Le suelto las cadenas a este Perro Negro de la Calle número 68.
Lleno de historias, lleno de anhelos, sueños, pesares y otras realidades.
El tiempo avanza, su paso es implacable, y ya nos encontramos en mayo; quisiera decir que el insoportable calor (en tierras aztecas) que nos embarga en estas fechas es de sorprender, pero, vamos, aceptémoslo, el cambio climático ya no pertenece al desconocimiento.
Lector, ponte cómodo, fresco y disfruta de esta miscelánea de la aventura poética y literaria en la que se ha convertido este proyecto laguense. Está que arde.
Amaury R. Ledesma