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RISHI SUNAK, UNA HISTORIA DE DOS CIUDADES

Entre el mercado bursátil y el electorado británico

El brevísimo gobierno de Liz Truss como Primera Ministra del Reino Unido puso sobre el tapete la polarización entre los intereses del mercado financiero y los del electorado, frente a una crisis resultante de las políticas adoptadas durante la pandemia de la COVID-19 y agravadas por la crisis del combustible.

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La elección de Rishi Sunak si bien representa un hito histórico para las comunidades diaspóricas del Indostán, es también un símbolo del poder que tienen los mercados bursátiles en el nombramiento de líderes mundiales.

Por: Annabella Matute. Abogada y consultora en derecho comercial y de la construcción M C Services Links Limited @services_links

El gobierno de Liz Truss se inició oficialmente el 6 de setiembre, cuando fue nombrada por la reina Elizabeth II dos días antes de que falleciera.

Su ascenso al poder si bien vertiginoso, representó una elección disputada entre varias facciones dentro del partido Conservador (Tories) que luchaban por imponer su candidato, quien como hemos mencionado en un artículo anterior, automáticamente se convertiría en el Primer Ministro.

Truss de ninguna manera era una novata en política. Forjada en las canteras primero del partido Democrático Liberal, luego pasó a ser una entusiasta y comprometida partidaria del partido Conservador, con muchas ambiciones de liderazgo. En los últimos 10 años ha detentado el cargo de Parlamentaria, Secretaria del Medioambiente, Secretaria del Tesoro, y de Justicia, Ministra de Comercio Exterior y Ministra de Relaciones Exteriores.

Liz Truss y Reina Elizabeth II dos días antes de que falleciera.

Liz Truss y Reina Elizabeth II dos días antes de que falleciera.

Elizabeth (Liz) Truss: las medidas económicas y el ocaso de una estrella fugaz

Una de sus primeras medidas fue anunciar el congelamiento del precio de la energía por un periodo de dos años, lo que sin duda alguna tuvo una buena acogida por el pueblo, ante la creciente crisis económica originada por la deuda de la COVID-19, la guerra con Ucrania y la propia inestabilidad política de los últimos dos años en el Reino Unido.

Las exequias y la enorme cobertura del funeral de estado tras el fallecimiento de la reina Elizabeth II, de alguna manera le darían el tiempo necesario para organizar el gabinete y sentar las bases de su política de gobierno.

Apenas había transcurrido una quincena desde sus primeras medidas y ni bien terminado el funeral de estado, Truss anunció el 23 de setiembre su infausto “Mini-Budget”, a través de su ministro de economía (Chancellor of the Exchequer) Kwasi Kwarteng (1).

Este contenía un plan neoliberal con recortes a los impuestos y endeudamiento fiscal equivalente a £45 billones de libras esterlinas, que incluía el impuesto al ingreso personal, al corporativo, reintroducir la devolución del IVA (2) para visitantes internacionales, incentivos tributarios para inversionistas y otras medidas de liberación.

La Primera Ministra llamó a esto un evento fiscal, con lo cual evitó pasar por la Oficina de Responsabilidad Presupuestal (Office for Budget Responsibility) y anunciando que se darían mayores detalles a partir del 23 de noviembre. Más tarde se reveló, que ella tampoco había informado de estos planes al Bank of England (Banco Central de Reserva de Inglaterra).

Ni bien anunciadas las medidas, su gobierno comenzó a tambalear ante el implacable escrutinio de los mercados financieros y la libra esterlina se fue en caída libre. Para los mercado financieros, la política neoliberal de Truss era insostenible y ante ello el Bank of England terminó dándole también la espalda.

Kwasi Kwarteng

Kwasi Kwarteng

Frente a ello, el gobierno se vio forzado a abandonar su plan económico de eliminar el impuesto (3) a los de mayores ingresos, mientras todo lo demás seguía en pie. En el ínterin, el Bank of England, venía anunciando que la tasa de interés hipotecario subiría como resultado de la política gubernamental de Truss.

Para el 14 de octubre, Truss despide a su ministro de economía quien se encontraba en plena visita oficial a Estados Unidos, con el fin de apaciguar la creciente ola de oposición de parte del sector financiero y de su propio partido, nombrando a un nuevo ministro, Jeremy Hunt. Este último anuncia una completa vuelta en U al plan económico de Kwarteng-Truss. Es así que apenas un día antes de su vergonzosa renuncia, Liz Truss hace su infausta declaración de que ella es una luchadora y no una cobarde (“a fighter, not a quitter”). Sin embargo, el 20 de octubre la Primera Ministra anuncia, en un drástico giro, su renuncia a la dirección del Partido Conservador y consecuentemente al premierato.

