmente conectados a economías regionales fronterizas y vinculados a mercados de trabajo “etnicizados”. Algunos estudios otorgan el marco desde el cual observar las porosidades de los Estados pensados como naciones en territorios delimitados y ponen de relieve las marcaciones por el origen étnico-nacional vigentes en espacios institucionalizados como las escuelas y el sistema de salud —marcaciones que derivan en ciertas prácticas discriminatorias—, y en las tensiones que suponen la escolarización y la biomedicina en términos monoculturales.

Verónica Trpin: Creo que los estudios migratorios ilustran la complejidad de los procesos; existe un enriquecimiento de los abordajes al instalarse categorías de análisis de la movilidad de la poblaciones situadas en términos históricos y nacionales: el abordaje de la diáspora pensada en diálogo con las movilidades de uruguayos dentro y fuera de América Latina, de desplazamientos forzados en el estudio de poblaciones originarias en Colombia —en el marco de los enfrentamientos armados— o de migraciones transnacionales —en la exploración de construcciones espaciales e identitarias de mexicanos de un lado u otro de sus fronteras—.

En los últimos años, al situarse el énfasis explicativo en el nivel micro se suavizó el argumento que consideraba las migraciones laborales atadas a prescripciones estructurales. Fue así como el papel de las cadenas en la incorporación del migrante en el mercado de trabajo y la fragmentación étnica de las ciudades permitieron abordar las migraciones con redes sociales. Las redes sociales, por cuanto conforman un específico conjunto de conexiones entre un grupo delimitado de personas, hicieron realidad el anhelo de explicar el comportamiento de las personas a través de los vínculos que las configuran. Las conductas individuales no podían asociarse automáticamente con grandes categorías como clase o nación, sino que debían comprenderse a la luz de su ubicación relativa dentro de un sistema de relaciones interpersonales que superaba los estrechos límites de las comunidades de migrantes. Los aportes interdisciplinares en la crítica a las delimitaciones territoriales rígidas definidas por los Estados nacionales han abierto las puertas hacia campos de investigación que, tal como se remarcó, permiten cruces entre los conceptos de movilidad y red social, así como de identidades dinámicas.

Estos estudios focalizados y contextualizados reflejan y problematizan las históricas construcciones de alteridad en el seno de los Estados pensados como nación, lo cual demuestra la complejidad de los procesos migratorios y los modos de abordarlos en distintos puntos de América Latina. Ello nos alerta sobre el traslado de categorías de análisis que a veces no se ajustan a los contextos que investigamos, ya que responden a desigualdades, marcaciones y tensiones propias de las alteridades históricamente construidas de diferentes Estados nacionales y producto de la interlocución de los Estados. En este sentido, Rita Segato (2007) considera que el descrédito existencial de la sociedad nacional ha hecho que los intelectuales —en sus análisis— se olvidaran también de las relaciones de poder y prestigio entre los Estados nacionales, instalándose la imagen de identidades descontextualizadas, transnacionalizadas. Los esquemas analíticos y las categorías construidos en otros contextos que no comparten las problemáticas y tensiones “geopolíticas” de los países latinoamericanos no hacen más que limitar las posibilidades de pensar alternativas para los abordajes de las migraciones en relación con sus construcciones de alteridad.

Referencias

Por otro lado, considero que se han reactualizado las movilidades poblacionales definidas por inserciones

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Chicago. Morfologia sociale e migrazioni De Maurice Halbwachs. 2008. Chicago. Morfologia sociale e migrazioni. Roma: Armando Editore [111 pp.]. Gino Baileyv DOI: http://dx.doi.org/10.7440/res48.2014.15

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ste ensayo, que originalmente lleva por título “Chicago expérience ethnique”, se publicó en la revista Annales d’histoire économique et sociale en 1932 (Topalov 2006). En la actualidad esta obra se presenta como un texto recobrado por la comunidad científica e investigadores de la ciudad, debido a la vigencia que tiene como enfoque y metodología para el estudio de la inmigración en el espacio urbano. De ahí que Maurizio Bergamaschi, destacado académico italiano, haya decidido editarlo en ese idioma, siendo en la actualidad parte del plan de estudio referido a la ciudad como fuente bibliográfica atingente.

traducía en una estrategia metodológica de campo, fundamentalmente etnográfica, la cual combinaba “encuestas monográficas” realizadas sobre el gueto, los suburbios y áreas marginales de la ciudad. Sin embargo, como discípulo y parte del magisterio de É. Durkheim (Farfán 2004), los cuestionamientos hacia los ecólogos de Chicago vendrían desde el “método científico” y la carencia de un problema de investigación, así como la falta de una hipótesis consistente que vinculara espacio y asentamiento de inmigrantes desde un punto de vista sociológico. Maurizio Bergamaschi rescata en su edición las cartas que Maurice Halbwachs escribió a su mujer. Éstas, además de ser un confesionario del vínculo afectivo que sostenían, evidenciaban el carácter crítico que Halbwachs fue desarrollando durante su estadía en Chicago. Las “monografías de campo” de la Escuela de Chicago eran “libros indudablemente descriptivos, más que científicos, desiguales, a veces decepcionantes, frecuentemente pintorescos, con imágenes preciosas desarrolladas en vivo” (p. 12). Desde su punto de vista, los sociólogos alemanes de la época estaban demasiado preocupados de la teoría; sin embargo, los norteamericanos carecían de una discusión teórica, que estimaba como necesaria para profundizar sobre el problema de la organización del espacio que conformaban las colonias de inmigrantes en la ciudad de Chicago.

El manuscrito fue producto de la estadía del sociólogo francés Maurice Halbwachs en la ciudad de Chicago como visiting profesor of sociology¸ la cual tenía por objeto conocer la orgánica de la Escuela de Chicago, así como analizar qué era lo que hacía que esta ciudad fuera relevante para el estudio sociológico, logrando mantener la atención de la academia casi en su totalidad. Una ciudad donde la inmigración y el espacio constituían la prioridad de estudio etnográfico en R. E. Park, E.W. Burgess y W.F Ogburn, fundadores originales de esta Escuela. En sus primeras observaciones, Halbwachs asimiló y valoró el sentido pragmático de los ecólogos de Chicago, que se

v Magister en Geografía y Procesos Territoriales por la Universidad de Bolonia, Italia. Miembro de la Revista Eltopo, Chile. Investigador en temas de territorio, espacio y cultura. Correo electrónico: ginobaileybergamin@gmail.com

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Halbwachs entiende preliminarmente por morfología social una relación entre grupo social y tejido urbano, que se cohesiona o divide dependiendo del rol estructural de los elementos físicos de la ciudad —parques, calles, ríos, lagos, áreas abandonadas—: “La morfología es una realidad que obedece a disposiciones sociales y colectivas” (p. 16). La presencia extranjera en los márgenes de la ciudad de Chicago tendría que ser observada desde otro enfoque sociológico —diverso al de los ecólogos— que pusiera énfasis en la relación entre el espacio y la posición social que ocupaban los inmigrantes.

relación con el espacio, premeditadamente funcional a los requerimientos productivos, económicos y materiales de la ciudad de Chicago. Esta relación, en la cual los inmigrantes son el motor fundamental del funcionamiento, es lo que Halbwachs aborda como morfología social.

Característica general de la ciudad En el primer apartado del ensayo, Halbwachs se dedica a explicar la estructura general de asentamiento en la ciudad de Chicago. Observa cómo las ciudades norteamericanas, desde 1700 hasta principios de la primera década del siglo XX, fueron desplazando su superficie de este a oeste. En Chicago, a diferencia de Nueva York, se observa una explosión demográfica que aumenta 31 veces su tamaño entre 1860 y 1930. Nueva York lo haría sólo 9 veces en el mismo período.

Hasta el momento, la presencia extranjera había sido tratada desde una metodología etnográfica, según la forma de concentración en parte de los anillos “naturales” de la ciudad. Para Halbwachs esto era sólo una etapa descriptiva en el estudio de la morfología social, donde la “presencia de los extranjeros en los márgenes del espacio urbano no es imputable a la condición étnica, ni a la condición de inmigrante, sino más bien atribuible a la posición social” (p. 17). No se debía a la condición de extranjero en sí, sino a las ocupaciones como obreros de grandes industrias que movilizaban una masa de inmigrantes, los cuales se ponían en relación con espacios urbanos separados de la vida social, habitando barrios degradados y desorganizados respecto del centro de la ciudad de Chicago. Las áreas “naturales” de esta ciudad forjarían una segregación del espacio y conformarían diversas subculturas urbanas, no por peculiaridad ni sentido de agregación antropológica. Estas áreas de segregación cultural construidas por inmigrantes serían más bien producto de la organización económica y material de la ciudad, la cual conduce a un tipo de asentamiento y a la sumisión consecutiva de los inmigrantes a conformar su cultura de vida en relación con dichos límites. La subcultura no podría ser consecuencia del desarrollo subjetivo del espacio, pues se sostiene en la premisa del aislamiento y de las condiciones de exclusión de la vida social.

Basándose en las estadísticas geográficas y de población, Halbwachs se percata de que la superficie de Chicago crece de modo correlativo al aumento de población. La comparación inmediata la establece con París, ciudad que creció de 100 a 1721 entre 1861 y 1891, manteniendo el mismo perímetro urbano. En cambio, para la ciudad norteamericana la superficie pasa de más de 100 a 1120 dentro del mismo período. El protagonista desde 1900 en adelante será la población, la cual “aumenta dos veces más que la velocidad en que lo hace la superficie” (p. 41), ampliando también su densidad. De este modo Halbwachs identifica una morfología social que en una primera etapa se expande en cuanto superficie, y que luego, sobre una superficie relativamente estable, continúa creciendo, pero en cuanto a densidad de población. Este fenómeno lo entiende confrontando el mismo comportamiento entre Chicago y París, pero en una escala diversa.

