BLOG LITERARIO
EL VIAJE SIMBÓLICO DEL LECTOR EN UNA REVISTA En esta ocasión haré un breve recorrido por algunas revistas de principios del siglo XX, iré resaltando pequeños detalles de ellas, algunas de contenido literario o artístico, otras pertenecientes a diferentes ámbitos.
POR JACOBO
E
VIVEROS GRANJA
Escritor y profesor universitario.
n ese itinerario procuro proyectar visualmente lo que a través de este artículo, sólo podría hacerlo con la palabra escrita. Algunas de las publicaciones que recordaré entonces son: Prisma; Proa; Creación. Revista internacional de arte; La novela fantástica; La mujer; y Colombia. Revista quincenal ilustrada. Creo (si no me equivoco), que uno de los medios más utilizados en muchos países por los llamados “intelectuales”, ha sido el formato de la revista; es muy conocida la historia de escritores que se han agrupado para publicar varios números, y a través de estos han defendido lo que consideran su propuesta estética, han dado a conocer a autores que quieren difundir, y por lo general, ha sido un lugar donde se intenta que confluyan diversas formas del arte. De esta manera, esas revistas no solo daban a conocer a escritores, sino que allí se podían encontrar partituras de algún compositor, ilustraciones, fotos de esculturas y al final la invitación a recientes exposiciones. Considero que muchas revistas en este ámbito han sido vehículos para pensar, quienes han colaborado en ellas han logrado decir cosas y enseñar a ver de otro modo ciertos aspectos, y realmente han
llegado de una forma inmediata a revelar algo en la sociedad que quizás de manera individual no se hubiese conseguido. Al reunir esas distintas revistas, conseguiríamos integrar varios puntos de vista. Sin embargo, la duración o la existencia de esas publicaciones no ha sido extensa, una de las que recuerdo tuvo solamente dos números, y años después intentó mantenerse nuevamente, pero distintas circunstancias (sobre todo económicas o distanciamientos de sus integrantes) condujeron a la desaparición. De allí que la permanencia de una revista de cualquier ámbito es un triunfo secreto (ya que los lectores desconocen la insistencia que hay para lograr dar a conocer otros números semanal o mensualmente). Al buscar antiguas revistas literarias podemos hallar algunas como Prisma, la cual se definió como una revista mural en Argentina, ¿en qué consistió esta idea? En pegar en las paredes una enorme hoja en la cual iba un manifiesto, unos poemas y el grabado de Norah Borges (1901-1998). Tomemos el número 1 de esta publicación de 1921, aparece una “Proclama”, y se formula una pregunta (debo aclarar que en el texto original la “y” es reemplazada por la “i”): “Pero si en vez de manipular naipes, se manipulan palabras, palabras imponentes i estupendas […] entonces ya cambia diametralmente el asunto”. En ese inicio se muestra la imagen del jugador de cartas y luego se pasa al paralelo con el que baraja palabras, no recuerdo si después ese diestro jugador será llamado filósofo. Al explorar el segundo número de esta revista correspondiente a 1922, encuentro algunos buenos versos que aún pueden quedar en la mente de quien los lea: “Había entre los árboles / jirones de silencio […] i el agua parecía / lavar todos los ruidos” escribe Eduardo González Lanuza (1900-1984), quien al final anota: “El paisaje se había / llenado de nosotros”. La idea de que el silencio esté entre los árboles y se vuelva visible, y que el agua lave lo audible como son los ruidos, creo
REVISTA [40] MOMENTOS