Su gobierno había llegado a su fin luego de apenas 45 días, como comentaba el tabloidebritánico (4) , “Truss perdió la apuesta contra la lechuga” en alusión a que una hoja de lechuga dura más de eso. Su nefasto pase por el gobierno, marcó también el hito más bajo de popularidad para su partido. Cabe entonces preguntarse si acaso la Primera Ministra y su canciller de economía ¿actuaron de manera precipitada y sin el consentimiento de su partido?

Liz Truss

Liz Truss

Apenas había transcurrido una quincena desde sus primeras medidas y ni bien terminado el funeral de estado, Truss anunció el 23 de setiembre su infausto “Mini-Budget”, a través de su ministro de economía (Chancellor of the Exchequer) Kwasi Kwarteng .

La pugna por el poder al interior del Partido Conservador

Tan pronto se anunció su renuncia, inmediatamente comenzó la contienda entre los candidatos que aspiraban a suceder a Liz Truss en la dirección del partido.

Entre los candidatos que se perfilaban como fuertes contendores figuraban Penny Mordaunt, actual líder de la Cámara de los Comunes en el Parlamento, Rishi Sunak quien fuera el ministro de Economía durante el gobierno de Boris Johnson y nada más y nada menos que el propio Boris Johnson quien contaba con el apoyo de muchos en su partido.

Resulta entonces que alrededor de 160,000 miembros del partido conservador terminarían no únicamente eligiendo a su nuevo líder, sino que en menos de un año, habrían impuesto a más de 68 millones de habitantes del Reino Unido un segundo Primer Ministro sin que haya habido un voto de por medio. Esto porque el líder del partido ganador en las elecciones se convierte automáticamente también en el Primer Ministro.

Las últimas elecciones se dieron en el 2019, siendo ganador el Partido Conservador cuando era liderado por Boris Johnson. Este fue destituido el pasado verano y sustituido por la ahora también ex Primera Ministra Liz Truss.

Los detractores de Sunak le atribuyen el haber causado la derrota de Johnson durante su premierato, al renunciar como su ministro de economía cuando era evidente la debacle por sus flagrantes desaciertos en el gobierno. Conforme pasaron los días, poco a poco los principales contrincantes fueron renunciando a su candidatura, primero Penny Mordaunt y luego Boris Johnson, dejando así el paso libre para que Rishi Sunak se yergue como el líder del partido y consecuentemente como Primer Ministro.

Rishi Sunak

Rishi Sunak

Su gobierno había llegado a su fin luego de apenas 45 días, como comentaba el tabloide británico , “Truss perdió la apuesta contra la lechuga” en alusión a que una hoja de lechuga dura más de eso. Su nefasto pase por el gobierno, marcó también el hito más bajo de popularidad para su partido. Cabe entonces preguntarse si acaso la Primera Ministra y su canciller de economía ¿actuaron de manera precipitada y sin el consentimiento de su partido?

El liderazgo de Rishi Sunak y su significado en la economía y política global

En lo personal, su elección no solo marca un hito histórico en la vida política del reino, al ser el Primer Ministro no blanco, de origen hindú y practicante del hinduismo.

De hecho, luego de su elección, Rishi Sunak prendió las luces de Diwali (5) en su residencia oficial del 10 Downing Street. Esto de por si representa la enorme influencia no solo de la migración en la vida y política de Reino Unido, sino también de las relaciones comerciales con el Commonwealth, en particular India, una de las más poderosas economías emergentes.

La elección de Sunak ha causado regocijo en India misma, con muchos diarios refiriéndose inclusive a un viejo término usado durante la colonia: “Ex India Company set to run Britain”, en alusión a la antigua East India Company creada durante el Imperio para hacer comercio con esa nación.

Para muchos, esto es visto no solo como un triunfo de las comunidades diasporicas en occidente, sino también como un símbolo de la tolerancia del electorado y clase política de uno de los países más influyentes del mundo, como es el Reino Unido.

