Revista Sold Out, nº 26

Page 1


Sold Out es una revista cultural, descargable y gratuita, sin pretensiones, escrita y diseñada por personas enamoradas de canciones, párrafos literarios, fotografías, películas y toda clase de manifestaciones artísticas

Puedes escribirnos para sugerir lanzamientos y publicaciones a revistasoldout@gmailcom, aunque también puedes enviarnos opiniones y sugerencias que puedan inspirar contenidos diferentes para nuestraspáginasenpróximosnúmeros Te invitamos a suscribirte y que la Revista Sold Out llegue cada mes a tu correo electrónico También la puedescompartircontuentornoyamigos

X & IG: @revistasoldout

THEKIDS AREALRIGHT!

Mis años rockeros

Jordi Sierra i Fabra (Sílex Ed )

”Con él empezó todo ” Así de claro deja en el prólogo Jordi Bianciotto la actividad incansable de este escritor inmenso que cautivó a niños, jóvenes y adultos con todo tipo de obras literarias. Su corazón siempre fue musical,

siempre fue rockero, y eso le llevó a ser, entre otras muchas cosas, director de publicaciones musicales de prestigio como Disco Expres, además de ser el ideológo de la Super Pop. ¡Poca broma! En las páginas de esta nueva publicación, Jordi nos lleva de viaje a finales de los años sesenta, a una época todavía oscura en nuestro país, que iba a recibir con los brazos abiertos la revolución del rock que ya campaba a sus anchas por todo el planeta. De aquello tenían mucho que decir los Beatles, que pasaron casi de puntillas por Madrid y Barcelona, pero esto es otra historia. Llevar el pelo largo, ser hippie o ser rockero, empezaron a ser cosas guays desde 1969, gracias a las bandas, sí, pero también gracias a una prensa musical heróica, que informó como nadie (literal) de todo lo que sucedía, cuando la tele y la radio optaron por obviar la sacudida. Por ello es muy necesario tener presente el testimonio de quien estuvo ahí, generando más medios musicales y haciendo del periodismo musical una referencia. Jordi fue un faro que guió la esperanza y el deseo de cambio de muchos en clave de rock. El libro está en tu librería de barrio, que yo lo he visto.

No es para nada verdad eso de que cualquier tiempo pasado fue mejor, pero el tiempo de los mods y los rockers tuvo que ser mejor que esta vida perra sí o sí. Míranos, sin estilo ni sueños, y esa peña iba vestida siempre de domingo, sin más preocupaciones que quitar brillo a sus Lambrettas, Vespas y demás motorizadas italianas, llenas de espejos y claxons. Es que incluso las peleas molaban más: es mucho más guay pegarse en la playa por ser más de The Who que de Elvis, que hacerlo con el padre imbécil de un niño malcriado que no deja de tirar puta arena a tu toalla. Los niños a la orilla a hacer castillos con sus cubos, y los demás a hostiarse con The Kinks de fondo. ¡Eso sí es vida! Evidentemente, tuvimos que visitar la expo “Chupas & Parkas” para recrearnos en nuestra anemoia, porque en el fondo nos jode no haber vivido algo así, igual que nos fastidia no haber vivido muchas de las revoluciones que han tenido la música por bandera, como la que trata el libro que tienes aquí a la izquierda. Es muy español eso de llegar tarde a todo lo bueno que le pasa al mundo, y mira que para adquirir lo malo somos unos fenómenos, pero al menos podemos decir que disfrutamos en vida de alguna que otra revolución musical, quizás menos llamativas, pero con su chicha y sus polémicas. Hace veinte años uno se preguntaba por qué no sonaban en la radio de aquí tantas buenas cancio-

es de artistas que no podíamos dejar de escuchar, como Quique González o Iván Ferreiro, por nombrar dos de cientos. Luego entendimos de qué iba la historia, el sentido de negocio de las radiofórmulas y el por qué de que en La 1 siguiesen saliendo las Azúcar Moreno haciendo playback. Por suerte, la luz de Radio 3 poco a poco fue alumbrándolo todo, pero no fue suficiente con eso. Los blogs aparecieron para liarla pardísima, haciendo las veces de fanzines digitales sin ningún tipo de filtro, y de ellos bebe hoy la industria, que sudaba de artistas que ya lo petaban en festivales mucho antes, sin necesidad de algoritmos y sin gastarse un duro en publicidad. ¿Ves cómo siempre llegamos tarde? Unos Strokes aquí habrían sido tentados por una multi a partir del cuarto disco, siempre que no hubiesen tirado la toalla antes. Esa revolución musical, llámalo indie o llámalo pop, hoy tiene su base en la revolución de las pequeñas oficinas que empezaron casi por las risas y que hoy cortan el bacalao como pocas, véase Vanana Records, Ernie, Sonido Muchacho, Emerge o Ayuken. Esta peña no lleva chupas ni parkas (bueno, habrá quién sí), pero hay mucho estilo, y buen gusto. ¿Se pegan con los gigantes? Sin duda, y ayudan además a que se pongan las pilas, así que todos ganamos (los cojones todos, dirán los artistas). Con vuestro permiso, suena My generation en la ofi itinerante.

Texto y fotografía: Dani Pach

Mafalta Cardenal es, y nos viene al pelo además, uno de los grandes nombres de la generación Z en lo musical, y buena parte de su éxito quizás tenga mucho que ver con el lanzamiento de su sencillo Tu fan hace año y medio, que supera a día de hoy los 76 millones de reproducciones en Spotify. La artista alicantina no ha dejado de subir el nivel, publicando hasta cinco nuevas canciones en lo que va de año. La más reciente, Solo un nombre, se nos metió en la cabeza hasta el punto de tener que ir a las oficinas de Sony a decírselo.

¿Cómo está Mafalda Cardenal hoy?

Estoy muy contenta con todo, en general, también de estar aquí con vosotros, y con muchas ganas de trabajar y de seguir sobre todo haciendo música.

Se dicen muchas cosas bonitas de esta nueva canción. Es verdad que todo el feedback que he recibido, afortunadamente, es positivo. La gente la ha recibido con los brazos abiertos y yo estoy muy contenta, porque es una canción que me hacía mucha ilusión lanzar, y ver que esa ilusión se extiende a la gente es algo que me hace muy feliz.

¿Cómo nace una canción así?

En realidad la canción le debe mucho al título. Un día estaba en plan reflexivo, pensando cosas tipo: “esta persona con la que he estado un montón de tiempo, un

día le van a hablar de mí, y llegará un punto en que ya solo seré un nombre. Al rato también pensé que sería un nombre guay para una canción, y comencé a explorar un poco eso. Y así hasta hoy.

