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¿Cómo el liderazgo seguridad ayuda cumplimiento de estándares?
Coordinador SST en Cálidda. Docente Universitario. Auditor Líder ISO 45001. Especialista en SST en la Industria Oil & Gas. Máster en Docencia Universitaria y Gestión Educativa. Máster en PRL y Ambientales. Ingeniero Ambiental.
El liderazgo en seguridad es la práctica de hacer cumplir los procedimientos, estándares y/o lineamientos de seguridad dentro de una organización.
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Para poder lograrlo, debemos contar con líderes de seguridad, quienes son el principal modelo del comportamiento seguro y tienen el deber de ser los promotores de la cultura de seguridad en las organizaciones, así como contagiar a los trabajadores con el ejemplo de su liderazgo visible.
El líder en seguridad es un asesor, consultor, fiscalizador y educador, el cual tiene como objetivo principal brindar soluciones a los distintos problemas de seguridad que se puedan presentar en el lugar de trabajo.
Organizaciones con un desempeño de clase mundial ubican la seguridad como un valor cultural, lo que significa que los líderes se encuentran convencidos de que pueden hacer la diferencia, tomar responsabilidad por sus decisiones y acciones, y mantenerse siempre actualizados mediante el incremento constante de sus conocimientos sobre seguridad y prevención de accidentes.
Un líder en seguridad empieza a ver oportunidades y mejoras más que problemas que atacar, enfoca su tiempo y energía hacia la seguridad, no porque alguien se lo dijo o porque recibirá un premio de parte de la organización, sino porque realmente es consciente del riesgo que conlleva la falta de seguridad.
Por otra parte, un problema muy generalizado en las organizaciones que inician el desarrollo de su liderazgo y cultura en seguridad es que los profesionales de este sector se encuentran limitados por su falta de autoridad. Además, la máxima posición en seguridad no cuenta con visibilidad y/o participación en la Alta Dirección, no tienen acceso al CEO de la compañía y, en algunos casos, puede verse subordinado a otras gerencias operativas, lo que provoca que su autoridad y liderazgo disminuyan.
¿Cómo podemos hablar del desarrollo de una cultura de seguridad si los líderes de la organización, quienes toman las decisiones y acciones en la compañía, no se encuentran involucrados ni enterados de primera fuente de esta problemática? El flujo de comunicación transparente y efectivo es clave para que el liderazgo sea permeable en toda la estructura de línea de mando.
Si queremos que, en una organización se respire seguridad, necesitamos que los directivos y las gerencias muestren un liderazgo visible.
Imaginemos que el CEO establece un conjunto de visitas con sus directores a las operaciones, los directores con sus gerentes, y a la vez los gerentes con sus jefes y/o supervisores. Esto generaría una pirámide de responsabilidad hacia la seguridad.
Saldrían a la luz una gran cantidad de problemas que derivan en el incumplimiento por parte de los trabajadores. Se cambiarían las suposiciones y creencias sobre cómo deberían trabajar las personas y qué se espera de ellas.
Se podrían tomar decisiones sobre la incorporación y compra de recursos o revisión de estándares de trabajo seguro. Se cambiaría el comportamiento de “hacer el trabajo” a una cultura de “hacer el trabajo bien”.
Así mismo, los líderes debemos fomentar el desarrollo de una cultura justa mediante una comunicación abierta, alentando la notificación de incidentes de seguridad y garantizando que los colaboradores no serán castigados por acciones que se ejecutaron con buenas intenciones, pero que obtuvieron un resultado adverso.
No todo es un acto inseguro a la hora de investigar un incidente, por lo que al enfocarnos en que el trabajador es la causa principal, ya estamos cometiendo un error muy grave.
Una
cultura de seguridad justa y positiva establece expectativas claras para comportamientos seguros y proporciona los recursos y el apoyo necesarios para prácticas de trabajo seguras.
Por esta razón, los líderes necesitan trabajar en su credibilidad y esto se da cuando el personal sabe que puede contar con ellos, a través de la consistencia que existe entre sus palabras y acciones.
Si nosotros como líderes, a la hora de hacer una visita a campo, conversamos con un trabajador, que nos da una recomendación de seguridad, la anotamos, pero. ¿nos aseguramos de que se solucione?, ¿y de que el trabajador y la organización se enteren que se tomó acción y no quedó solo en palabras? Si la respuesta es sí, las personas comenzarán a apreciarnos y a escucharnos cada vez más, siendo esto un apalancador de la cultura en seguridad.
Los líderes en seguridad necesitamos entender que los incidentes son causados por un sin número de factores entre los que se incluyen el diseño, los sistemas de seguridad, liderazgo, cultura y el comportamiento de los empleados.
No es necesario actuar de manera reactiva e impulsiva ante cada accidente o incidente que se presente en el lugar de trabajo, debemos enfocarnos en mejorar el sistema de seguridad a partir de un análisis estadístico que nos permita encontrar tendencias y así establecer efectivos planes de acción.
Encauzarnos en los trabajos de alto riesgo y el análisis de incidentes mayores, nos permitirá identificar los precursores, reforzará la cultura de seguridad y creará mayor involucramiento del personal en el desarrollo de nuevos estándares, debido a que, generalmente, los líderes operativos con experiencia ven a la seguridad como una carga sin relevancia ni impacto en la organización.
En resumen, un líder en seguridad es paciente, entiende que el cambio cultural en seguridad es una estrategia de largo plazo, que toma tiempo que las personas involucradas interioricen los valores, creencias y comportamientos dentro de una organización.
Finalmente, entiende que cuando el liderazgo cambia, la cultura también lo hará, y esto puede ser para bien o para mal.