Daniella Gillmore, agrónoma viticultora
Viñatera innovadora
G
erente general y Agrónoma de Viña Gillmore, de Tabontinaja. En diciembre 1999 se hizo cargo del área agrícola de Tabontinaja. Pero después de su primera vendimia le propuso a su papá administrar el cien por ciento de la viña. “Quería hacerme cargo de todo el proyecto, porque era la única manera de poder tomar decisiones, involucrarme y obtener resultado de lo que yo hiciera. Si veía sólo un área no tenía ingerencia en lo que pasaba. Para mi papá fue una apuesta porque yo no tenía mucha experiencia…”. Lo primero que Daniella se propuso fue terminar de construir las casas de huéspedes y darles una temática, o sea, crear un proyecto turístico para la viña. “Que tuvieran un concepto, generar alianzas con las agencias de viaje, diseñar los tours que se iban a ofrecer…”. Paralelo a eso, empezó a construir un pueblo artesanal en la misma viña. La idea era darles una vitrina a los artesanos de la zona, que se instalaran en
este pueblito (construido de adobe) para vender sus productos a los turistas que llegaban a la viña. “Generé todo el lazo con los artesanos, pero fue un trabajo bien a largo plazo, porque como viña siempre hemos tenido ideas innovadoras y tal vez adelantadas a lo que pasaba en la zona”. Lamentablemente, con el terremoto de 2010, este pueblo artesanal se vino abajo. Pero, el contacto con los artesanos ya estaba hecho; así que tiempo después, Daniella hizo una sala de ventas Maule Store y aglutinó artesanías, productos de la zona y sus vinos. Siempre con la capacidad de crear cosas nuevas, se propuso idear un concepto en torno a los vinos, imagen, marca y posicionamiento. “Cambiamos etiquetas, mantuvimos algunos que se hacían, como Cabernet Franc, generamos líneas nuevas y una estructura de vino establecida. La idea era saber cómo íbamos a producir y qué queríamos expresar con estos vinos. Con historia, que te remonten a un lugar
o rescaten un patrimonio. También difundir la alta calidad de vinos del Maule, que en ese tiempo no era tema”. Significó salir a vender nuevamente la viña y generar nuevas alianzas comerciales. “Fue una gran reestructuración y después de 15 años, hoy vendemos en 19 países y siento que estamos en etapa de consolidación…, porque cuando uno emprende cuesta ver los resultados de tus acciones”. Dentro de todos estos cambios, también generó un plan comercial. “Mi primer objetivo fue llegar a 10 países. Tomé un mapa y dije dónde estamos y dónde queremos estar. Y qué iba hacer para llegar a cada uno. Hoy exportamos a China, Estados Unidos, Brasil, Inglaterra, Alemania, Dinamarca, Finlandia, Suecia, Suiza, Luxemburgo, Bélgica, Francia, Italia, Japón y Corea. Hoy Viña Gillmore produce 40 mil botellas al año, pero siempre hay nuevos desafíos. “Me gustaría tener más presencia en Latinoamérica, en el mercado nacional y fomentar más el turismo en la viña”. O
MAGAZINE 23