Para hacerla realidad, te has rodeado de muchos amigos.

La verdad es que sí. Con Milo, que es mi productor, hice la canción, y luego tuvimos la suerte de contar con músicos extraordinarios que tocaron todo en directo. Tuvimos banjo, armónica y pedal steel, que son instrumentos menos convencionales que es muy guay y muy divertido ver en directo. Después escribí a Inazio y le dije: “oye, ¿te raya mucho si te pido que hagas unos coros para esta canción?” y él dijo: “¡claro que sí, me paso cuando quieras!”, y eso quedó súper bien, la canción con él se eleva mucho más. Y luego está el tema de los silbidos: yo lo intenté, fue lo que más nos costó de todo el proceso de producción, y no fui capaz ni con auto-tune. Y entonces prácticamente se cruzó en el camino Kasem Fahmi, otro productor, al que preguntamos directamente: “tú por casualidad... ¿sabes silbar?” ¡Y vaya si sabía! El pavo silbaba con vibrato y todo, y eso fue una maravilla.

En la producción, tienes muy claro cómo quieres que suene algo aunque no toques un solo botón. Eso lo tengo ya muy cogido, Milo y yo lleva-

mos trabajando juntos ya mucho tiempo y nos entendemos muchísimo. Yo le digo “quiero que esto suene a bosque”, y él hace que suene a bosque, pero a un bosque según mi percepción. Conectamos hasta ese punto, y por eso solo trabajo con él. Me encanta, somos súper productivos.

Y así se va haciendo el camino hacia ese disco que espera tanta gente. De momento irán saliendo más singles poco a poco. El disco verá la luz en la primera mitad de 2025, aún no puedo decir un mes exacto porque hay muchas variables, pero será seguro antes de verano. Tengo muchas ganas de que vea la luz, es cierto que aún estamos en fase de producción, pero la cosa pinta muy bien.

Si te dicen hace año y medio todo lo que ibas a vivir ahora, les tomas por locos. ¡Y hace un año también! Todo esto está siendo muy heavy, yo nunca creí que esto fuese a suceder, y creo que el hecho de que todo haya sucedido sin querer, sin forzar, le da un punto de realidad al proyecto, y es que es lo que es. Ha sido una mezcla de trabajo, suerte, estar donde había que estar en el momento indicado, y yo solo puedo estar súper agradecida.

Que una canción se viralice no parece precisamente algo sencillo. No lo es, y además tú no puedes controlar lo que se hace viral y lo que no. Lo que sí

tengo clarísimo es que yo no quiero vivir de lo viral. Yo quiero que la gente escuche mis canciones y no se quede con apenas diez segundos de ellas. Quiero que esa canción le pueda ayudar, le transmita algo, o que simplemente la escuche porque le gusta. Eso no quita que la viralidad ahora mismo es algo súper importante, y que es parte de lo que hace que una canción vaya bien, con Tu fan es verdad que conseguimos eso sin proponérnoslo. Es lo más bonito, no hacer las cosas forzadas, porque en el momento en el que haces las cosas pensando en objetivos así, y que luego los objetivos no se cumplan, pues te podría invadir una sensación de fracaso que no tendría ningún sentido en realidad.

Aquel momento tuvo que ser la bomba. La cosa en aquel momento se dio en un espacio de tiempo de unos cinco días en el que no dejaban de publicarse vídeos, de mencionarme en cosas, y aquello no dejaba de crecer. Fue una experiencia muy guay, de esas que una no piensa que le vaya a pasar, y al final pues mira, me pasó.

Cómo se lleva un proyecto así al directo. Yo valoro mucho el factor humano en todo lo que hago, incluso con las empresas con las que trabajo. Mi banda es la misma desde el primer día. Hemos ido creciendo todos juntos, es decir, los mismos que tocaron en Moby Dick hace dos años delante de doscientas personas, son los mismos que van a estar en el escenario de La Riviera delante de unas dos mil quinientas. Me parece que es algo muy bonito, sobre todo por rodearme de gente que me aporta, que apoyan tu proyecto casi a ciegas, con sinceridad. Esto al final lo extrapolamos a todo: mis managers son amigos, compañeros, no tenemos tan solo una relación puramente profesional. Les quiero un montón. Con el equipo de Sony, aunque llevamos poco tiempo trabajando juntos, me siento como en casa y me tratan fenomenal. Incluso en lo relativo a los videoclips seguimos la misma línea, y llevamos con Aitor y con Lucía desde que empezamos con esto.

¿Impone mucho una Riviera? Me impone. Obviamente me impondrá mucho más en el momento en el que ponga un pie en el escenario y diga: “vale, esto está pasando”, pero ahora mismo estoy en la fase de que sé que voy a tocar allí pero sin asumirlo del todo. Creo que necesito el golpe de realidad de estar allí fisicamente para reaccionar.

Hay mucha gente que ve en ti la revelación de tu generación, y obviamente estará allí viéndote. No pienso mucho en ello y por eso no me afecta demasiado. Al final estoy en la músi-

ca porque me gusta hacerla. No he venido a este mundillo para hacerme famosa ni ser ejemplo de nada. Que es un honor que alguien pueda pensar algo así, y me siento súper agradecida, y me hará muy feliz si sé que he podido inspirar a otras personas a intentar dedicarse a hacer canciones, pero no es un pensamiento al que le dedique nada de tiempo.

Tampoco te pones metas, pero ¿cómo te ves en un tiempo, ya con el disco fuera? Lo veo sobre todo con muchas ganas de vivir al máximo lo que suceda. Me imagino un verano loco, que es cierto que este verano hemos tenido algún festival, pero fue más bien tranquilo. Si toca currar a saco porque estemos en muchos festivales, pues yo súper feliz de la vida. Tengo muchas ganas de vivir esa parte de esto.

Pero es cierto que me siento una persona normal, que vive el día a día. No me pongo metas, sobre todo porque en el momento en el que impones una meta y luego no la alcanzas, pues igual te hunde un poco, te apenas... Voy tomándome y cogiendo las cosas según me van viniendo, y así no me decepciono nunca.

Por suerte, el hecho de no tener un estilo muy marcado ayuda a encajar en eventos de todo tipo. Es cierto, yo no estoy súper metida en un género concreto ni me lo planteo, entonces es fácil para nosotros explorar en las diferentes formas de hacer música. Es mucho más interesante y mucho más divertido para mí. De hecho, creo que también lo es para las personas que escuchan mis canciones.

