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AÑO 8 • NÚMERO 94 • MARZO 2017



RAFAEL PÉREZ GAY

03

Rafael Pérez Gay no cree en las bibliotecas sino en los libreros llenos de libros. Nació en la Ciudad de México, en 1957 y es fundador y director de la editorial Cal y Arena. Ha incursionado en el periodismo, la escritura y la edición. Algunos de sus libros publicados son Esta vez para siempre y El cerebro de mi hermano. +

Foto: Ciro Costantini©

EL LIBRERO DE...

¿Cuántos libros tienes? A mi edad podría tener veinte mil libros. Estos libreros que ves, y tengo otro arriba, deben ser ¿diez mil libros? ¿Ocho mil? Y tengo que deshacerme de algunos. ¿Cómo deshacerse de esos libros? Con mucho cuidado, con mucho cariño y viendo bien dónde irán a parar los libros de los cuales vas a deshacerte.

¿Qué libro no prestarías? Casi no presto mis libros. Soy bastante mezquino para prestar. Pero uno que no prestaría: el Ulises criollo. Y otro más: Tiempo guardado, de José Alvarado. Él fue uno de nuestros grandes cronistas de los setenta. Nadie me lo va a pedir prestado porque nadie lo conoce.

¿Cuál es el libro más viejo? No soy un bibliófilo, pero el libro más viejo que tengo, que creo que lo regalé, es El joven, de Salvador Novo, de 1927, un librito muy delgado que es la gran obra prosística de Novo. Es el gran ensayo de Novo que dice “tengo veintitrés años y no conozco el mar”, y empieza a hacer toda la historia. Es la primera crónica, por decirlo así, de Contemporáneos. Para mí los libros son objetos tremendamente útiles.

¿Qué libro no has regresado? (es decir, que no es tuyo) 
 Vamos a revelar la verdad. Mira de quién era Tiempo guardado, de José Alvarado: de Sergio González Rodríguez, octubre del 76. Se lo robé y nunca se lo devolví. No soy un gran ladrón de libros. El gran ladrón de libros era mi hermano. Mi hermano era un peligro, si entraba a este cuarto tenía que amarrarle las manos. Fui un gran ladrón de libros de librerías. Me robé muchos libros de Onetti, algunos de Carpentier. A Monisváis sí le di baje como con tres libros y me los pidió casi hasta los últimos días de su vida y jamás se los devolví.

¿Cuál es tu favorito? Mi libro favorito dice Balzac y es Las ilusiones perdidas. Quizá si me preguntaras mañana, te diría otro. Balzac sigue siendo un narrador clásico, absolutamente interesante, tiene un poco de telenovela y melodrama. Balzac fundó la gran novela francesa del realismo, porque luego los de Letras Inglesas me dicen: ¡No, está Dickens! Debí haberte dicho Madame Bovary, de Flaubert, o La cartuja de Parma, de Stendhal, porque yo estudié Letras Francesas, pero me la juego: Las ilusiones perdidas, de Balzac.

¿Qué libro has regalado? Los que no caben en mi librero van a bibliotecas. Si quiero regalar libros, regalo novela del realismo francés, regalo Baudelaire, Rimbaud. Regalo cosas que conozco muy bien para luego poder platicar con las personas a las cuales les regalo el libro. Regalo poesía simbolista, algún tipo de novela realista francesa y mis clásicos: Una historia de amor y oscuridad, Amos Oz; Desgracia, de Coetzee; de Juan Rulfo, Pedro Páramo y El llano en llamas, algo de Gabriel García Márquez o, a un lector un poco más intenso, Balzac.

¿Qué libro no has leído aún? No he leído muchísimos libros y siempre tengo culpa. Pero uno que haya lamentado: la prosa de Paul Valéry, como hubiera querido leerlo, que son como cuatro libros; los leo y los releo, pero no los he leído bien.

¿Qué libro te hace falta? Me faltan muchos, yo quisiera tener muchos y muy buenos libros y tengo algunos. No tengo Paul Léautaud. Tengo uno, pero no es más que un tomo. Paul Léautaud es quizá el primer autor con el que me inicié en las letras francesas.

¿Qué autor se repite más veces en el librero? Julio Cortázar. Él fue para mi generación el escritor que reunía fantasía, compromiso político, seriedad, imaginación. Parecía tan fácil escribir como Cortázar que nos echó a perder a todos. A lo mejor podría pensar que Borges sería el autor más repetido en mis libreros. Y luego un tercero: Bioy Casares.

¿Cuál es el más nuevo? El libro más nuevo que tengo es uno de José Luis Martínez S., El día que cambió la noche, y es una historia de la noche en la Ciudad de México antes de 1985, y lo publicó Grijalbo. Es curioso: el libro más nuevo que tengo trata de lo más viejo, es decir, de la Ciudad de México antes de 1985. +


EDITORIAL

CONTENIDO

Oriente, como su geografía, es un concepto en disputa. Es, como dijo el pensador palestino Edward Said, “una idea que tiene una historia, una tradición de pensamiento, unas imágenes y un vocabulario que le han dado una realidad y una presencia en y para occidente”.

EL LIBRERO DE… Rafael Pérez Gay

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ORIENTE Niños a ¡leer!/ Karen Chacek

08

STEVE McCURRY Entrevista

10

MARGO GLANTZ Entrevista

12

EL HORROR QUE VINO DE ORIENTE Nerd Plus/ Bernardo Fernández-Bef

14

EL OTAKU CERO Jóvenes/ Raquel Castro

16

CAMBIO DE COORDENADAS Fábulas del Tío Hofs/ Antonio Malpica

18

TRANSFORMAR LA VIOLENCIA Palabras al viento/ Julieta Venegas

20

CUANDO HABLA EL HARÉN Yara Sánchez De La Barquera

22

HIJOS DEL DESIERTO Isaura Leonardo

24

FOTOFRASE DE ANIVERSARIO

26

DE ANIMALES Y TEXTOS SAGRADOS Leonora Esquivel

28

ORIENTES ÍNTIMOS Alberto Ruy Sánchez

30

THE BENDING MACHINE Things To Read Before You Run Out Of Air/ Matt Willis-Jones

35

LO QUE DICTA LA MUSA SARCÁSTICA Con/versando/ Ricardo Sánchez Riancho

36

VIÑETAS DE UN NOCTURNARIO Cuento inédito/ Yeni Rueda López

36

EL ESCRITORIO DE... Wendolín Perla

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ORIENTE

Esta ocasión nos interesamos por pensar Oriente y las relaciones que guardamos con aquella geografía y cultura acosada por los disturbios que, en gran medida, Occidente ha generado. En ese sentido, entrevistamos al fotógrafo estadounidense Steve McCurry, por el marcado gusto que su trabajo tiene por esta región. Platicamos también con la escritora mexicana Margo Glantz con pretexto de Coronada de moscas, su libro sobre India. El viaje se lleva a cabo por medio de la lectura de los textos que integran este número y no sólo por la zona conocida como Oriente, también por las historias que se entrecruzan en cada uno de los países: Palestina, Irak, Siria, India, Tailandia, las dos Coreas, Vietnam, incluso Arabia Saudita y Egipto. En la obstinada idea que tenemos de nombrar Occidente y Oriente, Karen Checek nos habla acerca de las relaciones y diferencias que guardan ambos lados, divididos por conceptos; son esas mismas disimilitudes las que desatan una discusión entre Aquiles y Tortuga, en las fábulas de Toño Malpica. Bef se adentra también en las distinciones y en lecturas sobre las recientes problemáticas de Oriente Medio, mientras Raquel Castro hace un recorrido por la cultura de otro país paradigmático de esta región del mundo: Japón, mismo que Matt Willies-Jones visita en su cuento. Julieta Venegas recorre las venas de la violencia y su estrecha relación con la cultura, en tanto que se pregunta: “¿Acaso éste es el mundo que construimos?”. Leonora Esquivel indaga sobre el lugar de los animales en la cultura oriental y su relación con algunos de los libros sagrados, mientras Ricardo Sánchez Riancho, fundador y editor en jefe de Textofilia, inaugura la columna “Con/ versando”, en la que hablará periódicamente de poesía. Asimismo, y no menos importante, esta edición abre un nuevo camino: a ocho años de Lee+, inauguramos una sección dedicada al trabajo editorial titulada “El escritorio”, junto con una fotografía en interiores en la que aparecen algunos de los colaboradores de la revista. Libreros, poesía, cuentos, recomendaciones, artículos y columnas: ocho años por los que, como en la Ruta de la Seda, atravesamos este largo sendero entre las entrañas de tierras desconocidas. En esta edición de aniversario cruzamos las regiones de Oriente que, a pesar del viaje, no terminamos de aprehender a cabalidad. CAPTION: Mahout Reads with his Elephant. Chiang Mai, Thailand, 2010. Credit: © Steve McCurry

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LOS+VENDIDOS

06

NO FICCIÓN

FICCIÓN PEDRO PÁRAMO Juan Rulfo RM Pedro Páramo recoge lo más profundo de México y las formas y técnicas literarias más avanzadas de su siglo. Pocas obras tocan al lector mexicano como ésta. Pedro Páramo tuvo una larga gestación. Rulfo la menciona por primera vez en una carta de 1947. En 1954 publica adelantos de la misma en tres revistas y en 1955 aparece como libro.

1984 George Orwell DEBOLSILLO En el año 1984 Londres es una ciudad lúgubre en la que la policía del pensamiento controla de forma asfixiante la vida de los ciudadanos. Winston Smith es un peón de este engranaje perverso, su cometido es reescribir la historia para adaptarla a lo que el partido considera la versión oficial de los hechos hasta que decide replantearse la verdad del sistema que los gobierna y somete.

VÉNDELE A LA MENTE, NO A LA GENTE Jürgen Klaric PAIDÓS El método y las técnicas aquí expuestos salieron de diversos estudios llevados a cabo en laboratorios científicos. El autor prueba en este libro que los procesos de ventas a los que estamos acostumbrados son sumamente desgastantes y poco efectivos, debido a que no sabemos cómo funciona la mente, aunque sí le hagamos caso a la gente.

HOMO DEUS Yuval Noah DEBATE ¿Qué nos depara el futuro? Yuval Noah Harari augura un mundo no tan lejano en el cual nos veremos enfrentados a una nueva serie de retos. Homo Deus explora los proyectos, los sueños y las pesadillas que irán moldeando el siglo xxi, desde superar la muerte hasta la creación de la inteligencia artificial. Esto es el futuro de la evolución. Esto es Homo Deus.

Y COLORÍN COLORADO ESTE CUENTO AÚN NO SE HA ACABADO Odín Dupeyron DIANA

PERSONA NORMAL Benito Taibo BOOKET Tenía un par de padres divertidos y jóvenes, llenos de sueños y de planes. Pero a mis doce años, cinco meses, tres días y dos horas y cuarto aproximadamente, me quedé sin ellos.

Y colorín colorado este cuento aún no se ha acabado se editó por primera vez en el año 2001, y es una extraordinaria historia que sigue vigente a pesar de los años. Nos habla de los miedos escondidos que nos paralizan, del deseo que tenemos de ser libres, de la importancia de conocernos a nosotros mismos y de entender quiénes somos.

CIEN AÑOS DE SOLEDAD Gabriel García Márquez DIANA

LOS CUATRO ACUERDOS Miguel Ruiz EDICIONES URANO

Cien años de soledad cuenta la historia de la familia Buendía y su maldición, que castiga el matrimonio entre parientes dándoles hijos con cola de cerdo. Como un río desbordante, a lo largo de un siglo se entretejerán los destinos por medio de sucesos maravillosos en Macondo, en una narración que es la cumbre indiscutible del realismo mágico. Alegoría universal, es también una visión de Latinoamérica y una parábola sobre la historia humana.

Hace miles de años los toltecas eran conocidos en todo el sur de México como “mujeres y hombres de conocimiento”. Los antropólogos han definido a los toltecas como una nación o una etnia, pero también eran científicos y artistas que formaron una sociedad. Miguel Ruiz, un nagual del linaje de los Guerreros del Águila, comparte con nosotros las profundas enseñanzas de los toltecas.

PADRE RICO PADRE POBRE Robert Kiyosaki AGUILAR

LA INSOPORTABLE LEVEDAD DEL SER Milan Kundera MAXI TUSQUETS Esta es una extraordinaria historia de amor, o sea de celos, de sexo, de traiciones, de muerte y también de las debilidades y paradojas de la vida cotidiana de dos parejas cuyos destinos se entrelazan irremediablemente. Esta novela va dirigida al corazón, pero también a la cabeza del lector, que conduce a la insoportable levedad del ser.

Una nueva edición revisada y actualizada del bestseller de finanzas personales, las cuales Padre rico padre pobre revolucionó la forma de entenderlas. Las premisas que Robert Kiyosaki estableció en esta obra han trascendido hasta hoy.

JÓVENES UNO SIEMPRE CAMBIA AL AMOR DE SU VIDA Amalia Andrade Arango PLANETA

UN MONSTRUO VIENE A VERME Patrick Ness NUBE DE TINTA

HARRY POTTER Y EL LEGADO MALDITO (UNO Y DOS) J. K. Rowling SALAMANDRA

CARTAS DE AMOR A LOS MUERTOS Ava Dellaira VERGARA Y RIBA EDITORAS

LA LECCIÓN DE AUGUST R. J. Palacio NUBE DE TINTA


07

ELECTRÓNICOS

ARTE ESTUCHE 4 MANDALAS Y OTROS DIBUJOS ZEN PARA COLOREAR Antonio Francisco Rodríguez Esteban PLANETA

TRES VECES TÚ Federico Moccia PLANETA Seis años después, las vidas de nuestros protagonistas han cambiado. Han conseguido ser felices, pero cuando menos se lo esperan, sus caminos se vuelven a cruzar. Después de A tres metros sobre el cielo y Tengo ganas de ti, llega el esperado desenlace de la historia de Step, Babi y Gin.

Los libros de la colección Anti-Stress Coloring, diseñados especialmente para adultos, te ayudarán a mejorar la concentración y a favorecer la relajación de manera divertida y creativa. Mandalas y otros dibujos budistas para colorear reúne preciosas láminas y frases inspiradoras que te permitirán mejorar tu estado de ánimo.

LA HISTORIA DE LA REPÚBLICA Chumel Torres Aguilar

PAQUETE 3 MANDALAS Y OTROS DIBUJOS BUDISTAS PARA COLOREAR Antonio Francisco Rodríguez Esteban PLANETA

Pónganse cómodos y prepárense a gozar un recorrido por la Histeria de México; cómo este país heroico, sublime y valiente logró convertirse en una facha gracias a los PRImeros pobladores de la Gran Tenochtitlán y sus numerosas PANdillas de mártires.

