“Este mausoleo sobresalía del resto, construido en piedra rosa traída desde Pelequén. Se levantó a comienzos del siglo XX, pero tras el terremoto de 2010, quedó sólo con una placa con el nombre de Víctor Lamas”, recuerda Alejandro Mihovilovich Gratz.
descansan en aquellos mausoleos.
demuestran las sublimes antorchas
Todo trazo, reja o candelabro dice algo,
cubiertas por un manto, la inevitable muerte retratada en las truncadas co-
ahí nada es al azar, cada detalle devela la aspiración de una persona, de una familia, de una lucha o de un sueño. Siguiendo por Osvaldo Aichel, y doblando por Luis Aurelio Lamas, nos detuvimos, y sin tomar respiro el profesor magallánico advirtió: “¡Es imposible no identificar esto de esto!”, estirando su brazo e indicando un mausoleo moderno y luego otro clásico. Y tiene razón. Las líneas rectas y sin mayor diseño de construcciones más recientes contrastan con las edificaciones clásicas. Es que saltan de inmediato a la vista
Las líneas rectas y sin mayor diseño de construcciones más recientes contrastan con las edificaciones clásicas. Es que saltan de inmediato a la vista artefactos creados pArA una anhelada eternidad.
lumnas y los incuestionables epitafios que acusan y gritan en cada sepulcro lo que fue cada deudo. Desde el cruce entre las calles Luis Aurelio Lamas y Plaza de los Reyes, ya es visible la Plaza Pedro del Río Zañartu, donde descansan las familias más distinguidas de Concepción. Enmarcada con la imponente presencia de las altas araucarias yace el Jardín del Recuerdo Masónico, que habla de principio a fin. El compás, la escuadra y el mazo,
artefactos creados para una anhela-
todo unido por unas cadenas cerca-
da eternidad. La desesperanza que
nas al piso que se jactan de la unión
|REVISTA NOS | JUNIO 2015 |