Thom Archi

Texto: Dani Pach Fotografías: @bea11trice
Texto: Dani Pach Fotografías: @bea11trice

Entre el volumen de información que nos llega cada mes a nuestro mail, siempre hay alguna novedad que se sale de la norma y que nos enseña nuevas formas de creación y submundos diferentes dentro de la música que tienen el don de no adherirse a etiquetas y ni mucho menos tiene artistas que se asemejen. Es el caso del británico Thom Archi, que vive en O Grove desde hace unos añitos y que estos días nos ha sorprendido con el lanzamiento de su primer LP, co(m)ping (Esmerarte I.C.), un disco que descubre la belleza que puede proyectar la electrónica junto al pop, dejando entreabierta la puerta del rap, siempre desde una visión intimista, introvertida. Nos tomamos un café con Thom en el Maracca, el lugar más elegante que encontramos para estar a su altura.

Qué se siente cuando uno ve sus canciones hechas para sí mismo en formato disco.

Es una pasada verlo completo, porque es algo que se ha ido formando sobre la marcha durante varios años, de hecho hace unos cinco que hice la primera canción. De vez en cuando surgía una nueva y yo mismo me decía: “esta, para el disco”. Yo trabajo produciendo con otros artistas, entonces, el ir creando esto poco a poco y poder ver ahora el resultado, es algo increíble.

¿Por qué co(m)ping?

En esto es interesante destacar la M entre paréntesis, ya que tiene doble sentido, empezando por el coping, el afrontar ciertas cosas que se van dando cuando te estás convirtiendo en un adulto: trabajo, responsabilidades económicas, pareja, amigos... Empecé a crear este disco con 18 años y lo terminé prácticamente con 23, entonces el reto era lidiar con todo aquello al mismo tiempo que intentas hacerte un hueco en la industria musical. Al mismo tiempo, sé que si hubiese hecho sónicamente las canciones igual que sus letras, habría sido un disco súper deprimente, lento, oscuro, y para evitarlo intenté darle un sonido más movido, más pop, electrónico. He tratado de que esos dos conceptos fuesen de la mano.

Lo urbano parece tener menos protagonismo ahora. Más allá de lo pudiese proyectar con mi anterior EP, más experimental, creo que este disco es muy fiel a mí mismo, es muy lo que a mí me gusta. es lo que siempre quise publicar y también es lo que a mí me gustaría escuchar de mi artista favorito.

En tus inicios en la música eras batería. Sí, en mi adolescencia toqué la batería en un grupo, y aunque toqué en otro después, cuando éste se dispersó, yo empecé a pensar en intentar hacer algo por mi cuen-

ta. Me gusta mucho la producción, y precisamente por tocar la batería entiendo muy bien los ritmos. Empecé a interesarme y entender más sobre estructuras. De teoría musical no sé gran cosa, pero sí escucho muchísima música, y fue la base.

Y en qué momento llamas la atención de un sello u oficina.

Pues fue a través del Estudo Bonobo, que está en Pontevedra. Cuando saqué mi primer proyecto, me dieron su mano y muchas oportunidades en el estudio, practicando en producción con diferentes grupos y artistas que se pasaban por allí. Aprendí mazo, y además llevaban a un grupo que ya estaba en Esmerarte, los Furious Monkey House. Entonces, me pusieron en contacto con esa oficina, y a partir de ahí esto fue tomando forma.

El disco tiene una intro y un interludio, ¡ambos de dos minutos y medio!

Las llamé así, no porque no fuesen temas, sino porque tenían otro enfoque. Considero canciones completas a aquellas que tienen estribillos con más potencial, más de single, y esas dos pistas solo se entienden únicamente dentro del contexto de escuchar el disco de principio a fin. Las traté de forma diferente por eso, pero al final también son canciones.

Regla básica: escucharlo entero. Esa era la idea. Soy muy de escuchar la música más por discos que por singles o playlist. Me mola mucho cuando un disco está hecho para que lo escuches entero. De hecho casi todos mis favoritos son así.

Si pudiésemos desgranar el disco, me gusta mucho “, (commas)”. Cada persona me dice que le gusta una distinta y eso es genial. Esta canción la hice en la cuarentena, en un momento en el que tuve un bloqueo, un parón creativo. En la canción hablo directamente de eso, y las comas sirven como metáfora de ese parón. Decidí hablar de ello en la propia canción, y a la hora de crearlo quise experimentar, que es como hago todo. En aquel momento no sabía producir tan bien a nivel técnico, y entonces estaba probando siempre técnicas diferentes, poniendo cosas al revés, cogiendo samplers de un lado, subirle un pitch seis tonos, o bajarlos incluso, e ir probando siempre cosas nuevas. Al final, me terminó gustando mucho cómo sonaba, y a la hora de escribir la letra, supe que tenía que hablar del pa-

rón del que estaba saliendo a la hora de crear este tema.

Hay mucha introspección, y capas. Esto es porque soy una persona que, en general, se pasa mucho tiempo simplemente pensando. Me gusta mucho pasear mientras pienso en cosas, tan solo por tener un poco más de estructura, de orden, no solo en la música, también en la vida en general. Pensar me parece algo súper importante, al igual que mirar hacia dentro, hacer autocrítica. Lo hago siempre. Y de ahí esas letras: son tus vivencias. Es de lo que me resulta más fácil escribir, al final son experiencias propias. Lo siento más mío, más honesto. Quizás en algún momento, como se dio con el EP, más cercano al hip hop, me dio por hablar más

de otras movidas, pero con un proyecto ya más mío, me gusta ser súper sincero.

El directo se intuye minimalista, contigo ante el mundo.

Hasta ahora, los conciertos que dimos fueron siempre con banda: yo llevaba una batería y se venía conmigo un colega a la guitarra. Nos presentábamos así, aunque también es verdad que estaba empezando. Creo que en este caso haremos algo más íntimo, presentándolo yo con un aparato electrónico que vaya lanzando las pistas, o incluso pinchando. Curro mucho de DJ y estoy muy cómodo también en ese sentido. La guitarra sí me gustaría seguir manteniéndola. Quizás la percusión mole tenerla electrónica, pero me gusta mucho cómo queda la guitarra en directo. Mi colega además es muy bueno, se le ocurrían arreglos y añadía partes nuevas con la guitarra que no están en las grabaciones originales de estudio.

¿Y cuándo podremos verte?

Hasta ahora siempre he actuado en festivales, algo que me ayudó a prepararme al formato de estar yo delante con un micro cantando mis temas con la banda. Ahora quizás vaya ser un poco más de lo mismo, sobre todo en verano. Ya veremos cómo lo presentamos finalmente, pero imagino que habrá festivales, y supongo que también habrá salas.

