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Hijos
etc.hijos
Colaboración Claudia Simó, ACC Coach de Padres, Familia y Vida / CEO Alas Formación y Apoyo / @claudiasimov Foto Boontoom Sae-Kor
Querido Santa:
¡No tengo presupuesto!
COMUNICACIÓN.
Santa está recibiendo las cartas de millones de niños y ve que su bóveda está vacía, ¡no tiene dinero! En su taller se siente la preocupación mezclada con sentimientos de frustración, tristeza e impotencia. Pues Santa es Santa, ese personaje que se supone que hace realidad los deseos de los niños y más si se han portado bien durante el año.
¿Cuántos padres se estarán sintiendo igual? Con un gran deseo de poder extender la magia que envuelve la Navidad, cumplir con el encargo de la lista de regalos de sus hijos, pero su realidad es una muy distinta este año. Santa y sus “ayudantes” no tienen presupuesto. Por otro lado, nuestros pequeños hijos, como cada año, están recibiendo el bombardeo publicitario de los juguetes y van fantaseando en sus mentes con este o aquel, haciendo que crezca más su deseo de tenerlos. Entonces llega la pregunta: ¿Qué hacemos?, pues como padres queremos complacerlos. Este decálogo te ayudará.
1Como el adulto que eres, debes tomar decisiones sabias y no impactar aún más tu economía por llevarte de las emociones, como son la culpa, la tristeza de pensar lo difícil que ha sido este año para tu hijo en el cual no ha podido compartir con sus amiguitos, o quizás perdió a un familiar. Tampoco la euforia es buena aliada, esa que puedes sentir al recrear en tu mente el ver tu árbol repleto de regalos, aunque te endeudes por años.
2Recuerda que tú eres su madre o padre, el adulto responsable, dígase, quien se supone va a tomar decisiones que van a impactar a toda la familia de forma positiva, no lo contrario. Por lo tanto, ajustar expectativas y el presupuesto no es negociable.
3Entiende que ser una buena madre o un buen padre no es sinónimo de siempre darle a tu hijo lo que pida. Darle todo lo que demanda, aunque no tengas los recursos, no es agradarlo. Esta acción, además de irresponsable, anula toda posibilidad de que tu hijo aprenda a ajustarse a distintas circunstancias.
4De qué vale regalarle todo lo que pide si te pasarás toda la Navidad y los siguientes meses estresado, ansioso, abrumado por las deudas y todos los factores que hacen que tus habilidades parentales disminuyan y al final del día no estarás disponible emocionalmente para tu hijo, lacerando su relación y toda la dinámica familiar.
5Dale a tu hijo una explicación que vaya de acuerdo con tus valores y realidad, una que esté alienada con la edad y la personalidad de tu hijo. Por ejemplo: puedes hablarle de que Santa es un hombre sabio, justo y muy cauto, por lo que en vista de la actual crisis mundial de salud y económica, este año hará un gran esfuerzo en visitar todos los hogares para así agradar a cada niño con un regalo.
6Invita a tu hijo a hacer una lista de tres a cinco regalos y hazle la salvedad de que Santa le traerá uno de esos. De repente tu presupuesto permita darle más de uno. Sin importar el número de regalos, sería una linda oportunidad para que Santa le deje una carta reconociéndole cuán valiente ha sido este año, así como otras cualidades que lo han hecho destacarse (colaborador en casa, paciente, alegre, atento, etc.) 7 Enfócate en generar en casa un hermoso y armonioso ambiente navideño que tus hijos recuerden por siempre. Quizás la Navidad 2020 no fue la que trajo más regalos materiales, pero sí fue la que más se disfrutó y la que dejó huellas positivas en sus corazones. Así que esmérate en crear ciertas actividades, momentos donde se evidencie el amor, la unión familiar, la fraternidad, lo divertidos que son como familia y, sobre todo, lo agradecido que están de tenerse unos a otros.
8No gastes en cosas innecesarias. Usa lo que ya tengas y vistan su hogar de ese espíritu navideño. Que a pesar de todas las circunstancias que estén viviendo, tus hijos sientan que ya se aproxima esa fecha tan importante: El nacimiento de nuestro Señor Jesucristo.
9Abre un diálogo con tus hijos y pregúntale qué cosas especiales les gustaría hacer en casa para que esta Navidad sea diferente pero maravillosa; y cuáles otras que ya son tradicionales en su historia familiar les gustaría rescatar o recrear. Involúcralos sin importar su edad a que ellos mismos sean generadores de unas festividades inolvidables.
10 Suelta toda presión, culpa, malestar, ansiedad de que no podrás comprar todo lo que tus hijos ponga en la lista. Aprovecha para enseñarles que la vida es un constante cambio, que cada Navidad tiene su propia identidad, donde unos años habrá más regalos que otros. Pero lo más importante es que ellos van a recibir tres cosas invaluables: el amor de sus padres, un ambiente armonioso (libre de conflictos, pleitos y críticas) y la seguridad que no importa qué, estamos juntos. P
Recuerda papá y mamá, más que un Santa y regalos tus hijos quieren y necesitan padres saludables, estables, felices… que sean capaces de sostenerlos emocionalmente cuando ellos no pueden. Ellos prefieren pasarse una festividad sintiendo el calor de su cercanía y su disponibilidad para jugar con ellos y escucharlos.
