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ECUADOR SÍ LEE

Por Plan Nacional del Libro y la Lectura

Una sociedad que logra vivir este proceso será mucho más creativa, reflexiva y crítica

PLAN NACIONAL DEL LIBRO Y LA LECTURA:

José de la Cuadra Un proyecto integral

El Plan Nacional del Libro y la Lectura «José de la Cuadra» es un proyecto integral y transformador. El Estado ecuatoriano reconoce la necesidad de fomentar comportamientos lectores y consumos de lectura para promover una sociedad equitativa y soberana, como lo determina la Constitución y la Ley Orgánica de Cultura.

El proyecto liderado por el Ministerio de Cultura y Patrimonio se fortalece con la articulación interinstitucional y la participación activa de la ciudadanía. El Plan trabajará tres ámbitos principales:

Estímulo al lector Fortalecimiento bibliotecario Fomento del sector editorial

El primer ámbito está orientado a la promoción de la lectura, componente necesario para que todos tengan un pleno y efectivo goce de sus derechos constitucionales.

El segundo, está encaminado a la promoción y fortalecimiento de las bibliotecas como espacios activadores de prácticas lectoras, conservación y difusión de la memoria y creación de formas de acceso a la lectura, desmitificando a las bibliotecas como espacios olvidados y distantes de los lectores.

El tercero consiste en apoyar al sector editorial que incluye a editores, escritores, libreros, traductores, distribuidores y otros que conforman el ecosistema del libro. No es posible pensar en la creación de comportamientos y consumos lectores sin un sector editorial sólido con capacidad para crear, producir, distribuir y circular contenidos diversos.

La lectura es una práctica en la vida cotidiana que proporciona disfrute por sí misma; una sociedad que logra vivir este proceso será mucho más creativa, reflexiva y crítica. Apostar y trabajar por una nueva cultura ciudadana permitirá construir un país con verdadera justicia social.

PLAN NACIONAL

DEL LIBRO Y LA LECTURA: de la utopía a la realidad

Las letras son una parte importante para el desarrollo personal del ser humano. La lectura es un viaje constante hacia nuevos mundos, ya sean estos ajenos a una realidad tal y como la conocemos (en el caso de la ciencia ficción o la fantasía) o por otro lado, a veces las narraciones son tan reales que la descripción de los acontecimientos históricos o sociales puede generar una profunda reflexión en quien los lee. Valdría la pena hacernos una serie de preguntas: ¿sin la literatura cómo habríamos conocido las aventuras de «caballería» de Don Quijote de la Mancha? ¿Hubiéramos podido entender el valor de la lealtad y de la amistad sin antes conocer Los Tres Mosqueteros de Alexandre Dumas y saber el significado de la frase «Todos para uno y uno para todos»? ¿Sería capaz el ser humano, a través de experimentos regresar a la vida a animales prehistóricos como en la novela Jurassic Park?

La literatura es algo que va más allá de descubrir un determinado escritor o una obra trascendental, porque sobre todo, un Plan Nacional del Libro y la Lectura es un espacio para la difusión y creación de nuevos talentos de escritores, pero también es una transmisión de valores. Hablar de un Plan Nacional del Libro y la Lectura, hasta hace poco, significaba una promesa muy lejana. El actual Ministro de Cultura, Raúl Pérez Torres, conocía no solo a profundidad la labor del escritor, sino la importancia sobre lo que es tener una política pública con respecto a la lectura. La cultura es trascendente, los libros no han cambiado desde su creación, sencillamente porque son buenos, así como el martillo o el tenedor parafraseando a Umberto Eco.

Es lógico que un tema tan amplio, como lo artístico, se pueda ver desde dos formas: desde una arista académica, hasta la creativa (es decir, desde un autor).

Tuve una cita a las 11 de la mañana en el Instituto de Altos Estudios Nacionales (IAEN). En el séptimo piso, me esperaba el periodista y escritor uruguayo-ecuatoriano Kintto Lucas y que además desempeñó el cargo de Vicecanciller de la República del Ecuador. Al entrar, me dio un fuerte apretón de manos. Se sentó detrás de un escritorio bastante ordenado. Detrás de sus anteojos, su mirada permanecía fija. No dejaba de sonreír.

ECUADOR SÍ LEE

Por Diego Montalvo / zeus_diegorafael@hotmail.com

Fotografía:archivo Ministerio de Cultura y Patrimonio

Libro: La Iliada y La Odisea/ PNLL

“Durante la hora de lectura, el alma del lector está sometida a la voluntad del escritor ”.

Edgar Allan Poe

Un Plan Nacional del Libro y la Lectura debe abrir las puertas a todos los escritores, a los más veteranos, a los de mediana edad, y desde luego a los más jóvenes.

–– Deseo que me converse sus ideas sobre el Plan Nacional del Libro y la Lectura «José de la Cuadra» que lleva a cabo el Ministerio de Cultura y Patrimonio ––le dije––. Pero antes, indíqueme, ¿cómo fueron sus inicios en la lectura?