Cómo ves la escena de la electrónica. Ahora se está empezando a poner más de moda gracias al techno, que es justo un estilo que no me gusta mucho, pero todo el mundo está hablando de ello por todas partes. Esto ayuda a normalizarlo, porque hace años la electrónica parecía algo de frikis, y ahora se está llevando un poco más hacia el mainstream, y eso está guay. En España no es algo que vaya estar nunca muy de moda: aquí la gente es muy tradicional, necesita reconocer lo que escucha, le gusta escuchar cosas a las que está acostumbrada, conocer la letra de los temas, etc. Pero de igual forma gusta esto, tengo muchos colegas que pinchan electrónica, tengo muchos conocidos a los que les gusta ir a eventos de esta música cuando los hay... Parece que poco a poco va adquiriendo algo más de popularidad.

¿Consideras que se da entre vosotros la piña que hay en otros estilos?

Como esto no es tan popular, une mucho. Conocí hace poco a un chaval de Cambados que pincha estilos que me gustan mucho como el drum n base o el UK garage Coincidimos al pinchar una noche en la misma sala, nos guardamos el contacto y ahora somos súper colegas. No es común encontrar a alguien a quien le guste lo mismo que a ti, y además, juntos siempre se mueven mejor estas cosas.

Texto: Dani Pach
Karavana

Corren buenos, creativos y productivos tiempos en la fábrica de Karavana, que vuelven al ruedo de los lanzamientos (del ruedo de los escenarios no se han ido jamás) para presentar un segundo disco que sorprende por su honestidad, su coherencia y su gancho de banda grande. Entre amores y errores (Vanana Records) llega tres años después de un debut que les puso en el mapa del pop y el rock más atrevido y desvergonzado de la escena casi al instante. Les robamos un ratito antes de la firma de discos en Marilians para hablar de lo mucho que nos mola Pastillas :D

Qué tal llevais la promo del disco.

Gonzalo: pues estamos aliviados, la verdad. Teníamos muchas ganas de que saliese ya el disco, que llevaba casi un año en la nevera. Por eso estos días los estamos cogiendo con ganas.

Emilio: deseando hacer ya toda la promo, que hasta eso echábamos de menos.

Leía por ahí frases como “ahora son más conscientes de lo que hacen”.

Jaime: ¡conscientes nunca somos!

G: somos muy inconscientes, de hecho.

E: vamos haciendo lo que nos va gustando en cada momento, en realidad.

J: pero es cierto que aprendimos mucho del primer disco.

E: en el primero no fuimos tan exigentes como lo hemos sido en este, cierto. En aquel momento habríamos descartado

prácticamente todas las canciones menos dos o tres. No nos habrían valido casi ninguna. Así que igual sí, esa autoexigencia es la novedad.

G: creo que simplemente es que el primer disco lo hicimos con 22 años y este lo hemos hecho con 25. Los discos al final se adecúan a la edad que tienes. No es que el segundo sea más adulto, sino que es adecuado a nuestro tiempo.

La primera vez que os vimos en directo fue en el Vanana Day.

G: ¡nuestro primer concierto!

E: yo di positivo en covid justo después de ese bolo.

J: fue muy guay porque de repente se nos plantea como primer concierto tocar en un escenario bastante potente, pero es cierto que la experiencia fue un poco agridulce.

¿Notáis que os faltaron etapas?

E: nos lo dice mucho nuestro equipo, el que curra con nosotros en las giras, que en realidad nosotros no sabemos lo que es comer mierda. No sabemos lo que es ir a una sala para sesenta personas y que vengan a vernos diez.

J: algún palo nos hemos llevado.

E: sí, por supuesto, pero esa primera fase de salas súper pequeñas...

G: a ver, hicimos Siroco y alguna discoteca, pero no nos lo tomábamos tan en serio como para que nos preocupase.

E: ahí prácticamente ni éramos un grupo,

que salíamos a tocar canciones que ni habíamos grabado.

J: ¡literal! la semana de antes se encendián las alarmas: “hostia, que tenemos que tocar”, e íbamos al local, y la realidad es que inventábamos las canciones para poder tocar (risas).

G: inventábamos canciones para poder llegar a la hora y media. Tocábamos más tiempo antes que ahora.

E: también te digo que la gente antes se lo pasaba bastante peor.

J: recuerdo tocando en Sevilla una hora y cuarto sin canciones. No sé qué pensaría la gente de nosotros por entonces.

G: hemos tenido mucha suerte, porque en algún momento algo hizo clic, y empezamos a conseguir vender entradas, que eso es algo brutal.

Ese público ha ido creciendo y asentándose también como fans.

E: a mí me sorprende que, con lo efímero que es todo a día de hoy en la música, y que parece facilísimo que se olviden de ti de un día para otro, que la gente siga ahí con lo que hemos tardado en sacar este disco... No nos han abandonado, están ahí con nosotros, y eso mola.

G: además es algo que no nos terminamos de creer. Somos una banda que confiamos bastante poco en nosotros. Somos muy de pensar cosas tipo “aquí nos vamos a comer un zurullo enorme”. Y justo ayer hicimos un

llamamiento en muy poco tiempo a la gente en Tribunal, y pensamos “bueno, van a venir diez personas aquí, tocamos algo, tal...”

E: fue un poco de cachondeo, en plan si no funciona invitamos a una cerveza a los que vengan, en plan quedar bien.

G: es algo que no nos pega hacer, y estábamos en la mesa pensando “joder, somos gilipollas, la vamos a cagar”

J: estuvimos una hora dándole vueltas a por qué estábamos haciendo esto, si no iba a venir nadie. Al final, nos medio engañaron para que fuésemos a un bar que estaba un poquito alejado de donde estábamos, y de repente apareció un montón de gente y nos pusimos a tocar. Pero sí, somos unos cagaos. G: somos unos cagaos con suerte.

El disco parece más reflexivo... ¿íntimo?

E: insisto en lo de la edad. Ahora nos preocupan otras cosas,

G: antes solo hablábamos de ir de fiesta y cosas así, y ahora nos apetecía más hablar de nosotros. Quizás las letras en este disco son más arriesgadas, ya que antes era más un rollo “vamos a saltar y hacer el cafre”.

El caso es que ahora todas las canciones tienen un gancho más fuerte.

E: el gran dilema de Karavana: no sabíamos qué sacar de single.

G: y en general teníamos muy claro que todas las canciones tenían que tener algo medianamente pegadizo. Que no sé si es un error o un acierto.

E: ¡sea como sea, ya no tiene arreglo!

Lo que es seguro es que es un disco muy para el directo.

E: de hecho, creo que cuando lo toquemos en directo, va a crecer mucho más.

J: es algo que también pasó con el primero. Cuando lo fuimos tocando fue creciendo más, y nosotros con él.

