LA LEY DE LA TRAMPA Hace más de un año, IDL-Reporteros inició la publicación de una serie de reportajes que demostraban que los grupos más poderosos de la industria pesquera en el Perú perpetraban la práctica fraudulenta de pesca negra a gran escala y que el Estado no ejercía una fiscalización eficiente para frenarla. Hoy, una prolija investigación del economista Carlos Paredes confirma y complementa estas revelaciones.
Por Milagros Salazar.-
“Las compañías pesqueras están haciendo plata como jamás lo han hecho (cada tonelada de harina de pescado llegó a costar 2 mil dólares en noviembre), pero para ellos mucho no es suficiente, más es mejor. Y ganar más significa subreportar, hacer trampas”, dice el economista Carlos Paredes, investigador principal del Instituto del Perú de la Universidad San Martín de Porres.
Paredes realizó cálculos econométricos que corroboran el subreporte que demostró IDL-Reporteros en un trabajo que combinó el reporteo y el manejo masivo de bases de datos. Esta vez, Paredes confirma desde su especialidad que el subregistro es una práctica común en el sector. A partir de la aplicación de fórmulas, la revisión de registros de desembarques y el cálculo de la producción de harina, concluye que en 2009 las empresas no registraron más de 167 mil toneladas de anchoveta en todo el litoral, lo que representa unas 38 mil toneladas de harina si se considera que se necesita 4.38 toneladas de pescado para una tonelada de harina. Con los precios de la harina que estimó IDL-R en su momento, esta cantidad puede valorizarse en 61 millones de dólares y con el precio actual la cifra llega a los 76 millones. En 2011, el subregistro detectado por Paredes, se duplicó hasta superar las 297 mil toneladas de pescado, el equivalente a 67 mil toneladas de harina. Esto significa un poco más de 100 millones de dólares, si se toma en cuenta el precio promedio de la harina del año pasado, y asciende a 134 millones con el precio de hoy.