La estructura y los grupos de población

Las condiciones de exclusión se representan espacialmente, sin que ello signifique una relación de distancia física manifiesta. Siendo inmigrante, se puede habitar cerca del centro, pero distante de las oportunidades de vida social que ofrece la sociedad norteamericana. Lugar donde el “hombre americano” estadounidense puede vivir y hacer uso de ella. Con base en este aspecto, Halbwachs invierte el enfoque ecológico de la Escuela de Chicago, observando la diferenciación y la aglomeración en el uso del espacio por inmigrantes como un proceso que no se explicaría por los factores étnicos, culturales o religiosos, sino por una situación más cercana a la estructura ocupacional y a la estratificación social que ocupan los inmigrantes en relación con el resto de la sociedad estadounidense de aquella época. La posición social y la estructura ocupacional estimulan una

Luego de un primer análisis referido a la morfología social y su comportamiento demográfico sobre la superficie, Halbwachs decide centrarse en el fenómeno urbano que convocaba la atención de la mayoría de los sociólogos: el inmigrante y su relación con el espacio urbano. El primer cuestionamiento a la sociología de Chicago lo hace dirigiendo su crítica hacia los investigadores y académicos, quienes, pese a tener un valioso objeto de estudio, no procedían pregun-

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Este valor es el número relativo al crecimiento de la superficie año a año, medido en km 2.


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Lecturas

tándose por causas profundas ni por resolver alguna de las problemáticas que representaba la inmigración acelerada: “Si existe en la Universidad de Chicago una escuela de sociología original, eso se debe al hecho de que no han tenido que ir muy lejos para encontrar un sujeto de estudio” (p. 48). Este programa de estudios se encontraba “privado del apoyo que puede ofrecer una tradición de investigación y de análisis científico, y con un objeto de estudio que ha sido apenas descubierto” (p. 51). Entre las paredes de una recolección sumamente detallada, sin propósito, alcance o relevancia, la descripción de los resultados quedaba alojada en el sinsentido frente al problema de la inmigración. Por más cantidad de información acumulada que se tuviera sobre el objeto de estudio, Halbwachs estipulaba que aún no había sido descubierto, si la metodología de investigación empleada no tenía de fondo un propósito o una pregunta relevante.2

dentro el período de entreguerras. El asentamiento de la población de color no fue simple, y se produjo poco a poco gracias a la desocupación de casas por la fuga del “americano blanco”, quien se desplazó más al norte. De este modo, Halbwachs se refiere al 62% de la población de origen afroamericano, que se concentra en un solo distrito, ejemplificando para ello la avenida “Drexel” como un gueto atomizado por este grupo de inmigrantes. Los hebreos, en tanto, tienen su origen en la avenida “Maxwell”. Respaldado por los estudios de Louis Wirth sobre el gueto (Wirth 1938), Halbwachs va analizando las relaciones complejas entre inmigrantes polacos e italianos respecto a los hebreos, identificando dos etapas morfológicas de la población hebrea. Una primera, arraigada en las tradiciones religiosas, que se asienta en la avenida “Maxwell”, el clásico gueto. Sin embargo, la segunda y tercera generaciones se desplazan fuera de éste, integrándose más a otros estratos sociales y grupos de inmigrantes como los alemanes.

Lo cautivante de la morfología social de Chicago es que en diez años (1910-1920) experimentó una evidente explosión de fenómenos que tiene en su centro la inmigración. “Dentro de un aglomerado tan vasto, se determinan diferenciaciones múltiples, según raza, nacionalidad, profesión, nivel social, estilo de vida, características morales, de tal modo que los ambientes más diversos se yuxtaponen y se encuentran alguna vez sin ninguna mediación” (p. 49). Aunque Halbwachs critica la investigación sociológica de Chicago, les da crédito y valor a los estudios ya realizados, tomándolos como punto de partida para desglosar el problema de la estructura social y espacial de los inmigrantes, como parte central del estudio de la morfología social.

Ciertamente, el aporte que realiza Halbwachs sobre inmigrantes hebreos y afroamericanos trata de evidenciar la latencia del problema sociológico detrás de la estructura espacial de estos grupos en la ciudad de Chicago. Los barrios de negros habían sido considerados como un tipo de “invasión” social concentrada en la avenida “Drexel”, pero nadie se había detenido a reflexionar cómo y por qué se habían concentrado en dicho lugar. La residencia afroamericana tendía hacia la concentración porque en cierta medida los “blancos” eran reticentes a la llegada de negros a sus barrios, huyendo de casi todos los distritos donde se presentaba este fenómeno. La atomización del modo de vida de la población negra, así como el desplazamiento de los hebreos hacia otros barrios que tenían un mejor vivir, se observan en una transformación espacial, pero ésta tiene que ver con dinámicas más complejas como la inclusión social, la estructura ocupacional y la movilidad socioocupacional, entre otras, que daban vida a este “mosaico” espacial que era Chicago.

Inspirado en el mapa de los anillos urbanos y áreas naturales creado por E. Burgess, Halbwachs comienza a desglosar la naturaleza de los asentamientos de inmigrantes de cada anillo. En las zonas intersticiales entre el primer y segundo anillos se encontrarían algunas de las áreas más problemáticas, donde gangs (pandillas) e inmigrantes hebreos, italianos y negros en condición de pobreza convivirían con la hobohemia, aquella subcultura urbana vagabunda que creció en la avenida “Rialto”, producto de trabajadores inmigrantes sin trabajo estable, que no tenían un hogar fijo donde habitar.

Chicago: ciudad de inmigrantes y distribución local de la nacionalidad

Especial atención le da Halbwachs a la formación de los distritos de negros y hebreos. La población “negra” que se instala en Chicago entre el segundo y el cuarto anillos lleva por nombre la “Black Belt”, y acrecienta su número entre 1910 y 1920, siendo un elemento por considerar

Halbwachs recurre a los datos estadísticos de población y a los del servicio de extranjería para describir la mixtura de los inmigrantes en Chicago. Aunque Nueva York concentra la mayoría de los inmigrantes de Estados Unidos hasta esa fecha (1920), es Chicago la que tiene el mayor crecimiento en diez años (1910-1920): “Chicago contiene, en cifras porcentuales, un número de extranjeros 2,3 veces superior a los de Estados Unidos, y el doble de hijos extranjeros” (p. 70) Este crecimiento es superior al de Nueva York, como

2 Tal como señala Farfán (2004), Halbwachs no puede ocultar la influencia de É. Durkheim frente al “Objeto” sociológico y al hecho social. Existe una razón causal detrás de cada hecho social, que se responde a partir de otro hecho social.

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crecimiento vegetativo y, por supuesto, de acuerdo con el saldo migratorio (Chicago 21% y Nueva York 16%). Además, hacia 1920 Chicago concentraba en Estados Unidos el mayor número de polacos (17,1%) y alemanes (13,9).

flejaba un aislamiento y concentración, o, por el contrario, una distribución integrada entre todos los grupos dentro de un mismo espacio. Halbwachs crea una tabla sobre la base de los 35 distritos que a la fecha se reportaban para la ciudad de Chicago (1920). Allí realiza un análisis basado en la distribución de cada nacionalidad de inmigrantes en los 35 distritos4 de esta ciudad, y también calcula la desviación estándar entre la población total de cada nacionalidad y la media de la población residente en cada distrito.5

Halbwachs comienza a observar con gran atención la trayectoria ocupacional y biográfica de los inmigrantes, la cual muta cuando se emigra desde el país de origen, produciéndose una transformación al establecerse en Chicago. Esta realidad formaba parte de una estructura ocupacional de la ciudad “mosaico”, pero que en su detalle obedecía a una transformación de vida en los inmigrantes, que hasta entonces los ecólogos de Chicago no se habían detenido a analizar en profundidad.

Lo que intentaba Halbwachs a través de estos cálculos era entregar herramientas científicas que precisaran el fenómeno espacial de distribución y atomización entre las nacionalidades de inmigrantes. Tanto italianos como checos presentaron mayor concentración y menor “asimilación” con el resto de los grupos y los norteamericanos. Esto se ve reflejado en los pocos distritos donde se distribuía su población (4 para los italianos, 2,6 para los checos), y en la diferencia representada por dicha concentración, constatada por una desviación estándar alta (2,64 los italianos, 5 los checos). El de los polacos es un caso particular, puesto que siendo los más numerosos, eran al mismo tiempo los más integrados al estar presentes en casi todos los distritos, conviviendo con las distintas nacionalidades de inmigrantes.

Desde el país de origen, los únicos inmigrantes que conservaban un porcentaje importante en el rubro ocupacional de “profesionales” eran ingleses (5,3%) y alemanes (2,7). Italianos, irlandeses, checos, rusos y polacos, en contraste, se desempeñaban en sus países mayoritariamente en trabajos agrícolas, artesanales y de mano de obra no calificada. Al arribar a esta ciudad, cambia la trayectoria ocupacional y biográfica de los inmigrantes. Gran parte de los irlandeses, acostumbrados a la vida rural de su tierra natal, llegaban a Chicago a emplearse en puestos de trabajo como la policía, el comercio y los oficios ligados al activismo político. Lo mismo se puede decir de los italianos del sur, quienes en gran medida trabajaban en el campo antes de partir (32%). Llegan a Chicago y pasan a ocupar puestos de trabajo pesado, junto a los eslavos, polacos, rusos y algunos alemanes que provenían del mundo rural. De este modo, la ciudad se presenta como una mixtura de inmigrantes —nuevamente, la idea de “mosaico”— pero también como una estructura espacial socioocupacional que rige las vidas y la llamada morfología social de Chicago.

Por otra parte, la población austriaca, siendo un grupo recién llegado (en la década de 1920), presentaba una mayor “asimilación” con el resto de los grupos, diferenciándose de los alemanes y polacos, quienes no estaban tan integrados como los austriacos, aun cuando contaban con circuitos migratorios precedentes y más numerosos.

asimilación es lo que ocurre en los distritos de la avenida “Drexler”, donde los afroamericanos se encuentran atomizados, produciéndose un efecto segregador respecto de los otros grupos. 4 De este modo, calcula la cantidad de distritos que concentran la mitad del total de los inmigrantes. Mientras más distritos contengan ese valor, más distribuida se encontrará la nacionalidad de referencia, y, por consecuencia, habrá mayor asimilación entre inmigrantes. Si el número es menor, existe una mayor concentración de dicha nacionalidad, y, por consecuencia, hay un menor grado de asimilación. La mitad del total de inmigrantes checoslovacos de entonces sólo habitaban en 2,6 distritos, reflejando una baja asimilación y alta concentración. Los alemanes, en cambio, lograron distribuirse en 8,5 distritos, representando una mayor asimilación y, por lo tanto, una mayor distribución entre los distintos barrios.

