REGATAS | Edición 234 | Vania Masías

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DESTAQUE

Qué harías si por tu talento en determinado deporte, tu juventud y tus logros te compararan con un ídolo? Hace unos años, una adolescente Valeria Solé fue comparada con Sofía Mulanovich, el referente máximo del surf nacional. «La nueva gringa» fue el apelativo que entusiastas periodistas repetían en los medios. Es un apodo enorme. En el Perú, esto equivale a bautizar a un futbolista como «el nuevo Nene (Cubillas)» o a una voleibolista como «la nueva Gaby (Pérez del Solar)». Decir que una joven figura deportiva es así de grande es acelerar el proceso de maduración para convertirla en una máquina de triunfos. A Solé, esta ola de halagos que recibió no la mareó ni la tumbó. «Fue súper bueno que me comparen con una campeona mundial, pero nunca fue una presión para mí. Finalmente, son solo opiniones y la idea es que me llamen simplemente Valeria Solé». Aprendió a correr tabla a los 10 años. A los 14, ya estaba compitiendo en serio. A los 16, ya era campeona dentro y fuera del país. Hoy tiene 21 años y ha obtenido cinco títulos nacionales, cuatro títulos latinoamericanos junior, un campeonato mundial con la selección nacional en 2010, entre otros galardones. Hace unas semanas, fue parte del equipo peruano que obtuvo el tercer puesto en el Mundial de Surf ISA 2013, realizado en las playas de Santa Catalina, Panamá, junto a jóvenes luminarias como Analí Gómez, Álvaro Malpartida, Miguel Tudela, Gabriel Villarán y Cristóbal de Col. Es el mejor resultado que el Perú ha obtenido a nivel internacional fuera del territorio (el mundial de 2010 se realizó y ganó aquí). A pesar de ello, el rebote mediático ha sido frío y seguramente menos festejado que la clasificación de Real Garcilaso a los cuartos de final de la Copa Libertadores. Valeria Solé no tuvo mucho tiempo para celebrar REGATAS / 40

el título de Panamá. Si bien escribió en su blog lo que vivió en esos días memorables y felices (valeriasolesurf.blogspot.com) —digamos, cosas como «fue una experiencia buenaza, la convivencia entre todos y la emoción del campeonato hicieron que sea una semana inolvidable, aprendí muchas cosas nuevas y compartí con el equipo»—, lo cierto es que apenas recibida la medalla bronce ya tenía que partir a Costa Rica para participar en el campeonato ALAS. Ahí no le fue tan bien: la eliminaron en cuartos de final. La expresión en su rostro cambia cuando tiene que contar esta parte de su periplo. Es la cara de «Qué cólera me ha dado perder» más que de «Lo importante fue participar y ganar experiencia». Es un ligero frunce de ceño, un sutil cambio de voz, una rápida mirada hacia abajo: los detalles que te hacen entender que cada vez que Valeria entra al mar con una tabla no lo hace para perder.

concentrarte mientras te mueves a una gran velocidad. ¿Cómo lo haces? Es natural. En las competencias tienes que olvidarte que te están juzgando. Debes correr como si fuera un día normal, tranquilo en la playa y que nadie te estuviera mirando. En mi caso, algo que puede quitar concentración es pensar en quién me está mirando, dudar de mi capacidad, no confiar en mi tabla, sentir que la playa donde compito no me gusta. Hay buenos tablistas que fallan en este punto porque no pueden competir. Les pones una licra de campeonato y todo les sale mal. La concentración, la motivación y la fuerza mental importa tanto como la técnica.

¿Qué pasó en Costa Rica? El día de la competencia me levanté y sentí que no era mi día. ¡Estaba muerta de cansancio! En Panamá tuvimos ocho días de competencia. Sentía que mi energía no era la misma que tenía en el mundial. Por más que mentalmente quería convencerme de que todo podía salir bien, mi cuerpo no podía engañar al universo. En la competencia, no encontré las olas, no me ubicaba bien, se me pasaron los veinte minutos. Fue malazo. Ya pasó. Ahora me queda seguir entrenando y preparándome para los campeonatos.

¿Qué distingue a un tablista de otro? El estilo. Es como tu huella digital. Los factores que influyen son la línea, la radicalidad, la fluidez, las velocidad, las maniobras. Una buen tablista es aquel que hace bien la línea en la ola y es radical. Cuando tienes ambas cosas equilibradas, se puede decir que eres completo.

¿Qué se siente perder? Me frustro. Perder es horrible. No soy de explotar y arrojar cosas; más bien me aflijo. No sé cómo son los demás. Yo simplemente reacciono así. Es que soy muy exigente conmigo, pero también sé que perder está dentro de las posibilidades, obviamente. ¿Qué se siente ganar? Satisfacción. Sientes que todo el esfuerzo valió la pena. Si te dijeran que puedes competir pero que nunca ganarás, ¿seguirías compitiendo? No. Si alguien con una bola de cristal me dice eso, simplemente dejo de competir. ¿Quién no quiere ganar? Es una motivación muy fuerte. Ahora me siento en un buen momento y quiero aprovecharlo al máximo. Nunca más voy a tener 21 años y esta energía que tengo. ¿Qué significa estar en un buen momento? Estar compitiendo, ganar campeonatos, tener mis objetivos claros. Son cosas que me motivan mucho. Además, me siento bien mental y físicamente, de modo que creo que puedo obtener buenos resultados si me los propongo. Tienes que mantener el equilibrio sobre una tabla que flota sobre el agua. Encima, debes

¿Y la disciplina? La disciplina hace la diferencia entre todos los atletas. Para rendir bien tienes que comer bien, dormir bien, entrenar bien.

¿Crees que las mujeres corren igual que los hombres? No, corren peor. Hay que ser realistas: los hombres son más fuertes y nunca vamos a poder competir contra ellos. Hay corredoras profesionales que son capaces de ganar a muchos hombres, pero está bien complicado que derroten a los corredores top. A pesar de eso, ha mejorado mucho el nivel. Las mujeres son más fuertes y radicales, y cada vez tienen más cabida en las competencias. ¿Las decisiones de los jueces son criticadas? Totalmente. Como en cualquier deporte, ¿no? Claro, cuando el juez te favorece tú crees que está correcto y no reclamas nada; pero cuando no es así, ese juez te parece malísimo. Son evaluaciones subjetivas finalmente que pueden ser distintas para uno y para otro. Esto siempre va a generar polémica. No todos quedan contentos. ¿Cuál es tu mayor temor? Dar todo de mí y que no resulte lo que quiero. A veces, da miedo entregarte al cien por ciento y perder. Duele más. Con el tiempo he aprendido que siempre tengo dar todo. Si doy el ochenta por ciento y pierdo, me sentiré culpable por no haberme entregado. Estoy entrenando esa parte para estar siempre enfocada. Sufriste una lesión en la espalda el año pasado. Sí, tengo un disco aplastado que presiona el nervio ciático. Eso me causó un dolor muy intenso. Tuve que dejar de correr tres meses. Con terapia he mejorado muchísimo. Con entrenamiento y cuidado estoy manejándolo muy bien.


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