E: ahora estamos dando más importancia al directo que antes. Estamos haciendo una producción para que el directo tenga una coherencia, que no decaiga en ningún momento y que sea de principio a fin un tiro. Estamos más concienciados de que a cada ciudad que vayamos, tenemos que dar el mejor bolo posible.

Ha evolucionado tambén ese toque british tan característico.

G: el tema es que en el primer disco hacíamos eso de escuchar a los Strokes y decir, venga, vamos a copiar esto y lo otro. En esta ocasión cada uno traía referencias de lo que fuera. Recuerdo un momento en el que estábamos escuchando a Adele, y nos propusimos coger alguna idea de ahí. Nos ha gustado mucho experimentar.

En la Mondo incluso leí una referencia a los Queens of the stone age.

J: sí, en Mismos vicios. En realidad esa parte un poco metal la hicimos más por Muse.

Nos flipa mucho la canción que da nombre al disco.

E: no recuerdo cómo empezamos con esa canción, pero sí recuerdo que la música era

otra completamente distinta.

J: el estribillo fue lo que se mantuvo más. Era de otra canción, y en un momento dado dijimos: “hostia, esto quedaría bien”.

E: para sacarle la música estuvimos días, porque hacíamos muchas pruebas que no nos gustaban, no nos terminaban de dar esa energía que queríamos, y un día nos pusimos a escuchar el primer disco de Arctic Monkeys una y otra vez, y dimos con una parte que encajaba tal cual.

Y qué pasa con El final

E: ¡esa sí que pasó por cambios!

G: esta tuvo unas ciento cincuenta versiones.

J: todas han tenido muchísimas versiones, pero es verdad que El Final cambió mucho.

G: el primer estribillo era “qué mas da, qué mas da lo que hagamos si la vida en un rato”. ¡Tuvimos que quitarlo del tirón! Tenía un rollo The Killers, y de hecho la maqueta se llama así.

Echando un ojo a los directos, veo que tenéis ya quince fechas confirmadas.

E: es la vuelta al cole.

J: en dos semanas empezamos.

E: la logística, viviendo en Madrid, es más cómoda, así que...

G: todos vivimos más o menos cerca, entonces quedamos siempre en el local, y ya de ahí a donde sea.

J: la gira de salas es más ambiciosa que la anterior, también porque confiamos bastante en que el disco funcione.

“Somos una banda que confiamos bastante poco en nosotros”

Es una forma de ser ambiciosos y sobre todo de ser coherentes con el disco que hemos hecho. Tener un puntito de grandeza.

G: hasta hace nada teníamos el agobio del disco, y ahora tenemos el agobio de cuando te llega el reporte de tickets.

E: y esto sí que nos ha preocupado siempre. Lo mejor es que siempre nos agobiamos, y al final pues mira, el año pasado acabamos vendiendo literalmente todas las entradas de las salas a las que fuimos en la última parte de la gira. Pero ese agobio es inevitable.

G: siempre estamos esperando la hostia.

Del lanzamiento es normal ya que estéis tranquilos, aunque haya coincidido con otros.

G: parecía el día de más lanzamientos de la historia, y encima en viernes 13, que me acuerdo cuando vi la fecha que lo comenté, que es una fecha especial. De repente, ¡boom! ¡Arde Bogota, 8 minutos!

J: el disco no tiene que ser además cosa de un día, acaba de salir y su viaje empieza hoy.

G: ahora viene la época de las apuestas, de movimiento de canciones en la lista.

J: como quien apuesta a los corners.

G: ¿a vosotros cuál os ha gustado más?

A nosotros, Pastillas, de momento.

E: Pastillas creo que va a ser la canción primera en nuestro canal de Spotify.

G: nuestras apuestas son combinadas (risas).

Mi favorita es El Final, pero creo que no puede competir contra Pastillas en cuanto a pop. En realidad hacemos esto todos los días: ponemos puntuaciones del tipo: “esta tiene 7 de pop, 8 de...”

E: lo que al fin ha sucedido es que Strokes ya no es la número, que era algo que no habíamos conseguido antes.

¡Ahora ya sí, se podía!

A R D E B O G O T Á

8:04

Ocho minutos de absoluta gloria

Ese es el regalo que nos ha hecho la banda de Cartagena para cerrar a lo grande el ciclo de un concepto, el de Cowboys de la A3, con el que ha cambiado absolutamente todo para ellos y, sin duda, también para la historia de la música contemporánea de nuestro país Es cierto que habréis leído mil análisis en X, en reels de periodistas musicales, y en canales y cuentas de grandes fans del pop y el rock que llevan flipando días y noches, pero creo que todos coincidimos en que se queda súper corto un análisis meramente técnico de la canción, que ya de por sí es una literal fabulosa oda al rock que quizás sepamos valorar en su justa medida con el paso de los años En los corrillos de la prensa especializada siempre se habla de lo jodido que debe

EL PLAN ESTÁ CLARO

ser gestionar el éxito, sobre todo cuando llega sin ser uno del todo consciente, por supuesto, gracias al trabajo, pero también gracias a los detalles, a los matices, al duende, al don en definitiva de generar himnos una y otra vez como si fuese algo a la altura de todos Hacer fácil lo difícil tiene un coste, ligado a la exigencia que se autoimponen unos chavales que quizás tampoco habrán digerido todo lo que están viviendo desde 2019 hasta hoy Aunque lo intuyen, y se cubren, se protegen y se hacen fuertes a cada poco, junto a un equipo de trabajo sensacional

La Torre Picasso es la mayor liberación hasta la fecha como banda, haciendo suyas las reglas, sin pensar en los tiempos ni en las líneas rojas compositivas, y mandando a tomar viento las normas que la industria ha tratado de imponer - y que muchísimos artistas han abrazado “porque es lo que hay que hacer” - de hacer canciones de tres minutos, con estructuras similares, estribillos sencillos y mensajes muchas veces anodinos Esto es una lección para todos, aunque no sea ese el cometido Antonio, Dani, Pepe y

Jota han vuelto a poner el rock en boca del mundo, sin excepción, y lo han hecho además con un videoclip apocalíptico que representa de forma sublime el mensaje, esas fases de duelo, ese recapacitar, ese plan de derribo sin vuelta atrás, aunque quizás no termine de ser la solución que uno espera Es un trabajo sobresaliente de Aitor Guerrero y la productora Hautsa Gara que bien podría pasar por un corto de animación abierto a premios y reconocimientos Ese nivel de detalle, de poder traducir en imágenes una canción tan compleja, es de nivel Dios Por cierto, la producción de este maxi-sencillo la firma Carlos Raya, una eminencia dentro del rock que siempre hace por estar en todos esos sitios donde las cosas pasan, para hacerlas incluso más grandes Son de un nivel altísimo, por tanto, estos ocho minutos de rock sincero, reflexivo e imponente, en los que Arde Bogotá se divierte subiendo y bajando intensidades, pasando de momentos instrumentales épicos a fases de pausa y calma con total naturalidad Volver a ver el sol, volver a unirse, era simple y llanamente, esto 18