El principal aporte que realiza Halbwachs al estudio de los inmigrantes se sitúa en el análisis de la distribución espacial de los inmigrantes. Mucho antes que la elaboración del índice de disimilitud de Duncan (Martori y Hoberg 2004), Halbwachs creó, con base en estadísticas de población, un modo de medir la concentración de los grupos de inmigrantes en el espacio urbano. Esto lo lleva a discutir sobre la “asimilación”3 o integración entre inmigrantes, que re-

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3 Por asimilación, Halbwachs entiende la distribución integrada de los distintos grupos de inmigrantes entre sí en un espacio urbano determinado. La asimilación será mayor en aquellos grupos que logran distribuirse proporcionalmente en todos los distritos, generando una convivencia “armónica” con las otras naciones de inmigrantes. La asimilación será menor cuando los grupos quedan aislados en su propio distrito o espacio urbano. Un ejemplo de baja

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Este segundo valor se obtiene del cálculo entre el número de inmigrantes por nacionalidad presentes en el distrito y la media de los distritos que contienen más de una vez y media a los grupos, por nacionalidad. Si la desviación estándar es baja, menor será el grado de diferenciación entre los distritos, y, por consecuencia, mayor asimilación habrá, lo que convierte este cálculo en algo mucho más preciso. Los checos llegaron a una desviación estándar de 5, estando muy alejados de la media de distritos y reflejando una concentración de su población. No así los alemanes, quienes obtuvieron una desviación estándar de 1,30, lo que refleja una mayor distribución de su población con el resto de los inmigrantes y una mayor asimilación, en términos de Halbwachs.


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Lecturas

De este modo, Halbwachs va desmenuzando y desmitificando la causalidad típica de los ecólogos de Chicago. En vez de un elemento etnográfico, cultural y religioso de agrupación, la principal explicación de la concentración de los inmigrantes y de una falta de “asimilación” con el resto pasaría por la cantidad de matrimonios mixtos, así como por la estructura ocupacional que los acerca o distancia de ciertos distritos y avenidas.

fuerzas que llevan a ese tipo de distribución. Halbwachs es claro en este aspecto, distinguiéndose respecto de la Escuela de Chicago, que, por el contrario, ponía en primer orden las razones etnográficas de agrupación, dejando en un segundo orden las condicionantes económicas de distribución sobre el espacio urbano.

Para ser más explícito aún, Halbwachs intercala información de cantidad de inmigrantes por distrito con el número de personas con un solo progenitor extranjero. La coincidencia es evidente: aquellos distritos en los cuales la cantidad de progenitores mixtos era menor son los mismos en donde la concentración de grupos de inmigrantes se aglomeraba de manera cerrada frente al resto (italianos y checos, principalmente).

tido un anexo de las grandes estaciones, donde no hay

[…] Estos trabajadores inmigrantes, homeless men, viven en un barrio reservado para ellos, que es en cierto senmás que piezas de bajo costo. No se inmiscuyen en la

vida urbana, no conocen a la gente de los barrios centrales y de las grandes estaciones […]. Las masas de traba-

jadores extranjeros, que viajan cada día de sus casas a la fábrica, que viven en barrios de extranjeros y trabajan

en medio de extranjeros, ¿qué conocen de la vida americana si no sus aspectos más superficiales? [...]. (p. 100)

El autor se desmarca de la Escuela de Chicago observando un mismo fenómeno. Halbwachs desnaturaliza el comportamiento de “mosaico” en los distritos de la ciudad, para preguntarse sobre aquellos hechos sociales que explicaban la morfología social. En ese sentido, utilizando datos estadísticos de carácter secundario y dimensiones del espacio urbano, Halbwachs logra caracterizar el modo en que se distribuían los inmigrantes, acudiendo a explicaciones basadas en la estructura ocupacional de los grupos de inmigrantes —viendo su origen y destino—, sin la necesidad de incurrir en los reportes etnográficos de campo, típicos de lo que hasta entonces se hacía en Chicago. Ahí radica el principal valor universal de esta obra, que la convierte en una lectura obligatoria para quienes estudien la inmigración en relación con el espacio urbano.

Consideraciones finales En conclusión, la morfología social de Halbwachs es una organización espacial de grupos humanos que adquiere un aspecto determinado por la organización que tiene el espacio urbano, el dinamismo demográfico de integración entre los grupos, la estructura ocupacional, así como la rama y biografía de rubros y oficios que hacen que determinado grupo de inmigrantes se ubique y concentre en un distrito de la ciudad. Halbwachs ve en el espacio urbano de Chicago un elemento extenso, que integra económicamente, pero excluye de la vida urbana a los grupos de inmigrantes. Es decir, un espacio urbano desfavorable para la inclusión: “[…] la vida urbana en estos lugares muere, o más bien se desarrolla una vida social original, desintegrada y desordenada” (p. 95).

Referencias

Junto a este espacio, la estructura de oportunidades, ligada al trabajo en la ciudad y el dinamismo demográfico, interviene para que Chicago sea un mosaico social problemático para la inclusión —desde el punto de vista sociológico—. “Los inmigrantes se diferencian entre ellos y de los americanos, más que por el idioma o la religión, por su condición o por el nivel social. Si se desarrollan trabajadores brutos e incultos, agricultores desarraigados que solamente posean y puedan vender su fuerza física, así como obreros menos calificados, hombres y mujeres capaces de trabajar en negocios de oficinas, los inmigrantes se subdividen en categorías que se pueden definir como económicas…” (p. 97).

1. Farfán, Rafael. 2004. Un durkheimiano en Chicago: Maurice Halbwachs. Reis Revista Española de Investigaciones Sociológicas 108: 201-213.

El modo en que se distribuyen en el espacio urbano tiene una razón social y económica, y también la tienen las

4. Wirth, Louis. 1938. Urbanism as a Way of Life. The American Journal of Sociology 44, n° 1: 1-24.

2. Martori, Joan Carles y Karen Hoberg. 2004. Indicadores cuantitativos de segregación residencial. El caso de la población inmigrante en Barcelona. Scripta Nova 9, n° 169. <http://www.ub.edu/geocrit/sn/sn-169.htm>. 3. Topalov, Christian. 2006. Maurice Halbwachs: L’expérience de Chicago (automne 1930). Annales. Histoire, Sciences Sociales 61e Année 3: 555-581.

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La Revista de Estudios Sociales agradece la colaboración especial de las siguientes personas como árbitros de este número: José Albuquerque Lindomar – Universidad Federal de São Paulo, Brasil Alejandra Aquino Moreschi – Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social, México Maria Aysa-Lastra – Florida International University, Estados Unidos Rodrigo Browne Sartori – Universidad Austral de Chile Lester Cabrera Toledo – Ejército de Chile Abbdel Camargo Martínez – Universidad Nacional Autónoma de México Brenda Canelo – Universidad de Buenos Aires / Conicet, Argentina Eduardo Carreño Lara – Universidad de Chile Delia Dutra da Silveira – Centro Scalabriniano Estudos Migratórios, Brasil María Elena Gadea Montesinos – Universidad de Murcia, España André Golgher Braz – Universidad Federal de Minas Gerais / Cedeplar, Brasil Bernardo Guerrero Jiménez – Universidad Arturo Prat, Chile Isabel Izquierdo Campos – Universidad Nacional Autónoma de México Maria Teresa Lemos Toribio – Universidade do Estado do Rio de Janeiro, Brasil María José Magliano – Conicet, Argentina Julio Mejía Navarrete – Universidad Nacional Mayor de San Marcos, Perú Sandro Mezzadra – Università di Bologna, Italia Amparo Micolta León – Universidad del Valle, Colombia Albert Moncusí Ferré – Universidad de Valencia, España Natalia Moraes Mena – Universidad de Murcia, España Francisco Javier Moreno Fuentes – Consejo Superior de Investigaciones Científicas, España Zandra Pedraza – Universidad de los Andes, Colombia Jorge Pinto Rodríguez – Universidad de La Frontera, Chile Carlos Enrique Restrepo Bermúdez – Universidad de Antioquia, Colombia Martín Retamozo – Universidad Nacional de La Plata / Conicet, Argentina Ofelia Roldán Vargas – Fundación Centro Internacional de Educación y Desarrollo Humano, Colombia Isabel Rosales Sandoval – German Institute of Global and Area Studies / Institute of Latin American Studies, Alemania Liliana Sanjurjo Lopes – Universidade Estadual de Campinas / Centro de Estudos de Migrações Internacionais, Brasil Susana Sassone – Universidad Nacional De Cuyo, Argentina Liliana Suárez Navaz – Universidad Autónoma de Madrid, España Marcela Tapia Ladino – Universidad Arturo Prat, Chile Luis Eduardo Thayer Correa – Universidad de Los Lagos, Chile Camelia Nicoleta Tigau – Universidad Nacional Autónoma de México Germán Vega Briones – El Colegio De La Frontera Norte, México Irene Vélez Torres – Universidad Nacional de Colombia Maria Helena Zamora – Pontificia Universidade Católica do Rio de Janeiro, Brasil

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Libro de un solo autor: T: (Abello 2003) B: Abello, Ignacio. 2003. Violencias y culturas. Bogotá: Universidad de los Andes – Alfaomega Colombiana. Libro de dos o tres autores: T: (Drennan, Herrera y Uribe 1989, 27) B: Drennan, Robert, Luisa Fernanda Herrera y Carlos Alberto Uribe. 1989. Cacicazgos prehispánicos del Valle de la Plata. El contexto medioambiental de la ocupación humana. Tomo 1. Bogotá: Universidad de Pittsburgh – Universidad de los Andes.


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Cuatro o más autores: T: (Laumann et al. 1994) B: Laumann, Edward, John Gagnon, Robert Michael y Stuart Michaels. 1994. The Social Organization of Sexuality: Sexual Practices in the United States. Chicago: University of Chicago Press. Capítulo de libro: T: (Saldarriaga 2004, 32-33) B: Saldarriaga, Lina María. 2004. Aprendizaje cooperativo. En Competencias ciudadanas: de los estándares al aula. Una propuesta integral para todas las áreas académicas, eds. Enrique Chaux, Juanita Lleras y Ana María Velásquez, 102-135. Bogotá: Ministerio de Educación Nacional – Universidad de los Andes. Artículo de revista: T: (Aguilar 2008) B: Aguilar, Sandra. 2008. Alimentado a la nación: género y nutrición en México (19401960). Revista de Estudios Sociales 12: 101-108. En caso de que la revista tenga volumen y número, se citará de la siguiente manera: Apellido, Nombre. Año. Título. Nombre de la revista volumen, no. #: Páginas. Ejemplo: Guttman, Allen. 2003. Sport, Politics and the Engaged Historian. Journal of Contemporary History 38, n°. 3: 363-375. Documentos recuperados de internet: T: (Sabo 2000) B: Sabo, Don. 2000. Comprender la salud de los hombres: un enfoque relacional y sensible al género. Organización Panamericana de La Salud. <www.bvs-psi.org.br> (Recuperado el 2 abril de 2008). Artículo de prensa: T: (Martin 2002) B: Martin, Steve. 2002. Sports-interview Shocker. New Yorker, 6 de mayo. T: (Arango 2008) B: Arango, Rodolfo. 2008. Oposición inmadura. El Espectador, 6 de agosto. Reseña de libro: T: (Duque 2008) B: Duque, Juliana. 2008. Reseña del libro Alimentación, género y pobreza en los Andes ecuatorianos, de Mary Weismantel. Revista de Estudios Sociales 29: 177-178. Tesis o disertación: T: (Amundin 1991, 22-29) B: Amundin, Mats. 1991. Click Repetition Rate Patterns in Communicative Sounds from the Harbour Porpoise, Phocoena phocoena. Disertación doctoral, Universidad de Estocolmo. Ponencias: T: (Doyle 2002) B: Doyle, Brian. 2002. Howling Like Dogs: Metaphorical Language in Psalm 59. Ponencia presentada en el Annual International Meeting for the Society of Biblical Literature, junio 19-22, en Berlín, Alemania. Nota: en ningún caso se utiliza op. cit., ibid. o ibidem.

