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Pablo Loriente

El hombre que se enamoró de la Luna

Pablo Loriente es quizás una de esas personas a las que más vértigo nos daba entrevistar. Lo reconocemos sin reparo: para nosotros es un honor inolvidable poder escribir estas líneas. El bagaje, el trabajo, define a las personas, y él después de tantos años ha sido - está siendo - capaz de mantener a un nivel altísimo y con unos invitados increíbles uno de los programas más especiales de la radio independiente, El Hombre que se enamoró de la Luna. Desde el cariño máximo a su proyecto, propusimos a Pablo tomar algo con mucho hielo para que nos contase sus recuerdos más especiales de entre tantas temporadas, y el resultado fueron un cúmulo de anécdotas y sueños cumplidos.

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Cuál es tu balance de esta última temporada lunera.

Pues es cierto que arrancaba con la incertidumbre de un espacio nuevo como el del Ámbito Cultural. Hemos ido conociendo programa a programa el espacio - sobre todo el primer trimestre -, y según pasaban, íbamos estando más y más cómodos. La sensación es muy buena, nos tratan muy bien, el sitio a nivel técnico es una pasada, me siento muy a gusto en el sofá haciendo las entrevistas con ese ambiente, que es muy acogedor, y lo hacemos incluso más íntimo de lo que suele ser normal allí con el nivel de las luces. También nos han apoyado con la difusión, así que muy contentos en Callao.

¿En qué momento surge esa posibilidad de hacer el programa en El Corte Inglés?

Pues mira, hace justamente un año estaba el proyecto en un momento de moneda al aire: si sale cara seguimos, y si sale cruz pues hasta aquí hemos llegado. Y en ese momento de duda existencial, una muy buena amiga, Antonia Castaño, me dijo: "vente a ver un certamen de poesía que hay en esta sala, que quiero presentarte a un poeta, Gonzalo Escarpa." Cuando conocí el sitio, nada más sentarme, le dije a mi amiga que además de presentarme al poeta, me presentase también a la coordinadora, que es Pita Sopena. Y es que en cuanto entré, visibilicé la Luna allí. "Aquí tenemos que estar". A lo largo del verano pasado hicimos dos o tres entrevistas, Pita escuchó el programa, le gustó el tono de mis entrevistas y dijo: "vamos a apostar, vamos a ver si encajamos las dos partes". Empezamos en octubre, y cuando quisimos darnos cuenta, estábamos grabando en mayo el último programa de la temporada. Al final empezó como empiezan muchas cosas chulas en la vida: a través de un muy buen amigo.

La siguiente temporada... repetiréis. Sí, yo creo que en octubre estaremos allí. Pita nos lo ha comentado, están interesados, así que... cuando nos han visto en acción, cuando han visto el clima que se crea, tan difícil de describir, con la sensación de que cada día todos estamos más a gusto... Además, el tono de respeto y de saber entender el cómo conseguir las cosas, ha resultado positivo por ambas partes.

Ese clima íntimo tan vuestro de anteriores espacios más pequeños, se mantiene aquí pese a ser más abierto. Entendimos, al segundo o tercer programa, que teníamos que bajar la luz. Me lo decía un amigo, a modo de recomendación: "a lo mejor tus fotógrafos se enfadan, pero bajad la luz", y enseguida entendimos que esa era una clave. El primer programa, con Baltasar Garzón, estábamos conociendo un poco el terreno, pero ya con Iñaki Gabilondo rebajamos luz, y creo que la experiencia, tanto para los que estamos en el escenario como para el público, gana mucho. Da esa sensación de proximidad, aunque sea un espacio grande. Encima se escucha muy bien, y el suelo de moqueta es muy cómodo y genera un ambiente más acogedor. Es un poco bizarro porque estamos en la planta de los juguetes, que yo siempre digo que estamos detrás de Harry Potter, pero una vez que entras dices: ostras, es que es un plató de televisión que acomodamos al universo lunero, y la verdad que lo hemos hecho con relativa facilidad.

Y el equipo ha ido creciendo mucho.