Si bien Rishi Sunak podría ser considerado étnicamente hindú, él nació en Inglaterra y se crió y educó en los mejores colegios y universidades británicas. Fiel a su práctica religiosa y tradiciones hindúes, Rishi es casado con Akshata Murty, una millonaria heredera (6) nacida en India y quien hasta mediados del año no estaba oficialmente domiciliada en Inglaterra. Al margen de su perfil personal, lo notablemente resaltante radica en su ideología y modelo económico.

Sunak es un Brexiteer, es decir apoyó la salida del Reino Unido de la Unión Europea, lo cual preocupa de cierta manera a ese bloque, decidido a demostrar al resto de estados miembros que es para su propio bien el permanecer bajo el control de Bruselas.

Los detractores de Sunak le atribuyen el haber causado la derrota de Johnson durante su premierato, al renunciar como su ministro de economía cuando era evidente la debacle por sus flagrantes desaciertos en el gobierno. Conforme pasaron los días, poco a poco los principales contrincantes fueron renunciando a su candidatura, primero Penny Mordaunt y luego Boris Johnson, dejando así el paso libre para que Rishi Sunak se yergue como el líder del partido y consecuentemente como Primer Ministro.

Aún falta ver cómo se desenvolverán las relaciones Reino Unido – Unión Europea y la firma final de los tratados en los cuales los predecesores de Sunak fallaron: Theresa May y Boris Johnson, pues Liz Truss no tuvo tiempo de enfocarse en ese tema.

Resulta interesante en este punto señalar que las negociaciones tendrán a Francia como uno de los ejes centrales por ser una de las economías más fuertes en la UE, en cuyo caso Macron se reuniría con Sunak. Ambos exbanqueros en sus cuarenta años pueden encontrar la química para mantener un dialogo productivo.

Naturalmente, por su origen e identidad, se da por descontado que el flamante Primer Ministro impulsará los lazos con India, particularmente un Tratado de Libre Comercio (TLC), algo que el gobierno británico ha venido promoviendo intensamente en los últimos años.

Con respecto a China, aún está por verse cómo se irán desenvolviendo las relaciones, tomando en cuenta que durante su campaña en el verano, Sunak se refirió a China como una amenaza a Gran Bretaña y la prosperidad. Actualmente ya están en carrera los planes para prohibir el funcionamiento de los Institutos Confucio (7) en las universidades británicas.

Por el lado de Estados Unidos, un estratégico aliado político y militar, Sunak deberá mantener estos lazos históricos tomando en cuenta la política de Washington con respecto a la guerra Ucrania – Rusia y el desarrollo económico de ambas naciones, particularmente con Londres y New York como centros financieros.

El rol protagónico que Sunak deberá jugar en la economía del Reino Unido y los mercados financieros internacionales, es lo que se espera de él, no solo por su perfil profesional, sino por su elección como resultado del desaforo a Liz Truss, precisamente por los grupos financieros (entiéndase los que controlan la bolsa y los bonos del estado).

En un juego de quitar y poner fichas claves, el mercado le exigirá a Sunak que se centre en el tema económico, particularmente en lo relacionado al gasto fiscal.

Para muchos, la receta económica estaría en la emisión de bonos perpetuos (8) , algo que ya sucedió en Inglaterra en el siglo XVII en la crisis económica de la post guerra napoleónica.

Estos bonos según señalan ciertos sectores, ayudarían a aliviar la actual crisis en la vivienda y los fondos de pensiones, ambos afectados por el alza en las tasas de interés fijadas por el Bank of England.

No es de sorprender entonces que el mismísimo George Soros (9) audazmente señale en un artículo publicado en el Financial Times (10) que la agitación de los mercados se podría calmar si Sunak emite los mencionados bonos perpetuos.

De otro lado, a la fecha Rishi Sunak viene activamente promoviendo un nuevo “poder de intervención” en la City (centro financiero) por el cual la cartera de economía puede anular las políticas de los organismos de supervisión financiera (Superintendencias) como el Financial Conduct Authority (CFA) y Prudential Regulation Authority (PRA), cuyo enfoque es mantener un fuerte capital de amortiguación en las compañías reguladas, y de preservar la estabilidad financiera.

Naturalmente, por su origen e identidad, se da por descontado que el flamante Primer Ministro impulsará los lazos con India, particularmente un Tratado de Libre Comercio (TLC), algo que el gobierno británico ha venido promoviendo intensamente en los últimos años.

