Secrecía 08: El diablo/el mal

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Elsa Treviño

Ella era mala

Al Círculo de Cambridge.

Fueron los nacionalistas, decían los noticieros y el sol desangraba la tierra, y los terrenos del centro se henchían de grietas toscas que despedazaban la antigua limpieza de la plaza municipal. Fueron los extremistas, decían por el barrio y apretaban el paso, se escondían en los edificios, ponían doble llave a las puertas. Luego los diarios clamaron que las cenizas habían llovido a causa de un explosivo del tamaño de un frijol tatuado de ira en favor de la partición. Un frijol y un loco de la nación paria con una mochila verde. La población se llenaba la boca de esa verdad y la cantaba a gritos, con una furia viscosa que todo contagiaba. Los malditos terroristas y su partición. Hijos de puta. Después la vecina dijo que había sido Mariana y vino la policía. La había visto con un tipo de mochila verde, días antes, por donde Don Joaquín. Mariana se enteró cuando volvió de la universidad. Le ataron las manos con uno de esos lazos de plástico que ahora utilizan en lugar de esposas. Los del séptimo be le arrojaron escupitajos mientras dos hombres con chalecos antibalas la escoltaban a la patrulla y la plaza era entera un hoyo de negrura y llanto en las pantallas de todas las televisiones de la ciudad, del país,

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