Revista Un Caño - Número 55 - Enero 2013

Page 60

GANAR ES DE PERDEDORES POR ARIEL

E

n tiempos donde los directores técnicos tienden a ser expulsados de sus puestos de trabajo a la tercera derrota consecutiva, tal vez no sea ocioso recordar la campaña de Leopoldo Lamberto Lünenhof en el Aguerridos de San Javier. En su primera temporada al frente del conjunto albiprieto, Lünenhof computó apenas dos victorias y cuatro empates, redondeando la peor campaña del equipo desde su ascenso a la primera C. Eso no obstante, la comisión directiva decidió renovarle el contrato por una temporada más, atenta a la evidencia de que el equipo jugaba bien, de hecho bastante mejor que la mayoría de sus contrincantes, y que esa superioridad técnica no tardaría en cristalizarse también en los resultados. Sin embargo, la segunda temporada fue menos exitosa aún que la anterior. El Aguerridos no consiguió una sola victoria, y si quedó cuarto contando desde abajo fue sólo porque los otros tres recibieron quita de puntos por desmanes dentro y fuera de la cancha. La diferencia de goles era tan desfavorable como ningún socio recordaba haber visto ni en las inferiores. En las tablas de promedios se agrandó la columna de goles en contra a fin de que hubiera espacio para el que le correspondía al Aguerridos, que era de tres cifras. Eso no obstante, la continuidad del director técnico no fue puesta en duda. El equipo jugaba cada vez mejor, y si bien salir campeones no parecía figurar entre los objetivos explícitos de Lünenhof, tampoco se hablaba nunca de la necesidad de mantener la categoría, por lo que la impresión general era que todo eso eran detalles que se descontaban. Lünenhof se refería a su juego en términos estrictamente tácticos, las especulaciones numéricas no ocupaban en sus planes un lugar ni siquiera anecdótico. Él no trabajaba para

60 UN CAÑO ENERO 2013

MAGNUS

ganar partiditos - decían que decía - sino para hacer del Aguerridos el equipo con mejor fútbol de la historia. El suyo era un proyecto ambicioso de largo alcance, entendieron las autoridades, y en señal de confianza el contrato se le renovó no por uno, sino por dos años más. La tercera campaña fue peor que las dos anteriores, sumadas. Un auténtico desastre. El agónico empate en cero de la primera fecha aportó el único punto que consiguió el equipo a lo largo de todo el campeonato. Goles a favor contabilizó cinco, tres de ellos de penal. De los goles recibidos, hasta los organizadores perdieron la cuenta después de algunas fechas, por lo que decidieron dejar de computarlos. Las tablas volvieron a su ancho normal y en la columna correspondiente aparecía un 99 meramente simbólico. Mucho antes de que terminara el campeonato se especulaba con que al año siguiente las planillas podrían venir con el nombre de Aguerridos de San Javier ya impreso en el último lugar y que los otros equipos deberían arrancar con dos puntos cada uno, por cuenta del partido que ya le tendrían ganado de antemano al de Lünenhof. Se convino, asimismo, que para la tabla de goleadores oficial no se contabilizarían los goles hechos al equipo albiprieto, como si correspondieran a los de un entrenamiento o un partido a beneficio. Lo que no estaba en discusión era que el Aguerridos se quedaba en la C. Si antes los dirigentes del club habían tenido que hacer algunos malabares con el promedio para que el equipo mantuviera la categoría, ahora eran personas de otras instituciones las que se encargaron de evitar el descenso, y con métodos que trascendían la interpretación matemática. Se dijo que los otros clubes aprovecharon la oportunidad para saldar cuentas entre ellos, mandándose mutuamente inspecciones sanitarias o haciéndose acu-


Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.