La política económica del nuevo gobierno parecería más bien orientarse hacia un “free rein” para los inversionistas con el objetivo de asegurar que incrementen sus inversiones en sectores como la infraestructura, entre otros.

Esta movida puede al comienzo parecer beneficiosa para el mercado financiero internacional, pero a la larga podría más bien desestabilizar la confianza en Londres como centro financiero, si las reglas van a cambiar según el político de turno. Sin embargo, el Primer Ministro no solo debe centrarse en complacer al mercado.

Sobre él recae la dificilísima misión de mantener el frágil equilibrio entre las demandas del mercado financiero y las expectativas de la población. Él también deberá buscar la unidad entre su propio partido, ya que, para muchos de sus partidarios, Sunak no tiene legitimidad.

El partido Conservador se encuentra severamente fracturado, tal como lo señala Matthew Goodwin, profesor de política de la Universidad de Kent, “… el partido está en caída libre y no está claro si tiene paracaídas”.

De otro lado, a la fecha Rishi Sunak viene activamente promoviendo un nuevo “poder de intervención” en la City (centro financiero) por el cual la cartera de economía puede anular las políticas de los organismos de supervisión financiera (Superintendencias) como el Financial Conduct Authority (CFA) y Prudential Regulation Authority (PRA), cuyo enfoque es mantener un fuerte capital de amortiguación en las compañías reguladas, y de preservar la estabilidad financiera.

Por otro lado, cabe recordar que el partido Conservador durante los últimos doce años desde que subió al poder ha tenido una retorica hostil hacia el tema de la migración, siendo parte de su manifiesto político el reducir los números.

De allí que el nombramiento de Suella Braverman como ministra del Interior (Home Office), haya sido visto con agrado por muchos del electorado por su mano dura y política anti migratoria. Por el contrario, para los mercados financieros un severo control migratorio en países como el Reino Unido representaría un alza en los salarios y mayor inflación.

La caída de Liz Truss y la rauda elección de Rishi Sunak es un clarísimo recordatorio de que el globalismo impone líderes a través de los movimientos bursátiles y no el electorado.

El destino de Sunak y su premierato dista mucho aún de ser estable, ante el descontento general entre el electorado por su fugaz elección por apenas un grupo de menos de un cuarto de millón de militantes del partido Conservador.

En efecto, parlamentarios de la oposición vienen levantando la voz para que se convoque a elecciones de inmediato, al igual que muchos grupos de la sociedad civil como los sindicatos y otros que están recaudando firmas bajo el lema “Elecciones ya”.

Lo que viene pasando en el Reino Unido es un vivido ejemplo de cómo se construye y detenta el poder en una sociedad de libre mercado.

A menos de diez días de su nombramiento, Rishi Sunak enfrenta grandes retos a nivel partidario, nacional e internacional, por lo que solo toca esperar cómo irá sorteando las agitadas aguas en las que su partido y su premierato deberán navegar.

Suella Braverman

Suella Braverman

Sobre él recae la dificilísima misión de mantener el frágil equilibrio entre las demandas del mercado financiero y las expectativas de la población. Él también deberá buscar la unidad entre su propio partido, ya que, para muchos de sus partidarios, Sunak no tiene legitimidad.

1. Un connotado economista, con doctorado de la Universidad de Cambridge y estudios en Stanford, cuyos padres migraron a Inglaterra desde Ghana en los años 60.

2. Bajo el régimen de la UE los visitantes no domiciliados tienen derecho a un reembolso del IVA en ciertas compras. Esto dejó de aplicarse en el Reino Unido al salirse de la UE.

3. En el Reino Unido el impuesto al ingreso se da por escalas. En la escala más alta se paga el 45% de impuestos a partir de un cierto monto.

4. The Daily Mail.

5. Festival de las luces celebrado en todo el subcontinente asiático, como también en el mismo Reino Unido por los practicantes del hinduismo.

6. Hija del fundador de Infosys.

7. Los Confucius Institutes son centros financiados por el gobierno chino, supuestamente para promover la cultura e idiomas de China. Sin embargo, vienen siendo severamente criticados por la presión que ejercerían sobre la libertad académica en donde operan, así como por la propaganda política que realizan a favor del gobierno comunista chino.

8. También conocidos como bonos de guerra o sin vencimiento.

9. Presidente y Fundador de Soros Fund Management y las fundaciones Open Society.

10. 31 de Octubre 2022.