EN EL NOMBRE DEL VINO
Iura
Atavus Priorat - DOQ Priorat
Cabernet Sauvignon, Garnacha Negra y Syrah
Iura nace en un pequeño valle de la finca de Atavus Priorat, ubicada en el término municipal de la localidad tarraconense de Gratallops. Por allí pasa el río Siurana, pequeño también, pero con una larga historia que fluye por todo su cauce. Tributario del Ebro, este afluente se desprende de algunas de sus letras para dar vida a Iura, un vino que refleja en su etiqueta la fusión de sus aguas con la “pedra blava” (piedra azul o licorella), uno de los cinco tipos de pizarra que componen los suelos del Priorat. Iura es también un término latino empleado para “jurar” o “dar algo por cierto”. Y eso es precisamente lo que hace este coupage: dar fe de las señas de identidad que, inevitablemente, definen la viticultura de la zona.
Opta
Calzadilla – Pago Calzadilla
Tempranillo, Garnacha y Syrah
Con su nombre, este vino rinde tributo al antiguo poblado romano de Opta, ocupado actualmente por la localidad conquense de Huete. De aquellos tiempos, los moradores del siglo XXI conservan el gentilicio de optenses, además del lapis specularis –yeso cristalizado o espejuelo- que compone sus suelos y que atrajo hasta la zona al antiguo imperio. Este mineral solía emplearse en la fabricación de ventanas y elementos ornamentales. Hoy engalana la etiqueta de Opta, un vino elaborado por Calzadilla, la bodega que también homenajea con su nombre a las calzadas que se usaban para transportar el mencionado lapis specularis.
Pago Mota
Pago Florentino - VT Castilla
Chardonnay
Florentino Arzuaga, fundador y propietario de Bodegas Arzuaga en la Ribera del Duero, recalaba a finales del siglo pasado en la localidad ciudadrealeña de Malagón, inmerso en su búsqueda de terrenos donde plantar olivares con los que elaborar su propio aceite de oliva virgen extra de Cornicabra, variedad autóctona de Castilla-La Mancha. En esa aventura se topó con La Solana, una finca que resultó idónea para el cultivo del viñedo. Con el tiempo, tanto la excepcionalidad de aquel terruño como el esmerado método de elaboración empleado recibía el reconocimiento oficial de Denominación de Origen de Pago. De ahí, la primera parte del nombre del vino. La segunda, Mota, se corresponde con un pajarillo que habita en las zarzas de la zona. Un ave huidiza, muy difícil de ver y que hay que descubrir. Igual que este vino, que bien merece ser descubierto.
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