LA MAGIA DEL ORDEN Marie Kondo Aguilar ¡Recupera tu vida y aprovecha mejor los espacios de tu casa! Transforma tu hogar en un espacio armónico y libre de desorden con el increíble Método KonMari. Marie Kondo con su método inspirador te ayudará a poner en orden tu casa. Paso a paso te guiará para que en tu casa sólo tengas las cosas esenciales y tu vida mejore; increíblemente te sentirás más seguro, exitoso y con energía para crear lo que sea.

2018 LA SALIDA Andrés Manuel López Obrador PLANETA En este libro reafirmo mi postura: la corrupción es el principal problema de México. Convoco a todos los mexicanos, mujeres y hombres, pobres y ricos, pobladores del campo y de la ciudad, religiosos o librepensadores, a construir un acuerdo nacional y a hacer de la honestidad una forma de vida y de gobierno.

Los libros de la colección Anti-Stress Coloring, disenados especialmente para adultos, te ayudaran a mejorar la concentración y a favorecer la relajación de manera divertida y muy creativa. Mandalas y otros dibujos budistas para colorear reúne preciosas láminas y frases inspiradoras que te permitirán mejorar tu estado de ánimo.

MÉXICO Juan Cristóbal García Sánchez PUBLICACIONES ILUSTRA Ciudades, pueblos, iglesias, conventos, monumentos, gentes, atmosferas, todo esto es descrito en esta magnífica travesía dirigida al generalista selecto, cubriendo principalmente el Grand Tour cultural mexicano, tan sorprendente y valioso como excelso y diverso. En este sabroso y brillante libro el lector disfrutara del olvidado arte de viajar y apreciara el maravilloso legado de México desde valiosas perspectivas, obteniendo así las claves y sugerencias para gozar un recorrido esencial, ameno, rico y revelador.

TEORÍA DE LA MÚSICA Francisco Moncada García EDICIONES FRAMONG Teoría con la que toda persona puede aprender los conceptos de la música, a partir de un sistema de preguntas y respuestas.

LAS MEDIDAS DE UNA CASA: ANTROPOMETRÍA DE LA VIVIENDA Xavier Fonseca PAX MÉXICO

AMOR A CUATRO ESTACIONES Nacarid Portal Arráez Todo empezó en mayo, pero no puedo decirte qué fecha es hoy. Te invito a mi vida llena de excesos y diversión, te invito a un mundo en crisis, y a una vida de música, conciertos y poesía: una loca historia de amor sumergida en un imposible.

Todas las medidas para el diseño de una casa. Desde el tamaño de los muebles hasta la altura de los accesorios. ¿Cuánto debe medir una escalera o un área de circulación? Esta obra imprescindible da al profesionista y al usuario, de manera clara y sencilla, todos los datos de la antropometría, análisis de mobiliario, diseño urbano, control ambiental, incluyendo el uso de energía solar, circulaciones y otros.

NIÑOS MOMO Michael Ende ALFAGUARA CLÁSICOS

EL LIBRO SALVAJE Juan Villoro FCE

EL PRINCIPITO Antoine de Saint-Exupéry EMECÉ

DESTROZA ESTE DIARIO Keri Smith PAIDÓS

PERDIDO Y ENCONTRADO Oliver Jeffers FCE


UNA HISTORIA DE ASIA ORIENTAL: DE LOS ORÍGENES DE LA CIVILIZACIÓN AL SIGLO XXI Charles Holcombe FCE

Ilustración del libro Samir y Yonatan de Daniela Carmi.

Este libro proporciona una historia general de la región, desde el siglo xii a. C. hasta la actualidad. Charles Holcombe se ocupa primero de definir lo que denomina “Asia Oriental” para después escribir una historia que incluye las particularidades de cada pueblo y los rasgos que comparten entre sí.

UNA SOLEDAD DE CIEN AÑOS. NUEVA POESÍA CHINA 1916-2016 Ming Di, Alí Calderón (eds.) VALPARAÍSO MÉXICO Una soledad de cien años. Nueva poesía china 1916-2016 fue recientemente publicada por Valparaíso México y Círculo de Poesía. Este libro reúne un panorama extenso de la poesía china del siglo xx e inicios del xxi. En este libro no hay sólo un punto de vista de la poesía china, aquí se condensa un siglo.

LOS ÁRABES EN AMÉRICA LATINA. HISTORIA DE UNA EMIGRACIÓN Abdeluahed Akmir SIGLO XXI El dinamismo que caracteriza las comunidades árabes en América Latina, y los acontecimientos que tuvieron lugar en su seno en los últimos años, convierten en necesidad la aparición de nuevos trabajos, con el fin de mostrar un panorama más completo del continente latinoamericano.

Fruto de su tormentosa relación con Regine Olsen, y de sus meditaciones sobre el amor, el Diario de un seductor es, posiblemente, la obra que más popularidad ha reportado a Søren Kierkegaard (1813-1855), pequeño tributo a la figura del seductor de la novela decimonónica.

DIARIO DE UN SEDUCTOR Søren Kierkegaard EDICIONES GANDHI

E

n Occidente pareciera que nos hemos habituado a los contrastes, seguido hacemos inventario del mundo y lo repartimos todo en dos casillas: lo justo y lo injusto, lo subversivo y lo políticamente correcto, lo didáctico y lo tóxico. Pensar de forma exclusiva en categorías limita nuestro espectro; así también, avanzar con la vista fija en la meta nos impide apreciar la riqueza de la travesía. La línea que marca el final podrá ser el blanco de la atención mediática, pero es el camino el que ofrece los nutrientes para el espíritu de quien participa en la carrera. De esto y mucho más nos habla El camino más largo, la historia de un joven aprendiz chino que, luego de pasar una larga temporada en el bosque meditando, creyó haber encontrado respuestas a las grandes interrogantes sobre la existencia. Convencido de haberse convertido en sabio corrió a ver a su maestro. El largo camino ofrecía paisajes ricos y un sinfín de venturas, pero él no quería “distraerse” ni “retrasar” el arribo a su destino. El maestro lo recibió en casa, lo escuchó sonriente, le respondió con una de esas preguntas sencillas de responder que las personas formulamos con frecuencia. La pregunta, que más bien era una extensa respuesta sintetizada, mandó al aprendiz de regreso al bosque. Una chulada de libro, habitado por elementos simbólicos y personajes zoomorfos dibujados por alguien que ha aprendido a observar los detalles del camino. Quizá otro mal de Occidente sea que nos hemos acostumbrado a ver nada más lo que se supone que hay, lo que indican los carteles, lo que ofrece la publicidad de un viaje, la reseña de un libro, la crítica de un espectáculo, los letreros en el parque de diversiones. Nos contentamos con creer que un zoológico, por ejemplo, es sólo un espacio artificial creado por el hombre para mantener, cuidar, criar y exhibir especies diversas de animales, el cual puede ser visitado por el público en horarios convenientes. ¿Y eso es realmente todo lo que hay y es? En El zoológico, la niña del relato nos regala una perspectiva distinta, ella y sus padres tienen una versión muy diferente de lo que sucede durante su visita al zoológico. Lleno de colores vivos, inteligencia y humor, un libro que a cualquier pequeño lector lo hará sentirse en casa. Y otra razón para entender por qué a su autora, la coreana Suzy Lee, la conocen en las librerías de casi todo el mundo.

“Las cosas son como son, ni le des vueltas”, o eso nos repetimos con terquedad en Occidente a modo de sentencia, una idea disfrazada de sensatez que sólo nos limita a la hora de concebir posibilidades. La autora vietnamita de Un problema de pelos se permite el lujo de preguntarse: ¿qué tan grave sería renunciar al peine y dejarse el cabello revuelto unos días, unas semanas, quizá unos meses? ¿Será que las personas exageran? Ni que en plena primavera fueran a llegar unos pajaritos a hacer su nido en la cabeza de alguien o que a esa persona le fuera a crecer de pronto un árbol en la coronilla, o ¿sí? El libro tiene el sabor de las fábulas antiguas y la ligereza de los cuentos infantiles que nos gusta volver a leer muchas veces. La portada es como una enorme estampilla 3D coleccionable, los colores de las ilustraciones son intensos y el formato del libro es tan grande que nos provoca la sensación de estar leyendo una pantalla táctil que simula un impreso de papel. Muchas son las diferencias entre Occidente y Oriente, todas ellas oportunidades de encuentro si elegimos verlo así. Samir y Yonatan es un libro que lleva hasta sus últimas consecuencias esta posibilidad. En colaboración con un amigo puedes hacer estallar una partícula y dar vida a otro Universo, con otra Vía Láctea, viajar al otro Marte y reformar el planeta rojo a tu gusto: acondicionarlo con cuanto quieras en él y despojarlo de todo lo que te dañe o pueda lastimar a las personas que quieres. Parece un simple juego, sin embargo, los resultados de consumar la aventura son asombrosos: una vez que regresas al planeta Tierra original descubres que, gracias a que concebiste esa otra galaxia, ahora puedes sobrellevar mejor la adversidad, el miedo y el dolor. Incluso puedes compartir un momento de locura con alguien a quien consideraste alguna vez tu enemigo. “Todos en la Tierra estamos hechos de lo mismo”, ésa es la fórmula secreta con la que un un niño palestino y un niño judío, Samir y Yonatan, hacen estallar una partícula mientras comparten la misma habitación en un hospital de Israel. + @Malkatika Existen cuatro sistemas de escritura en Japón: el hiragana (escritura silábica normal), el katakana (escritura parcialmente silábica), el kanji (caracteres chinos) y el romaji (con letras romanas).



Entrevista con

L

a fotografía es un arte relativamente joven que ha sentado las bases para muchas otras expresiones y discursos artísticos. No obstante, ha entrado en una serie de cambios tanto en la técnica como en la concepción durante los últimos años, más aun con la llegada del siglo xxi. En palabras de Joan Fontcuberta, autor de La fotografía después de la fotografía, la fotografía digital “responde a un mundo acelerado, a la supremacía de la velocidad vertiginosa y a los requerimientos de la inmediatez y globalidad”. World Press Photo del año pasado tuvo como ganadoras varias fotografías donde sobresalían los conflictos de Oriente Medio, las grandes movilizaciones de personas, y las consecuencias de la guerra y desigualdad social. Este año no cambió demasiado. Sin embargo, hay otro lado de Oriente que también ha sido documentado. Ambas partes de aquel mundo con culturas y conflictos diversos coexisten, y sólo juntos pueden mostrar un panorama más completo.

El fotógrafo estadounidense Steve McCurry es el autor de cientos de fotografías que nos muestran ambos lados de la moneda en la cultura oriental. Su trabajo se ha caracterizado por el acercamiento a este mundo que, si observamos con detenimiento, no es tan distinto a nosotros: “Al pensarlo, veo que los vibrantes colores de Asia tuvieron un papel muy importante al enseñarme a crear una imagen. Sin embargo, el color solo o la estructura por la estructura no son los que hacen una buena fotografía para mí. Frecuentemente, cualquier consideración de estos factores es sólo para evitar cualquier cosa que pueda ser distractora o estridente. Lo que hace poderosa a una imagen es la confluencia de estos elementos en un momento prístino que revela una verdad más profunda”. Steve McCurry nació el 24 de febrero de 1950 y cursó estudios de historia del cine. Antes de dedicarse a la fotografía tuvo el interés de conocer el mundo: “al principio mi único deseo era viajar, y la fotografía fue el medio que me permitió hacerlo; pero he dibujado y pintado desde

que tenía diez años, así es que siempre he estado interesado en el arte. Me interesé por la fotografía cuando estaba en la universidad”. Las fotografías de McCurry se han conocido en gran parte del mundo. ¿Quién no ha visto el maravilloso retrato de la niña afgana que fue conocida por aparecer en la portada de la revista National Geographic en 1985? Ella, Sharbat Gula, había escapado de la guerra que asolaba Afganistán para trasladarse a un campo de refugiados en Pakistán, de donde salió a principios de los años noventa para volver a su tierra natal. McCurry considera que conservar en la memoria una imagen es muestra del poder que ésta guarda en su mensaje, el cual en muchas ocasiones podría posicionarse por encima de la forma: “Una fotografía poderosa se convierte en un ícono, ya sea de un lugar, tiempo o situación. Se arraiga a tu mente. Pienso que la fotografía trata más acerca del contenido, la historia tal vez, la cara, algo que podamos aprender o apreciar de un lugar o de una persona, y menos acerca


de algo que muestre lo buenos o inteligentes que somos los artistas. Una gran fotografía es una imagen que se queda contigo, no la puedes olvidar. Una fotografía inolvidable es por ejemplo la que tomó Nick Ut, fotógrafo de Associated Press, de una niña pequeña corriendo por la calle mientras era quemada por napalm en Vietnam. Sería imposible olvidar o pasar por alto esa fotografía”. Aquella niña es Phan Thị Kim Phúc, otra sobreviviente de las calamidades bélicas, y que actualmente reside en Canadá con su familia. Uno hojea India (Phaidon) o Las grandes fotografías (Phaidon), ambos de McCurry, para encontrar numerosos paisajes y retratos de la vida diaria con sus protagonistas en las comunidades donde el fotógrafo estadounidense decide infiltrarse: “Me esmero por los retratos individuales que dejarán huella en la memoria de las personas. La fotografía trata de pasear y explorar, de las historias de la gente, lo inusual, momentos inesperados que hacen un comentario interesante acerca de la vida en este planeta. Me gusta celebrar a las personas, los lugares y la cultura por medio de mis fotografías, y considero que esto es un aspecto muy importante de la fotografía: quiero demostrar que nosotros los humanos somos básicamente iguales”. Agrega Steve McCurry, y más adelante: “Mi fotografía trata sobre la narración de historias. Un retrato debe revelar algo sobre una persona. Busco ese momento desprevenido para tratar de transmitir algo de lo que es ser esa persona, tomando mi tiempo y conectando con mis sujetos, y tratando de hacerlos sentir cómodos de alguna manera frente a mi lente; ellos a cambio empezarán a confiar y conectar conmigo”. No por nada son sus retratos principalmente los que le han valido el justo reconocimiento de muchos fotógrafos. En su libro Sobre la lectura (Phaidon) explora el lado íntimo de la gente y su relación con la lectura. Inspirado en el trabajo del fotógrafo André Kertész, las imágenes recopiladas en este libro son una muestra de la lectura en el mundo y su fuerza democratizadora: “El acto de leer cruza todas las fronteras. Todos somos diferentes y todos somos iguales. Es muy interesante que puedes ser fabulosamente rico y sofisticado, o puedes ser alguien en una calle del tercer mundo, pero la lectura es el mismo