Yo soy la cara visible, pero siempre incido mucho en el "nosotros", en el equipo, porque es gente muy talentosa que le dedica su tiempo al proyecto, y que sobre todo le tiene un cariño muy sano, muy cercano y real. Tenemos a Vicky Cantos, con quien comparto el día a día, que hace tareas de producción; dos fotógrafos, que son compañeros y yo soy muy fan de ellos, que son Makeda y Rebeca Mayorga; tenemos un técnico de sonido, Daniel Liébana, que nos hace la producción, y aquí aclaro que la inmediatez no va con el proyecto. Una vez lo tenemos, lo lanzamos con una buena producción de sonido, para que los acústicos se escuchen bien. Es la razón por la que tardamos unos días en subirlo; luego tenemos a Sara Cantalapiedra, que nos ayuda en temas generales del proyecto; y a Manuel Granado, que nos hace los carteles y una línea gráfica que nos distingue. La suma de todos es una enorme suerte. Que la Luna sean estas seis o siete personas que ponen su granito de arena es algo emocionante.

Y todo por una idea de hacer radio en septiembre de 2006.

Hay un hilo conductor de lo que hemos estado hablando. El espacio de Callao me lo presenta Antonia Castaño - a su familia la quiero un montón - y su hermano Ángel Castaño es uno de mis mejores amigos, y en ese 2006 tenemos la intención de provocar toda nuestra inquietud cultural en un proyecto de radio. Esta es la historia de una amistad, porque nos volcamos con nuestros poemas y nuestra música en una radio libre de Madrid - Radio Utopía -. Nos montábamos nuestros programas súper íntimos, mucho más literarios, empezamos a meterle música, invitados... de pronto conseguíamos a Sebastián Álvaro con apenas una hora de margen, o a Enric González, casi siempre sin preparación. Se atrevían, e íbamos ganando confianza porque vas viendo que las cosas salen. El programa es un homenaje a un libro que nos unía a Ángel y a mí. Él me lo recomienda antes de empezar el programa. Me dice: "léelo, Pablo, y me cuentas." El libro me pareció maravilloso, y un día, eligiendo el nombre del programa le dije: "Ángel, si esto es un programa de una amistad entre dos amigos, este libro nos une". Nos había encantado a ambos, el libro es muy evocativo en lo literario, nocturno, melancólico, y era el nombre perfecto. Nos ha quedado un poco largo (risas), mucha gente nos lo ha dicho, pero refleja perfectamente el inicio del proyecto. En la etapa del Café la Palma estuvimos un año en barbecho en el que el equipo se resetea, cambia, y ahí Ángel decide abandonar el proyecto, aunque yo sigo diciendo que es el líder intelectual, que sigue estando ahí, y le todavía le comparto las grandes decisiones. A partir de ahí, aquel nuevo equipo es el que está hoy.

De aquel primer programa se conserva, según nos cuentan, una cassette. Vengo de hacer una mudanza, creo que es la quinta que esa cinta de cassette resiste. La tengo, la conservo y siempre estará conmigo, pero no la voy a escuchar nunca. Fue una sorpresa además, porque por supuesto, nos equivocamos a la hora de grabar aquel día y unos días después un amigo y me dice: "oye, que he grabado el programa en casa. Toma." Creo que ni he abierto la cinta, pone "nº 1", porque nadie sabía lo que iba a ser de aquello, y lo metí en un cajón. Es un programa muy especial por demasiados motivos, y prefiero que es- té ahí, me parece que es más lógico no escucharlo. También porque quizás me tiraría por la ventana: no me puedo escuchar ahora, imagina el primer día. Me da mucho pudor, lo disfruto mogollón, pero me es imposible no fijarme en todo lo que no hice o en lo que podía hacer mejor.

Los invitados se suelen dejar llevar, por regla general, y eso es un don tuyo. Es algo que distingue unas entrevistas de otras, cuando el entrevistado en un momento dice: joer, qué a gusto estoy. Intento encontrar un camino no habitual y que el invitado vea que se ha dedicado tiempo, que se ha investigado, que se respeta su trabajo, porque la Luna no es más que poner un micro a gente a la que admiramos. Creemos que faltan espacios de apoyo a la cultura en este país, y queremos poner en relevancia el trabajo que se hace para sostenerla. Es un intento de que en nuestra sociedad la cultura tenga la importancia que merece, y por ello la única línea roja que tenemos es esa: a la Luna invitamos a la gente que admiramos. Hacemos pocos programas, no nos cabe toda la gente que admiramos, no conseguimos a toda la gente que admiramos, pero atendemos a esa otra máxima: pocos programas, pero cuidados. Recibimos de hecho muchas propuestas, también a nivel musical, y nos encantaría dar más cabida, pero buscamos que la entrevista sea especial, que emocione, y ese punto de admiración se mantenga.

