Ha llegado agosto, y con él, el verano parece morir lentamente.
La edición 59 de Perro Negro de la Calle nos trae parajes que, si bien, rozan lo onírico, también nos muestran los rincones más recónditos de las mentes de sus autores. Todas las obras que están aquí compiladas recogen tanta humanidad como es posible para la posteridad. Y esas voces latinoamericanas son la voz del continente; reales, tangibles, vivas, pero jamás ignoradas.
No puedo evitar sentir un tremendo orgullo al ver tantos autores que a lo largo de la historia de la revista han respondido el ladrido del can azabache; lo agradezco con afecto. Sin duda, tanto para mí como para mis compañeros cocreadores: los licenciados Alfonso Koyoc y Jesús Prado, este proyecto es lo más hermoso que hemos creado y legado, tanto para el acervo e historia de las revistas digitales como para nuestra ciudad. Y aún nos faltan muchas cosas que legaremos, de eso no hay duda.
Amaury R. Ledesma