PERIPLO VOL. XVIII. Delirios

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PANOPLIA

a dicho acto rasgos de animalidad, de violencia y de ferocidad extremas. Sentía un gran temor por lo que denomina «la fuerza aniquiladora del sexo». Pensaba que el deleite carnal podía tener consecuencias mortales. Consideraba que no estaba preparado fisiológicamente para realizarlo, pero confiesa que el amor de su mujer le liberó de este miedo. En síntesis, en este subapartado se pueden apreciar todos los elementos que tienen que ver, de algún modo, con esta fantasía delirante: el sueño se sitúa en el momento del crepúsculo, en la sala de los insectos del museo, y en medio de esta estancia vemos una escultura de la pareja de El Ángelus de dimensiones colosales, que sustituye al esqueleto del diplodocus. Todo esto provoca en Salvador Dalí un sentimiento de terror intenso, relacionado con la idea de muerte. En este punto, se produce la identificación entre los dos personajes de El Ángelus y Gala y Salvador Dalí. En el sueño, bajo la tiranía de los atavismos del crepúsculo, Gala y Dalí se comportan de manera ancestral, con una bestialidad originaria, ilustrando (en opinión del propio Dalí) la verdadera intención del acto sexual, que no es otra que la aniquilación. Es fácil apreciar la gran paradoja que reside en la opinión íntima de Salvador Dalí acerca de este asunto. Lo que biológica y convencionalmente origina la vida, desde su punto de vista, la destruye. Y las consideraciones personales de este artista se condensan en la secuencia: «La aurora del mundo sólo puede aparecérsenos “dialécticamente” como crepuscular» (Dalí, 2004: 70). La forma de crear vida se disfraza de muerte. O la muerte se alberga secretamente en el procedimiento biológico de la génesis vital. Salvador Dalí establece un paralelismo entre él mismo y el macho de la mantis religiosa. La mujer del cuadro de Millet refleja la actitud expectante y espectral de la mantis hembra. Se trazan dos niveles de relaciones, muy complejos, que vamos a intentar plasmar de la forma más gráfica posible en el siguiente esquema: 68 • PERIPLO • DICIEMBRE 2012 • Vol. XVIII

-Género masculino, en general ↔ Salvador Dalí ↔ macho de la mantis ↔ figura masculina de El Ángelus. -Género femenino, en general ↔ Gala ↔ hembra de la mantis ↔ figura femenina de El Ángelus. La principal conclusión de Salvador Dalí en este subapartado es que la mantis religiosa es un insecto que ilustra de forma deslumbrante el mito trágico contenido en El Ángelus de Jean-François Millet. b.4) En cuanto a la fantasía experimental de introducir la mitad de El Ángelus en un cubo de leche tibia, Dalí no recuerda exactamente qué personaje sumergía, pero apuesta por la figura del hombre. Consultó a Gala y a algunos de sus amigos, como por ejemplo Breton, Lacan, y Buñuel, para saber sus opiniones, y todos coincidían en que era el hombre el que debía de ser sumergido (imaginariamente) en la leche. La leche tibia es un elemento que interviene con frecuencia en los sueños de Salvador Dalí. Él relaciona esta sustancia con una imagen que le resulta agradable y desagradable a la vez: un canguro hembra cuya bolsa marsupial está llena de leche, y en la que nadan los canguritos. La leche posee un doble sentido: por un lado, es apetitosa, y está vinculada a los deseos eróticos y edípicos; y por otro, representa el peligro y la muerte (esto es, la defensa simbólica de la leche materna, por el horror al incesto). El hombre de El


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