¿Cuántos programas lleváis?

Son 382, en dieciséis temporadas. En Radio Utopía el programa era semanal y creo que llegamos a los 250. Dimos el salto a hacerlo en directo con público, y ahí ya lo hacíamos cada quince días. Luego pasa la vida, cambian los equipos y tenemos que economizar esfuerzos Esta temporada fueron ocho en Callao y uno en la Sala Vesta. Prácticamente uno al mes, que es lo mejor en este contexto para el proyecto. Podríamos haber hecho uno en junio, pero yo estaba súper saturado por otras cuestiones y si no puedo prepararlo bien, mejor paramos, ponemos calma y cerramos la temporada con Javier Gallego de Carne Cruda y The New Raemon. Me fui muy feliz a casa aquella noche.

Y cómo surgen esos otros espacios dentro de una misma temporada. Son oportunidades que surgen y oportunidades que provocamos. Nos sentimos libres en esto. Por ejemplo, estuvimos una vez en la azotea del Hospital Doce de Octubre, haciendo un programa para familias con chavales hospitalizados. Este programa surge porque en Headbanger - estuvimos allí año y medioal terminar se me acercó una enfermera y me habló de la azotea, del jardín infantil, y de que entendía que sería una locura proponerme hacer un programa allí para los niños, y yo le dije que sí al momento. Un día antes me acompañó por todas las plantas haciendo difusión del evento. Llegábamos a las habitaciones y le decíamos a los padres que tenían que subir porque habíamos traído a Vicente del Bosque, y a los niños les avisábamos de que iba a estar Arkano. Era algo muy emocionante. Por otro lado, hay cosas que provocamos, como el programa en la cárcel de Alcalá Meco, que por mi parte profesional sabía cómo hacerlo y a qué puertas llamar. Llevamos a Juan Luis Cano y a Israel Fernández a la cárcel de hombres, metieron a unos 250 presos. Cuando el nuevo totem del flamenco, Israel, terminó sus dos cantes, todos se pusieron de pie, había gente llorando... incluso me entregaron notas, en plan "Pablo, esta nota es para ti, ábrela por favor cuando estés en casa, de lo que ha supuesto esta hora y media". A ambos programas les une que a los invitados no les hicimos una entrevista como tal. En el caso de Israel Fernández estaba allí el grupo de música de la cárcelLa Cuarta Pared - con la idea de hablar de música y lo que supone para ellos; a Juan Luis Cano le trajimos el taller de poesía que hacen allí, generando una conversación muy interesante; y Vicente del Bosque prácticamente estaba entrevistando a una familia muy futbolera. Nunca es una entrevista más. En la Facultad de Trabajo Social pues pasó algo parecido: conoces al decanato, y cuatro meses después estás en en el salón de actos presentando a Manuela Carmena con lleno total. Y previamente, hacía el acústico una tal Valeria Castro, que todavía no era muy conocida, y que estaba de los nervios por- que estaba a una semana de hacer su primer Circo Price. Tuvo el detalle de venir aquel día junto a Manuela. La idea es esa, hacer programas con una esencia diferente, especial, e intentar encontrar el hilo conductor entre un entrevistado y un músico que aparentemente no tienen nada en común. Esa complicidad la buscamos para que uno se sienta reflejado en el otro, y se consigue con tiempo e investigación. Luego se generan dos momentos bonitos: el momento en el que decimos "Vicky, lo tenemos, hemos cerrado al invitado", y el momento de compartir el post-Luna, porque la gente se siente cuidada, con ganas de volver, de mantener el contacto. Esas experiencias y todo lo que las rodea es algo muy bonito.