Sharbat Gula, la nina afg ana famosa por protagonizar una de las port adas mas conocidas de National Geo graphic

© Steve McCurry

acto. Es un lazo que nos une, es un eslabón común en esta humanidad que compartimos, es una cosa en común que todos hacemos sin importar nuestra posición geográfica, económica o social”. No obstante, aquel mundo conocido por poblaciones devastadas, pobreza, y gente que se gana la vida día a día con gran esfuerzo han generado también sorpresa en McCurry: “Es conmovedor cuando conoces a la gente y te llevan a sus hogares. Te ofrecen lo mejor que tienen. A menudo te brindan una maravillosa hospitalidad y amistad, cuando en la mayoría de los casos tienen muy poco que ofrecer. Son generosos y de corazón abierto. Eso es realmente emocionante e inspirador de muchas formas”. Todo arte es un proceso que no nace de la nada, sino que se ve nutrido de la experiencia y los intereses personales, así como las condiciones sociales, lo que deja algo claro: la labor artística es un recorrido arduo y de necesaria paciencia. “Si echas un vistazo al trabajo de los fotógrafos que admiramos, te darás cuenta que ellos han encontrado un lugar o un tema en particular, y han labrado algo que se ha vuelto especial. Necesitas paciencia y disciplina: perfeccionar nuestras habilidades requiere de mucho tiempo y esfuerzo. En última instancia, uno no puede darse el lujo de ser complaciente: es necesario seguir adelante, permanecer concentrado y comprometido. Hay que fotografiar cosas que son interesantes para uno. La fotografía es como otras disciplinas: arquitectura, medicina, música. Todas requieren paciencia, disciplina, trabajo arduo y práctica. La fotografía exitosa trata sobre abrazar tu espíritu de curiosidad y explorar temas que te causan un fuerte interés, y eso podría ser en cualquier parte. Puedes ir miles de millas lejos de casa, o a profundidad en tu propia comunidad. Bill Owens hizo un libro sobre los suburbios. Bruce Davidson hizo mucho trabajo en sus vecindarios de origen en Nueva York. Sally Mann fotografió a su familia y sujetos cerca de su casa”, y concluye: “La fotografía de André Kertész, Walker Evans, Henri Cartier-Bresson, Diane Arbus y Gary Winogrand demuestra que la narración de historias profundas y universales es considerada arte”. +

Por Rolando Ramiro Vázquez Mendoza

SOBRE LA LECTURA Steve McCurry PHAIDON


Foto: Ciro Costantini©

Entrevista con

iajar es fundamental”, sentencia la escritora mexicana Margo Glantz (Ciudad de México, 1930) en una plática que se desarrolla en la sala de su casa, en el centro de Coyoacán. La estancia, de un estilo rústico, es en sí misma un viaje por el tiempo; da la impresión de que allí no pasan los años. Glantz lee la revista que le extiendo, y no hay poder que la desconcentre: la lectura es un viaje más del que es imposible extraer a la autora de Coronada de moscas (Sexto Piso), el libro en el que cuenta sus experiencias, sus memorias, su pasión y disgusto por India: “Si no viajo siento que mi vida no tiene sentido, y me gusta mucho tener viajes en el futuro y siento que tengo futuro si tengo viajes. Mis viajes generalmente no son viajes de descanso: pocas veces escribo sobre mis vacaciones. En general, casi todos los viajes que he hecho son o de estudio o de trabajo, y aprovecho para volverlos también de placer, de visitar a mis amigos, de recorrer regiones que he visto muchas veces y que me gusta volver a ver, de observar los cambios que suceden en esos lugares. En este momento estoy escribiendo

un libro que colecciona muchos años de recuerdos de viajes, que la mayor parte de ellos los he publicado en revistas y periódicos. Estoy haciendo una especie de trabajo sobre todo lo que he visto en el mundo, todo lo que he escrito en un periodo muy largo de años y en geografías muy diversas. Los textos de India formaban parte de ese viaje, pero decidí separarlos porque eran algo que me había impresionado de una manera muy particular: decidí dedicarles un libro completo que se llama Coronada de moscas”. El libro está acompañado por fotografías de Alina López Cámara, que cumplen un papel crucial a la hora de hablarnos del país suroriental con un lenguaje distinto al que emplea la escritora, aunque complementándose. También nos platica Glantz en su libro que en varias ocasiones le llegaron a preguntar por qué se asombraba de la India si guardaba mucha similitud con México: “India se podría parecer a México por la pobreza, por la cantidad de gente que deambula por las calles, pero es completamente diferente de México. En primer lugar, hay como mil millones más de personas. Por otro lado la religión

hindú. Hay otras religiones importantes, quizá no tan abundantes en presencia como la hindú pero están ahí, como la musulmana. Esa impronta es lo que hace a India algo muy distinto a México: en sus monumentos, en sus paisajes, en su vestimenta, en su comida”. El tema de la religión en India es un punto fundamental en la vida cotidiana de los cerca de mil trescientos millones de habitantes de India. La sobrepoblación podría ser uno de los factores que ha ocasionado la devastación ecológica del país, y es que en India, como en muchos otros países, los temas religiosos y ambientales están íntimamente ligados, en el día a día de una gigantesca población que continúa aumentando: “El río Ganges es un río que, para los estándares europeos o del ‘mundo civilizado’ —entre comillas—, pareciera un río excesivamente contaminado. Pero durante muchísimos siglos ha sido un río sagrado en el que se incinera, se echan las cenizas de los cadáveres, y es utilizado por la gente viva para todo tipo de menesteres, desde los más religiosos hasta los más elementales y escatológicos. La escatología en sus dos sentidos: en el


Extracto de Coronada de Moscas “Nosotros caminamos, evitando pisar la boñiga de las vacas. Van coronadas de moscas, como Io, la joven semidiosa griega: celosa por el deseo que su belleza y juventud despertaban en Zeus, Hera la transformó en ternera, acosada por los tábanos: voraces aladas, sedientas bestezuelas, infamantes ángeles zumbadores la perseguían”. “Gandhi exclamó poco antes de morir: Si se sigue al pie de la letra el proverbio ojo por ojo y diente por diente, en breve lapso desaparecerán los seres humanos”.

religioso y en lo corporal en la sociedad, por el hecho de que el río recibe los desechos humanos y al mismo tiempo ahí se lavan los dientes; esta cercanía entre lo infecto y lo sagrado es muy importante. Ecológicamente hablando, lo que ha contaminado más a India y a China es la necesidad de participar del progreso. Por ejemplo, la enorme cantidad de tráfico que hay en las ciudades indias que hace casi imposible transitar por ellas. Ciudades que quedan bastante cerca las unas de las otras, tarda uno horas y horas en llegar por la cantidad infinita que hay no sólo de vehículos tradicionales como los autobuses, los camiones o los coches, sino que hay rickshaw, hay bicicletas, hay motocicletas en la carretera, y aparte de eso hay elefantes, camellos, etc., que lo que hacen es echar sus excrecencias, que no contaminan tanto como los gases de la gasolina. En última instancia, ese afán de progresar, con todos los elementos negativos que puede tener el progreso, ha contaminado mucho más que lo sagrado”. El choque cultural que pueda existir entre habitantes de tan contrastantes sociedades no siempre es tan ajeno como nos parece. En las calles de Bombay o Nueva Delhi podemos encontrar a la gente haciendo sus necesidades biológicas, defecando ante la mirada de los transeúntes. No obstante, en México la realidad no es tan distante: “No creo que eso en el campo de México sea tabú. Yo creo que en India se mantienen mucho más relaciones con lo corporal-escatológico, más evidentemente en las ciudades, que en México. En las comunidades indígenas mexicanas, en los lugares muy aislados no hay baños y la gente utiliza el campo para sus nece-

sidades, cosa que sucedía siempre, y que en última instancia no contamina porque lo natural pasa a lo natural. Lo que contamina es la basura, el desecho industrial. La industrialización excesiva y la tecnología han contaminado más que las relaciones humanas con la naturaleza”. La plática con Margo Glantz toca varias situaciones que no son tan ajenas a nuestra sociedad, ni a nuestro contexto actual. Coincidimos en que la contaminación es un problema urgente de resolver, pero entonces llegamos a otro tema que dice mucho también de la realidad mexicana, aunque con matices evidentes entre los dos países: el papel de las mujeres en la sociedad india. “Ése es uno de los problemas más graves de India y de muchos países de religión musulmana. Tanto la religión hindú como la religión musulmana siempre han tenido una relación muy negativa con la mujer, y creo que en India este problema es muy grave: existe la posibilidad de que mutilen a las mujeres, les echen ácido en la cara, que les corten las orejas o la nariz, que las maltraten. O la misma situación familiar, que la mujer cuando se casa pasa a formar parte de la familia del marido y no de su propia familia hace que tenga un papel subordinado, además del hecho de que la mujer tiene que pagar dote. Hay una cosa muy nefasta: toda la tradición de la viudez, que ya no es tan importante como fuera el hecho de que las viudas tenían que inmolarse en la hoguera. La mujer sufre muchísimo en India, como sufre en otros países de Oriente, a pesar de que en legislaciones como las de Gandhi se ha tratado que su papel cambie. También hay mujeres excesivamente cultas que tienen un papel preponderante en su país, como Indira Gandhi. Hay grandes escritoras, pero en lo general el papel de la mujer es muy reducido, muy esclavizante, pero algo tiene que cambiar. Cada vez que hay algún cambio político, social o cultural, como lo decía Simone de Beauvoir, una de las primeras que sufre es la mujer”. Un viaje está por concluir: la plática se precipita a su final, por lo que Margo Glantz nos comparte los lugares que, así como India, también le han dejado una marca indeleble en la experiencia y en la memoria: “Hay muchos países que me han impresionado. Turquía, Estambul, ésta es una ciudad que me ha impresionado enormemente, la he visitado dos veces en dos épocas muy distantes de mi vida. Cuando tenía veinticuatro años y cuando tenía ya setenta; la ciudad cambió mucho, sin embargo, permaneció la parte antigua intacta. Otro país que me ha impresionado y que es importante para mí como formación intelectual y artística es Francia. Yo estudié en París cinco años, e hice mi doctorado en la Sorbona: es para mí, mi segunda patria. India es un país cuyas contradicciones más elementales, la intemperie, la violencia, la pobreza, la mutilación son mucho más evidentes que en otros países en el mundo. En ningún otro país advertí esa cercanía entre lo más terrible y lo más extraordinario, y entre lo más escatológico y lo más bello como en India”. +

Por Rolando Ramiro Vázquez Mendoza

Coronada de moscas Margo Glantz SEXTO PISO


BERNARDO

FERNÁNDEZ

EL FUTURO HA LLEGADO... LA INFLUENCIA ORIENTAL Dicen que el sol sale todos los días por el oriente, bien podríamos aplicar esta analogía a los avances tecnológicos y decir que los más importantes llegan también desde allá. Todos hemos pensado acerca de la capacidad de los asiáticos para crear tecnologías que parecen sacadas de una película de ciencia ficción. Sin embargo, muchas forman parte de nuestra vida diaria. El genio asiático ha alcanzado niveles inimaginables, aunque Oriente tenga el contraste entre ciudades cosmopolitas y la pobreza extrema. Un ejemplo es India que, aunque tiene muchísimas mentes brillantes, más de 75% de su población vive en condiciones de desigualdad extrema, además hay que agregar los errores de su gobierno e instituciones; tan sólo en noviembre pasado en India se produjeron grandes pérdidas financieras, por lo que hubo descontrol en la población. El Oriente Extremo es la zona geográfica mucho más avanzada en cuanto a nuevas tecnologías y desarrollo de grandes inventos. En esta zona encontramos países como Japón, con sus ya conocidos avances robóticos y las empresas Canon y Sony Hitachi, o Nintendo en el campo del entretenimiento y Toyota en la automovilística. China también se ha convertido en referencia obligada por tener los teléfonos móviles con la tecnología más impactante de los últimos años. Huawei es una empresa que se ha posicionado en el mercado mundial y que sigue ganando terreno en los cinco continentes. Podríamos incluir a Corea del Sur con Samsung, o hablar de Singapur y su acelerado desarrollo económico, tecnológico y social en los últimos veinte años. En cuanto a innovación y tecnología, en India se encuentra la empresa Tech Mahindra, que factura al año la nada despreciable cantidad de cuatro mil millones de dólares. Tech Mahindra ofrece productos y servicios tecnológicos a marcas como Spring, fifa, TMobile o Verizon; entre sus aliados tecnológicos se encuentran marcas como cisco, hp, Oracle y Microsoft. Oriente Próximo, que abarca continentes como África, Europa y Asia, se caracteriza por sus grandes cimientos de petróleo y el mismo contraste de tener a los países más pobres como Yemen, y los más ricos como Emiratos Árabes, así como los grandes avances tecnológicos con los que han impactado al mundo en Qatar y serán los protagonistas del Mundial de Futbol en el año 2022. Podríamos escribir un libro con todas las referencias tecnológicas y el desarrollo de cada uno de los países de Oriente. Dentro de los próximos años experimentaremos avances en todos los campos y seguramente más de la mitad provendrán de los países de Oriente. + Por Edson González LIBROS ELECTRÓNICOS PENSAR MEDIO ORIENTE Maruan Soto Antaki TAURUS

N

o sé de dónde sacamos los mexicanos que somos un país occidental. William Burroughs envió una carta a Allen Ginsberg en la que describe a nuestro país como un país oriental cruzado por la miseria, la ignorancia y la insalubridad que, sin embargo, adoraba. La vecindad con la más occidental de las naciones, que ya lamentaba Porfirio Díaz, nos ha hecho olvidar que por medio de la España musulmana y la nao venida de las Filipinas somos una nación mucho más árabe y asiática de lo que incluso nos resulta grato aceptar. Por eso la distancia que guardamos con el mundo musulmán se ha rodeado de un peculiar exotismo que al mismo tiempo nos es muy familiar; recuerdo una novela fascinante de Willivaldo Delgadillo, La virgen del barrio árabe, especie de alegoría en clave cyberpunk de las fronteras (fue escrita en la franja El Paso/Ciudad Juárez), donde esta extrañeza parecía reconciliarse con lo local sin perder su exotismo. Quizá por ello un par de primicias bibliográficas encontradas en un paseo por la mesa de novedades de Gandhi atraparon mi atención recientemente. La primera de ellas es un breve compendio de notas aparecidas en la prensa francesa, compiladas por Éric Fottorino y editadas en castellano por Paidós. Qué es isis, se titula y reúne una veintena de artículos de opinión, editoriales y entrevistas con diversos intelectuales franceses (algunos de origen musulmán o migrantes) alrededor del llamado Estado Islámico. La realidad multicultural francesa es analizada a vuelo de pájaro en estas breves notas, que lo mismo recapitulan la proclamación del Califato por parte del líder Abu Bakr al-Baghdadi que el fenómenos de los jóvenes franceses reclutados por isis. A la luz de la masacre de la redacción de la revista Charlie Hebdo, y los actos terroristas que iniciaron en el Club Bataclan durante el concierto de la banda estadounidense Eagles of Death Metal, estos textos publicados originalmente en Le Monde pintan un fresco desolado de la creciente diversidad de una Francia que no necesariamente está preparada para asimilar al islam a ese ritmo. En otro tono de periodismo duro más que de la reflexión desde las humanidades, Michael Weiss y Hassan Hassan entregan Isis: Inside The Army of Terror, crónica espeluznante sobre el origen, desarrollo y consolidación del Estado Islámico en Oriente Medio como una fuerza política y militar. Narrado con frialdad quirúrgica, el texto eriza el vello de la nuca desde las primeras páginas, que comienzan a derramar sangre por borbotones.

