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ormada por un par de hojas metálicas afiladas por el lado interior, este maravilloso invento facilita diariamente un sinfín de actividades, e incluso es la herramienta básica de muchos oficios. El amplio catálogo que hoy existe de tipos de tijeras es producto de cientos de años de evolución y de miles de tijeretazos hechos para perfeccionarla.
SU FILOSO PASADO
Las primeras tijeras que el hombre fabricó estaban hechas con bronce o hierro y se empleaban en labores cotidianas como cortar pieles, cabello o tejidos. Aunque en sus inicios no existieran tantos tipos de este utensilio, lo que sí se sabe es que llegaron partiendo plaza y dispuestas a no partir jamás. Ya en sus primeros años de existencia, las tijeras tenían características de producto de lujo, lucían deslumbrantes en el de tocador de las mujeres más distinguidas, además han sido descubiertos algunos de esos primeros modelos en ajuares funerarios hallados en tumbas griegas y romanas. La forma de arco, que caracterizaba a las tijeras antiguas se mantuvo hasta el siglo XIV, cuando se inventaron las tijeras tal y como las conocemos hoy en día, con un eje entre ambos brazos.
PIEDRA, PAPEL O TIJERAS…
El elemento más representativo de las tijeras es el par de cuchillas que al unirse ejecutan la acción cumbre de esta herramienta: cortar. Las hojas estan hechas de metal, el más común, empleado para fabricar tijeras domesticas multipropósito, es el acero inoxidable. Tijeras como las de peluquería llevan un recubrimiento, sobre el acero inoxidable, de Nitruro de Titanio que consigue que la superficie aumente considerablemente
su dureza, incluso más que el acero templado. Esta capa logra buena resistencia a la erosión y a los agentes químicos. También se fabrican cuchillas con una combinación de materiales como carbono, silicio, manganeso y cromo. El carbono garantiza rendimiento de corte y afilado, el cromo tenacidad y el manganeso permite rendimiento durante el mecanizado. A dicha aleación se le somete a tratamientos térmicos con temperaturas de entre 1050° y 1922°C.
EN LA LÍNEA DE PRODUCCIÓN
El proceso comienza partiendo de una bobina de varilla de acero al carbono o inoxidable, esta se endereza, y se calienta a una temperatura de aproximadamente 1200ºC en un horno de inducción. Luego se realiza la estampación (el proceso que da forma a las piezas con dos moldes), donde se utiliza un martillo hidráulico, cuya velocidad de bajada de la maza llega a dos golpes por segundo Luego de cortar las cuchillas, una prensa cala el orificio en medio de la hoja con forma de bumerán, ese pequeño agujero será la clave del funcionamiento de las tijeras. . De ahí deposita la pieza forjada en una transportadora, que la lleva a un contenedor. Antes de ensamblar las cuchillas con los otros dos elementos que dan forma a la herramienta, se deben tratar con calor para aumenar su dureza. Primero se someten las piezas de metal a casi mil grados centígrados de calor constante para alterar su estructura molecular y endurecer el acero. Una vez que se enfrían, un segundo horno las calienta nuevamente a 221 grados para relajar el metal, luego las cuchillas quedaran mas resistentes y listas para ser afiladas.
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