Largos tentáculos extranjeros alcanzan ya el viñedo español. En dos rápidas operaciones, las históricas sagas del cava, Codorníu y Freixenet, han pasado a grupos foráneos: Carlyle y Henkell. Ambos se suman a una larga lista de inversores que apuestan por nuestro vino. La entrada de capital externo viene, en algunos casos, a salvar momentos de crisis o a facilitar el crecimento internacional de las bodegas locales. Vivir el Vino hace un repaso por las propiedades que un buen día dejaron de ser ‘de aquí’.
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