VENDER EN ASIA ORIENTAL Dídac Cubeiro Rodríguez

Imposible que no acuda a la memoria de los lectores la novela Sumisión, del escritor francés Michel Houellebecq, situada en un París del futuro próximo, apenas unos años adelante, donde Francia ha sucumbido cultural y socialmente ante el islam, y el mundo intelectual de la Ciudad Luz, personificado por un profesor de la Sorbona, se reacomoda para entregarse a sus nuevos dueños.

Sin embargo, Oriente no es sinónimo de terrorismo ni intolerancia religiosa. O no debería serlo. Quizá por eso la lectura de La Incubación, de Ezekiel Boone, pese a ser una novela de monstruos, vino a mi rescate como una bocanada de aire fresco en medio de lecturas tan desoladas. Y no es que sea un libro esperanzador, pero el tono de aventuras permite al menos por un momento olvidar los horrores del terrorismo, la xenofobia y la intolerancia religiosa para sumergirse... bueno, en una invasión de arañas prehistóricas carnívoras. Y si lo anterior suena a literatura basura, ¡no lo es! Con todo y que el autor decidiera firmar el libro con seudónimo para mantener intacto su prestigio literario (aunque a decir verdad, antes de La Incubación nunca había escuchado hablar de él), la novela está construida con un rigor digno de los mejores momentos de Michael Crichton o el Steve Alten de Meg (reconozco que sus novelas posteriores no valen la pena), ensamblada con precisión de relojero para hacer saltar al lector en los momentos correctos. ¿Que qué tiene que ver con Oriente? Bueno, el primer brote de las espantosas arañas sucede en China; el segundo es en India (y su presencia originalmente es detectada por un equipo de sismólogos). Pero, atención, ésta es apenas la primera parte y al terminar la lectura de este tomo, estupendamente traducido por Laura Lecuona, quedan ganas de leer de inmediato la segunda parte que, ¡ay!, al momento de escribir estas líneas aún no se publica (pero para el momento en que esto se imprima, ya faltará menos). Cierro con una novela rusa de literatura fantástica. Rusia, que ahora se levanta de nuevo como el protagonista sociopolítico que siempre ha sido, también se debate entre la cultura oriental y occidental (de un modo totalmente distinto), es tierra de grandes narradores, patria de una literatura de la imaginación vasta y exuberante. Para muestra basta nombrar El maestro y Margarita, de Mijaíl Bulgákov, delirante novela escrita en pleno stalinismo donde el Diablo (sí, él) llega a Moscú a sembrar el caos en medio de un grupo de artistas e intelectuales soviéticos tan pintorescos como patéticos. Bulgákov gozó siempre de la simpatía personal de Pepe Stalin, pero su pluma era tan filosa que siempre enfrentó problemas para publicar sus libros, de un negrísimo humor y corrosiva vocación fantástico-satírica. Una joya casi olvidada que vale la pena desempolvar. El cómic del mes: 300, de Frank Miller. La batalla de las Termópilas narrada divinamente. Un álbum prodigioso. + @monorama



RAQUEL

C

uando yo era morra y no existía internet, el Oriente era, para mí, exótico y misterioso. En mi entorno inmediato no había mangas ni se conocía el concepto de anime —las animaciones japonesas que nos llegaban se llamaban simplemente caricaturas y se parecían más a las telenovelas que a Hora de aventura o Steven Universe. Es más: la primera vez que me llevaron a comer sushi tenía ya diecisiete años, y tardé bastante más en ir a un restaurante coreano o a uno vietnamita. Se los juro, así era la vida antes de la globalización. A lo mejor por eso me impactó tanto Kwaidan, de Lafcadio Hearn. Desde el título, que sonaba oriental, pero cuyo significado me era desconocido hasta el nombre del autor, que me parecía angloparlante, pero que también podría ser de mis rumbos (con eso de que tengo un tío que se llama Biliulfo), era un volumen extraño para mí. Lo comencé a leer porque me lo habían recomendado mucho con el gancho: “a ti que te gustan los cuentos de horror…” —y que conste que fue antes de Ringu, esa novela (y película) de la que ya he hablado por aquí. Kwaidan es una recopilación de historias tradicionales japonesas relacionadas con lo sobrenatural: alrededor de medio centenar de cuentos breves sobre fantasmas, demonios, maldiciones y supersticiones y es, en realidad, una selección de algunos de los muchísimos relatos sobre estos temas que Hearn puso en papel. Debo confesar que cuando me dieron el libro yo arrugué la nariz y pensé que un tipo con ese nombre (mitad de tío mío y mitad de gringou) no podía ser una autoridad en la materia; pero ahora reconozco que eso fue puro prejuicio mío, porque resulta que Hearn no era el gringou del cliché, ése que sólo habla inglés y se pone nervioso cuando la gente a su alrededor usa otro idioma, o que cuando viaja sólo quiere ir a la hamburguesería más cercana, sea que esté turisteando en Mazatlán, Shangai o París. No: para empezar, Lafcadio Hearn no era americano en absoluto: nació en Grecia, de padre irlandés y madre griega (lo que explica el nombre tan resonante) y se dedicó al periodismo hasta que uno de sus viajes lo llevó a Japón y, enamorado de la cultura de la isla, decidió quedarse. Se dedicó a dar clases de inglés y a hacer traducciones, se

CASTRO

casó con la hija de un samurái y llegó a ser profesor de la Universidad Imperial de Tokio y a obtener la ciudadanía japonesa. De haber ocurrido en nuestros días habría un meme con la cara de Hearn y el texto “otaku nivel: japonés”. Pero esto sucedió mucho, mucho tiempo antes de que ser fan de la cultura japonesa fuera popular en Occidente (Hearn vivió de 1850 a 1904), y a lo mejor por eso sus traducciones de esos cuentos tradicionales fueron tan apreciadas de este lado del mundo: los seres aterradores que pueblan las leyendas de horror japonesas eran prácticamente desconocidos en Europa y América, por no hablar de la estructura de esos relatos, que nos los vuelve más inquietantes por tratarse de una forma de contar tan diferente a la que se usa por estas latitudes. Lo más impresionante con Hearn es que su obra no ha envejecido ni tantito. A lo mejor es porque sus temas y personajes pertenecen al mundo mítico en el que el tiempo no importa, o quizá su enorme pasión por estas historias quedó atrapada en sus renglones. Lo comento porque entiendo que habrá quienes piensen que un libro de principios del siglo pasado o finales del antepasado debe ser de flojera total y absoluta; pero les aseguro que no es el caso. Es más, me atrevo a decir que la cosa va como sigue: si ustedes son fans de la cultura japonesa, sean otakus de hueso colorado o sólo simpatizantes, ¿no sería lo máximo leer a uno de los pioneros en poner las historias niponas en el interés de Occidente? Y, por el contrario, si ustedes son de los que tuercen la boca cada vez que ven a un fan de lo oriental y nomás no pueden entender por qué les gusta tanto, ¿no les gustaría asomarse a esas mentes llenas de ideogramas empezando por el paciente cero? Y todavía más: si les atrae la ondita japonesa y no saben por dónde empezar a hincarle el diente, ¿no les gustaría probar con las versiones que escribió al respecto uno de los primeros en estar metido en esos zapatos? Por cierto, Hearn escribió además de varias colecciones de relatos, algunos libros de ensayos sobre la mitología japonesa, que también son buenísimos. Y como don Lafcadio murió hace más de cien años, su obra ya ha pasado al dominio público, por lo que puede encontrarse en diversas ediciones, desde algunas de bolsillo hasta otras de lujo; tanto en papel como en formato digital. Así que, ¡aprovechen! + @raxxie_


PARA VER Y OÍR

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MÚSICA

LAS MONTAÑAS DEBEN PARTIR

MARGUERITE

EL DEMONIO NEÓN

INFERNO

EL BUEN AMIGO GIGANTE

Jia Zhang-ke ZATMENI

Xavier Giannoli ZATMENI

Nicolas Winding Refn ZIMA

Ron Howard SONY PICTURES

Melissa Mathison DISNEY

Dos amigos desde la infancia, Zhang y Liangzi, cortejan a Tao, una joven de la ciudad de Fenyang. Zang es dueño de una gasolinera y tiene un futuro prometedor, Liangzi trabaja en una mina de carbón. Tao tiene el corazón dividido entre ambos, pero deberá tomar una decisión que marcará su vida y la de Dollar, su futuro hijo.

Entre tres hermanos estalla un conflicto cuando su madre, albacea de la excepcional colección de arte del siglo xix que perteneció a su tío, muere repentinamente. Adrienne es en Nueva York una exitosa diseñadora, Frédéric es economista y profesor universitario en París, y Jérémie un hombre de negocios asentado en China.

EL GUSTO ES NUESTRO 20 AÑOS Varios autores SONY MUSIC

Veinte años después estos grandes cantantes se vuelven a reunir para celebrar unos de los mejores momentos en la música no sólo en España sino en todos los países de hispanohablantes.

Jesse es una chica que llega a Los Angeles, para hacer su sueño realidad: convertirse en supermodelo. Pero su juventud y belleza despertará al demonio, y se verá atrapada en un peligroso mundo de envidias y celos en el que las modelos están dispuestas a todo para triunfar.

Cuando Langdon despierta en un hospital italiano con amnesia, hace equipo con Sienna Brooks, una doctora que intenta ayudarlo a recuperar su memoria. Juntos emprenden una carrera contra el tiempo por toda Europa para impedir que se libere un virus global que mataría a la mitad de la población mundial.

Adaptación del cuento de Roald Dahl sobre una niña que une fuerzas con la Reina de Inglaterra y con un gigante bonachón, conocido como el BFG, para detener una invasión de malvados gigantes que se preparan para comerse a todos los niños del país.

LUZ NEGRA

VENID MORTALES

ROMPIENDO FRONTERAS

TODO NOS TRAJO HASTA HOY

Alejandro Escuer FONARTE LATINO SA DE CV

Favola In Musica MANDUJANO RODRIGUEZ RANULFO

Alejandro Fernández NUIVERSAL MUSIC

San Pascualito Rey FONARTE LATINO SA DE CV

El virtuoso flautista, artista sonoro, artista plástico y académico mexicano destacado por sus múltiples proyectos de alto impacto y originalidad presenta esta producción de trece temas de grandes compositores como Eduardo Gamboa, Alejandro Colavita y el mismo Escuer.

Favola in música es un grupo de música antigua mexicano formado en 2011, cuyo repertorio abarca la música de los siglos xiv al xvii. En este disco interpretan obras de Sor Juana Inés de la Cruz, Andrea Falconieri, Rafael Antonio Castellanos, Antonio Durán de la Mota, Juan de Araujo, Matheo Tollis della Rocca, Antonio de Cabezón, etc.

Álbum que trae de regreso los géneros más conocidos por Alejandro Fernández. Un disco que arranca con fuerza, que tiene sus altibajos pero logra cerrar fuerte y con la participación de Mario Domm, Mónica Vélez y Leonel García, como autores.

Esta es la más reciente producción de una de las bandas más representativas del rock nacional. Un disco de doce temas inéditos con estilo renovado y propuesta siempre innovadora desde que aparecieron en la escena musical con su primer disco Sufro Sufro Sufro.

Por R. R. Fullton @LordNoa ¡Dos semanas! ¿Dónde carajo se encontraba? ¡Pronto! Apague todo: celulares, televisión, radios, computadoras.

Pues si no me dice absolutamente nada de lo que está sucediendo, verdaderamente no le voy a creer.

¿La rocola también?

Le platico, pero ¿ya apagó todo? Es necesarísimo que lo haga.

La rocola sobre todo.

Listo, ya. Todo apagado y todo cerrado.

Bueno, a usted qué le picó ahora.

Bien. Lo que sucede es que estamos siendo observados. Somos vigilados en todo momento. George Orwell siempre tuvo razón.

Don Tony, póngame mucha atención. Es de vida o muerte. No me asuste. En qué anda usted. ¿Está drogado? Seguro se metió en broncas con alguien. ¿Es por el tipo que lo vino a buscar? ¿Quién es él y qué es lo que quiere?

No. Con él ya arreglé los problemas. Buen tipo, por cierto. Aunque tuvimos que separarnos cuando nos dimos cuenta que ambos corríamos peligro y lo mejor era seguir caminos distintos. Quedamos de reunirnos en un lugar algo lejos de aquí. Es difícil de explicar, don Tony. No lo creería.

Ahora sí que quedó loco. Ni una copa más para usted. Corrí a mis clientes porque usted traía información de vida o muerte, y lo que me dice es que alguien nos está observando.

No se quede con la boca abierta. ¿No comentará nada?

No es alguien, sino en plural.

Qué plural ni que nada. Sólo ha venido a alborotar la tranquilidad de este lugar. Todo tiene relación. El borrachito de la esquina, allá en el fondo, siempre observa a todos con esos ojos de suspicacia. ¿No le parece extraño? Sólo pide un tarro y se queda ocho horas sentado vigilando todo. Estoy seguro que él es un infiltrado del cisen o de la cia. A usted ya lo perdimos y está comenzando a asustarme. Así que o váyase o tómese el mezcal que puedo servirle. Me tomaré dos mezcales y me iré. Tengo que ver a una persona en un par de horas. Sólo vigile al hombre que le digo, no me genera nada de confianza. Usted no confía en nadie. No lastime mis sentimientos. Yo confío completamente en usted. Eso dicen todos, hasta que les entrego la cuenta. + * 1984, de George Orwell encabezó la lista de los más vendidos desde febrero en Estados Unidos.


