Sexualidad y pareja
EL MULTIORGASMO
EN LOS HOMBRES SÍ EXISTE!
L
a leyenda señala que tan sólo las mujeres pueden ser multiorgásmicas, pero no es así. Cada vez son más los sexólogos que defienden que los hombres pueden alcanzar dicho clímax, especialmente después de que William Hartman, uno de los terapeutas sexuales más célebres de Estados Unidos, publicase en 1986 ‘Any Man Can’, un clásico de la multiorgasmia masculina. Desde entonces, los multiorgasmos masculinos han dejado de ser un mito para convertirse en una realidad en boca de todos. Pero el primer concepto que hay que tener claro para entender esta experiencia, es que el hombre no necesita eyacular para tener un orgasmo. Además, es importante que sepamos que un multiorgasmo masculino no significa retomar rápidamente la erección después de la eyaculación; sino poder mantener la erección y tener varios orgasmos seguidos antes de la salida del semen. Es decir, los varones multiorgásmicos tienen la capacidad de detener la eyaculación cuando están a punto de alcanzar el orgasmo y, a pesar de ello, obtener un gran placer sexual.
¿Cómo conseguir multiorgasmos? Para aquello existen diversas técnicas. La parte más importante consiste en el autocontrol y fortalecimiento de los músculos pélvicos, que son los que se tensan cuando alcanzamos el orgasmo. Para ello existen los ejercicios llamados Kegel. Esta técnica consiste en tensar los músculos pélvicos, mantener el esfuerzo entre unos tres a cinco segundos y relajarse. Se trata de las mismas contracciones que realizas cuando quieres detener la orina. También debes aprender a manejar la tensión sexual que se produce en tu cuerpo. Esto se trabaja mediante una serie de ejercicios de masturbación extensa que te ayudarán a dominar tu propia excitación. La respiración adecuada es imprescindible para lograr multiplicidad orgásmica en el hombre. Cuando se está altamente excitado y acercándose a su reflejo eyaculatorio, la capacidad que se tenga para respirar profundamente y ralentizar el ritmo cardíaco hace una gran diferencia en el resultado.
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Orgasmo en la fase contráctil Es en esta fase en la que el hombre deberá aprender a controlar su excitación ya que a partir de aquí los caminos se bifurcan: Uno lleva a la eyaculación, el otro al multiorgasmo. En lugar de continuar hasta el punto de No Retorno, después del cual la eyaculación es inevitable, el hombre deberá detenerse o disminuir la estimulación lo suficiente como para recuperar el control de la excitación y poder experimentar los orgasmos de la fase contráctil que son contracciones en la próstata muy placenteras que duran entre tres a cinco segundos. Los primeros son muy suaves, menos intensos que los orgasmos eyaculatorios, pero los siguientes irán aumentando su intensidad. Es sencillo de entender si lo visualizas como un gráfico. El orgasmo eyaculatorio es una línea que sube hasta el estallido y luego desciende abruptamente. Pasará un tiempo hasta que el hombre se recupere y vuelva a estar en condiciones de excitarse. Los multiorgasmos son olas. El orgasmo de la fase contráctil llega a un tope pero no desciende abruptamente, sino que describe otra suave curva ascendente hasta la llegada de otro que describirá otra suave curva ascendente. De ahí que cada nuevo orgasmo sea más intenso que el anterior. Hartman y Fithian distinguieron entre dos tipos de orgasmos diferentes: Los orgasmos múltiples discontinuos (separados) y orgasmos múltiples continuos. Tras un orgasmo discontinuo, el ritmo cardíaco volvía a normalizarse (unas setenta pulsaciones por minuto). En los orgasmos múltiples continuos el ritmo cardíaco alcanzaba una serie de cumbres sin volver entre medias al punto de partida. Son cumbres placenteras que no acaban a diferencia del habitual orgasmo eyaculatorio de seis segundos.