EN EL NOMBRE DEL VINO
20 Aldeas
Familia Fernández Rivera – VT Castilla y León
Tempranillo
Los vestigios que aún conserva la localidad burgalesa de Haza son testigos perennes del intenso pasado histórico de la zona. En plena Reconquista, allá por el año 912, aquel emplazamiento se convertía en una auténtica fortaleza que, asomada al fértil valle del Duero, tenía como función defender las frágiles fronteras cristianas de los ataques de las tropas califales. Su importancia geoestratégica la situarían en el año 1011 en el centro de la Comunidad de Villa y Tierra de Haza, integrada por un total de 20 aldeas. Y allí, en esos mismos dominios, en las entrañas de la bodega Condado de Haza, nace un vino ecológico de Tempranillo, que rinde homenaje al pasado. Un vino de château en la Ribera del Duero.
San Cobate
San Cucufate – DO Ribera del Duero
Tinto Fino
Las tierras sobre las que se asienta el actual viñedo de la bodega burgalesa San Cucufate pertenecían a mediados del siglo XI al desaparecido monasterio benedictino del que toma prestado su nombre. Un nombre que, con el paso de los años, acabaría transformándose en San Cobate. Allí se cobijaban los monjes responsables de plantar los primeros majuelos, además de una amplia variedad de árboles frutales, plantas aromáticas y su propia huerta. En aquel entorno, en las proximidades del monasterio, se fue instalando poco a poco una pequeña población, conocida en su día como Monzón. De aquel asentamiento solo queda hoy en pie su ermita, construida con las piedras del monasterio original, que quedó abandonado cuando la comunidad religiosa se trasladó definitivamente a Santo Domingo de Silos.
Topo 10 Meses
Estancia Piedra – DO Toro
Tinta de Toro
El herrerillo, el zorro, la liebre o la garza son animales autóctonos fácilmente observables en las inmediaciones de la bodega Estancia Piedra, muy próxima a la localidad zamorana de Toro. Y lo son porque aquel es un entorno bien conservado, libre de agresiones y polución. Todos ellos ilustran las etiquetas de su gama de vinos Piedra, renovadas no hace mucho tiempo. A esta fauna se suma ahora el topo, que da comienzo a una nueva serie de etiquetas modernas y divertidas para unos vinos ecológicos, sostenibles y respetuosos con el medio ambiente. La bodega elige al topo –también autóctono- por ser un animal divertido, con sus pequeños ojos y grandes garras, y por vivir en suelos limpios y ricos, con carácter y potencia. Lo mismo le pasa al vino al que representa.
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