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Parameters for the Submission of Articles Type of articles, submission dates and guidelines The Revista de Estudios Sociales (RES) publishes unpublished articles in Spanish, English and Portuguese which present research results in the social sciences and theoretical reflections and reviews which contribute to relevant debates in this field. The journal also publishes critically oriented bibliographic reviews and essays on themes appropriate to disciplines such as anthropology, history, sociology, political science, philosophy, psychology and cultural studies. In exceptional cases articles are included which have already been published, always and when their relevance is demonstrated within the discussions and questions addressed in the journal and they contribute to the consolidation of the dialogue and the exchange of ideas in the current debates of the academy.

- Have between 3 and 6 key words which identify the article, in English as well as in Spanish. It is necessary that both groups be included in the form for sending articles. The key words should reflect the contents of the document and it is therefore necessary thatthey point out the precise themes of the article, covering the areas of knowledge in which they fall and the principle concepts. It is recommended that the terms and hierarchies in the bibliographical lists (THESAURUS) be reviewed and correspondence between titles, summaries and key words be sought.

Submission deadlines for open topic articles and issue-specific topics will be provided in the corresponding calls for papers. In order to submit an article to the RES, it should be sent directly by way of the form for sending articles which is found at the web page http://res.uniandes.edu.co or by e-mail to: res@uniandes.edu.co. The articles submitted should not be in the process of being evaluated nor have publishing commitments with any other publication. Receipt of a text will be acknowledged immediately, and the results of the evaluation will be made known in a period of a maximum of six months.

- Author information must be included in an additional document and must include name, address, phone number, e-mail, academic titles, institutional affiliation, current position, current studies, and publications in books and journals.

Editorial policy When we receive an article, the Editorial Board assesses if it meets the basic characteristics required by the journal. Afterwards, all the articles will be submitted to a process of arbitration with peer evaluators being in charge who can make suggestions to the author. During the evaluation, the names of the authors as well as those of the evaluators will be anonymous. The final decision of publishing or rejecting the articles is made by the Editorial Committee, based on the reports presented by the evaluators. This decision is communicated to the author by way of a written account sent by the Editor of the RES. The observations of the evaluators, as well as those of the Editorial Committee, must be taken into account by the author, who will make the requested adjustments within the time set by the editor of the Journal. The Editorial Committee reserves the final word on the publication of articles and the issue in which said articles will be published. This decision will be informed to the author as soon as it is known, provided that the author has submitted all requested documentation within the set times. During the editing process, authors may be consulted by the editors to resolve certain questions. However the Journal reserves the right copy edit the text for minor errors. Both during the evaluation and editing processes, e-mail will be the most used means of communication with the author. Parameters for the submission of articles It is required that the articles sent comply with the established parameters for the magazine for their submission: - Be written in Word format, in Times New Roman font Size 12, Line spacing 1 ½, paginated, in letter-size paper and with margins of 2.5 cm. The footnotes should be in Times New Roman 10 and single-spaced. - Have a length of between 7.000 and 10.000 words, including summaries, key words and footnotes. - Have a summary of the article in Spanish, of no more than 120 words, and itscorresponding translation into English. The title of the text should be similarly presented in both languages.

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- Be written in language accessible to audiences from different disciplines.

- Said page must also indicate what investigation the article is a result of and how it was funded. Editing rules - The first time an acronym or abbreviation is used it should go between parentheses after the complete expression. Subsequent times only the acronym or abbreviation will be used. - Quotations over four lines long must be placed in long form, single-spaced, in 11 point font and with reduced margins. - The “Revista de Estudios Sociales” uses and adaptation of the Chicago Manual of Style author-date style for presenting citations and references included in the article. The required punctuation details (comma, period, colon, parentheses, etc.) and the required information should be observed. The bibliographical list should include the references which have been cited in the text (in a 1 to 1 relationship), enumerated and in alphabetical order. It is essential that the complete names of the authors and/or editors be included in each one of the references. Examples are presented below which show the differences between the form of citation within the text (T) and the form of citation in the bibliographical list (B).

Book by a single author: T: (Abello 2003) B: Abello, Ignacio. 2003. Violencias y culturas. Bogotá: Universidad de los Andes – Alfaomega Colombiana. Book by two or three authors: T: (Drennan, Herrera and Uribe 1989, 27) B: Drennan, Robert, Luisa Fernanda Herrera and Carlos Alberto Uribe. 1989. Cacicazgos prehispánicos del Valle de la Plata. El contexto medioambiental de la ocupación humana. Tomo 1. Bogotá: Pittsburg University -Universidad de los Andes. Four or more authors: T: (Laumann et al. 1994) B: Laumann, Edward, John Gagnon, Robert Michael and Stuart Michaels. 1994. The Social Organization of Sexuality: Sexual Practices in the United States. Chicago: University of Chicago Press.


Revista de Estudios Sociales No. 48 • rev.estud.soc. • Pp. 212. ISSN 0123-885X • Bogotá, enero - abril de 2014 • Pp. 191-196.

Book chapter: T: (Saldarriaga 2004, 32-33) B: Saldarriaga, Lina Maria. 2004. Aprendizaje cooperativo. En Competencias ciudadanas: de los estándares al aula. Una propuesta integral para todas las áreas académicas, eds. Enrique Chaux, Juanita Lleras and Ana María Velásquez. Bogotá: Ministerio de Educación Nacional-Universidad de los Andes, 102-135. Magazine article: T: (Aguilar 2008) B: Aguilar, Sandra. 2008. Alimentado a la nación: género y nutrición en México (19401960). Revista de Estudios Sociales 12: 101-108. In the event that the journal has a volume and number, it will be cited in the following manner: Last Name, First Name, Title. Name of the journal volume, no. #: Pages. For example: Guttman, Allen. 2003. Sport, Politics and the Engaged Historian. Journal of Contemporary History 38, no. 3: 363-375.

- Articles which include source files should present the references in numbered footnotes, in such a way that will facilitate the reader’s identification and access to the documents in the corresponding file. It is necessary to indicate: Abbreviation of the file, Section, Source, vol./leg.’t., f. off. (place, date and other relevant information). The first time the complete name of the file is cited with abbreviation between parentheses and subsequently just the abbreviation. At the end of the text, all the primary references should be gathered in a list separate from the bibliography. - Tables, graphics and illustrations, should be presented on a separate page at the end of the text. Images must be submitted in high quality digital format. Obtaining the publication authorization of figures which require it is responsibility of the author. - It is necessary to indicate within the text the place where each table/graphic/ illustration is located. This instruction is placed between parentheses, in the following manner: [Insert Table 1here]

Documents downloaded from the internet: T: (Londoño 2005, 70) B: Londoño, Luz María. 2005. La corporalidad de las guerreras: una mirada sobre las mujeres combatientes desde el cuerpo y el lenguaje. Revista de Estudios Sociales 21: 67-74. < http://res.uniandes.edu.co> (Downloaded August 31, 2005).

- A moderate use of tables, graphics and illustrations is recommended.

Press article: T: (Martin 2008) B: Martin, Steve. 2002. Sports-interview Shocker. New Yorker, May 6. T: (Arango 2008) B: Arango, Rodolfo. 2008. Oposición inmadura. El Espectador, August 6.

- Have a length of between 2 and 6 pages (single-spaced).

Parameters for the submission of reviews - Be written in Word format, in Times New Roman 12, paginated and in letter-size paper. margins of 2.5 cm.

Book review: T: (Duque 2008) B: Duque, Juliana. 2008. Review of the book Alimentación, género y pobreza en los Andes ecuatorianos, by Mary Weismantel. Revista de Estudios Sociales 29: 177-178. Thesis or dissertation: T: (Amundin 1991, 22-29) B: Amundin, Mats. 1991. Click Repetition Rate Patterns in Communicative Sounds from the Harbour Porpoise, Phocoena phocoena. Doctoral dissertation, University of Stockholm. Presentations: T: (Doyle 2002) B: Doyle, Brian. 2002. Howling Like Dogs: Metaphorical Language in Psalm 59. Paper presented at the Annual International Meeting for the Society of Biblical Literature, Junio19-22, in Berlin, Germany. Note: In no case should Ibid, ibidem or op. cit. be used.

- Include complete information about the reviewed text (author, title, date, city, publisher and total pages). - Author information must be included in the same document: name, academic titles, institutional affiliation, current position, current studies, and e-mail. Directions for authors - Each author will receive 2 courtesy copies of the Revista de Estudios Sociales. - The authors and/or holders of the accepted articles authorize the use of author’srights (reproduction, public communication, transformation and distribution) to the Universidad de los Andes/Social Sciences faculty, for the inclusion of their writing or article in the Revista de Estudios Sociales (print version and electronic version). - If the article is to be used afterwards in another publication, the original publication in Revista de Estudios Sociales must be clearly stated, and authorization must have been previously requested to the RES.

