Un hobby en serio Armin Kunstmann -uno de los cuatro hijos varones de Roberto Kunstmann y Marianne Telge- soñaba desde pequeño con las historias que le contaba su padre acerca del imperio que construyera su tatarabuelo. Así, floreció en él la pasión por desarrollar y emprender nuevos desafíos, sobre todo para reconstruir lo destruido por el terremoto del 60: La Cervecería Anwandter. “Soy ingeniero civil químico y trabajé en levaduras Collico. Los procesos de fermentación son muy parecidos a la cerveza y siempre pensé que era un rubro muy interesante, pero más como hobby que industrial”, explica. Fue, sin embargo en un viaje en que su hobby cervecero se transformó en una de las marcas más prestigiosas del país y del extranjero, asociándose con la CCU en 2002. “En Estados altura. Fue un trabajo titánico para todos los integrantes de la
Unidos me encontré con un amigo que tenía una empresa de
industria, porque después de una semana de la inundación, la
insumos para distintos hobbies, y uno de ellos era para hacer
capa de lodo alcanzaba a 40 centímetros.
cerveza en casa. Compré libros y algunos utensilios para ver
En el aspecto familiar el susto los invadió: “Estaba todo inundado aquí, en Collico, donde vivíamos. Cruzamos la línea férrea hacia el campo y nos arrancamos de las casas, porque decían
si salía algo parecido a la cerveza. En el primer intento no me fue mal; mi esposa y los niños ayudaron. Nos entreteníamos mucho”, cuenta.
que la avalancha iba a venir de inmediato. Nos instalamos en
Después vinieron experimentos que necesitaron una mayor
un cerrito en el fundo, en la casa de un obrero que estaba va-
producción, pero siempre desde la cocina de los Kunstmann-
cía. A mi señora y a los hijos, los evacuaron hacia el norte”,
Ramos. Y es que la esposa de Armin, Patricia ha sido un pilar
cuenta el bisnieto de Hermann Kunstmann.
fundamental en esta gran aventura de emprendimiento.
Pero el terremoto sólo sería uno de los peores recuerdos.
“Seguimos ensayando y de una u otra forma nos dimos cuen-
Más tarde, en la década del 70, el gobierno de la Unidad Popu-
ta que sí se podía transformar en una actividad propia. Desde
lar dio un golpe a la empresa familiar. Existía un gran riesgo
1988 a 1991 trabajamos en la cocina; luego pasé a otro espacio
de expropiación de las casas y del molino Kunstmann, y frente
habilitado junto a la casa, donde se hizo una pequeña planta de
a esta amenaza, distribuyeron el patrimonio entre los inte-
manera artesanal”, agrega Armin.
grantes del clan y se alejaron del barrio Collico.
En septiembre de 1991 comenzó a comercializar la cerveza
Don Roberto evoca que los fundos se fueron perdiendo por la
Kunstmann. Fue una etapa de crecimiento, la empresa se
Reforma Agraria y por las pistolas del “comandante Pepe” en las
transformó en sociedad anónima, y en 1997 se trasladó a la
revueltas de la Unidad Popular. Uno de esos predios -de 20 mil
actual planta y restaurante para aprovechar el turismo en la
hectáreas de bosques- daba trabajo a más de 250 obreros en el
ruta Niebla.
verano. Tuvieron que enfrentar eso, pero la industria no fue expro-
Hoy, en el mercado de alcoholes existen ocho variedades del
piada por la acción de los propios trabajadores. “En los barrios se
cotizado producto y la marca se ha promocionado también en
habían formado esas famosas brigadas de la UP. Una noche lle-
el restaurante familiar, administrado por su esposa. “Es un
garon los dirigentes sindicales a mi casa y me dicen: Don Roberto,
orgullo para mí lo que ha hecho Armin junto a su familia, todos
tenemos noticias que esta noche van a asaltar la fábrica y tomár-
han tirado de la misma cuerda”, expresa Roberto, el padre. Él
sela. Entonces, yo les dije: vamos a defenderla, yo voy con ustedes.
también fue socio de esta industria cervecera.
Me contestaron: No patrón, usted se queda en la casa y nosotros defendemos la industria. Ese es un ejemplo único”, acota.
“Son personas tremendamente emprendedoras que, de alguna forma, transmitieron esa cualidad a sus hijos y se las
“Este molino es la empresa más antigua en Chile que sigue
ingeniaron para que esa energía siguiera latente a pesar de los
en manos de una misma familia, Esta es la quinta generación
contextos históricos que han vivido y que seguirán viviendo”,
y creo que la empresa se ha manejado de forma muy profe-
puntualiza el historiador Molina.
sional”, dice Schwarzenberg.
Buen ojo se diría tuvo Vicente Pérez Rosales.
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