En los últimos años, el vínculo entre el mundo de la moda y el automotor es cada vez más estrecho, más notable y, por supuesto, más frecuente. No todos los años una magnate alemana inaugura una instalación de entretenimiento y experiencia. Es así como Porsche Paraguay, representada por Diesa, me concedió el privilegio de ir a Los Ángeles, California, a vivir el Porsche Experience, en mi calidad de colaboradora de Level y blogger de moda. POR Puppa Careaga
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ara darnos una idea de la importancia en su estratégica ubicación, si California fuera un país, sería el quinto mercado de autos en el mundo. Solo allí, las ventas de Porsche representan un 23 % de sus ventas en Estados Unidos. De los 51 756 modelos Porsche vendidos en ese país el año pasado, 12 016 fueron entregados solo en California. Por algo es el único país que alberga dos de los cinco centros de experiencias Porsche, incluyendo al que se inauguró en Atlanta el año pasado. La aventura inició de inmediato al llegar a la ciudad con una agradable cena de bienvenida para todos los invitados con el equipo de PR y prensa de Porsche como anfitriones, en el bar Cielo Point del Hotel Terranea. Allí conocí al divertido grupo de prensa latinoamericana que viajó hasta L.A. al igual que yo, así como a nuestro PR encargado, el amable Carlos Munera, quien nos acompañaría a lo largo del viaje. A la mañana siguiente, y arrastrando un poquito de sueño todavía, nos embarcamos a conocer el tan esperado Porsche Experience Center. Para nuestra alegría, fuimos directo a la pista de prueba. Como no me considero exactamente una “experta al volante” (y para no arruinar el viaje), para mi primera prueba en un Porsche preferí cederle el volante del Macan 2017 a Patrick, el conductor profesional del centro. Él se encargó de llevarme a la sección off-road, mostrándome la increíble habilidad y desempeño del Macan para atravesar obstáculos, incluyendo una plataforma inclinada; subir una pendiente empinadísima y controlar el descenso usando la propia electrónica del automóvil (con botones de comando). Me sentí como si estuviera en un parque de diversiones.
Tras esta primera prueba, tomé coraje y en nombre de la ciencia (?), me adueñé del volante del deportivo con motor trasero, el 911 Carrera S, para experimentar sus 420 caballos de fuerza. Con mucha adrenalina y carcajada incluida, me hundí en el asiento disfrutando de su poder y velocidad. Ahora, para quienes prefieren no estar en la pista, el centro cuenta con una exposición de vehículos icónicos, una sala de simuladores de conducción y una tienda de diseño con indumentaria, autitos coleccionables, relojes, bolsos y absolutamente todo tipo de productos que invitan a fanatizarse sin importar la edad ni el género. Y si eso aún no basta, hay una cafetería y un restaurante de lujo, el “917”, llamado así en honor a uno de sus autos de carrera más icónicos por ser ganador de las 24 Horas de Le Mans (una emblemática carrera en Francia que dura ¡24 horas!). El Porsche Experience Center está abierto a todo el mundo, sin pagar entradas al predio y sin importar si uno es dueño de un Porsche o no. Uno puede ir solo, con la familia o con un grupo de amigos, teniendo la posibilidad de alquilar un Porsche por 90 minutos. “No estamos vendiendo autos, estamos vendiendo experiencias”, dijo Detlev von Platen, miembro de la Junta Directiva de Porsche. Al día siguiente, a nuestro grupo de prensa latinoamericana nos esperaba el “Rasta Bus”, donde una guía turística nos contó datos curiosos de la ciudad, sus atracciones y sus historias tan increíbles como solo en Hollywood tienen cabida. Pasamos por la bohemia Venice con sus playas, hippies, surfistas y artistas callejeros; por Beverly Hills y la avenida Rodeo Drive y “las esquinas de oro”, donde están las tiendas de las más importantes casas de moda y lujo del mundo. Y por supuesto, no podía faltar el Paseo de la Fama, donde LEVEL I VERANO 2017 I 67