ALCALÁ NORTE

Volvieron los bolos en salas, y lo han hecho a lo grande, tal y como podéis observar, gracias al ciclo Soundhood SON Estrella Galicia, que inició en la capital una serie de microfestivales que tendrán continuidad en el mes de octubre en A Coruña (17 y 18) y Barcelona (25 y 26). En Madrid se agotaron las entradas en pocas horas, no en vano, Alcalá Norte y Gallus eran un gran reclamo para el sábado en el Café Berlín, y la apuesta cuqui-punki de Carrera Blanca en La Vía Láctea no se quedaba atrás. La fiesta iba por barrios, y por eso si te encontraste a los Guacamayo DJs liándola en el Josealfredo, era por una razón buenísima. El viernes hubo directazo de Yawners en la tienda vintage Rosa Ácida, Cometa actuaba en el mítico Fotomatón, y quien quiso echarse unas risas se fue al Picnic para ver a Paula Púa Música y cultura para todos los gustos en unos eventos donde hubo incluso algún sorteo para viajar a Londres a vivir una experiencia similar allí, y es que fue en la capital inglesa donde nació esta idea. Todo un acierto para que la peña no pierda el foco, y es que es en las salas donde nacen todos esos proyectos que luego vemos al aire libre en verano entre confetti y cervezas.

¡ELADMIN!

Texto: Dani Pach Fotografías:

Con origen en los pubs más auténticos de Glasgow, visitaron nuestro país estos chavales que un día quisieron montar una banda sin tener demasiada idea de cómo se cogía una guitarra, y que en la actualidad se pasean por ahí con un gran disco bajo el brazo: We don’t like the people we’ve became (2023, Marshall Amp.), que, por cierto, se puede adquirir en su Bandcamp. Lo defendieron con honores y con una actitud encomiable e hipnótica ante un público del Café Berlín más disfrutón que de costumbre. Al que se perdió este bolo por alargar las cañas fuera, pues tío, eres tontísimo. Este indie punk de altura no se suele ver demasiado por estos lares, y al final del bolo entiendes por qué el loco de Barry y sus colegas han conseguido abrir para Biffy Clyro, dar conciertos por toda Europa y ganar el premio al mejor grupo de rock alternativo en los Scottish Alternative Music Awards. El de las cañas quizás no se lo habría perdido de haber sabido esto antes, pero amigo, para estar preparado para la vida hay que estudiar un poco. Un lujo de actuación llena de momentos cómicos y descontrolados en un escenario de prestigio. Si no sabes qué canción ponerte para empezar, date el gustazo con Eye to eye. Para estos tíos la vida.

CAPITAL VOSKOV

¡en clave Osa do Mar!

El festival Osa do Mar (Burela, Lugo) acaba de cerrar su X edición consolidándose como uno de los mejores festivales de Galicia De su esencia pudimos hablar el año pasado con Diego Campo y Marcos Reimúndez - sus organizadores junto a la red de colaboradores y colaboradoras que conforman la sociedad sin ánimo de lucro Fanto Fantini, la cual pasa no solamente por aportar grandes cabezas de cartel, sino también por dar visibilidad a bandas y artistas emergentes que apuntan maneras No en vano, a lo largo de estas diez ediciones hemos podido ver a artistas y grupos que, tras su paso por el festival burelés, han continuado vertiginosamente su escalada hacia la fama, tales como C Tangana, Arde Botogá, Sexy Zebras o Grande Amore, entre muchos otros Efecto talismán, podría llamarse Aunque, en realidad, todo se debe a un gran ojo musical y una gran intuición por parte de la organización del Osa

No vengo a hablaros de la edición en sí, que, como cada año, ha sido impecable Esta vez vengo a hablaros de una de esas bandas que ha pasado por Burela y que ya comienza a hacer “mucho ruido” No podía perder la ocasión de presentaros a Capital Voskov.

La escena musical gallega está viviendo una nueva “época dorada”, ofreciendo una gran variedad de estilos que no sólo tienen cabida en el territorio gallego, sino que, cada vez más, conquistan el resto del territorio nacional Dentro de esa gran variedad encontramos a Capital Voskov, una banda formada por seis componentes: Alfonso Gallardo (vocalista), María Galdón (teclados y coros), Álvaro Beiró (bajo), Chema Caamaño (batería), Sergio González y Alberto Romero (guitarras, respectivamente) “Los seis estábamos en proyectos diferentes, algunos de nosotros ya habíamos incluso tocado juntos en otras formaciones, pero la pandemia fue la excusa perfecta para empezar a unirnos y montar lo que es hoy Capital Voskov” , apunta Alfonso El hecho de no vivir en la misma localidad no les impide componer juntos: “solemos hacer una lluvia de ideas y compartimos o bien una progresión de acordes, o bien un riff de guitarra… e intentamos juntarnos para darle forma y ver si tiene rollo o no, si lo descartamos… De cada tema que sacamos puede haber diez proyectos intermedios que han sido descartados, incluso con todo montado, pero para nosotros es importante también la en-

ergía. Es un proceso que, a veces, nos lleva mucho tiempo y, otras muchas, es rápido. A pesar de ser seis, intentamos siempre que haya consenso. Lo bonito es precisamente que las ideas surgen a veces de unos, otras de otros pero una vez lo grabamos ya forma parte de todos”, señala Sergio.

