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ENTREVISTA
porte”, revela Angélica. Siempre enamorado del deporte, como atleta de 5 y 10 km, campeón de tenis, campeón estatal de karate y marchista de los 20 km, corredor de maratones y competencias internacionales y hoy ya no corre maratones, pero el deporte sigue siendo su pasión. En 1978 se graduó como químico farmacéutico biólogo y empezó a laborar en la Universidad Autónoma de Sinaloa. Ya en agosto de 1980 y después de ocho años de noviazgo, se unieron en matrimonio el 2 de agosto en la iglesia del Sagrado Corazón de Jesús (El Santuario) y procrearon cuatro hijos. “En mi vida he tenido momentos de mucha felicidad, entre ellos el nacimiento de mis cuatro hijos; Mónica María, Angélica María, Héctor Melesio y Maria Guadalupe llegaron a nuestras vidas a llenarnos de felicidad. Mi familia lo es todo en mi vida, son la razón de mi existir”, nos narra Héctor Melesio. “Con ellos nos gusta mucho viajar, y ya sea en casa o en un parque. Un fin de semana perfecto para nosotros siempre será donde estemos juntos todos, y tratamos de que así sea siempre, es una costumbre, y gozamos cuando la casa está llena”, agrega Angélica. Han sabido permanecer unidos; Angélica y Héctor Melesio son un matrimonio que ha perdurado, que se ha mantenido fuerte en los 35 años que tienen juntos. “Uno de los valores que nosotros como pareja hemos practicado, es el respeto y la tolerancia a las ideas, en ese marco buscamos entendernos y ayudarnos mutuamente y además somos como los matrimonios de antes, cuando algo se rompe o se raspa, no lo tiramos, lo arreglamos, claro que somos 40
un matrimonio normal, tenemos pleitos desavenencias, desencantos, pero insisto; lo arreglamos no lo desechamos”, nos comentan. La fórmula que les ha funcionado para que sus hijos sean tan cercanos a ellos, aún cuando ya han formado sus propias familias, ha sido fomentarles desde pequeños el amor a la familia y a sus padres.
mes de diciembre y en verano salíamos de vacaciones a distintos lugares. Mi madre, q.e.p.d., nos acompañó en muchas ocasiones y ella ayudaba para que nosotros tuviéramos ratos libres como pareja.
“Con ellos desarrollamos un vínculo estrecho de confianza y nos acostumbramos a corregir los problemas y tomar decisiones en familia. Por ejemplo, la decisión de participar en la política buscando una candidatura, se hace en reunión de familia. (Tenemos unos hijos muy cuestionadores y quieren estar bien enterados de lo que hacen sus padres)”.
“La costumbre de las vacaciones permanece y los días familiares ahora son los viernes, es decir, en el hogar de la familia Cuén Díaz, llegan los hijos, los nietos, la nuera, los yernos y uno que otro allegado, a disfrutar el platillo favorito de ellos y que tiene que ser preparado por “ley familiar” por mí; cuando no lo hago yo, inmediatamente le detectan y no falta el reproche”, declara Angélica.
¿Cuáles son los valores que fomentaron en sus hijos?
Héctor Melesio y su esposa se consideran padres consentidores pero también estrictos; cuando los hijos deben ser consentidos y apapachados por hacer lo correcto, los alientan para que sigan por ese camino; cuando caen en situaciones que van en contra de los valores que les han inculcado, como alguna discusión entre ellos, los
“Unidad familiar, amor fraternal y lo más importante el respeto y la tolerancia entre ellos, cada hijo es diferente, cada quién tiene sus propias ideas y su forma de ver al mundo, sin embargo hay situaciones o tareas comunes en las que todos coincidimos y esas las trabajamos como familia. “Su papá siempre les dice y los aconseja no pelearse, porque lo único con lo que van a contar en la vida son sus hermanos, porque la sangre los une y al llamado de la sangre nadie escapa”, revela Angélica. Acerca de sus costumbres familiares, ¿qué hacían los domingos o aún hacen? ¿cómo eran sus comidas, sus vacaciones? “Cuando nuestros hijos estaban chicos, el domingo era familiar, era de ir a comer, a misa y llevar a los niños a un paseo. En el
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