santo domingo de soria
miradas
La riqueza ornamental de su fachada convierte a la iglesia de Santo Domingo en uno de los ejemplos más singulares y valiosos de todo el románico español.
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Para muchos estudiosos una de las cualidades más sorprendentes de esta fachada es el aire francés que respira, el regusto atlántico en el que siempre aparece relacionada con la fachada de Notre Dame de Poitiers. Una relación que tiene su nexo en la esposa del rey Alfonso VIII, Leonor de Aquitania, quien pudo llamar a artistas del sureste francés para que trajeran hasta el interior de Castilla los gustos y formas de componer que ya comenzaban a circular por el Camino Francés de Compostela. Sólo que aquí cuajó con regusto propio, aportando gracia a las líneas austeras, contundentes del carácter castellano. La fachada es en realidad un gran rectángulo cuyo borde superior se aúpa para dar lugar al frontón. En medio de ese lienzo aquellos artistas, fueran quienes fueran y vinieran de donde vinieran, focalizaron la atención de los observadores en dos puntos, por arriba en un gran óculo, rueda en este caso cuyos radios están formados por columnas de capiteles ricamente decorados con motivos vegetales y de caza. Y por abajo, envolviendo la entrada al templo como quien pretendiera atraer pasito a paso hacia la puerta para empujar después hacia dentro, cuatro arquivoltas y un tímpano abarrotados de personajes y escenas. Tantos que es imposible detallarlos de uno en uno. A los lados de la puerta, los capiteles hablan del Génesis. Por allí anda Dios poniendo orden, sacando a Eva de Adán y después ambos saliendo del Paraíso por no escuchar. En el tímpano y la primera arquivolta se cuenta el Apocalipsis: sobre la puerta, Dios Padre con Jesús, ángeles a uno y otro costado y la Virgen a la derecha, y en la arquivolta, la representación de los Veinticuatro Ancianos listos para el concierto, mostrando una rica y espectacular colección de instrumentos musicales que deja con la boca abierta y el oído atento: no, la música, de haberla, es la que llega desde el interior de la iglesia cuando las clarisas ofician misa. La siguiente
arquivolta cuenta sobre la Degollación de los Inocentes: a la vista están los soldados, sus espadas y el esmero que ponen en hacer bien su tarea. La tercera está dedicada a hablar de la Natividad y la Infancia de Jesús: la Anunciación, el Nacimiento, Los Magos, la Huida de Egipto… Y la cuarta es para la Pasión, Muerte y Resurrección. Si en vez de una iglesia fuera la puerta de un cine, la cartelera invita, seguro, a pasar al interior. Un interior más bien oscuro, compuesto a lo largo de diferentes siglos, al que las clarisas siguen asomándose para sus oficios –algunos cantados– mientras dos hermanas turnan guardia, día y noche, ante la Custodia que preside el altar mayor. No están solas. Desde la rica fachada de Santo Domingo hace siglos que un ejército de intérpretes, voces de piedra, acompaña su tiempo de rezos, desvelos y esperanzas.
Las actuaciones llevadas a cabo por la Fundación en la iglesia de Santo Domingo han ido encaminadas a evitar el progresivo deterioro del edificio. Con ese objetivo se llevaron a cabo labores como la demolición del entablado de la cubierta para su reparación posterior, reposición de aleros, eliminación y sustitución de pavimentos, excavación arqueológica, tratamiento de protección de la madera y dotación de iluminación interior, entre otras varias. La visita. La iglesia de Santo Domingo, en la capital de Soria, puede visitarse diariamente de 9 a 21 horas.
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