No pasa desapercibido el motor central de las letras del grupo: el amor en todas sus formas e historias cotidianas que, a veces, transcienden “Siempre hablamos de historias que hemos vivido; algunas canciones tienen partes que se agarran a la realidad y partes que no, pero todas están basadas en cosas que nos pasaron o que nos están pasando”, comenta Alfonso

Siendo tantos, lo normal es que haya influencias musicales de todo tipo: “yo, por ejemplo, escucho cosas muy distintas: desde Mike Oldfield o Vetusta Morla, pasando por Muse o Coldplay… depende de la época”, indica Álvaro, a lo que Alberto añade: “lo bueno es que, al ser seis, algunos de nosotros sí compartimos referencias y, en el medio de todas ellas, está Capital Voskov” Y, hablando de influencias, aprovecho y abro melón: para quienes ya los hayáis

Texto: Clau de Bartolomé Fotografías: Xavi Iglesias

escuchado, seguro que no ha pasado inadvertido un pequeño detalle con respecto a la (impresionante) voz de Alfonso. Se trata de lo que algunos consideran un parecido razonable con la voz de uno de los artistas más importantes de la historia de la música en nuestro país: Enrique Bunbury Es aquí donde le pregunto a Alfonso qué hay detrás de esta reminiscencia bunburiana: “lo cierto es que la voz me ha ido cambiando a lo largo de quince años hasta llegar al tono grave que tengo actualmente y en el que me siento cómodo, así que el resultado es este sonido actual que de forma totalmente casual puede recordar a la de Bunbury”. Más allá de las risas, porque es algo totalmente anecdótico, la presencia de Alfonso en el escenario tiene identidad propia

Este verano ha sido prolífico para la banda, especialmente el mes de agosto: “ha sido un año de muchos cambios, sobre todo a nivel de directo” , dice Chema Y añade Alberto: “este año hemos podido tocar en festivales a los que asistíamos como público. De repente, verte en el escenario de esos festivales tocando como banda es algo increíble” María, la única chica de la for-

mación, comenta: ”sin ir más lejos, tocar en el Osa do Mar ha sido el colofón a un verano de emociones. Veníamos con las expectativas altas y con una energía brutal todos y creo que lo hemos plasmado sobre el escenario”. Doy fe Menudo directo Magia

Sus proyectos pasan por seguir sacando material a la mayor brevedad posible y seguir tocando tanto en salas como en festivales Seguir creciendo como banda y poder seguir llegando a la gente

Les pregunto por una colaboración soñada y se miran y sonríen con timidez No son conscientes de que algún día -no muy lejano, además-, ellos serán la banda con la que los demás sueñen hacer esa colaboración Sueñan con telonear a grupos como Vetusta Morla en el Wizink, mientras se emocionan cuando detectan a las personas que cantan sus canciones entre el público que acude a verlos El mío es verlos llegar a lo más alto

Capital Voskov fan rock en galego i español. O LP Abrir el juego (2023) é a mellor carta de presentación que unha banda podería ter.

Canción de amor

00:37

Abrir el juego (La Partida I)

Vente despacio

Cruz e raia

Monty Hall

Edimburgo

Estamos a tiempo (La Partida II) Xa improvisaremos

vetusta morla

No podemos evitar hacer el guiño a Los Piratas (porque además la nostalgia es pura droja para nosotros los sold-outers) a la hora titular este “último” concierto de Vetusta Morla como un nuevo Fin (de la primera parte), y es que, aunque en algún momento los de Tres Cantos puedan dejar de hacer música juntos de forma definitiva, por lo pronto nos agarramos a este “hasta luego”, y a los que hagan falta en el futuro, si eso supone una y mil fiestas de bienvenida con ellos en el escenario. No es difícil contar todo lo que sucedió esa noche de lunes en la que los nervios y los latidos revolucionados se liberaban al fin de la presión de unos días tan importantes, para regalarnos un grandes éxitos, un repaso único de todo lo que Vetusta Morla nos dio desde los primeros años de este siglo hasta nuestros días. Un concierto en el que decidieron prescindir de visuales, tirando de las luces básicas de La Riviera y haciendo el bolo que un día soñaron cuando la vida todavía no les había otorgado la misión de cambiar el devenir de la música de nuestro país. Y es que al final, uno tiene que volver al origen, a aquellos años de maquetas, de concursos de bandas, y del momento clave: el lanzamiento de Un día en el mundo, considerado el mejor primer disco de una banda en la historia del rock español, con aquella foto convertida en portada de Martín Page y esas canciones de pop rock alternativo tan diferentes a todo lo que se había hecho hasta la fecha. Todos fuimos recordando aquellas primeras veces que sonaron en nuestros iPods y MP3, mientras la banda de todos interpretaba esas mismas canciones en una sala que hacía muchísimo tiempo que no visitaban, y que para ellos era una forma sencilla de volver al origen, junto a su comunidad de Valientes, y poder reencontrarse con esas sensaciones que solo te dan las salas de siempre y con las que poco a poco se fueron haciendo grandes. La Sala el Sol, el Café la Palma, la desaparecida Caracol, la mítica Clamores... Ellas también estaban ahí, en la cabeza de todos, en un presente lleno de recuerdos que Pucho fue lanzando al público una y otra vez. Muchos no pudimos evitar emocionarnos en determinados momentos en un show que ya es historia de nuestra música y que difícilmente podremos olvidar.

Tres años les ha llevado, y es que no había prisa ninguna, a los hermanos Víctor y Alejandro, perfilar y poner a punto su disco homónimo, uno de los más interesantes y auténticos del último tercio del año. El folclore murciano está de enhorabuena, ya que este trabajo aúna raíz a raudales, hermanada ,eso sí, con finos detalles electrónicos y un ajuste vanguardista que hacen un match perfecto en las doce pistas, sin excepción. Raúl Refree ha hecho realidad desde la producción el hecho de unir instrumentos como el laúd con sintetizadores y música popular en general. Nos hemos enganchado a La despedía porque somos unos notálgicos y unos amantes del preciosismo, pero el disco es de los de degustar poco a poco, haciendo honores a su proceso de gestación. El arte es cosa de Albert Romagosa, que pone la guinda a un puñadito de emociones de las que estar orgullosos. Trilla la pista que cierra, es un diez.

Farther On - The Ride (Late for the sky music)

Quizás nos ha pillado con la guardia baja, pero esta ha sido la canción que más nos ha sorprendido este mes, y eso que llegó a nuestros oídos casi al cierre de esta edición. Esta nueva banda ha sido fundada por Ángel Fermoselle y Moses Rubin (¡casi nada!) y esta primera canción se grabó en los Black Betty Studios de Madrid. No hay expectativas al respecto del proyecto, más allá de perdurar en la música, y para esto último se han hecho con ocho canciones, muchas en inglés y alguna en español, con las que esperan publicar un disco debut que quizás no pase tan inadvertido ya como este sorpresón. The Ride apunta al leitmotiv de todo este nuevo universo, que no es otro que el asfalto, las carreteras secundarias, las salidas tranquilas o peligrosas, y los acordes en la radio, con sus voces al más puro estilo americano. La banda que les acompaña es una barbaridad, con Jorge Ruiz, Rafa Sala o Lete Moreno, así que esperamos con ansia unas primeras fechas.

