REVISTA EL BONDI - JULIO/AGOSTO 2020

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Sobra Milonga

ENTREVISTA

“LA INDEPENDENCIA TE LA DA LA GENTE”

La banda tiene rock, poesía, tango y barrio. El grupo, que comenzó por una inquietud musical compartida entre amigos que se conocieron en un club de barrio, creció hasta saltarse los límites de la expresión artística para teñir por completo la vida de quienes componen Sobra Milonga. Si algo marca el crecimiento de Sobra Milonga es la búsqueda por tener a disposición los medios y las herramientas que sean necesarios para expresarse con libertad. Por eso, armaron un estudio de grabación en la casa de Leky, cantante y compositor de la banda. De esta forma, cuentan con el espacio para practicar, grabar, escuchar y volver a grabar, si es necesario. “Se amplían las posibilidades. Hace poco laburamos con Juanchi Baleirón, que es el cantante de Los pericos y productor. Hicimos muchas pruebas y arreglos. Grabar mientas producíamos fue una facilidad. Si alquilábamos un estudio, eran otros los tiempos. Tendríamos que haber ido con todo más cerrado”, cuenta Leky en comunicación con Revista El Bondi. Grabar las baterías requiere otra logística. Es lo único que Sobra Milonga hace en un estudio externo y que, por el momento, está frenado. Sin embargo, todavía tienen algunas registradas desde un tiempo previo al confinamiento y, gracias a eso, siguen trabajando. “La idea es sacar un tema con video cada mes o mes y medio. Es lo que hicimos 54

con ‘Callejón’, con ‘Deberíamos’, con ‘Copas vacías’ y con ‘Abrazos rotos‘‘, explica el autor de las canciones de la banda. -Hay mucha poética en sus letras, ¿cómo es el trabajo en la búsqueda de las palabras? -Escribir canciones no es como escribir una poesía porque tiene que enganchar en la métrica, en la rítmica, en la melodía. Es un laburo fino. Quizás hay una frase que te gusta, pero no entra. Entonces te quedás con la que suena más linda, pero no tiene tanto significado. A mi me gusta darle bola a las letras. Algunas salen más rápido. Otras tardan un poco. Generalmente hago primero la armonía o la melodía y puede que con eso salga la letra. No sé si del inconsciente o de dónde. Cada canción es particular. Con “Copas vacías”, por ejemplo, pasó que la letra era muy larga y vino un productor (Juanchi Baleiron) y me dijo: “Buenísimo pero la segunda estrofa no va”. Antes escribía sin pensar como quedaba. Con el paso del tiempo aprendo y lo hago más a conciencia. Pero, también, hay letras

que provienen de la necesidad de descargar. Como “Callejón”, que es la historia de un amigo que lo mató la policía. Ahí escribo desde otro lugar para poner en palabras y dejar un mensaje.

-¿Cuando escribís pensás en eso de dejar un mensaje? -Ahora me pasa más de pensarlo. Soy consciente. Le doy más bola a las letras. Pienso todo bastante. Me estoy volviendo más hincha pelotas con eso. Pero es una cuestión de madurar, aprender el oficio y estar en contacto con gente que sabe más que uno. Escuchar mucha música. Leer. Un poco de todo para agarrar de todos lados. -Algo central en este disco es el compartir con otros artistas, ¿cómo deciden a quiénes invitar? ¿Hay algo de sueños puestos ahí? -Sí. Yo de pibe fui a ver a Callejeros, por ejemplo. Me gustaba mucho. Y se dio la oportunidad de grabar con Pato para el primer disco. Fue un flash escucharlo en una canción mía. Además nos abrió las


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