Cuál sería la Luna más especial, asumiendo que es difícil elegir solo una. Las que hemos comentado son de las más referenciales. Hicimos un programa muy bonito en el Café la Palma, en el día que tuvimos con nosotros a Antonio Lizana, a Martirio y a Amparanoia (la 309). Acabamos bebiendo chupitos de tequila en el escenario (risas) y decidieron improvisar de manera espontánea una de Chavela. Al saxo Antonio, Amparo a la guitarra y cantando los tres. Me consta que los tres han generado una amistad, e inlcuso han actuado juntos en directo. Se tienen mucho cariño, que surge de aquella luna. También recuerdo una entrevista muy especial a Luis García Montero en la Palma una vez más, con una expectación brutal. En el año de post-covid no hacíamos el evento en directo, y editábamos casi reportajes sobre los invitados. Era pura magia darle al botón y que apareciese Elisenda Roca o Almudena Ariza. Me dejo muchos, pero ra- ro es el día que digo "ni fu ni fa". De todos suele darse el "ha estado muy bien, vamos a por el siguiente". Nos da fuerzas siempre.

Ya por último, concédenos ¡por favor! algún spoiler de la próxima temporada. Pues lo comenté en el último programa, y es que vamos a hacer una Luna en el teatro más antiguo de La Rioja. Es en Canales de la Sierra, un pueblo que según llegas te preguntas: "pero quién ha puesto este pueblo aquí". Imagina hace doscientos años, cuando alguien colocó allí un pueblo, y en él un teatro, que es una especie de corrala de Almagro con un escenario que tiene una boca de cuatro metros, y que han restaurado unos locos de la cultura que quieren que el teatro sea el símbolo para dinamizar el valle. Hay un problema de despoblación gravísimo y la idea es que el teatro sea la referencia. Les conocí a principios de año, contacté con el director porque nuestros proyectos tienen puntos muy evidentes en común. Hay que reforzar a la gente que no busca el pelotazo, que estará muy bien, pero creo que los proyectos más sencillos pero hechos con mucho esfuerzo y dedicación hay que ponerlos en relevancia. Nosotros intentamos también no contar con invitados súper tops, nos identifica el jugar con lo emergente. Esta Luna se hará este 19 de agosto, hablaremos del proyecto y vamos a llevar a Mesura en acústico, y por la tarde vendrá una compañía de teatro que además actuará por la noche - una obra sobre los Girasoles Ciegos -. Nos pone los pelos de punta estar allí y apoyar a esta gente. También iremos a un pueblo de A Coruña en la décima edición de su festival. Nos lo propusieron y nosotros con que nos cuiden nos vale. Iremos con mucha ilusión.

Axolotes Mexicanos - Amarre (Elefant Records)

Tras algo más de dos años de silencio por parte de la banda de Olaya, Stephen y compañía, al fin podemos saborear un nuevo hit punk rocker de los asturianos, con la bendición de Juan Pedrayes en la producción, y con la masterización del gran Daniel Alcover (Dover, Sex Museum). Este sencillo formará parte del nuevo trabajo de Axolotes, y es algo así como una barra de dinamita a punto de estallar, con melodías que recuerdan a clásicos como Nofx y contemporáneos como La Casa Azul o Punsetes, sin dejar de lado el toque de los videojuegos de la Súper Nintendo - por decir una de las 16 bits - en la introducción. La magia negra, con la tontería, nos va a conquistar a nosotros también, ¡maldita sea! Sigue presente la contundencia de siempre, la rabia y la diversión, sin perder matices y con un sonido actualizado flipante. ¡Estarán en Capo de Pop!

Ultrazul - Nocturno. (Rojo Oscuro)

Con unos primeros veinte segundos instrumentales propios de la cabecera de Sensación de Vivir (¡saludos a Brenda, que nos estará viendo!), la banda madrileña sigue floreciendo y construyendo sobre las ruinas de Kovalski. Este cuarto single mantiene las guitarras afiladísimas, las distorsiones delicadas y unos versos maravillosos que bien merecen preguntarnos por qué cojones no les habíamos tenido en cuenta hasta ahora. El total de canciones han sido mezcladas en Los Ángeles por una eminencia como Guillermo Marín, masterizadas a su vez por Mike Couzy, y mantendrán un equilibrio total entre la intensidad en las distorsiones y una sensibilidad más propia del pop. El resultado, evidentemente, engancha un poco. No vemos fechas de conciertos a la vista en sus canales oficiales, pero queremos verles ya. Como sea.