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Parâmetros para a apresentação de artigos Tipo de artigos, datas e modalidades de recepção A Revista de Estudios Sociales (RES) publica artigos inéditos em espanhol, inglês ou português que apresentem resultados de pesquisa em ciências sociais e reflexões ou revisões teóricas que contribuam para debates relevantes nesse campo. A Revista publica também resenhas e ensaios bibliográficos com orientação crítica sobre temas próprios de disciplinas como antropologia, história, sociologia, ciência política, filosofia, psicologia, estudos culturais. Em casos excepcionais, incluem-se artigos que já foram publicados, desde que se reconheça sua pertinência dentro das discussões e problemáticas abordadas na Revista, além de sua contribuição para a consolidação do diálogo e do intercâmbio de ideias nos debates vigentes da academia. As datas de recepção de artigos de tema aberto e para dossiê serão informadas nos respectivos editais. Os artigos devem ser enviados por meio do formulário que se encontra na página web http://res.uniandes.edu.co ou pelo e-mail res@uniandes. edu.co. Os artigos apresentados não devem estar em processo de avaliação nem ter compromissos editoriais com nenhuma outra publicação. A recepção de um texto será acusada de imediato e os resultados da avaliação serão informados num prazo máximo de seis meses. Avaliação de artigos e processo editorial Ao receber um artigo, o Corpo Editorial confere se este cumpre com os requisitos básicos exigidos pela Revista. Em seguida, os artigos são submetidos a um processo de arbitragem sob a responsabilidade de pares avaliadores, os quais podem formular sugestões ao autor. Durante a avaliação, tanto os nomes dos autores quanto os dos avaliadores se manterão no anonimato. A decisão final de publicar ou recusar os artigos é tomada pelo Comitê Editorial, com base nos relatórios apresentados pelos avaliadores; essa decisão é comunicada ao autor por meio de um conceito escrito emitido pelo Editor da Revista. As observações dos avaliadores, bem como as do Comitê Editorial, deverão ser consideradas pelo autor, o qual fará os ajustes solicitados no prazo estipulado pela Revista. A data de publicação informada pelos editores se cumprirá contanto que o autor faça chegar toda a documentação solicitada no prazo indicado. Durante o processo de edição, os autores poderão ser consultados pelos editores para resolver as dúvidas existentes. No entanto, a Revista se reserva o direito de fazer correções de estilo menores. Tanto no processo de avaliação quanto no de edição, o e-mail constitui o meio de comunicação privilegiado com os autores. Parâmetros para a apresentação de artigos É requisito indispensável que, no momento do envio, os artigos cumpram com os parâmetros estabelecidos pela RES descritos a seguir. - Estarem escritos em formato Word, em letra Times New Roman tamanho 12, com entrelinha 1 ½ , paginado, em papel tamanho carta e com margens de 2,5 cm. As notas de rodapé devem estar em Times New Roman 10 e entrelinha simples. - Terem uma extensão entre 7.000 e 10.000 palavras no total, incluídos os resumos e as palavras-chave, a bibliografia e as notas de rodapé, entre outros. - Terem resumo do artigo em espanhol não superior a 120 palavras, e sua respectiva tradução ao inglês. O título do texto deve ser apresentado também em ambos os idiomas.

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- Terem entre três e seis palavras-chaves que identifiquem o artigo, tanto em inglês quanto em espanhol. Essas palavras devem refletir o conteúdo do documento e, por isso, é necessário que indiquem as temáticas precisas do artigo e resgatem as áreas de conhecimento nas quais se inscreve, bem como os principais conceitos. Recomendase revisar os termos e hierarquias estabelecidos nas listas bibliográficas (Tesauros) e procurar correspondência entre títulos, resumos e palavras-chave. - Estarem escritos em uma linguagem acadêmica acessível a públicos de diferentes disciplinas. - Em um arquivo separado, incluir os dados dos autores: títulos acadêmicos, lugar de trabalho ou estudo atual, grupo de pesquisa ao qual pertencem, últimas duas publicações e e-mail. - Nesse mesmo arquivo, incluir a informação de procedência do artigo. No caso de este ser resultado de uma pesquisa, incluir a informação do projeto do qual faz parte e o nome da instituição financiadora. Regras de edição - A primeira vez que se use uma sigla ou abreviatura, esta deverá ir entre parênteses depois da fórmula por extenso; nas seguintes citações, será usada unicamente a sigla ou abreviatura. - As citações textuais que ultrapassarem quatro linhas devem ser colocadas em formato de citação longa, com espaço simples, tamanho de letra 11 e margens reduzidas. - A RES utiliza uma adaptação do formato autor-data do Chicago Manual of Style para apresentar as citações e referências incluídas no artigo. Devem ser considerados todos os detalhes de pontuação exigidos (vírgula, ponto, dois-pontos, parênteses etc.) e a informação requerida. A lista bibliográfica deve incluir as referências que foram citadas no texto (em uma relação 1 a 1), enumeradas e em ordem alfabética. É indispensável incluir os nomes completos dos autores e/ou editores em cada uma das referências. A seguir, apresentam-se alguns exemplos que mostram as diferenças entre a forma de citar no texto (T) e a forma de citar na lista bibliográfica (B).

Livro de só um autor: T: (Abello 2003) B: Abello, Ignacio. 2003. Violencias y culturas. Bogotá: Universidade de los Andes – Alfaomega Colombiana. Livro de dois ou três autores: T: (Drennan, Herrera e Uribe 1989, 27) B: Drennan, Robert, Luisa Fernanda Herrera e Carlos Alberto Uribe. 1989. Cacicazgos prehispánicos del Valle de la Plata. El contexto medioambiental de la ocupación humana. Tomo 1. Bogotá: Universidade de Pittsburgh – Universidade de Los Andes. Quatro ou mais autores: T: (Laumann et al. 1994) B: Laumann, Edward, John Gagnon, Robert Michael e Stuart Michaels. 1994. The Social Organization of Sexuality: Sexual Practices in the United States. Chicago: University of Chicago Press.


Revista de Estudios Sociales No. 48 • rev.estud.soc. • Pp. 212. ISSN 0123-885X • Bogotá, enero - abril de 2014 • Pp. 191-196.

Capítulo de livro: T: (Saldarriaga 2004, 32-33) B: Saldarriaga, Lina María. 2004. Aprendizaje cooperativo. Em Competencias ciudadanas: de los estándares al aula. Una propuesta integral para todas las áreas académicas, eds. Enrique Chaux, Juanita Lleras e Ana María Velásquez, 102-135. Bogotá: Ministério da Educação Nacional – Universidade de Los Andes. Artigo de revista: T: (Aguilar 2008) B: Aguilar, Sandra. 2008. Alimentado a la nación: género y nutrición en México (19401960). Revista de Estudios Sociales 12: 101-108. Caso a revista tenha volume e número, será citada da seguinte maneira: Sobrenome, Nome. Ano. Título. Nome da revista volume, n.: páginas. Exemplo: Guttman, Allen. 2003. Sport, Politics and the Engaged Historian. Journal of Contemporary History 38, n. 3: 363-375. Documentos recuperados da internet: T: (Sabo 2000) B: Sabo, Don. 2000. Comprender la salud de los hombres: un enfoque relacional y sensible al género. Organização Pan-americana da Saúde. <www.bvs-psi.org.br> (Recuperado em 2 abril de 2008).

- Os artigos que incluírem fontes de arquivo devem apresentar as referências em notas de rodapé numeradas a fim de facilitar ao leitor a identificação e o acesso aos documentos no arquivo correspondente. É necessário indicar: siglas do arquivo, seção, fundo, vol./leg./t., f. ou ff. (lugar, data e outros dados pertinentes). Na primeira vez, cita-se o nome completo do arquivo com a abreviatura entre parênteses; depois, somente a abreviatura. Ao final do texto, devem apresentar todas as referências primárias em uma lista separada da lista bibliográfica. - Apresentar os quadros, tabelas, imagens e gráficos numerados ao final do documento e, para o caso de imagens ou gráficos muito pesados, em um arquivo separado (JPG ou TIFF 300 DPI e 240 pixels). O autor é o responsável pela organização e entrega da licença para a publicação das imagens que o requeiram à Revista. - É necessário que dentro do texto se identifique o lugar no qual se localiza cada quadro, tabela, imagem ou gráfico. Essa instrução deve ser apresentada entre colchetes, da seguinte maneira: [Inserir Quadro 1 aqui] - Esses recursos devem ser incluídos em número moderado e procurando sempre que sejam claros, legíveis e pertinentes para a argumentação do artigo.

Artigo de imprensa: T: (Martin 2002) B: Martin, Steve. 2002. Sports-interview Shocker. New Yorker, 6 de maio. T: (Arango 2008) B: Arango, Rodolfo. 2008. Oposición inmadura. El Espectador, 6 de agosto.

Parâmetros para a apresentação de resenhas - Estarem escritas em formato Word, em letra Times New Roman tamanho 12, paginado, em papel tamanho carta e com margens de 2,5 cm.

Resenha de livro: T: (Duque 2008) B: Duque, Juliana. 2008. Resenha do livro Alimentación, género y pobreza en los Andes ecuatorianos, de Mary Weismantel. Revista de Estudios Sociales 29: 177-178.

- Incluírem dados completos do texto resenhado (autor, título, data, cidade, editora e páginas totais).

- Terem uma extensão entre 4 e 12 páginas (entrelinha dupla).

Dissertação ou Tese: T: (Amundin 1991, 22-29) B: Amundin, Mats. 1991. Click Repetition Rate Patterns in Communicative Sounds from the Harbour Porpoise, Phocoena phocoena. Tese de Doutorado, Universidade de Estocolmo. Palestras: T: (Doyle 2002) B: Doyle, Brian. 2002. Howling Like Dogs: Metaphorical Language in Psalm 59. Palestra apresentada no Annual International Meeting for the Society of Biblical Literature, junho 19-22, em Berlim, Alemanha. Nota: em nenhum caso, utilizam-se as expressões op. cit., ibid. ou ibidem.

- Incluírem os dados do autor: títulos acadêmicos, lugar de trabalho ou estudo atual, grupo de pesquisa ao qual pertence e e-mail. - Espera-se que as resenhas não somente deem conta do conteúdo do livro, mas também incorporem uma perspectiva crítica e analítica deste. Indicações para os autores - Cada autor receberá dois exemplares de cortesia da RES. - Os autores ou titulares dos artigos aceitos autorizam a utilização dos direitos patrimoniais de autor (reprodução, comunicação pública, transformação e distribuição) à Universidade dos Andes/Faculdade de Ciências Sociais, para incluir seu texto na RES (versão impressa e eletrônica). - Caso um artigo queira ser incluído posteriormente em outra publicação, devem ser indicados claramente os dados da publicação original na RES, com autorização prévia do Comitê Editorial da Revista.