Marlena & Paula Matheus - No te deseo lo peor :) (Sin Anestesia)

Entre cuatro paredes y una verdad será el nombre del nuevo disco de Marlena, que estará en la calle el 25 de octubre, y del que ya conocemos algunas sorpresas como este sencillo en el cuentan con una grande como Paula Matheus. El pop “folclórico” y pegadizo del dúo se viene arriba para enviar un mensaje a esa persona con la que se ha terminado una relación, sin rencores porque el tiempo es oro en esta vida. Si te sientes identificada con estas letras, bien arriba esa cabeza, que no me entere yo :) Marlena lleva un año brutal gracias a una gira que parece no terminar jamás y con la que están acercando sus canciones a cada vez más público enganchadito a un proyecto que en Spotify supera con creces el millón y medio de escuchas mensuales. Si vives en Valladolid, León, Murcia, Bilbao o Sevilla, ponte las pilas, que este dúo mágico va para allá en las próximas semanas. ¡Y que os cunda la plata!

Ainda - Éramos lo más (Altafonte)

Dicen que ya no son un dúo, ya que ahora son un montón, pero la noticia en realidad es que desde Buenos Aires, y con la íntima colaboración de Leiva en música y letras, esta banda nos ha terminado de conquistar con esta nueva canción. La formación, con más de diez años de carrera a sus espaldas, traen en estos tres minutos y medio una historia llena de nostalgia que se resume en el título, y que promete miles de linternas de celulares encendidas cuando la liberen en los conciertos. En la producción está Nico Cotton, y es una pasada de pianos, voces limpias y violas, violines, saxos e incluso un arpa, en un homaneja al pop descomunal. Si esto es un sueño, por favor, que nadie nos despierte. El vídeo, por supuesto, está a la altura, entre vendavales, cafés que se enfrían y globos arrastrados hacia lo más alto. La portada es maravillosa y cierra el círculo a otro nivel, y ya deseamos que llegue el 26 de septiembre para verles aquí, en el Café Berlín, junto a Niño Etc.

The New Raemon & McEnroeNuevos Bosques (Cielos Estrellados)

Cada vez que estos dos se juntan, el mundo se vuelve un poquito más habitable, más vivible. Desde los Estudios Nautilos y con Jordi Soláns y Ramón Rodríguez a los mandos, estas nuevas trece diferenciadas reflexiones íntimas y personales llegan a nuestras manos tras aquella primera incursión juntos, Lluvia y truenos, un trabajo inmenso publicado en 2016 que incluso ganó el Premio MIN al mejor disco de pop. La edición física incluirá otras tres pistas, así que ve ahorrando, que no todos los días se lanzan joyas de este calibre. De este capítulo nostálgico, tan lleno de amaneceres, naturalezas y un pasado entre luces y tinieblas, nos quedamos marcados con canciones como Niño aún Todos los días son ayer o la liberadora y cortita Café en Pomona El don que comparten para hacer discos increíbles, lo pasearán por Bilbao (28 de noviembre en el Kafe Antzokia) y por Madrid (23 de enero en la Sala But).

Lusillón - Quiero hacer música [Mogwa te juro mix] (Mushroom Pillow)

No es algo común traer un remix a esta página, pero nunca están de más, sobre todo si se trata de una colaboración histórica. Que es que vais por la vida sin ser conscientes de la que está liando Lucía con su proyecto por todo el planeta, y así os va. Si la original Quiero hacer música ya era de lo más enérgico y bailable de toda su discografía, contando además con el trabajo de Bearoid, ahora se riza el rizo, contando con la remezcla del surcoreano Mogwaa, uno de los máximos representantes de la escena musical dance y electrónica de Seul. Una prueba más del reconocimiento a nivel mundial de la música de Lusillón, que sigue apostando por sus letras íntimas, sinceras y directas, liberándose ahora del bedroom que ha sido tendencia hasta hace bien poco. No hay fechas a la vista para poder tomarnos un vermú con ella así que de momento toca hacer un repaso por su discografía para ser incluso más conscientes de su merecidísima trayectoria.

Maestro Espada - Maestro Espada. (Sony Music)
«Con

unas cuantas palabras amables y una pistola cargada llegarás más lejos que solo con unas cuantas palabras amables»

Me topé con este libro de Noel “Razor” Smith mientras tomábamos unos tintos de verano cargados a conciencia en el mítico Toma 3 de Gijón, y no pude evitar pensar en las cosas positivas de atracar un banco, más allá de los billetes y tal, que sinceramente, vaya rollo eso de ir cargando con la pasta por ahí, con la de mangantes que hay por las calles. A Noel le molaba el hecho de tener a la peña a su merced tan solo por tener una pistola en la mano. No hacía falta dar gritos, tan solo tenía que pedir las cosas de forma educada y tranquila, mientras apuntaba a la frente de empleados y clientes. Todos asienten y esperan a que la movida termine. Esto me llevó a pensar casi al momento a los Siniestro Total y su canción Matar jipis en las Cíes, aunque es cierto que aquí ya entra en juego el ensañamiento, pero bueno, la superioridad moral se entremezcla con la sumisión, y para el caso nos vale. Si pudiese versionar esa canción, sin duda iría sobre torturar a puertas en la Caracol. Nombro una sala ya desaparecida para que nadie se enoje, que este mundo es pequeñito. El caso es que estas semanas han pasado cosas Vetusta Morla se ha apartado por un tiempo de los focos, Love of Lesbian parece volver a los orígenes, Arde Bogotá ha publicado una canción de ocho minutos y Alcalá Norte ha crecido tanto que hasta se nos hace raro verles todavía en ciclos de salas. Todo esto ha generado, como les ocurre a las setas con la lluvia, que saliesen puretas hasta en los patios vecinales, y es que joder, hay que entender a esa gente, alguien tiene que salir de vez en cuando a decir cosas tipo “¿soy raro si pienso que Arde Bogotá son una mierda?”, “los Vetusta no han hecho nada que otros no hayan hecho antes”, “Alcalá Norte son mainstream y unos pesados en redes”, “el vídeo de La Torre Picasso está hecho con IA fijo, qué pereza” y otras lindezas a Los Planetas o a Iván Ferreiro, por nombrar alguno más. Desde hace muchos años sé que esa peña se pone en casa una y otra vez los discos de la peña que critican, y los disfrutan además. Por decirlo con un “aznarismo”: los puretas escuchan Arde Bogotá en la intimidad. Entonces fantaseo con la idea de que todas esas personitas compartan entidad bancaria, para que Julián de los Siniestro se plante allí con una pistola para hacerles confesar uno a uno sus guilty pleasures, y ya de paso sus sesiones privadas de Spotify para regocijo de todos, pero sobre todo para que escuchen y dejen escuchar. Joder, ojalá en las Cíes ahora.

Comparte la revista con los colegas. La música se disfruta más en compañía.

LA CONTRA

“Siempredecías queesteamorseríaeterno, yllevomásde36meses cayendo...”

Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.