Casa de la Cera
Bodegas Castaño - DO Yecla
Monastrell, Garnacha Tintorera, Cabernet Sauvignon, Syrah y Merlot
Puede parecer el título de una película clásica, pero no lo es. Casa de la Cera rinde homenaje a Juan de la Cera, abuelo de Ramón Castaño Santa y fundador de Bodegas Castaño. “El de la Cera” era su mote, como antiguamente se conocía a cada vecino en Yecla. No se sabe cuál es el origen de este apodo, pero sus responsables aclaran que no tiene nada que ver con la cera. Constatan que Juan de la Cera era viticultor y que, entre sus labores, era conocido por la elaboración de vino Monastrell, una tradición que fue recogida más tarde por su hija Francisca Santa. Esta llevó a cabo su sueño: crear Bodegas Castaño con su hijo al frente, Ramón Castaño. Hoy, con sus vinos de autor, la bodega rinde homenaje a Francisca Santa, Casa Cisca, que junto a Casa de la Cera, conforman la gama top de Castaño.
De Chiripa
Valderiz - DO Ribera del Duero
Albillo y Tempranillo
Cuentan que hace más de un siglo venía a Roa (Burgos) una compañía de cómicos originarios de América del Sur. Entre los componentes de aquel grupo de actores había uno al que llamaban ‘el Chiripa’. Por el parecido con dicho cómico y porque “nuestro bisabuelo era una persona divertida y cómica”, le apodaron ‘el Chiripa’. El hijo del tío Chiripa, el famoso Nazareno de Roa, es el padre de Inmaculada Cristóbal, socia fundadora de la bodega y persona en la que se inspiró este vino fresco y divertido.
Porto de Lobos
Ponte da Boga - DO Ribeira Sacra
Brancellao
La primera añada de Porto de Lobos se produjo en 2011. El nombre del vino procede de la parcela situada en la costa de Alaïs (Castro Caldelas – Ourense). Este lugar tan especial de la Ribeira Sacra se ubica en pequeños bancales y con una pendiente vertiginosa de 480 metros. Porto de Lobos da cobijo a 2.000 cepas y es la firme apuesta de Ponte da Boga por recuperar variedades autóctonas ancestrales como la Brancellao. Precisamente en este vino Porto de Lobos se descubre el gran carácter de esta uva. Hay que tener en cuenta que es bastante difícil de cultivar por su gran sensibilidad al hongo llamado oidio. Además, tarda mucho en madurar -se vendimia en la primera quincena de octubre- lo que explica que solo represente el 1,5% de la producción de esta denominación.
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