Morochos - Si quieres más hay más. (Calaverita Records)

Venga, que nos da tiempo a pegarnos un bailecito con nuestras abuelas, que se lo debemos. La música de los gemelos más buenrollistas de la capital nos permite hacer un alto en el camino para disfrutar de un sencillo de tres minutos positivos, agradecidos y optimistas que sirven de homenaje a las reinas de la casa a ritmo de flamenco y reggae. Lo que viene siendo la fusión de siempre, pero en modo raíces fantasía. Que todos somos muy indies y rockeros hasta que te encuentras a estos dos en la playa y se te hace de noche. Esta canción sirve de adelanto del segundo disco de Morochos, titulado "De dónde vengo". Si quieres verlos en vivo, actuarán este mes en el Café del Mar de Tarifa, y también en el Finde Grande de Playa Madre en Caravia (Asturies). En diciembre finalizarán la gira en la Copérnico de Madrid y en la mítica Sidecar de Barcelona.

Radio Palmer - Los Santos Inocentes (Subterfuge)

Otros que van en modo non-stop por la vida son estos granadinos, que desde que han sido conscientes de que llegaban al sonido que tanto deseaban, experimentando y profundizando entre sus nuevas influencias, parecen tocados por una varita. En los primeros meses de 2024 publicarán su nuevo trabajo, ya bajo el paraguas de Subter, y este adelanto es una ideal piedra de toque postpunk y synth-pop con la que poder soñar. "Por los que quedan he puesto una vela..." es esa frase que vamos tarareando desde hace días, metidos de lleno en esa atmósfera del indie beta que tanto echamos de menos a veces. Al respecto de la producción, tiene mucho que decir Jaime Beltrán y La Resinera. A nosotros, sin ser unos expertos, nos parece un trabajazo que se culmina con una fotografía en portada de Ona Flores en el cementerio granadino (dicen, por cierto, que les han tratado muy bien). La protagonista, además, es Laura, de Las Dianas. ¡A tope de detalles! Si te molan Cora Yako, Muro María o los siempre recordados Lecciones de Vuelo, esta será tu nueva banda.

Margarita Quebrada & XeniaAleación (ADA Iberia)

Este es el único mini EP que reseñamos este mes, y sinceramente, era obligado porque esta fusión orgánica no se experimenta todos los días. Las diferentes líneas electrónicas permiten desde un punto más bien nostálgico, crecer muchísimo a cada uno de los tres cortes que encontramos en este trabajo, por momentos suave y por momentos súper destroy. En la redacción nos pasa esto: queremos escucharlo bajito y al mismo tiempo queremos reventar los altavoces, y es que las canciones al final nos evocan sensaciones dispares que no queremos dejar de experimentar. El Calor es nuestra favorita del EP, apenas algo más de dos minutos de muy bella factura con un giro más urbano que, francamente, nos sorprende para bien. No no los esperábamos, pero mola. A los mandos técnicos han estado Rubén Segovia y Guillermo "Quebrado". Margarita Quebrada vienen de actuar en el exitoso Prestoso Fest y en el Urbikoa Festival, dejando unas sensaciones brutales, así que cuando alguien te diga que no tiene nada nuevo que escuchar ponle este EP y los demás. Y que flipen, hostias.

Niña Polaca & Grasias - Pollo Frito (Subterfuge)

El destino quiso que fuesen portada de esta revista juntos, y ahora sacan canciones sin estar revueltos. ¡La vida! Nos abrimos un vermú Zarro, por eso de ir de chulapos en fiestas, y nos quedamos en la mesa de al lado de esta gente, que fantasean a gritos de cómo sería su after ideal, en el que además de la bebida espirituosa, no faltaría el pollo frito. Firmamos, qué carajo. Esta colaboración, inesperada y deseada, de Sandra Sabater, supone el quinto adelanto del disco que Niña Polaca publicará el 27 de octubre, y sube incluso más de nivel gracias a la grabación, producción y masterización de Carlos Hernández. La portada, por cierto, es del diseñador gráfico Mario Feal. Vamos, que hay lujo por todas partes a nada que te pasees un poquito por estos dos minutos y medio. En cuanto a los directos, podremos ver próximamente a los chavales en el Festival de la Luz de Boimorto, en el Ebrovisión de Miranda de Ebro, y en ciudades como Zamora, Valladolid, Oviedo o Santander, dentro de una gira interminable que mantendrá la velocidad de crucero hasta el mes de febrero.

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