–– Mis inicios en la lectura fueron con Las mil y una noches, creo que fue uno de los primeros libros que me fascinaron. En la escuela lo robé muchas veces, entonces estuve en penitencia (como se decía en Uruguay), además leía El viejo y el mar y El Principito cuando era más niño. En el pre-kínder o en el kínder, me interesaba tanto la lectura por una profesora que nos leía cuentos y creo que todos los del grupo salimos con un cierto gusto por la lectura. Una buena parte se hicieron escritores o periodistas, por lo que la iniciación a leer desde muy niño es fundamental y también, después, en el colegio.

Después de la primera idea de acercamiento, lo que significa los inicios del académico con respecto a sus gustos personales, había todavía algo más significativo, por lo que cubrir una necesidad (o varias) es el eje para una política pública exitosa. A lo que Kintto respondió:

–– Principalmente es necesario armar toda una planificación de cómo llegar a los distintos sectores en los que se busca fomentar la lectura. Digo distintos sectores, porque son diferentes los estamentos. Una cosa es el trabajo hacia los más pequeños y de escuela; otro es hacia el nivel de secundaria y universidad. Pero luego, no es lo mismo una campaña en las universidades (más institucional) y luego en los barrios (más comunitaria), pero ambas son fundamentales porque el Plan Nacional del Libro y la Lectura tiene que ir hacia todos.

––¿Cree usted que este debe abrir la posibilidad a jóvenes escritores para tener un espacio de difusión y publicación de sus obras? ––inquirí, manteniendo el hilo de su importante exposición––.

Fotografía por:Daniela López Sánchez

Kintto Lucas

–– Un Plan Nacional del Libro y la Lectura debe abrir las puertas a todos los escritores, a los más veteranos, a los de mediana edad, y desde luego a los más jóvenes ––contestó entre risueño y serio––. No se puede excluir a nadie. El problema es que a veces los Planes de Lectura, no tienen la capacidad para difundir todo lo que se está exponiendo. No hay, por ejemplo esa capacidad editorial, el Estado no puede hacerlo solo, tiene que trabajar con: editoriales, con librerías, con distintos sectores que puedan hacer ese trabajo. Solo difundiendo a nuevos escritores es que ellos pueden tener una proyección a nivel internacional. Ya finalizando el diálogo, Kintto expresó lo fundamental sobre el fomento de intercambios artístico-literarios y el hecho, sobre todo, de que la juventud estudie literatura. Además, expresó que “a largo plazo no hay nada mejor

que fomentar la lectura en un país.”

La parte académica tenía clara su visión sobre el hecho de cómo crear y qué debe tener el Plan Nacional del Libro y la Lectura «José de la Cuadra». Ahora, era necesario conocer la otra perspectiva. Pacté conversar con el narrador Luis Borja Corral. En el año 2014 fue galardonado con el Premio Aurelio Espinosa Pólit, por lo que su carrera como escritor ha tenido una gran notoriedad.

Lo esencial era conocer sus ideas sobre la actividad creadora y la perspectiva que él tenía sobre las ferias del libro. Es así como iniciamos la conversación. El cielo ya oscurecía un poco, pero las nubes borrascosas no empañaron el diálogo. Usaba un chaleco negro y unos vaqueros de similar color. Me miraba de forma confortable. Empecé preguntándole sobre su participación en la FIL que se llevaría a cabo en la capital colombiana. A lo que él respondió:

–– La posibilidad de que un autor participe en una feria, significa algo relevante en la trayectoria, ya que permite conocer a otros autores y a personas con las que interesa dialogar, también está el hecho de que es sustancial ser considerado un representante del país del cual provienes. Es relevante, además, que es posible acercarse a editoriales pequeñas e independientes que están presentes en las Ferias del Libro y que permiten un acercamiento a otros escritores destacados y de renombre.

Por otro lado, confiesa, que es un gran lector de Samuel Beckett y de Juan Benet, a quienes considera como los autores más notorios en su vida narrativa y personal. Al igual que Kintto Lucas, Luis cree que es importante la participación de autores jóvenes dentro del Plan Nacional del Libro y la Lectura «José de la Cuadra», al tiempo que destaca la importante labor que realiza el Ministerio de Cultura y Patrimonio sobre este tema y también cree que es necesario fomentar un intercambio literario entre Ecuador y otros países.

Esto demuestra una idea clara: la literatura es un lenguaje

La literatura es un lenguaje que puede ser leído por niños, jóvenes y adultos. No importa la época, la situación ni el contexto histórico.

Fotografía por:Daniela López Sánchez

Luis Borja Corral

que puede ser leído por niños, jóvenes y adultos. No importa la época, la situación, el contexto histórico. La verdad es que tanto escritores como académicos ven que el Plan Nacional del Libro y la Lectura «José de la Cuadra» es necesario, y que el país desde hacía tiempo necesitaba poner en marcha una iniciativa cultural y educativa de esta envergadura. La mejor manera de pasar el tiempo es leyendo. De esta forma se conocen ideas y situaciones específicas en la vida de un narrador o de un poeta. Jamás el libro dejará de existir, pero es más real todavía, cuando se lo lee.

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