Revista Laberintos 24

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Vicisitudes de una transición

DE LA ESCUELA MEDIA A LA UNIVERSIDAD

El sistema universitario hoy

sistema universitario: las de Córdoba, La Plata, Buenos Aires, Cuyo, Tucumán y Litoral. Entre 1956 y 1970 se crearon universidades de gestión privada, en tanto que, entre 1971 y 1976 se volvieron a crear un importante número de universidades de gestión estatal. En la década de los 90, se produjo un nuevo movimiento de expansión. La matrícula universitaria creció el 71 % entre 1995 y 2009. Observemos que, en 1960, el sistema universitario contaba con 159.643 alumnos, mientras que, en el 2009, la matrícula llegaba a 1.650.150 alumnos, el 80 % de ellos pertenecientes a universidades de gestión estatal.

El sistema universitario argentino posee 117 instituciones de educación superior universitaria, de las cuales 56 son de gestión estatal y 59 de gestión privada. Además, existe una sede de universidad extranjera y una institución internacional. Cabe destacar que, del total de instituciones de educación superior universitaria, 54 se encuentran ubicadas en el CPRES Metropolitano (Consejo Regional de Planificación de la Educación Superior, que abarca la Ciudad de Buenos Aires y el Conurbano bonaerense)1. El origen de la universidad argentina se remonta al siglo XVII, con la enseñanza escolástica de los jesuitas en la ciudad de Córdoba. Desde entonces, su desarrollo ininterrumpido fue logrando avances coherentes con los cambios políticos que se producían en la Argentina. El momento más importante en la historia universitaria argentina estuvo dado por la Reforma Universitaria de 1918, que se produjo en el contexto del liberalismo con tintes positivista que había impulsado la ley 1420, y del ascenso de la clase media y el proletariado urbano, en épocas del presidente Hipólito Yrigoyen. Las exigencias de este movimiento se basaban en los ideales de la autonomía universitaria, para lo cual, primeramente, había que transformar las estructuras y objetivos universitarios propios del dogmatismo del siglo XIX. La búsqueda del libre pensamiento, del compromiso social, el rigor científico y la participación estudiantil impulsaron los cambios que le permitieron a la universidad brindar un acceso masivo y un nivel académico que posee hasta la actualidad. En Argentina, hasta 1955, existían solo seis universidades nacionales, las más antiguas del

El crecimiento de tasas de ingreso universitario trajo aparejado cambios en la naturaleza de los problemas académicos; obligó a revisar el enfoque fuertemente academicista que ostentaba la universidad desde sus inicios, en la época colonial. Este aumento de número de ingresantes fue en parte protagonizado por la inclusión de alumnos de clases sociales bajas, que vieron facilitado el acceso a los estudios superiores y a la adquisición de mejores recursos para enfrentar las crecientes demandas del mercado laboral. A principios del siglo XX, se observó una movilidad de jóvenes ingresantes que representaban, en muchos casos, la primera generación de universitarios de sus familias, lo cual conllevó cuestiones de orden sociocultural y económico de diversa índole. La masificación de la demanda universitaria originó una serie de fenómenos relacionados con el perfil de los ingresantes y la capacidad de retención de estos al sistema universitario.

1

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Problemáticas en el contexto de la masificación de la demanda universitaria

La problemática del abandono dejó al descubierto las dificultades del sistema para lidiar con problemas asociados a la diversidad formativa y a la pluralidad cognitiva de los estudiantes. Muchos de los alumnos ingresantes denotaban menor capital cultural2 para una formación académica que necesita anclar en una estructura previa, de base, para progresar de manera satisfactoria. De esta manera, los índices de deserción, fracaso y desgrane comenzaron a interpelar al desempeño docente, poniendo en la mira la profesionalización del profesorado universitario como variable en la contención de dicha situación. Ante esto, no son pocas las propuestas de un cambio forzoso en las prácticas pedagógicas consideradas excluyentes, que demuestran poca eficiencia para cumplir con los objetivos y metas de la educación superior. Justamente, el dilema actual de la gestión universitaria transcurre entre la pregunta por la calidad o excelencia académica y la educación inclusiva para una verdadera democratización cultural; lo que no es poco decir cuando este desafío se propone en el marco del aumento de exigencias para los claustros docentes, en tanto son evaluados institucionalmente, y para las acreditaciones de carreras, según los requerimientos de estándares profesionales. La dimensión del trabajo que debe emprender la universidad se percibe, por ejemplo, en la discrepancia existente entre la cantidad de ingresos y egresos, que muestra el problema de la deserción y el rezago estudiantil, preocupante ya que no solo atenta contra la movilidad cultural que modifica la composición social, sino que ubica un gasto público dirigido a una masa crítica que merece una intervención planificada por parte de quienes gestionan en las instituciones (Ver tabla y gráfico 4).

SISTEMA UNIVERSITARIO ARGENTINO

CANTIDAD DE ESTABLECIMIENTOS

UBICACIÓN DE ESTABLECIMENTOS

TOTAL: 117 establecimientos

56 establecimientos de gestión estatal

47,87 %

3

CRECIMIENTO DE MATRICULACIÓN

CANTIDAD ALUMNOS 1.700.000

59 establecimientos

1 .65 0 .1 50

1.600.000

de gestión privada

1.500.000

50,43 %

1.400.000 1.300.000

54

establecimientos ubicados en Buenos Aires y Conurbano bonaerense

46,15 %

63

establecimientos ubicados en el resto del país

53,85 %

1.200.000 1.100.000 1.000.000 900.000 800.000 700.000 600.000 500.000 400.000 300.000

1 sede de

establecimiento extranjero

0,85 %

72

200.000

1establecimiento internacional

100.000

0,85 %

159.643

0

1960

2009


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