Aquiles: ¿Es en serio? Tortuga: Muy en serio. Quítese. Aquiles: ¡Pero éste ha sido mi lado de la habitación por años! Tortuga: Justamente. Ya le hace falta un cambio de aires. Ya NOS hace falta, de hecho. Aquiles: Estoy perfectamente aquí, así que no pienso moverme. Lo hubiera pensado mejor aquella vez que elegimos, hace ya tantos años. Tortuga: No sea fundamentalista y ahueque. Es sólo un pedazo de recámara, para el caso. Puede quedarse con su cama, si quiere, sólo pido la ventana. Aquiles: ¿Y a qué se debe el caprichito? No tengo ningún problema en iniciar una guerra si hace falta. Tortuga: Ningún caprichito. Desde hoy soy un hombre de amaneceres. Quiero la ventana que da al oriente. Eso es todo. Aquiles: ¿Eso es todo? No me lo trago, aquí hay gato encerrado. Tortuga: Cálmese. Ni que fuera a encontrar petróleo debajo del parquet. Es sólo un pedazo de recámara. Aquiles: Dije que no me lo trago. ¡Desembuche! Tortuga: No sea infantil. Suelte a Teddy y hablemos como gente de paz que somos. Aquiles: La última vez funcionó. Tortuga: Claro. Todos mis muñecos de peluche destripados. Uno por noche hasta completar la docena. Sólo fueron doce noches, pero a mí me parecieron mil. Mil y una de pilón. Así cualquiera confiesa hasta lo que no hizo. Aquiles: No crea que tengo este abrecartas en forma de cimitarra sólo por hacerme el interesante. Me tomó doce noches, pero igual confesó su traición. Tortuga: Lo que usted llama traición, yo lo llamo, “no hay tipo que cele más a sus primas desde el sitio en que se levanta el sol hasta donde desaparece”. Aquiles: Podría haberme contado que estaba pretendiendo a Betsabé en vez de inventar cuentos chinos, y a lo mejor hasta le ayudo. Tortuga: ¡Está bien, está bien! Hay una razón. Se la cuento, pero suelte al muñeco. Aquiles: ¡Lo sabía! Desembuche. Tortuga: Cuéntase que en los tiempos de Harún Al Rashid vivían dos hombres cerca de Bagdad... Aquiles: No sea payaso. Tortuga: ¿Me deja contar o va a estar interrumpiendo? Gracias. Estos dos hombres eran hermanos. Uno se llamaba Kassim y el otro Luis, pero le decían Güicho. Una tarde, mientras dormía la mona cerca de un lupanar,

Güicho oyó sin querer la contraseña para poder entrar con descuento, gracias a que llegaron cuarenta individuos recomendados de un político muy asiduo. Aquiles: Déjeme adivinar. La contraseña era “Ábrete, sésamo”. Tortuga: Ah, veo que usted también conoce ese congal. Pero no. Esa vez la contraseña era: “Viva la Señorita Cometa”. El caso es que lo dejaron entrar y ahí se encontró a su primo Poncho, que viene a cuento porque siempre ha tenido muy mal genio. Lo que se dice, un genio de la fregada. Aquiles: Déjeme adivinar... vendía lámparas o algo así. Tortuga: No. Pero es cierto que en cuanto abrían una botella de 40 G. L. se aparecía como por arte de magia. Aquiles: Sí, debí suponerlo. Tortuga: Poncho estaba de muy mal humor porque ya se le habían pasado las cucharadas y se puso a competir con otro dipsómano a ver quién cabía en un jarrón sin romperlo y parece que iba perdiendo porque se le asomaba el greñero cuando llegó el tío jarocho de uno de los meseros, quien era marino y había viajado un montón. Aquiles: Ajá. Y se llamaba Juvencio. Tortuga: No, Simbad. ¿De dónde saca...? En fin, el caso es que era compadre de uno que vendía alfombras en La Lagunilla y que por cierto rociaba con una sustancia ilegal que, literalmente, lo hacía a uno volar. Entonces el cuñado del que lo ayudaba con... Aquiles: Ya caigo en su juego. ¡Quiere embrollarme en esa espiral de historias interminables! ¿Dónde habré visto antes esta artimaña? Tortuga: ¡Le juro por Solimán el Magnífico que no! ¡Le juro que...! Aquiles: Despídase de Teddy y de Bob Esponja. Tortuga: ¡Está bien, está bien! ¡Lo confieso! Mire por la ventana y lo sabrá. Aquiles: No veo nada. Tortuga: Allá abajo. La nueva hostess de los Tacos Árabes. ¿No es acaso una princesa persa? Aquiles: Por las barbas del efrit, que es más guapa que todas mis primas de la Agrícola Oriental juntas. Tortuga: Sólo le pido a Alá que me permita contemplarla desde la ventana hasta que se apiade de mí y reclame mi alma. Aquiles: Le diré qué haremos. Usted los días nones. Yo los pares. Tortuga: Debería ser diplomático en la onu. ¿Vio el lunar en su mejilla? + @T_Malpica



J U L I E TA

VENEGAS

Caminar por las calles de Ghaziabad, una ciudad industrial al norte del país, ha sido de las experiencias más raras que he tenido. Sentía mucha paz y a la vez miedo; la mirada de la gente es penetrante y nada discreta, pero escuchar los mantras provenientes de los templos hindúes y sentir la vibración del ohm en la garganta te llena de tranquilidad y armonía. Es posible que durante el recorrido por las calles poco pavimentadas de Ghaziabad pase junto a ti una vaca o un toro, o un rikshaw a toda velocidad, y es que el tránsito en India es desquiciante: vacas, ovejas, cabras, monos, carros y motos circulan por el mismo camino. La gente cruza la calle únicamente anteponiendo su palma a los vehículos. Carros, motos y rikshaws rebasan por ambos lados, los semáforos son prácticamente inexistentes en esta ciudad, los pasos de cebra ni pensarlo y del uso de direccionales… sobra mencionar su ausencia. La basura abunda: se pueden ver por ambos lados del camino kilos y kilos de desechos. Es abrumador el sonido del claxon. Si no avanzan, hacen sonar el claxon; si avanzan, tocan claxon; si no viene nadie, claxon y si viene alguien, también claxon; los camiones incluso tienen escrito en la parte trasera la leyenda Horn please, cuyo propósito es alertar al conductor del camión en caso de que venga un vehículo detrás y desee rebasarlo. No obstante, es tal la cantidad de ruido que hasta en el estado de Maharashtra el gobierno prohibió el uso de esta leyenda, ya que incita al uso innecesario de la bocina y eleva los ya de por sí altos niveles de contaminación auditiva. Horn please o Horn OK please no sólo llama la atención: es todo un hito. Existe un documental homónimo, tributo al truck art en India, dirigido por Shantanu Suman, diseñador gráfico indio. El documental ha ganado varios premios en festivales internacionales, y habla del origen y la evolución del truck art en India así como del propósito no solamente estético sino religioso que tiene. Lo puedes ver en projecthornplease.com. Al viajar por la carretera que conecta el estado de Rajastán con Nueva Delhi, un recorrido de aproximadamente seis horas en carro, se puede apreciar este maravilloso truck art que adorna los camiones de cargamento: el diseño de las tipografías, el uso de colores vibrantes, el detalle y cuidado con el que están pintados, y que los hace parecer un caleidoscopio en movimiento; este arte camionero tiene una fuerte conexión religiosa y supersticiosa. Viajar a India es, pues, una experiencia abrumadora pero exquisita. +

Por Valeria Moheno Lobato

Imagen de la portada del libro HHhH, de Laurent Binet.

Violenta y a la vez amable, sucia y pura, cruel pero bella, así es India, el país de los contrastes. Quienes hayan tenido la oportunidad de visitarla sabrán que es posible vivir el caos y la belleza al mismo tiempo. Llena de templos, lugares sagrados y paisajes sublimes, así como de moscas, vacas y gente.

recí en la bella ciudad fronteriza de Tijuana. Siempre he pensando que eso es lo que me hace ser quien soy, con mis defectos, con mis rollos: ser de una ciudad que tiene un poco de dos países tan distintos como México y Estados Unidos. Lo que siempre hubo fue una gran presencia de migrantes chinos. Ahora ya vivimos en un mundo globalizado, en el que la presencia de extranjeros es más común, pero en aquel momento la presencia asiática era algo poco frecuente en esas tierras norteñas. La Casa del Dolor Ajeno, de Julián Herbert tiene que ver con la inmigración china a México, en particular a la región norte. No sólo me parece un gran libro, sino también un tema importante y de actualidad. Es un libro difícil, pero buenísimo. Primero, la maestría de Herbert nos cuenta todo de manera cercana a la vez que dura. Vive la situación con el lector, sin querer quizá, pero eso ayuda a suavizarlo, porque se trata de un episodio horrible, y lo es todavía más por ser olvidado, o más bien borrado de la historia de México. Traían un desmadre en la Revolución, pero el pequeño genocidio —como lo llama Herbert—, de trescientos chinos en la ciudad de Torreón, no solamente es terrible por su violencia, sino por la forma en la que se fue construyendo el ambiente para que eso sucediera, como el mismo hecho de haber sido borrado de la memoria. En este México vivimos un clima de violencia y Herbert lo pone en evidencia al viajar a ese pasado en el que parecía que todo era válido. Aunque se trata de la época revolucionaria, es como si hubieran acabado atrapados ahí. Qué le vamos a hacer: éste es el presente mexicano, en el que existe una combinación de violencia más la voluntad gubernamental de borrarla e ignorar los hechos terribles que vemos a diario. También esos brincos al presente alivianan un poco lo terrible de la historia. Esto me hace pensar en otra novela de no ficción: HHhH, de Laurent Binet. La novela del escritor francés me deja con una reflexión, quizá no sólo sobre la violencia en México, que siempre ha estado presente, sino acerca de la naturaleza humana. El alma de la persona racista, llena de miedo, de dolor, y con deseo de acabar con la vida de quien no es cercano, o simplemente

porque estaba en su camino: ésa que siente deseos de aplastar a cualquiera que sea diferente, que no hable su lengua. Últimamente pienso mucho en el tema de la violencia. Intento entender por qué el mundo está regido por ella, y pareciera que todo es un revoltijo de desastres. ¿Acaso éste es el mundo que construimos? ¿Es esto lo que nos toca? ¿Cómo podemos ayudarnos de la verdadera historia, y no de la oficial que vemos todos los días? Quizá la memoria nos puede salvar, y gracias a libros como HHhH tenemos la posibilidad de detenernos por un momento para reflexionar, e imaginar un mundo en el que estas tragedias ya no sucedan. Otro tema que me interesa es cómo la ficción nos ayuda a interpretar al mundo en el que vivimos. Pienso, por ejemplo, en el escritor japonés Yasutaka Tsutsui, y un cuento de su libro Hombres salmonela en el planeta porno (Atalanta). El cuento se llama “El límite de la felicidad”, y habla sobre una falsa felicidad, aquella de pensar que tenemos lo que queremos, que consumiendo o haciendo lo que hacen los demás podemos ser felices. Tiene un ambiente extraño: todo es falso, porque lo importante es lo que demuestras, no lo que sientes realmente. Me encanta porque de alguna manera habla de la vida que llevamos en la sociedad, y más específicamente, en la sociedad de consumo, en la que consumir nos despoja de nuestra personalidad, de ambiciones sinceras, y nos deja con un actuar sin conciencia. “El límite de la felicidad” nos deja pensando por qué haces lo que haces, si tu felicidad es real, si tus reacciones son propias, o sólo un eco de las de los demás. El protagonista está enojado todo el tiempo y parece atorado en un lugar del que no puede escapar, más allá de la violencia que siente y de la tensión con su mujer, su madre y su hijo. Tsutsui lleva esa desconexión al límite: hay una fuerte presencia de la violencia, y la interpreto como estar desconectado de quien eres, representado por una violencia que no logramos entender. Quizá nos falta tener una mayor reflexión sobre la violencia que vemos, que nos toca o no: es probable que así la lleguemos a transformar en otra cosa. + @Julietav



QUINTETO DE MOGADOR Alberto Ruy Sánchez ALFAGUARA

E

n una calle de Beijing vi a un hombre escribiendo con agua sobre el asfalto, con un pincel enorme, algo que borraban una y otra vez el sol y el viento. Ese ejercicio de un calígrafo urbano me pareció al mismo tiempo una lección sobre la fugacidad final de lo que escribimos. En un muy antiguo templo de Chengdú, una anciana agitaba en el aire un manojo de varitas de incienso. Cantaba enojada y regañaba a sus dioses por no haberla escuchado atentamente en sus súplicas de la semana anterior. Lección de dignidad ante lo sagrado. En lo más alto del Templo de la Montaña Blanca, camino a la Gran Muralla, escuché al viento dialogando con un bosque de bambú. Y tañí como campana un enorme pez de piedra que era a la vez un antiguo mapa mágico del imperio. Cada escama un territorio, cada campanada un augurio. Lección de maneras distintas de representar al mundo y de convivir con sus poderes evidentes y ocultos. En la Bahía de Halong, en Vietnam, amanecimos flotando entre mil islas de jade que parecían curbaturas de un dragón gigante medio sumergido, con el cuerpo poblado de chicharras y de pájaros que las imitaban para atraparlas. Lección de asombros, de sueños despiertos, de mitos de origen de la vida. En la isla de Bali vi despertar a la ciudad de Ubud llena de ofrendas de incienso y flores sobre platitos de paja tejida. Era la escritura que les permitía comunicarse con lo invisible. Lección de espiritualidad cotidiana. En un mercado del Cairo vi a unas mujeres completamente veladas usar su atuendo para asaltar anónimamente a una turista. Y en la fortaleza de Alepo, un año antes de la guerra, canté con mil niños de Siria los juegos que en ese instante les inventaba sin saber que en menos de doce meses todos ellos conocerían en carne propia la maldad radical de los adultos en guerra. Y afuera de la ciudad de Alepo, en las ruinas antiguas de un templo monté la piedra donde estuvo erigida la extraña columna de San Simón “el Estilita”. Consejero de reyes que quiso acercarse piedra a piedra al cielo. Parecía imposible pero logré dar en Beijing con la tumba de Matteo Ricci, el primer occidental que entró a la Ciudad Prohibida y fue enterrado en la capital del imperio.