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Políticas éticas Publicación y autoría La Revista de Estudios Sociales hace parte de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de los Andes, encargada del soporte financiero de la publicación. Se encuentra ubicada en el Edificio Franco, Of. GB-615. La dirección electrónica de la revista es http://res.uniandes.edu.co/ y su correo res@uniandes.edu.co El teléfono de contacto es el 3394999, extensiones 4819.

Los autores de los textos aceptados autorizan, mediante la firma del “Documento de autorización de uso de derechos de propiedad intelectual”, la utilización de los derechos patrimoniales de autor (reproducción, comunicación pública, transformación y distribución) a la Universidad de los Andes, para incluir el texto en la revista (versión impresa y versión electrónica). En este mismo documento los autores confirman que el texto es de su autoría y se respetan los derechos de propiedad intelectual de terceros.

Cuenta con la siguiente estructura: un director, un editor, un asistente editorial, un comité editorial y un comité científico que garantizan la calidad y pertinencia de los contenidos de la revista. Los miembros son evaluados anualmente en función de su reconocimiento en el área y de su producción académica, visible en otras revistas nacionales e internacionales.

Revisión por pares/responsabilidad de los evaluadores A la recepción de un artículo, el equipo editorial evalúa si cumple con los requisitos básicos exigidos por la revista. El equipo editorial establece el primer filtro, teniendo en cuenta formato, calidad y pertinencia, y después de esta primera revisión, se definen los artículos que iniciarán el proceso de arbitraje. Los textos son, en esta instancia, sometidos a la evaluación de pares académicos anónimos y al concepto del equipo editorial. El resultado será comunicado al autor en un período de hasta seis meses a partir de la recepción del artículo. Cuando el proceso de evaluación exceda este plazo, el editor deberá informar al autor dicha situación.

Los artículos presentados a la revista deben ser originales e inéditos y estos no deben estar simultáneamente en proceso de evaluación ni tener compromisos editoriales con ninguna otra publicación. Si el manuscrito es aceptado, los editores esperan que su aparición anteceda a cualquier otra publicación total o parcial del artículo. Si el autor de un artículo quisiera incluirlo posteriormente en otra publicación, la revista donde se publique deberá señalar claramente los datos de la publicación original, previa autorización solicitada al editor de la revista. Así mismo, cuando la revista tiene interés de publicar un artículo que ya ha sido previamente publicado se compromete a pedir la autorización correspondiente a la editorial que realizó la primera publicación. Responsabilidades del Autor Los autores deben remitir sus artículos a través del siguiente enlace y enviarlo al siguiente correo electrónico: res@uniandes.edu.co en las fechas establecidas por la revista para la recepción de los artículos. La revista tiene normas para los autores de acceso público, que contienen las pautas para la presentación de los artículos y reseñas, así como las reglas de edición. Se puede consultar en: http://res.uniandes. edu.co/page.php?c=Normas+para+los+autores y en la versión impresa de la revista. Si bien los equipos editoriales aprueban los artículos con base en criterios de calidad, rigurosidad investigativa y teniendo en cuenta la evaluación realizada por pares, los autores son los responsables de las ideas allí expresadas, así como de la idoneidad ética del artículo. Los autores tienen que hacer explícito que el texto es de su autoría y que en el mismo se respetan los derechos de propiedad intelectual de terceros. Si se utiliza material que no sea de propiedad de los autores, es responsabilidad de los mismos asegurarse de tener las autorizaciones para el uso, reproducción y publicación de cuadros, gráficas, mapas, diagramas, fotografías, etc. También aceptan someter sus textos a las evaluaciones de pares externos y se comprometen a tener en cuenta las observaciones de los evaluadores, así como las del Comité Editorial, para la realización de los ajustes solicitados. Estas modificaciones y correcciones al manuscrito deberán ser realizadas por el autor en el plazo que le sea indicado por el editor de la revista. Luego que la revista reciba el artículo modificado, se le informará al autor acerca de su completa aprobación. Cuando los textos sometidos a consideración de la revista no sean aceptados para publicación, el editor enviará una notificación escrita al autor explicándole los motivos por los cuales su texto no será publicado en la revista. Durante el proceso de edición, los autores podrán ser consultados por los editores para resolver las inquietudes existentes. Tanto en el proceso de evaluación como en el proceso de edición, el correo electrónico constituye el medio de comunicación privilegiado con los autores. El Comité editorial se reserva la última palabra sobre la publicación de los artículos y el número en el cual se publicarán. Esa fecha se cumplirá siempre y cuando el autor haga llegar toda la documentación que le es solicitada en el plazo indicado. La revista se reserva el derecho de hacer correcciones menores de estilo.

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Todos los artículos que pasen el primer filtro de revisión serán sometidos a un proceso de arbitraje a cargo de evaluadores pares, quienes podrán formular sugerencias al autor, señalando referencias significativas que no hayan sido incluidas en el trabajo. Estos lectores son, en su mayoría, externos a la institución y en su elección se busca que no tengan conflictos de interés con las temáticas sobre las que deben conceptuar. Ante cualquier duda se procederá a un remplazo del evaluador. La revista cuenta con un formato que contiene preguntas con criterios cuidadosamente definidos, que el evaluador debe responder sobre el artículo objeto de evaluación. A su vez, tiene la responsabilidad de aceptar, rechazar o aprobar con modificaciones el artículo arbitrado. Durante la evaluación, tanto los nombres de los autores como de los evaluadores serán mantenidos en completo anonimato. Responsabilidades Editoriales El equipo editorial de la revista, con la participación de los Comités Editorial y Científico, es responsable de definir las políticas editoriales para que la revista cumpla con los estándares que permiten su posicionamiento como una reconocida publicación académica. La revisión continua de estos parámetros asegura que la revista mejore y llene las expectativas de la comunidad académica. Así como se publican Normas editoriales, que la revista espera sean cumplidas en su totalidad, también deberá publicar correcciones, aclaraciones, rectificaciones y dar justificaciones cuando la situación lo amerite. El equipo es responsable, previa evaluación, de la escogencia de los mejores artículos para ser publicados. Esta selección estará siempre basada en la calidad y relevancia del artículo, en su originalidad y contribuciones al conocimiento social. En este mismo sentido, cuando un artículo es rechazado la justificación que se le da al autor deberá orientarse hacia estos aspectos. El editor es responsable del proceso de todos los artículos que se postulan a la revista, y debe desarrollar mecanismos de confidencialidad mientras dura el proceso de evaluación por pares hasta su publicación o rechazo. Cuando la revista recibe quejas de cualquier tipo, el equipo debe responder prontamente de acuerdo a las Normas establecidas por la publicación, y en caso de que el reclamo lo amerite, debe asegurarse de que se lleve a cabo la adecuada investigación tendiente a la resolución del problema. Cuando se reconozca falta de exactitud en un contenido publicado, se consultará al Comité Editorial, y se harán las correcciones y/o aclaraciones en la página Web de la revista. Tan pronto un número de la revista salga publicado el editor tiene la responsabilidad de su difusión y distribución a los colaboradores, evaluadores y a las entidades con las que se hayan establecido acuerdos de intercambio, así como a los repositorios y sistemas de indexación nacionales e internacionales. Igualmente, el editor se ocupará del envío de la revista a los suscriptores activos.


Revista de Estudios Sociales No. 48 • rev.estud.soc. • Pp. 212. ISSN 0123-885X • Bogotá, enero - abril de 2014 • Pp. 197-199.

Ethic Guidelines Publication and authorship La Revista de Estudios Sociales is the journal of the Faculty of Social Sciences at Universidad de los Andes who finances the publication. It is located in the Franco Building, Of. GB-615. The web page of the journal is http://res.uniandes.edu.co/ and its e-mail address res@uniandes.edu.co Contact telephone is 3394999, extension 4819.

usage of the author’s patrimonial rights (reproduction, public communication, transformation and distribution) to the Universidad de los Andes, in order to include the text in the journal (both printed and electronic versions). In this same document the authors confirm that they are the authors of the text and that intellectual property rights of third parties are respected in the text.

The structure of its organization is as follows: a director, an editor, an assistant editor, an editorial committee and a scientific committee who guarantee the quality and relevance of the contents of the journal. The members are evaluated annually in relation to their academic production in other national and international journals.

Peer review / responsibility for the reviewers Once an article is received, the editorial team evaluates if it complies with basic requirements of the journal, as well as its relevance to the publication. The editorial team establishes a first filter, taking into account format, quality and relevance, and, after this initial revision, the articles that will start the process or arbitration will be defined. At this point the texts are submitted to two anonymous academic peer reviewers and to the assessment of the editorial team. The result will be communicated to the author within six months of receiving the article. Is for any reason the process exceeds this time the editor will inform the author.

The articles submitted to the journal must be original and unpublished and must not be in an evaluation process or have an editorial commitment to any other publication. If the manuscript is accepted, the editors expect that its appearance will precede republication of the essay, or any significant part thereof, in another work. If the author of an article wants to include it in another publication, the details of the original publication must be clearly stated by the journal where it will be published and must be authorized by the editor of the journal. In the same way when the journal is interested in publishing an article that has been previously published it will ask for permission from the editorial charged of the first publication.

All articles that pass the first revision filter will be submitted to an evaluation process by peer reviewers, who can make suggestions to the author, pointing out possibly significant references to the author which have not been included in the essay. These readers are generally externalto the institution and are chosen taking into account they do not have interests that might conflict with the topics they are evaluating. If there are any doubts the evaluator will be replaced.

Author responsibilities Authors must submit their articles through the following link and send them to the following addresses: res@uniandes.edu.cowithin the dates set by the magazine for their submission. The magazine has instructions of public access for the authors that contain the guidelines for the presentation of the articles and reviews, as well as editorial procedures which can be accessed in:http://res.uniandes.edu.co/page.php?c=Nor mas+para+los+autores and in all the printed versions of the journal.

The journal uses a format that contains questions with carefully defined criteria that must be answered by the evaluator about the article. He or she has the responsibility of accepting or refusing the article or approving modifications to it. During this process the journal will under no circumstances reveal the name of the author of the article being evaluated. In the same way the journal protects the identity of reviewers. During the evaluation both the names of the authors as well as those of the reviewers will not be disclosed.

Although the articles approved by editorial teams take into account criteria of quality, research rigor and the evaluation by peers. The responsibility for the ideas expressed in the article rest upon the authors, as well as his ethical level.

Editorial responsibilities The editorial board of the journal composed of scientific and editorial teams, is responsible for defining the editorial policies so that the journal sustains the standards of a renowned academic publication. These guidelines are constantly reviewed to improve the journal and fulfill the expectations of the academic community.

