/ Gestión de las ciudades
Casi el 80% de la población vive actualmente en ciudades, una proporción superior a la del grupo de países más desarrollados Los mecanismos de planificación, gestión y gobierno requieren ser adaptados a las nuevas realidades de la expansión urbana Las ciudades de América Latina y del Caribe están consideradas, en su conjunto, como las más peligrosas del planeta
siones financiera, estaría en mejor posición que en el pasado de atraer directamente inversiones en un clima de competitividad abierta. Las autoridades locales parecen decididas a incrementar la calidad de los servicios, la eficiencia administrativa, la seguridad, la conectividad y, en resumen, todas las características que hacen de una ciudad atractiva para los inversores y para los habitantes. Sin embargo, una vez más, la evolución no es igual para todos y, sin mecanismos compensatorios que generen más armonía en el desarrollo urbano regional, algunas ciudades parecen tener más
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éxito en este proceso que otras. La concentración de las inversiones en las áreas mejor posicionadas comparativamente amenaza con profundizar las disparidades sociales y de ingreso. Hay límites obvios a la capacidad que tienen los Gobiernos de determinar o incluso guiar las inversiones. Uno de ellos es la persistencia de una cultura de resolución de problemas de forma fragmentada y ad hoc, cuando sería necesario un enfoque sistemático y general de la planificación estratégica. Las agendas sectoriales asignadas a diferentes departamentos o secretariados municipales son
raramente coordinadas, con frecuencia resultan ineficientes y en ciertos casos conflictivas. También falta, a menudo, una dimensión estratégica que incluya un marco espacial acordado para el desarrollo de la ciudad y su articulación en el espacio regional, que pueda inspirar, guiar y coordinar acciones de desarrollo individuales. Hacia el futuro Lo anterior demuestra que, si bien es posible una nueva transición urbana en América Latina y el Caribe, su aplicación aún enfrenta importantes obstáculos. De la capacidad de
los gobiernos locales y nacionales para superarlos depende el futuro de las ciudades de la región. El análisis realizado permite identificar algunas de las claves que harían posible el cambio que las ciudades de la región tanto necesitan. Se puede impulsar un modelo de ciudad con mayores niveles de calidad y sostenibilidad implementando otras políticas de planificación, diseño y regulación. Para ello, hace falta reconocer que el parámetro fundamental del desarrollo urbano debe ser el interés colectivo de la comunidad