Pude tocar en la estela que la señala al dragón enroscado que indica su territorio de muerto. Escribir con agua, peculiar definición de la fragilidad sustancial a toda escritura. Y título que di a la breve reunión de algunos de mis poemas de orientes lejanos que me publica ahora Miguel Ángel Calleja, en su editorial Parentalia, y que presentamos en la Feria del Libro de Minería, Escrito con Agua. A lo largo de los años he explorado con curiosidad atenta varios orientes. Como viajero y como lector. Pero siempre será mucho más lo que quiero conocer y reconocer. El libro todavía inédito de crónicas, instantáneas y ensayos, algunos publicados en periódicos y revistas, se titulará, tal vez, Viajar es enamorarse despacio. Y en él, orientes lejanos y cercanos son el eje de mi relación apasionada con una parte del mundo. Mi relación más intensa ha sido, por supuesto, con los muchos Méxicos que laten en nuestro país y que nuestros gobernantes con fecuencia no saben ver, les incomodan, no saben cómo pensar ni comprender. Y mucho menos incluir en sus proyectos de modernidad. Ésa ha sido por casi treinta años la labor que hemos hecho en Artes de México, explorar los orientes y occidentes siempre sorprendentes de nuestras culturas. Mi segunda relación larga e intensa ha sido con Marruecos. Y en especial con la ciudad portuaria de Mogador. Donde se sitúan en parte cinco de mis novelas y algunos cuentos: Nueve veces el asombro; Los nombres del aire; En los labios del agua; Los jardines secretos de Mogador; La mano del fuego; el relato “La huella del grito” y los poemas de Decir es desear. Por más de treinta años he escrito sobre esa ciudad, en ella y con su gente, sobre todo mujeres que he escuchado atentamente hablar de su deseo. Hace más de una década, para conjurar equívocos, lancé allá en una especie de manifiesto el concepto de orientalismo horizontal, que hace un par de años fue objeto de un coloquio internacional en la Universidad de Rabat, en el Instituto de Estudios Lusos e Hispánicos, donde me invitaron a hacer el discurso inaugural. Edward Said, en su libro Orientalismos, hizo la clara disección de las fascinaciones europeas por Oriente como


Alberto Ruy Sánchez en Cartago, Túnez.

fenómenos de poder, como figuraciones culturales coloniales o poscoloniales. En discusión con él, me dio la razón cuando le señalé que su libro en realidad no hablaba de una relación entre Oriente y Occidente, términos forjados por los mismos poderes coloniales, sino que aclaraba en realidad una relación de poder Norte-Sur. Que toda esa concepción cambiaba si comenzáramos a establecer una relación Sur-Sur. Es decir, un orientalismo horizontal entre iguales que culturalmente tienen rasgos comunes y distintos, reconocibles algunos y otros diferentes. Una relación que huya de los estereotipos del orientalismo, pero no tenga miedo de explorar la otredad íntima que se nos descubre y nos vincula. Una otredad donde las mujeres son activas y deseantes y no típicos objetos de deseo. Una otredad donde las formas literarias, incluyendo los géneros que conocemos, tienen posibilidades nuevas y tradiciones distintas. Durante muchos años he visto a escritores y viajeros marroquíes fascinados por México, por todo lo que tenemos en común y por nuestras diferencias. Equivalente certero de mi propia fascinación mogadoriana de sur a sur. Del “extremo Occidente” que es el México profundo con el extremo occidente del norte de África, que es el Magreb: en esta tierra redonda, de aquí para allá y de allá para acá, un sano y vital orientalismo horizontal. Hace unos meses, presentando en la Feria de Guadalajara el conjunto de novelas que forman ahora este Quinteto de Mogador, Julián Herbert tuvo la idea de comentar sobre todo la enorme cantidad de páginas que hablan de Sonora y del desierto donde viví de niño en la Baja California. Es un hecho que conscientemente traté de establecer un imaginario puente de arena entre desiertos, del Sahara a Sonora y de vuelta. Y para encontrar las formas literarias más apropiadas a cada tema desarrollado en los libros tomé de las sabias y antiguas tradiciones artesanales de Marruecos y de México, de la cerámica a los textiles, fórmulas de composición que, creo yo, enriquecen nuestro oficio. La extraña ocurrencia que tuvo hace unos años un crítico mexicano de cierto prestigio de escribir que Los nombres del aire, uno de los libros del Quinteto de Mogador, era una “alegoría orientalista” despertó en Marruecos una reacción de asombro y profunda extrañeza. Incluso de indignación: ¿cómo era posible que un intelectual supuestamente instruido no supiera que Marruecos no

es Oriente? ¿No sabe esa persona que la región del mundo donde se sitúa Marruecos se llama Magreb, que significa Occidente? ¿Y que la cultura del norte de África que cualquier visitante de Marruecos puede ver ahora está mucho más relacionada con la antigua civilización andalusí (que no andaluza) que ocupaba dos terceras partes de lo que ahora conocemos como España y Portugal? Que el Imperio otomano no llegó a Marruecos y que su cultura árabe e islámica es sobre todo de población berber. Que cualquiera de nosotros se confunda sobre regiones del mundo que no conoce es relativamente normal. Pero que un intelectual escribiendo profesionalmente sobre un libro demuestre esa ignorancia es visto además como un desprecio por la cultura de aquellas regiones. Una grosera asimilación de su realidad a los estereotipos más comerciales y comunes. Y sobre todo una incapacidad para percibir diferencias más sutiles, más verdaderas. Los más de treinta años que he pasado conociendo, estudiando y visitando Marruecos y sus habitantes, sobre todo mujeres deseantes cuya voz nunca es sustituida por la mía, así como formas y pasiones de otras culturas presentes también de manera explícita e implícita en el Quinteto de Mogador han sido recompensados por una recepción más que generosa en varios países y en la más de una docena de lenguas donde se han traducido. El reto de escuchar con respeto y de escribir sobre otra cultura o desde otra cultura es inmenso. ¿Pero no lo es acaso toda escritura sincera, profunda, cuestionante incluso de nuestras relaciones más íntimas y verdaderas? Me atrevo a afirmar que toda escritura literaria que pretenda ser radicalmente creativa, cuestionante, nueva y a la vez atenta a tradiciones fértiles y variadas, es una forma de orientalismo horizontal que se extiende entre horizontes diversos, cuerpo a cuerpo, polo a polo, costa a costa. De la identidad y otredad entre los cuerpos amantes a la otredad y fascinación entre culturas surge vital la poesía. +

Por Alberto Ruy Sánchez @AlbertoRuy


O

riente Medio. Dos palabras bastan para cortar el aire con un cuchillo imaginario. Dos palabras que al pronunciarse hoy suspenden el aliento de un hilo delicado. Dos palabras que, sin embargo, son una confusión. Como indica Fundéu, la Real Academia Española para referirse a la región que comprenden los países de la Península Arábiga y del golfo Pérsico, además de Israel, Siria, Turquía, Líbano, Jordania, Libia, Sudán, Chipre (y para algunos, Armenia, Azerbaiyán y Georgia, que son el Cáucaso), usa el término Oriente Próximo, conocido también como Cercano Oriente. Pero de unos años para acá, Oriente Medio (que comprendería para la rae, India, Pakistán y Afganistán) se usa como sinónimo de Oriente Próximo (la onu y prácticamente todo el periodismo de habla hispana así se refiere a la región). Así pues, de Arabia Saudita a Egipto y hasta Armenia, el término Oriente Medio se refiere a una región que para nada es homogénea con todo y que comparte rasgos, pasado, símbolos, tradiciones. La geopolítica actual trazó sus geografías y aglutinó una zona que hoy asumimos como en estado de conflicto perpetuo, y que en el imaginario colectivo “occidental” no tiene singularidades. Éste es quizá el primer gran prejuicio al que los países, grupos étnicos, tribus, personas que la habitan deben enfrentarse en nuestros días. Aunque no el único. El aparente total desconocimiento de la historia de estos territorios, sus pobladores y ancestros, y nuestra evidente incapacidad de nombrar sus identidades, implica que sobre ellos pese en la actualidad el estigma de “incivilizados”, algo a lo que el tratamiento de lo que se ha dado en llamar “terrorismo islámico” ha contribuido mucho (cuando no lo ha provocado directamente). Cualquier libro de historia alcanzaría para derribar esa barrera en un chasquido de dedos, pero Isaac Asimov lo hace con muchísimo oficio en El Cercano Oriente (Alianza), volumen que forma parte de su colección de historia universal. Descubridores de la agricultura (en las actuales regiones de Irak e Irán), los hijos del desierto domesticaron la tierra, comprendieron los ciclos pluviales, libraron batallas

con los ríos, miraron los astros, inventaron dioses cuatro mil años antes de nuestra era. Cuando no había nada, ellos imaginaron casa y la habitaron. Los ziggurats de los sumerios son el antecedente de las pirámides egipcias. Ellos, los sumerios, inventaron —dice Asimov— las matemáticas, y la madre de todas las invenciones culturales: la escritura. Egipto la mejoró, pero la cuna es mesopotámica. Si somos (o fuimos) seres históricos, se lo debemos al Cercano Oriente, sí. “Por ello al periodo que comienza con los registros escritos lo llamamos «historia». Todo lo anterior es «prehistórico». Con la escritura, pues, puede decirse que los sumerios crearon la historia”. Estos pueblos comparten una tierra por la que pelean desde hace milenios, es verdad, pero no siempre ni solamente (¿existe territorio en el planeta que no haya sido disputado?). Comparten y se jalonean por su topografía, su clima, sus inclemencias, sus recursos. Los primeros sedentarios se protegían de los nómadas, luego esos ejércitos sirvieron para expandirse y conquistar. Los nómadas hicieron poder, derrocaron, crearon nuevos enemigos. La historia humana, vaya. A esta tierra pertenecen árabes palestinos y judíos israelíes de los pies al temperamento, pasando por la lengua. Le son a la tierra. Le son tan vehementemente que quizá este rasgo los dota de un aura primitiva que las mentes torpes confunden con barbarie; hay tecnologías criminales (¿qué es sino la guerra?), pero no hay esencias criminales, si por barbarie entendemos eso. Cuando digo “aura primitiva” me refiero a la no separación que existe entre ellos y esa tierra. Su modo de ser mundo con la tierra, como el pan, como el olivo. A esa juntura. Esto lo sabe y lo dice David Grossman en su novela La vida entera (DeBolsillo). Ofer, hijo de Ora —la protagonista—, cumple su servicio militar para el ejército de Israel, al terminarlo decide presentarse voluntario. Ora, ex militar ella misma, no puede de miedo, no soporta la idea de que un día llegue la carta que le anuncie que su hijo ha muerto. Para conjurar esa angustia decide caminar. Camina sin parar, pero no sola, va con Abram, también ex militar —torturado durante la Guerra de los Seis Días con Egipto— amigo,


compañero de armas, cómplice. Caminan la tierra, el desierto, las fronteras como si ese simple hecho sostuviera la vida. En ese movimiento (que no es trayecto) descubre quiénes son los árabes, quiénes son ellos, qué son. Cuántas guerras han librado. Se narran de principio a fin, a modo de ensalmo: quizá si no dejan de recordar quiénes son, la guerra no se los arrebate. Como si contándose su propia historia ahuyentaran la mucha oscuridad que se les mete a la casa, a la vida, al lenguaje. Qué se juega: la vida entera. Amos Oz, por su parte, lo sostiene con elocuencia en Contra el fanatismo (Siruela): “Me temo que no hay ningún malentendido esencial entre judíos israelíes y árabes palestinos. Los palestinos quieren la tierra que llaman Palestina. Tienen razones muy poderosas para quererla. Los judíos israelíes quieren exactamente la misma tierra por exactamente las mismas razones, cosa que entraña al tiempo un profundo entendimiento entre las partes y una tragedia terrible”. La tierra es el meollo. En este pequeño ensayo, Oz no se anda por las ramas y atiende de frente el problema del “fanatismo”, que existe en ambos bandos: “Aunque los fanáticos de ambos bandos hagan lo imposible por convertirlo en guerra religiosa. Fundamentalmente, no es más que un conflicto territorial sobre la dolorosa cuestión «¿De quién es la tierra?»”. Y contra el fanatismo, dice Oz, el sentido del humor y la literatura. Un ejemplo que podría resultar ilustrativo de la fórmula oziana para combatir al fanatismo es Persépolis (Norma), el cómic ya clásico de la escritora y dibujante iraní Marjane Satrapi, y primer cómic salido de Irán en la historia. El título remite desde luego a la vieja capital del Imperio persa, que a golpe de invasiones, conquistas y resistencias adoptó el islam, pero “el islam de los vencidos”, dice David B. en la Introducción: “Vencidos, los persas adoptaron el Islam, pero un Islam de los vencidos, un Islam subterráneo, esotérico y revolucionario: el chiismo”. Dotada de un talento más que conocido en el mundo, la Gran Dama del Cómic logró condensar la virulenta historia de la Revolución Islamista de 1979 que llevó a su país a un régimen totalitario de corte religioso lleno de pro-

hibiciones y mucha sangre, y transmitirla con cargas de emotividad y humor dosificadas a la perfección. Satrapi nos lleva de la risa al llanto y a la conmoción en apenas unos cuantos trazos. La película, por cierto, no desmerece para nada a la versión historieta. Traer a colación a Marjane Satrapi obliga a pensar en una cosa, en ese otro prejuicio que hace ver a las mujeres del Oriente de mayoría musulmana como completamente carentes de poder personal. Como seres inanimados sobre quienes deciden siempre, invariablemente, perversos varones fanáticos. Persépolis sirve para comprender ese proceso, pero también para conocer historias de mujeres a quienes sus padres ayudaron a eludir la cruel hostilidad del islamismo radical. O Malala Yousafzai, la adolescente que obtuvo el Premio Nobel de la Paz en 2014 por su labor como promotora y defensora de los derechos de las niñas a estudiar en su natal Pakistán, que casi le cuesta la vida. “La niña que desafió al Talibán” y fue atentada en 2012, no lo desafió sola, junto a ella tuvo siempre a su padre, quien la alentó a explotar sus dotes oratorias y se hizo acompañar de ella a asambleas de varones, tal como lo cuenta ella misma en Yo soy Malala (Patria). Y con quien ahora comparte exilio en Inglaterra. Contrario a lo que muchos quisieran creer, Malala no reniega del islam, no sólo no lo hace, se refiere todo el tiempo al Corán y con enorme respeto. Su autobiografía transpira compasión, una compasión que es religiosa y que es humana. A esta región se la llamó Oriente Próximo por estar más próxima al Mediterráneo, es decir, a Occidente. ¿Cómo se llaman a sí mismos?, ¿quién es quién y cómo han llegado a serlo? ¿Cuáles son sus singularidades? Historia, literatura, humor: la cura contra el fanatismo, pero también contra la ignorancia. Las cercanías son tramposas: tan cerca, tan lejos. +