The authors must specifically make clear that the essay written by them respects the intellectual property rights of third parties. If they use material which is not their property it is their responsibility to obtain due permission for their use in publication, be it illustrations, maps diagrams, photographs, etc. They also agree to submit their texts to evaluation by two external peers and must take into account their observations as well as those made by the Editorial Committee. These should be noted by the author to make the necessary adjustments. The author, in the time limit indicated by the journal editor, must carry out the modifications and corrections of the manuscript. Once the modified article is submitted, the author will be notified of its complete approval. When the manuscripts submitted to the journal are not accepted for publication the editor will notify the author in writing, explaining the reasons why it will not be published. During the editing process, editors may consult the authors to clarify any doubts. Both in the process of evaluation and edition any communication with the authors will be by electronic means preferably. The editorial committee will reserve rights regarding the publication of the articles and the issue in which they will be published. The publication date will be observed once the author submits the required documentation within the time frame previously indicated. The journal reserves the right to make minor corrections of style. The authors of approved manuscripts authorize the use of intellectual property rights by signing the ‘Document of authorization of intellectual property rights use’ and the

Just as the journal expects editorial norms be to be observed, it must also publish corrections, clarifications, retractions and apologies when needed. The team is responsible for the choice of the best articles to be published after evaluation.This selection will always be based on the quality and relevance of the article, as well as its originality and contributions to the social knowledge. In the same way, when an article is refused, the justification given to the author must take these aspects into consideration. The editor is responsible for the procedure of all the articles submitted to the magazine, and must develop confidential mechanisms during the evaluation process that leads to its publication or refusal. When the magazine receives complaints of any kind the team must answer promptly according to the norms established for publication, and in case the complaint is justified it must make sure the necessary investigation is carried out to solve the problem. When there is a mistake in a published content it must be promptly corrected and announced in the Web site of the journal. As soon as a volume of the journal is published the editor has the responsibility of its diffusion and distribution to contributors, reviewers and institutions with whom exchange agreements have been established, as well as national and international repositories and indexation systems. In the same way the editor will be in charge of sending the journal to active subscribers.

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Políticas éticas

Guia Políticas éticas Publicação e autoria A Revista de Estudios Sociales faz parte da Faculdade de Ciências Sociais da Universidad de los Andes, encarregada do suporte financeiro da publicação. Sua sede se encontra no Edifício Franco, escritório GB-615. A página da Revista éhttp://res. uniandes.edu.co, e seu e-mail é res@uniandes.edu.co. O telefone para contato é (57 1) 339-4999, ramais 4819.

Os autores dos textos aceitos autorizam, mediante a assinatura do “Documento de autorização de uso de direitos de propriedade intelectual”, a utilização dos direitos patrimoniais do autor (reprodução, comunicação pública, transformação e distribuição) pelaUniversidad de los Andes, para incluir o texto na Revista (versão impressa e eletrônica). Nesse mesmo documento, os autores confirmam que o texto é de sua autoria e se respeitam os direitos de propriedade intelectual de terceiros.

Conta com a seguinte estrutura: um diretor, um editor, um assistente editorial, um comitê editorial e um comitê científico, os quais garantem a qualidade e pertinência dos conteúdos da Revista. Os membros são avaliados anualmente em função de seu reconhecimento na área e de sua produção acadêmica, visíveis em outras revistas nacionais e internacionais.

Revisão por pares/responsabilidade dos avaliadores Ao receber um artigo, a equipe editorial avalia se este cumpre com os requisitos básicos exigidos pela Revista. Além disso, estabelece-se o primeiro filtro e leva-se em consideração formato, qualidade e pertinência; depois desta primeira revisão, definemse os artigos que iniciarão o processo de arbitragem. Os textos são, neste primeiro momento, submetidos à avaliação de pares acadêmicos anônimos e ao conceito da equipe editorial. O resultado será comunicado ao autor em um período de até seis meses a partir do recebimento do artigo. Quando o processo de avaliação exceder esse prazo, o editor deverá informar ao autor a situação.

Os artigos apresentados à Revista devem ser originais e inéditos e não devem estar simultaneamente em processo de avaliação nem ter compromissos editoriais com nenhuma outra publicação. Se o texto for aceito, os editores esperam que seu aparecimento anteceda a qualquer outra publicação total ou parcial do artigo. Se o autor de um artigo quiser incluí-lo posteriormente em outra publicação, a revista na qual se pretende publicar deverá indicar claramente os dados da publicação original e possuir prévia autorização solicitada ao editor da Revista. Do mesmo modo, quando a Revista tiver interesse em publicar um artigo já publicado previamente, compromete-se a pedir a autorização correspondente à editora que realizou a primeira publicação. Responsabilidades do Autor Os autores devem remeter seus artigos pelo link e enviá-los aos seguintes correios eletrônicos: res@uniandes.edu.co nas datas estabelecidas pela Revista para a recepção dos artigos. A Revista possui normas para os autores de acesso público que contêm as pautas para a apresentação dos artigos e resenhas, bem como as regras de edição. Elas podem ser consultadas em:http://res.uniandes.edu.co/page. php?c=Normas+para+los+autores e na versão impressa da Revista. Ainda que as equipes editoriais aprovem os artigos com base em critérios de qualidade, rigorosidade investigativa e considerem a avaliação realizada por pares, são os autores os responsáveis pelas ideias expressas no texto bem como pela idoneidade ética dele. Os autores devem deixar explícito que o texto é de sua autoria e que nele se respeitam os direitos de propriedade intelectual de terceiros. Se for utilizado material que não seja de propriedade dos autores, é responsabilidade deles se assegurarem de ter as autorizações para o uso, reprodução e publicação de quadros, gráficos, mapas, diagramas, fotografias etc. Além disso, os autores aceitam submeter seus textos às avaliações de pares externos e se comprometem a considerar as observações dos avaliadores bem como as do Comitê Editorial para a realização dos ajustes solicitados. Essas modificações e correções do texto deverão ser realizadas pelo autor no prazo que o editor da Revista indicar. Assim que a Revista receber o artigo modificado, será informado ao autor sobre sua completa aprovação. Quando os textos submetidos à Revista não forem aceitos para publicação, o editor enviará uma notificação escrita ao autor na qual se explicarão os motivos pelos quais seu texto não será publicado pela Revista. Durante o processo de edição, os autores poderão ser consultados pelos editores para resolver dúvidas. Tanto no processo de avaliação quanto no de edição, o correio eletrônico constitui o meio de comunicação privilegiado com os autores. O Comitê Editorial tem a última palavra sobre a publicação dos artigos e sobre o número no qual serão publicados. Essa data se cumprirá sempre que o autor tiver enviado toda a documentação que lhe foi solicitada no prazo indicado. A Revista tem o direito de fazer revisões menores de estilo.

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Todos os artigos que passarem pelo primeiro filtro de revisão serão submetidos a um processo de arbitragem a cargo de pares avaliadores, os quais poderão formular sugestões ao autor e indicar referências significativas que não tenham sido incluídas no trabalho. Esses leitores são, em sua maioria, externos à instituição e, em sua eleição, busca-se que não tenham conflitos de interesse com as temáticas sobre as quais devem conceituar. Diante de qualquer dúvida, uma substituição do avaliador será realizada. A Revista conta com um formato que contém perguntas com critérios cuidadosamente definidos que o avaliador deve responder sobre o artigo objeto de avaliação. Ele tem a responsabilidade de aceitar, rejeitar ou aprovar com modificações o artigo arbitrado. Durante a avaliação, tanto os nomes dos autores quanto o dos avaliadores serão mantidos em completo anonimato. Responsabilidades editoriais A equipe editorial da Revista, com a participação dos comitês editorial e científico, é responsável pela definição das políticas editoriais para que a Revista cumpra com os padrões que permitem seu posicionamento como uma reconhecida publicação acadêmica. A revisão contínua desses parâmetros garante que a Revista melhore e cumpra com as expectativas da comunidade acadêmica. Assim como se publicam normas editoriais que a Revista espera que sejam cumpridas em sua totalidade, ela também deverá publicar correções, esclarecimentos, retificações e dar justificativas quando necessário. A equipe é responsável, sob prévia avaliação, da escolha dos melhores artigos para publicação. Essa seleção estará sempre baseada na qualidade e relevância do artigo, em sua originalidade e contribuições para o conhecimento social. Nesse sentido, quando um artigo é rejeitado, a justificativa dada ao autor deverá ser orientada a esses aspectos. O editor é responsável pelo processo de todos os artigos que se postulam à Revista e deve desenvolver mecanismos de confidencialidade enquanto durar o processo de avaliação por pares até sua publicação ou recusa. Quando a Revista receber reclamações de qualquer tipo, a equipe deve responder brevemente de acordo com as normas estabelecidas pela publicação e, caso a reclamação seja coerente, ela deve garantir que se realize a adequada investigação a fim de resolver o problema. Quando se reconhecer falta de exatidão em um conteúdo publicado, o Comitê Editorial será consultado e serão feitas as correções e/ou esclarecimentos na página web da Revista. Assim que um número da revista for publicado, o editor tem a responsabilidade de sua difusão e distribuição aos colaboradores, avaliadores e às entidades com as quais se tenham estabelecido acordos de intercâmbio, bem como aos repositórios e sistemas de indexação nacionais e internacionais. Além disso, o editor se responsabilizará pelo envio da Revista aos assinantes ativos.








