revista esPosible nº 49, Flashback fluvial.

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la canalización, que se deja como cauce principal, quedando el viejo cauce recuperado con cauce secundario en aguas altas y crecidas. En este caso no se ha procedido a la restauración fluvial, sino a una simple mejora. En estos casos es importante ayudar a la rehabilitación de los meandros cortados. Por último, encontramos en muchos ríos de llanura meandros abandonados (por corta natural o artificial en el pasado) bastante alejados del cauce activo actual, aunque reconectados generalmente en crecida, por ejemplo los galachos en el Ebro aragonés. En su gestión suele plantearse el debate de mantenerlos el mayor tiempo posible con lámina de agua mediante actuaciones como la quema de helófitas o el cierre para que no lleguen sedimentos colmatantes, o bien dejarlos libres a su evolución natural, en cuyo caso

RESULTADOS

EJEMPLOS

no sobrevivirán como tales más allá de un siglo, aproximadamente. De acuerdo con los principios de restauración hay que optar por lo segundo. Lo ideal sería que el cauce principal se encuentre en buen estado geomorfológico y tenga capacidad para cortar meandros de forma natural y seguir generando así meandros abandonados. Por último, algunas restauraciones de canalizaciones de hace dos o tres décadas, especialmente en países anglosajones, se esforzaron por reconstruir cauces con meandros regulares, con fines estéticos y de reducir la pendiente, lo cual no correspondía con las características naturales del río. El resultado fue muy artificial o bien fue destruido rápidamente por el río en sus primeras crecidas. Una máxima de la restauración fluvial es no diseñar meandros donde nunca los hubo.

En las reconexiones completas y bien ejecutadas son siempre satisfactorios y muy rápidos, consiguiendo el río cotas de naturalidad muy elevadas. En los casos en los que se deja activo el cauce canalizado pueden surgir nuevos problemas,

será difícil que el río se recupere y no podrá alcanzar la resiliencia adecuada, por lo que habrá que seguir trabajando y sensibilizando para lograr una solución definitiva.

Las primeras restauraciones fluviales europeas (años 90) responden a esta buena práctica, como por ejemplo los ríos Skjern y Brede en Dinamarca y los ríos Cole y

Skerne en Inglaterra. En España destacan las actuaciones de reconexión llevadas a cabo en la cuenca del Duero, como las de los ríos Castrón, Salado y Sequillo.

Especial/42

Actuación en el río Skerne en Darlington (Inglaterra) en el que se han reconstruido los antiguos meandros con forma muy regular. Foto: Google Earth.


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