Por Isaura Leonardo


De izquierda a derecha: (arriba) Matt-Willis Jones lleva la columna “Read Before You Run Out Of Air” desde febrero de 2017; Alberto Chimal, colaborador y asesor de la revista Lee+. (En sección de poesía “Con/versando” desde este número; Ricardo Otero es colaborador desde el año 2016; Raquel Castro es autora de la columna “Jóvenes” desde marzo de 2015. (Abajo ¡leer! y Bef, quien lleva la columna “Nerd Plus”.


n las sillas) Leonora Esquivel lleva la sección Anima Naturalis a partir de este número; Ricardo Sánchez Riancho escribirá la o) Antonio Malpica es el cómplice de Aquiles y Tortuga en “Fábulas del Tío Hofs”; Karen Chacek escribe la columna Niños a

¿Cuánto tiempo tardaba un comerciante en recorrer la Ruta de la Seda, de Europa hasta el Imperio chino, ida y regreso? No sólo era un camino extenso, sino que también estaba lleno de obstáculos, contratiempos y amenazas, regiones en conflicto, inclemencias del tiempo, la noche y la fatiga. ¿Cuántos viajes habrían podido completarse en ocho años? La edición de este mes es bastante significativa, por los ocho años que cumple Lee+. El número ocho tiene, además, un simbolismo de gran peso en muchas culturas. Incluso en la actualidad mantiene sus significados místicos. El hinduismo y el budismo conciben el número ocho como la cantidad de caminos que conducen a la perfección espiritual, mientras que en Japón se relaciona con lo infinito e inconmensurable. ¿No es un ocho horizontal el símbolo que representa lo interminable? Otra de las relaciones asociadas con este número es la constante evolución, el movimiento que impide que nos estanquemos: marcha inquebrantable. El caduceo, representado por una vara rodeada de dos serpientes enroscadas entre sí, simboliza el flujo constante de fuerzas antagónicas, de ideas, un gesto dialéctico entre discursos opuestos que buscan llegar a una síntesis donde ambos puedan manifestarse. Que el brillo de la estrella de ocho puntas, también conocida como la estrella de Salomón, ilumine este camino —aún largo— por recorrer, y que conmemoramos con una foto donde posan algunos de los colaboradores que han caminado junto con nosotros a lo largo de este trayecto.

El árabe es el idioma del islam, y el Corán es el primer texto literario escrito en árabe clásico, variedad del árabe que apenas ha sufrido cambio alguno desde el siglo séptimo.


LEONORA

“Evitar causar daño y trabajar para lograr la felicidad de toda criatura es deber de todos”. Bhagavad Gita El Mahabharata, la epopeya mitológica más extensa incluso que la Ilíada y la Odisea juntas, y que la misma Biblia, es un texto clave para el hinduismo. En él se resaltan extensas descripciones sobre la belleza de la naturaleza y los animales, quienes aparecen como personajes centrales, capaces de comunicarse, representando papeles de dioses que en ocasiones combinan habilidades, rasgos zoomórficos y antropomórficos. Los comportamientos de estos animales tienden generalmente hacia las buenas acciones, protegen a los héroes de sus enemigos, les dan consejos y sirven de guía durante sus aventuras. Es como si no hubiera una diferencia sustancial entre ellos y los humanos, y como si se les reconociera la hoy tan controvertida característica de persona, dejando constancia de que las relaciones interespecie pudieran ser armónicas y más equitativas. El Ramayana, otra épica igualmente popular del siglo iii a. C., dota a los personajes animales de estados emocionales y capacidades cognitivas. En el Panchatantra, colección de fábulas escritas en una época similar, los animales son los encargados de enseñar principios de buen gobierno y conducta recta: cocodrilos, búhos, monos, toros, peces, palomas, serpientes, tigres, cuervos, conejos, gatos, gansos, ranas, insectos y demás; todos muestran intereses, como no sufrir y gozar; deseos, como tener compañía, seguridad y alimento. En muchos de los textos los animales desarrollan relaciones de amistad y se ayudan entre sí para escapar de cazadores, que son vistos como crueles por irrumpir en su hogar y destruir familias. Por medio de moralejas hacen una continua referencia a la compasión y a la no violencia como ejes rectores de “una vida sabia y noble”. Estos dioses que adoptan formas no humanas para dar una lección a los altaneros guerreros nos enseñan que la divinidad también está en los animales, y debemos respetarlos por pequeños o insignificantes que nos los hagan ver. Krishna, por ejemplo, es representada tocando su flauta junto a una vaca y su ternero. Hanuman, el mono, es un aspecto de Shiva, fiel compañero del rey dios Rama, uno de los avatares de Vishnu, quien a su vez se presenta como tortuga, jabalí, león, pez. Ganesha, el elefante, es el dios que elimina los obstáculos, patrono de las ciencias y las artes, cuyo rasgo de personalidad es la fuerza presente en la gentileza. La creencia hindú en el ciclo de muerte y renacimiento apuntala el respeto a otras formas de vida al existir la posibilidad de reencarnar en un individuo de una especie distinta a la nuestra. Las condiciones para esta reencarnación se determinan por el karma, que significa

ESQUIVEL

“acción”, y donde cada acto tiene un resultado inevitable. Estas enseñanzas conducen directamente al concepto de ahimsa, palabra que hace referencia al “no dañar” o la “no violencia”, del cual Gandhi fue el más popular promotor, y lo llevó hasta sus últimas consecuencias. Un himno védico titulado La vaca, escrito mil años antes de Cristo, identifica a ese rumiante con el Universo entero, al ser su leche fuente de alimento para las criaturas; el Mahabharata equipara el amor de madre que tiene una vaca por su ternero. Los Upanishads —cada uno de los más de doscientos libros sagrados del hinduismo—, nos invitan a percibirnos como una unidad, donde el malestar que causo a otros me lo provoco a mí mismo. Son muchos los ejemplos de textos de la tradición hinduista en los que la relación entre los animales y los humanos está permeada de un sentido de respeto, compasión, compañerismo y complicidad, siendo todos parte de una intrincada red de causalidades en la que la norma para no resultar perjudicado en sus intereses, sin importar la forma que se tuviera, era la de no dañar. Parece contradictorio que hoy India se haya convertido en uno de los más grandes productores de cuero para Occidente. Al ser ilegal matar vacas jóvenes y saludables, les ocasionan heridas e incluso provocan envenenamiento para justificar su matanza. Su traslado al matadero se hace sin ninguna vigilancia en el trato, y una vez allí son degolladas masivamente, incluso muchas veces son despellejadas vivas. En uno de los libros del Mahabharata, Mahaprasthanika Parva o El libro del Gran Viaje, se narra la aventura del justo rey Yudhishthira en su peregrinar hacia las Puertas del Cielo, quien fue acompañado fielmente por un perro durante todo el trayecto. Un vez que ha llegado, Indra, el dios que custodia la entrada, le negó el ingreso al animal, y el monarca se negó a dejar a su compañero, argumentando que “abandonar a alguien que nos es fiel es tan reprobable como matar o robar”. El perro, entonces, se convirtió en la personificación del Dharma, “virtud” o “conducta piadosa”, que implica hacer lo correcto aun cuando se pierda la entrada al cielo. Tras descubrir que todo había sido una prueba, obtuvieron el deseado acceso. ¿En qué momento nos alejamos de preceptos tan sencillos como ahimsa? Elegir entre una acción dañina y otra que no lo es requiere sólo un poco de voluntad y compasión, virtudes que seguramente reconocemos y aplicamos en muchas áreas de nuestra vida. Extenderlas hacia decisiones que tomamos en las que se involucran intereses de los animales, nos hace mejores personas, más solidarios, justos y respetuosos. Hagamos, como Yudhishthira, que las puertas del cielo den cabida a todos los seres sintientes. +

@leonoraesquivel www.AnimaNaturalis.org



“Llamar a la mujer el sexo débil es una calumnia; es la injusticia del hombre hacia la mujer”. Mahatma Gandhi Odalisca con pantalón rojo (1921), Henri Matisse.

“¿Qué sucede con los sentimientos del hombre cuando la belleza femenina es una imagen fabricada por él mismo?”. Fatema Mernissi, El harén en Occidente

T

odo nuestro mundo es una serie de construcciones acordadas entre individuos, delimitaciones que se hacen a veces a partir del miedo. El autoconocimiento parte de la expansión del mundo conocido, del encuentro con el otro, que termina siendo uno mismo. Crear nuevos mundos a veces supone exponer lo contrario de éste, es decir, creándolos por medio de la negación del otro. La creación del mundo mediante la palabra implica la invención de historias, y encarna una relación de poder ante el oyente. Entonces, tal vez el mundo occidental ha construido sus mitos y leyendas a partir de la negación de la mujer fuerte, libre y autónoma. La ambivalencia de la mirada hacia las mujeres en Oriente supone un reto y una paradoja. En el siglo xix en Europa, donde las expediciones eran fuente de ingresos y confirmaban el poderío que se imponía sobre Oriente, el libro Las mil y una noches causó gran impacto. Se tradujo por primera vez en 1704, con versión al francés de Antoine Galland; esa traducción era apenas una reinterpretación, un texto expurgado de los adulterios y hechos sanginarios que abundan en el libro. La traducción de Richard Burton, Arabian Nights, de 1886, alcanzó gran popularidad al incluir fragmentos eróticos, lo que también evitó que fuese leído por las mujeres. La audiencia occidental que descubrió y describió al harén a partir de Las mil y una noches tuvo una versión editada y reducida de su complejidad. La traducción de Richard Burton apenas rescató las escenas eróticas, pero no logró traducir el poder y respeto que tenían las mujeres en la sociedad islámica. En una sociedad europea que fomentaba la aventura, la conquista, el dominio del “civilizado” sobre el “salvaje” y del poder masculino, fue natural que en el libro desapareciera el discurso femenino e incluso el diálogo entre géneros, en el que destacan héroes como Simbad, Aladino y Alí Babá. Historias que se adoptaron en el imaginario occidental. El harén designa la institución familiar en la sociedad islámica; un espacio privado en el que las mujeres viven enclaustradas y alejadas de la vida pública. El orientalismo ha sido constante en muchos artistas que han construido versiones idílicas del harén, como en las pinturas: Mujeres turcas en el baño (1854), de Delacroix, el único artista que visitó un harén para hacer apuntes que reflejó posteriormente en su obra; Baño Turco (1862), de Ingres; En el jardín de Bey (1865), de John Frederick Lewis, u Odalisca con pantalón rojo (1921), de Henri Matisse. Las fantasías de los hombres de Oriente se centraban en mujeres como Sherezada, que luchaba por su li-

bertad con un arsenal de narraciones como arma; o Schirín, la heroína persa que atravesaba continentes a caballo. Fatema Mernissi (1940-2015), Premio Príncipe de Asturias de las Letras 2003, fue cronista y corresponsal de una guerra librada fuera de los campos de batalla entre naciones, culturas, ideologías y géneros. Fatema Mernissi decidió enfrentar el miedo a salir de los límites impuestos por la tradición sobre las mujeres de su núcleo social. Nacida en un harén en Fez, la escritora y profesora de sociología marroquí fue una de las voces más relevantes de la intelectualidad en el mundo islámico. Su posición es invaluable, ya que pertenecía a una familia acomodada, dueña de grandes extensiones de tierra y fiel a las tradiciones. Fatema dedicó su vida entera a identificar fronteras y a romperlas. En su libro Sueños en el umbral (Ediciones B) narra desde adentro las jerarquías y leyes que aparentemente distan de nuestra realidad, y sólo permean algunas naciones en Oriente Medio. Sin embargo, se asemeja a nuestras sociedades machistas en las que se oprimen los comportamientos y predomina la falta de empoderamiento. El harén equivaldría a las relaciones patriarcales en las que las mujeres no toman decisiones o están confinadas al espacio privado, en pleno siglo xxi y en nuestra América Latina. Mernissi también describe un harén que fue refugio, protección, familia y escuela en la que aprendió a narrar, y las palabras había que rumiarlas con la boca cerrada, según su madre, pero que enlazadas de forma inteligente podían salvar a quien las usaba, como a Sherezada. Palabras que unieron a ambas en la misión de liberarse y redimirse mediante el diálogo, en una sociedad cuyas fronteras pueden saltarse con el uso de las voces, calladas en un principio por la tradición, pero vivas por medio de generaciones de mujeres que luchan por la libertad en todos los sentidos, que arriesgan y exponen sus pensamientos íntimos y rebeldes, reivindicados en sus historias.

Las palabras de Mernissi rompen una frontera de tiempo y espacio, para llegar hasta nuestros días y fomentar un mayor diálogo, con el objetivo de que la narración no cese, dando voz a historias renovadas, subiendo el tono a las discusiones, y conduciéndonos a las siguientes miles de Sherezadas a despertar y que alcemos la voz. Foucault dijo que “todas las instituciones sociales tienen su contrapoder y su resistencia”, así sucede también con el harén. ¿De qué tamaño es el tuyo? + Por Yara Sánchez De La Barquera ARABIAN NIGHTS Sir Richard F. Burton CANTERBURY CLASSICS LIBRO DE IMPORTACIÓN

SUEÑOS EN EL UMBRAL Fatema Mernissi EDICIONES B LIBRO ELECTRÓNICO





Maneki-neko quiere decir gato que atrae, y es muy común en las culturas japonesa y china. Es un talismán que se cree que atrae buena suerte y fortuna. Si tiene la pata izquierda alzada es para captar clientes.

“Me estoy tragando una luna de hierro y ellos la llaman tornillo. Estoy tragando aguas residuales de las industrias y minutas de desempleo. La gente muere joven, aquellos más pequeños que las máquinas”. Xu Lizhi (1990 – 2014)

INDIA Steve McCurry PHAIDON India explora la vida de la gente común en situaciones extraordinarias, con la lente del fotógrafo Steve McCurry. Esta colección presenta ciento cincuenta fotografías, entre conocidas e inéditas, tomadas a lo largo del subcontinente indio. India ofrece una gama de cuadros de color que ilustran estos países, con una nota introductoria de William Dalrymple.

QUESTIONS WITHOUT ANSWERS VII PHAIDON Questions Without Answers representa la crucial labor de VII en la documentación de conflictos tanto violentos como no violentos. VII deriva su nombre del número de fotógrafos fundadores que, en septiembre de 2001, formaron esta agencia de propiedad colectiva. Actualmente está conformado por veintitrés fotógrafos comprometidos con grabar no sólo el campo de batalla, sino también el cambio social y cultural en todo el mundo.