TABULA RASA

Bogotá, Colombia. Revista de Humanidades. No.19 julio-diciembre de 2013 Disponible online en: www.revistatabularasa.org

Como un cierre. Igualdad, honor y amistad entre contendientes directos, después de Malvinas Rosana Guber Racismo/sexismo epistémico, universidades occidentalizadas y los cuatro genocidios/epistemicidios del largo siglo XVI Ramón Grosfoguel Síntomas (de)coloniales: Grosfoguel como lector de Foucault Diego A. Soto Morera Las subjetividades visibilizadas desde el dispositivo: una grilla de análisis Jorge Eliécer Martínez Posada Transculturación y estudios culturales. Breve aproximación al pensamiento de Fernando Ortiz Erelis Marrero León La noción de performance y su potencialidad epistemológica en el hacer científico social contemporáneo María Celeste Bianciotti y Mariana Jesús Ortecho Globalización y reconfiguraciones de lo público-privado ¿Hacia una esfera pública global? Jorge Orlando Blanco Suárez Problematizando el turismo residencial europeo: tecnologías globales de gobierno y formas de subjetivación José Palacios Ramírez Modelos culturales en conflicto: grupos negros y misioneros agustinos en el Pacífico sur colombiano (1896-1954) Oscar Almario García «Que lo afro sea parte de la nación argentina»: resignificaciones estatales de las memorias negras Paola C. Monkevicius Por los caminos de la autonomía comunitaria: debates y experiencias desde la autonomía artesanal kamsá Flor Edilma Osorio Pérez y Gloria Stella Barrera Jurado Léxicos políticos en tensión. Movilización étnica indígena e impolítica en Argentina Leticia Katzer Uso de modelantes estéticos, como proceso de la trasformación corporal de mujeres transgeneristas Karen Johanna Peralta Cruz y Natalia Espitia Pachón Memoria mediática y construcción de identidades Salomé Sola Morales Análisis de la metodología de los Sistemas de Información Geográfica (SIG) en la cartografía de la guerra en Colombia. Informe de investigación del Atlas del Conflicto Armado en Antioquia Nicolás Espinosa De fracaso y frustración en el trabajo de campo: como asumir la ética de representación en investigación participativa Ulrich Oslender

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Co-herencia Revista de Humanidades

Universidad EAFIT - Departamento de Humanidades ISSN 1794-5887 - Vol. 10, No. 19 (julio - diciembre) 2013 Medellín, Colombia

Contenido La actualidad del pensamiento político de Maquiavelo Antonio Hermosa Andújar

13-36

Socrates on Egoism. Does he say we should be virtuous and egoists? Diana Hoyos Valdés

41-56

La inmortalidad de Ulises, entre Homero y Joyce Raúl Rodríguez Freire

57-71

Tragedia y reaprehensión mítica Mauricio Vélez Upegui

73-112

La interpretación política de la tragedia griega de Hegel Patricio Landaeta Mardones Juan Ignacio Arias Krause

113-133

Justicia transicional “desde abajo”: Un marco teórico constructivista crítico para el análisis de la experiencia colombiana Gabriel Ignacio Gómez Sánchez

137-166

El presidencialismo, el control de convencionalidad y la democracia en los países andinos Manuel Fernando Quinche Ramírez

167-206

La ciencia política y sus métodos: una comparación de los programas de ciencias sociales en Colombia Sergio Angel Baquero Fredy Andrés Barrero Escobar

207-234

Una lectura política de Pablo Escobar Gustavo Duncan

235-262

Discurso misógino sobre acciones misóginas Sonia López Franco

263-292

RESEÑAS Bibliográficas La ciencia política en Colombia. ¿Una disciplina en institucionalización?, de Santiago Leyva Botero (ed.) Adolfo León Maya Salazar

297-303

La experiencia de la violencia: Los desafíos del relato y la memoria, de Daniel Pecaut Saúl H. Echavarría Y.

305-311

Artística Ilusión científica del arte. Conversación con Edwin Monsalve Oscar Roldán-Alzate

313-316

Guía para los autores

325-327

Guidelines for Authors

328-329

7





Revista Colombiana de Antropología Volumen 49 (1), enero-junio 2013  issn 0486-6525 Temas 

diversos en el

aniversario de la rca

Editorial María Teresa salcedo

eTnografías 

60.°

Bogotá-Colombia

y debaTes sobre eTnicidad y MulTiculTuralisMo

Mundo perdido, paraíso encontrado: lugar, identidad y producción en la Gran Sabana, Venezuela luis fernando angosTo ferrández ¿Indígenas o campesinos, pueblos de la selva o de la montaña? Viejos debates, nuevas perspectivas chrisTian gros ¿Puede la etnicidad reemplazar lo racial? Afrocolombianos, indigenidad y el Estado multicultural en Colombia beTTina ng’weno

chaManisMo 

Chamanismos guaraní contemporáneos en Brasil: un estudio de transfiguración cultural isabel sanTana de rose y esTher Jean langdon “La visita a la casa de los tigres”: La contextualización en narrativas sobre experiencias extraordinarias esTher Jean langdon

eTnografías 

Experiencias de violencia y de restitución en sobrevivientes de minas antipersonales en el Magdalena Medio colombiano angélica franco gaMboa El sacrilegio sagrado: narrativa, muerte y ritual en las tragedias de Armero andrés felipe ospina enciso

eTnografía 

y archivos

Sobre vivientes. Archivos recuperados, niños por encontrar agosTina genTili

cuesTiones 

de MéTodo

anTropología de los senTidos

Una acustemología de la selva tropical sTeven feld

arqueología 

del cuerpo y de la violencia

y paTriMonio

Arte rupestre y ritual. Un estudio arqueológico de los petroglifos de El Colegio (Cundinamarca) pedro María argüello garcía y Juan carlos rodríguez buiTrago Del registro al patrimonio, un camino con curvas cerradas. Gestión del patrimonio arqueológico y comunicación pública de la ciencia carolina inés Mariano y María eugenia conforTi

reseña  Movilizaciones indígenas e identidades en disputa en la Argentina, de Gastón Gordillo y Silvia Hirsch (comps.) valeria iñigo carrera

Precio de venta al público: $20.000.oo 

Calle 12 nº 2-41, Bogotá-Colombia  Teléfono: 4440544 Línea gratuita en Bogotá: 0180003426042; fuera de Bogotá: 018000119811 Correo electrónico: rca.icanh@gmail.com


76 Revista de Antropología y Sociología, publicada por la Facultad de Ciencias Sociales de la Pontificia Universidad Javeriana. No. 76 julio-diciembre de 2013, ISSN 0120-4807. http://revistas.javeriana.edu.co/index.php/univhumanistica

Presentación María Fernanda Olarte Sierra

9

Universidad de Los Andes, Bogotá, Colombia Introducción. Ciencia, tecnología y América Latina: perspectivas situadas

Hebe Vessuri

13

Controversia

María Fernanda Arias Núñez

Conicet /CEIECS, Universidad Nacional de San Martín, Buenos Aires, Argentina 253 La sociedad del conocimiento en Argentina. Percepciones de académicos, empresarios y funcionarios

Mayda Patricia González-Zabala Jenny Marcela Sánchez-Torres

Universidad Nacional de Colombia, Bogotá, Colombia

Universidad Nacional Autónoma de México, Morelia, México 25 El nuevo mantra de la diplomacia científica internacional: ¿Co-diseño de conocimiento? ¿Investigación integrativa?

J. Adam Holbrook

Dominique Vinck

Dora Inés Munévar M.

Institut des Sciences Sociales, Université de Lausanne, Lausana, Suiza Las culturas y humanidades digitales como nuevo desafío para el desarrollo de la ciencia y la tecnología en América latina

51

Mariano Fressoli, Santiago Garrido, Facundo Picabea, Alberto Lalouf y Valeria Fenoglio Universidad Nacional de Córdoba, Córdoba, Argentina Cuando las transferencias tecnológicas fracasan. Aprendizajes y limitaciones en la construcción de Tecnologías para la Inclusión Social

73

Manuel Franco-Avellaneda

Universidade Federal de Santa Catarina, Florianópolis, Brasil Museos, artefactos y sociedad: ¿Cómo se configura su dimensión educativa?

Bernardo Herrera

Pontificia Universidad Javeriana, Bogotá, Colombia

97

125

Javier Jiménez

Universidad de los Andes, Bogotá, Colombia Mediación universitaria en redes locales de innovación: ¿Hacia un Sistema Tecnológico social?

Jorge Daniel Ivars

Instituto de Ciencias Sociales, Humanas y Ambientales, CCT – CONICET, Mendoza, Argentina 153 Relaciones de definición y generación de energía eléctrica a partir de centrales nucleares

Ana Spivak L’Hoste

Horizontes

Universidad Nacional de San Martín, Buenos Aires, Argentina

185

Simon Fraser University, Burnaby, Canadá Análisis de los indicadores para medir las iniciativas de Sociedad de la Información propuestas por el gobierno colombiano Universidad Nacional de Colombia, Bogotá, Colombia Distanciamientos epistémicos dentro de los estudios sobre discapacidades humanas

Universidade Federal Fluminense, Rio de Janeiro, Brasil

Ronald João Jacques Arendt

Universidade do Estado do Rio de Janeiro, Rio de Janeiro, Brasil Guiar y ser guiado: ¿o de lo que nuestra (dis)capacidad está hecha?

Universidade Federal do Rio de Janeiro, Rio de Janeiro, Brasil 349 La guerra de las huellas dactilares: identidades, jerarquías y cuerpos

Arthur Arruda Leal Ferreira, Bruno Foureaux, Julia Torres Brandão, Karoline Ruthes Sodré, Marcus Vinicius Barbosa Verly Miguel y Natalia Barbosa Pereira Universidade Federal do Rio de Janeiro, Rio de Janeiro, Brasil La producción de subjetividades en red: Siguiendo las pistas de una división de psicología aplicada

Universidade Federal de São Carlos, São Carlos, Brasil 393 La producción de conocimiento institucionalizado en los Think tanks brasileños: ciencia, tecnología e innovación según el Instituto de Investigaciones Económicas Aplicadas (1995-2010)

Investigación Joven Carolina Roatta Acevedo

Mariano Zukerfeld

Hernando Alexis Casallas Torres

María Belén Albornoz

FLACSO, Quito, Ecuador La biotecnología y su paradoja del buen vivir

235

371

Camila Carnerio Dias Rigolin y Maria Cristina Piumbato Innocentini Hayashi

Universidad Central, Bogotá, Colombia Universidad del Rosario, Bogotá, Colombia

Universidad de Maimonides, FLACSO-Argentina, Universidad Nacional de Quilmes, Universidad de Buenos Aires, Buenos Aires, Argentina Códigos generizados: La exclusión de las mujeres del mundo del software, obra en cinco actos

327

Ivan da Costa Marques

Guillermina Yansen

Universidad Maimónides, Universidad de Buenos Aires, Buenos Aires, Argentina 207

299

Otras Voces

Marcia Moraes

Matthieu Hubert

Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) Buenos Aires, Argentina Sentidos de nación y tecnociencia: una mirada comparativa en instituciones del área nuclear

277

421

Um giro no serviço ao cuidado nas práticas para a apropriação social da ciência e a tecnologia (ASC&T): Desafios metodológicos

Universidad de Cundinamarca, Bogotá, Colombia Usos de la ciencia en la publicidad televisiva colombiana. Un estudio exploratorio sobre las representaciones de la ciencia en televisión

Gisela Mateos

Universidad Autónoma de México

447

Reseña 479



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