Foto: Ciro Costantini©

LET ENGLAND SHAKE P. J. Harvey ISLAND RECORDS

Fendi by Karl Lagerfeld Karl Lagerfeld STEIDL DAP Fendi by Karl Lagerfeld ofrece una visión inédita de los procesos de trabajo de Karl Lagerfeld, y describe su carrera como director artístico desde 1965 en Fendi, la lujosa casa romana de moda. Lagerfeld incorpora influencias eclécticas, desde diseños esquimales y armaduras medievales, hasta kimonos y el mundo de la informática.

SOBRE LA LECTURA Steve McCurry PHAIDON Un homenaje a la lectura mediante las lentes del fotógrafo estadounidense Steve McCurry: viejos y jóvenes, ricos y pobres, todo el mundo lee, ya sean textos religiosos o profanos. Ese instante íntimo con el libro lo ha captado McCurry en estas fotografías tomadas a lo largo de más de cuarenta años, y con prólogo del escritor de literatura de viajes y novelista Paul Theroux. IN THE WAKE OF POSEIDON King Crimson ATLANTIC RECORDS

Productos disponibles en: Librería Mauricio Achar, Miguel Ángel de Quevedo 121. Productos de importación sujetos a disponibilidad.

YOUTH AND YOUNG MANHOOD Kings of Leon SONY MUSIC

ENTREAT PLUS The Cure FICTION RECORDS A CENTURY OF ISRAELI ART Yigal Zalmona LUND HUMPHRIES/ THE ISRAEL MUSEUM A Century of Israeli Art presenta la historia de la cultura visual moderna de Israel, comenzando con los años pre-estatales del arte sionista a principios del siglo xx hasta nuestros días. El autor, Yigal Zalmona, describe las muchas maneras en que el arte de Israel ha sido influido por su historia social y política. SHAKESPEARE BOX SET William Shakespeare RUNNING PRESS BOOK PUBLISHERS Para los fanáticos del Bardo, esta edición contempla tres clásicos en formato de libro miniatura: The Complete Plays In One Sitting, Love Sonnets of Shakespeare, y Shakespeare: The Bard’s Guide to Abuses and Affronts.


MATT WILLIS-JONES El Taj Mahal, ubicado en la ciudad india de Agra, fue construido durante la dinastía mogol, y es un mausoleo dedicado a la emperatriz Mumtaz Mahal, quien murió al dar a luz a su décimo cuarto hijo.

ESTEBAN

Muhammad es el nombre más común del mundo. Se calcula que más de 150 millones de personas se llaman así, por la razón de que se trata del nombre del profeta del islam: Mahoma.

SUÁREZ

Mensualmente esta sección albergará historias de Matt Willis-Jones, relatos breves en inglés que apoyan la temática mensual de nuestra revista, cuya traducción podrás leer en mascultura.mx antes de dar el siguiente respiro. Ahora, inhalen, exhalen… comencemos. The penguin looked out the window of the plane as it taxied to a halt. Sorry. Not the penguin. Silly me, penguins can’t fly, I meant the bear.

La Escalera de Penrose, también conocida como la “escalera imposible” o la “escalera infinita” es una ilusión óptica creada por los matemáticos ingleses Lionel y Roger Penrose en 1958. M. C. Escher se inspira en esta escalera y en 1960 crea su famosa obra Ascendiendo y descendiendo, en donde la da a conocer a todo el mundo. Ésta se ha utilizado mucho en caricaturas para representar algo que es cíclico, que no llega a ningún lugar en particular o que de plano es imposible. En esta nueva Bunkertoon, el paisaje escheriano con arquitectura vernácula del Oriente Medio, nos da a entender que la paz en esta región ha sido imposible en la historia reciente. bunkerarquitectura.com

@Esteban__Suarez

Bear hadn’t been to Japan before and, despite the lack of legroom and sparse movie selection on the twelve hour flight, he was very excited by the whole affair. He watched the ground crew bow toward the plane as it reached the terminal. Touched by this sight, Bear shed a tear. Bowing is traditional in Japan. As is giving and receiving money with both paws, not waving your chopsticks around at the dinner table, and having a jet of water squirted up your ass by talking toilet—although mechanical chatter is not confined to the bathroom. ‘Please enter your selection’. Liberated from office corridors, vending machines enjoy a popularity in Japan proportional to their advanced functionality. Gone are the days of digging through lint filled pockets to recover the correct coinage—these wonders accept credit cards—and the clunky buttons have been replaced by a touch pad which the voice prompts you to use. Then the show begins, and a robotic arm worthy of Terminator performs a magnificent ballet, lifting your Snickers bar from its shelf. The last time Bear used a vending machine, a spiral had grudgingly propelled his snack toward him, stopping just shy of the point where gravity could take over, and he found himself pounding the glass until selection J16 fell gracelessly to the floor. But that was then. Now, a tray magically appears, and as Terminator retracts its arm, the tray slowly lower— what? No! Wait! In front of Bear’s disbelieving eyes, the tray lowered, mockingly, all the way down past his furry knees. ‘This machine can talk and has a god damn arm but I still have to bend down to the floor to get my candy?’, roared Bear. Yes Mr. Bear, indeed you do. A clear message from the machines: We are your masters. Bow down before us. Arigato. (Remember to pay with both hands). + Mattwillisjones.com


LO QUE DICTA

LA MUSA SARCÁSTICA Oriente está impregnado en nosotros, y está adecuado a nuestro México contemporáneo en el sushi con aguacate, en las camisas y blusas de cuello redondo, o en el yoga/tai chi/karate que solemos practicar. Nos lo apropiamos, quizás hasta lo satirizamos de tan nuestro que lo hacemos. En la literatura, y en gran medida en la poesía, la apropiación también sucede. El poeta Luis Verdejo, en su nuevo libro Poemas de la musa negra, es muy claro al referirnos sus lecturas y bagaje: Hokusai, Akutagawa, Bashō, Hakuin, Tanizaki, Po Chu I, Tao Te Ching, por mencionar algunos. Pictórica, literaria y filosóficamente los ha asimilado. Los ha hecho tan propios que se permite ser sarcástico, ácido y crítico en un entorno social que integra de forma cómica. En cierta medida, Luis Verdejo, como un poeta alerta y analítico de sus semejantes y de sí mismo, ya sea como un burócrata aburrido, un hombre desilusionado del amor, o tan sólo un mortal, se dio cuenta recientemente de su finitud: quiso jugar a ser Dios, sabiéndolo todo un entretenimiento burlón: el astro rey, el Sol que se harta de su magnificencia: “Aquí estoy / dando vueltas y vueltas monótonas alrededor de la tierra / calentando a los hombres: / ¡qué fastidio!”. Pero no sólo se queda ahí, en la desidia, su poesía crea dinámicamente un entorno que propone desde la desilusión. Su musa negra está lejos de lo idílico, de la imagen de perfección sublime que se supone que debería tener. Esta musa, entre risas sardónicas, revela lo que es incómodo a simple vista. Crítica y sagaz, juega a reírse de la realidad que lastima a todo aquél que se pretende demasiado serio o protocolario: “Me gustaría saber una pizca de Kant / de Adorno de Mallarmé y de Heidegger / sobre todo de este último con nombre / exótico de jirafa tailandesa”. ¿El filósofo alemán o una mujer con el cuello estilizado, largo, y lleno de anillos? Hay que dejar que sus imágenes jueguen en nuestra mente. Luis Verdejo cede ante la inmadurez, el apetito, el impulso: aquellos dejos humanos que difícilmente lograremos domar.

Poemas de la musa negra Luis Verdejo Textofilia Ediciones

I La primera noche me encontraba esperando en un paradero. Nerviosa, golpeaba un pequeño charco con los pies. Era de madrugada y había tal ausencia de sonido que identificaba los automóviles sólo por sus radiantes faros. Después de unos segundos, apareció el autobús que debía tomar y se detuvo justo frente a mí. Cuando intenté poner el pie derecho en el primer escalón, no pude moverme. Era como si mis huesos fueran de metal rígido. El chofer me preguntó, impaciente, si iba o no a subir. Intenté treparme por segunda vez, pero no pude, ya no sólo moverme, sino estar ahí. El hombre se levantó y me empujó fuera del autobús, haciéndome caer en el charco. Mientras recuperaba el movimiento de mis piernas, el charco se hacía más grande, cubriéndome hasta la cintura y sólo podía ver al autobús alejándose. II La segunda noche estaba sentada frente a la cama de mi abuela. Encima de las cobijas revueltas había peceras de distintos tamaños. Tenía que abrir una bolsa transparente llena de peces de colores que, a simple vista, parecían de plástico. En cuanto abrí la bolsa y la levanté para verterlos en las peceras, los animales enloquecieron, dificultando la operación. Sólo los peces más pequeños y menos coloridos llegaron a los recipientes. El resto cayó al piso. Sus convulsiones húmedas golpeaban mis pies desnudos. Mi desesperación por terminar la operación era tal que, sin premeditación alguna, comencé a pisarlos. Como si no tuvieran huesos, se deshacían entre mis dedos desnudos. El agua comenzó a desbordarse junto con los peces, inundando el cuarto. Tenía mucho miedo, porque no sabía nadar. Los cadáveres gelatinosos se pegaban en mis piernas. Con las pocas energías que me quedaban, giré el cuerpo para intentar abrir la puerta, pero descubrí que estaba en un cuarto con sólo cuatro paredes blancas. III La tercera noche corrí hacia al baño con la tremenda necesidad de lavarme las manos. No se veían sucias, pero las sentía pegajosas y apenas podía mover los dedos. Al entrar pude ver la cola de una serpiente blanca, que salía del retrete, moviéndose voluptuosamente. Invadida por el miedo, corrí hacia mi cuarto. Ahí me encontré con cientos de pequeñas serpientes del mismo color. Se arrastraban hacia mi gata y se introducía en ella, a través de sus tetillas. Ya no sentía temor, sino una inmensa curiosidad al ver cómo su panza se hinchaba. Me abrí paso entre las serpientes y traté de cargarla, pero en cuanto la gata sintió la presión de mis manos, me mordió con tal fuerza que me hizo sangrar. La solté violentamente, y la gata se disolvió, como si fuera de espuma, entre las reptiles que se retorcían a mis pies. IV La cuarta noche, estaba en un laboratorio, preparando animales que iban para disección. Eran marinos, boluditos, como los cuyos, pero el pelo que los cubría era como de gato y de color ámbar. El hocico, muy parecido al de los colibríes. Cinco de estas criaturas nadaban en un recipiente dentro de una tarja. Tomé a uno de ellos —el más flaco— e inmediatamente trató de morderme. Lo apresé con más fuerza y se quedó quieto. Cuando abrí el grifo, el agua salió violentamente, inundando la tarja. Por el apuro de cerrar la llave, solté al animal y cayó al recipiente, junto con sus compañeros. Los animales no se movían, simplemente flotaban. Ya no tenían pelo, y su piel era transparente. Vi claramente cómo el agua les inflaba el estómago. Asustada, intenté reanimarlos y sacarles el agua, sobándoles la panza. Ésta salía a chorritos y no parecía causar ningún efecto. Mientras repetía la operación con el último de los animalitos, los que estaban en la tarja comenzaron a nadar. Habían desarrollado branquias. El que yo tenía saltó de mi mano para estar con ellos y parecía que me sonreía.

V En la última noche, un grupo de amigos y yo caminábamos por las calles del centro de Cuernavaca. Era de madrugada y lloviznaba, pero nos sentíamos llenos de energía. Una de las mujeres del grupo me miraba insistente, como si supiera algo de mí. Yo iba platicando con un hombre que, en el fondo, me parecía sumamente escandaloso y desagradable, aunque fingía que me gustaba. Llegamos al Zócalo y nos sentamos en las bancas a comer helado. La mujer se acercó a mí. A pesar de que era delgada y más baja que yo, su presencia me cohibía exageradamente. Su rostro era blanquísimo, pero había algo de oscuridad en ella que no me dejaba identificar sus rasgos con seguridad. Sólo podía poner atención a sus labios rojos. Se sentó a mi lado y bruscamente, sin mirarme, me tomó de la cintura. Me acercó a ella. Luego, con desenfado, me dijo al oído: “El aire está tan húmedo como lo estabas tú ayer. ¿Recuerdas?”.

En esta sección aparecerán relatos de autores contemporáneos. Cada mes una ficción para arrebatarle un espacio a la vida cotidiana.

VinETAS DE UN NOCTURNARIO Yeni Rueda López

Yeni Rueda López Yeni Rueda López. 1990. Narradora y directora editorial de Revista Moria. Textos suyos se han publicado en Tierra Adentro, Rio Grande Review, Cuadrivio y El Despertar de Oaxaca. En 2014, Ediciones Simiente publicó su primer libro de cuento, Tres gotas de agua.



WENDOLÍN PERLA ¿Qué figura misteriosa es el editor? Esta persona no siempre tiene un lugar tan visible en el campo cultural, y es por ese motivo que en Lee+ queremos echar luz sobre el escritorio donde muchos editores pasan horas de arduo trabajo: un espacio donde convive el oficio, pero también una parte íntima de cada persona dedicada a la edición. Wendolín Perla nació en la Ciudad de México, en 1984. Estudió Periodismo en el Tecnológico de Monterrey, y la maestría en Cultura Europea en la Universidad Jaguelónica de Cracovia, Polonia. Actualmente se desempeña como Directora Literaria en Penguin Random House Grupo Editorial, México. +

Me mandaron estas ediciones originales en inglés de los libros de George R. R. Martin, porque viene una sorpresa en camino.

Dummys para un proyecto ilustrado. Middlesex, de Jeffrey Eugenides, es de mis lecturas favoritas. ¡Una chingonería!

Mi libreta, me acabo una al año siempre. Acaba el año y se acaba una Moleskine. Espejo promocional de la novela , de Victoria Dana

Pruebas de color de las que recibo cinco todos los días, donde damos el visto bueno para entrar a imprenta. Para llegar a este punto ya hubo un montón de trabajo. Primero se generan propuestas, se pelotean con el agente, con el autor. Ya que escoges finalmente una portada, redactas el texto de cuarta que se monta y se edita. Cuando ya está aquí mi firma es que se puede entregar a imprenta.

Mi bolsa y mi crema, que siempre están ahí.

Mi atril de madera. Éste es el ejemplar que me firmaron George R. R. Martin y su asistente, que es muy significativo para mí.

Éstos son los libros de la colección de salud que también hacemos: Grijalbo Vital.

Torre de Contemporánea, que es donde descansan los clásicos contemporáneos cuyos derechos todavía están vigentes, es decir, que todavía pagamos regalías. Y al lado están los Penguin Classics, que es donde publicamos todos aquellos clásicos universales que están libres de derechos.




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